Fiado en ti, me meto en la refriega; fiado en mi Dios, asalto la muralla (Salmo 18, 30)
El mundo se está poniendo patas arriba, y no tanto por la vía de los hechos (aunque al final, obras son amores), sino por la vía de las ideas. Pretender que el cristianismo no es también una ideología, es decir, un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural o religioso, es una capitulación en toda regla. El cristianismo es un acontecimiento, sí. Es la persona misma de Jesucristo, la irrupción de lo eterno en el tiempo pero, hasta el presente, también es la más completa construcción ideológica que ha inspirado y sostenido la vida de Occidente durante los dos milenios de nuestra era. Y sigue siendo el sustrato de nuestra historia hasta el día de hoy. El hecho de que sea al mismo tiempo una religión, con todo lo que ello implica, no significa en absoluto que no haya por debajo una ideología. Justamente el “humanismo cristiano” es la más evidente bifurcación de la ideología y de la religión cristianas. Es el cristianismo puesto al día, “aggiornato”, que dirá la terminología del Concilio: cambiando el eje de rotación y pasando del teocentrismo al antropocentrismo. No es esta transmutación tan insignificante como se nos quiere hacer ver. En absoluto: es un auténtico giro copernicano.
A partir de ahí, lo importante es el hombre. Por eso el Concilio Vaticano II en un intento de convertir al hombre en el accidental sostenedor de Dios, da el vuelco definitivo hacia el humanismo: por eso, en vez de celebrar la liturgia de cara a Dios, que ha pasado a ser secundario, la celebra de cara al pueblo, que se ha convertido, y no sólo en la política, en el nuevo objeto del culto. De este modo aparentemente tan inocuo, Dios deja de ser la dimensión más sublime del hombre, convirtiéndose en algo anecdótico para el hombre: un complemento que acaba siendo accesorio. Incluso para un importantísimo número de eclesiásticos para quienes Dios es mucho más prescindible que el hombre. ¿No es cierto? ¿Hacia dónde parece dirigirse la Iglesia del futuro? Pues hacia la liberté, égalité, fraternité: el momento de la ruptura ideológica protagonizada antaño por la masonería. Y por supuesto hacia la Pacha Mama… Tan simpática ella.
Lo más trágico es que las ideologías que luchan frontalmente contra la Iglesia, y que en su mismo nombre de progresistas llevan ya el programa de relegación de las viejas ideas cristianas, están cometiendo errores ideológicos aberrantes, de recorrido tremendamente efímero, justamente por su empeño enfermizo por eliminar incluso valores humanísticos de muchos milenios de antigüedad, que el cristianismo comparte con las civilizaciones que han emergido como más consistentes y sostenibles. Léase, por ejemplo, la familia y con ella los principios morales en que se sostiene. Es como si algún día los gobernantes de España decidieran cargarse la Seguridad Social porque la fundó Franco, o volar los pantanos por el mismo motivo (aunque mucho cuidado pusieron todos ellos en evitar la inauguración de ningún otro pantano). En nombre del antifranquismo se han cometido errores y barbaridades de bulto en España; y en nombre del anticristianismo llevamos tolerando-aceptando una tremenda racha de aberraciones en el mundo. Es que vende tanto el anticristianismo entre las masas y las élites ávidas de progreso, como vendió y sigue vendiendo el antifranquismo en España. Esas banderas de nueva alcurnia cubren cualquier aberración y cualquier infamia.
Ya es hora de que nos hartemos de escuchar sin pestañear siquiera, que las ideologías no delinquen. No se las puede sentar en el banquillo, porque no son sujetos jurídicos. Pero son sujetos ideológicos que inducen al delito y a toda clase de corrupciones. Por eso los que militamos en la ideología y la religión cristianas, tenemos el deber moral de poner todo nuestro empeño en denunciar y perseguir esas ideologías. Desde la cúpula hasta la base, hemos renunciado a denunciar, perseguir y condenar esas ideas que nos han traído a las puertas de los infames cambios que le abren paso a la nueva era del Nuevo Orden Mundial, tan inmoral, tan corrupto y tan visceralmente anticristiano, aunque disfrazado de anticapitalista. Es hora de que nos plantemos y comprendamos que ya está bien de contemporizaciones con el enemigo, ya está bien de compadreo con el mal, ya está bien de hacernos los tontos.
Y no nos vale decir que nuestros políticos bajos y altos, y nuestra jerarquía eclesiástica, la más baja y la más alta, son responsables de la situación del país los unos, y de la situación de la Iglesia los otros. Ya está bien de hacernos los tontos. Nuestros políticos los votamos nosotros, y a nuestro stablishment eclesial la mantenemos nosotros a base de crucecitas que les regalamos de forma tan acrítica como les regalamos los votos a los políticos. Como decía san Agustín, nosotros somos los tiempos, la gente de a pie. Como somos nosotros, así son los tiempos. Unos tiempos que nosotros configuramos con esos votos del mal menor -hasta olvidar el bien- y esas cruces de ¿qué voy a hacer yo?, ¡pobre de mí!
Y en total coherencia con esto, un obispo al que hemos criticado en Gérminans por su nacionalismo, monseñor Xavier Novell, en una carta pastoral ha alzado la voz ante las elecciones autonómicas de Cataluña para hablar del voto exigente de los católicos. Pide un partido que defienda con claridad y valentía los principios que nos mueven a los cristianos; un partido que pueda votar un cristiano con conciencia y en conciencia. Pues por ahora todo el arco parlamentario es tan anticristiano (pro abortista, pro ideología de género, pro corrupción sexual de menores institucionalizada en la escuela, contra la familia, partidarios de quitarles los hijos a los padres que rechacen este adoctrinamiento, pro eutanasia, y suma y sigue); el actual arco parlamentario es tan anticristiano, que ni siquiera le queda al cristiano con conciencia, el recurso de votar por el mal menor, por el “menos malo” de esos partidos.
Es hora ya de que el pueblo deje de participar en ese juego perverso de unas elecciones en que nadie le representa realmente, como hicieron recientemente los venezolanos, con la decidida intención de que los políticos vean que el pueblo les da la espalda porque ha dejado de creer en ellos. Y a no mucho tardar, los obispos pueden encontrarse con otro tanto a través de la crucecita, que es la votación de cada año. ¿Para qué queremos una Iglesia asistencial que abandona su dimensión religiosa, en un Estado del Bienestar de tan intensa vocación asistencial que se ha empeñado incluso en hacerles una opa hostil a las Cáritas parroquiales?
Seguro que a estas alturas, el obispo Novell, como tantos católicos catalanes, a pesar de que entre los objetivos del partido demócrata cristiano que postula pone ya muy al final la defensa de los derechos de los pueblos (es su irrenunciable querencia nacionalista e independentista); seguro que se está planteando para qué sirve una República Catalana Independiente que se sustente ideológicamente en el aborto, la eutanasia, la ideología de género, la destrucción de la familia, la corrupción de menores a cargo de la escuela y las demás aberraciones que se derivan de estos planteamientos ideológicos. Y estoy seguro de que, a estas alturas, Novell prefiere una Cataluña cristiana (no adscrita al Nuevo Orden Mundial) que una Cataluña Independiente: cuyo recorrido sería de todos modos totalmente efímero en ese Nuevo Orden Mundial que preconiza la liquidación de las naciones, de los Estados y hasta de la propiedad privada. Al final, Torras i Bages es un profeta: Cataluña será cristiana, o no será. Y eso parece que lo ha entendido Novell. Postula un partido que defienda la condición cristiana de Cataluña; porque si pierde esa condición, quedará engullida por el Nuevo Orden Mundial, el gran monstruo enemigo de las naciones, incluida la catalana.
Pues no, definitivamente no somos rebaño, ni mucho menos ovejas llevadas al matadero sin levantar siquiera la voz. De momento tenemos aún el voto como reducto último de nuestra individualidad y de nuestros derechos individuales. Y por lo que respecta a la respectiva capacidad de los fieles rasos de influir en la Iglesia, aún queda la cruz. In hoc signo vinces… ¡Menuda ironía!
Lo que queda en pie es que la batalla de las ideas no es cosa únicamente de las élites ni de las jerarquías. Es aún mucho el poder (ya residual, ciertamente) que le queda a cada ciudadano y a cada fiel raso. Pero sí, aún queda poder individual y es preciso emplearlo antes de que se extinga del todo, para dar de una vez la batalla de las ideas. Una batalla que hemos evitado sistemáticamente sin tener en cuenta esa observación tan sabia de Maquiavelo: Las batallas nunca se evitan, sólo se aplazan. Y cuanto más tarda uno en afrontar la batalla, menores son sus posibilidades de ganarla. Los mandos hace ya tiempo que se rindieron... Sin embargo, parece que sí, que por fin van surgiendo aquí y allá personas que han decidido lanzarse a la refriega: porque si no aprovechamos la fuerza que nos queda, seremos extinguidos sin misericordia.
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
¡¡¡8.000.000!!!
ResponderEliminarFelicidades, GG... y sin subvenciones de la Església, la Generalitat y l'Estat opressor, al cual los independentistas van a cobrar como diputados y senadores...
!Felicidades!
EliminarLes sugiero que aprovechen las visitas para evangelizar en las verdades de la Fe y ayudar a adquirir una visión cristiana de la vida y la muerte.
¿Cómo puede GG llegar a 8 millones?
ResponderEliminarSe observa la incapacidad de conseguir beneficios por parte de los medios tradicionales de la Iglesia, porque lo importante en la red, para cada formato a su modo (blog, red, plataforma), es hacer las cosas artesanas, es decir, como arte individual de cada uno, cosas que consideren como propias e individualizadas, que son valoradas por el esfuerzo personal.
No es el planteamiento de poner millones y que por eso sólo ya se va a obtener audiencia, monetización, subscriptores y publicidad a espuertas, porque internet no es como la radio o más aún la televisión, donde los telediarios y tertulias repiten a machamartillo el "mensaje" que quiere el poder.
Internet es bidireccional, hay una retroalimentación entre audiencia y el creador o comunicador, donde importa menos la capacidad económica que la empatía personal comunicativa.
Además, hay un fenómeno generacional que explotará durante esta década del 2020: los jóvenes de 14 a 29 años sólo se informan por internet, a través de los yutuberes y otros (que ya suman millones), y para ejemplo, Ibai Llanos consiguió 500.000 personas en las uvas "online", más espectadores en su minuto de oro que laSexta o Cuatro.
Por supuesto, la generación joven ya no tienen en cuenta ni el diario ni la televisión ni la radio, que por cierto, ya se repiten unos a otros: covid, covid, covid rendidos bajo la visión del gobierno. Son medios como el PP, PSC y Junts, cuya mitad del votante es jubilado.
La casi totalidad de los medios tradicionales españoles, y más los catalanes por su total dependencia vital al suministro regular del chute subvenllepas, que sólo viven por la obra y gracia del gobierno a través de subvenciones y publicidad institucional, y que sólo inyectan ideología y propaganda partidista que sea del agrado del Gobierno de turno, PP, PSOE, ERC o Junts, bajo la obligación de nunca jamás tocar la realidad del país, en jamás interpretar o hacer un análisis de inteligencia que sirve a sus lectores para anticiparse a los riesgos y amenazas a los que están expuestos, así como para aprovechar las oportunidades, o sea, hacer el proceso de evaluar y transformar los datos e información en... conocimiento útil.
...
Un trabajo de fin de grado de la facultad de Ciencias de la Información, "Los medios eclesiales y religiosos en el Arzobispado de Barcelona", del 2016, ya nombra a Germinans: ddd.uab.cat/pub/tfg/2016/170215/TFG_Vera_Ligero_Miquel.pdf
Según la OJD, Catalunya Religió recibió 60 mil visitas y 88 mil páginas en diciembre del 2020, un número que es parecido, más o menos, a GG, y ésta sin recibir subvenciones, ayudas de Estado, publicidad, patrocinadores y colaboradores institucionales.
Muy buen análisis, anónimo de las 3:55
EliminarFrecuente me recuerdo cuando al mossén Ballarín lo entrevistaron en la Tele Catalana y le preguntaron que le parecía la expresión de Torras y Bagés de "Catalunya serà cristiana o no serà". Mossén Ballarín sabiendo que su entrevista la verían miles o millones de personas en la Tele contestó: "Catalunya sera Catalunya tant si es cristiana o com si no ho es". Naturalmente no quiso "mojarse", y esto equivale al dicho por Jesucristo de , "quien delante de los hombres me confiesa yo le confesaré delante de mi Padre del Cielo". Faltan clérigos auténticos "confesantes", evidentemente. EF.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el sr. Emilio Fernández Merdallá.
EliminarMire, anónimo 6:13
EliminarNinguna religión es neutra, esto es, unas promueven unas cosas -o más unas cosas- y otras evitan otras.
Esto en si no es ni malo ni bueno.
Cataluña es el resultado de la evolución de un pueblo, durante muchos siglos, en una zona geográfica determinada, con una historia determinada y con una religión determinada.
De aquí la lengua no importa absolutamente nada, excepto separarle de otros pueblos. La estructura económica es lo mas importante.
Si a Cataluña le quitas el catolicismo, seguirá habiendo un pais en unas coordenadas geográficas determinadas, pero no será Cataluña. Sera otra cosa diferente (buena o mala).
Ahora , uno entiende que un sacerdote católico, como todos esperamos de cualquier miembro con cierta autoridad en cualquier sociedad o asociación, es que ''barra para casa'' y, por lo menos la defienda.
El mosen cree el dogma masonico que una Cataluña marroquinizada seguira siendo Cataluña...
Geográficamente, si; pero el resto no.
No hay siquiera garantía de que conserve el nombre y desde luego no la lengua.
Eso en sí no es ni malo ni bueno: La historia siempre cambia y lo que una vez fueron poderosos y orgullosos imperios yacen hoy bajo las arenas del desierto.
Pero insisto que el mosén tenia que haber defendido el catolicismo incluso sin razón: él no es un científico obligado a la objetividad y todos entendemos que cada uno tiene sus gustos y sus fobias.
De modo que sí, cuando Cataluña deje de ser católica, dejara de ser Cataluña.
(Sin contar con que son las religiones las que definen las civilizaciones)
Y olvídese de los dogmas masonicos, que están hechos para no pensar y hacer pasar mentiras por verdades con la técnica sociológica de la repetición.
Lo que queda claro es que para este sacerdote, y desgraciadamente no es el único, la "religión nacionalista" está antes que la verdadera fe, es prioritaria, está por delante de Cristo. El discurso nacionalista, identitario, que es una gran mentira, tiene así una dimensión satánica. Es pura idolatría, que no sólo desprecia a Cristo, sino también al catolicismo, es decir al universalismo (que nunca se debe confundir con globalización o multiculturalismo) que define a la Iglesia.
EliminarSe hace asi...
ResponderEliminarhttps://www.outono.net/elentir/2021/02/04/la-respuesta-de-vox-a-una-ultraizquierdista-que-dijo-cristo-neofascista-en-el-congreso/
Lo entenderan asi la mayor parte de almas buenas que sestean en su sofa ???
Más que de ideología uno hablaría de doctrina. Aunque sólo sea por el sesgo intrínseco del término ideología. Y tiene usted toda la razón, mosén Custodio, al resaltar la necesidad de coherencia entre doctrina y comportamiento en los asuntos públicos.
ResponderEliminarPara ello, importa conocer la doctrina, como primera premisa. ¿La conoce Novell? Por arriesgado y temerario que parezca, es obvio que al obispo de Solsona les faltan muchas añadas. Su idea nebulosa de la democracia cristiana se hace trizas cuando lo lleva al terreno de la praxis. Recuerde, mosén, que habló textualmente de ERC y del PSC como posibles refugios de demócratas cristianas. Basta leer la propaganda política de esos partidos para advertir cuán lejos se hallan de la doctrina cristiana, del respeto a la familia, del respeto a la religión. Sin ir más lejos, el actual presidente del Parlamento de la Ciudadadela se vanagloriaba de una tradición de noventa años de su partido (ERC).
Novell omite con mala fe, porque está en los libros de divulgación, el papel destacado de socialistas y republicanos de la estelada en la matanza de católicos (consagrados o no) en los años de la contienda civil y su persecución sañudo en los previos. Los amigos de ERC de ahora del obispo se sienten orgullosos de esta historia. (Y no hablo de los libros de expertos, como el de Joan Tusquets, porque eso es mucho pedir al obispo que embiste.)
Ocurre, pues, mosén Custodio, que el pueblo llano ha de actuar a contracorriente de sus propios pastores. Ese es el grave problema de los votantes cristianos. Porque no anda solo el que gusta vestir de "dimoni" en "els Pastorets", vea las consignas nazis de monasterios de ellos y ellas. Es muy triste, don Custodio, tener que dar un portazo porque el cura está propiciando en sede parroquial, firmas en pro de la secesión. Y no digamos si el cura en cuestión ha sido decano de san Paciano.
No es fácil bracear con un mano defendiendo los principios de la doctrina cristiana, y con la otra parando los golpes de los que tendrían que nadar a tu lado.
¿Cómo puede ser que uno de los primeros candidatos del PSC de Illa --el recibido por Omella con familiaridad en mangas de camisa y tirantes--, el promotor de la ley de eutanasia y del aborto a degUello, que eso es el aborto a plazos, sea uno que se declara católico? ¿Cómo puede ser que se considere un triunfo todos los asesinatos, incluidos los del obispado de Solsona, como una página de la que dicen sentirse orgullosos los de ERC? No es cuestión de tragaderas, ni de pasar página. Los amados por los obispos catalanes no han dicho nunca que aborrecen de ese pasado de sangre martirial. Ya que no pueden con los adultos, no tienen el menor reparo en "tornar-lo a fer" con los ancianos y no natos. Con la bendición episcopal, pues, como diría cierto cardenal de infausta memoria, "en son dels nostres".
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
EliminarBáculo en ristre, a adoctrinar al personal.
Vaya Obis-pillos tenemos por esos lares.
Aunque el cristianismo englobe en verdad un conjunto de ideas, no me parece acertado decir que sea una ideología. La palabra ideología lo justo es reservarla para aquellos conjuntos de ideas que durante un tiempo cobran relieve e influyen en la marcha del mundo, pero que acaban por perder fuelle, decaen e incluso pueden llegar a percibirse como transnochadas.
ResponderEliminarEl cristianismo, no.
Un escritor católico (Claudel, por ejemplo) no es un escritor ideológico. La música de Messiaen no es ideológica. La pintura religiosa del Greco no es ideológica. Los estatutos de las Hermanas de la Caridad o de la Orden Cisterciense no tienen contenido ideológico. Las palabras que la Virgen comunicó en Fátima no son ideología.
Anónimo 6:13:¡Hombre yo no diría que no quiso mojarse!.No sólo se mojó (se embarro).Deja clarisimo que Cataluña será Cataluña, al margen de que sea o no cristiana.Da perfectamente a entender que no le importa si será o no cristiana,pero que será Cataluña.
ResponderEliminarDe un mosen Bailarín y TRONCHO de... COL, no podía salir nada bueno!!!
EliminarLa batalla de las ideas no es solamente promover y defender las propias, que por mucho que diga la masoneria secreta, son tan buenas por lo menos como las protestantes, las musulmanas y las judías, con la ventaja que son las de la tierra y han formado la nación .
ResponderEliminarLa batalla de las ideas consiste también en evitar que con dinero de uno se descristianice la sociedad, se promuevan religiones laicas o no y que se financien a partidos políticos que nos intentan destruir.
Eso no es democracia .
El que quiera promocionar su religión, verdadera o laica, que lo haga con su dinero.
Y a ver si de una santa vez hay tolerancia para todos y no solo intolerancia para los católicos.
Considerado teológicamente, el antropocentrismo es una recaída en el pecado original. La soberbia humana se manifiesta en la técnica, que pretende igualar al hombre a Dios, en la medida en que quiere ser algo así como una nueva Creación y substituir el orden natural por uno artificial; y en una "ciencia" que se presenta como infalible y no sometida a Dios. En realidad, esa técnica y esa ciencia son grotescos, burdos, maléficos remedos de la verdadera Creacion y de la Sabiduría divina. Las consecuencias de todo esto son la devastación del alma humana, en el plano espiritual, y, como consecuencia, la de la naturaleza en el material.
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