Los cuatro jóvenes de Tortosa que quieren ser sacerdotes

Espero que por una vez G.G hable bien en sus comentarios y no difamen y menos a jovenes aspirantes a la vocación sacerdotal.

Felicidades por las vocaciones que florecen en Tortosa, parece que la mano de Dios esta puesta en esta ciudad del rio Ebro, este lugar donde se derramó tanta sangre en la terrible batalla de la Guerra Civil. Aunque el ser sacerdote algunos lo interpretan principalmente para "servir a los demás", en realidad es para servir al Dios Creador del Universo de los 6 dias de Génesis y de los 6 mil años de la Creación hace poco tiempo. Esta coletilla de "sacerdote para servir a los demás" es un subterfugio donde se refugian incluso algunos obispos que esconden la cruz pectoral para no ofender proclamando al Dios antes que a otro asunto.

https://radioteca.cat/p/no-ho-se_entrevista/2024/10/15/ferran-almendros-adria-castello-pol-navarro-eric-casanova-quatre

"...si algún día se aprobara que los sacerdotes pudieran casarse, él continuaría siendo célibe porque es como cree que puede servir mejor a los demás. Sobre el tema del sacerdocio femenino, dijeron que hay otros temas más importantes y urgentes que ese..."

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Resulta sorprendente que persista la confusión en torno al celibato sacerdotal en la Iglesia Católica Latina. A pesar de ser una ley establecida y firme, algunos continúan cuestionándola, incluso dentro de la misma Iglesia.

Esta situación revela un fracaso evidente de la jerarquía eclesiástica actual, la Iglesia francisquista, una de las más deficientes de la historia eclesial.

Al no comunicar con claridad y contundencia la irrevocable naturaleza del sacerdocio célibe y masculino, Francisco permite con grave culpa y responsabilidad que laicos e incluso clérigos curas, obispos y cardenales ignoren y desafíen esta doctrina fundamental y confunda y escandalice al Pueblo de Dios. Espero que el próximo Papa sea más útil y competente y cierre ya esta controversia absurda.

Es especialmente escandaloso el caso del camino sinodal alemán, donde teólogos, presbíteros y obispos, con pleno conocimiento de la enseñanza de la Iglesia, la rechazan abiertamente, omitiendo Francisco su deber de reafirmar la enseñanza y excomulgar al infractor.

La justificación del celibato sacerdotal es sencilla y profunda: el sacerdote, como imagen viva de Cristo, debe reflejar la santidad y la entrega total de Jesús.

El sacerdote es la imagen viva de Jesús, célibe, casto y continente, Dios y Hombre verdadero, en este mundo, de la misma manera que Jesús es la imagen viva de su Padre celestial.

Por eso nunca jamás habrán sacerdotisas mujeres, ni diaconisas ordenadas sacramentalmente (y el que lo afirme está excomulgado), y con el tiempo, será una ley definitiva universal que los sacerdotes tampoco estén casados (o sea, nunca jamás habrán sacerdotes latinos casados).

Al igual que Cristo fue célibe y consagró su vida al servicio de Dios y de la humanidad, así también el sacerdote debe renunciar al matrimonio para dedicarse plenamente a su ministerio.

Por esta razón, la ordenación sacerdotal está reservada exclusivamente a los hombres, y la posibilidad de sacerdotes casados en la Iglesia Latina es, y siempre será, inexistente e imposible, es un error grave.

Es fundamental recordar que aquellos que niegan esta enseñanza incurren en excomunión. La Iglesia no puede tolerar la rebeldía contra sus dogmas más fundamentales.


Una serie de justificaciones del sacerdocio celibatario, s.e.u.o.:


IGLESIA CATÓLICA: EL CELIBATO SACERDOTAL EN PROGRESO DE SER DOCTRINA DEFINITIVA DE FE REVELADA


I. IGLESIA LATINA: DOCTRINA COMO LEY DEFINITIVA E IRREVERSIBLE

- El celibato sacerdotal masculino es una doctrina definitiva e irreversible
- Su negación conlleva sanciones y pérdida de comunión plena
- Progresará a "verdad divinamente revelada" de caracter universal para toda la Iglesia sin excepción, impuesta de manera obligatoria, sin dispensa alguna, de manera vitalicia e irreversible, y que no pueda ni negarse ni dudarse bajo sanción de excomunión


II. IGLESIA ORIENTAL: DISPENSA GENERAL, DEROGABLE

- Posee una dispensa universal que puede ser revocada
- Los hombres casados pueden ser ordenados sacerdotes
- Una vez ordenados, no pueden contraer matrimonio
- Aplica a coptos, melquitas, caldeos, armenios, maronitas y siríacos
- La dispensa se otorgó pro bono Ecclesiae tras el cisma de 1054, para atraer a los católicos hacia la Iglesia Católica en contra de los cismáticos y heresiarcas "ortodoxos autocéfalos", hoy Iglesia Ortodoxa


III. COMUNIÓN ANGLICANA: DISPENSA ESPECIAL PERSONAL, DEROGABLE

- Regulada por la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus (2009)
- Permite casos especiales de ordenación de pastores anglicanos casados
- Requiere aprobación caso por caso del Romano Pontífice
- La norma general sigue siendo la admisión de hombres célibes
- Los ministros no casados deben mantener el celibato clerical

REGULACIÓN HISTÓRICA DEL CELIBATO SACERDOTAL

España se destacó históricamente en la defensa del sacerdocio celibatario irreversible, definitivo, vitalicio.


1. Concilio de ELVIRA (305) - España

Primer documento que legisla explícitamente el celibato sacerdotal
Canon 33, ordena continencia total para:

- Obispos
- Presbíteros
- Diáconos

Sanción clara: exclusión del estado clerical por incumplimiento
Se aplicaba también a clérigos ya casados


2. Concilio de ANCIRA (314) - Asia Menor

Normativa más flexible que Elvira
Regulación específica para diáconos:
- Podían casarse si lo declaraban antes de ordenación
- Obligación de celibato si no hacían declaración previa


3. Concilio de NEOCESAREA (315) - Capadocia

Enfoque en la disciplina clerical oriental

Establece:

- Deposición de presbíteros que se casen post-ordenación
- Obligación de continencia para clérigos casados
- Notable influencia en la tradición oriental

Nota histórica importante: Estos 3 concilios muestran un progreso en el descubrimiento de la verdad sobre el orden presbiterial, con variaciones entre Oriente (más flexible) y Occidente (más estricto y por ello, plenamente concorde con la voluntad de Dios).


4. Primer Concilio Ecuménico de NICEA, 325:

Aprueba la legislación de la disciplina del sacerdocio conocida como continencia clerical o celibato.

Se trataba de la exigencia de que todos los sacerdotes y obispos se abstuvieran de tener contacto sexual con sus esposas o con cualquier otra mujer. Así, para que un hombre casado pudiera convertirse en sacerdote, su esposa tenía que aceptar abstenerse de toda relación sexual Obligación del celibato y continencia para todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia Católica, confirmando lo regulado en Elvira.

Finalmente, como el sacerdote es imagen y semejanza de Jesucristo, y éste fue continente, casto y célibe, lo mismo han de ser los presbíterios (el diácono es Jesús-Servidor, y no tiene tal exigencia).


5. Decretal DIRECTA AD DECESSOREM (Directiva al predecesor)

Hacia el final del siglo IV, Himerio de Tarragona, obispo en Hispania, escribió al Papa Siricio (384-399 d.C.) consultando sobre varios asuntos disciplinares, incluyendo el caso de clérigos casados que no respetaban la continencia tras su ordenación.

En 385 d.C., el Papa Siricio respondió con su decretal en forma de carta de respuesta "Directa ad decessorem", donde abordó múltiples temas de disciplina eclesiástica. La "Directa ad decessorem" representa uno de los primeros documentos papales que aborda sistemáticamente la cuestión de la continencia clerical en la Iglesia occidental, especialmente en el contexto de la Iglesia hispana.

En lo referente a la continencia clerical, Siricio enfatizó que los sacerdotes debían observar la abstinencia perpetua tras su ordenación. La carta subrayaba que esta práctica no era una innovación sino que se basaba en la tradición eclesiástica: la continencia clerical pertenecía a la tradición inmemorial, incluso apostólica.

Los clérigos que se oponían a esta disciplina citaban pasajes de las cartas paulinas, específicamente 1 Timoteo 3:2-12 y Tito 1:6, donde se menciona que los obispos y diáconos debían ser "esposos de una sola mujer" (unius uxoris vir).

Siricio respondió a esta objeción explicando que estos textos no autorizaban la continuación de relaciones conyugales después de la ordenación.

Los sacerdotes no continentes se justificaban haciendo referencia a las tradiciones del sacerdocio levítico del Antiguo Testamento.

Afirmó Siricio que los sacerdotes levitas del Templo de Jerusalén debían observar la abstención sexual durante períodos específicos antes de realizar los sacrificios rituales, para alcanzar la pureza necesaria. Al establecerse la ley eclesiástica católica sobre la continencia sacerdotal, algunos sacerdotes argumentaban a favor de mantener este modelo del Antiguo Testamento, que solo exigía una continencia temporal.

Sin embargo, el Papa Siricio respondió que la venida de Cristo había transformado fundamentalmente el sacerdocio: mientras los levitas practicaban una continencia temporal por su servicio periódico en el Templo, los sacerdotes cristianos, al celebrar la Eucaristía dominical y las festividades de los mártires durante todo el año, estaban llamados a una continencia perpetua: el deber de la continencia temporal del sacerdote judío se había convertido en una obligación de continencia perpetua para el sacerdote católico.

Así como a los sacerdotes levitas del Templo judío de Jerusalén se les había exigido la "abstención" de todo contacto sexual para alcanzar la pureza ritual sólo durante un "largo período de tiempo" antes de la celebración de los sacrificios del Templo, por analogía se estableció la ley eclesiástica que exigía a los sacerdotes de la Iglesia Católica que se abstuvieran de todo contacto sexual.

Se justificaba como que los sacerdotes católicos presidían el sacrificio de la Eucaristía todos los domingos, así como las fiestas anuales de los diversos mártires, el calendario cristiano no les otorgaba "largos períodos sin sacrificio ritual" en los que pudieran mantener relaciones sexuales con sus esposas.

La justificación clave del celibato es éste:

"El Señor Jesús estipuló formalmente en el Evangelio que no había venido a abolir la ley, sino a llevarla a su perfección; por eso también quiso que la belleza de la Iglesia, de la que es Esposo, resplandeciera con el esplendor de la castidad, para que cuando vuelva, en el Día del Juicio, la encuentre sin mancha ni arruga, como enseñó su Apóstol. Por la ley indisoluble de estas decisiones todos nosotros, sacerdotes y diáconos, estamos unidos desde el día de nuestra ordenación, y [obligados a] poner nuestro corazón y nuestro cuerpo al servicio de la sobriedad y de la pureza; para que seamos agradables a nuestro Dios en todo, en el Sacrificio que ofrecemos diariamente."


6. Concilio de CARTAGO (390 d.C.)

Continentes esse in omnibus o sacerdotes continentes completos por haberlo enseñado los Apóstoles y ser tradición


7. Primer Concilio Ecuménico de LETRÁN (1123): canon 3,

Prohibimos absolutamente a los sacerdotes, diáconos y subdiáconos asociarse con concubinas y mujeres, o vivir con mujeres distintas de las que el Concilio de Nicea (canon 3) por razones de necesidad permite, a saber, la madre, hermana o tía, o cualquier persona de la que no pueda surgir ninguna sospecha.


8. CONCILIO DE TRENTO, Sesión XXIV, canon 9

Matrimonios prohibidos y nulidad de los celebrados para religiosos y sacerdotes


9. Concilio Vaticano II, Decreto PRESBYTERORUM ORDINIS, n. 16, "Hay que abrazar el celibato y apreciarlo como una gracia":

a) Conformidad con el sacerdocio:

- Permite una consagración nueva y especial a Cristo
- Facilita la unión con Cristo "con corazón indiviso"
- Posibilita una dedicación más libre al servicio de Dios y los hombres

b) Dimensión simbólica y espiritual:

- Representa el "matrimonio misterioso" entre Cristo y la Iglesia
- Es signo del mundo futuro donde "no tomarán maridos ni mujeres"
- Simboliza la paternidad espiritual en Cristo

c) Aspectos pastorales:

- Mayor disponibilidad para servir al Reino de Dios
- Mejor capacidad para la "regeneración sobrenatural"
- Dedicación plena a la "nueva humanidad" en Cristo

d) Carácter de don:

- Es una gracia especial otorgada por el Padre
- Debe ser pedido con humildad y constancia
- La Iglesia lo considera un "precioso don"

e) Valor histórico y eclesial:

- Aunque no es exigido por la naturaleza misma del sacerdocio
- Ha sido "tenido en gran aprecio por la Iglesia"
- Se convirtió en ley para la Iglesia Latina
- No es una exigencia absoluta universal de momento (como lo demuestra la práctica de las Iglesias orientales)
- Requiere ayudas sobrenaturales y naturales para vivirlo
- Necesita el apoyo y la oración de toda la Iglesia

10. Carta Encíclica SACERDOTALIS CAELIBATUS, Pablo VI, 24 junio 1967, n. 14 y 17:

Dedicación exclusiva a la Iglesia y a Dios; fundamentos del celibato en la cristología, eclesiología y escatología


11. SÍNODO DE LOS OBISPOS, Pablo VI, 30 noviembre 1971, "ULTIMIS TEMPORIBUS", letras c) y e)

En la Iglesia latina es inderogable y vigente por siempre el sacerdocio celibatario; fundado en la misión pastoral; dedicación exclusiva; entrega del sacerdote a Cristo como un "yugo suave"


12. Audiencia general, Juan Pablo II, 17 julio 1993, "LA LÓGICA DE LA CONSAGRACIÓN EN EL CELIBATO SACERDOTAL": capítulo 19 del Evangelio de San Mateo versículos 10-12".

Es un documento esencial para entender que en la Iglesia latina, el sacerdocio es obligatoriamente celibatario por diversas razones: dedicación exclusiva, imitación de Cristo y María, consagración total a Cristo y a la Iglesia, razones cristológicas, eclesiológicas, soteriológicas y escatológicas. Confirma el Sínodo de 1971.

San Juan Pablo II afirmó:

1.- Los evangelios muestran cómo Jesús llamó a sus apóstoles, exigiendo que dejaran todo para seguirlo, incluso a sus familias. Aunque no todos renunciaron a la vida familiar, Jesús destacó la primacía de su llamado sobre cualquier otro afecto. Esto ayuda a entender el celibato sacerdotal como parte esencial de la consagración a Cristo y la misión evangelizadora de la Iglesia.

2.- En Mateo, Jesús menciona la renuncia al matrimonio como parte del compromiso con el Reino de los Cielos, destacando el celibato como una opción para dedicarse plenamente al servicio de Dios. Pablo también elogia el celibato en 1 Corintios, argumentando que permite una dedicación total a Dios sin divisiones. Aunque algunas Iglesias permiten que los sacerdotes se casen, el celibato se considera congruente con el orden sagrado y parte esencial de la consagración.

3.- El celibato de Jesús sirve como modelo para los sacerdotes, permitiéndoles dedicarse plenamente al servicio de Dios y la humanidad. Aunque en los evangelios se sugiere que los Doce renunciaron a vivir en familia para seguir a Jesús, este ideal no se promulgó como ley, sino como una orientación para el nuevo sacerdocio. A lo largo de la historia de la Iglesia, el celibato ha ido ganando importancia, reflejando una maduración de la conciencia eclesial sobre su congruencia con las exigencias del sacerdocio.

4.- El Concilio Vaticano II enumera las razones por las cuales el celibato es conveniente para el sacerdocio, destacando una adhesión más plena a Cristo, una disponibilidad amplia para el servicio del reino de Cristo, una fecundidad espiritual exclusiva y una vida más semejante a la vida definitiva en el más allá. Estos elementos se consideran razones de noble elevación espiritual que justifican la práctica del celibato sacerdotal en la Iglesia Latina, confirmada por el Sínodo de los obispos en 1971. (Que está arriba indicado en el punto anterior)

5.- La práctica del celibato sacerdotal enfrenta desafíos en las condiciones actuales, pero el Sínodo de los obispos considera que son superables con una vida interior fortalecida, un equilibrio humano adecuado y un apoyo fraterno.

La Iglesia reafirma su compromiso con el celibato, desafiando las mentalidades contemporáneas y manteniendo la prohibición de la ordenación de hombres casados en la Iglesia latina. Reconoce el celibato como un don en armonía con el sacerdocio del Nuevo Testamento, disponible para aquellos que lo soliciten con humildad y persistencia.

Sin embargo, también reconoce su misterio y la necesidad de la gracia para comprenderlo y seguir fielmente este camino radical de renuncia por la fidelidad a Cristo.


13. Exhortación Apostólica postsinodal SACRAMENTUM CARITATIS, Benedicto XVI, 22 febrero 2007, n. 24:

Dedicación exclusiva a Cristo y a la Iglesia, imitación de la virginidad de Cristo y María, entrega a Cristo.

14. Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina, 1983, canon 277.1:

"Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato, que es un don peculiar de Dios mediante el cual los ministros sagrados pueden unirse más fácilmente a Cristo con un corazón entero y dedicarse con mayor libertad al servicio de Dios y de los hombres"


15. Exhortación apostólica de San Juan Pablo II "PASTORES DABO VOBIS", Sínodo de 1990, n. 44:

El celibato sacerdotal es una exigencia del radicalismo evangélico, favorece una vida esponsal con la Iglesia y se hace imagen de la virginidad de Cristo


16. Catecismo de la Iglesia Católica, 1992, n. 1579:

"Todos los ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuados los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibato por el reino de los cielos"


17. "DESDE LO PROFUNDO DE NUESTROS CORAZONES", libro de Benedicto XVI y el Cardenal Robert Sarah, 2020:

"Hay un vínculo ontológico-sacramental entre el sacerdocio y el celibato. Toda relajación de este vínculo constituiría un cuestionamiento del magisterio del Concilio y de los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI."

1.- La necesidad de la abstinencia sexual como parte del servicio a Dios, equiparando esta abstinencia con un estado de servicio permanente y resaltando que el matrimonio es un regalo divino.

2.- La vocación matrimonial y la sacerdotal son incompatibles, ya que ambas requieren un compromiso total del individuo, lo que dificulta su realización simultánea.

3.- El modelo de San José como ejemplo de renuncia al matrimonio para dedicarse completamente al servicio de Dios, estableciendo que esta renuncia es un criterio para el ministerio sacerdotal.

4.- Renunciar a los bienes materiales como requisito para el sacerdocio, entendiendo que esta renuncia simboliza la libertad y el desapego de los compromisos terrenales.

5.- El celibato es fundamental para mantener el enfoque en Dios y debe impregnar todas las facetas de la vida del sacerdote, siendo necesario para alcanzar la estabilidad y la unión con Dios.

6.- La Eucaristía es el centro de la vida sacerdotal, y el sacerdote debe contemplar, estar alerta ante el mal y mantener al mundo enfocado en Dios.

7.- El sacerdote debe ser una persona recta, vigilante y dispuesta a sufrir por el Señor, priorizando la oración y el servicio, así como el compromiso con la liturgia.


18. TRADICIÓN CATÓLICA DEL SACERDOCIO CELIBATARIO

Aunque la Iglesia católica siempre ha permitido el ACCESO a las órdenes sagradas tanto a los casados ​​como a los célibes (al menos en la Iglesia oriental), sin embargo siempre ha requerido de todos los clérigos establecidos en órdenes sagradas la perfecta ABSTINENCIA de toda actividad sexual DESPUÉS de recibir la sagrada ordenación.

Ni siquiera existe un documento del Magisterio católico, ya sea de la Iglesia occidental o oriental, que permita el matrimonio o el uso del matrimonio DESPUÉS de la recepción de las órdenes sagradas.

Esta disciplina, que lleva el nombre de «ley del celibato», que es una disciplina dual, eclesial y crística (a imagen y semejanza de Cristo Sacerdote), siempre ha incluido:

a) la obligación de continencia perfecta para los casados que recibían las sagradas ordenaciones

b) la obligación del celibato perpetuo para los célibes que recibían las mismas sagradas ordenaciones.

Por ello, el celibato sacerdotal no se fundamenta en una cuestión disciplinar que puede derogarse por la voluntad del Papa, sino que es una verdad definitiva de doctrina católica, cuya negación implica la separación de la comunión católica: la ley del celibato forma parte inderogable del patrimonio dogmático de la Iglesia Católica sin discusión alguna, y el que lo niegue, queda fuera de la plena comunión.

Más información: traditio-op.org/apologetica/El-celibato-eclesiastico-Stickler.pdf

Hay más concilios, Padres y Doctores, grandes teólogos, místicos y santos.

En estos oscuros, perversos y siniestros tiempos de Francisco que ha invertido toda la doctrina auténtica, pero que sirve felizmente para que recordemos la única y verdadera voluntad de Jesús y la Sana Costumbre y Tradición establecida desde San Pablo, unas palabras de un escritor argentino sano y lúcido, Gustavo Martínez Zuviría (1883-1963), más conocido por su sobrenombre de Hugo Wast, para que todos oremos por los sacerdotes, y para que las familias católicas, la Iglesia Doméstica, olvidada por Francisco, le pidan a Dios que brote este don para Dios, para la Iglesia y para ellos: "Danos muchos, santos y buenos sacerdotes".


«Cuando se piensa que NI la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.

Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.

Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.

Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.

Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.

Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.

Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.

Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.

Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.

Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.

Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.

Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.

Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.

Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.

Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.

Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.»

Muy bien por los cuatro chicos que quieren ser Sacerdotes, pero no creo que sea buena idea para empezar, ir a recibir consejos de un LIANTE,la verdad.

Oremos por ellos

Ipse dixit:

'El papa Francesc va subratllar la importància de ser alegre contrastant cares cristianes tristos -que s'assemblen més a "pebrots en vinagre"- amb el testimoni d'una vida bella.

"De vegades, els rostres d'aquests cristians malenconiosos tenen més en comú amb els pebrots en escabetx que l'alegria de tenir una vida bonica", va dir el papa Francesc el 10 de maig.

"Si ens guardem aquesta alegria per a nosaltres, al final ens emmalalteix, el nostre cor s'envellirà i s'arrugarà i la nostra cara ja no transmetrà aquella gran alegria, només nostàlgia i malenconia que no és saludable", ha afegit.'

ACI prensa, 10/5/13, Ciutat del Vaticà


FEM

'Sr. FEM, aquí el único que tiene cara de pepinillos en vinagre es el semoviente que dijo semejante sandez.

Se ve que no se ha mirado nunca en el espejo.'

**

Vostè ho sap

Jo també

Però sembla que no hi ha ni un sol bisbe a l'Estat Espanyol que ho hagi notat.

Ni un.

La meva conclusió és que ens toca donar gràcies a l'entorn més íntim de Bergoglio per haver-se donat el títol de:

'màfia de St Gallen.'

Quan la gent que regenta aquesta xarxa d'hospitals de sang parla tan clar, impossible que els catòlics no els entenguem pels llops covards que son, oi?

FEM