David Jou, nuevo presidente de la Fundació Joan Maragall

Antoninus, acierta usted de pleno en la diana de un problema escandoloso de la Iglesia en Cataluña: el sometimiento al poder civil, al que sirve y al que entrega lo que sólo a Dios pertenece, los asuntos espirituales. Con la bendición y el impulso de los obispos del Principado. Con ellos al frente, se ha sustituido el sagrario por la estelada y, tras los símbolos, lo simbolizado: a Dios sacramentado por la diosa nació. No tardaremos mucho en ver entronizada en el altar mayor la estelada que pende ahora en campanarios y rosetones.
Ha sido un proceso perverso alimentado en los propios cenáculos clericales, como en el caso etarra. Escribía Zubiri que se sentía deudo del mejor Ortega, el de sus años de maduraciónffilosófica, cuando se trajo de Alemania la nueva biología de Jakob Johan von üexkull, a quien tradujo para su Revista de Occidente, y asimiló en su teoría del yo y mi circunstancia. Zubiri compartía con Ortega la inquietud científica –demostrada en Naturaleza, Historia y Dios y en sus artículos sobre hominización—aunque con mayor solvencia. (Ortega cometió numerosos errores científicos en su pretensión de mostrarse conocedor de materias que le superaban, como puso de relieve Fernández de la Mora en su análisis del pensamiento orteguiano.).
Digamos que conocí a David Jou en sus años de maduración. Pertenecía él entonces a la cátedra de Casas Vázquez, de Termodinámica, disciplina en plena ebullición con los trabajos de Ilya Prigogine, quien ganaría el Nobel. Era una asignatura que entonces transformó también la biología, la bioquímica y ecología en particular. En la cátedra de la Autónoma había un trío prometedor de profesores jóvenes, David, quizás el más brillante, otro que alcanzó un alto cargo en la Generalidad y Carlos Pérez, el tercero, fallecido hace unos años en accidente de montaña, creador del departamento de física de la Universidad de Navarra. Compartían un mismo interés en la alta divulgación científica. Con Vladimir de Semir dieron impulso al primer suplemento de ciencias que hubo en un periódico español, la Vanguardia.
David fue también el autor de un artículo precioso sobre el azul del cielo para Ciència, que volvía a retomar su andadura, cortada antes de la guerra civil. No pudo mantenerse ni con las extraordinarias ayudas de la Generalidad. Porque David siempre ha sido muy apegado al terruño. Lo refleja en su poesía.
Al terruño y a su fe cristiana, de “pedra picada”, roqueña. Bastaría seguir sus vídeos sobre ciencia y fe, su librito sobre la materia y otros. A su lengua. No es un demóstenes en castellano, pero sí lo es en su catalán de Sitges.
De una bondad exquisita, no acierta uno a entender el rumbo separatista que ha tomado de un tiempo a esta parte. Con palabras hirientes, malgrè lui. A pesar suyo, en efecto, con un tono un tanto racista, de pueblo escogido. No es algo consciente, estoy seguro, pero la ola separatista del medio clerical en que se ha desenvuelto últimamente lo ha arrastrado. Además, a diferencia de quienes le precedieron, no necesita del respaldo de la Iglesia para vivir y ser reconocido.
Por eso, he pensado en él leyendo el texto siguiente de Angela Saini, autora de Inferior y Superior: “Racists do not become racist because a faithful examination of the science has convinced them that certain populations are inferior to others. In reality, they were convinced of it from the start. Arguing with racists on points of fact is a game with no winners. Racist “science” must be seen for what it is: a way of rationalizing long-standing prejudices, to prop up a particular vision of society as racists would like it to be”.
Volviendo a Ortega, ojalá se caiga pronto del caballo y repita las palabras de éste, Pérez de Ayala y Marañón, a propósito del laicismo republicano que promovieron y el desenlace fatal del mismo: “No era eso, no”. No era eso, no lo que esperaban. Pero, a buenas horas mangas verdes, que diría el castigo, cuando se armó la que se armó.

Una vez más, un grupo de borregos mirándose el ombligo. Una vez más "la Iglesia postconciliar", luchando por establecer una Iglesia distinta de la de Jesucristo que es la de la sociedad antropocéntrica. Por tanto, la cultureta, el tarannà, es revelación de lo divino. El resultado es que muchísimos han apostatado hacia el inmanentismo, se han dejado arrastrar por una abdicación general o apostasía sibilina, bajo pretexto de renovación, o adaptación a los tiempos. Es el caso de la Esglèsia. Esa desidia que muestra la Esglèsia, en el fondo está alimentada por el discurso socialista totalitario. ¿Dejarían rezar por el católico Franco?

Del mismo modo, el Tribunal Supremo considera, en primer lugar, que se puede legislar para la exhumación por decreto-ley, aunque la Constitución exija “extraordinaria y urgente necesidad”. Se justifica así en que si el Parlamento ha ratificado casi por unanimidad el decreto-ley, no hay problema. Este hecho es gravísimo. Los Tribunales están precisamente para amparar a los particulares frente al Estado. Adoptar esta decisión sitúa al TS en el discurso de un estado socialista totalitario. La profanación de la tumba profana también las bases jurídicas del sistema político actual e inicia el derrumbe del mal llamado “Régimen del 78”, cuyas consecuencias están ya diseñadas. Es el estado confederal de repúblicas que promete Pedro Sánchez (la Unión Soviética)(1).

Es el mismo patrón que desarrollaba la Constitución soviética, que declaraba los derechos humanos, sus principios, y añadía una escapatoria (excepto que la ley decida lo contrario). Pero lo mismo dice el pacto de las Naciones Unidas, repetidamente, que todos tendrán derecho a la libertad de expresión, religiosa etc; pero, sujetas a las sanciones provistas por la ley (la que interese en ese momento a la ONU). Solo el socialismo crea una ley de aplicación única para una persona.

Sin embargo, hay que ensalzar a un nutrido grupo de fieles norteamericanos católico-romanos tradicionales, que tras el CV2 ha ido criticando el deslizamiento primero lento, y ahora en caída libre de la Iglesia. El grupo se ha unido y ha llegado al Vaticano para rezar juntos y resistir, frente al espectáculo surrealista que puede llegar a ser el Sínodo Amazónico, con esa “diabólica desorientación”, como dice Michael Matt. Algunos españoles y de allende los mares piensan unirse esta semana o la entrante, también.

(1)https://laverdadofende.blog/2019/10/01/la-profanacion-de-la-tumba-de-franco-que-liquida-el-regimen-del-78-hacia-la-confederacion-de-republicas/

Solo una cuestión: esa fundación ¿hasta qué punto está vinculada al obispado? Confieso que yo nunca lo he tenido muy claro. No brillan por su transparencia, precisamente.
Lo digo porque si sólo son una fundación privada que recibe apoyo de una Generalitat que debería ser de todos y su relación con la Iglesia es más o menos cercana sin llegar a íntima, pues no cabía esperar otra cosa. Maldita la gracia, pero no se podía esperar otra tal como van las cosas en política.
Por el contrario, si tiene una fuerte relación con la Iglesia, entonces sí es un escándalo desde el momento que se permite que alguien de perfil netamente sectario ocupe una posición así.

David Jou es muy bueno hablando de ciencia y fe y poniendo límites a los materialistas extremos. Si se dedica a eso, hará un gran bien a la ciencia, a la Iglesia y a la sociedad en general. Recomiendo su entrevista «El materialista no puede negar a Dios, ni los antiguos ni los modernos», dice el físico David Jou, en ReligionEnLibertad.

Jou puede ser un señor muy inteligente, etc..... Pero su independentismo lo DELATA. No se pueden servir a 2 señores, no se puede servir a Dios y a las CUP, por ejemplo!

La fundación fue creada por el Arzobispado de Barcelona. El 36,1% del presupuesto, procede del Arzobispado, según el estado de cuentas correspondiente a 2016.

¿A qué se dedica la fundación Joan Maragall? ¿De qué vive? ¿Quiénes viven de ella? ¿Tiene un soporte social que la sostenga tanto ideológica como económicamente? ¿Por qué la sostiene un poder político que tiene a gala ser laicista? Esta fundación parece más bien un buque fantasma que de vez en cuando sale de las brumas de la política. De la política, claro está, tan vinculada a la fe y tan interesada en ella. ¿Alguien sabe cómo le va al desaparecer la madre superiora con sus misales y demás?

Este Maragall que era, un polític o un Mosen, o ambas cosas. Parece como que lo quieran cononizar, como a Pascual.

16/30,estoy con usted, la sombra de la madre superiora y su MARIDO es alargada y la de los p.... s maragallades MAS,MAS, nunca mejor dicho!