El 14 de marzo de 2020, el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, dirigía una carta pastoral a sus “queridos diocesanos”. Con la perspectiva que nos da el tiempo transcurrido, podemos hacer una valoración, libre ya de ese miedo irracional e indefinido que nos tuvo a todos hipnotizados y enajenados durante los primeros meses, sobre todo los del confinamiento, que tuvo efectos nefastos sobre la economía, sobre la salud de muchos (especialmente sobre la salud mental) y sobre sectores como el del turismo y los servicios. Entre los sectores severamente afectados, hay que añadir el religioso.
Esas primeras medidas, tan drásticas, alimentadas por los medios de comunicación, contribuyeron decisivamente a darle a la pandemia una dimensión apocalíptica, comparable a un estado de guerra; pero con un miedo mucho más difuso, sobre la base de que cualquiera, haciendo de francotirador, podía ser el enemigo que nos infectase; o podía ser cada uno el agente portador de la enfermedad para los demás: ese enfoque de la pandemia fue una bomba de profundidad con enorme capacidad de hacer naufragar la convivencia, tan importante en la construcción de toda sociedad. Si los nuevos amos del mundo hubiesen andado tras el diseño de una estrategia para deconstruir la sociedad, difícilmente hubiesen dado con una más eficaz.
La “distancia social” vino a ser el gran recurso de seguridad, hasta tanto no se descubriese la naturaleza del enemigo y se encontrase el remedio eficaz. Entretanto fuimos víctimas de una mezcla entre histeria colectiva y depresión generalizada, aliviada por la salida diaria a las ventanas y balcones a aplaudirnos, estimulados por la televisión. Fue una necesaria válvula de escape que contribuyó a proyectar la imagen colectiva de una sociedad tan profundamente pandemiada, que incluso se resiste hoy a salir del tan asumido “modo pandemia”, por más que las autoridades sanitarias hayan decidido desescalar las medidas.
Y por lo que estamos viendo, también en las iglesias, todo eso ha dejado una huella profunda. La asistencia a la misa y demás celebraciones, ha quedado diezmada. Para muchos, queda aún muy lejos el retorno a la normalidad. Y es quizás ahora un buen momento para preguntarnos si el “sector religioso” respondió proporcionalmente a la crisis tan intensamente vivenciada por las televisiones. Un dato a tener presente a la hora de analizar el tratamiento de esta crisis, es que la mayor vivencia personal vivida en directo que tuvimos todos, unos más de cerca que otros, fue la masacre de las residencias, con la peor muerte que podíamos imaginar, en total soledad y abandono. Y eso ocurrió con más de 50.000 ancianos. Sencillamente horrible. Un espejo en el que mirarnos tanto el gobierno, como la sociedad, como la Iglesia. Todos dimos ahí la medida de lo que somos. ¡Qué vergonzosa imagen nos devuelve el espejo!
Fue en este contexto de miedo y desorientación cuando se publicó esa carta pastoral que ha sido tan severamente criticada en algunos puntos. Cabe decir de entrada que en ella se trasluce que la máxima preocupación del cardenal son los fieles (¿se interesó alguien por los ancianos de las residencias?), no los sacerdotes, y que su seguridad fue la inspiradora de las medidas que en ella se adoptaron. ¿Se pasó de frenada? ¿Fue el cardenal más allá de lo que era necesario, provocando en los fieles un miedo del que aún no se han curado? Preguntas de muy difícil respuesta.
Vemos en la sociedad que son aún muchísimos los ciudadanos que siguen en modo pandemia (mascarilla, hidrogel, distancia y miedo, mucho miedo…) a pesar de que las autoridades sanitarias, gracias a que ésta ha quedado como residual, han considerado que ya no es necesario el rigor en las medidas de prevención y de distanciamiento social; y por consiguiente han levantado la obligación de llevar mascarilla en lugares abiertos. Y anuncian las mismas autoridades que en breve levantarán también la obligación de la mascarilla en lugares cerrados.
Y a pesar de eso, son aún muchísimos los que no se fían de las autoridades sanitarias cuando aflojan la presión: y temen que siga andando por ahí suelto el virus, dispuesto a atacarles por sorpresa. No se sacan el miedo de encima. La mascarilla se ha convertido en el signo externo de la huella pandémica en la sociedad. Y obviamente los fieles, muchos de ellos de avanzada edad, que han dejado de frecuentar la iglesia por miedo a infectarse; y que no ven el momento de volver a la iglesia con la normalidad de antes de la pandemia, todos estos fieles forman parte de este colectivo atrapado por el miedo.
En esa carta pastoral, el cardenal establecía dos medidas taxativas “mientras dure esta situación de grave crisis sanitaria actual”:
- Todos los fieles de nuestra archidiócesis de Barcelona quedan dispensados del precepto dominical.
- Quedan suspendidas todas las celebraciones públicas de la Eucaristía.
Evidentemente son medidas muy drásticas, proporcionales al miedo que las dictó y que quería insuflarse en los fieles. Hay que añadir sin embargo que fue complementada esta segunda norma, con el consejo de mantener las iglesias abiertas: “Sería deseable también que los templos estuvieran abiertos…”
Antes de llegar a la promulgación de estas dos normas, en un valiente alarde de celo apostólico, advierte a los sacerdotes: “el papa Francisco nos pide que atendamos a los enfermos y que no tengamos miedo de acercarnos a ellos. Es parte esencial del ministerio de los sacerdotes estar cerca de la gente (¡qué extraño suena “la gente” en un documento pastoral!).” Y a continuación matiza: “Queda siempre la pregunta sobre cómo actuar en la administración de los sacramentos.” Y ahí queda la pregunta, sin recomendaciones ni normas que le den respuesta. Se entiende, por tanto, que cada sacerdote seguirá esta recomendación del papa según su propio criterio.
Luego se dirige: 1, a los poderes públicos; 2, a los trabajadores de los centros sanitarios; 3, a los contagiados por el virus y a los que estáis en cuarentena; 4, a las personas de riesgo: mayores, niños y enfermos crónicos; 5, a los padres, madres y a los profesores; 6, a los presbíteros, diáconos, consagrados/as y agentes de pastoral; 7, a todos los miembros de esta Iglesia que peregrina en Barcelona.
Para las personas de riesgo, dice: “Os invito encarecidamente a quedaros en casa” (lo chocante es que considere a los niños, “personas de riesgo”, invitándoles a quedarse en casa).
Y para los presbíteros, Procurad estar cerca de quienes sufren y lo pasan mal, aunque sólo sea porque sienten la soledad y la angustia del contagio de la enfermedad. Estad disponibles en todo momento para acoger y atender a todos.
Y más adelante, Respetando siempre las recomendaciones de las autoridades sanitarias, tened abiertas las iglesias, donde sea posible, a fin de que las personas (“los fieles” hubiese contravenido las normas de género) que lo deseen puedan ir a rezar. Y una recomendación más: Invito a todos los sacerdotes de la diócesis a continuar ofreciendo la Eucaristía diaria (pero sin fieles) en sufragio de vivos y difuntos y, en particular, para que el Señor ponga fin a los efectos dolorosos de este virus.
Hoy, dos años después, seguimos preguntándonos si “el espíritu” en cuanto al conjunto de esta carta pastoral, y la letra en cuanto a las dos normas taxativas (la de dispensar del precepto dominical y la de prohibir las misas con asistencia de fieles), han sido determinantes a la hora de inducir en los fieles una respuesta tan marcada por el miedo, que sigue muy presente una vez superado el virus. Porque esas normas eran “mientras dure esta situación de grave crisis sanitaria actual”. Y para los que están dominados por el miedo, no hay manera de que se termine la grave crisis sanitaria actual.
Virtelius Temerarius
Escrito negacionista . ¿Se ha enterado el escribiente de la realidad del aumento de los brotes de infección después de la supresión práctica de restricciones?. Repase solamente algunas cifras en Cataluña , como en Solsona , Sort , Montblac , Tremp , etc. .
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el anónimo " Unknown ". e mi familia,murieron 4 personas.( año 2020,( no llegaban las vacunas) Recomendaban...¡paracetamol!
EliminarToda precaución era poca. No me dida el VIRTELIUS NON TEMERARIUS", negacionista y con la sensación que no daba la cara en iglesias ni en otros estamenos por si le atrapaba la pandemia. Seguramente- no lo sabemos- mirarçia los toros desde la barrera. Un Virtelius poco sensato. Un Virtelius, como el Capitán Azaña....¡Vergüenza" Para arriesgar a otros se pinta solo...." INTEMERARIUS"
1. La responsabilidad no sólo es de Omella, sino del conjunto de presbíteros de Barcelona, que con excepciones martiriales, en mi opinión, aceptó de buen gusto las disposiciones de Omella por interés particular: evitar la carga de trabajo de la pastoral de enfermos en tiempos pandémicos.
ResponderEliminar2. Omella podía haber abierto los templos y permitir la celebración misas, no había ningún problema, pues la gente, en el peor momento del covid, marzo del 2020, iba en recintos cerrados como autobuses, buses, trenes y metros. Sin vacuna durante los dos meses de cierre total de los templos, eran suficientes las 4 medidas básicas de higiene de manos, distancia, mascarilla y ventilación.
3. Omella optó por cerrar los templos y las misas, pues el primer Estado de Alarma, posteriormente declarado inconstitucional, le permitía la apertura de centros de culto y la celebración de misas:
Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 «BOE» núm. 67, de 14/03/2020
Artículo 11. Medidas de contención en relación con los lugares de culto y con las ceremonias civiles y religiosas.
La asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro.
4. Los comunicados de Omella sobre prohibición y restauración de la misa:
- 14 de marzo del 2020: Omella comunica que suspende las misas en el punto 2 de su Comunicado del 14
- 18 de mayo del 2020: Comunicado de 14 de mayo sobre el retorno al culto público para el 18: 2 meses con 4 días sin poder ir a misa y comulgar.
5. Omella, además, prohibió durante 1 año y 7 meses la comunión en la boca, medida que era ilegal para el derecho de la Iglesia, y porque existía la opción de dar las formas de 4 cm de diámetro, que garantizan la distancia entre la boca del comulgante y los dedos del administrador.
- 14 de marzo del 2020: Comunicado de Omella que prohíbe ir al templo, por lo que no hay comunión ni en la mano ni en la boca, fine el 18 de mayo
- 4 de mayo y 3 de diciembre del 2020: prohibición explícita de la comunión en la boca (Decretos 9/20 y 31/20)
- 22 de octubre del 2021: se permite la comunión en la boca por el Decreto 62/20 del Arzobispado de Barcelona ante las recientes disposiciones de la autoridad civil
6. Afortunadamente, Omella no optó por las medidas inconstitucionales que en otros sitios se exigían para ir a misa, como por ejemplo, enseñar el inútil pasaporte covid.
7. Personalmente, opino que el cierre por 2 meses de los templos (14 marzo-18 mayo), no era por razones sanitarias, sino para liberarse de toda la carga de trabajo de la pastoral pandémica. Se debió a la liberación por parte de los curas de las miles, y miles, y miles, y miles y miles de peticiones suplicantes de los fieles a los sacerdotes para pedirles su intercesión para obtener todo tipo de gracias y ayudas espirituales de Jesús y María (extremaunciones hospitalarias y domiciliarias, exequias, oraciones ante los enfermos), ante el terrible drama que se estaba desarrollando en estos meses de marzo y abril, con sus picos más altos de muertos y enfermos de la pandemia. No fue proteger a los curas, ni a los fieles, sino ahorrarse del trabajo pastoral propio de una pandemia en su fase más grave. Y pienso que eso es responsabilidad del clero de Barcelona, que lo aceptó, es mi opinión, en su mayoría.
Por tanto, no sólo era la pastoral eucarística (la misa), pues ésta podría hacerse con la distancia entre los fieles, y con la distancia entre el altar y los fieles. Era la pastoral pandémica y todo lo que implicaba: los enfermos en hospitales y domicilios, las extremaunciones, la adoración eucarística, las peticiones...
HISTORIA DEL COVID
ResponderEliminarLa finalidad de este breve y selectivo resumen es demostrar que en España y Cataluña se tomaron las medidas iniciales tarde y mal, lo peor de Europa en cuanto a efectos como el número de muertos, contagiados, enfermos y bajas de enfermería y médicos:
--- 17 noviembre 2019: El primer paciente contagiado con el coronavirus Covid-19 en China se remonta al 17 de noviembre de 2019: "Los primeros días de una pandemia global: una línea de tiempo de la propagación de COVID-19 y las intervenciones gubernamentales"
brookings.edu/2020/04/02/the-early-days-of-a-global-pandemic-a timeline-of-covid-19-spread-and-government-interventions
--- 31 diciembre 2019: la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó sobre un grupo de 27 casos de neumonía de etiología desconocida, informándose a la oficina de la OMS en Pekín.
--- 6 enero 2020: en Alemania, el Instituto Robert Koch formó un grupo de trabajo para estudiar la evolución del virus que se fue ampliando para examinar la situación alemana y la internacional. Fue el primer país europeo que tomó medidas sanitarias, y España las que más tarde y peor, el resultado fue 126.000 fallecidos en Alemania (población 83 millones), y España 101.000 decesos (población 47 millones).
--- 22 enero: las autoridades españolas del PSOE, mentirosos compulsivos: Salvador Illa ha manifestado que el Ministerio está muy pendiente de la evolución del coronavirus detectado en China: “Quiero transmitir un mensaje de tranquilidad y confianza en nuestro sistema de coordinación de alertas sanitarias. Nuestro país cuenta con recursos y con un buen sistema de coordinación con las CC.AA. Y estamos preparados para actuar ante cualquier eventualidad”. La catástrofe estaba en ciernes...
sanidad.gob.es/fr/gabinete/notasPrensa.do?metodo=detalle&id=4770
--- 10 febrero: se publica un informe transcendental "INFORME TÉCNICO. NUEVO CORONAVIRUS 2019-nCoV. 10 de febrero 2020", que tuvo su actualización en el "INFORME TÉCNICO. NUEVO CORONAVIRUS 2019-nCoV. Actualización, 6 de marzo 2020" en el que luego fueron borrados y ocultados por el Gobierno Sánchez-Iglesias, donde se conocía el ratio de contagio. Habla el mecanismo de transmisión humano-humano (muy importante), período de incubación, transmisión, distribución por edades y sexo, gravedad y letalidad (muy importante), sintomatología, evolución clínica, tratamiento, recomendaciones para los viajeros de España a países infectados (Italia, China), y qué hay que hacer con los aviones y pasajeros que venían de países contagiados (muy importante).
- okdiario.com/espana/sanidad-borra-rastro-informes-que-revelaba-quienes son-colaboradores-fernando-simon-5590843
- Vistazo rápido a Los Papeles de la Vergüenza III
youtube.com/watch?v=ZOBQrr8wJoQ
--- 23 febrero: Italia es el primer país que empieza a realizar confinamientos territoriales, bajo mandato del DECRETO-LEGGE 23 febbraio 2020. Misure urgenti in materia di contenimento e gestione dell’emergenza epidemiologica da COVID-19
ResponderEliminar--- 29 febrero: en Cataluña, se realiza la concentración independentista catalana en Perpiñán, Francia, con Torra y Puigdemont, saliendo miles de potenciales vectores de propagación del COVID-19, agravados porque viajaron en coches y autobuses, recintos cerrados, durante las 5 horas de viaje de ida y vuelta: los organizadores calculan 200.000 personas, 100.000 según el Estado francés, debiendo de sumar las otras miles colapsadas en la carretera transmisión agravada por el hecho de que los vectores de transmisión viajaban en recintos cerrados durante 5 horas ida-vuelta: coches y autobuses.
IGUALADA
Se descubre que en 5 autocares de Igualada habían contagiados, en noticia
del 31 marzo:
elconfidencial.com/espana/cataluna/2020-03-31/mitin-puigdemont perpinan-viaje-autocar-igualada-coronavirus_2526271/
--- 8 marzo: En España, se realizan las manifestaciones feministas, teledirigidas por partidos y sindicatos de izquierda de PSOE-PODEMOS-ERC, saliendo miles de potenciales vectores de transmisión del COVID-19, que parece que fueron 1 millón en toda España, con este desglose en las principales capitales. ESPAÑA: 1.000.000 de manifestantes.
newtral.es/manifestaciones-del-8-m-los-datos-de-asistencia/20190309/
--- 12 marzo: ante el avance del brote de coronavirus en Igualada con epicentro en el Hospital de Igualada (Barcelona) por culpa de ir a Perpiñán para la reunión con Puigdemont, la Generalitat ha decidido este jueves confinar a los 40.000 vecinos de Igualada y a otras 20.000 personas de las localidades aledañas de Òdena, Santa Margarida de Montbui, Jorba y Vilanova del Camí
--- 14 marzo: se aprueba el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma, que sería declarada inconstitucional por el TC. No fue efectivamente implantado hasta el 21 de marzo.
.....
España adoptó las más lenta y pésima reacción de Europa, incluida la Cataluña engatusada por Junqueras y Puigdemont. La efectividad del confinamiento en España no se realizó hasta el 21 de marzo, pues durante una semana, los supermercados estuvieron saturados de millones de personas comprando comida y papel higiénico. Esta tardanza en desplegar el confinamiento, junto con la celebración de la manifestación feminista del 8-M y los miles y miles de celebraciones civiles (futbol, deportes, comidas, desplazamientos...), causaron el agravamiento de los efectos del covid en España, por culpa de la Generalidad y del Gobierno Sánchez del PSOE-PODEMOS.
La pandemia demostró el colapso total, civil y eclesial, del Gobierno de Sánchez del PSOE, el de la Generalidad de Torra (17 mayo 2018 – 28 setiembre 2020) y de Aragonès (desde el 24 mayo 2021), así como de la Iglesia de Bergoglio (cerró las iglesias en Semana Santa del 2020) y del cardenal Omella.
La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús
Eliminarvdcj.org
«Lamentablemente, mientras en Polonia se abrían las iglesias, se ampliaban las Misas y se
llenaban de fieles durante la pandemia, en España y otros muchos países, las iglesias han
quedado desiertas y Jesús ha estado solo o casi solo en los fríos sagrarios, mientras la
televisión, los móviles, internet… se convertían en los reyes absolutos de muchos hogares»
El obispo de Alcalá de Henares, Mons. Reig Plá, permitió las misas con gente mientras se cumpliese distancias y ventilación.
ResponderEliminarOmella dijo y luego se desdijo y volvió a decir.
Omella no tiene corazón de Pastor, es un mercenario interesado, oportunista y trepador. Yo cuento los días que faltan para que se marche a su pueblo a descansar para siempre.
Desde luego, para Omella no le han sentado nada bien los años 2020, 2021 y 2022... Triennium horribilis...
EliminarEn mi opinión -y ojalá me equivoque- es una carencia de lo que podríamos llamar "finura eucarística"... por tanto, a seguir rezando por él.
EliminarMartín.
En tiempos de la peste, en ningún caso se cerraban las Iglesias.
ResponderEliminarAhora, la mayoría de clérigos están ABURGUESAOS.
Solo piensan en atiborrarse de carne y vaciar lonjas enteras de pescado, pagando nosotras claro,aunque sea viernes de cuaresma.
Así nos va!
NEGACIONISTAS
ResponderEliminar17/42, y id. un miedosill@ que no confía en la DIVINA PROVIDENCIA!!!!,
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Ese señor/señora que afirma que somos Negacionistas...a ver si aterriza
EliminarSr.Anónimo de las 10, 22.....
ResponderEliminar¿Dónde estaba Ud. durante la pandemia? ¿Abría, atendía, vigilaba, abría, cerraba la Iglesia?- De mi familia, observantes de la sanidad y la vida cristiana, murieron 4 personas.