Éramos pocos y parió la abuela. Si no me dejo seducir por los cantos de sirena de nuestro comentarista Valderas, que tiene un pobrísimo concepto del nivel intelectual de nuestros obispos; si creo que el señor arzobispo de Granada está por encima de ese nivel intelectual que les afea Valderas, hay que dar por supuesto que al escribir su diatriba tan típicamente ladina e hipócrita contra Vox, sabía perfectamente que le estaba metiendo un buen puñado de decenas de miles (espero que no sean centenares de miles) de votos más en las urnas. Porque ésa es la mecánica: Vox crece mucho más por las críticas de sus adversarios que por su propia campaña. Queda pues en pie la sospecha de si no será el excelentísimo y reverendísimo señor don Javier Martínez un agente propagandista de Vox, camuflado de acérrimo y acerado opositor.
Esta sospecha cobra verosimilitud al constatar que no es que Vox haya asumido para su campaña y para su acción política postulados doctrinales y morales de la Iglesia católica sino que, habiendo sido abandonados esos postulados por la propia Iglesia (el arzobispo denuncia por dos veces la defensa de la vida y de la familia por parte de Vox), ha sido el partido quien se ha hecho con esa bandera. No se trata por tanto de que Vox se esté esforzando en congraciarse con la Iglesia asumiendo sus postulados, ni mucho menos, sino que por el contrario, lo que ha hecho Vox ha sido recoger una bandera que estaba tirada en el suelo y pisoteada (no vamos a estar hablando siempre del aborto, ¿eh que no?, ni vamos a condenar frontalmente la sodomía, porque de ese modo les cerraríamos el camino de la santificación a las otras formas de familia que tanto nos está exigiendo la izquierda divina). Esa bandera que ya no es de la Iglesia (o que al menos ésta hace grandes esfuerzos por aparentar que no es suya), y que está en un segmento amplísimo de la sociedad civil, ha sido recogida y enarbolada por Vox.
El señor arzobispo sabe perfectamente que no sólo el PP que por fin ha aparcado el tema del aborto, sino también Ciudadanos (hace un par de días Ribera se alineaba con el papa diciendo que no le apetece estar hablando siempre del aborto, que eso no les interesa ni a él ni a los votantes que quiere pescar) pasan del aborto y de la defensa de la familia tal como la entendía la Iglesia cuando no calculaba su lenguaje al respecto. Sr. arzobispo, una bandera tirada en el barro por la propia Iglesia y pisoteada por la inmensa mayoría de los políticos, no puede ser calificada de bandera católica. Tanto más cuanto usted mismo matiza que la familia de la que habla Vox, no es la familia cristiana.
No tiene desperdicio la estupenda exhibición de cultura hueca que hace el arzobispo: [Por cierto, que la concepción cristiana de la familia, la familia cristiana, no es para nada lo mismo que lo que feministas “progres” y otros ideólogos suelen llamar la familia tradicional; eso que ellos llaman “la familia tradicional” no es más que la familia burguesa, por lo general machista…] (Inflamada ovación). En fin, que para este sapientísimo arzobispo, no es la familia cristiana la que hoy se descompone sin remedio, sino que es esa otra percibida por los feministas progres y demás ideólogos. Es genial nuestro arzobispo defensor de Vox. No hay que preocuparse por el hundimiento de la familia tradicional, porque en realidad se trata de la familia burguesa y machista, que le está muy bien hundirse. ¡Qué genio! (Más, más aplausos).
Viendo lo inmerso que está nuestro sapientísimo arzobispo en filosofías y sociologías que le dan la clave mágica de todo, es totalmente lógico que ni se enterase de que los de su casta, que por cierto cobra su sueldo gracias a las crucecitas que marcamos todos los españoles (no sólo los granadinos) en la declaración anual de hacienda, es lógico que no se enterase este ilustrísimo arzobispo de la Iglesia católica adscrito a la Conferencia Episcopal Española, de que los excelentísimos obispos españoles que constituyen esa Conferencia (y también el sabio arzobispo), nos han dejado solos y abandonados a los católicos de Cataluña con nuestro problema de curas y obispos y frailes y monjas independentistas, que por lo visto es un problema nuestro (de los catalanes) y nada más que nuestro; y que no afecta para nada a la credibilidad de la Iglesia y a su devenir no sólo en Cataluña, sino a nivel universal.
Y lo digo porque teniendo el hombre una sensibilidad tan fina para detectar lo que le hace bien y lo que le hace mal a la Iglesia (sensibilidad y honda preocupación, porque alerta a todos los votantes, no sólo los de su diócesis, ante las próximas elecciones). No se ha dado cuenta el hombre de que las alarmas que ahora se le encienden con respecto a un partido de derechas, están ya incandescentes en Cataluña, con repercusión en toda España y por supuesto no sólo en el plano político, sino también en el religioso. No ha querido enterarse de que si la clerecía y la jerarquía catalanas se salen con la suya, viene a pasos agigantados la liquidación de la Iglesia y sus valores. Pero no sólo en Cataluña, sino en toda España y más allá. Pero claro, no es lo mismo si los peligros vienen por la derecha o por la izquierda. ¡Cómo va a ser lo mismo! Y menos todavía si viene del independentismo anticatólico que al no ser de derechas ni de izquierdas, está por encima del bien y del mal. Es la plaga Novell-Omella que se ha impuesto en la Iglesia, no sólo en la que peregrina tan penosamente en Cataluña.
Es un desdoro que al tiempo que reivindica este eclesiástico su derecho a valerse de su condición de dignatario eclesiástico para meterse en política, se ande con remilgos a la hora de decir con claridad a quién defiende (ni se sabe, pero está claro que él tampoco ha sido nunca de derechas) y a quién ataca; y sobre todo, para quién está pidiendo el voto y cuál es el voto que condena por desnortado, porque acabará echándolos como el voto que los franceses entregaron a la Action Française, en manos de Hitler y Mussolini (hace un esfuerzo de desmemoria para olvidar que en ese voto estaba también De Gaulle).
No tema, señor arzobispo, que la cosa no va de partido católico. ¡Ni de lejos! Si usted es tan culto y está tan bien informado, tendría que saber por dónde nos viene el empeño en un partido católico (que tampoco es uno solo, aunque sí uno principal). Y no olvide en cualquier caso que por lo demás esa opción es tan legítima como cualquier otra. Todo es cuestión del mercado electoral. Y oiga, los forofos de un partido católico están en las antípodas de Vox como concepto político, y lejísimos de la visión que usted tiene, señor Arzobispo, de la doctrina y de los valores que le corresponde defender hoy a la Iglesia. Y digo “hoy” porque por lo que escribe usted parece pertenecer también a ese movimiento que se pierde por mimetizarse con el mundo.
En fin, señor arzobispo, que es tan grande el servicio que le ha rendido usted a Vox, que hasta podría optar a algún cargo en el partido. Pruebe suerte.
Y permítame, señor, una última consideración: es cierto como usted dice, que no estamos en una sociedad cristiana (y es bastante lo que ustedes han hecho para que la “marca” católica esté por los suelos); pero sí que estamos en una sociedad que conserva el núcleo de moralidad y de decencia que le transmitió el catolicismo. Y si resulta que algún partido ante las elecciones enarbola la bandera de la moralidad y de la decencia, de la defensa de la vida y de la familia, no se equivoque usted, señor arzobispo, no está enarbolando la bandera católica ni mucho menos; está enarbolando la bandera de la moralidad y la decencia, de la vida y de la familia, que se ha quedado tan fuera de los muros que le corresponde defender a usted, tan fuera se ha quedado del territorio en el que disfruta usted de su confortable sinecura, tan fuera se ha quedado, que quienes ayer llenaban las iglesias y pendían de sus enseñanzas, hoy están ya tremendamente menguados, pendientes de no pasarse defendiendo la vida, de discernir si la familia de toda la vida no estará marcada con la tacha de heteropatriarcal, de manera que sea ya inevitable que la Iglesia integre las otras variedades de familia; pendientes también de si el fruto más exquisito de la lucha oficialísima de la Iglesia contra la pederastia clerical, es la santificación de la sodomía mediante el dogma respectivo que el mundo (y una parte nada desdeñable de la Iglesia) espera con tan gozosa esperanza. Compréndalo, señor arzobispo, con esa veleidad doctrinal y moral, se han quedado cuatro y el cabo. ¿Y piensa usted que alguien será tan insensato que enarbole esa bandera (la bandera ajadísima que les queda a ustedes) para ganar unas elecciones? ¡No sea ingenuo!
¿He de arrodillarme para besar respetuosamente su anillo?
Virtelius Temerarius
El arzobispo de Granada Mons. Francisco Javier Martínez, de Comunión y Liberación, realmente tiene peligro, pero no por lo de Vox, sino por Amoris laetitia (en el 2017, fue absuelto el P. Román, del supuesto "clan de los Romanones", con un fuerte palizón judicial a la supuesta víctima de abusos, Daniel, quien envió una carta al Papa, y que casi le cuesta la cabeza al arzobispo y casi motiva un inédito macrojuicio a una docena de sacerdotes).
ResponderEliminarMons. Martínez echó al filósofo Seifert de un instituto de Granada porque se posicionó en contra de la herejía de Amoris laetitia, en concreto, porque Seifert negó que se puedan dar la comunión y absolución a los adúlteros con atenuantes (numeral 305, notas 336 y 351), y que aplicaron los arzobispos de la Región de Buenos Aires, con una carta confirmatoria del mismo Francisco, y el arzobispo de Malta Mons. Scicluna, entre otros.
Estamos ante un gravísimo momento histórico, quizás previo a la Gran Apostasía y el Anticristo, en que ésta YA NO ES la iglesia que asegura la continuidad con la de Benedicto XVI y Juan Pablo II hasta Pedro: es un ataque a la eucaristía, a Jesús-Eucaristía.
Amoris laetitia introduce la proposición o bien herética o bien próxima a la herejía ya dicha: comunión y absolución de adúlteros atenuados. Pues bien, se ha anunciado que este lunes día 25 saldrá la exhortación apostólica postsinodal al sínodo de los jóvenes, titulada "Vive Cristo, esperanza nuestra", que "puede ser" todo lo contrario de lo que proclama: ni Cristo, ni vida, ni esperanza.
En efecto, "puede ser" que la exhortación "Vive Cristo, esperanza nuestra", incorpore la exhortación "Amoris laetitia", tal como hicieron los documentos "Instrumentum laboris" y el "Documento Final" del referido sínodo de los jóvenes.
Esto sería un completo desastre, dado que por un lado, contestaria implícitamente a las Dubia sobre Amoris laetitia de forma herética, y de otro lado, apoyaría a todas las aplicaciones heréticas episcopales que se han hecho de ella:
--- Jóvenes, la familia y el matrimonio ¡qué lindos que son!. Dios dijo "no cometerás adulterio", pero si me lleváis un buen argumento atenuante, yo os digo que podéis casaros 1, 2, 3 y todas la veces que deseéis, y podréis comulgar y ser absueltos".
Y finalmente, tendríamos dos documentos heréticos, inservibles del todo: Amoris laetitia (marzo 2016) y Vive Cristo, esperanza nuestra (marzo 2019). Se está, pues, a la espera.
VIRTELIUS TEMERARIUS, demasiado largo su relato, no se canse y espere resultados en las proximas Elecciones y tranquilo, si somos Democratillos tenemos que aceptar los resultados.
ResponderEliminarNo es jugar limpio, querido Vurtellius, atribuirme a mí una posición en la que usted se mueve magistralmente en ese desmenuzamiento ponderado y sólido de unas declaraciones ¿sólo desafortunadas o también malévolas?. Porque ese es el quid de la cuestión. No me gusta hablar ut in pluribus que decían los clásicos, es decir, metiendo a todos en un mismo saco, sean obispos o futbolistas de tercera regional. De hecho no conozco personalmente nada más que al de sant Feliu, a quien guardo un alto aprecio y cariño, además de agradecimiento y más desde que la enfermedad se cebó en él. Lo que no obsta para que determinados comportamientos suyos me parezcan faltos de vigor, como su manga anchísima con el clero contrario al evangelio, por culpa del separatismo y sus formas sectarias (cooptación de determinados cargos de alcance pastoral, problemas de Montserrat, de ellos y ellas, cerrazón ante las necesidades doctrinales de la mayoría de sus fieles, etcétera que he denunciado más de una vez).
ResponderEliminarCon el resto de obispos vivos no he tenido ninguna relación. No se han perdido nada y quizá yo mucho. Salvo, como he expresado más de una vez, con Novell, por escrito, en concreto por e-mail. Hasta que él decidió cortar porque no había forma de apearle de su mantra: jo estarè sempre amb la declaració dels bisbes de Catalunya. Se refería a Arrels. No se atenía a la doctrina social de la Iglesia, ni a la Mater et Magistra, ni a la pacem in Terris, ni a las declaraciones de la Conferencia Episcopal Italiana, ni a los discursos de Juan Pablo II. Arrels, uno y trino. Puede desmentirlo, por supuesto, y hacer públicos los correos si tiene a bien.
Por ello infiero que no es cuestión de falta de formación sólo, sino de mala voluntad: conocida la doctrina negarse a seguirla y esgrimir una jerarquía de valores donde Dios, la vida o el hombre queden muy por debajo de la naciò, els arrels, el poble, el tarannà y la madre que los parió.
Lo del granadino se asemeja mucho al vituperado por los suyos en Berga. Son problemas de equilibrio, de desquiciamiento. Ese desquiciamiento que no repara en ofender a la misma doctrina que dice defender. Por eso cuando se muestran eruditos hacen una extraña interpretación de los hechos que sólo cabe en una cabeza desarbolada.
Las declaraciones del arzobispo Pujol, las del arzobispo Martínez, las seudomediaciones de Omella y veintemil intromisiones espúrias en política hacen mucho daño a la Iglesia, desde mi punto de vista. No obedecen a un esquema mental vertebrado, sino a a manifestaciones de quienes han perdido la sindéresis.
Muy claro su texto, Virtellius. Enhorabuena. Yo sí me he dejado seducir por su canto, sin equipararme con el desafortunado Ulises. Uno no cree en Itaca, porque sólo existió en la mente del bardo.
Ojo con VOX hay detrás la sociedad secreta mejicana El Yunque.
ResponderEliminarExcelente programa de investigación de una periodista de EITB:
https://www.eitb.eus/es/television/programas/360-grados/vox-santiago-abascal/videos/
A veces no todo lo que reluce es oro.
A la ETB no le importaba el nacional-bolcheviquismo de ETA, ni e nazismo del PNV, (8 apellidos vascos es pureza de sangre, que por cierto Cristo no pasa ni San Pedro, ni la Virgen...)
EliminarLa ETB le ha dado igual la masonería en el PSOE...
Venga ya, a otros con esas historias.
Calumnia que algo queda.
EliminarCada vez estoy más convencido de que el instrumento principal del despliegue del Apocalipsis es la crisis epistemológica. Ahí es donde creo que el Diablo nos la ha mentido más camuflada. La vieja división social entre los que pensaban de un modo o de otro, se empieza a transmutar entre los que piensan y los demás. Entre los que intentan observar y razonar la realidad de las cosas (conscientes de nuestro límite y de que es la Verdad que nos posee a nosotros y no al revés) antes de posicionarse, y aquellos que se limitan a esgrimir los eslóganes que encuentran en el manual de instrucciones del posicionamiento que han elegido a priori.
ResponderEliminarY últimamente detecto en los ambientes católicos, (de los que hasta no hace mucho podíamos llamarnos fieles al Magisterio de la Iglesia) un énfasis notable del ejercicio de la fortaleza en detrimento de sus virtudes hermanas, la justicia, la prudencia y la templanza. Y, a mi juicio, ni siquiera se puede alcanzar la verdad (el grado imperfecto de verdad que corresponde a nuestra naturaleza humana) sin el socorro de la mansedumbre. En qué nos diferenciamos de los podemitas indignados si no moderamos nuestro apetito de ira?
Reducir del catolicismo a una ideología es pegarse un tiro en el pie. La ideología católica, en cuanto a ideología (id est, pensamiento autónomo que se ha desligado de la realidad) es casi igual de mala que las demás. Aunque sea la mejor interpretación del mundo porque surge de la misma fuente que lo ha creado, esa misma fuente, cuando se revela encarnándose no nos dice "mi doctrina es la Verdad" sino "YO soy la Verdad". Sin Cristo ni siquiera el cristianismo se aguanta...
En ese sentido, cada vez temo más a los ortodoxos heteroprácticos, fidelísimos a la Doctrina de cintura para abajo pero que se abandonan al orgullo, sin ni siquiera notarlo, de mente para arriba…
No cree que los cristianos llevamos demasiados años practicando la prudencia? O la cobardía ? En cuestión de pocos decenios, la sociedad española se ha vuelto pagana, sin que la Iglesia se haya inmutado por ello.
EliminarJo he trobat interessant aquesta crítica al que ha dit aquest arquebisbe de Granada des del cantó ideològicament conservador. Un dels problemes polítics a Espanya és que les diferents opcions políticament de dretes cada cop difuminen més les seves diferències.
ResponderEliminarhttps://www.religionenlibertad.com/opinion/137064066/Un-obispo-se-mete-en-politica.html
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
ResponderEliminar"Las declaraciones del arzobispo Pujol, las del arzobispo Martínez, las seudomediaciones de Omella y veintemil intromisiones espúrias en política hacen mucho daño a la Iglesia..."
ResponderEliminarEn efecto, porque demuestran un partidismo de la Iglesia a favor del independentismo en dificultades procesales.
Yo votaré a VOX. Como Católico tengo derecho a que paren el acto MACABRO que quieren PERPETRAR con el Caudillo !
ResponderEliminarEste pobre arzobispillo cualquiera diría que tiene trastorno bipolar. Hace años escribe un libro por cierto bien, explicando la Epístola de San Pablo sobre hombres y mujeres y sobre lo que es un matrimonio cristiano, consecuencia de ello fue una brutal campaña de feminazis, progretas del tres al cuarto y sinvergüenzas que pretenden vivir del erario público para volvernos tarumbas con las ideologías de género y sus peculiares ideas de vivir el mundo al revés.
ResponderEliminarTodo eso no busca más que el trasvestismo de una sociedad y la ingeniería social a ser unos burros, a no pensar. Dicho esto mucho ha cambiado el arzobispo de Granada, o cree que por no presentarse radicalmente a favor de lo que la Iglesia siempre defendió le va a librar de la que está cayendo.
El problema que tiene es que tiene que ser un pelotillero con los que mandan, no se lo vayan a cargar de joven. Si no porque esa estupidez de ponerse a ser un forofo de Amoris Leticia, si no es por la metedura de pata del Papa que se dedicó a llamar a alguien sin estar seguro que lo que acusaba era cierto y así quedar bien ante el mundo y poder decir que hasta que llegó él no se luchaba contra la pederastia, cuando ahora vemos que todo lo contrario (lo ve hasta un ciego y los fieles también, si no miren la Plaza de San Pedro). Tras tirarse al suelo pidiendo perdón y haciendo semiteatro, mediante el miedo le han doblegado y me recuerda la escena del pobre hombre marido de la señora Bonanceux de los Tres Mosqueteros, cuando el cardenal le llama amigo mío y le da tres monedas, besa el anillo de Su Eminencia, y sale corriendo a dar voces a la calle diciendo que bueno es Richeliu que tras excarcelarlo me ha llamado su amigo. Que poca hombría por sentarse en una cátedra para no enseñar nada, que obispos más cortos de mente, cobardes,tiralevitas.