A crímine uno disce omnes, que diría Virgilio: aprende a hacerte a la idea de todos los crímenes, a partir de uno solo. Y esto lo dice en el contexto del episodio del caballo de Troya, don de los enemigos: “los temo hasta cuando me ofrecen regalos”. Los que le ha ofrecido el mundo a la Iglesia, a la que le ha metido el caballo de Troya hasta el altar.
Mala praxis, pésima praxis. La excomunión de un par de denunciantes desde la más alta cúpula de la Iglesia (crímine uno), es la punta del iceberg que lo explica todo respecto a los abusos denunciados pero no perseguidos, y al consiguiente enconamiento de esta plaga en la Iglesia. Por debajo del papa está hundido el resto del inmenso iceberg. Por debajo de él, cada obispo ha hecho lo mismo: ha ido con saña a por el denunciante que ha puesto en peligro la tranquilidad y el buen nombre de la diócesis y el buen hacer del obispo: incluido el de Roma. Eso explica con toda claridad, que la mala praxis de los obispos y superiores religiosos que han dejado correr los abusos (en este caso, me estoy refiriendo sólo a los sexuales) producidos bajo su autoridad y responsabilidad, hayan campado a sus anchas, adquiriendo una carta de naturaleza tal, que hoy hemos acabado viendo con toda naturalidad cardenales, obispos y sacerdotes que llevan una profusa y notoria vida sexual (los hay con intensa vida sexual que desborda por todos los costados las barreras del celibato). Y cada vez se esconden menos: ¡qué decir del pornógrafo!
Y es tal la naturalidad con que lleva esto la Iglesia, que muchos de esos tales son recibidos, agasajados y encumbrados por la mismísima cabeza de la Iglesia. Llenarse la boca proclamando que quienes contribuyen al aborto (nadie en mayor medida que los legisladores y ejecutores de las leyes respectivas) son unos sicarios, y luego compadrear con ellos como si fuesen ejemplo de rectitud cristiana, es una gravísima incoherencia. Una hipocresía. Es un mal síntoma que no haya proclamas tan claras respecto a la conducta sexual de cualquiera, pero también del clero, que desembocan en los crímenes sexuales contra los menores. Mal síntoma, muy mal síntoma que no se condenen esas conductas que han desembocado en el bochorno que sufre hoy la Iglesia que, a pesar de ser la institución que menos delitos de este género comete, es identificada por el mundo (su enemigo) como institución gravemente marcada por ese criminal vicio.
¿Pero qué pasa con las denuncias? No sabemos nada de cómo han corrido las aguas por cada uno de los obispados y direcciones de congregaciones religiosas donde estas denuncias han tenido lugar. No podemos saberlo. Sí que tenemos en cambio a la vista algunos ejemplos que nos caen muy cerca. Por ejemplo, aquí en Barcelona, donde se han producido los mayores y más trágicos abusos sexuales por parte del clero (con suicidio de víctima incluido), institucionalizados algunos en la malhadada “Casa de Santiago” y en el “Seminari del Poble de Déu”; aquí en Barcelona, digo, las tácticas de frenado a toda costa de las denuncias que se han hecho, hasta llegar a perderse todos los papeles primero en la propia diócesis y luego en el Vaticano, dan una diáfana idea del auténtico calvario que representa aquí denunciar a alguien (por ejemplo a un cura), salpicando con ello al obispo, que finalmente es el responsable de no haber vigilado y en su caso, castigado con ejemplaridad los abusos denunciados. La única forma eficaz de ponerles freno.
¿Alguien tiene noticia de excomuniones en el ámbito de la persecución de los abusos sexuales del clero católico? No, nadie tiene noticias: porque a pesar de ser tantos los abusos denunciados y no pocos los comprobados, a pesar de eso no se han producido excomuniones en ese ámbito. Sí tenemos en cambio un par de excomuniones (con evidente carácter de coacción y chantaje) en el campo de las denuncias, aunque no se refieran éstas al entorno de los abusos sexuales. Tenemos montada efectivamente una tremenda escandalera en el ámbito de las denuncias. Dos seglares que denuncian a la justicia civil (es evidente que no confían en la justicia eclesiástica, que no les ha hecho ni caso) lo que ellos consideran mala praxis de un clérigo investigador, que les ha perjudicado seriamente revelando a terceros, confidencias que ellos han hecho a este clérigo en el ejercicio de una investigación encargada por el papa. Pues ahí lo tenemos: excomunión para los denunciantes (y tampoco es necesario que tengan razón a priori; de lo contrario jamás habría una denuncia). Las excomuniones que no han servido para los delincuentes, sirven para los denunciantes. Excomulgados por denunciar. No por hacerlo con mayor o menor fundamento, que eso acabará decidiéndolo la justicia, sino por denunciar, por tocar, ni que sea con el aliento, al intocable enviado papal.
Eso explica en gran medida el estado calamitoso y bochornoso de la Iglesia. Más concretamente, de su jerarquía, de su cadena de mando. El mensaje urbi et orbi está claro. Se nos manda desde lo más alto una gran señal, una señal inequívoca. Lo más peligroso en la Iglesia es denunciar, no delinquir. Es la denuncia lo que se castiga con la pena máxima, con la excomunión. No el delito.
Quizá sea ésta la explicación de por qué se ha producido en la Iglesia tal acumulación de delitos sexuales. Las denuncias incomodan, inquietan, alteran a los mandamases de cualquier categoría: desde el cabo chusquero hasta el capitán general. Así que a quien ha intentado denunciar, pronto se le ha dado a entender que se ha metido en terreno peligroso, en un campo de minas que, efectivamente, le pueden estallar en la cara. La conclusión evidente es que la Iglesia ha padecido de un tremendísimo déficit de denuncias, porque éstas han sido frenadas en seco. Y no han prosperado. Como ésta de dos seglares contra el enviado del papa. La respuesta, veloz como el rayo, ha sido la excomunión fulminante. Aquí en Barcelona tenemos el ejemplo sangrante del párroco del Espíritu Santo, iglesia que decidió derribar el cardenal en aras de un negocio inmobiliario. Y el párroco acabó suspendido a divinis. ¿Por algún delito? No, sólo por no haberse enfrentado a los fieles, defendido la causa del cardenal. Así es la Iglesia.
Así se ha juntado tanta basura (siempre es demasiada), que han fallado la capacidad y la voluntad de hacer limpieza. En cualquier caso, cuando ha habido voluntad, siempre ha sido selectiva: y no precisamente para perseguir los delitos más graves. Es que ése es un trabajo tan hercúleo como la limpieza de las cuadras de Augías.
Me he centrado en lo que representa la represión feroz de las denuncias contra los abusos del poder, porque la vida me ha enseñado de qué va eso. Lo he sufrido en mis carnes. Tuve mi época sindical, con cargo y todo, es decir, metido en las entrañas del sindicato. Y fue tan escandalosa la evidencia de corrupción, que me pareció una traición largarme sin más, para huir de esa hediondez. Así que denuncié (me hubiera faltado el valor, si no hubiese tenido el apoyo de unos pocos a los que les dolía también tanta corrupción). Aquello fue un auténtico calvario. Justicia interna ni la había ni podía haberla; así que tuvimos que recurrir a la justicia. La respuesta fulminante del sindicato, la excomunión, es decir la expulsión. Y luego una lucha de años agotadora, extenuante, con los respectivos quebrantos económicos. Ahí aprendí lo inmensamente duro que es denunciar al poder, por modesto que sea. Nunca hay pruebas suficientes contra él. De ahí mi comprensión para con los denunciantes. Es secundario cuánta razón tengan: el poder, también el eclesiástico, por su naturaleza tiende al despotismo. Mucho más si está corrompido. Eso pasa en los sindicatos (que conozco desde dentro), y lamentablemente, pasa también en la Iglesia.
Virtelius Temerarius
Por eso el anonimato es tan valioso para los que van contracorriente del Poder.
ResponderEliminarBertomeu no puede permitirse una mancha en su expediente. ¿Se sabe si investiga algo en Barcelona?
EliminarDerribos Omella, más claro imposible ni el artístico vitral se salva, no quedará nada del moderno templo. Decíais vosotros que el vitral se salvaba pero no es así, las imágenes hablan claro por si mismas. https://beteve.cat/cultura/desmunten-vitrall-esglesia-esperit-sant/ Si faltan curas por lo que vemos la solución es derribar iglesias.
ResponderEliminarSr Garrell
Eliminar, usted que sabe tanto ¿cree que los plafones desmontados del vitral acabaran como la estatua de Franco del castillo de.Montjuic, que la almacenaron y, luego, no se que pasó que exhibieron en el Born y hubieron ataques de ansiedad hiperventilados?. Almacenarán el vitrales en algún rincón de algún convento en desuso o, simplemente lo fundirán y ya está...fum, fum, fum?
Totalmente de acuerdo con el Sr. Silverio Garrell.
EliminarLo que han hecho con la Parroquia del Espíritu Santo no tiene nombre 📛
Eliminar'L'església de Francesc' és, simplement, una església visceralment podrida.
ResponderEliminarL'única cosa pitjor que les postures infantils del Sant Pare (d'un caràcter menys de fiar que qualsevol de Francisco Franco, Adolfo Hitler, Benito Mussolini o Juan Domingo Perón) és la complicitat de la immensa majoria de l'episcopat.
Basat en el que hem vist des del març del 2013, quants bisbes, siguin catalans, espanyols, europeus, d'un altre continent no contestarien a la instrucció des de la boca del Capo de tutti capi al Vaticà de perpetrar l'eutenàsia als pobres fidels estirats als llits en l'Hospital de Sang local amb una frase immensament deferencial com:
'A tus ordenes, jefe' ?
FEM
Francisco va a tope, peronisme de dir una cosa I fer una altre. Ara cardinals que són herètics.. bé..Tot es permès per Déu qui té control de tot I es Senyor del Temps. Preguem per la conversió de Francisco !!
EliminarJordi Bertomeu. Por eso ha excomulgado con los que se han atrevido a destrozar su bendecida persona con una denuncia civil. La carrera de Bertomeu está en entredicho por su imprudencia.
ResponderEliminarTodo indica que el Vaticano ha convertido la Iglesia Católica en una republica bananera, donde no importa la ley sino el poder puro y duro del que manda. Es una demostración de que Roma ha perdido la Fe, porque sin Fe no hay moral, ni verdad, ni temor de Dios, ni derecho y solo queda la voluntad del dictador.
ResponderEliminarCreo que ya es hora de retomar la bula de Pablo IV "CUM EX APOSTOLATUS OFFICIO", que textualmente dice:
"Agregamos que si en algún tiempo aconteciese que un Obispo, incluso en función de Arzobispo, o de Patriarca, o Primado; o un Cardenal, incluso en función de Legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía, o incurrido en cisma, o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto".
En base a esta bula muchos nombramientos de Obispos y Cardenales son inválidos. Desde el que dice que todas las religiones llevan a Dios, al que imparte pseudo bendiciones a los adúlteros y sodomitas, etc.
Desde Roma están aniquilando la Iglesia Católica.
Para más cachondeo, hoy ha salido el nombramiento de nuevos cardenales, de los cuales hay varios que han negado pública y manifiestamente varias verdades de Fe y Moral.
Tiene toda la razón. Suficientemente destructivo para la razón y la Fé resulta el pontificado del jesuita argentino Bergoglio, como para que encima se tenga que aguantar sin decir nada contra este desafuero y acto contra los mínimos derechos humanos garantistas procesales. Basta ya.
EliminarLas represalias, según la Ley 2/2023 de España y la Directiva 2019/1937 de la UE, están prohibidas en su totalidad, especialmente en los casos penales contra aquellos que ejerzan sus derechos humanos procesales, como es denunciar las presuntas infracciones ilícitas de la Misión Especial de Bertomeu-Scicluna, por ejemplo, si las hubo.
ResponderEliminarI. Definición de represalia:
Se entiende por represalia cualesquiera actos u omisiones que estén prohibidos por la ley, o que, de forma directa o indirecta, supongan un trato desfavorable que sitúe a las personas que las sufren en desventaja particular con respecto a otra en el contexto laboral o profesional o cívico, sólo por su condición de informantes, o por haber realizado una revelación pública, o por haber denunciado.
II. Tipos de represalias:
Como ejemplos de represalias, ordenadas para que reflejen un aumento gradual en la amplitud y el alcance potencial de las represalias, desde las más inmediatas y específicas del entorno laboral actual hasta las que pueden tener un impacto más amplio y duradero en la carrera y la vida cívica del individuo.
1. Acciones de represalia relacionadas con el empleo:
a) Suspensión del contrato de trabajo
b) Despido o extinción de la relación laboral o estatutaria
c) No renovación o terminación anticipada de contratos temporales
d) Imposición de medidas disciplinarias
e) Degradación o denegación de ascensos
f) Modificación sustancial de las condiciones de trabajo
g) No conversión de un contrato temporal en indefinido
2. Daños personales y profesionales:
a) Daños reputacionales
b) Pérdidas económicas
c) Coacciones
d) Intimidaciones
e) Acoso
f) Ostracismo
g) Contrademanda represaliadora (sería el caso de iniciar un proceso de excomunión)
3. Evaluación negativa:
a) Evaluaciones negativas del desempeño laboral o profesional
b) Referencias negativas
4. Obstáculos para futuros empleos:
a) Inclusión en listas negras
b) Difusión de información negativa en un ámbito sectorial
5. Restricciones administrativas:
a) Denegación o anulación de licencias o permisos
6. Limitaciones al desarrollo profesional:
a) Denegación de formación
7. Trato injusto general:
a) Discriminación
b) Trato desfavorable o injusto
...
Se hace evidente que Bertomeu-Scicluna, si participan en la sanción, debe de abstenerse de seguir con la causa, así como cualquier otra persona con interés, pues no son jueces imparciales, neutrales ni objetivos.
Se observan muchas irregularidades:
1. Prevaricación judicial
Un juez dicta una resolución injusta a sabiendas.
2. Denuncia falsa
Consiste en acusar falsamente a alguien de un delito con conocimiento de su falsedad: que hay delito con pena de excomunión
3. Abuso de autoridad
El juez estaría usando su posición de autoridad de manera indebida.
4. Coacción
Si el juez utiliza la denuncia de delito falso para presionar a los laicos a retirar la denuncia. Impedir a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe o compelerle a efectuar lo que no quiere.
5. Acusación y denuncia falsas
Si se imputa falsamente a alguien hechos que de ser ciertos constituirían infracción penal.
6. Desviación de poder
El juez está utilizando sus poderes para un fin distinto al previsto por la ley.
7. Fraude de ley
Se utiliza una norma de cobertura para conseguir un resultado prohibido o contrario al ordenamiento jurídico.
8. Delito de odio
Si la acción del juez está motivada por prejuicios contra un grupo específico al que pertenece el deudor (Soladicio).
9. Discriminación
Similar al delito de odio, si la acción del juez está basada en algún tipo de discriminación
10. Simulación de delito
El juez está simulando la existencia de un delito.
11. Delito de represalia
Denunciar y condenar como venganza ante una denuncia
12. Falsificación
Si se han aportado documentos falsos para hacer la denuncia
13. Violación de secreto de sumario
Consiste en dar información confidencial a terceros con ánimo de dañar al Sodalicio (son conservadores) y a los denunciantes (ejercen su derecho a denunciar)
Te rogaría que mejoraras la redacción, minimizar la pedanteria y más claridad y cohesión textual. Y si te apeteciere haznos un poema al més, y allí te cebas.
ResponderEliminarPero se os ruega sin ánimo de ofender. Ego linguam latinam quoque locuor, sed.. cuesta mucho de leer estos textos y se hace muy tediosa la lectura.
Por ejemplo la cita de entrada con solo decir: a partir de un crimen los sabes todos.
Ualedico
"Loquor" se escribe con "q", no con "c", "mes" se escribe sin acento y "pedantería" con acento en la "i", cosas que Ud. amable corrector parece ignorar. Sin ánimo de ofender, por favor corrija sus propias faltas antes de corregir las ajenas.
EliminarSr Fred...son estos tiempos que anunciaba N.S. de La Salette "Roma perderá la Fe y será la sede del Anticristo". Tengamos paciencia porque implosionará todo el entramado para quedar reducido a un resto fiel.
ResponderEliminarCon los nuevos purpurados, para el 8 de diciembre sumarán 141 cardenales electores, de los cuales 111 han sido nombrados por el Papa Francisco, lo que representa un 79% del total.
ResponderEliminar¿Qué puede salir mal?
Es tremendamente inquietante la atmósfera de corrupción que se respira en la Iglesia, y por lo que se ve en el artículo, la cosa parece muy estructural. Porque a la hora de hacer balance entre la denuncia y el castigo, está bien claro que la represión del delito es casi ridícula, comparada con la represión (casi toda ella desconocida) de la denuncia. Si no fuese porque ahora ha salido a la luz con tremendo escándalo la represión feroz de una denuncia, nada menos que desde la santísima sede, no hubiese aflorado la cuestión.
ResponderEliminarPero puestos ya de hoz y coz en la corrupción, queda en el aire una pregunta tremendamente inquietante: ¿no estará chantajeando el Bertomeu ése al mismísimo papa para conseguir que recurra a la excomunión de los denunciantes de su fámulo favorito? ¿No será que el papa ha salido en su defensa con semejante celeridad y ferocidad porque el Bertomeu ése sabe demasiado, también del papa?
Es que el lugar que ocupa de hurgador de las miserias de cada uno, le coloca en la cúspide de los chantajeadores. Y el lugar excelso junto al papa, que es el que decide a quién se persigue, a quién se deja en paz e incluso a quién se premia, tiene colocado al Bertomeu ése en la condición de intocable (dicen que es ya muy poderoso, y que de momento pone obispos; pero que cuando quiera, podrá también quitarlos). Porque es evidentísimo que en este cenagal de ocultaciones que afecta a todos los obispos, no es de menor calibre la munición que puede emplear ese distinguido empleado contra el obispo de Roma. ¿No estará el papa bajo chantaje? ¿De Bertomeu? Vade retro!
Es que, mal que nos pese, no han sido los delitos de los sacerdotes, sino la defección de los obispos, incluido el de Roma, lo que ha estado hundiendo a la Iglesia en la ciénaga de los abusos, que la han dejado con un hedor que echa p’atrás. Si estos últimos hubiesen cumplido todos con su deber, empezando por el obispo de Roma, la Iglesia no hubiese llegado al estado comatoso en que se encuentra. A pesar de la pederastia clerical, evidentemente, que no hubiese podido crecer tanto, si los jerarcas hubiesen cumplido con su deber.
Han nombrado Cardenal al Matasuegras del Perú.
ResponderEliminarPaco Pepe debe estar exultante de gozo!!!
13.04 ¿no fue ese prelado el que dijo que Jesús no se ofreció en sacrificio sino que era un laico que pasaba por ahí ? Y le mataron y ya está pero de sacrificio voluntario por la humanidad, de eso nada. Menudo colegio cardenalicio le está quedando a Francisco
EliminarEl próximo papa será Matasuegras 🥳🎉 del Perú.
ResponderEliminarAl tiempo ⏲️⏱️
7.21. ..No fue Azaña quien dijo aquello de "¿Dónde van esos locos, si lo tenemos todo controlado? en un 18 de julio....Pues eso debe andar diciendo más de una Eminencia Reverendísima de las del Círculo Interno de Francisco..
ResponderEliminarDonde se debería investigar es en Tarragona.....se hará algún día?
ResponderEliminarNo difame y aporte pruebas y denuncie a quien corresponda.
EliminarPasa algo en la Imperial Tarraco!!!
EliminarTotalmente de acuerdo con Anónimo de las 15:59
EliminarEn este caso, es bueno tener en cuenta algunos comentarios de esta entrada referida al tema de esta web argentina:
ResponderEliminarhttp://caminante-wanderer.blogspot.com/2024/09/el-sodalicio-y-la-gestapo-vaticana.html
He consultado el link de caminante-wanderer. Otro escándalo en la misma línea. Un caso de abusos condenado por dos tribunales, cuando le llega al Dicasterio de Tucho la hora de confirmar la sentencia, resulta que no hay castigo.
ResponderEliminar"La comunicación fue firmada por el Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Edgar Parra Peña, de frondoso prontuario, y en ella se dice que si bien el P. Principi ha tenido comportamientos inadecuados, le hacen un chas chas en la cola, y nada más. Se deja sin efecto la sentencia previa y el P. Ariel Principi, condenado por abuso sexual de menores, sigue siendo sacerdote y ejerciendo, con algunas limitaciones, su ministerio."
Y ahora viene el misterio: "Resulta curioso, además, que quien entendió en el caso por competencia y porque así lo declaró el obispo de Río Cuarto, es el cardenal Víctor Tucho Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe. Llama la atención que este purpurado sea coetáneo y de la misma diócesis de origen del P. Principi, compañero de seminario y, además, amigo muy cercano, tan cercano y querido que fue su asistente o "padrino" en su consagración episcopal. Simples coincidencias." No se necesitan más explicaciones. Es la penosa realidad de este pontificado.