Y nadie se había enterado
En la tertulia del programa Els Matins de TV3 del pasado martes se produjo un debate sobre el candente asunto de la pederastia clerical en Cataluña, en el que comparecía Josep Torrens, el último de filipinas de la otrora combativa Església Plural. No voy a hablar hoy de la mugre de los abusos a menores, ni de lo debatido acerca de ella, sino del sorprendente hecho que sucedió al finalizar la tertulia, cuando la presentadora se dirigió a Torrens y le manifestó que, cuando lo llamaron para participar en el debate, se enteraron de que Església Plural se había disuelto.
La respuesta de Torrens no tuvo desperdicio. Paso a transcribir su mayor parte:
“El proyecto Església Plural se inició en 2001 para dar voz a todas las personas que trabajaban por la renovación de la Iglesia. Fue un referente del sector progresista, pero poco a poco se han venido dando cuenta que esos sectores progresistas eran cada vez más insignificantes, entre otras muchas cosas porque después de los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, la obscuridad que se vivió dentro de la Iglesia afectó a muchas personas y esas personas comprometidas se fueron de la Iglesia”
“Se nos moría la gente, otros estaban cansados y al final solo quedamos dos o tres personas”
“Empezamos un año de consultas, toda la gente con la que hablábamos creía que Església Plural tenía que seguir, pero en ningún caso conseguimos que nadie se comprometiera a incorporarse a nuestro equipo de trabajo”
“En este momento la gente que permanece en la Iglesia es de un perfil conservador, tradicional. Lo hemos visto en la reacción de la base de la Iglesia con el papa Francisco. Muchos postulados de este papa eran nuestros postulados, teníamos una oportunidad de oro y la gente no se ha enganchado”.
Es de justicia reconocer la honradez y sinceridad de Josep Torrens, al admitir que Església Plural se ha disuelto por falta de efectivos. La misma falta de efectivos que atenaza al sector progresista eclesial, antaño llamado la base. Cual bien reconoce Torrens, ahora las bases son otras, de perfil conservador y tradicional, mientras que en el otro campo se agolpan las bajas por fallecimiento, enfermedad, decrepitud, cuando no el abandono de la fe, sin que el papa Francisco haya supuesto para ellos ningún tipo de motivación especial.
Quedan un sinfín de grupúsculos, de tamaño infinitesimal, en Cataluña todos subvencionados, pero con el mismo futuro y las mismas carencias de las que nos habla Torrens, cual puede verse en la foto que reproduzco de un acto de este sábado de Cristianisme al Segle XXI, correspondiente a una conferencia del padre benedictino Bernabé Dalmau. Al menos, Església Plural había tenido la decencia de renunciar a cualquier tipo de subvención y criticar los miles de euros que repartía la Generalitat mediante la Dirección General de Asuntos Religiosos. No sabemos si esa independencia ha motivado que la noticia de la disolución haya pasado tan desapercibida, que ni tan siquiera le han dedicado un triste obituario, aquellos que antes vitoreaban sus campañas.
Las palabras de Torrens vienen a dar la razón a cuanto venimos repitiendo desde hace años en este portal. El nacional-progresismo eclesial es una especie en vías de extinción. Se está quedando sin feligreses y sin sacerdotes. Únicamente le quedan los medios de comunicación, que siguen concediéndole una audiencia y repercusión notablemente desproporcionada con la situación actual. Esa audiencia que, por ejemplo, le otorga TV3, cuando llama a Josep Torrens a una tertulia y tiene que escuchar por boca del propio Torrens como la asociación a la que dice representar ya no existe y que hace ya tiempo que solo quedaban dos o tres personas. Torrens nos contó un drama personal, pero los medios de comunicación (con Llisterri el de la gotera, a la cabeza) siguen anclados en un mundo que ya feneció y del que solo van quedando puras reliquias. Espurio periodismo que se aleja de la realidad.
Oriolt
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El avance de la sociedad, la economía que permite un nivel de vida donde lo que prima es la opulencia, el hedonismo, ha diluido toda religión. El catolicismo no sólo no encuentra la manera reorientar y atraer a los alejados. sino que que ve con impotencia como van marchándose de forma acelerada unos y otros, o sea los viejos y los desmotivados.
ResponderEliminarEsos denostados creyentes que se santiguan al entrar en el templo, que se confiesan, rezan el rosario, se arrodillan, que asisten a la eucaristía entre semana, esos que son tildados de antiguos y dogmáticos son los que van quedando y sostienen lo poco que permanece de la antigua Iglesia de los Santos Patriarcas.
El nacional progresismo eclesial catalán y barcelonés está condenado a la más absoluta irrelevancia, ya solo es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarNo ha dado ningún fruto de santidad, y sí mucho enredo y lío.
Muy mal por los obispos catalanes, porque debían de haber combatido este tipo de asociaciones y mientras han existido, han hecho mucho daño en el pueblo de Dios en forma de escándalo y confusión.
Se han disuelto pero le llaman de la televisión como representante de la Iglesia. Esto son y han sido los medios del régimen. Se inventan una realidad virtual que imponen a todos.
ResponderEliminarTambién habían perdido su razón porque, aunque no fuera por su causa, ya habían logrado su objetivo, a saber, el perfil progre de los dos arzobispos y su pastoral tras la jubilación de Carles. Lo han logrado en Roma, en Barcelona y en las sedes españolas más importantes como Madrid. ¿Para qué iban a seguir?
ResponderEliminarEsglésia Plural hic iacens
EliminarRIP
MMI - MMXIX
TRES HEUMADARIAS MISAS IN ALTARI CHRISTI
Los periódicos suelen aparentar que lamentan la desaparición de una cabecera con el estribillo habitual de que les duele el cierre del periódico X porque es recortar la libertad de expresión. Son lágrimas de cocodrilo, pues esperan que algo les llegue a ellos. Pero es bueno que la verdad se vaya haciendo la luz y que cuantas menos voces desorientadoras existan mejor para el mensaje.
ResponderEliminarQueda, muchísimo Oriolt, por desbrozar, por limpiar el campo de cizaña, escardar y roturar. Ante el escándalo de Montserrat, destapado solo en parte, han salido los monjes en tromba para reafirmar… la catalanidad del monasterio. Como suena. Como si eso les diera patente de corso para seguir cometiendo fechorías doctrinales y morales. El camino es largo.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarEs menos difícil gestionar una iglesia medio en ruinas que la amplia ruindad de quienes promueven la ruina. Roguemos por ellos y por ellas, por que amén de deponer cáscara y máscara, cuenten sus días por reparaciones de cuanto mal hayan laborado y tengan la gallardía de dar la cara y mirar de frente tras tiempo vasto de haber dado la espalda.
ResponderEliminarLA LEY DE LA INERCIA
ResponderEliminarLo más grave de esta Iglesia progre (y en Cataluña, naci-progre) es que los obispos, totalmente inertes, siguen manteniendo una curia y una estructura de poder diocesano (seminario incluido) que se puso en marcha hace medio siglo; y no se han enterado de que en ese medio siglo la Iglesia viva ha dado un vuelco.
Pero los obispos no se han enterado (¡y el Vaticano, tampoco!), y siguen gobernando (es un decir) para el sector más apagado y decrépito de la Iglesia, sin querer enterarse (porque eso les obligaría a pensar y a actuar) de que en sus diócesis florece una dinámica muy distinta, la que se ha dado en llamar "germinante". ¿Y hasta cuándo durará la inercia? ¡Ni se sabe! Ahora, con la dimisión del pobre Jaume Pujol (no entendió que su responsabilidad era evitar que los abusos fueran a más, ¡evitar que duraran 30 años!), lo único que podemos esperar es que le sustituya otro obispo proclive al compromiso independentista de la Iglesia y de hechuras progres. ¿Y la realidad de la diócesis? ¡Qué más da!, es la ley de la inercia.
Esperemos que no hayan más BARBARIDADES en Tarraco, por Dios!!!
EliminarAlbricias !!! Pan de Madagascar !!!
ResponderEliminarEnorabuena M.C.ESPAÑOL!
EliminarCon referencia al artículo de Arran de hoy, que se vaya pereparando el obispo de Solsona. En el momento que no vaya a favor de los indepes, irán a por él. Y lo tendrá más que merecido por no mantenerse al margen de la política en su diócesis. Quién lo iba a decir, van en contra de los que han puesto la iglesia al servicio de la política. San José, danos sacerdotes santos.
ResponderEliminarOsoro no es "progre" ni lo ha sido nunca. Osoro es más bien un "centrista", que sobre todo busca mantener el "statu quo". Respetuoso con la religiosidad popular (que los verdaderos "progres" siempre detestaron), poco dado a reprimir la heterodoxia, pero también poco dado a audacias teológicas (todo lo contrario que los verdaderos "progres"), levemente crítico pero sin meterle el dedo en el ojo a nadie y buscando contentar a todos o al menos no cabrear excesivamente a alguien. El problema es, y Osoro lo está sufriendo en sus carnes, que esto, que funcionó más o menos bien durante lo que pudiéramos llamar la "pax wojtyliana" ya no sirve, y lo que se está consiguiendo es cabrear a todos y no dejar contento a nadie.
ResponderEliminarSincero es este personaje cuando dice que la base social del catolicismo es hoy la que es. Los demás se han alejado incluso ellos que perdieron la Fe pero dónde iban a ir ya, si no a quedarse viviendo del cuento y protestando dentro cuando lo normal es que se hubieran largado o los hubieran echado. Preocupados de la política de la más rastrera, en la idolatría de la Nación, en la Teología de la Liberación, en la sociología o en el psicoanálisis de Freud se olvidaron de Dios y teniendo en su boca todo el día la palabra Evangelio pues sólo ellos creen que lo siguen se permiten decir qué es evangélico y que no lo es.Un conjunto de viejos decrépitos medio desquiciados que tuvieron una excelente formación y pudieron aportar mucho al conjunto de la Iglesia y que todo lo tiraron por la borda, cosa de la que Dios les pedirá abundantes cuentas.
ResponderEliminarDe paso es sincero y hace un análisis de la Iglesia cuando dice que el Papa Francisco que era su alegría no engancha con el catolicismo, exacto, engancha con los enemigos del catolicismo de fuera y de dentro pero no con los fieles católicos, ni más ni menos y de ahí vienen los problemas en los obispados con obispos tibios, acomodaticios y trepas como es el caso de Osoro en Madrid.
JUAN NADIE
ResponderEliminarResulta extraño ver a un señor como Torrens reconocer algo obvio, y que no se engañe a si mismo como hacen tantos. Los que quedan en la Iglesia son los de siempre, los que el llama conservadores, y que yo llamaría consecuentes. Todos esos que han pensado que se pueden hacer una religión personalizada o a la carta, si no reciben una subvención o algún tipo de beneficio material, acaban dejando todo, el grupo y por supuesto la iglesia.
Yo le animaría a Sr. Torrens a pensar un poco mas.¿Porque se han quedado sin base, sin gente que les siga? Pues porque para seguir una religión descafeinada e irreal, construida o mejor dicho deconstruida por hombres, para eso es mejor no perder el tiempo. Decía el refrán, que donde no hay harina todo es moina. A nivel religioso podemos decir, que donde no hay Gracia, todo acaba siendo vacio.
No se trata de que como piensa Torrens o sus amigos o de como pensamos los que el llama conservadores. Se trata de buscar la verdad, la de Cristo, la del Magisterio y la Tradición. Si pretendemos cambiar eso, vamos al vacio aquí y a algo peor allí.
Tal dia fará un any
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