No, Omella no ha denunciado nada ni a nadie, porque para él no hay nada que denunciar ni tampoco la valentía que se necesita para denunciar determinadas cosas, sobre todo si esas cosas caen bajo la responsabilidad de determinadas personas. La denuncia valiente es lo que el cardenal Omella les exige a los laicos. ¿En la vida eclesiástica? ¿Dentro de la Iglesia? No, claro que no. Esa no está entre las funciones de los laicos en la Iglesia. A los laicos les pide el cardenal que tengan el valor de denunciar cuestiones de la vida pública: eso sí, en unión con la Iglesia (es decir con el establishment eclesiástico); pero sin que sea condición para ello, que los clérigos y todas las jerarquías eclesiásticas se armen de valentía y se pongan al frente de la denuncia. Eso queda para los laicos. Con el bien entendido que, en una Iglesia clerical, en la que todo el poder está en manos de clérigos, no tiene cabida la denuncia. Denunciar en la Iglesia es cuestionar el poder, y eso se castiga severamente: y mucho más en momentos en que suceden tantas cosas denunciables. No hay que debilitar el poder, denunciando lo que éste hace mal. Ésta es la norma suprema por la que se rige la Iglesia jerárquica. Ni denunciar ni preguntar.
Ese llamamiento a que los laicos se conviertan en valientes denunciantes, se produjo en el discurso que pronunció nuestro cardenal en la Asamblea Abierta que organizó el 4 de marzo pasado, la asociación E-Cristians en la Universidad Abat Oliba bajo el título: “De la disidencia a la alternativa”.
“¿Dónde están los laicos para denunciar las barbaridades que se están haciendo? -dijo el cardenal a la audiencia que llenaba el aula magna de la universidad- Necesitamos esa valentía. Ése es vuestro papel de laicos”. Barbaridades tremendas se hacen en la vida pública, es evidente. Pero también es una tremenda barbaridad la falta de denuncia de esas barbaridades por parte de la Iglesia, que se ha acomodado a vivir con ellas como si eso fuese lo más natural del mundo. Es una tremenda barbaridad la denegación por parte de la Iglesia del auxilio que tanto necesitan las víctimas de esas barbaridades. En este momento, lo más escandaloso es esa que el cardenal llama “confusión” reinante en la educación afectivo-sexual. Señor cardenal, eso no es confusión, eso es perversión del peor género; eso es corrupción de los niños y adolescentes desde la misma escuela y por parte de la misma escuela. Una corrupción, por cierto, que las cosas esas sinodales se han empeñado en imponer a la mismísima Iglesia.
¿No pedía, señor cardenal, una denuncia valiente? Llamar “confusión” a esas tremendas aberraciones
que se cometen contra nuestra infancia y contra nuestra juventud, crimen
horrendo donde los haya, y precisamente ejecutado por sus educadores, ni es
denuncia ni es valiente. Si para no vivir tan incómodos con esa nefanda
realidad, edulcoramos sus nombres para ni sufrir ni hacer sufrir por llamar a
las cosas por su nombre, nos pasamos con la mayor suavidad y educación de la
convivencia a la connivencia.
Es una verdadera lástima que no aprovechase su
eminencia una ocasión tan propicia para ejercer desde la clerecía de la
Iglesia, eso que les pide a los laicos. Claro que para eso se necesita vocación
de mártir, es decir, de testigo incorruptible de la verdad de la fe. Un
martirio que, si vienen mal dadas, puede traerle a quien lo practica, tremendos
disgustos (entre ellos, la muerte civil, con todo lo que ésta representa de
exclusión de la sociedad), sin llegar al derramamiento de sangre, que eso ya no
se lleva en este mundo tan sofisticado. Bueno, tampoco está tan mal, si uno no
está dispuesto a dar testimonio hasta ese punto, tampoco está tan mal animar a
los demás a que lo hagan, animarles a la práctica de la “denuncia valiente”. “Necesitamos vuestra valentía, ése es vuestro
papel de laicos”. Bueno, sí, que los laicos pongan la cara. Y los mandos,
animando a la tropa: como el Capitán Araña, embarcando a todo el mundo, y él
quedándose en tierra.
Seguramente por eso, por esa “prudencia” (beatífico
nombre del peor vicio del guerrero) que le lleva a no denunciar, nuestro
cardenal ha recibido el altísimo honor de que Su Santidad lo haya elegido como
uno de sus nueve consejeros más próximos para afrontar las batallas que se le
vienen con el cisma del Camino Sinodal. La operación es delicada en extremo,
porque hay que hacer confluir todos los movimientos sinodales según la voluntad
del supremo timonel de esta peligrosísima travesía. Y eso, amigos, no se hace
denunciando. Que denuncien los laicos: pero no lo que encuentren de denunciable
en la Iglesia (que no es poco en esta procelosa tormenta), sino las cosas de
laicos, el poder civil, la vida pública y demás. Y obviamente no dejó pasar el
cardenal, la oportunidad de promocionar el nuevo producto para el que se ha
ofrecido incondicionalmente al papa: el Sínodo de la Sinodalidad, que coloca
como el gran faro de la esperanza de la Iglesia y de la victoria que “está asegurada” (¿la del sínodo ése?). Y
explicó: “No será una especie de
parlamento para decidir lo que se hace, sino un lugar de comunión”. Con las
decisiones ofrecidas ya en bandeja y sagazmente elaboradas por los presidentes
de las distintas conferencias episcopales. Todos sabemos lo bien que lo trabajó
Omella en Barcelona (fue el ensayo) y luego en el resto de España. Por eso ha
sido premiado.
Fue enternecedora la comprensión que mostró el
cardenal al referirse a la soledad y la “indefensión” en que se encuentran los
docentes y los maestros que no se ven ayudados “ni por los padres, ni por la inspección, ni por la Consejería de
educación”. Se olvidó de la Fundació
Escola Cristiana de Catalunya que él mismo preside. Tampoco por esta
fundación, es decir por la Iglesia, se ven ayudados estos profesionales de la
enseñanza, inmersa en la “confusión” que denuncia el cardenal, y que da lugar a
tremendos dramas sociales.
Y se mostró excesivamente optimista al proclamar que
el cristiano evangeliza y cambia la
sociedad desde la unión con Dios, con el papa y en comunión con los hermanos,
sus asociaciones, las parroquias, etc., pues todos vamos en la misma dirección.
Todos no, eminencia, que son cada vez más los cristianos que no saben todavía
en qué dirección va el papa, y si por eso tienen que poner su unión con el papa
en el mismo plano que su unión con Dios. No, no, cada vez son más los que
desorientados por el hecho de que el papa en persona (tan dado últimamente a
dar explicaciones a raíz de su 10º aniversario de pontificado) no haya dicho
aún nada respecto al Camino Sinodal alemán, que ya ha puesto en marcha sus
decisiones más polémicas y más heréticas y por tanto cismáticas.
Los cristianos echamos de menos la “denuncia valiente” que les reclama el
cardenal a los laicos. ¿De verdad no encuentra nada que denunciar, eminencia,
ni en el camino sinodal iniciado ya por los obispos alemanes ni en el silencio
del papa? ¿Seguro que no encuentra nada? ¿O lo que no encuentra es la valentía
para hacerlo? Que denuncien los seglares, pero no a la jerarquía eclesiástica,
no al papa, por más que yerre. ¡Faltaría más!
Virtelius
Temerarius
Si la cúspide emana confusión, todo lo demás se va al carajo .
ResponderEliminarQué empiece él a denunciar a su jefe
Pero creo que no va a caer esa breva, no!!!
1. El cardenal Omella no ha denunciado nada ni a nadie, y exige a los laicos que tengan la valentía de denunciar cuestiones de la vida pública en unión con la Iglesia, pero sin que los clérigos y jerarquías eclesiásticas se pongan al frente de la denuncia. En una Iglesia clerical, no tiene cabida la denuncia, ya que cuestionar el poder se castiga severamente.
ResponderEliminar- Cierto, por eso el laico es la fiel infantería en primera línea, y Omella es el Alto Mando de la OTAN en Bruselas, la retaguardia.
2. El llamamiento a que los laicos se conviertan en valientes denunciantes se produjo en un discurso del cardenal Omella en la Asamblea Abierta organizada por E-Cristians en la Universidad Abat Oliba. Omella preguntó dónde estaban los laicos para denunciar las barbaridades en la vida pública, y destacó la necesidad de valentía.
- Valentía en griego es parresía, y es un carisma del Espíritu Santo, unido al martirio y a la proclamación de la verdad, como hace todo mártir, y el cardenal más aún, pues Benedicto XVI dijo que el Cardenal debe ser el primer mártir de la Iglesia (vestido rojo), junto con el Papa (zapatos rojos de color sangre) y el obispo (la mitra representa los cuernos de los Testamentos, con los que combate a los enemigos de la Iglesia)
3. Omella mencionó la confusión reinante en la educación afectivo-sexual, pero el articulista dice que es una perversión y corrupción de los niños y adolescentes. Omella es criticado por no denunciar valientemente estas aberraciones y en su lugar, simplemente llamarlas "confusión".
- Las palabras llevan al significado de la situación real:
a) Confusión: es la falta de claridad o entendimiento sobre la doctrina correcta e incorrecta. Puede ser resultado de la ambigüedad en la situación, la falta de conocimiento o experiencia, o la presencia de múltiples morales en conflicto. En lo subjetivo, la intención de actuar de manera confusa puede ser calculada para no tener problemas, por cobardía, ateísmo o herejía, o bien dudas reales y ciertas en discernir la verdadera doctrina y se consulta a la Santa Sede.
b) Perversión: es una desviación o distorsión de lo que se considera moral. Subjetivamente, es actuar de manera consciente y con conocimiento de lo que es inmoral, es la herejía de adoptar doctrinas que contradicen lo que es doctrina revelada o definitiva.
c) Corrupción: es la degeneración de los principios morales, generalmente con fines de beneficio personal, poder o control. Subjetivamente sólo admite el dolus malus (el saber y querer hacer el mal perfectos). Aparece en forma de soborno, abuso de poder, fraude, nepotismo u otro delito. Implica una falta de integridad y una desviación de la moral, y conduce a la pérdida de la confianza en las instituciones y en las personas involucradas.
4. Se lamenta que Omella no aprovechase la ocasión para ejercer desde sus cargos vaticanos, su cardenalato y su arzobispado en la Iglesia lo que les pide a los laicos, y dice que se necesita vocación de mártir para ello. Omella anima a los laicos a la práctica de la "denuncia valiente", pero los laicos deben de enfrentar las consecuencias.
- Si el laico recibe un perjuicio grave, que apechugue, que el arzobispado nada hará para ayudar. Lo del Capitán Araña es acertado, supera en refinamiento a los "crueles", "despiadados" y "sanguinarios" piratas de opereta al servicio del Capitán Garfio que persigue a Peter Pan
5. El cardenal Omella ha sido elegido como uno de los 9 consejeros más próximos al Papa para afrontar las batallas del Camino Sinodal. En lugar de denunciar, el cardenal promociona el Sínodo de la Sinodalidad como la gran esperanza de la Iglesia.
- Un Sínodo de la Sinodalidad que se está configurando como una segunda ayuda al cisma apostático del camino sinodal alemán, pues será el ariete para introducir la herejía alemana dentro de la Iglesia Universal. Mencionar que por ahora, Francisco está omitiendo su deber de tomar la debida decisión en defensa de la Fé: excomunión de los heresiarcas.
Virtellus
ResponderEliminarSintiéndolo profundamente, no puedo dejar de manifestarme en su totalidad, de acuerdo con la exposición que hace sobre la situación actual de la Iglesia en Catalunya. Recemos para que el Espíritu del Señor dirija con más fuerza el timón. Nos reconforta el saber que la Iglesia prevalecerá por los siglos de los siglos.
6. Omella mostró comprensión hacia la soledad y la "indefensión" de los docentes y maestros que no se ven ayudados por padres, inspección, Consejería de Educación, ni por la Fundació Escola Cristiana de Catalunya, la cual él preside.
ResponderEliminar- Lo cual es gracioso, pues es presidente de una institución que para nada nunca jamás no ha ayudado a los docentes católicos en defensa de la Fé.
7. El cardenal afirmó que el cristiano evangeliza y cambia la sociedad desde la unión con Dios, con el papa y en comunión con los hermanos, pero se señala que son cada vez más los cristianos que no saben en qué dirección va el papa y si deben poner su unión con él al mismo nivel que su unión con Dios.
- Exacto, Francisco empezó mal cuando aprobó la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia (19/3/16), num. 305, notas 336-351, y en el Rescripto de 5 de junio del 2017 (publicado en el AAS de 7 octubre 2016, pág. 1071-76), por el que se eleva la anterior herejía a Magisterio Auténtico, amparado por los cánones 752 (deber de asentimiento religioso del entendimiento y voluntad, sin que llegue a ser de fe) y 1371 (sanción de pena justa contra el desobediente), además de no contestar a las Dubia de 16 de septiembre de 2016, ni a un mínimo de 10 correcciones fraternas, ni disciplinó a los obispos que la implementaron en sus conferencias episcopales y obispados: Italia: Roma, CE Sicilia, CE Piamonte y Valle de Aosta, CE Las Marcas, CE Emilia-Romaña; CE Malta; CE Alemania; CE Bélgica; Portugal: Braga, Oporto, Leiria-Fátima, Coimbra, Patriarcado Lisboa; Región Pastoral Buenos Aires. El incendio del cisma del camino sinodal alemán y de Bélgica del 2023 fue prendido por Amoris laetitia en el 2016... Luego tenemos la tolerancia a las misas mayas y amazónicas con la prohibición de la Misa Antigua en Traditionis custodes y otras muchas cosas más...
8. Se critica la falta de "denuncia valiente" por parte del cardenal Omella en relación al Camino Sinodal iniciado por los obispos alemanes y al silencio del papa. Se cuestiona si Omella no encuentra nada que denunciar o si le falta la valentía para hacerlo, y recalca que los seglares no deben denunciar a la jerarquía eclesiástica ni al papa, aunque yerren.
- Pues sí, el laico, el presbítero, el obispo y el cardenal tienen el derecho y deber de la corrección fraterna y la resistencia contra el papa que da doctrina errónea, tal como demuestra el Evangelio sobre la corrección fraterna (que no distingue entre laico y consagrado, entre cura y papa), y la resistencia de San Pablo contra San Pedro Papa, en el incidente de Antioquía, cuando lo acusó de judaizante en relación a los nuevos prosélitos, en Gálatas 2. También está el caso de Juan XXII cuando dio una doctrina herética en relación a las visión beatífica de las almas. El papa, el obispo, el abad deben de ser criticados en el mal que hacen o en el bien imperfecto que cometen, es un derecho y deber del laico (canon 212 CDC). En ningún sitio del derecho y la tradición se dice que el papa esté exento de crítica, y en caso de cisma, herejía y apostasía, la excomunión es un autojuicio y autocondena del papa (o de cualquiera) sobre sí mismo, al tener conocimiento y consentimiento perfectos por razón de su cargo, con lo que soslayamos el principio de que "el papa no debe ser juzgado nunca".
Eso lo reafirmó Benedicto XVI, cuando dijo que el laico tiene el derecho y el deber de defender la Fé con la resistencia contra las ilegítimas autoridades eclesiásticas heresiarcas o cismáticas (fueran obispos, cardenales o incluso el mismo papa), en virtud del sacerdocio bautismal, que los eleva a soldados de Cristo prestos a la defensa de la Fé (el consagrado es además también Soldado de élite de Cristo por el sacerdocio sacramental), y puso el ejemplo de la herejía arriana y también luterana, cuando el católico de a pie se resistió frente a los heresiarcas consagrados, antes católicos.
La Foto donde Omella coge del brazo al presidente de E-cristians Sr Ardévol es extraordinariamente expresiva de lo que habla este artículo de Virtelius. Según la teoria que pretendemos demostrar La Iglesia no puede denunciar demasiado porque se metería en política y esto corresponde a los laicos. En cuanto a los "Laicos Denunciantes" estos laicos son ceros a la izquierda si no van avalados por cualquier poder fáctico que les de respaldo como por ejemplo los articulistas de La Vanguardia o los intelectuales escritores de novelas que gozan de "mediáticos" por su fama. El laico por sí solo sin fama ni soporte no tiene fuerza para denunciar nada.
ResponderEliminarUn escrito que no caerá en saco roto, ni se echará a la papelera, ni se recibirá beneficio de inventario. Es una verdadera denuncia, Una denuncia de altura y justificada. No se trata de repetirle a Omella el verso de la Venganza de don Mendo, aquello de que se necesitan más Quiñones en nuestros prelados de Principado, empezando por él, sino que se requiere más preparación, más contundencia, más razones para decir basta.
ResponderEliminarEstamos cansados de la autorreferencia pontificia, de sus gustos e inclinaciones. Nos gustaría recibir alguna luz de santa Marta y no confusión permanente. Nos gustaría ver de nuevo a un Juan Pablo II que levantara la mano y les dijera al Sínodo, el alemán y el universal, hagan el favor de no disparatar más y leer el Catecismo. Porque basta sólo con el catecismo y el credo.
Lo que está pasando en España con los crímenes del
aborto y la eutanasia sólo se explica porque no hay obispos, no hay presidencia de la CEE que explique por qué son crímenes. Desgraciadamente la falta de preparación intelectual de los responsables es alarmante. Hoy se puede leer en muchas webs pseudorreligiosas que la ley debe cumplirse hablando del aborto y de la eutanasia. No de la objeción. Confunden ley con moral. Y la confusión que en una persona de una web pararreligiosa y prosocialcomunista es comprensible, no lo es en un clérigo y no digamos en un obispo.
No es prudencia, Virtellius, no. Es falta de codos y de quiñones. Como el personaje de Muñoz Seca, asesinado en Paracuellos.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo
EliminarPor cierto, los Quiñones brillan por su ausencia!!!
Creo que desgraciadamente el hecho es qué, si no se aborta en España se irán a abortar fuera de España o abortarán en la curandera de la esquina, y lo mismo con la eutanasia. Estamos donde estamos en Occidente y lo que pueda decir "el cura" creo que desgraciadamente ya no se tiene en cuenta. Es la política de Europa?....O no sé lo que se pretende....
EliminarSr. Valderas, de preparación les sobra.
EliminarQue no ve usted que van con mala fe...!!!!
Cada vez los fieles católicos están más desorientados, incluyendo a no pocos sacerdotes. Muchos están en plan de "cuando os aclaréis, avisadme". A ver si pasa pronto este pontificado de confusión que no ha evangelizado a nadie y sólo ha recibido el aplauso de los no creyentes, ratificados en su increencia...
ResponderEliminarTodo católico tiene la libertad y el deber de denunciar del papa al sacristán, junto con la oración que también puede ser de queja.
ResponderEliminarLa prensa también vale, pero hoy está muy disminuida. El País sacaba 500.000 ejemplares al día en 2006 y hoy apenas 57.000 (venta, subscriptores y gratuitos), imposible para mantener sus estructuras, lo que los hace totalmente dependientes del Estado o la Generalidad y su publicidad institucional a precio tasado.
El 4o. Poder ha desaparecido en España, hoy pertenece a Sánchez o a la Generalidad...
Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Silverio Garrell .
ResponderEliminarÉl firma con su nombre: Silveri. Respétele, por favor!
EliminarLamentable con comentarios largos del somnífero comentarista otros ya nos aburre comentar y por eso hace semanas que bajan los comentarios
ResponderEliminarTodo comentario es bienvenido, ni que diga "me parece bien" o "me parece mal", así tal cual...
EliminarSilverio, Silver, Silverio y Silvestre son SINÓNIMOS.
EliminarVisto en:
ResponderEliminarhttps://theobjective.com/espana/politica/2023-03-27/parlament-catalan-omella-pederastia-iglesia/
"en la comisión de investigación sobre la pederastia en la Iglesia, y ha citado como testigo al arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, con los votos a favor de ERC, Junts, Comuns y CUP, y el voto en contra de PSC-Units, mientras que el resto de grupos no ha participado.
Sin embargo, el Parlament ha rechazado con los votos del PSC y Junts las comparecencias del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas; el obispo de Vic (Barcelona), Romà Casanova, y el de Solsona (Lleida), Francesc Canosa.
El PSC ha dicho que no considera «pertinentes» las comparecencias de los obispos cuando en el plan ya está previsto que lo hagan los responsables de los ámbitos de prevención de cada diócesis, y Junts ha sostenido que piden la comparecencia de Omella en representación de todas las instituciones eclesiásticas."
Esta comisión parlamentaria empezó injusta e inicua, no se preocupó de los casos de pederastia en otros ámbitos, por política de desprestigio de la Iglesia, intentaron convertirla en sectorial y no general, cuando en derecho y verdad debería de ser general, abarcando todos los ámbitos en donde se dan los abusos, no enfocando en un elemento del conjunto. Por eso, parece que la hicieron extensible a otros ámbitos (escolar, deportivo, ocio).
Pero aún no se entiende por qué no se extiende a los supuestos casos de pederastia que salpican a las instituciones tutelares de menores [1], ni se interesa por otras religiones... vamos, sólo hay católicos en Cataluña...
Y queda una incógnita, ninguna comisión parlamentaria puede juzgar ningún caso, no puede nunca jamás culpar a personas o instituciones, ni moralmente, tiene el deber de remitir un caso al juez, o de remitir al Gobierno o Parlamento para que haga nuevas leyes o decretos o reglamentos...
---
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20221129/parlament-constituye-comision-investigacion-pederastia-79306450
https://theobjective.com/espana/politica/2023-03-27/parlament-catalan-omella-pederastia-iglesia/
https://www.sindic.cat/site/unitFiles/4210/Informe%20abus%20sexual%20infantil_cast_ok.pdf
[1] https://www.larazon.es/sociedad/detectan-a-otros-seis-menores-tutelados-que-fueron-victimas-de-una-red-de-pornografia-infantil-HG13515121/
15/17,pues a mí se me hace sumamente farragosos sus comentarios anti-insomnes.
ResponderEliminarCambie de canal, HOMBRE!!!!
Nosotros a partir os la cara con el mundo podrido y los que tendrían que ir delante pactando con el demonio.
ResponderEliminarConmigo que no cuenten.
GASTÓN: Corríjanme si me equivoco pero aunque se han escrito muchos libros sobre las persecuciones a la Iglesia aún está por escribir la historia de cómo ha tratado la Iglesia (jerárquica) a sus defensores: Cristeros mejicanos, por ejemplo. ¡Ojalá lo haga quien pueda para contribuir a poner en su sitio a estos jerarcas irresponsable que lanzan a los laicos a dar la cara para después quitarse de enmedio cuando llegue la respuesta!
ResponderEliminarNo todos remamos en la misma dirección. Exacto.
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