Del Senado a la residencia

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Más bien, del senado a la antesala del tanatorio. Divertimento léxico.    


Ciertamente, la vejez (antes se decía así, ¿no?) ha sufrido un tremendo descalabro desde que los romanos la paseaban en su lábaro: SPQR (Senatus Populus Que Romanus) y la honraban nada menos que con la institución que ostentaba el máximo poder y autoridad en Roma: el Senado. Ser senex (anciano), no sólo en Roma sino en toda civilización de larga existencia, era una bendición que a muy pocos alcanzaba. Por eso veneraban a los ancianos como los predestinados a guiar los destinos del pueblo. Y en efecto, ahí iban los ejércitos romanos presididos por el Senatus, que era en rigor quien emprendía la guerra, sucundado (conjunción enclítica -que) por el Pópulus Romanus en pie de guerra. Hasta que eso de ser anciano (senador) se convirtió en un codiciadísimo oficio político.  


Tan bien nos sentó eso de ser senex, que fuimos a buscar su comparativo (senior: al consonantizar la “i”, se nasaliza la “n”, llegando así a “señor”), con valor de superlativo relativo: más anciano, muy anciano; y encima le asignamos el valor que correspondía a dóminus: señor, es decir “amo”, “dueño”. Y a todos aquellos a los que quisieron honrar (hoy diríamos “hacerles la pelota”) nuestros tatarabuelísimos, les llamaban “seniores”, muy ancianos, ancianísimos. Y para que el honor no quedase menguado para nada, le añadieron la abreviación de dóminus: don/doña/dueña. Y ahí tenemos el señor don y la señora doña (“muy anciano señor” y “muy anciana señora”) al alcance de todo el mundo pero tremendamente devaluados. No hace demasiado que sólo se podía exhibir el “don” y exigir ese tratamiento si se era el menos bachiller. Pero llegó la igualación, que al no poder hacerla más que hacia abajo, hoy ya no se necesita nada de nada para ser llamado “señor don” y “señora doña”. Cualquier día el BOE declara el derecho universal al título de doctor o al de cirujano.


Y como nuestra cultura se forjó a medias entre Grecia y Roma, tenemos también al muy anciano en la Iglesia pero sólo en griego. El presbítero, transliteración de πρεσβυτερος, es el muy anciano: comparativo de πρεσβυς (presbýs; de ahí la presbicia, la pérdida de visión por la edad). La misma operación en latín nos hubiese dado “senior”. Señal clara de que para el ministerio sacerdotal, la Iglesia primitiva prefería a los ancianos. Porque socialmente la ancianidad (evidentemente no decrépita) además de escasa, era un grado universalmente reconocido. Luego el tiempo y la abundancia han hecho sus estragos en la ancianidad. Buena lección de todos modos ésta de la Iglesia primitiva, para la Iglesia moderna, en la que desde hace bastantes decenios, tomaron el mando los “presbíteros” más jóvenes, que cuando les abandonó la juventud, la impostaron. Jóvenes “ancianos”, que con sus pretensiones de “rejuvenecimiento del presbiterado” (o del presbiterio que dicen ellos) han pervertido la esencia de la institución, de clara vocación presbiterial. Y resulta que a lo más que alcanza un viejo con vestimenta, lenguaje y maneras de joven, es a la ridiculez.

Tendríamos que hacernos todos a la idea (especialmente los “inspectores” (epískopoi) de que la Iglesia es esencialmente presbítera, muy anciana y que le sientan fatal esas neuras de innovación, seguimiento de la moda, progreso y puesta al día que nos han ocasionado tantos estragos. Tampoco iría mal que los obispos (επισκοποι/epískopoi) siguieran ejerciendo de lo que dice su nombre. Si la Iglesia romana hubiese traducido el nombre de epíscopos (el que mira por encima) en vez de transliterarlo como “epí-scopus”, al obispo estaríamos llamándole in-spector). Y no le estaría nada mal a la Iglesia que el obispo ejerciese esa función en especial sobre los presbíteros. La Iglesia no hubiese llegado al estado lamentable en que se encuentra hoy. Una mayor disciplina funcional, doctrinal, litúrgica y pastoral, daría como resultado una Iglesia muchísimo mejor. 


Es ciertamente lastimoso, pero parece que se cumple una ley de mercado, traducción al fin y al cabo, aunque devaluada (traduttore, traditore) de las leyes de la naturaleza: lo que escasea, se encarece. En latín da lo mismo decir “caro” que “querido”: se dicen con la misma palabra. Incluso la cáritas, que al abandonar su origen griego de la querencia (χαρις /járis) ha perdido la h para arrimarse a la carencia, incluso ésta se desarrolla con más esplendor cuando la carencia es escasa. Recordemos aquel viejo dicho: “Por Navidad, sienta un pobre a tu mesa”. Con un solo pobre se puede ser así de caritativo, pero no con una docena. Para la caridad no es nada bueno que se dispare el número de pobres por el procedimiento de “fabricarlos” (lo que está ocurriendo hoy).


Con la ancianidad ha ocurrido algo parecido. La sociedad moderna se las ha compuesto para “fabricar” enormes masas de ancianos (con un grado de decrepitud tan alto, que con una crisis sanitaria, la del coronavirus, que en el resto de la población apenas ha tenido una repercusión mayor que las demás morbilidades, en ese específico grupo de ancianos ha ocasionado la mayor mortalidad: en torno al 96%). Demostrando de paso la dramática falacia del sistema sanitario, tan enredado en las tácticas de “entretenimiento” de las enfermedades a base de toneladas y toneladas de fármacos a cuya prescripción y seguimiento se dedica mayoritariamente el sistema sanitario; tan atrapado el sistema en esas tácticas, que cuando toca proteger a los sanos luchando frontalmente contra un nuevo agente patógeno un tanto activo, el sistema se colapsa de tal modo que abandona a todos los que se dedicaba a mantener de la mejor manera posible en su cronicidad. Ahí estaba la gran masa de los ancianos “sostenidos” en su cronicidad por la ciencia médica y farmacéutica, que se los llevó por delante el coronavirus que les pilló desprovistos de asistencia sanitaria (bueno, sí, les mandaron morfina a las residencias). 


No se nos olvide, para no desenfocar el tema en exceso, que la inyección de los 70 está diseñada y legislada precisamente para estos ancianos, a los que habrá que añadir los inevitables daños colaterales. Tampoco sabremos nunca, por más juicios que se celebren, si hubo un maquiavélico plan eutanásico para deshacerse de estos ancianos, puesto que vamos sabiendo que el mando unificado de la sanidad del Estado, dejó fuera del sistema de lucha contra el coronavirus, más de 2.000 camas de hospital, con todo el apoyo de ucis, respiradores y demás. Pero tenían un gravísimo defecto: pertenecían a la sanidad privada; y recurrir a ella hubiese distorsionado la gran epopeya de la sanidad pública.


En fin, que de los antiguos ancianos venerados, a los actuales asilados en “residencias”, necesitadísimos de asistencia sanitaria y aviesamente privados de ella cuando más la necesitaron, va un abismo. Pero bueno, son 60.000 pensiones menos, de momento. Un buen cambio de dirección. En vez de crecer las pensiones, como cada mes, esta vez han empezado a disminuir, ¡y de qué manera! O témpora, o mores! Es la moral, son las costumbres que traen consigo estos tiempos.


Virtelius Temerarius 

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18 comentarios

  1. "...el mando unificado de la sanidad del Estado, dejó fuera del sistema de lucha contra el coronavirus, más de 2.000 camas de hospital, con todo el apoyo de ucis, respiradores y demás. Pero tenían un gravísimo defecto: pertenecían a la sanidad privada; y recurrir a ella hubiese distorsionado la gran epopeya de la sanidad pública."

    Eso es muy importante, transcendental, y está bien explicado, sobre todo si en un futuro, cuando seamos ancianos, venga otra crisis sanitaria.

    Además, puede ser una causa para imputar a los ministros y consejeros de sanidad de Cataluña y España, puesto que habían 2.000 camas y muchas no se usaron para sanar a los ancianos que han muerto: o sea, que habrían salvado vidas.

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  2. "La sociedad moderna se las ha compuesto para “fabricar” enormes masas de ANCIANOS (con un grado de decrepitud tan alto, que con una crisis sanitaria... que en el resto de la población apenas ha tenido una repercusión mayor que las demás morbilidades, en ese específico grupo de ancianos ha ocasionado la mayor MORTALIDAD: EN TORNO AL 96%. Demostrando de paso la dramática falacia del sistema sanitario, tan enredado en las tácticas de “entretenimiento” de las enfermedades a base de toneladas y toneladas de fármacos a cuya prescripción y seguimiento se dedica mayoritariamente el sistema sanitario... que cuando toca proteger a los sanos luchando frontalmente contra un nuevo agente patógeno... activo, el sistema se colapsa... que abandona a... la gran masa de los ancianos “sostenidos” en su cronicidad... que se los llevó por delante el coronavirus..."

    Está descrito tal como ha sido.

    Una vez que acabe esta epidemia, las cifras son escandalosas: se ha llevado un 96% de ancianos, y de ancianos sobre todo de residencias, por lo que habrá que revisar toda la información y prevención médica que se ha dado a la población: los ancianos en residencias han sido totalmente desprotegidos, cuando debían ser la primera línea a proteger por ser los más desprotegidos y vulnerables en inmunología (inmunodeprimidos e inmunodeficientes), concepto básico en epidemiología, un resbalón gravísimo de los médico áulicos del gobierno catalán y español, unos ineptos homicidas imprudentes por omisión, ¡¡¡se olvidaron de 60.000 ancianos catalanes en residencias!!!

    Todo un descrédito y desprestigio de la sanidad catalana y española, agravado por la concentración de Torra-Puigdemont (¿qué ha sido de ellos, sobre todo el mantenido por la masonería en Bruselas?) en Perpiñán el 29 de febrero (200.000 concentrados), y que infectó gravemente a Igualada y Perpiñán (se lucieron los franceses), y sobre todo la manifestación nacional feminazi del 8 de marzo, un infectódromo nacional a gran escala (un millón), no impedida por culpa de las luchas entre Sánchez e Iglesias por los votos de la izquierda. Sospecho que hemos sido usados como animales de laboratorio...

    Por cierto, dónde están todos los independufitos curas, diáconos, religiosos, teólogos y laicos comprometidos, que firmaban millones de manifiestos de protesta e iban a romperse la cabeza contra "les forces d'ocupació". ¿Dónde han estado? ¡¡¡No se les ha visto!!! ¡¡¡No han hecho ni una misa!!! Ni tan siquiera hoy, cuando la epidemia ya remite, no dicen nada. Se los reprocharé siempre: ¡¡¡Os callasteis durante la epidemia, no hicisteis nada!!!.

    Un silencio cómplice con sus partidos nacional-progresistas, nacionalista en Cataluña y progresista en Madrid, que los hace culpables, y los delata: se callan las mortales deficiencias de la Generalidad de Cataluña, porque les retrata por entero: su Republiqueta serían tan ineficiente, incompetente e incapaz como el trampantojo de Generalidad de Cataluña de pasta de borinot i pa sucat amb oli que tenemos hoy en día.

    Por cierto,

    - ¿Dónde están todos los "presos i preses polítics"?
    - ¿Dónde están Junqueras, Rufián y toda la tropa de ERC?
    - ¿Qué hizo Junqueras durante enero y febrero?
    - ¿Qué hicieron los progresistas de la CUP, ERC, PSC-PSOE de Necrosánchez, Comunes de Colau y Podemitas de Necroiglesias durante enero y febrero, los que dicen que van a favor de los ancianos desválidos, desprotegidos y desamparados?
    - ¿Dónde han estado durante esta epidemia todos los clérigos y religiosos que se llenan la boca de justicia social?

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    1. Sr. Anónimo de las 2:38.
      Ud. ha convertido esta página de Germinans en un pamfleto, queriendo o sin quererlo.
      Habla de lo que no sabe. Hace reproches sin saber las respuestas a cada una de sus preguntas.
      ¡Que el Señor le perdone!
      Aunque la causa está en el escrito de Virtelius Temerarius. Sabía que GG apuntaba muy bajo, pero no me imaginaba que llegase a tanto.

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    2. Sr@ insomne de las 2/38,mas CLARO AGUA.
      Inconmensurable su reflexión.
      Quién tenga pulgas que se rasque!!!

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    3. ¿Dónde están todos los "presos i preses polítics"?5 de junio de 2020, 19:30

      Los nacional-progresistas quieren cambiar la historia de Cataluña para cambiar cosas más importantes, como hacen todos los sistemas social-nacional-comunistas, como Cuba y Venezuela: cambiar el ser de un país, cambiar sus recuerdos, su memoria, su historia, su ser, el pensamiento, pero después vendrá el cambio de la Constitución, y nos dirán lo qué comer, lo qué leer, lo qué creer, lo qué hacer, dónde viajar, dónde vivir...

      Todos los curas nacional-progresistas tienen la cabeza lavada, tienen su alma torcida y rota, es una lástima, pero sólo ven odio en España, y cuando "los suyos" la pifian, callan omitiendo su deber de denunciar el mal venga de donde venga.

      Sea su silencio su condena.

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    4. 9:58, ¡ que el Señor le perdone!, a lo mejor le tendrá que perdonar a usted también!

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    5. Anonimo de las 9:58, queda clara tu posición, pero no he leído ninguno de tus argumentos, ¿los tienes?

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  3. Virtellius, usted nunca defrauda. Domina como nadie esa arqueología de las cosas a través de la arqueología de las palabras hasta llegar a la situación actual. Magnifica descripción de ese confinamiento de los ancianos, que antaño ocuparon el puesto central de la sociedad y hoy se les encierra en jaulas que, en la mayoría de las ocasiones, carecen de atención medica, higiénica y, sobre todo, afectiva. Muchas gracias por este apunte soberbio.

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  4. Totalmente de acuerdo con el Sr.Valderas Gallardo.
    Ya lo dijo la fea de Cristina Lagarde, perdón, lagarta. Los viejos mayores de 70 son improductivos.Ella que ya los ronda. Supongo que consigo misma hace una excepción, como al MALDITO SOROS,JEJE.

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  5. Sobre la matanza de ancianos con el virus es obligado pararse a pensar. Hay que pararse y pensar. Hoy confiesan que con la excusa de su virus han quitado la medicación a pacientes con hipertensión y, claro está, les han causado la muerte. Lo confiesan bajo este encubridor título:

    “La hipertensión arterial duplica el riesgo de muerte por Covid-19

    05/06/2020 “hoy en el « European Heart Journal» que añade que los pacientes que no tomaban medicamentos para controlar la afección tenían un riesgo todavía mayor.

    Este dato indica que los pacientes no deben dejar de tomar su medicación tal y como habían sugerido algunos trabajos al asociar en la terapia antihipertensiva con un mayor riesgo. «En contraste con nuestra hipótesis inicial, encontramos que los fármacos antihipertensivos inhibidores de RAAS no estaban relacionados con un mayor riesgo de morir por covid-19 y, de hecho, pueden ser protectores», concluye el trabajo. Por lo tanto, los autores sugieren que los pacientes no deben interrumpir o cambiar su tratamiento antihipertensivo habitual a menos que lo indique un médico.

    reciente publicado en « The New England Journal of Medicine», En relación al tratamiento con antihipertensivos, un comentario que acompaña a este trabajo escrito por Luis M. Ruilope y Gema Ruiz Hurtado, del Hospital 12 de Octubre, y Juan Tamargo, de la Universidad Complutense, ambos en Madrid, destaca estos resultados que confirman no debe suspenderse en pacientes infectados por SARS-CoV2.Además, añaden, que otro aspecto positivo de los bloqueadores RAAS son sus propiedades antitrombóticas”

    https://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-hipertension-arterial-duplica-riesgo-muerte-covid-19-202006050115_noticia.html

    Que hayan matado a hipertensos quitándoles la medicación les da igual y por eso ni lo destacan, ni siquiera lo dicen, pese que es evidente deducción de lo que publican.

    En España, según datos oficiales, aproximadamente el 20% de las personas a quienes han adjudicado su virus eran hipertensos, más de treinta mil personas.

    Los coronavirus, en plural, son los habituales virus de la gripe. Lo que han hecho con la excusa de “su coronavirus” es organizar el caos sanitario en los hospitales y residencias, aprovechando para imponer desde el poder nuevos protocolos, anticientíficos, con los que han dado medicación y ventilación contraindicadas. Y también, como se ve en esta noticia, retirar la medicación sí indicada.


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    1. Muchas gracias a los ilustres sres. Virtellius y Valderas, por sus escritos siempre doctorales.

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    2. 18:00 me encanta su "fino" sentido del humor! Felicidades!

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    3. Sr.18:00, mejor le iría a usted entrar en canales....pachamamicos dirirambicos, por ejemplo, le quedaría mejor!

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  6. 16/18, esto que dice usted, si esta contrastado científicamente , es de juzgado de guardia.
    Pero le aconsejo que no lo haga, porque si se entera el Illa ese, el señor Virus de la tele y su PROTECTOR, el orondo de Iceta, va ha saber usted lo que vale un peine.
    Véase Perez de los Cobos, Laurentino Ceña, etc....

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  7. Magnum exemplum summum omnium doctrinarum cumulum. Gratulationes domine Virtelius. Sed, "Si linguis hominum loquar, et angelorum, caritatem autem non habeam, factus sum velut æs sonans, aut cymbalum tinniens" 1. cor 13.1

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    1. Al anónimo de las 0.09

      Hombre, tanto como "summum cumulum omnium doctrinarum"... ni "summum cúmulum", ni mucho menos "omnium doctrinarum" Tanto halago está muy lejos de la caridad. Por cierto, la de 1 Corintios 13, en la Vulgata va con ch, porque sin ch es el sustantivo frecuentativo derivado de careo-carere. Pero bueno, nos hemos acostumbrado a la simplificación de la caridad evangélica que en el original griego es "agape"; pero no teniendo el latín igual riqueza léxica, optó por un derivado del griego "járis" (gracia): de ahí la ch. Por cierto, le recomiendo encarecidamente la lectura de la introducción de la encíclica Cáritas in Veritate, de Benedicto XVI, un auténtico tratado léxico sobre la caridad y el amor. Genial.

      Por lo demás, rechazando su generosa o maligna adulación, he de confesarle que no es la caridad esa genérica hacia el desconocido, la virtud que más cultivo; sobre todo con aquellos que tan insolentemente faltan a la caridad para con mis hermanos en la fe y por tanto para conmigo. Prefiero la guía evangélica: amar al que tengo más cerca de mí, al prójimo (esa suele ser la caridad más difícil) igual que me amo a mí mismo; que fíjese, gracias a Dios me amo bastante a mí mismo, así tengo amor para compartir. Fíjese qué cosa más rara, me encanta amarme en mis prójimos, en los que tengo más cerca. Amarles a ellos no, sino amarme en ellos. Será por eso, que mi caridad es tan deficiente y le suena "velut aes sonans aut cymbalum tinniens".

      Y por cierto, me alegro de que también usted cultive el latín y sea capaz de escribirlo. Así me siento menos solo. Le felicito de corazón. Virtelius

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  8. A parte de las consideraciones morales sobre el tema del abandono a su suerte de los ancianos, -¿a que edad empieza la ancianidad?-, hay otra de un carácter más prosaico, pero no menos importante. Una persona de 70/80 años de las que empezamos a trabajar a los 14 años(edad laboral hasta hace poco más de 40 años) y que trabajamos sin interrupción hasta los 65. Estuvimos afiliados al Seguro Obligatorio de Enfermedad, durante esos 51 años. Tenemos derecho a nuestra pensión de jubilación, no tenemos derecho a la inmortalidad, pero si a una asistencia sanitaria. Por lo que a esas consideraciones morales hay que añadir la ESTAFA que supone por parte de la administración negar un derecho adquirido.

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  9. Disfruté mucho, admirado Vitelio del año de los cuatro emperadores. Hacía mucho tiempo que no veía tan bien traídos todos los ejemplos -que, vive Dios, deberían hallarse vigentes- evocados de la cultura antigua. Muy bien tratado el tema griego, que es mi debilidad. Añadiré un dato importante: en época clásica y helenística, en todas las comunidades helénicas rigió el llamado "principio de ancianidad", consistente en exigir una edad elevada para desempeñar cargos y cometidos de representación: puede leerse en muchas leyes griegas que para acceder a esta u otra magistratura no se puede ser menor de una cierta edad (de cuarenta en adelante), y se estipula en cientos de decretos: que el demos elija a x personas, mayores de tantos años (con frecuencia, de cincuenta en adelante), para llevar a cabo tal comisión (embajadores, delegados, representantes, negociadores, etc.). Si le interesa este asunto, le remito a la monografía de P. Roussel sobre Le principe de l'ancienneté en la Grecia clásica y helenística que puede leerse intra electronicam retem.

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