Este año que estrenamos debería ser un tiempo de renovaciones episcopales. Al menos cinco diócesis catalanas podrían sufrir cambios: Gerona, Barcelona, Sant Feliu de Llobregat, Lérida y Urgel. No obstante, lo único que está claro es que a primeros de marzo vence el mandato del cardenal Omella como presidente de la Conferencia Episcopal y, a partir de dicha fecha, se abrirá el melón sucesorio de la capital catalana. Que se inicie el procedimiento no equivale a que el mismo vaya a ser rápido. La presencia del obispo turolense en el Consejo de Cardenales unida a la complejidad de la sede de San Paciano no auguran una sucesión fulgurante. Por otra parte, no existe ningún candidato claro en lontananza, lo cual prevé un proceso de remoción que se dilate en el tiempo. Sin embargo, resulta evidente que Omella empezará a sentir el síndrome del pato cojo del que se halla indefectiblemente en la recta final de su mandato. Su poder cada vez será menos omnímodo.
Luego está el desvarío de Gerona, diócesis de la que se supone que debería tener obispo este 2024. O no. Vistos los precedentes. El obispo Pardo falleció el 31 de marzo de 2022 y está claro que la diócesis permanecerá vacante dos años. En julio pasado, cuando se designó a Sergi Gordo como obispo de Tortosa, el cardenal Omella manifestó que no se explicaba como seguía vacante Gerona y se cubría Tortosa con menos tiempo sin obispo. El 7 de octubre, en la visita de las cofradías montserratinas al Papa, este manifestó a una feligresa gerundense que ya tenía el nombramiento en la mesa e iba a salir pronto. Siguen esperando. A mediados del último diciembre, el nuncio Auza, en una visita a la universidad Blanquerna, declaró que la designación ya estaba firmada y que su anuncio sería inminente. Una inminencia que no se ha traducido en resultado tangible alguno. Aquí les he informado de nombres y ternas que han ido y viniendo. No me atrevo a mojarme con ningún nombre más. Si se analizan los últimos nombramientos episcopales en España están resultando verdaderas sorpresas que se deciden, además, en el último instante. Desde la designación de un auxiliar como arzobispo de Madrid (y su creación cardenalicia al día siguiente de tomar posesión) a los sorprendentes nombres de los obispos de Pamplona, Tortosa o Sigüenza-Guadalajara. Parece que la improvisación y la ausencia de un procedimiento reglado y ajustado a la norma están siendo las características de los actuales cambios episcopales.
El obispo de Sant Feliu, Mons. Agustín Cortés, es el tercer prelado español en la parrilla de salida por causa de edad. Si nos atuviéramos a la lógica (que, como les decía, no existe actualmente) sería un destino que cubrir por un auxiliar de Barcelona, una vez Omella no ostente el mando de la CEE. En el moderno obispado del Baix Llobregat, el clero más progresista y tributario de Vives está efectuando campaña a favor del obispo Vilanova. Algunos se preguntarán cómo puede ser si no es precisamente un prelado progresista. Pero es que esa costra eclesial, que el obispo Cortés heredó y no ha sustituido, ve en el auxiliar barcelonés un hombre de poco carácter y moldeable a sus intereses. Por otro lado, Vilanova se está distinguiendo últimamente (siguiendo los esquemas vaticanos) como el más visible azote de los jóvenes sacerdotes más ortodoxos. En Sant Feliu mandan Josep Mª Domingo y sus adláteres desde los tiempos de Vives y pretenden seguir con la sartén por el mango.
Vives presentará su renuncia por edad el 24 de julio de 2024, pero ha hecho público que ha solicitado un coadjutor. Nada indica que se lo provean, pues se trata de una maniobra del copríncipe para asegurarse un sucesor de su cuerda, a poder ser de la misma diócesis. Y si se lo proveen, tampoco nada indica que vaya a ser el coadjutor que él prefiere: Ignasi Navarri o Antoni Elvira. Por otro lado, si se sigue el ejemplo de Mérida-Badajoz, con Rodríguez Carballo como coadjutor del obispo Morga, puede que la designación se produzca, una vez presentada la renuncia por Vives y a este le prorroguen el mandato.
En cuanto a Lérida, Mons. Giménez Valls presentó la renuncia en mayo de 2023 y no parece que haya mucha prisa en sustituirlo, lo cual podría demorarse a 2025. En todo caso, las últimas decisiones que vienen de Roma nos deparan bastantes sorpresas y demasiados obispos españoles se hallan incorporados a la fábrica de los obispos, entorpeciendo la labor de un nuncio que ya ha mostrado sus ganas de marchar del berenjenal en el que le han metido unos y otros. Puede pasar cualquier cosa.
Oriol Trillas
Me deja de piedra que Vilanova se esté distinguiendo últimamente (siguiendo los esquemas vaticanos) como el más visible azote de los jóvenes sacerdotes más ortodoxos. Y a mí que me parecía el mejor de los obispos auxiliares de Barcelona, ¡qué enorme decepción!
ResponderEliminarPues desde el 18 de diciembre del 2023, con la fiducia supplicans, seguir los esquemas del Vaticano y ser ortodoxo, ya no puede ser de ninguna de las maneras...
EliminarMucha información antigua y nada actualizada. Lamentable que en G.G todos los obispos que aparecen como no són de su cuerda ya són malos. Incluso ya se maten con un obispo excelente como Vilanova. Una pregunta sencilla han hablado con èl o otro mas de 5min. Me temo la respuesta, solo hay crítica.
ResponderEliminarAl Anónimo 23:42. Tiene toda la razón del mundo. Se escribe de oídas. He comentado otras veces que no se puede hacer ningún comentario sin conocimiento real de las personas. GG tiene un estilo en el que todos nos atrevemos a opinar sin conocimiento de lo que criticamos.
EliminarYo no soy muy fan de como hablan de según que obispos en GG, pero en este caso tengo que darles la razón. Conozco bien a Don Javier Vilanova y es un merengue... sin malas intenciones, pero es un bien-queda, poco decidido y despistado en algunas ideas... su problema quizás sea ser demasiado bueno, pero eso no te hace santo ni buen pastor... obedece a ciegas a sus superiores sin pensar que no está haciendo lo correcto, mira con demasiada misericordia a aquellos que no están dispuestos a cambiar y exige en demasía a aquellos que van por buen camino... Y todo esto lo sé por lo que me han explicado diferentes seminaristas del seminario Interdiocesano, lo querían mucho pero también veían sus defectos.
EliminarPor cierto, la homilía que el auxiliar David Abadías pronunció días pasados en la Misa criolla que se celebró en la Sagrada Familia fue un panegírico del pontificado del Papa Francisco. Abadías me pareció un perfecto "apparátchik".
ResponderEliminarLe pone una vela a Dios y otra al Diablo, ya que bien que participó en la misa de la oración contra el aborto en San Vicente de Sarriá y ha apoyado a Hakuna.
EliminarDesde el punto de vista del derecho canónico, un obispo o arzobispo o arzobispo mayor nunca jamás debe de cesar a los 75 años clavados, como hoy hay que jubilarse a los 66 años y 6 meses justos, cosa que igualmente se aplica a los sacerdotes, que se retiran a edades infinitas por falta de los mismos.
ResponderEliminarEl canon de la "jubilación episcopal y presbiterial" es sólo un precepto rogativo, "se le ruega" (rogatur ut renuntiationem ab officio exhibeat Episcopo dioecesano / Summo Pontifici), es decir, un precepto potestativo para el obispo y párroco, los cuales tienen abiertas diversas posibilidades:
1. Llegan a los 75 años y no presentan nada: perfectamente legal, no es un deber, es una potestad que pueden ejercer libremente. El Vaticano y la diócesis ya tienen la ficha personal del obispo o presbítero con su fecha de nacimiento: que calculen...
2. Arriban a los 75 años y presentan su renuncia: perfectamente legal, han ejercido el "ruego" del canon libremente, sin coacción o represalia alguna (prohibida venga de donde venga, incluso del papa)
3. Cumplen los 75 años y presentan un documentos NO con la renuncia sino con la CONTINUIDAD EN EL CARGO DE OBISPO:
"Después de haberlo consultado y rezado, al haber llegado a los 75 años, no presento la renuncia como párroco/obispo, sino que planteo mi continuidad, pues tengo plena competencia, capacidad y salud para hacerlo por muchos años más [o soy obispo y necesito un auxiliar o un coadjutor por causa de edad o enfermedad no invalidante]", dejando intacta la potestad del papa u obispo para la continuidad o no la permanencia del obispo o presbítero, y ello es así porque:
a) sacerdotes y obispos sienten una fuerte vocación religiosa y quieren seguir sirviendo a la Iglesia y su comunidad, incluso en edades avanzadas: su voluntad individual debe de ser tenida en cuenta.
b) La experiencia y sabiduría acumulada durante muchos años de servicio pueden ser valiosas, y algunos obispos y sacerdotes mayores pueden asesorar a los más noveles.
c) SINODALIDAD: la comunidad puede desear que un sacerdote u obispo en particular continúe sirviendo debido a su estrecha conexión y necesidades pastorales: débese consultar al Pueblo de Dios
De hecho, por regla general, se observa que los obispos los retiran a los 75 años con prórrogas de uno, dos y hasta tres años, y a los cardenales a los 80 años (cardenal arzobispo de Valladolid Ricardo Blázquez), pero hay excepciones de dilatación extrema, como el obispo de Saint-Denis de La Réunión, que cesó nada menos que a los 81 años y 2 meses.
Antes del Código de Derecho Canónico de 1983, los obispos seguían en el cargo hasta su muerte natural o una enfermedad o incapacidad grave que le impidiera ejercer el cargo.
La razón de la implantación de los 75 años fue por causa de la esperanza de calidad de vida de los obispos africanos, asiáticos, oceánicos y sudamericanos en 1983, que era muy baja en general, por lo que se estableció esta edad para su beneficio. Pero hoy, 2023, la calidad de vida ha aumentado, y su base justificativa carece de razón.
En España hay una deferencia hacia el papa, por lo que el obispo presenta voluntariamente dicha renuncia al llegar a los 75 años, presentación que no es ni una costumbre jurídica y por ello carece de obligatoriedad imperativa y coercitiva, como se ve muy claro en los cánones 401 y 538.
En efecto, dicho cánones son NORMAS JURÍDICAS ROGATIVAS, SIN OBLIGATORIEDAD Y SIN COERCIÓN NI COMPULSIÓN EN CASO DE INCUMPLIMIENTO, que incluso sucede igual cuando el obispo está ENFERMO O DISMINUIDA SU CAPACIDAD:
ResponderEliminar1. PÁRROCO, c. 538,3 CDC: Al párroco, una vez cumplidos los 75 años de edad, se le ruega que presente la renuncia al Obispo diocesano, el cual, ponderando todas las circunstancias de la persona y del lugar, decidirá si debe aceptarla o diferirla.
2. OBISPO, RENUNCIA POR EDAD, c. 401,1 CDC: Al Obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias.
3. OBISPO, RENUNCIA POR ENFERMEDAD O INCAPACIDAD, c. 401,2 CDC: Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo.
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En relación con los nombramiento de obispos en Cataluña, y sospecho que en España y el mundo, la trastada que ha hecho el papa actual en aprobar Sodoma supplicans, perdón, Fiducia supplicans, no ha hecho más que profundizar el cisma apostático dentro de la Iglesia. Episcopados enteros han prohibido la aplicación de esta ignominiosa resolución.
A la presunta primera condición del papa Francisco de heresiarca por aprobar la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia y el Rescripto de 5 de junio de 2017 que lo eleva a falso magisterio auténtico (con obispos que lo han prohibido: Filadelfia, Florencia y Kampala), ahora se suma la segunda presunta herejía de las bendiciones a homosexuales y adúlteros impenitentes de Fiducia supplicans, que ha hecho aumentar la oposición a la misma: Argentina: Héctor Aguer; Uruguay; Hungría; Reino Unido; Ucrania; EEUU; Australia; Kajastán; Brasil; Uruguay; Camerún; Kenia; Malawi; Ruanda; Zambia; FSSPX.
lifesitenews.com/analysis/full-list-where-do-bishops-stand-on-blessings-for-homosexual-couples/?utm_source=popular
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Esto complica en extremo la elección de obispos. En efecto:
1. Desde 2024, todo nuevo obispo o arzobispo nombrado será considerado como un presunto heresiarca, dado que obligatoriamente será nombrado por el Papa sólo si acepta incondicionalmente implementar todas las dos presuntas heresiarquías.
2. Esto afecta totalmente a la auctoritas moral y espiritual del nuevo obispo nombrado, dado que viene con la falta de plena comunión hacia la Fé verdadera de la Iglesia Católica, esto altera totalmente el tema de la obediencia a sus disposiciones, porque decaerán.
3. Además, afecta los nombramientos episcopales de párrocos y diáconos, así como de cargos para consagrados y laicos, más el acceso de nuevas vocaciones y las ordenaciones de presbíteros y diáconos, ya que todos deberán de prestar obediencia a estos actos heterodoxos: es una cascada de reacción en cadena brutal.
4. Añade una dificultad ya insalvable para el nuevo obispo en las diócesis en estado de rebelión fideística, como puede ser el caso de Gerona y otras en Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda.
En efecto, ya no se va a dar nunca más un nuevo cargo de obispo a un ortodoxo, pues estará imposibilitado de corregir la Fé de la diócesis rebelde, pues nadie le hará caso, apelarán al papa sedicente.
Es ilógico pensar que un ortodoxo pueda ser presentado en la lista de candidatos a obispo, y si lo fuera, es irracional pensar que acepte ser obispo con la hostilidad del papa actual a la ortodoxia, pues un ortodoxo debe de prohibir implementar Amoris laetitia y Fiducia supplicans, si no, demuestra que es un ortodoxo "de mentirijillas".
5. Lo más terrible aún ha de venir. No son las posibles futuras barbaridades que vamos a ver, no son la permanencia de las presuntas herejías, es que el mismo cónclave va a estar dividido de manera irreversible en dos bandos: los ortodoxos y los heterodoxos; haciendo válida la profecía apocalíptica de Akita (cardenales y obispos contra cardenales y obispos), y generando ya un cisma definitivo en el mismo seno del cónclave, ya que evidentemente, sin lugar a dudas, se van a cruzar ultimatums y finalmente excomuniones cruzadas, dada la situación insostenible para la Fé y habiendo inexistencia de papa alguno con autoridad, pues el cónclave es la autoridad misma. Después de Francisco, ya nada será igual para la Iglesia y el papado. Acabada Navidad, 2024 será un año de responsabilidades graves.
ResponderEliminar6. Añadirá graves complicaciones a los ceses de todos los obispos, pues el Vaticano va a mantener a los suyos, como Omella, y va a "eliminar" a los desafectos a este desastre, por lo que Omella y otros pueden quedarse años o hasta que muera o cese Francisco. Todos los que se pensaban ir de "jubilata" tranquilo a la residencia o a casa, van a estar en el fregado que empezará pasada la Navidad: que pierdan la esperanza de escaparse del embolado que les caerá encima. Y los que esperen coadjutor, auxiliar o relevo, que se lo tomen con mucha calma.
7. Otro efecto negativo es la falta de voluntarios entre los candidatos ortodoxos: nadie lo suficientemente inteligente va a aceptar cargos a obispo (excepto una petición divina que se acepte martirialmente) en medio de una diócesis donde un número más o menos grande de curas cumplirán con las dos herejías mencionadas, lo que le obligaría a dictar un decreto de prohibición de ambas, con el conflicto que generaría en el interior de la diócesis más la falta de apoyo y la hostilidad del Vaticano sedicente.
Lo mejor es esperar a ver qué le pasa a Bergoglio estos meses (¿dimisión, excomunión, retractación, contumacia y persecución, limitado en poderes por los cardenales? ¡Algo han de hacer!), y no quedar como un obispo nombrado posteriormente a la promulgación de Sodoma supplicans, perdón, Fiducia supplicans, y no sea que se nombre un nuevo papa que lo revoque todo y tú quedes mal ante todos, como Cagancho en Almagro...
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Un dato curioso pero significativo: tanto Sánchez como Francisco están empeñados en romper a España y la Iglesia Católica. Una interesante prueba de que España y el catolicismo están totalmente interrelacionados (el español es un soldado y religioso), y la profecía de Benedicto XVI se cumplirá:
--- El diablo quiere destruir España, porque ataca más a los mejores y por eso ataca a España y quiere destruir España. El diablo sabe lo que ha hecho España a lo largo de su Historia: la evangelización de América, el papel durante la Contrarreforma, la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
Tenga confianza, los enemigos de Dios y de la Iglesia hacen mucho ruido y están muy presentes en los medios, pero sin salir en los medios y sin hacer ruido hay mucha gente que reza. Y esa oración es muy poderosa.
Voy a decir las armas por las que van a derrotar al diablo y no va a conseguir destruir España: la primera, la humildad; la segunda, la oración; la tercera, el sufrimiento; la cuarta, la devoción a la Santísima Virgen.
Y como en el evangelio del próximo domingo, tenga confianza. En el momento oportuno el Señor actuará (Evangelio del domingo: la tormenta que puso en peligro la barca con Cristo y los apóstoles, y el Señor calmó la tempestad).
infovaticana.com/2020/02/02/benedicto-xvi-el-diablo-quiere-destruir-espana
Ello es debido a que Dios y el hombre colaboran en la extensión mundial e intensificación personal de la Fé, dos de las finalidades de la Iglesia, pero la tercera finalidad, la lucha contra los poderes apostáticos que guerrean tanto dentro como fuera de la Iglesia, estos sólo pueden ser derrotados por el brazo fuerte de Dios, dado que se lucha contra poderosas entidades demoníacas (exorcismos, oraciones)
Tendría que escplica un día eso de que Vilanova se ha convertido en el azote de los sacerdotes jóvenes más ortodoxos…
ResponderEliminarSe lo explico yo es fácil. Ya no cae bien a G.G por alguna razón, muy sencilla no es de su cuerda.
Eliminar11:02. Explicación breve pero exacta y verídica...
EliminarMe supongo que en el nuevo conclave para elegir al nuevo papa los obispos lo van a resolver a puñetazos, porque el ambiente esta muy caldeado. Si se metieran más contra el Diosciencia no tendrian tanto tiempo de pelearse entre ellos porque en la relación Religión-Ciencia existe el pastel más sabroso y apasionante mundial nunca habido, y para llegar a las generaciones jóvenes si solo se dan batallitas de pecados y moralidad queda el mensaje cristiano reducido.
ResponderEliminarMás que progres o Germinantes, se tendría que saber si son pro-pentapolistas o anti- Pentapolistas.
ResponderEliminarNo por nada, pero así sabríamos por donde van los tiros, jeje.
Sant Feliu, querido Oriol, sigue los pasos, los malos pasos, de la diócesis gerundense. La huella de Vives es nefasta y sigue activa, en la curia y en sus aledaños. Siendo una diócesis de inmensa mayoría castellanohablante, no hay forma de que los medios de evanmgelización llegue a los fieles en ese idioma. Da la impresión de que es un asunto de estado, en el que si no quieres caldo, taza y media. Por citar un medio, la hoja dominical. No hay manera de que llegue a los fieles información religiosa, catequética inclusive, en su propio idioma. Sólo en catalán. Uno ha asistido a misas que son arengas veladas en pro del separatismo. Igual que en Gerona. No, en todos los sacerdotes, venturosamente. Hay ejemplos extraordinarios de prestes celosos de la casa de Dios, donde por casa de Dios hemos de entender la pusilla grex, que no caen en la trampa del fanatismo lingüístico.
ResponderEliminarMe imagino que don Agustín ha tenido que hacer encaje de bolillos para sortear tanta traición a la Iglesia, empezando por Montserrat, que está bajo su jurisdicción. Un obispo de corazón enorme, su salud se ha resentido ante ese cerco de lobos que no dejan de aullar día sí y día también. Será difícil encontrar otro obispo de semejante temple y paciencia. Pero es obligado si se quiere restablecer y vigorizar la fe en la diócesis.
El tema lingüístico es importantísimo, GG debería incidir más en él publicando análisis de en qué iglesias se excluye o no a los feligreses hispanófonos. Es insultante que en San Vicente de Sarriá haya 19 misas en catalán y 1 en español, que en San Miguel del Puerto, Santa María del Mar o San Pedro de las Puelas solo haya 1 a la semana en español. O que haya iglesias con todas las misas en catalán, como en el caso de los Capuchinos de la calle Baja de San Pedro o la iglesia de la Virgen del Carmen en el Raval.
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarComo se atrevan a bendecir pecadores públicos,a saco, se van a quedar más sólos que la una.
ResponderEliminarUn aspecto señalado por Gran Crisis (ut supra), a saber, que la discordia sembrada desde arriba va a "afectar totalmente a la auctoritas moral y espiritual" de los nuevos obispos, me ha recordado una curiosa metedura de un psicólogo argentino, que en cierto programa de televisión proclamó tan ancho que el término auctoritas provenía del griego "autós" (yo mismo, uno mismo), porque tener autoridad suponía, dijo él, manifestar una autoproclamación de mi yo particular frente al común de los mortales. Como no tenía ni idea de latín (ni, supongo, de psicología), ni de la desaparición en castellano de la c etimológica ante t, ignoraba que detrás de esa voz se esconde la raíz de augeo, participio auctus, porque la auctoritas representa poseer en cualquier campo un auge, incremento o plenitud de su eficacia o virtudes, un incremento asimismo de respeto y honorabilidad que la sociedad reconoce o intuye. Dicho de un médico, por ejemplo, reconocer su autoridad pregona que se halla en la cúspide, por encima de sus colegas, en el conocimiento y aplicación de la medicina, en la práctica de las altas virtudes del galeno. Todo esto viene a cuento porque pienso ahora que tanto Bergoglio como el Trucho mamaron su idea de lo que es la autoridad en las clases de uno de esos camuflados psicólogos que ensalzaba el Yomismismo, y me parece obvio que ese virus que les inoculó aquel inculto hizo de ellos perfectos peronistas incluso avant la lettre.
ResponderEliminarLos artículos del señor Trillas siempre son interesantísimos. Le sugiero que publique algún día un estudio sobre el % de misas en español y en catalán en el Ensanche o en Sarriá, hay que denunciar la marginación de los feligreses hispanófonos en muchas parroquias.
ResponderEliminarA Gerona irá Planellas.
ResponderEliminarCon palio arzobispal, claro!