¡Para qué nos vamos a engañar! El Novus Ordo (en vulgar, aggiornamento), es decir la puesta al día de la Iglesia, fue el grito de guerra del Concilio Vaticano II, alentado por la marabunta eclesiástica y mundana (bastante eclesiástica también ésta, después de todo) que empujaba en ese sentido con total determinación. Lo que hizo el Concilio no fue más que recoger un sensus fidei, el de aquel momento, entre agotado y hastiado de tanta normativa y de tanta rigidez (también litúrgica, claro), y sin embargo esperanzado. Igual que en la política, el populacho reclamaba “libertad”: sin saber muy bien lo que eso significaba y lo que conllevaba de servidumbre, que es en lo que suelen acabar todos los movimientos de liberación.
Es el caso que toda la estructura de mando de la Iglesia, con muy escasas excepciones, se arrojó con entusiasmo casi seráfico en hombros de la marabunta, y eso no hubo quien lo parase. El Concilio fue el paso del Rubicón, el álea jacta est. La suerte estaba echada, ya no había vuelta atrás. Y no por casualidad, mientras se proclamaba ese Novus Ordo eclesiástico, se estaba fraguando ya el Nuevo Orden no ya laico, sino rabiosamente laicista. Probablemente nos dirá algún día la sociología, que fue a lomos del Novus Ordo. Es que, mal que nos pese, la Iglesia y la sociedad (especialmente la occidental) son vasos comunicantes. Y es la Iglesia la que va por delante: para lo bueno y para lo malo. Bien que lo estamos viendo.
Y ¡lo que son los misterios de la semántica!, mientras el Novus Ordo de la Iglesia quedó confinado formalmente en la liturgia, el Nuevo Orden que desde tiempo nos está preparando el mundo (el catecismo nos haría decir “el mundo, el demonio y la carne”) se proyecta en todos los ámbitos de la vida. Y lo que pretende ese Nuevo Orden Mundial (“demoníaco y carnal” nos haría añadir el catecismo), lo que pretende, ¡claro está!, es cambiarnos la vida y darle la vuelta como a un calcetín.
El alto mando de la Iglesia lo tenía clarísimo: o atendían esas ansias de actualización y renovación de la Iglesia, o se les iba la clientela. Tan mayoritaria era esa demanda (y tan intensamente alentada desde dentro), que ni siquiera hubo ocasión de escuchar las voces de los agoreros del vetus ordo, que si se produjeron, no hubo manera de escucharlas en medio de tamaño rugido de renovación.
Lo que hicieron pues, el preconcilio, el Concilio y el postconcilio, fue diseñar una nueva Iglesia para ese mercado emergente que se había cansado del vetus ordo tan rutinario ya y tan encorsetante, Y lo primero que tuvieron que considerar los gerifaltes, fue el “target” al que iba destinado el nuevo producto. No necesitaron pensar mucho respecto al target, porque ahí estaba perfectamente definido y presionando; y con una cuota de mercado impresionante. Así que sólo les quedó el trabajo de ajustar el producto a las características del mercado al que iba dirigido (como en cualquier mercadotecnia, el mercado condiciona al producto, no a la inversa).
Esa marabunta necesitaba y pedía una Iglesia versátil, siempre dispuesta a adaptarse a lo que exigieran las nuevas circunstancias de la vida, los nuevos tiempos. Y bueno, por ahí fue la cosa: la Iglesia, simbolizando y ejemplificando sus cambios en la liturgia, dio una voltereta que dejó pasmados a propios y extraños. Ahí teníamos ya el Novus Ordo, dotado de una gran flexibilidad, versatilidad y creatividad, prácticamente ad líbitum, a la medida de la vanidad de cada celebrante. La imagen que más me sorprendió en ese aspecto, entre las más recientes, fue la del cardenal de Buenos Aires celebrando en un estadio una misa infantil en formato Eurodisney, con enormes muñecos paseando por el presbiterio y que fueron especial objeto de atención y ejemplo en la homilía. Y a partir de ahí, toda clase de inventos y novedades. Hasta las misas en bañador desinhibido a la orilla del río, como un picnic campestre.
Y como manda la sintaxis conductual, los cambios en los ritos son reflejo fidelísimo de los cambios en la doctrina y en la moral. Viendo esas aberraciones rituales, podíamos pronosticar con toda seguridad las aberraciones doctrinales y morales que se seguirían y que llevan ya mucho camino hecho antes de llegar al camino sinodal en que se pretende canonizarlas.
Es lo que pasa por hacer mercadotecnia con la economía de la Salvación, de la que la Iglesia es mera administradora. Es el resultado inevitable de empeñarse en adaptar al mercado el “producto”, el bien que se ofrece. Un proyecto divino cuyo rodaje en la tierra supera de largo los 3.000 años. Y la “clientela” pidiendo innovación, bramando por ella. Es una evidente insensatez, ¿no? Pues ahí andan nuestras altísimas cúpulas especulando con audaces e innovadoras operaciones de márquetin para asegurarnos la salvación (ya no sabemos qué clase de salvación nos ofrecen) mientras se le remueven y resquebrajan los cimientos a su soberbia edificación. Pero ellos, impertérritos.
¿Y qué futuro tiene hoy ese producto que por fin consiguieron imponer? Atendiendo al target al que se propuso servir la Iglesia a partir de su concepción, elaboración e implantación del Novus Ordo (que no es sólo litúrgico), no se vislumbra ningún futuro. Porque he aquí que para ese target tan ávido de novedades, el Novus Ordo, con más de medio siglo de existencia con todas las experiencias y experimentaciones imaginables, es ya una antigualla. Ya no tiene nada de nuevo. Ese target ávido de novedades se ha pasado con armas y bagajes al Nuevo Orden Mundial que, ése sí, sin ninguna clase de complejos como los que atenazan a un importante sector de la Iglesia, está empeñado en una novísima “economía de salvación” de la especie humana. Un plan totalmente diabólico. Ahí que se nos ha fugado en bloque ese target al que con tanto mimo trató la Iglesia, y del que le quedan sólo los últimos restos.
Y ¡mira por dónde!, un número muy importante de clérigos que no tuvieron bastante con el Novus Ordo, forman hoy la clerecía alta y media de ese Nuevo Orden Mundial que nos ofrece su diabólico plan de salvación. Ni que decir tiene que, en este nuevo destino, esos clérigos están infinitamente mejor pagados.
Evidentemente, una clientela, un target que, azuzado por esos dirigentes desencantados que abandonaron el Ordo, demandaba sobre todo estar siempre al día y exigía cambios, actualizaciones y nuevas versiones una tras otra; es evidente que esos “fieles”, al ver que la capacidad de cambio de la Iglesia es finalmente muy limitada, se han ido hacia los cambios más radicales, hacia el Nuevo Orden Mundial. ¡Eso sí que son cambios de verdad!, eso sí que es aggiornamento, eso sí que es dejar definitivamente atrás el Vetus Ordo.
No sé si es oportuno invocar en este momento el refrán que dice que Dios escribe recto con renglones torcidos; pero parece bien cierto que la imponente estructura jerárquica de la Iglesia, efímera al fin y al cabo, decidió cambiar el producto para adaptarse a las exigencias de una clientela que no estaba dispuesta a perder de ningún modo; y vino a suceder que se quedó sin producto y sin clientela. Y paradójicamente, para bien de la Iglesia.
Porque resulta que ese otro target residual y silenciado, el del Vetus Ordo, está creciendo cada vez más a pesar de (¿o quizá también a causa de?) todas las trabas y persecuciones a que está siendo sometido. Y todos los indicios indican que sobre él, la Iglesia se está recuperando de sus heridas, y en él está diluyendo sus contradicciones.
Justo la piedra que rechazaron con desprecio y hasta con celos enfermizos los que se postulan como arquitectos de la nueva Iglesia, de su Novus Ordo; justamente esa que está siendo denunciada como piedra de escándalo, se ha convertido en la piedra angular. Lápidem quem reprobaverunt aedificantes, hic factus est in caput ánguli. Suele pasar.
Virtelius Temerarius
El Cardenal Ratzinger publicó en 1977, un libro titulado «Mi vida», donde encontramos las siguientes frases:
ResponderEliminar“La promulgación de la prohibición del Misal Antiguo, que se había desarrollado a lo largo de los siglos, desde el tiempo de los sacramentales de la Iglesia Antigua, comportó una ruptura en la historia de la liturgia, cuyas consecuencias solo podían ser trágicas”.
“Se destruyó el antiguo edificio y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando proyectos precedentes”.
“Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que nos encontramos hoy dependen en gran parte del hundimiento de la liturgia, que a veces se concibe como si en ella ya no importa si hay Dios y si nos habla y nos escucha”.
A pesar del desastre, algunos siguen empeñados en la destrucción de la Liturgia y de la fe.
"Se destruyó el antiguo edificio y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando proyectos precedentes."
EliminarEn esto tiene razón.
La nueva misa, que es lícita y válida, fue aprobada por el ingenuo Pablo VI, que se pensaba que el sólo cambio de misa sería un bálsamo de Fierabrás para la Iglesia y el mundo.
Para que sea de estudio para quien quiera, y se pueda comprobar, dejo los orígenes de cada una de las misas de Pablo VI. Por cierto, una misa-Disney (con muñecos) es apostática, una misa es el sacrificio incruento de Jesucristo, no un espectáculo.
1. PLEGARIA EUCARÍSTICA I: Canon Romano de Trento cortado, simplificado y reducido.
2. PLEGARIA EUCARÍSTICA II: una curiosa recuperación arqueológica, reconstrucción además hipotética, de la misa romana de San Hipólito del lejano siglo II, que desapareció totalmente por aquella época además. Algo insólito, pues es la más breve y la más usada hoy en día por tal razón: se quiere eliminar el Canon Romano de 1.600 años y sustituirla por otra de 1.800 años pero que ya no tuvo más continuidad que la de un pontificado o a lo más un siglo...
religionenlibertad.com/blog/10358/la-mas-antigua-plegaria-eucaristica.html
asociacionliturgicamagnificat.blogspot.com/2016/10/la-plegaria-eucaristica-ii-primera-parte.html
3. PLEGARIA EUCARÍSTICA III: es una nueva composición basada en formas antiguas. Contiene elementos del antiguo Canon Romano reorganizados para dar una estructura más inteligible y un desarrollo lógico. La oración se ha enriquecido con la incorporación de elementos tomados de las tradiciones litúrgicas alejandrina, bizantina, antioquea y maronita: es decir, es una misa romana de nombre.
www-catholica-com-au.translate.goog/gc2/dd2/069_dd_180713.php?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc
4. PLEGARIA EUCARÍSTICA IV: también se basa en textos de los primeros siglos de la Iglesia. Si bien sigue el patrón general del Canon romano tradicional, es la más ecuménica de las oraciones eucarísticas en el sentido de que tiene fuertes ecos de las formas orientales (especialmente griegas, alejandrina y de San Basilio) y la liturgia de la sinagoga... como ven, romanidad pura...
5. PLEGARIA EUCARÍSTICA V: una misa muy divertida, porque tiene a su vez diversas versiones denominadas "a", "b", "c" y "d", invento de un sínodo suizo de 1974. La "a" es Dios guía a la Iglesia, "b" Jesús, nuestro camino, "c" Jesús, modelo de caridad, y "d" La Iglesia, en camino hacia la unidad.
6. PLEGARIA EUCARÍSTICA SOBRE LA RECONCILIACIÓN I y II: más inventos
7. PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LAS MISAS CON NIÑOS I, II y III: las podemos calificar como de misas-Disney, o sea, puro entretenimiento. Imprescindible que el oficiante cante, guitarree, dance y baile... si puede manejarse bien en un trapecio, excelente opción...
Una chorrada de artículo. Hay cientos de millones de católicos devotos en todos los continentes, perfectamente ortodoxos en doctrina, practicantes, provida, profamilia y enamorados de Jesús, con la misa nueva. Hay mártires y santos en el cielo con la misa nueva. A la misa antigua le pasaba como a la nueva: algunos la aprovechaban, y otros no. Algunos la celebraban con reverencia y otros no. En 1960 había 24 millones de católicos en Africa, hoy hay 135 millones... todos Novus Ordo y muy contentos. Me parece bien que se conserve y use la misa antigua, hay un porcentaje de personas que le irá bien. Pero la misa nueva no es un problema: la falta de reverencia sí.
ResponderEliminarLa Misa Nueva y la Misa Tradicional son ambas válidas y lícitas. El problema es todo el enredo que nos ha dado una parte de la Iglesia desde 1969 con la aprobación de la Misa de Pablo VI, llegando hasta hoy 2022 de la mano de Bergoglio con su absurda Traditionis custodes, en la que quieren eliminar una misa de 1.600 años que ha sido el sustento para 1.600 años de santos... guerras de abuelitos, guerras perdidas...
EliminarSegún una encuesta reciente en EEUU el 50 % de los católicos no cree en la presencia real de Cristo en la Eucaristia, y el 60% no cree en el infierno.
Eliminar¿En serio que esta gente son devotos? ¿O es que seguimos con el fraude de la primavera conciliar?
Algún comentario respecto a las misas neocatecumenales?
ResponderEliminarPor la manera de dar la comunión del Cuerpo y la Sangre, por la manera de hacer los ecos, por la introducción de ciertas fórmulas, los cantos, los bailes... son una exacerbación de la misa del Concilio Vaticano II entendida como un banquete y como puro invento litúrgico para expresar nuevas concepciones, y constituye un rito propio de la misa latina romana, aunque técnicamente se le llamaría "Misal Romano para el Camino Neocatecumenal" o "Uso Neocatecumenal", aunque se niega con vehemencia esto, por razones que no atino, pero es la realidad: sus misas son lo peor de los principios de innovación, abreviación y opcionalidad que ha dado el Concilio Vaticano II en materia litúrgica. Les han dado un privilegio.
EliminarCrec que s'ha arribat a un punt que per exemple; la FSSPX i l'església conciliar tot i resar al mateix Déu, ja no són la mateixa religió.
ResponderEliminarVeo por el canal Youtube algunas Misas de la FSSPX y creanme, viendo las rúbricas y los hábitos eclesiásticos con que van revestidos, parece como si estuvieras en el mismísimo Cielo.
EliminarSi la Misa la celebra un Obispo de la Orden, con guantes y con Mitra Alta, pues miel sobre hojuelas.
Que es la FSSPX?
EliminarFSSPX: Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Es una secta herética que se dice "católica".
EliminarLa FSSPX no es ninguna secta. Conserva el Rito Trentino celebrando la misa en Latín y de cara al Sagrario. En sus misas los fieles se se comportan con recogimiento, respeto y Fe.
Eliminar!Bien que nos engañaron los teólogos y los obispos criptoprotestantes del Concilio!
ResponderEliminarHan destruido la Iglesia de Cristo para nada.
Puesto que hay libertad de religión y de ideología, el que no quiera catolicismo que se haga calvinista, luterano o anglicano.
Al final a molts catòlics tradicionalistes els hi passarà com el Matt Fradd: sentiran la crida a fer-se cristians ortodoxes.
ResponderEliminarMagnífica comparación y paralelismo entre el Nuevo Orden y el Novus Ordo, Virtellius. Hay un experimentum crucis para mostrar el valor de la reforma en liturgia: si sirve o no a la santificación. La Iglesia ha vivido de la liturgia durante los milenios de su existencia.Y, como es lógico, la teología. El último representante, Ratzinger. Todos sus libros, abramos su "Jesús de Nazareth" están tejidos de pasajes litúrgicos acuñados a lo largo de siglos, como expresión de la fe de la Iglesia.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el ilustre Sr. Valderas Gallardo.
EliminarCon la misa nueva, intentaron hacer pasar a San Pío V como a un monigote.
ResponderEliminarSus anatemas,los de Trento, retrataban a un 80X100 de padres conciliares.
Más tarde algún ingenuo se quejó de que Satanás se infiltró en la Santa Iglesia de Dios.
Quiero creer que fue por ingenuidad y no por mala fe!!!
"Poner al día" o aggionamento no es precisamente cambiar una religión por otra con nocturnidad y alevosía.
ResponderEliminarSi usted quiere ser luterano, calvinista o musulmán (la religión de la paz y la tolerancia), pues hágase de eso y deje a los demás en paz.
Este es un pais libre para creer o no creer y para estar en lo cierto o estar equivocado.
El derecho a tener la religión que uno quiera es un Derecho Humano fundamental que ni usted ni Bugnini ni Montini nos puede arrebatar.