El pasado Lunes de Pascua algunos de Calanda bajamos a Cretas para acompañarte, amigo Juan José, en la tradicional celebración festiva de la Ermita de la Misericordia. No sé si te fijaste en nosotros. ¡Son tantos años! Nos enteramos del evento gracias al alcalde de tu pueblo, que habla por los codos, ese al que ninguneó el ministro Illa cuando fue de extranjis a verte al pueblo para reclamar tu inestimable colaboración en la represión social de la epidemia del coronavirus; el alcalde, digo, pregonó tu inmarcesible presencia en ese señalado día; pues el primer edil aprovechó la providencial circunstancia para dar por inaugurada la restauración del templo, que luce ya un nuevo suelo de losas de piedra. Eso sí, con la ayuda económica de la Diputación: que basta nombrarte para que no se atrevan a cuestionarla. Tal y como explicó el Sr. alcalde, Fernando Camps, “el cardenal Omella nos preguntó si el lunes habría misa en la ermita, ya que pasaba por aquí de camino a Teruel, así que realizó el oficio tradicional del Lunes de Pascua”.
No pudimos resistirnos a la oficiosa invitación, y allí nos fuimos este Cojico, el tío Caldú y una buena representación de los parroquianos del bar La Bellota. Así que, carretera y manta, a encontrarnos no sólo contigo, sino con el obispo de Tortosa, Sergio Gordo y tus dos auxiliares, Javier Vilanova y David Abadías. Tus paisanos estaban que se salían, Juanjo. Sabes lo agradecidos -aduladores, que dice el tío Caldú, que no sabe morderse la lengua- que son en los pueblos cuando vuelve a visitarlos el vecino que ha triunfado. Tan abandonadicos nos sentimos los pobres de la “España vaciada”, que no cabíamos de gozo cuando apareciste con tan brillante séquito: tú, Juanjo, el cardenal ¡y con tres obispos! Lo nunca visto no sólo en el Matarraña, sino en todo el reino de Aragón. Estabais ahí tan devotos, tan solemnes y todos los fieles con la boca abierta. ¿Quiénes somos nosotros, humildes mañicos, para que vengas a visitarnos con tal poderío y majestad, Juanjo? No nos olvidas y nosotros tampoco te olvidamos a ti.
Cuando salimos de la misa, en esos corrillos donde los más viejos nos liamos el pitillo, nos pusimos a cascar sobre lo humano y lo divino, yendo a encallarse la conversación en esa Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que ha movido Cáritas (de la que afortunadamente ya no eres el máximo responsable) y que apoyan los obispos y la Confer (los frailes progres) al objeto de instar al Gobierno a legalizar masivamente a 300.000 inmigrantes ilegales. Según se lee en la ILP que apoya la Conferencia Episcopal Española, «esta propuesta está estrechamente alineada con acuerdos e iniciativas internacionales a los que España se ha comprometido de manera solemne. Estos incluyen la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (Objetivo 10), el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular y el vigente Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, firmado en 2008″.
El tío Caldú, el más cáustico, se acaloraba explicando que ese dineral que se gasta el Gobierno en atraer y mantener subsidiados a miles y miles de inmigrantes ilegales, estaría infinitamente mejor invertido en completar la gestación, parir y sacar adelante otros tantos miles (centenares de miles) de españolitos y españolitas, que son exterminados en el vientre de sus madres con la ayuda económica del mismo Estado. ¿Pero cómo va enfrentarse la emasculada Conferencia Episcopal Española -ahora con el melindroso Argüello al frente- a la Agenda 2030 y a su derecho universal al aborto?, apostillaba Caldú. Y luego -decía el muy xenófobo- lloramos por la España vaciada. El pobre no tiene arreglo.
Pues comentábamos tus fieles amigos, Juanjo, que a pesar de los inevitables errores que comete el que gobierna (al que cierne y masa, de todo le pasa), a lo que nunca te has rebajado es a hacerle el trabajo sucio al Gobierno, y menos con una Iniciativa Legislativa Popular patrocinada por Cáritas. Has querido tender puentes, eso sí, con esos caraduras. Que si Illa, que si Puigdemont, que si Aragonés y su patulea indepe, y las deliciosas escenas de sofá con Félix Bolaños, el ministro de la Presidencia. Todo eso lo hiciste con tino, para limar asperezas y evitar esos conflictos a los que te quería llevar esa clerigalla con trabuco, que quiere que pises todas las minas y te metas en todos los charcos. ¡No! Actuaste como un verdadero cardenal de la Iglesia.
Un poco feudal y decimonónico, la verdad -apostilló el tío Caldú- con la estrategia del palo y la zanahoria, prometiendo itinerarios de diálogo “que han acabado en la guerra de nuestro cardenal contra el Espíritu Santo” (se refería, como es lógico, a la demolición forzosa de la céntrica parroquia del mismo nombre, pasando por encima de todo y de todos). Claro que se trata de construir una Facultad de Medicina a 20.000 euros la matrícula y contribuir al plan municipal de convertir Barcelona en referencia mundial de la ciencia médica. Lo que no tiene en cuenta la gente –remataba Caldú con su lengua de víbora- es que los altos dignatarios de la Iglesia (de obispo p’arriba) estáis para la gestión del ingente patrimonio de la Iglesia y para engrasar las relaciones con el poder. Y si nos hemos de cargar el Espíritu Santo (la parroquia, claro), pues cumplimos con nuestro altísimo deber y nos lo cargamos. Lo de la pastoral -afirmaba quejumbroso- el cuidado de los fieles, la doctrina y todo eso, queda para los curas de a pie y los fieles, que vienen a ponerte piedras en el camino.
Pero tú, Juanjo, ni caso. Hay gente a la que todo le parece mal. Pero es que, si dieses pábulo a tus difamadores, ya te habrían metido en un nicho a la sombra de las Rocas de Benet.
No te inmutes, Juanjo, tus fieles paisanos te comprendemos y te defendemos hasta el último aliento. Mientras fuiste presidente de la Conferencia Episcopal, al menos no te vendiste a la Agenda 2030 (aborto, lobby gay, eutanasia, género, cambio de sexo e inmigración masiva). En cambio, tu sucesor, Luis Argüello, el obispo de Valladolid, a calzón bajado y en nombre de la Iglesia, ha ayudado a Pedro Sánchez a implementar el diabólico programa de Alex Soros con la regulación indiscriminada de la inmigración ilegal y el consiguiente efecto llamada para que acudan más pateras, evitando así, con la ILP de Cáritas, el desgaste político para un gobierno con tres procesos electorales pendientes.
Verdaderamente, Juanjo, el obsequioso Argüello, que ya apuntaba formas en su juventud cuando miraba en un mitin a Santiago Carrillo como si fuese una aparición divina, te ha hecho bueno. ¿Qué digo bueno? Te ha hecho un verdadero confesor de la fe y defensor de la Iglesia (¡ah, las inmatriculaciones! Nunca te las agradecerá suficientemente la Iglesia española). Despreciaste como un valiente la artera citación del Parlamento de Cataluña para fusilarte a cuenta de los abusos sexuales del clero (muchos de ellos, engordados a todo lo que dieron de sí; y algunos, pura calumnis). No lo olvidamos, Juanjo. Les diste una patada en la boca, que todavía les duele a esos fariseos con acta de diputado. Los obispos, en cambio, son harina de otro costal. Los muy tunantes, han esperado a tu salida para afianzar en la cúpula episcopal a los pelotillas más conspicuos. ¡No tienen vergüenza!
Menos mal que te has ido de ese pudridero, Juanjo. ¡Menos mal! No limpio de polvo y paja, ciertamente, que eso es imposible en medio de un campo de batalla tan fragoroso; pero sí con la cabeza bien alta, con esa que luciste egregia el Lunes de Pascua en la Ermita de la Misericordia de Cretas, rodeado por tus paisanos y, sobre todo, por tus obispos, por esos que has fabricado (como un auténtico MakerKings, que dicen los americanos) y que dejarás, cuando el Señor te llame, como recuerdo perpetuo de tu talante episcopal, íntegro y sincero. Si eres cardenal es por algo, aunque a muchos -pobres zoquetes- les cueste todavía hoy entenderlo.
El Cojo de Calanda
Un excelente artículo, sobre todo por la operación inmobiliaria del Arzobispado. Éste es la primera inmobiliaria de Cataluña, sobre todo por la cantidad de inmuebles que tienen, entre otras, las diversas fundaciones, como la del Hospital de Sant Pau.
ResponderEliminarEl sacrificio de parte de la superficie de la parroquia del Espíritu Santo al altar de los 20.000 euros por matrícula: hay que rentabilizar la tochana donde dé más dinerito.
La trabazón en urdimbre entre el gran proyecto de Barcelona Ciudad Sanitaria, la Fundació de Gestió Sanitària de l'Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y la reducción de la parroquia del Espíritu Santo que está a diez minutitos, pasito a pasito al Hospital de San Pablo.
Sobre las inmatriculaciones, todo indica que fue un paripé en el Olimpo de los Dioses. La justicia europea habría tumbado todos los proyectos de ley del gobierno del Frente Popular de socialistas, comunistas, golpistas y bilduterroristas (bildu y batasuna significa "unión") contra las inmatriculaciones (posesiones desde siglos o milenios crean usucapión, la adquisición de la propiedad y sanación de todo vicio jurídico por el paso del tiempo), pero claro, eso implicaba unos diez años de incertidumbres económicas entre líos judiciales. Al final, se ha llegado al acuerdo: no haremos en ningún momento una ley que sabemos que la van a tumbar en diez años, a cambio de sumisión.
Sobre el tema de la legalización de inmigrantes, hay que tener en cuenta que irá agravándose hasta extremos totalmente explosivos para dentro de una generación, pues la baja demografía interna más la exportación depredadora de demografía exterior sólo implica un proceso de reemplazo: los números mandan, no hay integración o agregación, hay reemplazo.
La realidad es muy grave: Europa tiene 750 mll. hab., que va a estar constante, pero África tiene casi el doble, 1.200 mll. La ONU dice que un 10%, según sus encuestas, unos 110 mll., quieren emigrar, sin contar la reagrupación familiar.
África, para el 2050, se calcula que tendrá 2.500 mill. en 2050: el 10% de emigrantes son 250 mll. Y en el 2100 serán 4.400 mill., y el 10% son 440 mll. de potenciales emigrantes.
Asia tiene ahora 4.600 mll., y para el 2050 se calcula unos 5.500 mll. Dice la ONU que un 80% de la población mundial estará entre África y Asia. La emigración será imparable porque la naturaleza tiene "horror vacui" e irá hacia las despobladas zonas europeas... El problema del Imperio Romano vuelve...
blogs.worldbank.org/es/opendata/la-poblacion-mundial-en-el-futuro-en-cuatro-graficos
Entonces, la pura lógica indica que la política demográfica y emigratoria serán absolutamente claves para las naciones. La actual política emigratoria que vemos (Iglesia, PSOE, PP, ERC) será simplemente vista como irracional y aberrante por las generaciones futuras.
El mundo no va a generar estos enormes "ejércitos de reserva industrial" pues la demografía también se estancará, y es inmoral e injusto extraer juventud que debe construir sus países en África y Asia para nuestro beneficio. Entramos en la era de la IA y la robótica, los empleos van a reformarse radicalmente: la sociedad que vemos hoy (12:30 del 18/04/24) ya es obsoleta, vieja e inútil para un próximo futuro inmediato: es como pensar aún como si hubiera casete, fax y teléfono de disco.
Si la emigración no reporta beneficio alguno: ¿vamos a tener agua para tanta gente?, ¿y quién pagará los edificios que consumen territorio?, ¿habrá suficientes alimentos?, ¿el transporte no quedará colapsado?, ¿hospitales, escuelas y otros servicios no se bloquearán?, ¿las clases medias pagarán las ayudas a las clases pobres emigrantes que llegan sin fin?, ¿se integrará a tanta gente en la cultura, historia y sociedad?, ¿es justo despoblar de jóvenes africanos y asiáticos para el beneficio de unos pocos?
No pueden ser arrinconados principios de política emigratoria tales como:
1. Soberanía e independencia
2. Imperio de la ley, derecho y justicia
3. Seguridad, paz y orden
4. Integración
5. Sostenibilidad
Las fronteras no son más que una línea de puntitos en el mapa que reinados y políticos han decretado a través de pactos y armisticios tras guerras.
EliminarLa tierra debe ser transitable y libre de establecerse, sobre todo cuando quien acude a nuestras tierras no lo hace por placer sinó por necesidad.
Aunque sea transitoria, peor veo la gran invasión de turistas, que es como permanente, pues no cesan.
De unas conversaciones en Bruselas se llega a estas conclusiones:
ResponderEliminar1. Exceso de emigración de baja cualificación y absolutamente incontrolada
Es cierto que la migración, especialmente cuando se trata de personas con baja cualificación, puede presentar desafíos económicos y sociales. La presión sobre los servicios públicos, la competencia en el mercado laboral y las dificultades para la integración social son verdaderos problemas. Pero hoy por hoy, se descontroló el control migratorio, y afecta a ciudadanos como emigrantes regularizados.
2. Exceso de ayudas que no sirven para una correcta integración de la emigración
Las ayudas destinadas a los migrantes deben estar diseñadas para promover su integración, no solo para cubrir sus necesidades básicas. Educación, aprendizaje del idioma y los programas laborales son esenciales para una integración. Pero la realidad indica que esto está fallando por toda Europa: las enormes prestaciones no retornan en forma de riqueza.
3. Decadencia europea y pérdida de identidad cultural
La percepción de una doble decadencia europea y una pérdida de identidad cultural es ad intra (la constitucionalización del aborto y la cultura de la muerte en Francia y la ideología de género en Alemania) y ad extra (la emigración con su cultura no europea).
Esto implica cambios sociales y culturales, así como tensiones relacionadas con la globalización y la diversidad cultural. No se ha visto nunca el actual desfile de políticos inútiles e incompetentes a nivel catalán, español y europeo: viven en su burbuja, fomentando el apagón en la transparencia informativa, la mordaza en la libertad de expresión, y la tiranía en la falta de debate y decisión democráticas (referéndums, plebiscitos...)
4. La cultura europea está en proceso de desaparición en todos los ámbitos: lecturas, manera de ser y de pensar, el deambular por las calles, fiestas, música, arte, el disfrute de la vida, vestido, bebida, comida, idioma, costumbres, derecho, en las relaciones laborales, cívicas, vecinales y con el Estado.
La causa objetiva de la decadencia es que culturas menos civilizadas que la nuestra (y la civilización se mide en sociología) están entrando en masa (ad extra), pero también la decadencia es ad intra por el progresismo (la cultura de la muerte y la ideología de género de la Agenda 2030). Benedicto XVI lo dijo: islamistas y laicistas radicales son los peligros de Europa.
Los ciclos económicos, sociales, culturales y políticos son ciclos porque tienden a repetirse, y son férreamente objetivos. La soberbia actual es pensar que no nos pasará nada, que todo es alarmismo, pero Europa está absolutamente tanto invadida ad extra por culturas, sobre todo islámicas, que no entienden la vida de la misma manera que nosotros, no entienden las relaciones humanas, sobre todo las relaciones entre hombres y mujeres, y no entienden la libertad fuera de los posicionamientos teocráticos propios de tiempos anteriores a las democracias griegas y romana, como está invadida ad intra por la cultura progresista de la cultura de la muerte y de la ideología de género, destructivas para la demografía y los valores culturales: una inédita heterodestrucción con autodestrucción conjuntas.
Por eso, en estas elecciones, Orriols dará una gran sorpresa electoral, aprovechando el hueco y vacío dejado por ERC, Junts y el resto de partidos: todos están preocupados por el pensamiento progresista, la Agenda 2030, el Gran Reinicio y el Nuevo Orden Mundial, con políticas "welcome refuggee", "papeles para todos", "fronteras abiertas", "derecho a voto para todos".
Mientras la situación sigue agravándose, al margen del discurso oficial, sin dar información transparente ni debate, participación y decisión en referéndum democrático sobre cuestiones esenciales de identidad e integración ante esta ola emigratoria de los últimos 30 años: si esto ha sido así desde los 1990 ¿cómo será hasta el 2060?
¿Por qué no se deja hablar al pueblo en transparencia informativa y decidir en libre participación democrática?
No censuren. En este escrito solo se nota rencor, odio, ansias de venganza, ira... Muy cristianas virtudes verdad. Cojo, tomese tila y preguntese porque se quedo tan sola la cojera.
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