La entronización de la democracia nos ha traído algunas calamidades: la más terrible, la que más ha tardado en llegar, pero aquí la tenemos en toda su horripilancia, ha sido la “democratización” del bien y del mal (no se me quita de la cabeza lo del árbol prohibido del conocimiento del bien y del mal), que por lo visto no es otra cosa que la facultad que se arroga el hombre (en este caso, el hombre colectivizado) de determinar qué es el bien, y qué es el mal.
¿Y a quién puso Dios como guardián de ese paraíso, blandiendo incluso la espada de fuego cuando las cosas se pusieron muy tiesas? ¡Pues a quién va a ser!, a la santa Iglesia Católica. En el Paraíso Dios se entendió directamente con el hombre; fuera de él, nos puso como intermediario a la Iglesia para guardar el camino al Árbol de la Vida, que es el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Bueno, el capítulo tercero del Génesis (los 3 capítulos de la Creación), termina con los dos querubines puestos a la entrada del Edén con sus espadas flameantes “para guardar el camino del Árbol de la Vida” Para custodiar y hacer intocable el árbol del Bien y del Mal.
Pero la Iglesia se durmió en los laureles. Lo de Tú eres Pedro, no fue sólo ponerle al mando de la Iglesia, que también. Al Tu es Petrus siguió lo de Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatares sobre la tierra quedará desatado en los cielos. Es el gran poder, el poder de determinar el Bien y el Mal, el poder moral. ¿O acaso son otras cosas las que ha de atar y desatar Pedro?
¿Y cómo ha gestionado la Iglesia este poder? Pues comparativamente, muy bien hasta que llegó el poder del hombre colectivo, es decir la democracia. Nunca antes la Iglesia había intentado siquiera alterar lo más mínimo los conceptos del Bien y del Mal, como tristísimamente está haciendo hoy. Con la Revolución francesa, el hombre desbancó el poder de Dios. A partir de ahí, la voluntad computerizada del hombre se instituyó en fuente de toda legitimidad y fundamento de todas las leyes, sustituyendo a la voluntad y a la ley de Dios.
Y mientras ese hombre colectivo, divinizado con la unción sagrada de la democracia, fue ganando más y más terreno, hasta invadir totalmente el campo del poder moral, es decir la definición del bien y el mal, el Tu es Petrus se fue empequeñeciendo más y más. Y a medida que ese nuevo poder crecía y se engreía gracias a la legitimidad que le reconocía el antiguo poder de la Iglesia, el poder de ésta, sobre todo el poder moral, el poder del Tu es Petrus se fue adelgazando. Hasta que acabó la Iglesia arrojándose en brazos del contrincante y asumiendo todas sus doctrinas, por más que se opusieran frontalmente a la voluntad y a la ley de Dios.
Y ahí los tenemos dictando leyes no sólo contra la ley de Dios, sino incluso contra las leyes de la naturaleza. Leyes que, a fuer de ir contra Dios, es decir contra El Bien, han acabado yendo directamente contra el hombre. A la deconstrucción de Dios, ha seguido inexorablemente (¡oh paradoja!), la deconstrucción del hombre. Así nos está castigando la sacrosanta democracia.
El resultado fue que quien ata y desata en la tierra y en el cielo, ya no es Petrus, sino el que se ha alzado en su lugar con el poder moral. Conculcando de ese modo la división de poderes, la más importante división de poderes, que se había mantenido en pie durante más de un milenio. Frente a esto, el hecho de que el poder ejecutivo se haya alzado con el poder legislativo y el poder judicial, conculcando el principio de la separación de poderes, no pasa de ser una bagatela. Donde realmente se ha estrellado la democracia convirtiéndose en el poder más totalitario que imaginarse pueda, es justo en la usurpación alevosa del poder moral.
Y lamentabilísimamente eso no se ha producido porque hubiese una gran diferencia entre las fuerzas en pugna, siendo mucho mayores las fuerzas del mal. En absoluto. La Iglesia partía en esta batalla con una ventaja enorme. Pero en la multitud de hombres y mujeres al servicio de la Iglesia, cundió el cansancio de la virtud. Les fatigó y en momentos hasta les aburrió la lucha por el bien. Y se convirtieron en fácil presa de sus enemigos.
La Iglesia ha abdicado de su misión divina. Ya hace tiempo que abandonó la custodia y la defensa del árbol del conocimiento del Bien y del Mal; un bien y un mal que ahora se deciden por el democrático procedimiento de la votación. Y tan absoluta es la rendición de la Iglesia, que está peleando por imponer también en su seno los procedimientos de votación del bien y el mal, a semejanza del mundo democrático al que se ha entregado. La Iglesia se ha entregado en cuerpo y alma a su becerro de oro, la democracia. Y está dispuesta a sacrificarle sus mejores hijos.
Tenemos ya tan asumida la calamidad, que la inmensa mayoría de la gente, ni se percata del horror en que estamos viviendo. Me conecté recientemente al primer webinar de la asociación Profesionales por la ética, que versaba sobre Adoctrinamiento en las aulas. Lo que más me impresionó fue constatar la estremecedora indiferencia de la inmensa mayoría de los padres ante ese abuso de poder. Y eso, no sólo en la escuela pública, de titularidad pública por tanto, sino también en la escuela concertada, de titularidad de la Iglesia en su mayoría. En esta categoría, es tan escandalosa la indiferencia de los padres como la de los titulares de esas escuelas en las que se están introduciendo ya contenidos que constituyen una auténtica corrupción de menores. Ahí destaca la responsabilidad de los religiosos y religiosas titulares, de sus superiores y de los obispos.
Pero eso no es más que el síntoma más nauseabundo del mal que intento denunciar: el de la liquidación del antiquísimo poder moral. Tan antiguo y tan sólidamente instalado en la sociedad, que formaba parte del aire que se respiraba. Quizá por eso no se percibía como un poder, sino como una realidad por encima de todo poder. Ni se sentía la Iglesia como administradora de ese poder. De orden divino, por supuesto; y por tanto por encima de todo poder. Por encima, incluso, de la categoría de los poderes.
Había un Orden Divino, al que estaba sometido el Orden humano. El Orden Divino era intocable: y a este orden pertenecía la calificación del bien y del mal. Claro, la tentación de la serpiente: “Y la serpiente le dijo a la mujer: No morirás. Porque Dios sabe que el día que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal.”
Virtelius Temerarius
A propósito de la “DIVISIÓN DE PODERES”, pienso que con la división de poderes se diluye las responsabilidades, como atractivo objetivo.
ResponderEliminarEn tiempos de Jesús, que es cuando se diseñó y se dio forma a la Iglesia, quedaron meridianamente claros los objetivos, las finalidades, los medios y las consecuencias de todo tipo.
Quedó claro que el historial de la humanidad, en su relación con el Creador, se aceptaba, principalmente profetas y otros santos varones, con sus legados.
Posteriormente, intervino la aportación de todos los santos o sabios colaboradores que plasmaron negro sobre blanco las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento, revisadas con lupa por los entendidos de la Iglesia para aceptarlas, o no, en el conjunto de hechos y leyes.
Así, partiendo de cero, se fundó la Iglesia con el visto bueno del Supremo.
¿Quedó claro cómo debía funcionar esta Santa Institución?
Pues desde el inicio de los tiempos, hasta hace unos muy poquitos años, ni mención, ni una sola palabra del fatídico Sínodo y menos aún del Sínodo de la Sinodalidad. Falta por instaurar el Sínodo de la Sinodaldad Sinodalizada, todo se andará.
¿No es todo este extraño galimatías una forma de simular la existencia de una perfecta y pura organización técnica mientras se sobreponen oscuros nubarrones sobre los hechos?
TEROL
El orden natural, Virtellius, es el fundamento de la ley natural, de la moral. Contravenir la moral es ir contra el orden de la naturaleza. Y ese orden es anterior a cualquier convenio humano, a cualquier ley humana. Salvo para determinados eclesiásticos, incluidos algunos de acá como hemos visto en demasiadas ocasiones. Por supuesto que tampoco es respetado últimamente por santa Marta y el Dicasterio sobre la Fe.
ResponderEliminarPara santo Tomás, el cosmos (física) y cuanto en él habita (biología) es una estructura ordenada, que él denominaba "ordo rerum ad invicem" (estructura jerárquicamente ordenada de las cosas creadas), dispuesta por la providencia divina, u "ordo rerum ad Deum.
Cuando estos principios elementales de la moral cristiana se desvanecen, todos los desvaríos de los poderes de este mundo se imponen.
La misma "democracia" fué la que crucificó a Cristo. La dictadura de la plebe doblegó al gobernador Pilato con el griterío de la multitud "¡¡crucifícale, crucifícale !!.
ResponderEliminarBien por Garrell, pero actualmente la democracia está dentro de algunos sectores del clero y se han puesto de acuerdo con no predicar el Diluvio y la Pentapolis.
EliminarAsí vamos muy mal 🙈
En España, no existe división de poderes.
ResponderEliminarTal como se ve en la crisis actual gravísima de la organización criminal que parece haber en el Gobierno del PSOE con Sánchez, sumado a la segunda crisis de los aliados de Sánchez, ajuntado con golpistas, terroristas y comunistas, donde ha roto toda la ley y la justicia (indultos, amnistía, derogación y readaptación del código penal, corrupción y ocupación política de la fiscalía, TC...), han demostrado que la democracia sin Dios ha fracasado totalmente... allá están, todos patéticos...
Sólo hay que ver el patetismo de Sánchez y todos los políticos que hay por Madrid y Barcelona: Illa (el PSC de Matesa y Filesa y los 1.200 millones), Pujol (el Señor del 3%), la lucha fratricida Rovira-Junqueras, el apolillado Puigdemont, el decaído Feijóo, el apagado Abascal...), te ríes un buen rato de toda esta gente ridícula que se ha ido fuera de la mano de Dios... ¿quién gobierna España?... Pocas veces se había visto tal nivel tan bajo de moralidad, competencia y capacidad...
Es cierto que la moral la fija este sistema del régimen del 1978, en especial a través del feminismo y la ideología de género (más el calentologismo y el animalismo) a través nada menos de los partidos, sindicatos y medios de comunicación prostituidos a la subvención, una pérdida del cuarto poder que ya empezó a finales del 1990 debido a la entrada de internet, crisis que dura hasta hoy y no hace más que agravarse.
Los tres poderes más el cuarto se han reducido a sólo dos poderes, el parlamento-gobierno-medios y de otro lado, los que nos van a salvar de este totalitarismo despótico del PSOE de Sánchez. Un grave problema que deberá de ser solucionado al menos a un nivel constitucional. Lamentablemente, el pueblo también se ha vuelto bastante mediocre... cómo recuerdo las grandes manifestaciones de antaño... ahora, después de la crisis del 2008, la crisis del procés (2012-2024), el covid (2020-2021), la guerra de Ucrania (2022-2024) y la guerra de Israel (2023-2024) parece una verdadera guerra contra la moral y resistencia psíquica de la gente.
Es muy significativo que la crisis general de la política en España y en Europa y Occidente (EEUU), vaya de la mano de la decadencia del Vaticano del argentino Bergoglio. Después de tener a un santo y doctor de la Iglesia como el fenomenal Benedicto XVI, sin tener en cuenta el fenomenal y fantástico San Juan Pablo II, ambos supervivientes de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y de la Guerra Fría, el Muro de Berlín y el fin de la URSS (1947-1991), nos ha llegado un verdadero mediocre, carente de competencia y capacidad para seguir la firme doctrina, carisma y unción de estos dos grandes de la Iglesia, para caer en la ruptura y la decadencia de la Iglesia más grande que se ha dado en la historia reciente. Y es que la Iglesia intercede por el Mundo ante Dios. Si la Iglesia se descompone y entra en decadencia y desintegración, el mundo sufre ante ello.
infovaticana.com/2024/10/19/estadisticas-en-la-iglesia-catolica-aumento-de-fieles-y-fuerte-descenso-de-religiosas-sacerdotes-y-seminaristas/
Aunque Trump va a apalizar electoralmente a este espantajo de Kamala, no se puede negar que hasta los del Partido Demócrata se están dando cuenta que sus políticas están condenadas al desastre sin paliativos, que han fracasado completamente en sus políticas progresistas.
ResponderEliminarAquí hay un reciente vídeo de Bill Clinton (cómo le tiembla la mano, ya es muy mayor, y ese fue el mejor orador demócrata), donde certifica la ruina, colapso y descalabro de las políticas progresistas en emigración, y hace una referencia a un tema inquietante, la IA.
youtube.com/watch?v=2Sg8CFVUa1o&t=266s
Hay que mencionar que Bill Clinton puso en práctica lo que los intelectuales e ideólogos del Partido Demócrata le aconsejaron para ganar la presidencia en 1993 hasta 2001. Consistió en crear una nación de "nuevas identidades": mujer, negro, homosexual, lesbiana, bisexual, trans, gordismo, capacitismo, edatismo... todas estas identidades sexuales y de género, junto con otras más, como la humillación deconstruida del WASP, el hombre blanco heteropatriarcal que vota a conservadores y a Trump, y las políticas de asesinato de niños no nacidos (aborto), transexualismo y eutanasia. Así, obteniendo diversas "teselas y mosaicos" de minorías muy pequeñas (raciales, sexuales y de género), sumadas juntas podían dar muchos votos y auparlo por un margen estrecho pero suficiente para ganar las presidenciales en los ocho estados pendulares o que dan las mayorías. Hay que mencionar que el Partido Demócrata, si fuera una empresa, el 40% sería de Soros, el 40% de Clinton y el 20% de Obama. Los hombres que dirigen las grandes empresas, los que compran relojes de 5.000 euros, los artistas ricos, todos ellos son del Partido Demócrata, los que subvencionan a negros, mujeres, ideología de género. Estos multimillonarios demócratas han impuesto las políticas DEI (Diversity, equity, and inclusion) que tanto han destruido al cine, las series, la enseñanza, la empresa...
Más o menos, a partir del minuto 4, dice esto Clinton en sintonía con Trump:
"En un momento crítico, cuando el mundo está agitado por crisis migratorias y problemas fronterizos en todas partes, había una oportunidad sobre la mesa para gestionar mejor la inmigración. Muchos en el país se sienten abrumados, preguntándose cuánto más podemos hacer. Sin embargo, no creo que los estadounidenses estén en contra de la inmigración, sino del caos. Quieren un proceso ordenado y sensato. A la vez, la mayoría reconoce que tenemos la tasa de natalidad más baja en más de un siglo, no alcanzamos el nivel de reemplazo poblacional, lo que significa que, si queremos seguir creciendo como economía, necesitamos que venga gente a este país."
Sobre la IA:
"A menos que alguno de ustedes sea un genio de la inteligencia artificial y descubra cómo crecer sin trabajar, algo que, francamente, no creo que nos convenga. Creo que el esfuerzo diario de levantarse y trabajar es fundamental para nosotros."
La lA se calcula que será muy problemática para el empleo, tanto alta como baja, pues la automatización y la robótica serán dominantes y no requerirán ya más trabajadores como hasta ahora: por primera vez en la historia, una unidad de PIB ya no creará una unidad de factor de trabajo laboral: el trabajador desaparecerá.
Como se ve, Trump ganará simplemente porque es el único que reconoce la realidad de los efectos catastróficos de las políticas demócratas de los últimos 30 años. Fin de una generación.
Estimado Virtelius Temerarius, le felicito está muy bueno su artículo, lo he disfrutado muchísimo y me da mucha pena los tiempos que estamos viviendo, no se si habrá habido un periodo más grave para la Iglesia en toda su historia, me ha hecho reflexionar! Dios le Bendiga! Un fuerte abrazo, L V
ResponderEliminarTotal y absolutamente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
ResponderEliminarLos dueños de este mundo están jugando a ser dioses. Y como los dioses griegos que vemos en la Ilíada, y la Odisea, se pelean entre sí por ver quén acaba dominándonos. Menos mal, porque si fuesen uno solo, estaríamos definitivamente perdidos. Lo que está claro es que juegan con nosotros, que nosotros somos el juguete con el que se divierten. Nos sacan los datos, y ponen a sus algoritmos a jugar con nosotros. ¿Era éste el paraíso al que aspirábamos? Pues, sea lo que sea, hasta aquí nos ha traído el empacho en que ha desembocado el atracón que nos hemos pegado, de los frutos del árbol del bien y del mal. No parecía tan profunda nuestra caída.
EliminarAmén 🙏
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