Estadísticas
Permitidme que me ponga truculento y
paranoico; pero es algo que venía temiéndome desde hace años. Lo que más me
temía era que en algún momento saltasen las odiosas comparaciones; y efectivamente
han saltado en forma de estadística, que es la forma en que aparecen las
razones numéricas (las que estén en vigor) poniendo cada cosa en su sitio. Me
malicio que Satanás anda suelto por este mundo haciendo todo el mal que puede,
y está actuando con mucha más inteligencia que los hijos de la luz. Resulta que
en cuestión de pederastia, la Iglesia queda en un honrosísimo último lugar, con
un 0,2% de los casos, mientras que la familia ocupa el primer lugar, con un
espeluznante 50% aproximadamente. Y esto se lo recordaba el papa a su
entrevistador de la CNN.
Para mí es infinitamente más estremecedora
la pederastia de la familia, que la de la Iglesia. Y no tanto por la cantidad
del mal, sino por su calidad: del cura te puedes escapar; pero de la familia,
no tienes escapatoria. Por lo cual, es una lástima que ese dato nos sirva de
consuelo o de lenitivo. Es una llaga más pestilente en esta humanidad enferma. Y
me entristece que el papa recurra a este tristísimo consuelo de pecadores. Si
mal estaba que los enemigos de la humanidad nos metiesen la idea de que es
urgente alejar a los niños de la Iglesia, ¿es que vamos a consentir que nos
digan que el remedio está en alejar a los niños de la familia o en cargarse la
familia sin más?
Los datos
Para nuestra mortificación, hemos de reconocer
que una y otra y aún otra vez, nos han pillado los medios con la guardia bajada
y nos han engañado de la manera más vil. Se están riendo de nosotros,
presentándonos unas realidades mediáticas que ni siquiera en el nombre,
coinciden con la realidad. Somos víctimas ingenuas de la manipulación mediática
más descarada. ¿Desde cuándo?
Pues yo creo que desde que los medios descubrieron el filón de los abusos sexuales en la Iglesia y con él iniciaron su gran experimento de ingeniería social. Tan bien apañaron el tema los medios, y tan insistentes fueron en él, que los usuarios de estos medios nos hicimos rápidamente a la idea de que estábamos en el momento de mayor corrupción del clero; y no sólo eso, sino que el tema de los abusos sexuales era una cosa que afectaba si no exclusiva, sí mayoritariamente al clero católico; de manera que acabaron siendo términos inevitablemente asociados, pederastia y cura. Sí, claro, decenas y decenas de veces he visto cómo jovencísimos energúmenos le gritaban a dos palmos de la cara el insulto de pederasta, al cura que presidía las manifestaciones de los días 25 de cada mes contra el aborto. Y no se acercaban más, porque ahí estaba la policía para impedirlo. Y ya entonces empecé a temblar temiendo el día en que identificarían padre con pederasta. Y ese día ya lo tenemos encima. Nos lo ha acercado el papa.
Ingeniería Social
Pero he aquí que después de años de intensa
mortificación para cuantos mantenemos nuestra fe en la Iglesia contra viento y
marea, vienen las estadísticas a explicarnos las cosas en números, no en
imágenes y en machaqueo.
Al cabo de tantos años de basura pederástica arrojada exclusivamente contra el clero católico, las estadísticas nos dicen que las toneladas de basura no están ahí, sino esparcidas por las instituciones, siendo la Iglesia católica la que cuenta con la incidencia menor: un 0,2%, un 2 por mil; es decir que de cada mil casos, 2 tienen como autor a un clérigo católico. En el extremo opuesto de la estadística aparece nada menos que la familia como la institución con mayor porcentaje de abusos: nada menos que entre padres y parientes próximos, en torno al 60% y subiendo.
Cuantas más vueltas le doy, más me convenzo de que la utilización de la pederastia como recurso de degradación y de desgaste, no apuntaba a la Iglesia (que para ellos era una pieza menor; la pillaron en medio) sino a la familia: ésta era y es el auténtico objetivo. Van a por la familia, y asistiremos a ataques furibundos contra ella; y han entendido que atacar a fondo a la Iglesia, les allanaba el camino.
Al cabo de tantos años de basura pederástica arrojada exclusivamente contra el clero católico, las estadísticas nos dicen que las toneladas de basura no están ahí, sino esparcidas por las instituciones, siendo la Iglesia católica la que cuenta con la incidencia menor: un 0,2%, un 2 por mil; es decir que de cada mil casos, 2 tienen como autor a un clérigo católico. En el extremo opuesto de la estadística aparece nada menos que la familia como la institución con mayor porcentaje de abusos: nada menos que entre padres y parientes próximos, en torno al 60% y subiendo.
Cuantas más vueltas le doy, más me convenzo de que la utilización de la pederastia como recurso de degradación y de desgaste, no apuntaba a la Iglesia (que para ellos era una pieza menor; la pillaron en medio) sino a la familia: ésta era y es el auténtico objetivo. Van a por la familia, y asistiremos a ataques furibundos contra ella; y han entendido que atacar a fondo a la Iglesia, les allanaba el camino.
Pero no es la pederastia el objetivo de este artículo, sino la constatación de que ése fue el primer paso en la ingeniería social mediática, auténtica protagonista de las grandes calamidades que están sacudiendo hoy el mundo. El denominador común de todos estos experimentos sociales, es la creación de una realidad mediática que se sostiene en la realidad real, pero que la supera de forma estratosférica. Lo vimos en la escandalera de la pederastia en la Iglesia: las estadísticas nos han dado por fin las dimensiones reales. Pero cuando le tocó el turno a este tema, al televidente le parecía que no había más pederastia que la de los curas. Y esa misma imposición apabullante de la realidad mediática, la vimos en la diferencia abismal entre la realidad del covid en nuestro entorno (apenas perceptible) y la de las pantallas: magnificación y multiplicación exponencial, que no había manera de conjugar con la realidad que estábamos viviendo.
El denominador común de todos esos fenómenos es que gracias al arte del tratamiento mediático, exhiben en los medios unas dimensiones que exceden con mucho las de la realidad. Realmente estremecedor, porque con tanto, tantísimo bombo mediático que le dieron al asunto, más el que añadió la Iglesia por su cuenta (¿no se da cuenta nuestro eminentísimo cardenal de la eminentísima estupidez que es encargar a un prestigioso bufete de abogados la investigación de 70 años de abusos del clero español? ¿No se da cuenta?), echándole más leña al fuego de ese genial invento de los enemigos de la Iglesia. No, no, no fueron los abusos el invento, sino su genial utilización mediática, su utilización mediática, hasta conseguir que los más ignorantes, identificasen pederastia con clero católico. Y ya el colmo del invento es haber conseguido la colaboración de las más altas instancias de la Iglesia en la ampliación de ese bombo ad infinitum. ¿Pero cómo se puede ser tan ingenuo?
Y seguimos viéndolo en el manejo mediático de la guerra de Ucrania, una guerra de buenos y malos, como si no hubiese más guerra que ésa, ni más sufrimiento que el producido por esa guerra. Lo vemos también ahora en el genial manejo mediático de la crisis de la energía, que intenta presentarnos como necesarios e inevitables todos los sacrificios y calamidades que esa crisis va a imponernos: porque es nuestra lucha contra el mal. Y siendo tan noble la causa, bien venidos todos los sacrificios que nos imponen nuestros gobernantes (y de paso, los abusos).
Y sospecho, sospecho que el gran ensayo de grandes operaciones mediáticas a partir de una verdad indiscutible para crear con ella una gran mentira, sospecho que fue el de la pederastia en la Iglesia. Fue el primer gran ensayo que luego daría sus inmensos frutos en la apocalíptica pandemia mediática, en la devastadora guerra de Ucrania, mediática donde las haya, y en el pánico energético tan, tan, tan mediático, palanca eficacísima para pegarle un tremendo recorte a la economía (y ya veremos si también a la población) de Europa, la más castigada en este circo cuya ejecución se ha encomendado a los medios.
Como decía el papa a la CNN, el tremendo problemón de los abusos a menores, no se produjo en la Iglesia, sino en las pantallas y en los medios. Fue ahí donde creció hasta alcanzar la plenitud de su monstruosidad.
Pero lo más lamentable es que lanzando pelotas
fuera (hacia la familia mayormente), los que acabaron entendiendo que era
connatural a los curas ser pederastas y acabaron viendo un pederasta en cada
cura, acabarán entendiendo (porque sus entendederas no dan más de sí) que el
dato estadístico de que más de la mitad de los abusos se dan en el entorno
familiar, significa que más de la mitad de los familiares de nuestros niños son
pederastas. Saben perfectamente que la mayoría de sus seguidores, como son muy
cortos de entendederas entenderán eso. Y a eso juegan. Sí, hombre, sí,
¿recuerdan aquel episodio en la cultísima Austria? Van las turbas y apedrean la
consulta de un pediatra, rompiéndole la puerta y los cristales de las ventanas,
porque tuvo la desvergüenza de promocionarse en el letrero de la consulta, como
pederasta. Es que para esos energúmenos era lo mismo pediatra que pederasta.
Esa
ignorancia da para esos disparates y más. Es por ahí por donde se abre
camino la agenda que se ha marcado esos objetivos de la alta ingeniería
de los medios. Si con los curas lo consiguieron, ¿cómo no van a
conseguirlo con los padres? La ingeniería social sabe en qué océano de
ignorancia navega. Por eso consigue tan asombrosos resultados.
Y sí, se ha producido lo que tanto me temía: la tormenta mediática contra la Iglesia ha amainado, porque ahora le toca el turno a la familia.
Virtelius Temerarius
De este 0'2 por ciento no conviene hablar en las revistas religiosas especialmente en El Senyal (Girona) y en Cataluña Cristiana. Para mantener al público asistente a misa en la ignorancia. Aquello de antes en las recomendaciones de piedad para las gentes sencillas que decía: "..debes ignorar lo que no te conviene saber.". En los monasterios de clausura masculinos también corria el consejo paralelo de no mirar a las mujeres compuesto por "¿para que quieres ver lo que no puedes tener?. Hace años colaboraba en un foro de E-Cristians y había unos frailes italianos que también ponían comentarios y decían que tenían acceso al foro, pero a Internet no podían porque les estaba bloqueado. Para no mirar mujeres claro. Estas disciplinas hoy en día quedan superadas, puede que hayan servido para mantener gente encerrada en clausura, pero en nuestros tiempos el MISTICO-CA debe ver el mundo en la totalidad de lo que hay.
ResponderEliminarUn monje de clausura no se aparta del mundo para, en cambio, pasarse el día enganchado a Internet, me parece.
ResponderEliminarExisten en la Red algunos religiosos que escriben en sus blogs, por ejemplo,Fray Nelson Medina. Estar enganchado a Internet para evangelizar es correcto para cualquier monje que tenga arte en escribir, no se puede despreciar este "arte" bloqueando la Red a monjes de clausura para que no miren fotos, la red debe estar abierta para que los religiosos escribientes puedan predicar con escritura. El mismo Papa tiene su Twitter llamado "pontífex". El arte de escribir no se le puede bloquear a ningún religioso si este da testimonio de la Fe. Hoy día Internet es el mejor sistema para evangelizar, mucho más que las revistas de papel. Apartarse del mundo debe entenderse en vida solitaria y retiro en el silencio, pero no en estar incomunicado con los acontecimientos humanos y sociales.
EliminarLos monjes de clausura hacen apostolado rezando y, para eso, cuantas menos distracciones mejor. No todo es "dar testimonio".
EliminarEche un vistazo a la web de la Cartuja de Montalegre y verá que procuran mantenerse alejados del mundo. Como mucho habrá un monje encargado de consultar medios de comunicación, de lo que dará cuenta al superior de la Cartuja.
Imagínese un cartujo en plan Caram, el horror.
Padrastro y alcohol, mala combinación.
ResponderEliminarSu exposición certera me ha movido, Virtellius, a manifestar una opinión que veo cada vez más fundada en torno al comportamiento de la propia jerarquía sobre la cuestión. Por falta de formación, presidente y vicepresidente de la CEE se han entregado con armas y bagajes a los deseos de El País, vale decir del gobierno socialista, pues sabido que uno es la avanzadilla y el guardaespaldas del otro, que buscan por tierra, mar y aire el hundimiento de la Iglesia, ¿cómo? avergonzándola. Sabían los socialistas y sus adláteres eclesiásticos --los sacerdotes de las comunidades de base, cristianos para el socialismo y demás organizaciones anticristianas hasta la médula, camufladas bajo el celofán de la defensa del débil o del pobre--. Sólo a unos ignaros se les puede pasar por la cabeza que El País iba a dejar la presa, que no iba a hipertrofiar el asunto, que no se movería hasta comprometer la Santa Sede. Sólo a unos ignaros porque la mala fe en estos mitrados no cabe suponerla. Hoy mismo, para que el fuego no se apague, vuelve a la carga con el marista de marras. El periódico y el gobierno que no han movido un dedo ni escrito una línea con el asunto de los menores de Mallorca o Valencia, distraen la atención con los curas. No es asunto nuevo. Sabido es que hasta obispos como Iniesta o jesuitas de la Casa de Escritores de la Compañía o el mismo asesor de Tarancón iban en confidencias a ese periódico. Pero a estas alturas los obispos debían estar escarmentados. Ir con la verdad por delante. Sin miedo. Ese miedo que atenaza a los obispos, igual que los atenaza el secesionismo. Pero siempre hay algún menesteroso intelectual con báculo que acude en auxilio del mal. No e dan cuenta que el mismo defensor del pueblo, al que le han encargado el asunto, que fue religioso corazonista, confesó que había dejado de creer en Dios. Cada uno puede hacer con su conciencia lo que quiera, pero la CEE debía tener más inteligencia, ser más avistada y menos torpe. La torpeza va ligada a la cortedad. Y ésta, por desgracia, abunda.
ResponderEliminarHoy es un día glorioso para la Roma Aeterna .
ResponderEliminarEuropa EMPIEZA A AMANECER!!!!!
El estudio de ANAR es el más completo, pero hay que interpretarlo bien. Son los casos que acuden a contar su historia a ANAR.
ResponderEliminarSí, 2 de cada 1000 tienen que ver con clérigos. Pero si en un colegio católico el abusador es el jardinero, el profe de gimnasia o un catequista en la parroquia, se produce abuso NO CLERICAL pero SÍ EN ENTORNO ECLESIAL. Que el abusador sea laico no es consuelo.
Los católicos debemos exigir entornos eclesiales seguros, en escuelas, parroquias o campamentos. Paredes transparentes, catequistas en equipo y grupo, todas esas medidas que hace años que aplican en EEUU...
El problema del 2 por mil (o uno cada 500) es que el usar números absolutos siempre favorece al clero, ya que hay poquísimos curas en proporción a familiares, amigos o profesores. De cada mil personas que te encuentras por la calle, ¿cuántos son clérigos? La estadística siempre hay que saberla tomar "mica salis", porque con los mismo datos puedes defender y tumbar al clero. Si de cada 500 abusadores, uno es clérigo, probablemente de cada 10 o 20 curas, uno es potencialmente un abusador, lo cual sí que es espeluznante. Si yo fuera enemigo De la Iglesia, o si quisiera que toda la basura saliera pronto, haría la estadística directamente sobre curas: De 100 curas, ¿cuántos pueden ser abusadores?; de 100 padres, ¿cuántos pueden ser abusadores? Un padre está todos los días con su hijo, un cura, a lo sumo, 1 vez por semana, y lo tiene bastante difícil para tocar a un niño. En fin, reflexiones en voz alta... Hasta ahora sólo se ha hecho sobre el perfil del target, lo cual demuestra que en más de un 80% los abusos provienen de curas con tendencias homosexuales. Ahora hay que ser valientes y dar dos pasos: 1) De cada 100 curas, ¿cuántos sienten tendencias hoosexuales?; 2) De cada 100 curas, ¿cuántos son potencialmente abusadores, basados en los desgraciados datos de la historia? Que todo esto nos sirva para revisar la formación en los seminarios y en las vicarías del clero, donde a menudo se abandona a los curas cuando, como todas las personas, pasan por un período de crisis.
ResponderEliminarLos norteamericanos que hacen estadísticas incluso para comer, dicen que durante toda la vida de un norteamericano se cruzará 36 veces con un asesino... las estadísticas dicen que el PSOE está totalmente equivocado conscientemente, hay que mirar a otros sitios, uno de ellos las entidades administrativas tutelares de menores en Valencia y Baleares, según los indicios...
EliminarCiertamente se trata de lavarse la cara delante del mundo a costa de cargarse la presunción de inocencia de los curas acusados. En cambio, los obispos están siempre más allá del bien y del mal. Son cuasi intocables
ResponderEliminarLa presunción de inocencia solo la puede destruir un juez en un proceso debido con garantías constitucionales, y nadie más, ni siquiera una comisión parlamentaria, y mucho menos compuesta por el PSOE y Podemitas...
EliminarTanto la ignorancia como el odio de las izquierdas contra la Iglesia tienen el mismo fin: ignorar la verdad, no perder la justicia, equivocarse del todo.
ResponderEliminar