Estamos en un momento de terrible confusión. Se supone que están reunidos celebrando el Sínodo de la Sinodalidad, los más eximios teólogos; o si no tanto, los catequistas más capaces de transmitir el Evangelio de Jesucristo de la forma más viva y convincente. Es lo que se supone, es lo que cabe esperar de una movida tan espectacular con la que el papa ha querido frenar en seco al Camino Sinodal de los obispos alemanes. Eso creen la mayoría de los fieles, según se les ha informado. Y eso afirman a pies juntillas la gran mayoría de los sacerdotes.
Pero ahí tenemos otro enfoque radicalmente distinto, el del eximio catequista Giussani, que reivindica, por encima de la fe, el sentido religioso, al que considera tan propio del hombre como los cinco sentidos acompañados del sentido común.
Según D. Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, “el hecho cristiano exige que se mantengan sin confusión, pero sin separación, sentido religioso y fe cristiana. La fe que niega el sentido religioso no respeta la libertad del hombre, relegándolo a un estado de pura pasividad extrínseca, moralista y estéril. Un sentido religioso que no se deje sorprender por la gracia de la fe, por el acontecimiento de Cristo, acabará agotando y debilitando la conciencia religiosa en un agotador problematicismo. Sentido religioso y fe son los dos focos que constituyen la experiencia humana integral”.
Paradójicamente, la conciencia religiosa que se intenta potenciar en el Sínodo, ha caído en el lamentable problematicismo sexual de toda la vida, pero de signo contrario al que han mantenido nuestra religión y nuestra cultura, haciendo hincapié en la incorporación de esa especie de poligamia que es la aceptación de sucesivos divorcios y sucesivas nuevas uniones. Hemos caído en la casuística tan jesuítica que antes del Concilio (el Vaticano II) fue blanco de las críticas de los moralistas: y que jesuíticamente ha desembocado en el discernimiento que no significa otra cosa que la acomodación de la moral a las inclinaciones y convicciones de cada uno.
El sentido religioso –prosigue Giussani- coincide con la razón en la dimensión profunda que tiene ésta de tensión inagotable hacia el significado último de la realidad. Sin embargo, en la dinámica de la fe ya no se trata de nuestra razón que expresa sus preguntas. Es la razón abriéndose a Dios que se devela a sí mismo. Pero es demasiado profundo todo esto para que pueda inspirar a los padres y madres sinodales. Y prosigue D. Luigi: “Mientras que la religiosidad nace de la exigencia de significado que suscita el impacto con lo real, la fe es reconocer una presencia excepcional, que corresponde totalmente a nuestro destino, y adherirse a esa Presencia. La fe es reconocer como verdadero lo que una Presencia histórica dice de sí misma. La fe es un acto de la razón movida por el carácter excepcional de una Presencia que lleva al hombre a aceptar la veracidad que ésta pretende”. Efectivamente, la fe es una facultad de la inteligencia, que a su vez mueve el corazón a través de la voluntad. La fe es una de las más exquisitas manifestaciones de la libertad. No puede ir desligada de la razón, porque es justamente la virtud que más abundantemente da cuenta de lo que decide aceptar nuestro entendimiento. Es la gran enseñanza de Giussani.
El terrible problema que actualmente nos azota, es la temática que han seleccionado como contenido troncal de este Sínodo, sus diseñadores, en la que no hay manera de reconocer ni de vislumbrar a Cristo. En primer lugar han colocado la sinodalidad: invento organizativo de democratización de la Iglesia para sustituir al actual modelo jerárquico. Poder sagrado (hierós), es el concepto religioso de jerarquía de origen apostólico que se sustenta en la ordenación de los obispos, que como sucesores de los apóstoles, gozan de la plenitud del sacramento del Orden. Los obispos articulados con la cabeza de la Iglesia, que es el papa. Ahí tenemos la auténtica jerarquía frontalmente contestada por los obispos alemanes, empeñados en democratizarla (es decir, en someterla a consulta para legitimarla a la manera del mundo). Todo un proceso de desacralización, que afecta a toda la vida de la Iglesia. Eso se pretende en el mismo diseño del Sínodo: que no haya ninguna diferencia entre consagrados sacramentalmente, y no consagrados.
No es posible construir una catequesis sobre la desacralización de la vida, sobre la democratización de la Iglesia, que no es más que su mundanización: porque en efecto, la democracia, la voluntad del pueblo es el valor supremo del mundo. Tremendo disparate para la Iglesia, que ha de regirse por la voluntad de Dios. Y si es esto lo que pretende la sinodalidad (que niega la preeminencia del Orden sagrado), estamos ante el peligro de introducir en la Iglesia un elemento más de confusión, como el del discernimiento a la medida de cada uno.
Giussani es incisivo en su catequesis. Para él, el Cristianismo, Cristo mismo, es el más grande acontecimiento de la vida de la humanidad, y ha de ser también el mayor acontecimiento de la vida de cada cristiano. Para hacerse reconocer –dice Giussani-, Dios entró en la vida del hombre como un hombre. Así pues, el acontecimiento cristiano tiene la forma de un encuentro porque es algo que penetra en nuestros ojos, que toca nuestro corazón, que se puede aferrar con los brazos. Un encuentro humano que tiene lugar dentro de la realidad cotidiana, mediante el cual aquel hombre llamado Jesús se revela como alguien significativo para la vida. El encuentro consiste en toparse con algo distinto que atra,e porque corresponde a las exigencias del corazón, pasa en consecuencia por la comparación y el juicio de la razón, y suscita el afecto de la libertad. El acontecimiento cristiano tiene la forma del encuentro con una realidad física, corporal, hecha de espacio y de tiempo, en la que está presente Dios hecho hombre y que es signo de El”.
La actitud del que se ha visto alcanzado por el acontecimiento cristiano –continúa más adelante Giussani- lo reconoce y se adhiere a él, se llama fe. Para que acontezca la fe en el hombre y en el mundo ha de suceder antes algo que es pura gracia: el acontecimiento de Cristo, el encuentro con Cristo. La fe es esencialmente reconocer lo que diferencia a una cierta Presencia, reconocer una presencia excepcional, divina. La fe pertenece al acontecimiento cristiano porque es parte de la gracia que representa el acontecimiento mismo, parte de lo que es éste mismo. Reconocimiento y adhesión forman parte del momento en que el Señor, mediante la fuerza de su Espíritu, se revela a nosotros. Son parte del momento en que el acontecimiento de Cristo entra en nuestra vida.
Es estremecedor contemplar cómo la Iglesia está alejándose de esta visión mística de su razón de ser. En caída libre, pero perdiendo su libertad, la libertad de la Iglesia, dejando de defender al mismo tiempo la libertad de cada uno de nosotros, la libertad de los hijos de Dios que nos fue dada por la gracia del bautismo. Una libertad henchida de ilusión. ¡Qué lástima que estemos perdiendo todas esas maravillas por ocuparnos de cosas tan mundanas como las que tienen entretenida hoy a la más alta jerarquía de la Iglesia y a los nuevos “teólogos” de novedosas teologías, encumbrados a lo más alto y escuchados como si ellos fuesen la voz de Dios!
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
www.sacerdotesporlavida.imfo
Tal como se bien ve en la foto, el Sínodo de la Sinodalidad se ha reunido en el peor sitio posible, o quizás al mejor, al cual yo nunca he querido ir ni en broma, al edificio de la Sala Nervi o Pablo VI, que es notorio que fue diseñado para no ser católica:
ResponderEliminar1. El edificio, del arquitecto Pier Luigi Nervi, tanto exterior (su tejado es una piel de serpiente moviéndose) como interior (la boca y cabeza de la serpiente), es una serpiente completa.
2. El horrible conjunto monumental de La Resurrezione de Pericle Fazzini, una escultura de 20 por 7 metros, tiene un aspecto aterrador porque esa es su intención:
a) Anticristo: representa a Jesús elevándose por encima del cráter de una bomba nuclear en el huerto de Getsemaní. Tan aterrador es que alguno dice que es más bien el Anticristo, el Sin-Ley, aunando ante sí la humanidad restante de un cataclismo.
b) Otra Serpiente: si vemos la escultura desde la derecha, en torno a la testuz de Jesús, su pelo parece ser la cabeza de una serpiente, lo que hace que el papa hable desde una doble serpiente: la del auditorio y la de ese pseudo-cristo.
Es decir, que tenemos tres serpientes: el tejado, el interior de la Sala de Audiencias, y si no te habías dado cuenta aún, la cabeza del pseudo-cristo.
Y eso que han pasado por allá Juan Pablo II y Benedicto XVI... no parecía que tuvieran ojos...
"La fe es esencialmente reconocer lo que diferencia a una cierta Presencia, reconocer una presencia excepcional, divina..."
ResponderEliminarMe gusta Giussani, pero... en algunas frases tiene ese lenguaje tan posconciliar, tan encantador y adorable de los 1960, con eso de las "presencias", que alguien que lo lea pensarán que los católicos adoran a una Presencia, cuando debería de haber explicitado "Cristo"...
Como tengo lecturas del judaísmo, islamismo, ortodoxia y protestantismo, estas religiones hablan de su Dios "a la oriental" (sí, hasta los protestantes más alemanes), es decir, de una manera clara y directa (alá, yavé, Cristo...), sin estos circunloquios filosóficos tan propios de 1960 con el uso de un lenguaje quizás excesivamente filosófico que el común de la gente no entiende o se lo necesitan traducir.
Pero para mí me gustan, me recuerdan estos tiempos tan curiosos y ya perdidos para siempre de la Europa y España de los 1960, con un concilio Vaticano II lleno de niños y adolescentes padres conciliares que se pensaban que rehacían el catolicismo desde cero como nunca se había hecho antes ni se hará en un futuro, y que todo serían flors i violes i romaní en un mundo de alegres unicornios y sirenas, elfos y hadas, sabios y reyes justos, buenos y santos...
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ResponderEliminar"No es posible construir una catequesis sobre la desacralización de la vida, sobre la democratización de la Iglesia, que no es más que su mundanización: porque en efecto, la democracia, la voluntad del pueblo es el valor supremo del mundo. Tremendo disparate para la Iglesia, que ha de regirse por la voluntad de Dios. Y si es esto lo que pretende la sinodalidad (que niega la preeminencia del Orden sagrado), estamos ante el peligro de introducir en la Iglesia un elemento más de confusión, como el del discernimiento a la medida de cada uno."
Es verdad, además ignoran del todo que sínodo y concilio eran lo mismo en el principio del cristianismo: uno era en griego y el otro en latín, nada más.
También ignoran del todo que el sinodalismo originario nunca fue democrático, aunque seguía los pasos del suffragium del derecho municipal romano: votación del pueblo de los magistrados del consistorio municipal.
En efecto, la sinodalidad clásica siempre respetó la Jerarquía de la Iglesia, pues siempre el obispo tenía la última palabra, aunque debiera de formar su toma de su decisión mediante deliberaciones consultivas o incluso decisorias (los laicos votan no y se debe de cumplir) con todas las partes separadas de su Pueblo de Dios: laicos, religiosos, diáconos, presbíteros y otros obispos circundantes
PRINCIPIOS DE LA SINODALIDAD CLÁSICA
El sínodo de la sinodalidad es NULO porque se ha extralimitado de sus características jurídicas y teológicas tradicionales: no decide en temas de Fé, moral, liturgia, disciplina y eclesiología. 300 miembros sinodales, con unos que no son obispos, no tienen fuerza de ley.
La sinodalidad estaba dirigida a la pastoral diocesana, no a la doctrina universal. Resolvía los asuntos pastorales del Pueblo de Dios en una diócesis, y seguía muchos principios del derecho municipal romano: ius suffragium
1. Episcopus et collegarum ac plebis testimonio et iudicio comprobato alium constitui nullo modo posse: "El obispo, junto con sus colegas obispos, y con el testimonio y reconocimiento del pueblo, no pueden elegir a otro obispo de ninguna otra manera más"
2. Consultis omnibus episcopis, presbyteris, diaconibus, confessoribus et ipsis stantibus laicis
3. Clerus populusque ecclesiae: el clero y el pueblo de la Iglesia
4. Sensus et consensus populi Dei: sentido común, buen juicio y consenso del Pueblo de Dios
5. Quod omnes tangit ab omnibus tractari et approbari debet: lo que a todos afecta por todos debe de ser tratado y aprobado
6. Quando a primordio episcopatus mei statuerim, nihil sine CONSILIO VESTRO, et sine CONSENSU PLEBIS, mea privatim, sententia gerere (San Cipriano): en los casos importantes, el obispo consulta a la asamblea de diáconos y presbíteros como sus consejeros (consilio), y lo que decida el obispo él o con su asamblea, entonces el pueblo laico lo ratifica o lo anula e invalida (consensu)
c) La Iglesia Sinodal es la participación de todos los fieles cristianos, que son dos, laicos y clérigos, ambos pueden ser religiosos o consagrados (cánones 204 y 207 CDC)
ELECCIÓN DE OBISPOS EN LA SINODALIDAD CLÁSICA
1. El juicio de Dios sobre un candidato se hace por la elección sinodal de la fraternitas, que incluye a laicos, clero y obispos. Todos participan en un espíritu de comunión y discernimiento
2. La fraternitas tiene la responsabilidad de elegir al obispo, basándose en conceptos como el acuerdo (suffragium), testimonio (testimonium) y juicio (iudicium) bajo los principios de coparticipación, subsidiariedad y consenso
3. El sentido interno de la fe, conocido como sensus fidei, guía el testimonio y el apoyo a un candidato, lo que implica que tanto el clero como los laicos tienen el don de discernimiento y su opinión debe ser considerada.
4. En la sinodalidad sólo participan los christifidelis católicos, con exclusión de apóstatas, heresiarcas y cismáticos. Estos son laicos y clérigos, los que profesan y viven su fe en Jesucristo bajo la Iglesia, comprometiéndose a seguir sus enseñanzas y vivirlas
5. Se evita la designación directa del sucesor que podría llevar al nepotismo, y se evitar la corrupción y la manipulación en la elección a través de un proceso asambleario.
ResponderEliminar6. El testimonio de los presbíteros avala las virtudes y la buena estima del candidato
7. El voto del pueblo, conocido como suffragium plebis, es un derecho inherente a los bautizados, lo que significa que tienen el poder de aceptar o rechazar al candidato.
8. Los obispos cercanos a la diócesis vacante emiten su juicio sobre el candidato, basándose en discernimiento y temor de Dios, actuando como instrumentos de la acción del Espíritu Santo en beneficio de la comunidad
9. Se sigue un ordenamiento de la sinodalidad en la elección de obispos, donde la comunidad llega a un acuerdo previo y los obispos vecinos examinan al candidato antes de emitir su juicio final. Este proceso busca garantizar una elección justa y en consonancia con la voluntad de Dios
10. Sobre las mujeres, la sinodalidad clásica decía que las mujeres callan: taceat in ecclesia mulier y vir caput mulieris. No fue Adán el engañado, sino que fue la mujer quien, seducida, cayó en una transgresión. Sin embargo, se salvará por la maternidad, mientras perseveren con modestia en la fe, la caridad y la santidad (I Timoteo) primero fue formado Adán, luego Eva, y la vida entró por Cristo: "Pero quiero que sepa que Cristo es el jefe de todo hombre, y el hombre es el jefe de la mujer, y Dios es el jefe de Cristo" (1 Corintios 11:3).
11. En la sinodalidad, todo católico y católica, ya cuando es niño con uso de razón, en virtud de su sacerdocio bautismal y confirmacional, tiene reconocido por Jesucristo la condición de soldado de la Fé, con plena potestad para defender la Fé hasta la resistencia, la oposición y la desobediencia contra toda autoridad eclesiástica heresiarca, hasta la del Papa, como cuando el arrianismo (Benedicto XVI). El Pueblo de Dios siempre es el último soldado en defensa de la Fé, pero no tiene potestad alguna magisterial.
DISCUSIONES DOCTRINALES EN LA SINODALIDAD CLÁSICA
1. La Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea narra el episodio de Dionisio en el sínodo de la Iglesia de Arsinoe, donde una doctrina se había extendido y causado divisiones y apostasías en iglesias enteras
2. Se convocó a presbíteros y doctores de diferentes fraternidades para realizar un examen público de la doctrina en cuestión.
3. Durante tres días seguidos, se sentaron juntos tratando de corregir lo escrito en el libro que les habían presentado como una defensa infalible.
4. El narrador quedó impresionado por el equilibrio, el deseo de aprender y la inteligencia de los hermanos presentes.
5. Establecieron un ambiente ordenado y tranquilo para abordar las cuestiones, dificultades y puntos de consenso.
6. Se animaron mutuamente a no dejarse influenciar por el espíritu de disputa y a no aferrarse a opiniones previas sin considerar los argumentos de los demás.
7. Trataron de abordar las cuestiones propuestas de manera honesta, incluso estando dispuestos a cambiar de opinión si la razón lo requería
8. Aceptaron las conclusiones basadas en los argumentos y las enseñanzas extraídas de las Sagradas Escrituras: no creaban doctrina, la confirmaban a un caso concreto
9. El principal representante de la doctrina herética, Coración, confesó públicamente y aseguró que ya no se adheriría, discutiría ni enseñaría esa doctrina, convencido por los argumentos en su contra. Los demás hermanos se alegraron de ello.
a) En primer lugar, se destaca la participación coral en la discusión, mencionando roles como obispo, presbíteros y didaskaloi (maestros), así como la inclusión de "todos los hermanos" que deseen participar
b) La discusión se plantea con referencia a la Escritura y se caracteriza por un sereno respeto entre los participantes
c) Se menciona la disposición de algunos a cambiar de opinión, lo que muestra una actitud abierta y receptiva, pero conservando siempre las verdades esenciales de Fé
Teologías para marejar las perdices, marejar a los asiduos a misa, o mejor dicho marejar a las ovejas. En las Sagradas Escrituras queda muy clara la Teología: la Creación en 6 días primera imagen de la semana de 7 fundada por el mismísimo Dios, Adan formado del barro por el Artista Escultor Dios, Eva sacada de su costilla con el mismo ADN, hijos muchos donde solo se mencionan 2, Caín se va a la tierra de Nod y coje mujer que era su hermana de los cientos de hijos que tuvieron Adan y Eva, en aquellos primeros tiempos las mujeres parían sin dolor eran de 3 metros de estatura y los hijos al nacer sólo pesaban 3 kilos, el Diluvio silenciado por la Iglesia católica en que Dios les pasará cuentas por esta omisión, y todo lo que sigue hasta llegar a Jesucristo que dió poder de perdonar pecados donde no se menciona confesión frecuente ni el mismo Jesús se sentó a confesar en filas indias. Además, Jesucristo dijo de no llamar padre a nadie sobre la tierra porque solo Dios es nuestro padre que va muy a cuento hoy dia por los engendros de humanos mediante inseminación artificial y como no para los clérigos que se gozan de ser llamados padres. Tengo un libro que trata de las claves para leer La Bíblia, no lleva nada esclarecedor sobre los días literales de la creación ni del Diluvio, ¡¡¡grandísima fallada de sus escritores!!, con Armand Puig y Jaume Angelats en cabeza de redactores, ya les valdria más plegar del oficio, pero si sirven para oficiar misa al menos que sigan que faltan curas. Titulo del libro altamente deficiente: CLAUS DE LECTURA DE LA BÍBLIA (II).
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Garrell.
ResponderEliminarLa Iglesia está acomplejada por la ciencia y ésta está equivocada en casi todo como no sea matemáticas: geología sin el Diluvio es un disparate, nadie puede ir a los polos... ni los millonarios, el evolucionismo hace aguas y la Iglesia como siempre no se entera. Y Mn. NIcolau sigue sin retractarse cuando dice que la Tierra tiene 4500 millones de años y nadie se sonroja. Adelante, estimado Silveri.
ResponderEliminarAhora con el telescopio James queda desautorizada la teoría del Big Ben en la que basa la edad de la Tierra de 4500 millones de años, a partir de los 15.000 millones del universo de cuando explotó. Por lo tanto, hay que pedir disculpas por enseñar errores graves que perturban o quitan la fe de la gente.
ResponderEliminarDe los mayores errores graves también es el Heliocentrismo que no se ha demostrado nunca, ni el mismo Einstein ni el de la silla de ruedas Stephen Hawking pero harán todos los tejemanejes para mentir a la gente antes que considerar la Creación Por Dios.
Eliminar"Big Bang"... el Big Ben, está en Londres. Por cierto, indicando una hora menos que en España.
EliminarMT
Totalmente de acuerdo con el Sr. Garrell y Garrell.
ResponderEliminarNos llevan tomando el pelo más de 400 años y nosotros continuamos entrando en la barbería.
Así nos va!
La Biblia es PALABRA DE DIOS... no creer en ella o solo lo que nos "parece racional" nos ha llevado al mundo podrido e infecto de hoy. La ciencia cuando no miente solo nos da la razón... Dios existe y en la cima de Montserrat hay restos del Diluvio.
ResponderEliminarRoure: No creen en La Biblia ni los últimos papas de Roma, ninguno de ellos ha predicado el Diluvio y la Creación en 6 días. Los últimos papas después de Darwin han quedado acomplejados por los avances científicos. Ni tan solo el Heliocentrismo ha sido demostrado nunca. ¿Te has leído SIN EMBARGO NO SE MUEVE ....???. lo venden en Amazon y también en digital por 2 euros.
EliminarTotalmente de acuerdo con Roure, Garrell y tutti Quanti CREACIONISTAS!!!
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