El problema es la "Modernidad"

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Mons. Sánchez Sorondo,  el apóstol de la “conversión ecológica”
La Iglesia visible está en desbandada, fuera de control. A estas alturas no pasa día sin que desde alguna parte no nos llegue la noticia de un nuevo abuso litúrgico, de un nuevo escándalo pastoral, de una interpretación forzada de la doctrina, de una nueva y sucia historia de abusos sexuales. Los jesuitas están fuera de control; el clero está también descontrolado y también lo están las órdenes religiosas en general. Y si hasta ahora eran únicamente las “grandes publicaciones católicas” de mayor tirada las que estaban llenas de despropósitos y excentricidades, en este momento ya no se salvan ni las piadosas revistas de los santuarios o de los devotos de tal o cual santo: incluso los frailes de este o aquel convento han perdido la cordura y se han soltado la lengua tirando por lo peor.
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Portada de marzo de  
“El Mensajero de San Antonio”
No todos, se entiende. Algunos muchos. Y sin embargo, fácilmente me viene la pregunta. ¿Por qué tanta permisividad? ¿Por qué los buenos callan y tragan, con su silencio, la deriva que está teniendo lugar, y que en otras ocasiones he definido como una lenta, metódica revolución protestante y modernista dentro de la Iglesia? ¿Y los laicos qué hacen? ¿Es posible que su malestar, su frustración, su dolor viendo la diaria destrucción de todo el catolicismo, no encuentre el modo de hacer sentir su voz abiertamente? ¿Es posible que ciertos sacerdotes que abusan de su condición para transformar la misa en un espectáculo de adoctrinamiento político, social y ecologista, no se encuentren ante unos feligreses que en la puerta de la sacristía se enfrenten a ellos, de manera civilizada pero decidida, pidiéndoles cuenta de sus palabras, de su alejamiento del Evangelio de Jesucristo? Para amonestarles y exhortarles a no ofender más los sentimientos de los creyentes, a no violentar más la fe de las personas sencillas, a no difundir pensamientos que nada tienen que ver con el anuncio del Evangelio sino con sus opiniones personales en cuestiones políticas y en cuestiones sociales.
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Misa indexe en la basílica de Sta. María del Mar
¿Es posible que a estos malos pastores, a estos sembradores de confusión y de desconcierto, les sea concedido hacer todo lo que quieran? Si una profe de primaria se permite la libertad de decir o hacer algo que se aleja del programa escolar, enseguida tres o cuatro padres se precipitan hacia el colegio para pedir explicaciones, para protestar, lanzar advertencias justificada o injustificadamente. Pero a los sacerdotes se les deja plena libertad de decir lo que les venga en gana, sea en la misa o donde sea. Pueden ponerse a cantar, tocar la guitarra, invitar a bailarinas hindús a bendecir las “sagradas especias de la papaya o del mango”, llevar pateras al altar para recordar el drama de los migrantes, revestirse con ornamentos con los colores del arcoíris, presentar como modelo las parejas de feligreses del mismo sexo. Todo en la casa de Dios y en el momento más sagrado de la vida cristiana: el santo sacrificio eucarístico.
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La misa convertida en circo
Hay que preguntarse cómo hemos podido llegar hasta este punto. Hasta hace un tiempo no tan lejano, pues lo llegué a conocer y del que conservo un vivo y grato recuerdo, cuando se entraba en la iglesia y se participaba en la santa misa, y se escuchaban las palabras del sacerdote, era como recibir un bálsamo para las propias heridas. Las iglesias no eran hospitales de campaña, no se transformaban en comedores sociales para dar de comer materialmente a los pobres (había y aún hay comedores conventuales e incluso parroquiales). Los templos eran lugares de paz, de oración, de silencio, de recogimiento, de misticismo: lugares para encontrarse con Dios y en los que a través de la palabra del sacerdote, es escuchaban las palabras mismas de Jesucristo.
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Misa estrafalaria
Esto ocurría porque ningún sacerdote se tomaba la libertad de hablar en nombre propio. Todos tenían muy claro que eran solamente obreros de la viña del Señor y que tenían la obligación de transmitir fielmente su palabra, sin quitar ni añadir nada. Podían, eso sí, explicar algún pasaje difícil; hacer paralelismos, dar ejemplos, hacer una homilía más cálida, más emotiva, más fácil de escuchar o de entender. Pero no osaban transformarla en un mitin político o un desahogo del humor del día en cuestión. No reían, no bromeaban, jamás perdían la gravedad que el lugar y la circunstancia requerían, y que no era impedimento para que en el lugar y el momento oportunos, se convirtieran en animadores entusiastas de jóvenes en reuniones o retiros o en acompañantes de niños y padres en una excursión o peregrinación.
Hasta el primer posconcilio, los sacerdotes no olvidaban nunca que eran un alter Christus: en el púlpito, en el confesionario, impartiendo el catecismo a los niños, uniendo a los esposos en matrimonio, visitando las familias o bendiciendo las casas. Todos eran conscientes de ser unos siervos en manos de Dios. Y todo lo que hacían y decían era para agradar a Dios, ser fieles al evangelio y salvar almas.
¿Qué ha ocurrido pues para que tantos sacerdotes se hayan transformado en juglares, politicastros, payasos sin fronteras o la originalidad que les pase por la cabeza? ¿Y qué les ha sucedido a los seglares para no reaccionar?
Yo creo que el problema fundamental de los católicos en el transcurso de las últimas generaciones es la modernidad. Los católicos no han comprendido o se han olvidado qué es la modernidad y en consecuencia se han dejado seducir, tanto como los no creyentes; se han contagiado de un modo de sentir y pensar que es típicamente moderno, empeñado en modernizarlo absolutamente todo: hasta lo más inmutable y permanente. Y digámoslo claro: la modernidad es una civilización radicalmente anticristiana, enemiga del evangelio y que además odia a Jesucristo. Esto es la modernidad.
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Películas modernas de éxito
No quiero decir con ello que hay que rechazar todo lo moderno. Hay aspectos positivos de los que nos podemos servir, desde la técnica a la medicina, o los medios de comunicación de masas. Pero siempre sabiendo que hemos de hacer un uso comedido, ponderado, prudente, crítico y juicioso. Y que no hemos de ser esclavos de las cosas: ni de la técnica ni de la ciencia ni de la informática.
Muchos aspectos de la modernidad aunque sean buenos, están cargados de peligros. Volver la vida más fácil, y más ligero el trabajo cotidiano, más rápido el movimiento de las personas y las mercancías, más libre la circulación de las ideas: todas estas cosas son buenas; pero si se convierten en fines y no en medios, pueden convertirse en cosas perniciosas.
No perdamos de vista que la modernidad es moda, siempre a la última; es por tanto opción pasajera: basta ver cuán poco duran los nuevos modelos tecnológicos. Bien al contrario del cristianismo, que ni es una moda, ni es para estar al día, ni para lucir el último modelo. Cristo ha proyectado nuestra mirada a la eternidad. Por eso es una evidente perversión del cristianismo andar tras la novedad. La Buena Nueva del Evangelio sigue siendo Buena y sigue siendo Nueva, pase el tiempo que pase.  
El cristiano debe recordar que no todo lo que a uno le gusta es bueno para el alma. Al contrario: que los caminos del infierno están asfaltados con aquello que parece agradable y deseable. No se pueden adoptar estilos de vida que son intrínsecamente peligrosos o equivocados. El católico no puede dejarse seducir por las cosas: el mundo moderno está lleno de cosas apetecibles. Pero debemos llevar el timón y mantener el rumbo de nuestra vida. No podemos usar las cosas de manera superficial e irresponsable. Se dirá que dejarse arrastrar por las cosas materiales y por la comodidad es una cosa que siempre ha existido y que no constituye un carácter específico de la modernidad. Es posible. Pero lo que sí es específico de la modernidad es el haber difundido la idea de que todos tienen derecho al mayor número posible de cosas y de comodidades, y que sin estas la vida se convierte en un pesado fardo aburrido y molesto.
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Preocupados por la prisión preventiva
Además la modernidad ha convertido en accesibles una mayor cantidad de cosas y ha creado una multitud de necesidades que en realidad no lo son. En una palabra: ha creado una idolatría de las cosas y en particular de la técnica. Sólo la modernidad ha olvidado a la persona y la relación con Dios. Sólo la modernidad ha pretendido poner al hombre, las cosas por él construidas y las comodidades por él elaboradas, en el lugar de Dios: olvidándose de la dimensión trascendente y sobrenatural de su vida. Lo ha convertido en el peor enemigo de sí mismo. Lo ha reducido a un ser lacerado, dividido, infeliz, descontento, neurótico, proyectado siempre fuera de sí, sin paz, sin reposo, sin justicia, sin amor, sin verdad, sólo borracho de nuevos deseos de urgente satisfacción, siempre cegado por nuevos deseos que lo devoran y atormentan. La modernidad es el infierno: porque nació y cada vez se define más nítidamente como un mundo sin Dios. Nunca antes había sucedido en la historia. Quien cree en sus ídolos, entre los cuales el primero es el consumismo, quien se deja arrastrar por sus mitos y sus sobornos, no puede ser seguidor de Cristo.
He aquí el verdadero mal del catolicismo actual: se ha convertido en hijo de la modernidad, lo que automáticamente lo aleja de Dios. Porque no se puede servir a dos señores a la vez. ¿O lo habíamos olvidado?
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

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24 comentarios

  1. La verdad, mossén, es que en ese tiempo del que usted habla y que nos queda tan sumamente lujos, vivíamos con Dios. Dios había dejado de ser tenido como centro del mundo, pero seguía siendo el centro de la Iglesia. Dios era el centro de la Iglesia. Y todos, sacerdotes, obispos, consagrados y fieles, sabíamos que lo nuestro era cumplir la voluntad de Dios.

    Pero hoy tiene todo el sentido preguntarnos si Dios sigue siendo el centro de la Iglesia, si la Iglesia es teocéntrica. Y lamentablemente la respuesta es que es tremendamente amplio el sector de la Iglesia cuyo centro no es Dios. Y entonces, viene la pregunta: ¿Y qué hace en la Iglesia tanta gente cuyo centro y motor no es Dios?

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  2. En distintas zonas de España e incluso de Europa he visto una tónica general de respeto al santo sacrificio de la Misa. En Murcia, en Valencia, en Madrid, en Sevilla o en La Rioja, el sacerdote se atenía a las normas establecidas por la Congregación de Sacramentos o la denominación que tuviera en el suceder del tiempo. No diré que en Cataluña las cosas se desarrollen de manera distinta. Sí he visto que, en bastantes lugares, el respeto a la liturgia es menos estricto. Hay de todo, cierto. Algunos salen con el alba como si fuera un camisón de dormir de nuestras abuelas. Ni cíngulo, ni mucho menos casulla. Por culpa de la negación del obispo Pardo, y antes Soler, a admitir sacerdotes foráneos en Gerona, había un sacerdote muy mayor, fallecido hace poco y oficiante en una iglesia sufragánea de Sant Pere de L´Escala, que en más de una ocasión se olvidaba de textos del canon, consagración incluida. O se equivocaba en la literalidad del texto. En la diócesis mencionada, en el mismo arciprestazgo, las celebraciones de la palabra sin sacerdote no son anecdóticas. De hecho se han convertido en rutinarias. Y en más de una ocasión muchos fieles se han quedado sin misa porque no se habían enterado del cambiazo. Celebraciones de palabra donde el sustituto del presbítero improvisa con mayor buena voluntad que conocimiento de causa. Sus homilías improvisadas mejor olvidarlas, d´on no hi ha, no raja. Nada que ver con la unción de las misas del segmento católico inglés, que a uno le hace sentir la catolicidad viva y encarnada. Quizá porque esos sacerdotes y sus fieles sí están en las fronteras de la Iglesia, frente a la Iglesia Nacional Anglicana. Ay las iglesias nacionales (la foto que usted trae y el pie son impagables), cuánto daño han hecho a la Iglesia de Cristo.
    Luego está el baile de disfraces que menciona usted, mosén Francesc.
    En el baile de disfraces lo peor no es ni la vestimenta, ni la música. Nadie pide el bonete de antaño, aunque tampoco el capirote de hogaño. Ha desaparecido de los templos el mísero armonium, hermano pobre del órgano, y ha sido suplantado por un guitarrista con mejor voluntad que conocimiento de acordes, cuando no por una batería horripilante. Pero lo mollar es el disfraz doctrinal. El evangelio y su exposición catequética en el catecismo han quedado remplazados por la buena nueva del cambio climático, el agujero de ozono, la escasez de plancton, la producción primaria de la fotosíntesis o la retención del dióxido de carbono. Eso no sería especialmente grave, si no viniera acompañado por unas inferencias espurias: somos muchos y hay que acabar con la superpoblación. ¿Cómo? Primero con la negación de a vuida de los no nacidos. Luego, manipulando embriones para discriminar y seleccionar a quiénes queremos que vivan. No calumnio si digo que ese es el mandato, si no atenemos a los hechos, que ha recibido el monseñor argentino que usted recoge en foto, mosén Francesc.

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    1. Gerona es hoy un despojo condenado a la extinción, si se dan las condiciones actuales. La he seguido durante más de 30 años, y todo lo hecho desde el postconcilio ha sido fracaso, infelicidad y muerte, por ser una cuna del nacional-progresismo más rancio y encerrado que exista en Cataluña. Puro franquismo azul-estelado.

      En mi opinión, esta diócesis ha sido devastada por los obispos Jubany, Camprodón, Soler y Pardo: quien manda, asume responsabilidades.

      Hoy debe tener Gerono un saldo demográfico consagracional desquiciado, pues según las estadísticas: hay ya 10 muertes anuales de curas y creciendo, 1 ordenación anual, con 3 seminaristas, y hay 41 seglares para que celebren la Palabra y distribuyan la Sagrada Eucaristía, y sólo tiene ya quizás menos de 153 curas diocesanos con un promedio de edad de 73 años, cuando según su mejor estadística, la de 1960, debería tener unos 900-1.000 sacerdotes, y para la tasa de reemplazo óptima, unos 180-200 seminaristas. No hay estadísticas de vocaciones religiosas de hombres y mujeres, pero seguro que deben de estar aún más desplomada que los curas: Gerona será un cementerio de sacerdotes y religiosos ya durante la próxima década de los 2020.

      Eso es consecuencia de la altísima politización nacional-progresista de los curas gerundenses, pues entre el 2017-2018 firmaron, un quinto de ellos, tres cartas políticas sobre la independencia: la carta publicada en septiembre de 2017 sobre el referéndum, una sobre el respeto y la concordia, y otra por el diálogo, el respeto y la justicia.

      Lo que le sucede a la diócesis de de Gerona es un verdadero castigo de Dios, porque Dios ha tenido 50 años de paciencia y misericordia, y ahora sucede como la lectura de hoy: la viña no produce nada durante tres años seguidos, fue cuidada pero tampoco no dio nada, será arrancada y quemada, se pondrá otra viña.

      Su única salvación proviene de lo que dijo Benedicto XVI a Irlanda: reflexionen, asuman las culpas, conviértanse y renuévanse dentro de la Tradición.

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  3. Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
    Al final alguno se animará explicando la teoria de Max Plank, al tiempo!

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  4. "Hasta el primer posconcilio, los sacerdotes no olvidaban nunca que eran un alter Christus: en el púlpito, en el confesionario, impartiendo el catecismo a los niños, uniendo a los esposos en matrimonio, visitando las familias o bendiciendo las casas."

    Con la nueva agenda vaticana ecoverde y ecoazul, según Sorondo, el sacerdote es un "alter tomatito". ¿Incrementa la fe con más vocaciones y más regreso de católicos? No, luego están equivocados.

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  5. Mn Francesc Espinar , no sé si usted lee nuestros comentarios , pero este es para usted y sino lo lee me gustaría que el equipo de germinans se lo hiciera llegar. Seré muy breve , habla usted del desastre de la Iglesia Catolica entre otras cosas por una
    deriva protestante. Yo le pregunto... Ha visitado usted las Iglesias pretestantes? Lo dudo . Yo si , y le aseguro que ni son circos , ni hacen cosas estrafalarias . Me duele tanta ignorancia en forma de ataque al mundo evangélico ...ha ido usted alguna vez a conocer la asamblea de hermanos o los bautistas o presbiterianos? Seguro que no. Ya les gustaría a los católicos el nivel bíblico y de vivencia de fe que tiene el mundo protestante.No utilice términos o palabras en tono desoectivo en una frase sólo porque queda bien , moléstese antes de conocer bien el tema.

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    1. El mundo protestante es un abanico tan amplio como el de las plumas del Pavo Real. Pero en todos los casos, el trasero queda destapado

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    2. Usted sabe de qué habla, Anónimo 23:07. Habré asistido a más de una veintena de celebraciones dominicales protestantes (Asambleas de Hermanos, Metodistas en diferentes poblaciones) y también les aseguro que no he visto payasadas ni nada que se asemeje. Muchos de sus feligreses acuden con su Biblia. No la tienen de adorno en un estante como muchos católicos, si acaso la poseen. Sus cultos alcanzan entre una hora y dos. Los sermones pueden durar entre treinta y cuarenta minutos. Los asistentes no consultan el reloj. Se hallan recogidos, meditando. Nunca tienen prisa por marcharse, y antes de salir se saludan entre ellos y suelen conversar
      Nosotros los católicos les deberíamos imitar en algo.

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    3. Lo que hacen los protestantes el domingo lo hacemos los católicos entre semana, en movimientos y grupos de formación parroquial. Lo que hace un católico un domingo (participación litúrgica en el sacrificio de Cristo) un protestante ni lo huele...

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    4. 10:32, totalmente cierto. Ningún protestante tiene la misa como exhibición incruenta del cruento sacrificio en la cruz. Lo que hacen los protestantes son celebraciones de la Palabra. Anglicanos y luteranos hacen una misa sin sacrificio, y las de la Alta Iglesia Anglicana son parecidas a las misas tridentina, y las misas de los luteranos tradicionalistas son parecidas a las misas del Novus Ordo católico. Ambas, pero, sin sacrificio, luego carecen de Jesús Eucaristía. Sin contar que no son iglesias, son cismáticos y heresiarcas.

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    5. He visitado muchas veces templos protestantes: presbiterianos, metodistas, Asambleas de Dios, bautistas, e incluso anglicanas y luteranas, menos los dos últimos calvinistas y arminianos, la mayoría fuera de España. El culto dominical siempre es de alabanza, pues la mayoría se consideran salvos y ocasionalmente celebran simbólicamente la Eucaristía. El culto principalmente se centra en el sermón del pastor, interrumpido a veces con los aleluyas y amenes de los feligreses, o las oraciones libres y directas de los fieles. Aunque en los países anglosajones son más metódicos con el ritual, por lo demás también se forman circos con las músicas y sus ritmos.

      En España, concretamente en Barcelona, he conocido más a las Asambleas de Hermanos y bautistas, incluso asistí a un bautizo, y la verdad el silencio y recogimiento faltaba por su ausencia.

      Referente al uso de la Biblia es lógico, no tienen nada más para el culto. Nosotros los católicos tenemos más instrumentos, como la liturgia donde se realizan los signos, ya que tenemos sacerdocio (el de Melquisedec ellos no lo tienen), el rosario que es totalmente bíblico. Lo curioso es que ellos utilizan bíblias católicas, además de la Reyna-Valera. A mí parecer nuestros clérigos han copiado mucho de las celebraciones y teologías protestantes, y ello ha originado una desacralización terrible en nuestras parroquias, como si todo fuera lo mismo, y no es así. ¿Me guastaría saber cuántos párrocos fomentan el estudio de nuestro Catecismo. La Biblia hay que leerla con el Catecismo al lado.

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  6. Los curas posconciliares que empezaron a hacer todas estas cosas (que no son nada nuevo sino que llevamos arrastrándolas varias décadas) habían ido a la misa "de siempre" desde pequeñitos, donde los curas habían predicado homilías como las que pide el firmante de este artículo, se habían educado con los catecismos de Astete y Ripalda, habían rezado el rosario en familia y habían estudiado el tomismo en las facultades de teología. En suma, habían hecho todo eso que supuestamente serían los remedios a todos los males de hoy. Y mirad en qué se convirtieron. ¿No es eso señal de que algo muy profundo estaba fallando ya antes de que se clausurara el Concilio? Y por no salirnos de Cataluña, ¿quiénes fueron los que se manifestaron por las Ramblas ensotanados allá pos los años 60? ¿No fueron los que se educaron en la supuestamente catoliquísima España de Franco? ¿No es posible que algo se estuviera haciendo mal entonces para que ocurriera lo que ocurrió después ¿No cabría aplicar el dicho evangélico de "por sus frutos los conoceréis?
    (Y viceversa, los curas y laicos que se rebelan contra este estado de cosas son sobre todo los jóvenes, los que se han formado en el supuesto "desastre" posconciliar. Una vez más, "por sus frutos...").

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    1. La manifestació de capellans i religiosos de l'11 de maig de 1966 va anar des de la catedral fins a la Direcció General de Policia de la Via Laietana. Per tant a les Rambles no hi van anar. Aquí en trobareu una crònica amb motiu del 50è aniversari dels fets.

      https://www.catalunyareligio.cat/ca/articles/manifestacio-capellans-1966-una-situacio

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    2. Quinocho, 8:22.
      Usted tiene su opinión, la cual respeto, pero yo tengo la mía que siempre defenderé con caridad cristiana. El artículo de Mn. Espinar, no tiene una coma ni un punto de desperdicio. Como acostumbra a ser, su exposición - siempre hecho con la máxima discreción- es alentador y muy interesante. Yo, como puede ver, estoy en todo de acuerdo con Mn. Espinar y no tengo el gusto de conocerlo. Me parece un sacerdote muy sensato y valiente que está toalmente en desacuerdo con el camino que está recorriendo nuestra IC. Todos los que buscamos un encuentro reflexionado y en Paz con nuestro Señor Jesucristo en la Santa Eucaristía, no nos gusta en lo que han transformado esta celebración bastantes sacerdotes. Deseamos recogimiento, escucha, reflexión, respeto, PARTICIPACIÓN según el misal romano,... Desgraciadamente en la mayoría de parroquias no se encuentra. ¿Tenemos derecho a que se nos atienda en un grupo de parroquias de tantas como hay en Barcelona y provincia? Cardenal Omella, ¿está Ud. de acuerdo con las parroquias que hacen sus circos y demás?. En la Santa Cena, origen de la Santa Eucaristía, LOs apóstoles y Nuestro Señor Jesucristo, participaron con recogimiento y dignidad ante el Gran acontecimiento. María Auxiliadora ruega por nosotros.

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    3. Una pregunta al Sr. Morros: usted también participo en la mani con SOTANA, verdad??

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    4. 13:34, plantea el proceso de cristalización del cisma y herejía nacional-progresista/marxista, Nueva Era (orientalismo, espiritismo, parapsicología, psicologismo) y teología marxista de la liberación con teología protestante y católico-proestantizada alemana (Rahner...).

      Esto daría con un libro, pero la heterodoxia se estimula sin duda durante el concilio 1962-65, trayendo sus antecedentes a fines de los 1950 (Pannikar), y exacerbándose en 1968, con Humanae vitae y Mayo de 1968, y todo ello con el abstencionismo de obispos y abades.

      Por otro lado, aquel ambiente generacional de los 1960-1970 ya son incomprensibles para las actuales generaciones: fue una locura clerical de curas, teólogos y religiosos entre revolucionaria, evolucionista, existencialista, psicodélica, psicoanalista, pansexualista, protestante, marxista y orientalizante. Las ideologías mundanas basurientas de moda de la época.

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  7. Sugiero una simple prueba: preguntar a los alumnos de todos los colegios si saben cuáles son los enemigos del Alma.
    Probablemente quedaríamos sorprendidos de las respuestas, o de las no respuestas.
    En mi opinión, el mundo, el demonio y la carne han sido olvidados como enemigos y, demasiado frecuentemente, seguimos su juego. A todos los niveles, y así nos va.
    Creo que la sociedad actual falla por la base y la información de que dispone, está tutelada por esos tres grandes enemigos.
    Hacía falta que alguien dijera lo que usted dice en su valeroso y acertado artículo, Mosén Francesc. Gracias.

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  8. NO ES NINGÚN ACIERTO PROTESTANTIZARNOS

    La cuestión no es determinar si los protestantes lo hacen mejor o peor que los católicos. Se trata de opciones distintas. Es como si comparásemos un movimiento religioso con un club excursionista o gastronómico. Son órdenes distintos. Los católicos tenemos la misa y los 7 sacramentos, y los protestantes no los tienen. Hablamos por tanto de cosas absolutamente distintas. No procede la comparación.

    Por otra parte, y esto es sustancial, la clerecía y la jerarquía católicas actúan como en territorio propio que nadie les discute, pero que lo van perdiendo inexorablemente; los protestantes en cambio, trabajan en tierra de conquista. Y se llevan parte de lo que el catolicismo va perdiendo. También se ve, también, la fatiga y el cierre de muchas "iglesias" protestantes. La época no es propicia ni para ellos ni para los católicos. Aunque las coordenadas en que ellos trabajan, les conceden una ventaja ocasional.

    Lo que está claro es que a la Iglesia católica no le ha dado ninguna ventaja protestantizarse (es decir desnaturalizarse), sino todo lo contrario. No es ningún acierto mirarnos en los protestantes y utilizarlos de espejo del catolicismo.

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    1. "La cuestión no es determinar si los protestantes lo hacen mejor o peor que los católicos. Se trata de opciones distintas. Es como si comparásemos un movimiento religioso con un club excursionista o gastronómico. Son órdenes distintos. Los católicos tenemos la misa y los 7 sacramentos, y los protestantes no los tienen. Hablamos por tanto de cosas absolutamente distintas. No procede la comparación..."

      Cierto, los protestantes ninguno es Iglesia, no tienen sacramentos, no tienen eucaristía, confesión y sacerdocio, tiene un Biblia reducida, no tienen santos, no tienen tradición, magisterio ni papado. No hay miles de Cristos diciendo cosas diferentes según protestantes y ortodoxos.

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  9. No vamos a decir nada al sacerdote sobre los Sacramentos, moral, vivir la fe sencillamente porque no tenemos ni idea de cómo funciona el tema. Vamos y cumplimos. Cumplimiento: cumplo y miento

    Salut

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  10. Luís de Barcelona25 de marzo de 2019, 12:46

    Muy atinado el artículo de Mosen Espinar. A los amigos anónimos 23:07 y 23:54 les señalaría que, como se desprende del contexto, Mosen Espinar se refiere al protestantismo tradicional o mainstream.

    Qué duda cabe que el Señor, en su infinita misericordia, concede su gracia a nuestros hermanos evangélicos que le buscan con sinceridad. Doy fe de ello, después de haber pasado largas temporadas en sendos países centroamericanos con masivas deserciones del catolicismo al evangelismo protestante. Muchos hermanos nuestros, ignorados y abandonados por sus pastores y otros hermanos, saciaron su sed de amor de Dios en las aguas evangélicas. Mucho mejor que la nada que ofrece la sociedad modernista, pero me da pena que estos hermanos míos se vean privados del tesoro de la Eucaristía, de la Confesión, de la sana devoción a María... ¿Qué padre o hermano no desearía lo mejor para sus hijos o hermanos? El ateísmo práctico es la nada, pero el protestantismo evangélico es un pan incompleto, al que le falta la levadura. Lo dice un pecador que ama a Jesucristo

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  11. Dicho en otras palabras, la Iglesia está sumergida en una profunda crisis doctrinal y moral. La mundanización penetró en la Iglesia y con ello el divorcio entre la Doctrina y la pastoral. Aunque haya todavía resistencia a aceptar el sacrilegio eucarístico. La pastoral se está dejando a la interpretación subjetiva de cualquiera. La situación objetiva de pecado mortal ha pasado al plano subjetivo. Véase Amoris Laetitia y las disposiciones para recibir la Comunión en protestantes casados con católicos. Todo esto implica la banalización del pecado mortal objetivo y de la misma Eucaristía.

    Dice el Papa que se puede buscar a Dios de diferentes maneras, refiriéndose al budismo, judaísmo, islamismo etc, según el, dice que “la única certeza” es que somos hijos de Dios, relativizando aquello de “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino es por mí”.
    https://youtu.be/vgj9NprTdq0

    Si se relativiza a Cristo, poco a poco, lo único que queda es la sumisión a cualquier ideología más o menos placentera acorde con el mundo. Tendemos a estar en la zona de confort, esa zona central donde se sitúan aleatoriamente el 80-95% de la población, en esa Ley de distribución normal.

    Dicho de otra forma, pareciera que la Iglesia se está acercando a un sincretismo religioso. Haya paz sin verdad. En los siguientes vídeos, se ve:

    1. Prédica del corán, ante el altar mayor de la Catedral de la Almudena, Madrid.
    https://youtu.be/qkK3GQTbGNo

    2. Baile musulmán en la Catedral de la Almudena, ante el altar mayor.
    https://youtu.be/uwOaWXZbnks

    3. Canción en honor a Mahoma, ante el altar mayor de la Almudena.
    https://youtu.be/jqOl-N4L75g

    4. Su anuncio en la web de Archimadrid
    https://www.archimadrid.org/index.php/oficina/25-aniversario/333-catedral-aniversario/9031231-la-catedral-de-la-almudena-acogera-la-vi-edicion-del-concierto-de-tres-culturas

    Ante esto, solo queda preguntarme:
    ¿Se cree que Cristo está Vivo en la Eucaristía; que se come y bebe su Cuerpo?.

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  12. Da totalmente en el clavo. Soy religioso de una Orden que ha perdido en gran parte el sentido de su existencia, cayendo en el más puro servilismo ideológico y en la inobservancia de la vida religiosa. Así, ¿cómo van a venir vocaciones? Incluso pienso seriamente que a muchos, poco les importa el que no haya vocaciones, mientras tengan su comida preparada y su paguita mensual.El silencio puede ser cómplice, pero a veces, en la situación en la que uno está: formación, espera de profesar solemne, ser ordenado, hay que ser prudente, porque si no uno se ve de patitas en la calle.

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  13. El modernismo ya lo condeno en el Syllabus errorum el MAGNIFICO PAPA BEATO PIO IX y lo ratifico San Pio X. Así nos va!

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Omella destituye a un párroco crítico con un plan urbanístico de la Iglesia en Barcelona
Centenares de catalanes acompañan a la Virgen de Fátima por el centro de Barcelona.
El párroco de la Mercè, tras la retirada de la misa: «Tal vez recibamos a las autoridades tocando a muertos»
El Clínic traslada su proyecto de centro de investigación por la imposibilidad de instalarse en una iglesia del Eixample
El gran vitrall de l’església de l’Esperit Sant se salvarà de l’enderroc
Omella no está en su mejor momento: el cambio en Barcelona se acerca
La secta de la Casa de Santiago. El escándalo que la Iglesia catalana ocultó durante 30 años
Omella envía a un cura de 72 años a comerse el Santísimo de la iglesia que quiere derribar
Derribos Omella: el arzobispo desacraliza la iglesia del Espíritu Santo de Barcelona y suspende a divinis al párroco
Los memos del Bisbat de Sant Feliu de Llobregat
El hilo que une Monserrat con el Opus Dei: 85 años de amistad y protección