El Parlament de Catalunya ha puesto en marcha una Comisión de investigación “sobre la pederastia en la Iglesia”. A mi parecer, esta comisión es una ilegítima desviación de poder, un despropósito parlamentario y, sobre todo, una injusticia.
Aunque en su objetivo se incluyen formalmente las violencias cometidas en otros ámbitos, su nombre y su objetivo principal son la Iglesia y los testigos y expertos convocados se enfocan principalmente a la Iglesia. Y es que su verdadera finalidad, o al menos la de sus impulsores, no es investigar unos determinados hechos, sino el escarnio público de la Iglesia, para reñirla, desprestigiarla públicamente y, a ser posible, condicionar su libertad de actuación.
Desde un punto de vista jurídico, esta comisión rebasa con creces las finalidades de una comisión parlamentaria de investigación, el objetivo de las cuales (según el Reglamento del Parlament) son asuntos de interés público que sean “competencia” de la Generalitat, vinculadas a la función del Parlament de legislar y de controlar e impulsar la acción del Gobierno. Eso le otorga la potestad de investigar la actividad de los organismos públicos y de sus responsables, pero no la de los ciudadanos o de colectivos sociales con la intención de depurar responsabilidades. Y aunque el Parlament no tenga capacidad legal para imponer sanciones, su actuación sí puede tener consecuencias sociales y jurídicas muy negativas para los afectados, de manera tal que eso lo convierte en un tribunal sin garantías, con grave peligro para los derechos fundamentales.
Además, juzgar la actividad de una confesión religiosa es discriminatorio y contrario a la neutralidad del Estado en materia de religión y puede suponer una violación del derecho fundamental a la libertad de culto.
En cualquier caso, es un despropósito pretender que esta comisión pueda extraer conclusiones útiles. Una comisión parlamentaria, formada por grupos políticos que se enfrentan públicamente en favor de proyectos e intereses contrapuestos, no puede tratar de manera imparcial y constructiva un fenómeno social de tal magnitud y complejidad.
Además, al centrarse principalmente en la Iglesia, se desenfoca la realidad del problema y, por lo tanto, impide afrontarlo adecuadamente. Desgraciadamente, los abusos sexuales a los niños son una terrible realidad que tiene lugar en todos los ámbitos sociales, principalmente en la familia, hasta el punto de que algunos expertos afirman que se trata de una grave problemática de salud pública.
Pero, sobre todo, es una comisión injusta, porque quiere reforzar un determinado relato mediático que presenta falsamente la Iglesia como una institución donde predomina el abuso y su encubrimiento. Es cierto que la Iglesia, como también otras instituciones, tiene que asumir la responsabilidad por los abusos cometidos por sus servidores, y porque a menudo no tomó medidas sobre los abusadores para evitar la reincidencia. Pero también es cierto que la Iglesia, no solo vive con dolor estos hechos, sino que ha iniciado hace años un importante proceso interno de reforma, con el fin de prevenir, detectar, sancionar y apartar a los responsables y reparar a las víctimas.o más injusto es que esta comisión oculta que la Iglesia desarrolla desde hace siglos una tarea ingente de promoción de la infancia y la juventud: universidades, escuelas, comunidades parroquiales, congregaciones religiosas, fundaciones, asociaciones, centros recreativos, movimientos juveniles, agrupamientos escoltas, entidades sociales católicas llevan a cabo una actividad educativa, de ayuda y de promoción de centenares de miles niños y jóvenes, incluyendo los más vulnerables. Es difícil de imaginar qué sería hoy Cataluña sin esta aportación. Eso merece el respeto, el reconocimiento y la colaboración de los poderes públicos y el conjunto de la sociedad y nadie que crea en el bien común tiene derecho a dinamitarla ni a ponerla en riesgo.
*Escrito de Eduard Ibáñez, ex-presidente de Justícia i Pau publicado en La Vanguardia el 4 de abril de 2023
Tot i que estic d'acord amb la majoria dels arguments, observo que:
ResponderEliminari) La frase:
'Es cierto que la Iglesia, como también otras instituciones, tiene que asumir la responsabilidad por los abusos cometidos por sus servidores, y porque a menudo no tomó medidas sobre los abusadores para evitar la reincidencia"
peca en el to tan poc humil d'una clara manca de sensibilitat cap a les moltes [o més aviat molt sovint 'els molts'] víctimes de la pederastia clerical.
ii) La conducta obscena del nostre Papa Francesc en el cas del mossèn Rupnik si (per no parlar de molts altres noms dels seus compadres com Zanchetta, com Borras, com Daneels) fan que afirmar:
'Pero también es cierto que la Iglesia ... ha iniciado hace años un importante proceso interno de REFORMA, con el fin de prevenir, detectar, SANCIONAR y APARTAR a los responsables y reparar a las víctimas.'
sigui simplement fals.
El artículo dice que la Iglesia hace tiempo ha puesto una campaña de reforma y vigilancia sobre pederastia, pero todas las otras entidades no religiosas seguro han hecho lo mismo, nada nuevo bajo el sol. Lo que no menciona el artículo es el famoso 0'2 por ciento en donde el parlamento catalán está obsesionado olvidando el otro 99 por ciento. Se puede decir que los parlamentarios catalanes solo quieren ver la aguja y se tapan los ojos para no ver el camello, más miopía política imposible. Si existe pederastia en España el 99 por ciento tiene prioridad sobre el otro 0'2 por ciento, pero vemos que sus "señorías" del parlamento catalán no inciden sobre las prioridades sinó sobre las popularidades porque La Iglesia es la más popular de las instituciones.
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Silver Garrell.
ResponderEliminarIgualmente...
EliminarDesde el gobierno masonazo de Cataluña no pararán de meter cizaña para ridiculizarnos y no pararán hasta hacernos desaparecer .
ResponderEliminarBolaños y el mequetrefe de la Moncloa también están en ello!
La pederastia en la Iglesia solo es hacia niños varones... y ejercido por perturbados mentales... el sacerdote que le gustan las mujeres no toca una niña... se va de putas o se lía con la secretaria si es un flojo débil. Añado que los abusos de la Iglesia son un chiste comparados con los de una sociedad enferma y que los fomenta blanqueándolos de opción sexual. ¡Ven Señor Jesús!
ResponderEliminarLos mismos que hablan maravillas del poliamor y de la veintena de tipos de familia promueven investigar la pederastia pero sólo la de la Iglesia cuyo porcentaje de responsabilidad en ese abuso seguro que es mucho menor que el de otros sectores sociales.
ResponderEliminarUn sarcasmo y un dolor que la gente vote a esa chusma.