¿Qué tal si distinguiésemos entre homosexualidad y sodomía?

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Por supuesto que al final se imponen no los significados que son propios de las palabras (en éstos, es determinante la etimología), sino los que se les han asignado. No pocas veces con evidente arbitrariedad. Y con demasiada frecuencia con la mala idea de confundir. Es el caso de la pederastia y la pedofilia. La asignación de significados es arbitraria. Este segundo término se refiere a la inclinación: que obviamente no es delito mientras no se concrete en ningún acto de pederastia. El delito está en la pederastia; no en la pedofilia. De igual modo que la heterosexualidad (la inclinación sexual del hombre a la mujer, y de ésta al hombre) no es delito. El delito aparece cuando en virtud de esa inclinación incurres por ejemplo en violación.

El motivo de este análisis es la celebración de la reciente cumbre de los responsables del enconamiento de la pederastia en la Iglesia, y ver cómo tirarán de sinodalidad para que las cosas acaben llamándose como no son, poniéndose todos de acuerdo en “modular” de alguna manera la puesta en marcha del remedio a tanto desmán. Si alguien esperaba que los obispos, que son los máximos responsables de la multiplicación y enconamiento del problema, se hicieran el harakiri como en su día las cortes de Franco, vana fue la esperanza. No cabía esperar tan acendrada virtud de un colectivo tan podrido.

El problema es que se han comportado como clericalistas leguleyos ad náuseam, porque han retorcido el lenguaje y las estadísticas hasta donde les ha sido posible y permitido, e incluso un poco más allá, para salir indemnes de esa mirífica cumbre de autoexaltación y autoexculpación clericalista episcopaliana y cardenalicia.

Se han esforzado denodadamente por dejar fuera de toda sospecha a la homosexualidad, alineándose milimétricamente con las doctrinas neosexualistas impuestas por el mundo con el que intentan fusionarse y confundirse.

Pero por ignorancia o por cálculo (más bien por esto último) han errado el tiro, es decir han confundido los términos. Por empezar, el de “homosexualidad”, tan técnico y casi aséptico, nos ha sido impuesto por el mundo; dejando su correlativo de heterosexualidad como algo retorcido, extravagante, peligroso.

Y han olvidado el término propio de la Iglesia que es la sodomía, el pecado de sodomía. La Iglesia obviamente no tiene en su catálogo de pecados ni el de homosexualidad ni el de heterosexualidad. La Iglesia no califica ni condena la condición o la inclinación, sino el pecado. Condena la violación, el estupro, etc.; pero no la inclinación sexual que lleva a cometer esos pecados. Del mismo modo, tampoco condena la homosexualidad, que es una forma de ser, una inclinación; no un pecado. Lo que condena es la sodomía que ésta sí, es el pecado en el que tiende a incurrir el homosexual.

Puestos por tanto a hacer estadísticas y afinar el lenguaje, lo que tenían que hacer en su cumbre los obispos (¡han estado cumbres!) no era averiguar ni cuántos delitos de pederastia habían cometido los curas homosexuales, ni cuál es el porcentaje de curas homosexuales que hay en la Iglesia para comparar ambos datos; sino averiguar cuántos delitos de pederastia eran actos de sodomía, y cuántos curas sodomitas eran autores de esos delitos.

Y ahí sí que hemos dado con la madre del cordero. Porque es evidente que ni todas las personas heterosexuales incurren por el simple hecho de serlo, en pecados (es el término propio de la iglesia) a los que empuja la heterosexualidad, ni todos los homosexuales se entregan a los pecados propios de la homosexualidad, recapitulados todos ellos bajo la denominación genérica de sodomía.

Porque el gravísimo problema de la Iglesia hoy, ni es el celibato (tan discutible como se quiera), ni es la homosexualidad de muchos sacerdotes (tan discutible también como se quiera), sino la tremenda relajación sexual de los unos y de los otros, tan acompasada con el mundo, para el que ya no tiene el menor sentido la fidelidad conyugal (y en ese caso, ¿qué sentido tiene hablar de celibato?), ni tiene sentido tampoco la contención sexual o la castidad, tanto si el apetito sexual está dirigido al mismo sexo, es decir hacia la sodomía, como si está dirigido hacia el otro sexo en forma de toda clase de abusos.

Y claro, llegados aquí, nos encontramos con la obvia sublevación de los homosexuales de la Iglesia (sodomitas si practican), que al ver que los heterosexuales se han saltado por su cuenta la limitación que les impone el celibato, también éstos han decidido tomarse la justicia por su mano por considerar que ellos, igual que los demás, tienen derecho a una vida sexual plena (es la nomenclatura que ha impuesto el mundo). Es decir, ven la sodomía como un derecho, porque consideran que cualquier represión sexual (incluidas la represión de la violación y del aborto, que a veces es infanticidio indisimulable) responden a esa obsesión represiva de la Iglesia. Más aún, lo que ven es que los efectos secundarios de su plena realización sexual son menos conflictivos: por ejemplo su sexualidad nunca desembocará en el drama del aborto ni en el evidente delito de infanticidio que a veces reviste éste.

Es la filosofía del mundo, a la que la Iglesia le ha abierto sus puertas de par en par con una exultación digna de mejor causa. No es pues la homosexualidad la que se ha abierto camino en esta cumbre, sino la sodomía, en la que se han engolfado un gran número de sacerdotes, algunos capitaneados por sus obispos y cardenales. No olvidemos al infame McKarrik, sodomita convicto y confeso que ha hecho pública ostentación de su sodomía y que se ha dedicado en cuerpo y alma a  homosexualizar la Iglesia, colocando a los suyos en la más alta jerarquía tanto en Estados Unidos como en el mismísimo Vaticano.

Pero claro, aunque no todos los que han intervenido en esa cumbre sean sodomitas (eso sería demasiado suponer), sí que podemos asegurar que su gran mayoría son sodomistas (partidarios de la sodomía). Porque eso es lo que se ha discutido ahí: la despenalización moral de la sodomía. Pero astutamente ocultada bajo el nombre de homosexualidad. Y con la excusa de no criminalizar la homosexualidad (cosa que nadie había hecho, igual que nadie ha criminalizado la heterosexualidad), se ha despenalizado canónicamente la sodomía. Sí, sí, ésa es la jugada que subyace a los juegos de artificio de esa cumbre. ¿Que el 80% de los delitos de pederastia del clero son sodomíticos? ¿Y qué?, dicen los obispos encumbrados en su cumbre. No sería honesto aprovechar ese hecho para condenar la sodomía. Y no la condenan, claro. Porque los muy astutos en vez de hablar de sodomía, que es ahí donde está el pecado, hablan de homosexualidad, que mientras no desemboque en sodomía, es moralmente indiferente. Y con enorme acierto pastoral, evitan condenar la homosexualidad (y son por ello merecedores de aplauso). Pero en el mismo paquete evitan condenar la sodomía: digna de condenación para la Iglesia, igual que es digna de condena la violación o cualquier otra clase de abuso sexual.

Ya sólo nos falta dar el salto de los obispos sodomistas (prescindiendo de cuál pueda ser su relación personal con la sodomía) a los obispos sodomísticos. Vamos de camino. Pero digo yo: igual que en la iglesia ortodoxa no se exige el celibato para los sacerdotes, pero sí para los obispos, ¿no estaría bien que en la Iglesia católica se impidiese el acceso a la dignidad de obispos a los sacerdotes sodomitas? No me refiero a los homosexuales, sino a los sodomitas. Por cierto, creo que a McKarrik le han secularizado por sodomita recalcitrante y empedernido, corruptor de seminaristas, de sacerdotes y de todo lo que se la ha puesto por delante. No lo han condenado por homosexual, sino por sodomita.

Virtelius Temerarius

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22 comentarios

  1. Esa foto de McKarrick con el prepuber parece trucada.

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  2. "No lo han condenado por homosexual, sino por sodomita."

    Un excelente artículo donde los halla, en que si una parte de la inteligencia del mismo se fuera para la Generalidad, otro gallo de prosperidad nos cantaría, pues ahora, en Madrid, los catalanes somos el hazmerreír con traperos, torras y yunqueras.

    En efecto, en Génesis queda claro que Sodoma tenía un problema de sodomía, que es una aséptica y objetiva acción moral de "tener relación con otro del mismo sexo", sin importar si es homosexual, heterosexual, bisexual o transexual, incluso si es consentido, medio o no (al menos uno ha de hacerlo con consentimiento y capacidad), y sin tener en cuenta la edad de los sodomitas (al menos uno ha de tener conciencia y madurez).

    Eso se ve muy claro en Génesis 19, cuando es TODO el pueblo de hombres, jóvenes y ancianos, es decir, los que tenían plena estimulación, por lo que estaban los niños de 13 años hasta los ancianos de 100, y también los niños desde 7 años, con madurez de juicio. Todos: "Hirieron de ceguera a los hombres que estaban fuera, desde el más joven hasta el más viejo..."

    Obviamente, Sodoma tenía un problema de bisexualidad, pues para que el pueblo pudiera crecer, los sodomitas habían de tener relaciones con sus esposas, las cuales también les parecía muy bien la "sodomía" de sus esposos e hijos.

    Todo el pueblo estaba involucrado, hombres y mujeres, y por eso Dios decretó la muerte de todos, incluso los niños sin uso de razón, de 0 a 6 años, pues Dios vio que no había nadie inocente de tan grave pecado, dado que hasta las madres estaban implicadas y educaban a todos sus hijos desde la más tierna edad en la sodomía.

    Resulta refrescante volver al texto de Génesis 19:

    --- "No estaban acostados todavía cuando los vecinos, es decir los hombres de Sodoma, jóvenes y ancianos, rodearon la casa: ¡estaba el pueblo entero!"

    Aquí se ve como toda la población masculina (hombres o varones), casada o soltera, mayor o menor de edad, estaba ligada a la sodomía.

    --- "Llamaron a Lot y le dijeron: «¿Dónde están esos hombres que llegaron a tu casa esta noche? Mándanoslos afuera, para que abusemos de ellos.»"

    De nuevo se ve el animus abusandi violador de todos los varones de Sodoma.

    --- "«Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. Miren, tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres que han confiado en mi hospitalidad.» Pero ellos le respondieron: «¡Quítate del medio! ¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez! Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.» Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la puerta..."

    Se demuestra la violencia y la venganza de los sodomitas, y a que van en bandas organizadas, como se puede también ver en sus ambientes, incluso eclesiales. El pecado de impureza sodomítica está ligado al pecado de homicidio (empujar, romper) y al de la mentira, pues le acusan cínicamente de "juez". A ello se suma el pecado de robo, pues se roban la vida eterna, y roban la honestidad y honra, la integridad física y moral ajenas. Es también un pecado contra los padres, pues rompieron con la autoridad moral de sus mayores y de Dios, Padre de todos. Y evidentemente, está el pecado contra Dios en todos sus aspectos: fe, esperanza, caridad, justicia, templanza.

    --- "Hirieron de ceguera a los hombres que estaban fuera, desde el más joven hasta el más viejo, de modo que no fueron ya capaces de encontrar la puerta."

    El sodomita, incluido el sodomita eclesial, carece de capacidad de razonamiento y de arrepentimiento de su gravísimo pecado, pues está literalmente empecatado, es decir, es depravado, perverso, execrable, endiablado, endemoniado, maldito, maligno, malévolo y malvado, asesino de sí y de almas, como el caso de McCarrick, y otros que tenemos cerca en nuestra diócesis. No ven nada en su vileza. No tienen curación, o es muy difícil, aunque sean presbíteros, obispos o cardenales.

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  3. Sólo salva el Gólgota, jamás Sodoma y Babilonia15 de marzo de 2019, 3:13

    La sodomía es un pecado que clama al cielo, uno de los cinco más graves para Dios, si está realizado con las características de conocimiento y voluntad.

    La tradición y el magisterio le ha dado una serie de características:

    1. Pecado que clama al Cielo
    2. Pecado personal, grave y mortal
    3. Pecado social o estructural gravísimo
    4. Acto moral intrinsece malum per se semper et pro semper
    5. Contra natura, contra ley natural
    6. Pecado capital
    7. Nefando (que nunca debe de decirse en público por ser horroroso)
    8. Contra sextum
    9. Pecado pésimo
    10. Acto moral desordenado
    11. Depravación grave
    12. Acto que se cierra a la vida
    13. Conducta que niega la complementariedad de hombre y mujer
    14. Comportamiento que nunca se puede aprobar ni moral ni JURÍDICAMENTE
    15. Pecado de sodomía (tener relaciones con personas del mismo sexo)

    ...

    Sobre la sodomía como pecado social, según la Reconciliatio et paenitentia 16 de San Juan Pablo II, distingue 3 categorías:

    1. Categoría I de pecado social, contra la comunión de los santos y la solidaridad de la familia humana:

    "En virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás. Es ésta la otra cara de aquella solidaridad que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que «toda alma que se eleva, eleva al mundo». A esta ley de la elevación corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que se puede hablar de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero. En otras palabras, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana."


    2. Categoría II de pecado social, pecado contra el prójimo

    "Algunos pecados, sin embargo, constituyen, por su mismo objeto, una agresión directa contra el prójimo y —más exactamente según el lenguaje evangélico— contra el hermano. Son una ofensa a Dios, porque ofenden al prójimo. A estos pecados se suele dar el nombre de sociales, y ésta es la segunda acepción de la palabra. En este sentido es social el pecado contra el amor del prójimo, que viene a ser mucho más grave en la ley de Cristo porque está en juego el segundo mandamiento que es «semejante al primero»

    La sodomía es un pecado social porque los compañeros de la sodomía, sobre todo si hay consentimiento nulo o parcial, pues son atacados en su honor, honra, dignidad, libertad, integridad...


    3. Categoría III de pecado social, pecado del mal estructural general

    "se refiere a las relaciones entre las distintas comunidades humanas. Estas relaciones no están siempre en sintonía con el designio de Dios, que quiere en el mundo justicia, libertad y paz entre los individuos, los grupos y los pueblos... [son] realidades y situaciones... [que] en su modo de generalizarse y hasta agigantarse como hechos sociales, se convierten casi siempre en anónimas, así como son complejas y no siempre identificables sus causas."

    Aquí sería la ideología de género, malvada estructura de pensamiento que se introduce en las leyes y decretos, en las asignaturas y escuelas, en los contratos y relaciones sociales, en los medios de comunicación y la literatura...

    ...

    A la sodomía sólo la salva la conversión del alma mirando al Gólgota y la Cruz, jamás mirando a la Babilonia sodomítica, ni a las ideologías de la Gran Prostituta.

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  4. ¿El problema es la sodomía entonces?, ¿no es la mentira o el abuso?, ¿ lo grave es que forniquen con alguien de su sexo?, ¿si fornican con alguien del otro sexo es correcto o más disculpable?, ¿entonces es lo mismo que dos personas adultas del mismo sexo no vinculadas a la iglesia tengan relaciones a que un sacerdote abusando de la confianza que se tiene en él por ser persona consagrada a Dios seduzca a alguien de su grey que sea del mismo sexo y despues de firnicar suba al púlpito atacar a otros por hacer lo mismo sin engañar a nadie, ¿el engaño y el abuso de posición están exentos?, ¿aquí lo malo es que son del mismo sexo?, ¿y quieren que el resto del mundo condene la sodomia y aplauda la hipocresia?

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    1. Como ha demostrado el caso McCarrick, la sodomía eclesial es uno de los problemas pero es el principal y de nivel máximo, por la creación de redes eclesiales sodomíticas que llegan hasta el Vaticano, que persisten durante décadas de connivencia y silencio, aniquila el munus episcopal de gobernar, enseñar y santificar, impregna de pecado social y estructural el interior de la Iglesia, infesta a la Iglesia de influencias demoníacas, obtura la acción eclesial de difusión e intensificación de la fe católica en el mundo, ataca la evangelización y proselitismo creando un ánimo apostático dentro de los fieles, pone en crisis la fe, moral y eclesiología de la Iglesia, corrompe toda la organización y estructura eclesial, desde seminaristas a prelados, da un mal ejemplo, pone en crisis permanente a la Iglesia, y facilita el oportunismo de las herejías modernistas para implantar su agenda contra el sacerdocio, los sacramentos y la vida espiritual, causando escándalo, confusión, división, parálisis y error.

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    2. Así que para usted, amigo anónimo de las 5:17, el problema no es ni la sodomía, ni la violación, ni tan siquiera el asesinato, sino la dosis de hipocresía que finalmente hay que emplear para blanquear de algún modo esos delitos.

      Si añade a la hipocresía el clericalismo, hasta puede optar por una sinecura en el Vaticano. Lo sabe usted muy bien, lo dice el papa. El problema que azota hoy a la Iglesia no es la pederastia, sino el clericalismo. Acabemos con el clericalismo, que dice el papa, y la pederastia se disolverá ella sola. ¿Usted cree? Y para la hipocresía, lo mismo.

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    3. La sodomía por si sola no causa daño a nadie, como mucho pone de mal humor a gente que tiene prejuicios en contra, nada grave. La mentira de subirse a un pulpito y arengar contra la homosexualidad a la vez que se realizan las
      mismas actividades que se denuncian aprovechandose de la confianza que las familias depositan en el sacerdote daña en primer lugar la vida de muchos homosexuales que son marginados o atacados en base a una presunta inferioridad moral, en um segundo momento cuando se descubre esa hipocresia la imagen de la iglesia queda para el arrastre dentro y fuera de ella, ¿o cree que el treinta por ciento de los católicos norteamericanos que se plantean abandonar la iglesia lno guarda relación con eso?, asi que sí la mentira y el abuso son infinitamente más dañinas que la sodomía ya que esta mo causa daño, -es legal en cientos de países incluido el vaticano desde 1899 y no se onserva que los paises donde es legal estén por debajo a los paises donde es ilegal, mientras que la mentira y el abuso dañan a los homosexuales y aún más a la iglesia

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    4. Señor anónimo de las 4:49 y las 5:17, ¿no cree usted que la causa de todos nuestros males es el cambio climático? Mire, mi elucubradísimo amigo, si la sodomía, el incesto, el estupro, la infidelidad y otras tantas prácticas las ha descartado nuestra cultura, es porque ha tenido muchos miles de años para constatar que tuercen gravemente el funcionamiento de la sociedad. El que a usted le den o no le den las estadísticas de los últimos 50 años, no se puede comparar con la decantación cultural de esos valores y contravalores.

      Amigo, eche un vistazo al cambio climático, que creo que la cosa va por ahí. El que la hipocresía, el clericalismo y lo que usted quiera sean problemas muy graves, no le quita ninguna gravedad a la sodomía, que para usted no tiene la menor importancia moral ni en la Iglesia ni en la sociedad. Eche un vistazo al cambio climático, que creo que ahí está la clave. Póngase en línea, que ahora la Iglesia superoficial ha vuelto su mirada a la ecología, que es el tremendísimo problema moral que tenemos en la Iglesia, no la sodomía. Y por lo demás, siga defendiéndola, como quien no quiere la cosa.

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    5. Le agradezco el consejo, lo tendré en cuenta

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    6. "¿El problema es la sodomía entonces?, ¿no es la mentira o el abuso?"
      Si no se hubieran dejado controlar por la sodomía, no vendría a cuento mentir, no sería necesario, tampoco habría abuso de ningún tipo; si abusan de alguien es porque el deseo sodomitico les controla; y una vez cometido el abuso sodomitico, deben mentir para ocultarlo. Sin sodomía, no hay abuso ni necesidad de mentir. Que a Ud. le parezca la sodomía algo normal (y me temo que hasta bueno) no implica que esa deba ser la opinión general. Es obvio que si alguien (sea cura o no) se deja dominar por la lujuria y se dedica a la fornicación con alguien del sexo contrario, también está pecando contra el sexto mandamiento. Ninguno de los mandamientos, ha quedado invalidado.

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  5. Quizás uno de los problemas no menores, Virtellius, que acosan a la Iglesia esa el de las palabras. Cuando empezó a revelarse la relación del virus del sida con la práctica de la homosexualidad, los medios de comunicación y los profesionales académicos se conjuraron, a sabiendas en muchos casos, por seguidismo en otros, en evitar la palabra sodomía. En borrarla si se introducía en el texto. Por una razón que usted apunta: la connotación moral del pecado aberrante de Sodoma. La mejor manera de negar la moral era ignorarla o suprimirla verbatim. Ocurrió exactamente lo mismo a propósito de la píldora del día después. Cuando apareció ese supuesto medicamento, así llegó a llamarse en más de una ocasión, se impuso de inmediato la prohibición de denominarla píldora abortiva. La primera batalla que se pierde, la más eficaz también, es la batalla de las palabras.

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    1. Sr Valderas, una pregunta a un experto biólogo. ¿Los homoxesuales nacen, o se hacen? ¿Cuestion de genes, o aprendizaje?

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    2. No lo sabe absolutamente nadie, solo hay multiples teorias nonguna cientificamente rigurosa. Por otro lado presupones dos cosas que no tienen por qué ser ciertas: en primer lugar no todos los gays tienen porque serlo por la misma causa, ¿acaso hay una sola causa para el dolor?, en segundo lugar presupone que la causa es aislada, ¿ y no podría ser que fuera la unión de varias causas que actuaran conjuntamente? Por ejemplo, ¿ no podría ser que hubiera una predisposicIón genética pero solo se manifestara bajo ciertas circunstancias ambientales? Por último, ¿tiene importancia cual es la causa?, nadie se pregunta cual es la causa de la heterosexualidad

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    3. Agradecería opinión del Sr. Valderas sobre la profanación de restos humanos que quiere perpetrar el gobiernillo que tenemos en Madrid, gracias.

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  6. Artículo extraordinariamente luminoso. Anónimo de las 5.17: reléalo, p. f.

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  7. Por fin! Alguien habla claro y con lucidez sobre todo este asunto. Por desgracia, el vicio ya parece haberse extendido por el mundo como una epidemia mortal, sigilosamente, sin que nos demos cuenta. Sólo nos queda rogar a Dios que se apiade de nosotros.

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  8. Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.

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  9. Iglesia en salida hacia un camino sinodal herético15 de marzo de 2019, 16:26

    A TRAVÉS DE UN «CAMINO SINODAL»

    La Iglesia en Alemania pretende debatir sobre moral sexual, anticoncepción, ideología de género y celibato

    El cardenal Reinhard Marx señaló ayer que la Iglesia católica en Alemania está abierta a revisar la enseñanza moral sexual católica que prohíbe la anticoncepción, la cohabitación fuera del matrimonio y las relaciones homosexuales.

    http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=34430

    Se inicia un proceso sinodal que finaliza enviando una carta a Roma en caso de que haya puntos que no podemos aclarar y presentar sus propuestas a la Iglesia Universal, en un sentido "herético-modernista".

    Es interesante el proceso de cisma y herejía. Técnicamente no hay herejía, pues son sólo propuestas sin obligación ni coerción, a la espera que la Iglesia Universal las acepte.

    Pero aquí está la trampa. Antes de que den el programa del camino sinodal y sus conclusiones en septiembre, el Papa debería de confirmar y defender el dogma católico de forma urgente y prioritaria, en documento público y oficial, compulsivo y coercitivo.

    Se está haciendo un camino de herejía y apostasía. No se puede discutir sobre el dogma. La sinodalidad hace el paripé de dar una propuesta herética para ser aprobada por la Iglesia (sodomía, aborto, eutanasia, divorcio, adulterio, parejas de hecho, anticoncepción...). Pero ya ahora está cuestionando el dogma, pues los obispos tienen intención de cambiarlo, y existe el riesgo de crear confusión y error en la conciencia recta de los fieles: el dogma no es firme, será reformado, existe la intención pastoral de dar carta de legitimidad a las herejías (intercomunión, confesión y comunión de adúlteros, sacerdotes casados), y desde hoy mismo, ya se pueden cometer estos pecados, pues en un futuro se aprobarán, y nada mejor que presionar cometiendo dichos pecados hoy.

    Puede existir otra hipótesis: existe un grupo de obispos favorables a Benedicto XVI, y ante la imposibilidad de parar el camino sinodal, hacen la estrategia de vetar las votaciones finales proponiendo propuestas ortodoxas. Aún así, es también es peligroso, pues la misión del defensor del dogma, el obispo, es precisamente el defender y confirmar el dogma sin condicionantes de ningún tipo, rápido en el tiempo, contundente en la forma, yugulando así toda forma de confusión y error. Muy mal si se pretende defender indirectamente el dogma por la vía procedimental, y encima, esperando nada menos que ¡¡¡6 meses!!!, y quedando a la espera de una respuesta de la Iglesia Universal (años quizás).

    Para mí, si la verdadera intención del programa sinodal es reformar el dogma, entonces ya son heresiarcas todos los obispos alemanes que lo apoyen.

    ¿Qué hace Marx y sus cómplices siendo aún hoy prelados católicos?

    ¿A qué espera el Vaticano para prohibir hoy mismo tales discusiones y defender explícitamente ya el dogma?

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  10. Abans estaven penalitzats l’adulteri i la sodomia, ara ja no. La pederastia i la violació continuen actualment penalitzades. El codi penal no regeix la doctrina eclesiàstica.

    L'Església hauria de deixar rotundament clar la vigència del pecat de fornicació, tots els altres caurien pel seu propi pes.

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  11. Excelente exposición, diáfana! Muchas gracias

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