Demoler
una iglesia no es un hecho muy habitual en la ciudad de Barcelona, pero
tampoco es un hecho inédito. Por ejemplo, al principio de este siglo
XXI fue derribada la iglesia de Sant Francesc de Paula, en la calle de
Sant Pere Més Alt, para dar paso a la ampliación del Palau de la Música
Catalana. También hay casos en que las iglesias, convenientemente
desacralizadas, se utilizan para nuevos usos, como pasará con la Capella
de la Misericòrdia, que pronto será rehabilitada para convertirla en el
nuevo Centro de Atención Primaria (CAP) del Raval Nord. Con todo,
en la ciudad ahora hay una iglesia a punto de derribar, y una recogida
de firmas para parar el proyecto ya acumula unas de 8.500 firmas.
Se
trata de la iglesia del Esperit Sant, situada en la Travessera de
Gràcia, 401, en el barrio del Baix Guinardó, donde la pasada Semana
Santa se oficiaron los últimos actos religiosos, incluidos dos bautizos,
y ya se prepara la finca para su derribo, que previsiblemente tendrá
lugar en mayo. El proyecto es destinar el solar a la construcción del
nuevo edificio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat
Blanquerna - Ramon Llull, reservando 713 metros cuadrados a usos
parroquiales y 4.096 metros cuadrados a la sede de la facultad, con unas
nuevas instalaciones donde sería compatible la actividad docente con la
misión pastoral. Hay que tener en cuenta que la Fundació Blanquerna es
una fundación de la archidiócesis de Barcelona.
Con todo, esta operación cuenta con la oposición de vecinos y feligreses, que ya han puesto en marcha una recogida de firmas en la plataforma Change.org, donde ya se han recogido 8.500 firmas. Según la petición para salvar la iglesia, esta está liderada por "feligreses y ciudadanos preocupados" por el derribo y señalan que más allá del edificio, la parroquia es "comunidad vibrante con adoración eucarística perpetua, una vida sacramental activa y un grupo dedicado a san José que atiende a pobres y necesitados", y por eso reclaman al cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, que "reconsidere la decisión y busque alternativas viables para preservar nuestra querida iglesia".
Con todo, esta operación cuenta con la oposición de vecinos y feligreses, que ya han puesto en marcha una recogida de firmas en la plataforma Change.org, donde ya se han recogido 8.500 firmas. Según la petición para salvar la iglesia, esta está liderada por "feligreses y ciudadanos preocupados" por el derribo y señalan que más allá del edificio, la parroquia es "comunidad vibrante con adoración eucarística perpetua, una vida sacramental activa y un grupo dedicado a san José que atiende a pobres y necesitados", y por eso reclaman al cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, que "reconsidere la decisión y busque alternativas viables para preservar nuestra querida iglesia".
La iglesia del Esperit Sant es un exponente de la edificación contemporánea y de cierto estilo brutalista. Fue construida en los años sesenta del siglo pasado a partir del proyecto del arquitecto Manuel Puig Janer e inaugurada en 1967 y de su decoración destaca el gran vitral de la entrada, que da a la Travessera de Gràcia. Se trata de una obra monumental, de unos 200 metros cuadrados y obra del taller Raventós de 1965, que de momento también está destinado a la demolición, ya que no tiene ningún tipo de catalogación o protección. Fuentes de la misma iglesia citadas por el portal 'Religión en libertad' apuntan que el vitral "no ha estado nunca catalogado como nada especial" y que corresponde a una "técnica barata que se hacía en los años 60 para incorporar cristal en estructuras de hormigón".
Por su parte, el Arzobispado de Barcelona, en una nota hecha pública el pasado 22 de marzo, señaló que el proyecto de demolición cuenta con el visto bueno de los órganos diocesanos y la preceptiva autorización de la Santa Sede. Además, se especifica que "se prevé una cesión de derecho de superficie de una parte de la finca y no una venta", por lo cual el Arzobispado "no pierde en ningún momento la propiedad del suelo y de aquí unos años tendrá la propiedad del edificio construido". Además, también apunta que "la parroquia no se extingue y que, durante el tiempo que durarán las obras de construcción de la nueva edificación, continuará con su actividad pastoral en la Iglesia del Hospital de Sant Pau y de la Santa Creu", y que "una vez acabadas las obras, la actividad pastoral de la parroquia del Espíritu Santo retornará al nuevo templo parroquial, situado en el mismo número 401 de Travessera de Gràcia".
*Escrito publicado por Jordi Palmer en "Elnacional.cat" el 3 de abril de 2024
VERGÜENZA!!!!
ResponderEliminarEsto pasa cuando se dejan de lado las obligaciones morales de predicar más frecuente los 6 días y el Diluvio, la gente se aburre en las iglesias y deja las misas de la predicación del "amor", las gentes quieren pan y espectáculos, y al "amor" predicado tan repetidamente el pan no le va asociado y resulta incomprensible e indigerible este "amor" sin pan.
ResponderEliminar¿Cuántos de los 8500 firmantes participan de la vida parroquial?
ResponderEliminarUna muy buena pregunta.
EliminarFirmar online, cuesta muy poco.
No compromete a nada.
¿Alguno de los dos pasó por la parroquia o por alguna parroquia?
EliminarHan oído la noticia de que Bergolio quiere anular el título de PAPA para siempre?
ResponderEliminarMe parece que es una broma que se hizo, como la que quiere abolir además todas las insignias heráldicas eclesiásticas y la suya será un vaso de mate argentino... ;)
Eliminar"se prevé una cesión de derecho de superficie de una parte de la finca y no una venta", por lo cual el Arzobispado "no pierde en ningún momento la propiedad del suelo y de aquí unos años tendrá la propiedad del edificio construido"
ResponderEliminarEl problema no es de propiedad, pues todo es propiedad del Arzobispado de Barcelona.
El problema es de posesión y uso y disfrute de las rentas y beneficios que genere el volumen y superficie construida cedidas por el Arzobispado a Blanquerna procedentes de la parroquia.
Estos beneficios son derivados de la explotación económica de la dicha posesión concedida por el Arzobispado a Blanquerna contra la parroquia, como consecuencia de los servicios retribuidos que dará la Facultad de Medicina de Blanquerna en dichos espacios cedidos.
En ellos se darán clases, conferencias y cursos que devengarán (cobrarán) matrículas sustanciosas a favor de Blanquerna sin que la parroquia se beneficie de ello.
La parroquia ha sido afectada porque está a unos 10 minutos del Hospital de Sant Pau.
...
El otro problema es la doble operación "acordeón y lata de sardinas": en efecto, el nuevo templo parroquial será más pequeño que el existente, comprimiendo a toda la parroquia en un espacio mucho más corto y estrecho.
Que den las cifras de volumen y superficie de la antigua y de la nueva parroquia los del Arzobispado, para que se concrete en números la expropiación de usos que hará el Arzobispado a la parroquia en beneficio de Blanquerna.
...
Y esto es lo que puede ocurrir en todas las parroquias que sean derribables, que son casi todas las construidas durante el Concilio y el postconcilio: se derribarán y se reconstruirán mucho más pequeñas, y el nuevo espacio cedido, propiedad o no del Arzobispado, será para usos comerciales y lucrativos.
...
El Arzobispado ha de dar transparencia y sinodalidad:
1. Que la parroquia y el conjunto de las parroquias de Barcelona sean informadas de toda la operación urbanística en todos los detalles: superficie y volumen de la Facultad de Blanquerna, así como de la antigua y nueva parroquia.
En especial, saber si hay o no servidumbres u otros derechos reales limitativos de la nueva edificación resultante, que están a favor de los edificios del contorno.
Si no se han respetado, y en Barcelona hay muchísimos derechos reales limitativos (servidumbres, enfiteusis, nudas propiedades, usufructos, censos...), la operación puede paralizarse o ser muy costosa.
2. Que la parroquia decida si está de acuerdo o no con esta operación y que ello se tenga en cuenta, no sólo el parecer del Vaticano y del Arzobispado, que son parte interesada.
3. Que se respeten los derechos urbanísticos de los parroquianos, que reciban una parroquia con el mismo volumen y superficie que tenían antes, con la conservación de las vidrieras.
Este templo lo inauguró Don Marcelo con el beneplácito del Caudillo.
ResponderEliminarSeguro que hace cosquillas por eso.
Antes fue la capilla durante la II República por el obispo mártir Irurita. Dicha capilla fue saqueada durante la Guerra Civil.
Eliminar