Una Sagrada Familia ultramoderna

14

 

Como está ocurriendo con las fiestas de Navidad, que cada vez son menos familiares, y a veces más enfrentadas, otro tanto ocurre con la fiesta de la Sagrada Familia (fiesta litúrgica sin la menor trascendencia social), y así ocurre igualmente con todos los intentos propagandísticos de promoción de la sagrada institución de la familia: una celebración cada vez más decepcionada, sostenida en propaganda desoladoramente hueca. Esas fiestas tan de la familia, me dejan un vacío desazonador. La realidad es que la familia se nos ha ido escurriendo de los dedos. Pero seguimos instalados en nuestros eslóganes como si todo discurriera dentro de la normalidad más obvia. La verdad es que todos los afectados por esta enorme pérdida, hemos consentido sin la menor resistencia que nos arrastrasen hacia esta nueva normalidad.


Me produce cada vez mayor melancolía la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia y la retórica que se despilfarra en la ponderación y la defensa de la familia, a la vista de lo mucho que estamos haciendo y consintiendo en la liquidación de la familia. Lo que nos faltaba, la legislación española que, por si no fueran suficientes los disparates que ha ido cometiendo contra la familia, ahora va y se inventa los derechos de los animales, a los que trata como auténticos miembros de pleno derecho de la familia. Como decía el papa recientemente, “muchas parejas no tienen hijos porque no quieren, o tienen sólo uno porque no quieren otros; pero tienen dos perros o dos gatos, que ocupan el lugar de los hijos”. Esto se veía venir de muy lejos: hace ya más de medio siglo que escuché por primera vez esta reflexión. Estamos ante un auténtico disparate; porque además de no conseguir “humanizar” a los animales (algún día hablaré de esa cruel y desafortunada “humanización”; pero eso sí, ¡tan merengada!), todo ese ternurismo animalístico acaba en una cierta animalización nuestra.


Ahí tenemos también el vaciado progresivo, en aras del multiculturalismo con que se está disfrazando el anticristianismo, de la máxima celebración de nuestro calendario: la Navidad. La gran fiesta familiar que no necesita explicaciones ni muchísimo menos disculpas (están empeñados en que pidamos perdón a las otras culturas por celebrar esta fiesta), porque en todas las familias del mundo, en todas las civilizaciones y en todas las culturas, el nacimiento de cada uno es la máxima celebración: tanto, que todo el mundo celebra cada año el aniversario de su nacimiento. Y en el cristianismo se sintetiza la trascendencia de algo tan grande, en la celebración del nacimiento por antonomasia, el de nuestro Redentor. Tan simple como esto, y tan poco necesitado de explicaciones, excusas y pretextos. Los que no lo entienden, no es porque no pueden, sino porque no quieren, porque están empeñados en no entenderlo.


El último ataque a la familia, el último gran esfuerzo por desmembrarla, lo tenemos en la gestión de la infausta pandemia, que para una enfermedad tan parecida a las que sufrimos todos los años desde hace siglos y siglos, ha inventado un nuevo discurso con grandes ínfulas científicas. Y en el discurso de la infección, además de incluir el genial concepto de los “infectados asintomáticos” (infección detectada por una prueba que ya se ha descartado en algunos países porque no prueba nada), se ha asentado el principio de la enorme peligrosidad de los niños (eminentemente asintomáticos, es decir, sin la menor señal de infección) que, a pesar de no estar infectados (las estadísticas pisan muy fuerte en este sentido), las autoridades sanitarias les declaran como potenciales focos de infección para sus abuelos.


 

 

Hace poco, en el parque de cerca de casa al que llevo a mis nietos a menudo, acerté a sentarme el lado de un abuelo en un estado de salud y fortaleza excelente, al que conozco desde hace muchos años. Pues me confesaba el hombre, viéndome tan feliz con mis nietos, que le había perdido el gusto a la vida; que para ni siquiera poder ver a sus nietos, prefería morirse. Tal y cual. ´Me extrañó enormemente de él, porque es un hombre muy vitalista y muy activo. Su familia se había abrazado al discurso oficial, con lo que él había quedado fuera de juego. Y como él, conozco buen número de abuelos y abuelas que con la pandemia se han quedado tirados, porque los han separado de sus nietos.


Lo cierto es que ése es uno de los efectos más nefastos de la esperpéntica gestión de la pandemia (la “llamada” pandemia, sólo “llamada”, puesto que sólo lo será realmente cuando corrijan el diccionario, que corrigió la OMS unilateralmente por su cuenta y riesgo). Y la realidad sanitaria podremos seguir discutiéndola hasta que ya con la suficiente perspectiva, las estadísticas nos permitan asentarla definitivamente. Pero lo que no es discutible, es que con la separación de los nietos y los abuelos, le han dado un mazazo terrible a la familia. Eso no es discutible


Como tampoco es discutible que el Nuevo Orden Mundial (para el que, como han declarado sus grandes promotores, la epidemia se ha convertido en un impulsor y en una oportunidad de primer orden) persigue entre sus logros más codiciados, la liquidación de la familia: objetivo en el que está apretando el acelerador a fondo. Por eso cuadra perfectamente la sospecha de que en la separación de abuelos y nietos, las razones sanitarias no son más que un pretexto (aunque de muy difícil encaje) puesto que han predominado los intereses de ingeniería social en que viene trabajando el Nuevo Orden Mundial desde hace ya unas cuantas décadas. Del mismo modo que se va abriendo camino la sospecha de que el cierre del grifo sanitario y asistencial a las decenas de miles de ancianos de las residencias, que fallecieron de la forma más inhumana, no fue en absoluto el desenlace fatal de problemas logísticos encadenados, sino una operación de altísima ingeniería social comandada desde muy arriba.


Ahí, el mazazo dado a la relación de los padres con los hijos, fue tan terrible como el que se le dio a la relación de la madre con su hijo mediante la promoción de la ley y la práctica del aborto, hasta convertirla en uno de los “derechos humanos”. La ingeniería social está totalmente desbocada. También durante la pandemia, aprovechándola a tope.

 

 


Y claro, cuando pienso en la Iglesia, la institución que tiene la sagrada obligación de preservar no sólo para los católicos, sino para toda la humanidad la colosal institución de la familia; cuando veo la tremenda inanidad de la Iglesia, ya sólo me queda confiar en que sea el mismo Dios quien lidere esta batalla pasando por encima de ese absurdo tinglado de poder cada vez menos espiritual, que parece haberse convertido, el tinglado,  en su exclusiva razón de ser; una Iglesia que ante el organizadísimo y eficientísimo ataque de las fuerzas del mal contra lo más sagrado de la humanidad, no ha desplegado ni iniciativas ni programas reales (no académicos ni folclóricos) para hacer frente a tanta maldad y corrupción, sino que se limita a hacer un par de proclamas piadosas al año. Pero sin dar la batalla en defensa de su doctrina sobre la familia y el matrimonio, tan enormemente superior a las doctrinas que sobre la familia y la vida están infectando a la humanidad. Con los medios de que ha dispuesto la Iglesia para ello (pensemos en los centros de enseñanza regidos por ella, pensemos en los miles y miles de parroquias ¿recuerda alguien las misiones parroquiales?), lo ha dilapidado todo y lo tiene todo en ruinas y en liquidación. Todo menos el patrimonio. 


Es alucinante el grado de incoherencia en que podemos instalarnos. Se supone que la Iglesia está levantando en Barcelona el mayor monumento a la familia. Simbolizada en la Sagrada Familia formada por María, José y el Niño Jesús. La expresión mínima de la familia tal como la entiende la Iglesia. 


Pero eso no obsta en absoluto para que esa misma Iglesia acepte sin reparos las otras formas de familia que hoy defiende el mundo. Con infinidad de opciones en las que está la ingeniería socio-genética para subsanar todo aquello a lo que no alcanza la naturaleza, desplazada por tanta innovación. Por lo general acepta todo eso a la chita callando, sin armar escándalo; pero excepcionalmente, ahí tenemos las monjas abortistas vestidas de hábito monacal para la ocasión, y ahí estuvo el cura que presumía de pagar abortos sin que la jerarquía diga esta boca es mía. Pero no nos engañemos, eso es sólo la punta del iceberg: tremenda montaña de hielo. 

 

 


Y para más inri, tenemos que contemplar nuestro gran monumento a la Sagrada Familia (olvidándonos totalmente de la familia sagrada), cuyo fin parece no ser otro que el de gran parque temático puramente arquitectónico para solaz de los turistas. Pues no estaría nada mal que fuésemos capaces de imitar los parques temáticos como Euro Disney, y le añadiéramos al grandioso monumento, representaciones del carácter que fuese para que los visitantes tengan la oportunidad de contemplar qué es (qué fue) la familia cristiana. Porque a la que nos descuidemos, nos mantendrán, sí, la fachada del Nacimiento como recuerdo de algo que fue, y la de la Pasión nos la convertirán en la fachada del Aborto (ahí está al acecho Planned Parenthood, con la enorme capacidad que tienen de promoción de lo suyo). Y ya de puestos, a lo mejor se atreven a completar la fachada principal y dedicarla a la eutanasia: a la piadosa liquidación de los padres por los hijos. Seguro que serán infinitamente más capaces que nosotros de mantener vivo y activo su parque temático: la nueva familia multicolor, ya con los perros y gatos perfectamente integrados, mucho más coherente con los tiempos que corren, perfectamente asimilada y hasta bendecida por la inmensa mayor parte de los máximos custodios de la doctrina de la Iglesia, que en aras del pragmatismo y del sinodalismo han llegado a integrar tan divinamente, pero con tan poco parecido a lo que es y representa la Sagrada Familia.


¡Qué lástima de inanidad la nuestra! Ostentación y en todo caso negocio, y nada más. Bueno, y un par de declaraciones piadosas al año. Ésa es nuestra Sagrada Familia, a la que ya no le queda casi nada de sagrada, y menos aún de familia.   


Virtelius Temerarius

Entradas que pueden interesarte

14 comentarios

  1. Se cosecha lo que se siembra: 57 años de disidencia eclesial14 de enero de 2022, 2:43

    "Como decía el papa recientemente, “muchas parejas no tienen hijos porque no quieren, o tienen sólo uno porque no quieren otros; pero tienen dos perros o dos gatos, que ocupan el lugar de los hijos”

    Esta decadencia de la familia y el matrimonio religioso y tradicional, el que Dios quiere, en la sociedad actual, es por culpa de la libertad del pueblo y del gobierno que elige en libertad, pero también de la jerarquía de la actual Iglesia.

    Ya Benedicto XVI destacó que fue en el Concilio (1962-65) y en el Mayo del 68 cuando se puede situar la perversión moral de Occidente:
    infovaticana.com/2019/04/11/benedicto-xvi-rompe-su-silencio-y-relaciona-la-crisis-de-abusos-con-el-mayo-del-68/

    Fueron tres papas quienes pusieron una serie de pilares contra esta perversión social: Humanae vitae de Pablo VI en 1968, Evangelium vitae y Veritatis splendor de Juan Pablo II, y el pontificado de Benedicto XVI.

    La corrupción empezó primero en la Iglesia y luego en la sociedad, porque acabado el Concilio en 1965, se aprobó en 1966 el Catecismo holandés, un repertorio de herejías en moral matrimonial, matrimonial y vida humana.

    Pablo VI, al publicar la Humanae vitae en 1968, recibió una fuerte oposición en la misma Iglesia, con episcopados nacionales que se le enfrentaron negando la grave inmoralidad del aborto y la anticoncepción, y otros simplemente cometiendo la herejía silenciosa de la omisión, disimulo y tolerancia, lo que ha conllevado una ola de disidencia, blasfemia, sacrilegio e inmoralidad en toda la Iglesia: homosexualidad, transexualidad, anticoncepción, el sexo intra y extramatrimonial, parejas de hecho, divorcio, aborto, eutanasia, suicidio asistido, reproducción asistida; las luchas y la pérdida de la fe dentro de la familia y el matrimonio por el abandono y tradición de la jerarquía eclesial frente al Estado opresor, catequización en la falsedad, y sostener la unidad de la Iglesia en la mentira y no en la verdad y la justicia; Biden como presidente católico abortista que Bergoglio le permite comulgar, el camino sinodal alemán herético.

    Ejemplo de herejía colectiva episcopal, la Declaración canadiense episcopal de Winnipeg de 1968: en.wikipedia.org/wiki/Winnipeg_Statement

    Y el caso de San Juan Pablo II en Cataluña fue bien paradigmático porque lo pude ver: el nacional-progresismo episcopal, presbiterial, teológico, religioso y laical lo menospreció de principio a fin, calificándolo de ayatolá Jomeini... eso incluye a Benedicto XVI.

    Hoy tenemos a Bergoglio que aprobó la herética comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia (n. 305, notas 336 y 351), más el rescripto ex audientia de 5 de junio del 2017 que lo eleva a falso magisterio auténtico, más sus 2 cartas de apoyo a los obispos de Lisboa y Buenos Aires felicitándoles por su aprobación, más el apoyo tácito a los obispos que lo implementaron (Roma, Sicilia, Piamonte-Valle de Aosta, Sicilia, Malta, Lisboa, Oporto, Braga, Fátima, Bélgica, Alemania...), más la no contestación a las Dubia de los cardenales y a las más de 10 correcciones fraternas, más finalmente la unión de Amoris laetitia con el Año de San José 2021.

    Por lo tanto, Bergoglio no sólo aprueba una herejía en concreto que afecta además a todos los sacramentos (Orden, matrimonio, eucaristía, confesión, bautismo y extrema unción), sino que se mantiene empecinado en ella.

    Pero no sólo él es el culpable, sino la casi totalidad del colegio cardenalicio y episcopal que NO se ha opuesto a ello. Con lo cual, en estos momentos, sufrimos el castigo de Dios, en forma de falta de unción y de unión, de pérdida de la plenitud de la economía de la salvación circulando por la Iglesia, la Fé pierde extensión poblacional y territorial, los fieles pierden intensidad de fe, santidad y amor, no hay vocaciones sacerdotales y religiosas. Y tenemos un ejemplo de falta de fe en Mn. Planellas, quien dijo que aceptaría el sacerdocio femenino. Y éste es considerado como un gran teólogo.

    ResponderEliminar
  2. Un nuevo libro que se puede encontrar del tema: PROGRESISMO O FAMILIA. De Josep Cartañá Pons. Todavia no sale en Amazón aunque ya le he avisado a su autor. EF.

    ResponderEliminar
  3. Mi experiencia personal es que una vez que me jubilaron a los 70 años, me encontré voluntariamente confinado, después vino el confinamiento para los demás. Mi relación con mi nieto es a través de videollamadas. La Legislación española contempla ahora la posibilidad en el supuesto de divorcio el que los abuelos tengan un régimen de visitas.
    Se podrá intentar a través del derecho positivo ignorar el derecho natural y los instintos de las personas y el final será que habrá un fracaso en esos intentos.En fin tampoco es que la primera familia nos diese buenos ejemplos con fraticidio de por medio, el episodio de hermanos que venden la primogenitura por un plato de lentejas, o José y su venta por sus hermanos, o el episodio de Marta, María y Jesús.
    La pandemia ha puesto al hombre en su sitio, tiene capacidad para lo que tiene.
    La Sagrada Familia es un monumento que puede hacer beato a su inspirador y algun dia se acabará en un estilo que a mí no me gusta, y que es un reclamo para el turismo seguro.
    Respecto a la Iglesia no se yo si el Espíritu Santo que debe llamar a las personas en su vocación sacerdotal nos esté dando un mensaje. Si que Su Santidad, tiene unos monotemas en su apostolado que transmite a la Iglesia,como son los pobres, el cambio climático, la pandemia, La fraternidad universal...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "Se podrá intentar a través del derecho positivo ignorar el derecho natural y los instintos de las personas y el final será que habrá un fracaso en esos intentos."

      Lo intentó la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, la II República, y todos los países comunistas, y hoy todos los estados globalistas, y sí, fracasarán y serán irrelevantes.



      "En fin tampoco es que la primera familia nos diese buenos ejemplos con fraticidio de por medio, el episodio de hermanos que venden la primogenitura por un plato de lentejas, o José y su venta por sus hermanos, o el episodio de Marta, María y Jesús."

      Eso se llama los efectos del pecado original...



      "La pandemia ha puesto al hombre en su sitio, tiene capacidad para lo que tiene."

      En Cataluña quedaban hinchados y bufados de orgullo diciendo que "tenemos la mejor sanidad del mundo" y se han pegado un piñazo... la realidad siempre derrota a los sueños, humos y fantasmadas...



      "La Sagrada Familia es un monumento que puede hacer beato a su inspirador y algun dia se acabará en un estilo que a mí no me gusta, y que es un reclamo para el turismo seguro."

      De momento tiene razón: es un decorado, espectáculo y entretenimiento para el turista, de hecho, el motor económico turístico de Barcelona. Pero espero que también sea un centro espiritual de la familia en Europa...



      "Respecto a la Iglesia no se yo si el Espíritu Santo que debe llamar a las personas en su vocación sacerdotal nos esté dando un mensaje."

      El mensaje es sencillo: estáis muertos, recobrad la fe de antaño, y os rejuveneceréis... pero esto implica reconocer que se han hecho mal todas las cosas durante 57 años, desde 1965.



      "Si que Su Santidad, tiene unos monotemas en su apostolado que transmite a la Iglesia,como son los pobres, el cambio climático, la pandemia, La fraternidad universal.."

      Bergoglio tiene el monotema de la noria de Soros: Agenda 2030, vente-y-trinca...

      Eliminar
  4. Virtelius temerarius: estando de acuerdo con usted con CASI toda su exposición, para NADA estoy de acuerdo con la valoración que hace de la epidemia.NO es verdad que sea:"una enfermedad tan parecida a la que sufrimos cada año desde hace siglos".Eso pura,llana y científicamente ES FALSO.¿Se le ha olvidado la fotografía del diario "el mundo" del palacio de hielo de Madrid?.Eso,le aseguro como sanitario,no lo hace "una enfermedad tan parecida a la que sufrimos cada año durante siglos y siglos".Como supongo que usted es de ¿Barcelona?,cuando quiera quedamos y nos damos una vueltecita por c.intensivos de Sant Pau-que es mi hospital-y entonces seguimos hablando.
    Por el amor de Dios,seamos serios y no frivolicemos que hay MUCHA gente enferma que lo está pasando MUY mal, si es que no se mueren.
    Acuérdese de Wittgenstein: "de lo que no se sabe,mejor callar". Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El covid es ahora similar a la gripe, y si se está vacunado, sólo hay unos picores y moquillo, y si es algo más fuerte, tiene los parecidos síntomas de una gripe, debiendo de vigilar el dolor en la cabeza y pecho y la temperatura. Como la gripe, sólo los casos graves serán hospitalizados.


      Ambos virus, covid y gripe, aunque diferentes, convergen en paralelo hacia unos síntomas similares.


      El covid será una endemia que estará todo el año como un resfriado, mientras que la gripe será una epidemia estacional, es decir, que la tendremos sólo en invierno.


      Cuando el covid esté normalizado, entonces será el momento de ajustar las cuentas judiciales con Sánchez y Aragonés, los jefes de la sanidad...


      En un futuro, ya se verá qué pasa con ambos, covid y gripe...

      Eliminar
    2. Sr. Anónimo 19.00.
      En la mente de Gaudí estaba construir un templo para Gloria del Dios vivo y su Sagrada Familia.

      Cuando esté terminada, Dios mediante, será una especie de oxímoron.La familia ya no existirá.

      Él, cuando la proyectó, ya lo sabía, inspirado por Dios, claro.

      Eliminar
  5. La familia es el quicio de la Iglesia. La Sagrada Familia, el espejo en que debe mirarse. Por eso, para atacar a la Iglesia, nada mejor que atacar a la familia. Empezando por la degradación terminológica. Familia es hoy, para el poder dominante, en la nación, en la región y en el municipio, la formada por un consorcio o apaño homosexual. Mi marido, por ejemplo, dice Marlaska, cuando se refiere al sujeto que convive sexualmente con él. Mi marido, repite Iceta, con idéntico sentido. Mi marido, declara también, Collboni. En representación de la nación, de la región y del municipio. En cierta ocasión pregunté si ellos tenían "marido" es que se creían "mujer". Me respondieron que no necesariamente, sino que ellos eran, a su vez, "marido" del otro. Una situación estrambótica, contra natura de los propios términos en primera instancia. Y lo expuesto de lo homosexualidad masculina y la familia, cabe reiterarlo a propósito de la homosexualidad femenina y la familia.
    Ya tenemos en la legislación regional o autonómica y en la legislación nacional desnaturalizada la familia y su función.
    Un paso más y procede la separación de los hijos de la familia. Como dirían los socialistas y harían suya los separatistas de todos los colores que aprobaron la ley, los hijos son del estado. Una suerte de comuna a lo bestia, en palabras de Ada Colau, pues la idea de esta alcaldesa, compartida por socialistas y secesionistas, es que los hijos han de ser cuidados por todos los ciudadanos. Es decir, por ninguno o sólo por los que ellos decidan.
    En ese contexto, bendecido por Francisco en Roma, con su recepción de parejas transexuales, homosexuales, y sus expresiones controvertidas en Amoris Laetitia, ¿qué pinta la familia de Nazareth? Nada.
    Pero no podemos dejar ya en manos de sacerdotes y jerarquía la defensa de la familia. Es cosa de todos. Empezando por la más cercana que tenemos, que es la propia. Si luchamos por ella, de manera natural no iremos interesando por los motivos de esa lucha, que implica una profundización en el conocimiento e su naturaleza, de su solidez, de su significado real.
    Muchas gracias Virtellius.

    ResponderEliminar
  6. Total y absolutamente de acuerdo con el humilde Sr. Valderas Gallardo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo 19:33. Veo que ha actualizado su adhesión al Sr. Valderas Gallardo. Ahora es "humilde". ¿Humildad es ir condenando y dando lecciones a todo quisque?

      Eliminar
  7. Lo de menos es esa ley sobre los animales de compañía... que, salvando las distancias, siempre se han considerado como de la familia.
    Lo que se ha cargado la familia como la conocíamos y vivíamos han sido las leyes que apoyan a los "maridos" de los maridos, a las "mujeres" de las mujeres, los vientres de alquiler, las inseminaciónes artificiales...
    El mundo se está llenando de hijos sin padre conocido o con dos padres o dos madres.
    En fin dentro de pocos años esto será la gran comuna de la Sra. Colau.
    Podemos empezar a llorar ya!

    ResponderEliminar
  8. No están avituallando progresivamente para que estemos perfectamente preparados como pueblo aborregado para que aceptemos la tiranía en nuestras vidas, porque todo será por “nuestro bien” y por supuesto un “sublime” acto de “amor”.

    ResponderEliminar
  9. Totalmente de acuerdo con la Sra.Laura S.

    ResponderEliminar
  10. Vuelven a ingresar a Vadell:

    https://www.diariodemallorca.es/mallorca/2022/01/16/antoni-vadell-obispo-auxiliar-barcelona-61629702.html

    ResponderEliminar

ESCRITOS INTERESANTES ANTERIORES

ESCRITOS INTERESANTES ANTERIORES
Denuncian el ataque contra una Virgen en Reus por motivos religiosos
Ahora la Gene prohíbe rezar ante los abortorios
El 70% de los sepelios en Barcelona son ya ceremonias laicas y en Bilbao alcanzan el 40%
Satué, el sustituto de Omella en Madrid y en Barcelona
El cardenal Omella rechaza comparecer en la comisión sobre pederastia del Parlament
Ha muerto la comunidad cristiana (Por Jorge González Guadalix)
La prosa erótica del pornocardenal argentino Tucho Fernández (Por Oriol Trillas)
El prior de Montserrat visita a Puigdemont en Bruselas
El delirio lingüístico llega al Vaticano
DOLÇA CATALUNYA cumple 10 años
El colegio Sagrat Cor Fort Pienc de Barcelona cerrará finalmente por completo el próximo curso
El Vaticà descarta la terna proposada per l’arquebisbe Vives per succeir-lo en el càrrec
Custodio, el cura de Barcelona que podría ir a la cárcel por avisar del islam radical
Les joventuts de la CUP amenacen a un capellà: «et tenim en el punt de mira»
El obispo de Mallorca defiende que romper la unidad de España «es una opción política» e insinúa que han sido «colonizados»
Un mossèn de Barcelona, a l’equip guanyador d’en Carlos Sainz al Dakar
Omella elude hablar de la amnistía y reclama a Sánchez que dedique "todas sus fuerzas a coser las heridas" provocadas por "los pactos de investidura"
El Papa, indispuesto tras conocer a Pere Aragonès
Omella se defiende y dice que el texto en castellano del Papa lo envió Montserrat
Los obispos catalanes vuelven a apoyar al nacionalismo