Los superiores generales de los maristas (con corbata)

Maristas en traje y corbata, vedrunas en pantalones, monjas del cister y benedictinas sin hábito o con hábito pero sin velo ni toca. Así tenemos las órdenes y congregaciones religiosas, dirán después que no tienen vocaciones.

Hace tiempo que saque a mis hijos. Uno de ellos se enfrento a la profe que enseñaba; El aborto es un metodo anticonceptivo como el condón. Le dijo es un asesinato y lo expulsaron de clase. Al día siguiente después de decirle al dire que no era persona mis hijos se largaron de este antro.

Los Maristas, como los Hermanos de La Salle y otros religiosos de la enseñanza se han convertido actualmente en simples maestros sindicados. Su indumentaria es un signo más de esta transformación.

"Si uno observa la composición del actual gobierno general de los maristas que actualmente preside el Hno. Ernesto Sánchez, se puede observar que todos sus miembros, absolutamente todos, concretamente ocho, visten en la foto oficial con traje y corbata, por lo que parecen más los directivos de una multinacional, que los máximos responsables de una Congregación religiosa."

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Ojalán fueran ejecutivos de una multinacional... no, no, no... por experiencia, me recuerdan los dirigentes de dos sectas:

- Mormones: la Presidencia y los Doce Apóstoles

noticias-es.laiglesiadejesucristo.org/liderazgo-y-organizacion

- Testigo de Jehová: el Cuerpo Gobernante

jw.org/es/biblioteca/revistas/w20130715/nuevo-miembro-cuerpo-gobernante/

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Es gracioso, pero estos curas secularizados que sólo son católicos de nombre pero nada de substancia, escondiendo su consagración en los ambientes altos y bajos, se pueden dividir en dos, y los dos extremos coinciden:

1. Cura obrero descamisado con suéter de camionero: típico del cura progre, vestido de obrero años 1960, pasados de moda y que cantan más que si fueran vestidos con tricornio, capa y zayal... el mal gusto campea por todos lugares...

2. Cura o religioso empresario encorbatado: generalmente pertenecen a estas órdenes religiosas decadentes y en extinción, como sus paisanos curas obreros, y casi siempre son dirigentes. Suelen coincidir también con los dirigentes de algunas comunidades protestantes y algunas sectas raras y extrañas de los EEUU.

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Que sepa, el origen de sacarse el hábito en curas y religiosos puede remontarse durante el inicio del Concilio Vaticano II, cuando el cardenal arzobispo de París, Mons. Maurice Feltin, aprobó el 29 de junio de 1962, hace 62 años, que los sacerdotes de su diócesis dejasen de usar la sotana en condiciones normales.

Su decisión nunca se presentó como doctrinaria o moral, sino pastoral: la adaptación de las costumbres eclesiásticas a las mutaciones de la sociedad de 1960. Significó un cambio histórico, y fue seguida el mismo año por la mayoría de las diócesis francesas hasta extenderse por toda la Iglesia europea occidental y norteamericana, incluso la siguió Joseph Ratzinger, disfrazándose, por un tiempo, en su fase joven "aires de progre", bajo la modalidad de “alto ejecutivo con americana y corbata”. Luego estaban los otros, más tirados, los curas obreros y rojos, revolucionarios.

La sotana adquirió desde el Concilio de Trento el simbolismo militante: su uso diferenciaba al sacerdote del resto de los hombres. Su forma actual procede del siglo XIX. Para Mercier, la teología subyacente era teológica profunda: Cruz, castidad, pobreza, renuncia a la tres concupiscencias de los ojos, la carne y la soberbia de la vida, es un velo o mortaja mortuoria (muerto al mundo y a la voluntad propia del ego):

“Hace pensar en la muerte, en la Cruz. El sacerdote que la viste se compromete a imitar a Cristo casto y pobre. Ella señala su renuncia al placer y a la seducción y, en un sentido más amplio, su renuncia al mundo, es decir, al sistema que marca las relaciones humanas por el deseo de poder, dinero y apariencia. La sotana es una forma de tumba. Ella hace eco a la antigua práctica de revestirse de un ’velo mortuorio’ en la ceremonia de entrada de religiosos y religiosas en religión, para simbolizar la muerte a la voluntad propia y al mundo”.

En 1962, el abandono de la sotana tuvo la misma causa: la apertura al mundo profano, laicizado, que repelía la sumisión y la obediencia.

Se puso de moda el “clergyman”, pero esta moda universal duró muy poco, y terminó siendo abandonado cuando vino la revolución libertaria de Mayo de 68, cuando los curas se escindieron en cuatro modas: sotana, clergyman, empresario y cura obrero...

En 1970, el teólogo Joseph Ratzinger, acatarrado de juventud por el Bacillus progressivus revolutionarius corporativus, o bacilo azul, usó el modelito "empresario elegante con americana y corbata". Me parece que de esta guisa se le vio por el Concilio Vaticano II como périto teólogo. Este bacilo es algo diferente de la otra mutación más común y usual, el Bacillus progressivus revolutionarius operarius, o bacilo rojo, que afectó a los curas obreros y otras especies revolucionarias:

Ratzinger corbata nº 1: acnmex.com/en-1970-ratzinger-vio-lejos-la-babel-de-la-iglesia-de-entonces-es-la-misma-de-hoy-con-una-diferencia-mas/

Ratzinger corbata nº 2: papabenedettoxvitesti.blogspot.com/2011/02/prof-ratzinger-1970-lopinione-pubblica.html


El artículo, además, relata la famosa conferencia de 4 de junio de 1970 cuando en Munich, ante mil oyentes, el profesor de Teología en la Universidad de Regensburg, Joseph Ratzinger (ordenado diácono en 1950, presbítero en 1951 y obispo y cardenal en 1977), pronunció una conferencia titulada: «Por qué sigo en la Iglesia» titulado también "La confusión babélica en la Iglesia", donde se relata, tal como recordarán los de la generación de 1970, aquel estado de descomposición ultrarrápida en que llegó la Iglesia en 1968 con la oposición de media -sí, media Iglesia, sobre todo en Occidente- contra la Humanae vitae de Pablo VI en 1968, aquel papa que aprobó la disruptiva Misa Moderna de 1970 (la Misa de la Nueva Primavera y que resultó un horror de deformaciones), y que hoy aún tenemos problemas con la prohibición de Francisco contra la Misa Tradicional en Traditionis custodes...

La conferencia parece escrita para 2024, gracias al carisma profético de Ratzinger, para la Iglesia "primaveral y sinodal" de Francisco (ordenación diaconal ¡no consta!, presbiterial en 1969 y episcopal en 1992)... 54 años después, seguimos con este tipo de consagrados progres que llevan a la Iglesia de la primavera prometida al planeta desértico y arenoso, sin vida ni agua de hoy, como Bergoglio y con sus jesuitas aún más destruidos que nunca jamás, sin levantar cabeza y esperando su liquidación como los maristas en sus castillos franceses...

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La carta del profesor indicando el nivel de descomposición fideística, moral y espiritual de los maristas, deberá de ser tenida en cuenta por este ahora dormido oníricamente y aletargado hipnóticamente Colegio Cardenalicio y Colegio Episcopal, en especial cuando deban de hacer el cónclave para elegir el nuevo papa (esperemos que nunca jamás sea un Francisco II).

Tendrán sobre la mesa la intervención directa sobre los gobiernos de más de 100 órdenes y congregaciones religiosas decadentes y en vía de extinción, como los maristas y jesuitas.

Además, deberán de afrontar la herejía apostática de la Iglesia alemana y parte de la belga, holandesa, suiza y austríaca (Teología del Rin), sin contar con las centenares de diócesis en vías de exterminio por falta de vocaciones en EEUU, Canadá y Europa, como es el caso paradigmático de Gerona. Y es que la Iglesia ya no puede seguir más con el modelo Bergoglio-Francisco, pues en 15 años va a empezar a desaparecer.

Las normas en la Iglesia Católica sobre vestidos de consagrados son muy abundantes, para empapelar catedrales, pero de voluntad no, no hay todavía después de pasados 62 años desde el inicio del Concilio Vaticano II.

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Antes de todo, un buen sitio donde explica la sotana del P. Fortea:

porquedeboirvestidodesacerdote.blogspot.com

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Directorio I de 1994 y Directorio II de 2013

En 2013 la Congregación para el clero publicó una nueva edición del Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros II, que sustituye al Directorio I de 1994.

El n. 61 del Directorio II es sustancialmente idéntico al n. 61 de la versión anterior, el Directorio I de 1994. Se lo ponemos in extenso a los curas modernos para que lo sepan, hasta con sus notitas:


- Directorio II de 2013: Importancia y obligatoriedad del traje eclesiástico

Numeral 61. En una sociedad secularizada y tendencialmente materialista, donde tienden a desaparecer incluso los signos externos de las realidades sagradas y sobrenaturales, se siente particularmente la necesidad de que el presbítero —hombre de Dios, dispensador de Sus misterios— sea reconocible a los ojos de la comunidad, también por el vestido que lleva, como signo inequívoco de su dedicación y de la identidad de quien desempeña un ministerio público [247].

El presbítero debe ser reconocible sobre todo, por su comportamiento, pero también por un modo de vestir, que ponga de manifiesto de modo inmediatamente perceptible por todo fiel, más aún, por todo hombre [248], su identidad y su presencia a Dios y a la Iglesia.

El hábito talar es el signo exterior de una realidad interior: «de hecho, el sacerdote ya no se pertenece a sí mismo, sino que, por el carácter sacramental recibido (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1563 y 1582), es “propiedad” de Dios. Este “ser de Otro” deben poder reconocerlo todos, gracias a un testimonio límpido. […] En el modo de pensar, de hablar, de juzgar los hechos del mundo, de servir y de amar, de relacionarse con las personas, incluso en el hábito, el sacerdote debe sacar fuerza profética de su pertenencia sacramental, de su ser profundo» [249].

Por esta razón, el sacerdote, como el diácono transeúnte, debe [250]:

a) llevar o el hábito talar o «un traje eclesiástico decoroso, según las normas establecidas por la Conferencia Episcopal y según las legitimas costumbres locales» [251]. El traje, cuando es distinto del talar, debe ser diverso de la manera de vestir de los laicos y conforme a la dignidad y sacralidad de su ministerio; la forma y el color deben ser establecidos por la Conferencia Episcopal, siempre en armonía con las disposiciones de derecho universal;

b) por su incoherencia con el espíritu de tal disciplina, las praxis contrarias no se pueden considerar legítimas costumbres [252] y deben ser removidas por la autoridad competente [253].

Exceptuando las situaciones del todo excepcionales, el no usar el traje eclesiástico por parte del clérigo puede manifestar un escaso sentido de la propia identidad de pastor, enteramente dedicado al servicio de la Iglesia [254].

Además, el hábito talar —también en la forma, el color y la dignidad— es especialmente oportuno, porque distingue claramente a los sacerdotes de los laicos y da a entender mejor el carácter sagrado de su ministerio, recordando al mismo presbítero que es siempre y en todo momento sacerdote, ordenado para servir, para enseñar, para guiar y para santificar las almas, principalmente mediante la celebración de los sacramentos y la predicación de la Palabra de Dios.

Vestir el hábito clerical sirve asimismo como salvaguardia de la pobreza y la castidad.///

Las notas remiten a su vez a otros abundantes documentos, hay para dar y vender, regalar y empaquetar a diestro y siniestro:

[247] Juan Pablo II, Carta al Card. Vicario de Roma (8 septiembre 1982)

[248] Pablo VI, Alocuciones al clero (17 de febrero de 1969; 17 de febrero de 1972; 10 de febrero de 1978): AAS 61 (1969), 190; 64 (1972), 223; 70 (1978), 191;
Juan Pablo II: Carta a los Sacerdotes con ocasión del Jueves Santo 1979 (8 abril 1979), 7
Alocuciones al clero (9 noviembre 1978; 19 abril 1979): “L’Osservatore Romano”, edición lengua española, 19 noviembre 1978, 2 y 11; “L’Osservatore Romano”, edición lengua española, 29 abril 1979, 12

[249] Benedicto XVI, Discurso a los participantes en el Congreso Teológico organizado por la Congregación para el Clero (12 marzo 2010): l.c., 5

[250] Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Chiarimenti circa il valore vincolante dell’art. 66 del Direttorio per il ministero e la vita dei presbiteri (22 octubre 1994): “Communicationes” 27 (1995), 192-194

[251] C.I.C., can. 284

[252] C.I.C, can. 24 § 2

[253] Pablo VI, Motu Proprio Ecclesiae Sanctae, I, 25 § 2: AAS 58 (1966), 770;
S. Congregación para los Obispos, Carta circular a todos los representantes pontificios Per venire incontro (27 enero 1976): EV 5, 1162-1163;
S. Congregación para la Educación Católica, Carta circular The document (6 enero 1980): “L’Osservatore Romano” supl., 12 abril 1980

[254] Pablo VI, Audiencia general (17 de septiembre de 1969): “L’Osservatore Romano”, edición en lengua española, n. 38, 21 de septiembre de 1969, 3; 
Alocución al clero (1 de marzo de 1973): “L’Osservatore Romano”, edición en lengua española, n. 11, 18 de marzo de 1973, 3


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El artículo 61 de la versión anterior, el Directorio I de 1994, fue objeto de una Nota explicativa del Consejo Pontificio para la interpretación de los Textos Legislativos.

En ella, después de aclarar que este artículo 61 tiene categoría de Decreto general ejecutorio, y por lo tanto, obliga jurídicamente, da los criterios de interpretación del canon 284 a la luz del artículo 61 del Directorio I.

Esta Nota es vigente porque aunque razona sobre el n. 61 el derogado Directorio I de 1994, pero tanto este Directorio I como el Directorio II de 2013 tienen el mismo artículo, el 61, redactado de la misma manera. Por eso dice que:

a) Recuerda, también con reenvíos a recientes enseñanzas del Magisterio pontificio en la materia, el fundamento doctrinal y las razones pastorales del uso del traje eclesiástico por parte de los ministros sagrados, como está prescrito en el can. 284;

b) determina más concretamente el modo de ejecución de tal ley universal sobre el uso del traje eclesiástico, y así: «cuando no es el talar, debe ser diverso de la manera de vestir de los laicos, y conforme a la dignidad y a la sacralidad del ministerio.

La forma y el color deben ser establecidos por la Conferencia Episcopal, siempre en armonía con las disposiciones del derecho universal».

c) solicita, con una categórica declaración, la observancia y recta aplicación de la disciplina sobre el traje eclesiástico: «por su incoherencia con el espíritu de tal disciplina, las praxis contrarias no se pueden considerar costumbres legítimas y deben ser removidas por la competente autoridad».

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- Obliga a diáconos no permanentes, presbíteros y obispos:

Canon 284 CDC: Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar.

- Obliga a los diáconos permanentes:

Canon 288 CDC: A no ser que el derecho particular establezca otra cosa, las prescripciones de los cc. 284, 285 §§ 3 y 4, 286, 287 § 2, no obligan a los diáconos permanentes.

- Obliga a los religiosos

Canon 669 CDC: 
§ 1.    Los religiosos deben llevar el hábito de su instituto, hecho de acuerdo con la norma del derecho propio, como signo de su consagración y testimonio de pobreza.
§ 2.    Los religiosos clérigos de un instituto que no tengan hábito propio, usarán el traje clerical, conforme a la norma del c. 284

Y el papa Francisco les ríe las gracias con sonrisa cómplice, faltaría más.

Anónimo 9.39, ¿Podría explicitar en cuál o cuáles puntos se ríe usted del Sr Silveri? Lo digo para que podamos también reírnos de usted ;-)

Sr Fabra, el otro de la foto es el general Jesuita..el padre Sousa...¿no es aquel que predica que es infierno no es más que un concepto?. Se les ve a los tres de compadreo

Han convertido los colegios religiosos en simples pocilgas.

Si los Santos fundadores salieran de sus tumbas los mandarían a todos a la hoguera.

jejejejeje, como siempre... yo ya he desempolvado la sotana, el saturno y el manteo para el invierno, a ver si asi me viene detrás un ejército de jóvenes que quieren ser sacerdotes. Solo para ir con sotana o cuello romano...Venga hombre, venga... se puede ser más ******, signos, signos, ver a un cura por la calle con sotana, todas las "beatas" (con todos los respetos) yendo a besarle la mano y pedir la bendición. Incluso los que se arrodillan delante de ellos.
Por las obras los conocerás,más no por su hábito, que el hábito no hace al monje, me enseñaron.
Pero claro, ahora vamos a volver al año 1960: que es lo que promulgáis. Con traje y con corbata, más elegante no se puede ir. Y con zapatos negros y calcetines de algodón.
Pero como siempre, este blog disparando a matar. Pues os va a salir un granito en salva sea la parte porque tanta sotana y tanto hábito no hacen crecer los seminarios.
Que no, que no, ¡que es el mundo,el demonio y la carne que se han instalado para hacer desaparecer tanta carcundia! Que eso no sirve de nada, solo de aparador, de fachada, de postal, de estampa... Necesitamos santos, presbíteros y religiosos santos, que difundan el evangelio con palabras y hechos, no con estampas y aparadores.
Bueno, pues, "mi asistenta" me acaba de planchar la sotana, el fajín y la muceta. Voy a probarme a ver si me entra que he engordado un poquito. Ah! el Saturno me vendrà bien, ahora que empieza a llover. Pues eso. Arriba España!

Eso de Arriba España solo lo puede decir una persona digna y usted no lo es.

Háganse protestantes, usted y su señora para seguir viviendo del cuento y deje a los Católicos de veras en paz.

Aquí pueden ver al Hno. Emili Turu, vestido con el hábito marista en 2017 en los funerales del Hno. Charles Howard:
https://champagnat.org/es/albuns/funeral-h-charles-howard/

Bien por el hermano Turú, aunque pronto se pondría su americana y corbata .La foto nos muestra que llevaron con más respeto al finado que el transporte de cadáver de Benedicto XVI, hecho con nocturnidad y de cualquier manera en furgoneta. Ya sabe, lo de la americana y la furgo, cosas de los nuevos tiempos de Francisco.