Christopher Tolkien, el hijo y compilador |
El 2 de septiembre de 1973 murió John Ronald Tolkien. En el aniversario de su muerte, quiero recordar a este gigante de la literatura de ficción del siglo XX.
Han pasado muchos años desde la publicación del Señor de los Anillos, que por la voluntad del editor inglés de la época fue publicada como una trilogía, que salió en librerías entre 1954 y 1955, pero el interés por este libro y su autor, John Ronald Tolkien sigue siendo alto. Tolkien ahora debe ser considerado no sólo un autor exitoso, sino también como un auténtico clásico. Ha recreado, a mediados del siglo XX, el género literario épico, restaurando la dignidad literaria al antiguo género de ficción.
“El Señor de los Anillos” es una gran historia de viajes, concretamente de un viaje para lograr una hazaña extraordinaria, la historia épica de un período de transición. Nada contemporáneo había entrado, incluso disfrazado de alegoría, en la gran obra tolkieniana; pero todas las historias contadas constituyen un fresco simbólico y transfigurado de la condición humana y de la historia de los hombres. Todo narrado en un lenguaje solemne y serenamente épico, desprovisto de esa ironía que a menudo caracteriza negativamente el cuento de hadas o la narrativa fantástica a través de la cual el escritor parece hacer un guiño al lector en un juego desencantado de las partes, asegurando que, en todo, está bromeando. Tolkien era muy consciente de que a los lectores les gusta tomar profundamente en serio lo que se les dice.
Tolkien fue un autor de una profunda religiosidad. Formaba parte de la Iglesia Católica que en Inglaterra había sido perseguida por el Estado durante unos tres siglos. La visión cristiana y católica de Tolkien se refleja en sus obras, y ha sido estudiada por varios ensayistas católicos. Es necesario e interesante leer a Tolkien desde una amplia perspectiva cristiana y humanista. Cualquier epopeya digna de ese nombre, expresa una visión profundamente religiosa.
Y no sólo una visión religiosa, sino específicamente cristiana, con todos los elementos de la Historia de la Salvación: un Dios creador, un proceso de creación que involucra a una multitud de seres angelicales, la caída de una parte de estos seres, la formación del mundo, la creación y caída de los seres humanos, el contraste constante entre el bien y el mal, la promesa de una Encarnación divina para restablecer el proyecto divino de la creación, una batalla futura y un futuro. Creo que sería difícil crear una epopeya que sea más cristiana que la de Tolkien, a pesar de tomar prestados elementos de mitos antiguos (incluso paganos). Hay que decir que la imagen épica de la obra de Tolkien se desarrolló lentamente, y muchos detalles han visto la luz del día desde la muerte del autor. Varios elementos cristianos también fueron conocidos y apreciados más tarde, gracias a la obra de compilación del hijo del autor, Christopher, que por cierto murió recientemente.
Tengo la impresión de que Tolkien quería infundir esta visión religiosa en todas sus obras, aunque fueran cuentos o composiciones poéticas. La prueba se encuentra tal vez en las pocas palabras que escribió sobre su intento fallido de escribir una secuela del Señor de los Anillos. Después de haber esbozado una trama de un despertar maligno durante la Cuarta Edad, una historia titulada “La Nueva Sombra”, Tolkien se dio cuenta de que un buen thriller saldría de ella, pero sólo un buen thriller, sin un vínculo con la épica de historias anteriores, y por lo tanto interrumpió su esfuerzo después de las primeras páginas de la narración.
Tolkien afirmó que uno de los temas principales del Señor de los Anillos es el "derecho, que sólo Dios tiene, a recibir honores divinos". Por lo tanto, podríamos decir que se trata de un choque entre Dios y la idolatría
Ar-Pharazôn |
Todo el tema del anillo de poder es un tema de idolatría: sin duda, cualquier objeto que se convierta para nosotros en nuestro "tejido" excluyendo la relación con Dios y con los demás, puede ser para nosotros una caída de la idolatría, ni más ni menos que el becerro de oro en el desierto. Más allá de esto, aunque he visto esta cita varias veces, no he sido capaz de rastrear su fuente y contexto (me pregunto si tiene algo que ver con un diálogo entre Tolkien y su amigo Owen Barfield, autor de un ensayo sobre idolatría). Si no me equivoco, la cita más grande dice que el conflicto del Señor de los Anillos tiene más que ver con Dios que con la libertad: todavía recuerdo que en El Señor de los Anillos, Tolkien había aparcado las menciones directas de Dios, y en una de sus entrevistas dijo que lo acababa de mencionar "una o dos veces". De hecho, sólo recuerdo uno, en el Apéndice A del libro: "Pero cuando Ar-Pharazôn puso un pie en las orillas en Amán el Reino Bendecido, los Valar dejó su tutela y llamó al Uno y el mundo cambió". "Pero cuando Ar-Pharazôn aterrizó en las costas de Aman, la bendita Tierra Imperecedera, los Valar retiraron su protección y llamaron al Uno, y el mundo fue cambiado". Por respeto a esa sobriedad, mejor tomar con cautela toda tentación de irrumpir en su obra con postulados estrictamente teológicos ya que en su obra no quería abrir específicamente esta puerta.
Algunos “pseudo-modernos progres” ven en el Señor de los Anillos un texto "maniqueo". Pero hay que comprender bien la descripción que Tolkien hace del misterio del mal.
Tolkien escribió explícitamente (Carta 183) que no había introducido el “mal absoluto” en sus historias, y que ni siquiera creía que existiese el mal absoluto. Si pues por "maniqueo" nos referimos a un dualismo absoluto, es el propio Tolkien quien desautorizaba esa interpretación de raíz. Si en cambio hablamos de maniqueismo en el sentido de la narración de elementos de un bien y de un mal "unidireccional", hay puntos en los que el mal de Tolkien puede parecer un tanto estereotipado. Es cierto.
Hay otros sin embargo que consideran la ausencia de la figura de Cristo en la obra de Tolkien como evidencia de su estilo "pagano". Yo diría que aquellos que hacen tales juicios hoy, no han profundizado bien en su obra. En los años inmediatamente posteriores a la muerte de Tolkien, cuando sólo el Hobbit y el Señor de los Anillos estaban disponibles para leer, todavía era posible que un lector muy ideologizado pudiera ver en su pensamiento tales aspectos. Pero ahora, gracias a la paciente compilación de Christopher Tolkien, nos enfrentamos a textos que nos hacen sonreír ante cualquier teoría que hable de paganismo en el mundo Tolkien. Recuerdo sobre todo el “Debate entre Finrod y Andreth”, donde "la ausencia de la figura de Cristo" se resuelve en tan explícita como escandalosa pista de la Encarnación divina en el mundo, pues recordemos que el cuento, ambientado en la Primera Edad, transcurre después de la “Caída de los hombres” pero es anterior a la Encarnación de Cristo.
Apreciados lectores: el Señor de los Anillos sigue ganando adeptos tantos años después de su publicación, porque logra volver a proponer la historia de la salvación con la fuerza de los mitos de los valores perennes, dando al ser humano de hoy la oportunidad de reconectarse con un patrimonio espiritual e interior despreciado por el modernismo prevaleciente, pero aún vivo en nuestros corazones.
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Mosén Francesc, he paseado a menudo por el cementerio de Oxford donde están los restos de Tolkien. Los cementerios ingleses son sitios de paseo y de paso, con bancos donados por algún familiar en homenaje a alguno de los que allí reposan. Junto a él hay un enorme campo de fútbol y un pequeño parque infantil. La vida y la muerte se abrazan en esos camposantos. No lejos está la iglesia de san Gregorio y san Agustín, que en Navidad exponen un belén extraordinariamente hermoso, y donde se celebra la misa ad orientem con sacerdote, diácono y subdiácono cada domingo. A ella acuden profesores y alumnos universitarios junto con católicos llegados del sudeste asiático, preferentemente. Es un catolicismo universal, doctrinal, muy vivo. El que quería el cardenal Newman, cuya pintura ocupa un extenso panel del altar mayor. Muy cerca también, en cogollo de la ciudad, junto al Ashmolean, los Blackfriars, los dominicos, de un culto litúrgico esmeradísimo. La semilla del Movimiento de Oxford del siglo XIX dio sus frutos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
Eliminar"Hay otros sin embargo que consideran la ausencia de la figura de Cristo en la obra de Tolkien como evidencia de su estilo "pagano". Yo diría que aquellos que hacen tales juicios hoy, no han profundizado bien en su obra."
ResponderEliminarTolkien, como Lewis (Crónicas de Narnia), hicieron una narración donde Jesús estuviera implícito. Si sacas las máscaras de todos los personajes, aparece la doctrina católica novelada para niños.
Ello es lógico, pues si pones explícitamente a Cristo, realmente, es absurdo ponerlo en una novela de acción como un héroe, y sería ridículo, pues pones un personaje histórico y de fe haciendo cosas impropias... tal y como está de implícito en Narnia y El Señor de los Anillos, es suficiente...
Los trabajos de Hércules con las cuadras de Augias, sucias desde hace 40 años, limpiadas en un día mediante el ingenioso desvío de un río, los misioneros en Grecia lo reconvirtieron es un ejemplo de cómo es el catolicismo: Hércules es Cristo, el río es Cristo como portador del Agua de la Vida, los establos sucios son los pecados, los 40 años son el exilio de Israel, la confesión y la penitencia ante una vida de pecados, los animales estabulados como nosotros como ignorantes de la Ley de Dios...
Literatura eterna...
Hoy hay una entradilla en Germinans de Dolça Catalunya que más vale tomárselo graciosamente:
ResponderEliminar¿Recuerdan la iglesia lazi de Pals? Ya ofrece más conciertos que misas
Después de leer esta noticia, sugeriría oír el fragmento icónico musical que mejor simboliza la decadencia y decrepitud, el adagietto de la 5ª sinfonía de Mahler, que se oyó en "Muerte en Venecia", de Visconti-Mann, pero sustituyendo el título por "Muerte anunciada de Gerona", con un guión bastante malo y deplorable, sin el glamour de Venecia...
www.youtube.com/watch?v=Gxd8xB8wft8
También después de leer se puede ver "Los mejores momentos de Nerón y Petronio", con Peter Ustinov, de Qvo Vadis, con la lira de Nerón y el incendio de Roma... sustitúyase por "El incendio de Gerona", pero de nuevo sin el glamour de Roma, con guión penoso y lamentable...
trshow.info/watch/holXjeZTXMk/los-mejores-momentos-de-neron-y-petronio.html
Y finalmente, la mejor homilía que de momento he oído, la de San Pedro en Qvo Vadis, y la película ya tiene 70 años (1951):
gloria.tv/post/ejW83rxbmugu1TTuQtHcsbawU
He tenido la suerte de ver la crónica de una muerte anunciada de la diócesis de Gerona desde hace casi 40 años, pero ha sido de lo peor que he visto, porque estaba cantado, desde que eres un idólatra y sustituyes a Dios por los ídolos de la tierra...
Ay Pardo, ay presbíteros, ay religiosos, de cuánto habéis de responder, tú Pardo junto con todos los obispos de la Gerona decrépita: Narciso Jubany (1964-1972), Jaume Camprodon Rovira (1973-2001), Carlos Soler Perdigó (2001-2008), Francesc Pardo i Artigas (2008-¿2021?).
--- Miré y oí volar un águila por en medio del cielo, diciendo con una gran voz:
- ¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra, cuando los tres Ángeles toquen las trompetas que aún faltan por resonar!
Vae, vae, vae habitantibus in terra de ceteris vocibus tubae trium angelorum, qui tuba canituri sunt!
Apocalipsis VIII, xiii
Lo que tenía que pasar pasó. Era inevitable.
EliminarPor otra parte, ya que esto pasa, hay que hacer de necesidad, virtud:
Una teología equivocada confunde y pierde a los fieles.
Si su doctrina es basura, mejor que pleguen y ya dirá Dios cuándo y cómo se podrá recuperar para la fe esos territorios perdidos.
Mientras tanto habrá que planificar la misión empezando por la búsqueda, preparación y ordenación de los sacerdotes destinados por Dios para ello; y los medios económicos para financiarlo.
"Pachamama pujolera= ¡no gracias!"
No creo haber encontrado ninguna mención a Cristo en las historias de Sherlock Holmes.
ResponderEliminarEso no significa que Conan Doyle fuera pagano. Era católico.
Pero Conan Doyle era espiritista también, una moda de la época, buscándo comunicarse con su esposa difunta.
Eliminar"No creo haber encontrado ninguna mención a Cristo en las historias de Sherlock Holmes."
EliminarEstá de manera indirecta, pues Sherlock es un monumento a la razón deductiva, y por lo tanto, hace referencia a la "fe y razón", sobre todo a la razón.
Watson tiene una función moral crítica, cuando reprocha la adicción a la cocaina de Sherlock, algo de moda en la época en las clases altas.
Sería raro que mencionase a Cristo, porque él daba mucha importancia
ResponderEliminara los mitos y sagas nórdicas -era un profesor universitario especializado justamente de eso-
Para él las sagas transmitían sabiduría; y eso es lo que transmite su saga: la historia de la lucha entre el bien y el mal y la redención.
Es decir, está contando la epopeya de la salvación humana con una fábula nórdica (rodada en Nueva Zelanda)
Se percatará que todo absolutamente es un edificar el relato donde esté de manera "implícita" Cristo y su redención general y particular.
EliminarViene al caso del artículo el libro de Peter Kreeft:¿símbolo o sustancia?.Un diálogo sobre la Eucaristia.Entre C.S Lewis (anglicano)Billy Graham(protestante) y J.R.R Tolkien (católico).A pesar de que es una recreación,que ese debate amistoso no se produjo nunca,nos da una idea muy fidedigna del pensamiento de Tolkien.A mi manera de ver un libro muy recomendable
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