¿Quiénes son los hombres de confianza de Omella?

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Foto: Juan José Omella preside una eucaristía en la Basílica de la Sagrada Familia. (EFE) 

Cumplidos ya más de seis años del pontificado de nuestro arzobispo, conocemos su carácter y su psicología. Sabida es su cercanía, afabilidad y don de gentes así como su capacidad de trabajo; la austeridad como norma en su forma de vida, que le ha proporcionado una salud envidiable a su edad; un carácter mandón y terco que se esconde tras una apariencia fingida de campechanería; una fachada cazurra que pretende disimular un eclesiástico que ha transitado por los despachos donde se ha venido cociendo la política episcopal, desde los tiempos de su mentor Yanes a los de la curia bergogliana. Todos estos rasgos son innegables, pero existe una característica que no acabo de conocer y que he preguntado a muchos sacerdotes barceloneses y todos desconocen. ¿Quiénes son los hombres de Omella? ¿Cuál es su círculo de confianza?
Del cardenal Carles se sabía que confiaba a ciegas en el matrimonio Allepuz, Jesús y Paquita, con el que llegaban a entrar a audiencias con el papa Juan Pablo II; que su sacerdote de mayor apego era Don José Angel Sáiz Meneses, al que promocionó como obispo auxiliar y que formaba camarilla con Salvador Cristau, ahora obispo residencial de Terrassa. De Sistach se sabía que era persona de pocos amigos, pero que Matabosch era su principal asesor, no en vano le concedió, a sus años, mayor poder del ya inmenso que disfrutaba. De Omella se desconoce qué amistades tiene en Barcelona, quién le asesora, con quien tiene familiaridad, con quien se siente a gusto al descargar su trabajo. Cierto es que su hombre de confianza es Germán Arana, “el señor del gran poder”, pero el jesuita, aunque visita frecuentemente Barcelona, no es de esta tierra y aunque posee mucha y valiosa información, no llega a un conocimiento exhaustivo de las peculiaridades diocesanas.

 
Al llegar Omella a Barcelona desconocía completamente la demarcación eclesiástica. Sin embargo, se supo hacer con la misma a las primeras de cambio, sin que a ello coadyuvase en exceso su entonces auxiliar Taltavull. Sigo desconociendo quién le guio por los vericuetos de un clero complicado, dividido y no precisamente entusiasmado con la época Sistach que acababa de finalizar. Tiene asesores. Lógicamente. Pero muy compartimentados. Descansa la problemática jurídica enteramente en Santiago Bueno, su vicario judicial. Las tareas curiales en su secretaria-canciller. Su secretario personal Marc Labori es un mero asistente y chófer. Así como Sistach se escribía personalmente cartas, homilías y discursos, nuestro cardenal suele delegar la misión en personal de la Curia. Tampoco forma con sus obispos auxiliares un consejo episcopal de facto. Viven con él, forman comunidad, pero no le gusta mucho andar junto a ellos. Los hace trabajar, que para eso están. Puede ser que tuviese mayor afinidad con el fallecido Toni Vadell, de carácter también abierto y risueño. Pero era una mera compatibilidad. El mallorquín también desconocía Barcelona y no podía usarlo como cicerone. Cabe decir, además, que los nombramientos de auxiliares constituyeron verdaderas sorpresas, salvo quizás el de Sergi Gordo. Los otros dos fueron un balear sin relación alguna con la diócesis y un tortosino que llevaba poco tiempo como rector del Seminario Interdiocesano. En su haber debe señalarse que los dos fueron un acierto y que esa política de importar auxiliares ha resultado ciertamente beneficiosa para una diócesis que arrastra problemas desde años ha. Pronto se designará un nuevo obispo auxiliar y veremos si sigue con esa estrategia o se decide a incorporar a algún sacerdote diocesano. 
En sus relaciones con el laicado y con los medios de comunicación nada nos determina por dónde van sus afectos. Cierto es que su confianza con el delegado de medios, el diácono Ramón Oller, es absoluta, pero disimula escasamente su alergia al periodismo y, en especial, a los periodistas. Es un mundo en el que no se siente cómodo. Pese a ello no se ha granjeado una especial animadversión del gremio, al que jamás ha filtrado noticia alguna. Sus decisiones y nombramientos suelen ser recibidos con verdadera sorpresa.

 

El arzobispo de Barcelona presenta su renuncia al papa Francisco | Cataluña  | EL PAÍSTampoco parece que el cardenal tenga hombres de confianza en la Conferencia Episcopal. No guarda mucha afinidad con el secretario-general Argüello, aunque este le ha distinguido con una extrema lealtad, teniendo que comerse más de un marrón. Sí tiene un núcleo de obispos, a los que ha promocionado y le deben el cargo, pero tampoco forma con ellos un grupo férreo de poder. Más bien parece que Omella decide solo y le gusta decidir solo. Y solo manda mucho. En Barcelona y en Madrid. Y en Roma influyendo. Siempre con una sonrisa, con un poso de socarronería baturra, pero con una vara de mando indeleble, mano de hierro con guante de seda. Aunque de paño aragonés. Y sin personas de confianza. O no. Que, a lo mejor, igual que algunas de sus decisiones, permanecen ocultas.

Oriolt 

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10 comentarios

  1. Personalmente, lo veo habituado a los tejemanejes de cuando fue el escudero del Yanero Solitario cesaraugustiano cuando se dedicaba a sus actividades cinegéticas aficionadas a la cacería de cérvidos ureñas, o de cuando era cura joven progre aficionado a cabrear un poquitito a su obispo, como destacó el Cojo de Calanda. Ese pasaje vital que le acompaña desde su pasado le han convertido en cauteloso, reconcentrado y espeso: piensa el ladrón que todos son de su condición, dijo mi abuelo...

    Veo que compensa el chascarrillo con esta enigmez en su vida y el mandonismo, pero a la vez con la suficiente sumisión papólatra ultramontanea al residente de Santa Marta, lo que le ha hecho merecedor de los descuentos aéreos entre Roma y Madrid. Una cosa buena ha sido contener a los ya vejestorios del nacional-progresismo, seguro que manteniendo un statu quo pastueño, liquenoso, vegetal, musgoso, propio de una ciénaga silenciosa, con algún croar y volar de libélula por ahí y allá, donde los troncos se pudren en paz y serenidad, bañados por la luz penumbrosa, argentérea y crepuscular de una luna menguante...

    Su debilidad es que sí, estudió hace mucho tiempo teología y derecho en el seminario, eso se sabe porque pasó por uno cuando correspondía.

    En cuanto a pastoralidad, persona que se preocupa por su rebaño, que atiende a la profunda gravedad política, cultural, social y económica de hoy, y visitando a sus ovejas, se hizo cierta su autodefinición: ser una mera paloma mensajera entre Roma y Madrid.

    Ciertamente, desde 1971, en la era del Concilio, hemos tenido muy mala suerte con los arzobispos de Barcelona, puesto que están más dedicados al politiqueo que no al pastoreo de almas y en este caso, menos palomas correveidiles y más pastores de almas. Cuando se marche, bon vent i barca nova...

    Últimamente ha tenido diversos resbalones: una agrupación de parroquias hecha por una troika oscura sin sinodalidad, el intento de venta de la entera parroquia del Espíritu Santo, el cierre de las misas y parroquias por más de dos meses durante el covid, la falta de vocaciones, ordenaciones y participación laical, y el curioso rifirrafe que montó el PSOE por los abusos clericales (olvidándose de los suyos en la centros de Tudela de menores de Valencia y Baleares), donde se ha sacado de la manga a Cremades...

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  2. Quizás pronto veamos de Auxiliar a Santiago Bueno, o ¿Ramón Batlle o Vicente Benedito?

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    1. Batlle y Benedito yo los descartaría.

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    2. El único Bueno es Bueno de apellido; Benedito, un bendito. Lo de Batlle es una broma siniestra, no?

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  3. En su mérito está capear y sobrellevar situaciones que no tuvieron que afrontar sus predecesores: acciones extremas del independentismo 1-O, presidencia de la CEE, varios ministerios en la Santa Sede, pandemia, campaña abusos clero, gobierno PSOE-comunista, secularización de Novell, muerte del obispo auxiliar Antoni, guerra de ucrania y finalmente una Iglesia diocesana más empobrecida y más envejecida que en el jubileo del año 2000.

    En su favor su cercanía indiscutible, seminario nuevo y libre, y nombramientos de auxiliares que supieron trabajar bien: no es poco y es una buena siembra para los que cojan el relevo. Ánimos para D. Juan José

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    1. Hombre de compartimentos estancos, disimula lo mandón con lo chistosete, de grandes carencias de conocimiento y por ello necesitado de suplencias de los conocedores, dominante con todo el de abajo, amigo con el igual y sumiso con el superior (es aquél o aquello que no se deja dominar), experiencia en lo subrepticio, establecedor de statu quo disimulados, lo seguimos esperando en la parroquia, a la espera que baje hacia el mundo de nosotros los pitufillos y deje de están volando con la mesa entre despachos capitalinos, olvido de una diócesis en decadencia y lento descenso a la extinción... Otro arzobispo político más, esperando que venga un Karol Józef Wojtyła, todo un lujazo...

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  4. Que dimitan todos y se vayan a su casa.

    Total, para lo que sirven!!!

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  5. El ministril eutanasico es su principal asesor espiritual.

    Así vamos.

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