 |
| El arzobispo Planellas junto a Mn. Pere Fibla en Solivella el pasado 23 de junio |
Imagínense entonces la cara de sorpresa que se me puso cuando una vez comunicado tan dura noticia veo unos días después a Don Joan Planellas presidiendo en Solivella la fiesta del 275 aniversario del voto de pueblo al Sagrado Corazón, acompañado del todavía párroco, el Rvdo, Pere Fibla, uno de los sacerdotes suspendidos del SPD.
Es cierto que la substitución se hacía efectiva dos días después del acto de Solivella, pero sorprende que con tan poca distancia del relevo y por tanto de la suspensión, uno de estos presbíteros aparezca públicamente junto al arzobispo, vestido de sacerdote y ejerciendo todavía sus funciones de párroco. Creo que el arzobispo podía haberse saltado ese mal trago, enviando a su vicario general o al arzobispo emérito y no tener que ir a un sitio donde seguramente los vecino de la población le tuvieron que pedir muchas explicaciones de una situación compleja y hasta ahora muy mal explicada.
 |
| Mn. Pere Fibla, juanto al ya arzobispo emérito Jaume Pujol |
Así por ejemplo en Barcelona esta situación hubiera sido impensable, porque ya hace mucho tiempo que los sacerdotes del SPD que ejercían sus cargos pastorales en las parroquias de Santo Domingo de Guzmán y la Preciosísima Sangre, no pueden celebrar los sacramentos de la Iglesia y se limitaban a participar como simples fieles sentados en los bancos del templo. Si Don Juan José hubiera visitado alguna de esas parroquias, es evidente que esos sacerdotes no hubieran concelebrado con él, y mucho menos presumido de su condición de párroco o de vicario.
Todo indica (porque información oficial bien poca) que el SPD difundía doctrinas entre sus miembros sobre sexualidad que no se ajustan a la doctrina oficial de la Iglesia, pero estamos hablando siempre de personas adultas mayores de edad, no es este un caso de pederastia, y por otra parte ningún fiel de esos 17 sacerdotes suspendidos, ha oído de sus labios alguna palabra sobre estos temas que esté en contradicción con la doctrina eclesial, ni en las predicaciones, ni en las catequesis, ni en las charlas parroquiales,..
En cambio algunos pederastas confesos y convictos se han ido de rositas con el visto bueno de sus obispos que los han protegido y algunos siguen protegiéndolos. Se ha castigado a algunos obispos de forma ejemplarizante, muy en la linea de S.S. el Papa Francisco, pero no están todos los que eran, sino unos cuantos, los otros parece que tienen bula papal, nunca mejor dicho. Se fue contra el obispo de Granada por el caso de los "Romanones" y luego se demostró que no hubo encubrimiento, mientras que otros obispos que parece que sí que protegieron a los abusadores, se libran porque son quien son.
El caso más claro y más escandaloso en Barcelona, que fue la Casa de Santiago, está tapado por personas muy influyentes dentro y fuera de la Iglesia, son intocables, y no sólo sus sacerdotes, alguno de los cuales después de demostrarse los abusos a menores siguen ejerciendo el sacerdocio (aunque en tierras lejanas), y los obispos que les protegieron, algunos con vida (otros ya fallecieron), también siguen bien tranquilitos sentados en su sillones de jubilados.
Antoninus Pius
"Todo indica (porque información oficial bien poca) que el SPD difundía doctrinas entre sus miembros sobre sexualidad que no se ajustan a la doctrina oficial de la Iglesia... ningún fiel de esos 17 sacerdotes suspendidos, ha oído de sus labios alguna palabra sobre estos temas que esté en contradicción con la doctrina eclesial, ni en las predicaciones, ni en las catequesis, ni en las charlas parroquiales,.."
ResponderEliminarEsto pinta muy raro y muy mal, pero por otro lado, no parece creíble, y no obstante, desde otra perspectiva, da de reír...
Presuponiendo la inocencia de los curas, pero si fuera real estas acusaciones, da la sensación de que huele a fariseísmo de nivel excelente, a doble vida muy profesionalmente llevada, entre la masonería eclesiástica y el gnosticismo:
--- "Yo hoy he dicho esto en público en el atril, pero tú ven que te diré una doctrina secreta: en el demiurgo gran arquitecto está la salvación..."
"veo unos días después a Don Joan Planellas presidiendo en Solivella la fiesta del 275 aniversario del voto de pueblo al Sagrado Corazón, acompañado del todavía párroco, el Rvdo, Pere Fibla, uno de los sacerdotes suspendidos del SPD... el arzobispo podía haberse saltado ese mal trago, enviando a su vicario general o al arzobispo emérito y no tener que ir a un sitio..."
Es del todo sorpresivo, y pinta muy mal para Planellas. Visitando a quien dos días después lo suspende... no, no, no... este doble juego de pacífica oveja-obispo visitadora de día, y terribilis juez sentenciador justiciero de noche, está bien para los cómics de superhéroes, pero da todo una sensación de profesionales de la hipocresía, como de película de El Padrino: el capo visita a un jefe local y su familia y lo mata a la mañana siguiente... O a un acto de los Borgia: con un cuchillo, cortaba una manzana, una para el Borgia, otra para la víctima, que moría al instante envenenada, y todo el mundo pensaba que su muerte era natural, pues todos habían visto el corte, pero el cuchillo tenía veneno sólo en uno de los filos... de traca, maraca de Machín y pandereta.
Todo parece pour épater la galerie con brindis al sol, y parece un juego de espejos en un escenario de máscaras para marear a la gilada, sentada en los gallineros. No obstante, la justicia dirá...
Cuando ves que una nación tan antigua como España va dando tumbos que más parecen opciones de suicidio, no te extraña nada que la santa Iglesia católica, con dos milenios a las espaldas y con unas estructuras imponentes (la doctrina, la liturgia, la jerarquía, el derecho canónico...) esté cargándose instituciones que han funcionado de maravilla (el episcopado mismo), que hoy no son más que antiguallas por las que nadie da un duro. Es una verdadera lástima. Y en el caso que nos ocupa, teniendo como tiene la Iglesia una estructura jerárquica imponente, más un derecho canónico acrisolado por los siglos, no para de dar tumbos como si fuese una república bananera. La dignidad de la Iglesia por los suelos. Y no sólo por lo mucho que se ha pecado, sino porque no se ha querido reprimir el pecado. Y lo más triste es que la razón más poderosa para que esto sea así es la ineptitud de la mayoría de los obispos y su desidia: que no les saquen de su confort. Y ya sólo nos faltaba un arzobispo encumbrado por el manejo más que dudoso del derecho canónico. La chapuza tiene premio. Si hay sacerdotes culpables (y obispos y cardenales), que los hay, no basta que lo sean moralmente (o peor aún, mediáticamente). Han de ser declarados judicialmente culpables: es lo que corresponde a un Estado de Derecho. Pero como los grandes culpables están blindados por el lobby y son intocables, hay que buscar a la desesperada pardillos que den el pego. Sin las farragosidades del Derecho Canónico, que por ese camino no se acaba nunca. Y si hay que rectificar, ya se rectificará, que en eso ya hay algún rodaje. Pues parece que en eso anda Planellas.
ResponderEliminarEn la vida, entre las cosas más difíciles que a las personas a partir de un cierto nivel de cultura y formación nos atañen, se encuentra la de saber estar. Y su correlativa: la de saber no estar. No es por azar por lo que Cristo "estuvo" en la boda de Caná, por ejemplo.
ResponderEliminarEl sacerdote que figura en una celebración justo antes de que entre en vigor su suspensión digamos que se acoge a su estricto derecho en vez de haber tenido la delicadeza de saber no estar a partir del conocimiento de su suspensión, la cual por cierto ya debía de rondarle por la cabeza por lo menos desde que hace meses el anterior arzobispo presentó su solicitud para finalizar su pontificado por proximidad a cumplir la edad estipulada. Por otra parte, quizá su presencia tenga que ver con la dificultad de encontrar sacerdotes para concelebrar en una festividad bastante significativa. Sin conocer todos los detalles y circunstancias, el hecho de estar y además junto al recién estrenado Primado de las Españas se ve feo, algo que no casa con la mejor tradición de la liturgia católica que trata de preservar y realzar la belleza en actos sagrados que se caracterizan por la maravilla del misterio como el de la Santa Misa.
No nos pondremos estupendamente inflexibles, no; pero los comentarios suspicaces entre la feligresía y en el propio clero tienen cumplido abono con presencias como esta.