Querida Madre Santísima, Protectora y Madre de todos, toma a tu cargo a los niños no nacidos del mundo. Otorga a los corazones de todas las madres un especial y generoso amor por sus hijos no nacidos, y dales el entendimiento de que toda vida es dada por Dios. Cambia los corazones de aquellos que están en los gobiernos para que vean que no deben permitir la matanza de los no nacidos. Sé Tú nuestra abogada ante el trono de Dios, Querida y Bendita Virgen María. Amén
Esperemos que la Sagrada Familia no sólo sea una fuente y máquina de recaudación anual de 20 millones de euros (para la Iglesia y el Ayuntamiento "que vol sucar"), sino también un templo, que además de expiatorio, sea asimismo de la Vida, Familia y Matrimonio y Educación de los hijos, y en especial, para dos ámbitos:
1.- los niños no nacidos, que serían los Santos y Mártires Niños Inocentes, y
2.- los ancianos y enfermos eutanasiados y suicidados mediante asistencia médica (y quizás también los niños recién nacidos), que sin tener un pecado mortal, es decir, sin perfecto conocimiento y consentimiento, son o bien los Santos Inocentes Mártires de la Cultura de la Muerte o bien Benditas Almas del Purgatorio.
...
3.- Para el caso de la Familia y el Matrimonio, y la Educación de los Hijos, sería para proteger de la Ideología de Género y de la Filosofía del Relativismo Moral.
...
Así se cumpliría uno de los sueños de Juan Pablo II: tener un foco espiritual, como lo representa la capital espiritual y el centro de peregrinaje de Chestokova para Polonia (y Guadalupe para Méjico), para combatir los planes del demonio en tres grandes ámbitos:
I. Cultura de la muerte
II. Relativismo moral
III. Ideología de género
Y además, se vería realizado otro sueño de Benedicto XVI, que es la defensa de los cuatro principios innegociables para los católicos en la vida pública:
a) Vida b) Familia c) Educación de los hijos d) Bien común
Igualmente, sería la corona de los mejores documentos de Pablo VI, Humanae vitae, y Juan Pablo II, Evangelium vitae y Veritatis splendor.
Finalmente, sería la puesta en práctica de otro sueño de Benedicto XVI:
i/ Combatir el ateísmo e islamismos radicales ii/ Proporcionar pensamiento y acción para una democracia según Jesús
Las agresiones a la infancia, una lacra cuya historia corre paralela a la del hombre, han adquirido en tiempos recientes un refinamiento especial apoyado en la técnica. Muchas culturas sacrificaban a los niños con defectos, los pequeños como objeto sexual no son cosa introducida por homosexuales de hoy, en el mejor de los casos las inclusas han dado nombre a una buena fracción de la humanidad, reflejada en los apellidos (Expósito, Santamaría, Sanjosé,etcétera), las congregaciones religiosas dedicadas a la caridad se ocupaban en muy extensa medida de los infantes explotados en fábricas y minas o arrojados a los arrabales por la industrialización o la miseria. Los niños desprotegidos aparecen en las páginas de la literatura (Lazarillo, Novelas Ejemplares) y en los cuadros de pintores (de Velázquez a Solana). Los niños soldados son la postrera expresión de una deshumanización cruel. La maldad del hombre, en efecto, sea consagrado o libertino, no tiene límites. Una maldad que ahora se intensifica en las familias desestructuradas, en las familias rotas. ¿Cuántos niños acuden a los hospitales con señales de malos tratos?
So capa de ciencia y técnica, de progreso, el infanticidio se ha introducido hoy en las capas más elevadas del poder eclesial, que no de la Iglesia santa. Muy pocos obispos hablan hoy del aborto. Muy pocos teólogos se esfuerzan en armas una doctrina coherente sobre el derecho a la vida desde la concepción. Desde Roma no soplan, hemos de reconocerlo, vientos favorables. Más bien hay un despiste preocupante en santa Marta. Las formas actuales del aborto se envuelven en un celofán de tecnicismos --preembrión, embrión, línea germinal, viables no viables, potenciación, embriones supernumerarios o sobrantes-- que velan la realidad desnuda: la manipulación del no nacido o su sacrificio tout court.
Hoy más que nunca se necesita una Humanae Vitae. Pero no es esa la tendencia que impera en las esferas, repito, del poder eclesial. Pobres niños nonatos que tienen un herodes en su propia casa, en su propio templo.
Curiosamente, en Roma, por la noche, mujeres con sus hijos conseguidos en relaciones adulterinas, iban con esclavos provistos de antorchas para abandonar sus hijos ilegítimos extramuros de Roma (tenían derecho al abandono dentro de un plazo muy breve, me parece que tres días), y, por otro lado, además iban mujeres estériles para recoger el mejor niño recién nacido que aún estaba vivo e íntegro, para así dar a su marido descendencia y evitar así el divorcio por esterilidad, y por tanto, la pérdida de la casa; también el derecho lo protegía, pues los niños era res derelicta, cosa abandonada sin propietario, y el primer ocupante, por posesión material, adquiría la propiedad del objeto sin dueño (es este caso, un niño recién nacido). Todo se aprovechaba: el desecho de unas era adquirido por otras.
El ius vendendi y el ius vitae nescique, el derecho del paterfamilias a vender previa exhibición y venta en pública subasta, o a matar al recién nacido si observaba alguna tara, defecto o ilegitimidad, coexistía con los derechos anteriores de las mujeres, derecho al abandono (derelictio) y derecho a la apropiación (occupatio) de cosas derelictas (corpus derelictionis).
Es más, existe en las normativas de muchos países una suerte de carta blanca para el diagnóstico preimplantacional y que, en el colmo del cinismo, se supone que es una medida ética. Se trata de analizar los embriones obtenidos por fecundación in vitro, es decir, someterlos a rastreo genético e implantar en el útero materno aquel embrión que haya superado los estándares genéticos, es decir, sin trisomías, ni mutaciones génicas que produzcan alteraciones o enfermedades. El resto de embriones es "rubbish". Aducen, moralistas católicos como los del Borja incluidos, que así se evita el aborto. El Instituto Borja, cuya doctrina publicada es rubbish, basura, palabra que oiremos en la cabina del avión cuando pasa la azafata con la bolsa de recogida de desperdicios, papeles, vasos. Eso es para ellos el feto abortado: rubbish.
Esperemos que la Sagrada Familia no sólo sea una fuente y máquina de recaudación anual de 20 millones de euros (para la Iglesia y el Ayuntamiento "que vol sucar"), sino también un templo, que además de expiatorio, sea asimismo de la Vida, Familia y Matrimonio y Educación de los hijos, y en especial, para dos ámbitos:
ResponderEliminar1.- los niños no nacidos, que serían los Santos y Mártires Niños Inocentes, y
2.- los ancianos y enfermos eutanasiados y suicidados mediante asistencia médica (y quizás también los niños recién nacidos), que sin tener un pecado mortal, es decir, sin perfecto conocimiento y consentimiento, son o bien los Santos Inocentes Mártires de la Cultura de la Muerte o bien Benditas Almas del Purgatorio.
...
3.- Para el caso de la Familia y el Matrimonio, y la Educación de los Hijos, sería para proteger de la Ideología de Género y de la Filosofía del Relativismo Moral.
...
Así se cumpliría uno de los sueños de Juan Pablo II: tener un foco espiritual, como lo representa la capital espiritual y el centro de peregrinaje de Chestokova para Polonia (y Guadalupe para Méjico), para combatir los planes del demonio en tres grandes ámbitos:
I. Cultura de la muerte
II. Relativismo moral
III. Ideología de género
Y además, se vería realizado otro sueño de Benedicto XVI, que es la defensa de los cuatro principios innegociables para los católicos en la vida pública:
a) Vida
b) Familia
c) Educación de los hijos
d) Bien común
Igualmente, sería la corona de los mejores documentos de Pablo VI, Humanae vitae, y Juan Pablo II, Evangelium vitae y Veritatis splendor.
Finalmente, sería la puesta en práctica de otro sueño de Benedicto XVI:
i/ Combatir el ateísmo e islamismos radicales
ii/ Proporcionar pensamiento y acción para una democracia según Jesús
Las agresiones a la infancia, una lacra cuya historia corre paralela a la del hombre, han adquirido en tiempos recientes un refinamiento especial apoyado en la técnica. Muchas culturas sacrificaban a los niños con defectos, los pequeños como objeto sexual no son cosa introducida por homosexuales de hoy, en el mejor de los casos las inclusas han dado nombre a una buena fracción de la humanidad, reflejada en los apellidos (Expósito, Santamaría, Sanjosé,etcétera), las congregaciones religiosas dedicadas a la caridad se ocupaban en muy extensa medida de los infantes explotados en fábricas y minas o arrojados a los arrabales por la industrialización o la miseria. Los niños desprotegidos aparecen en las páginas de la literatura (Lazarillo, Novelas Ejemplares) y en los cuadros de pintores (de Velázquez a Solana). Los niños soldados son la postrera expresión de una deshumanización cruel. La maldad del hombre, en efecto, sea consagrado o libertino, no tiene límites. Una maldad que ahora se intensifica en las familias desestructuradas, en las familias rotas. ¿Cuántos niños acuden a los hospitales con señales de malos tratos?
ResponderEliminarSo capa de ciencia y técnica, de progreso, el infanticidio se ha introducido hoy en las capas más elevadas del poder eclesial, que no de la Iglesia santa. Muy pocos obispos hablan hoy del aborto. Muy pocos teólogos se esfuerzan en armas una doctrina coherente sobre el derecho a la vida desde la concepción. Desde Roma no soplan, hemos de reconocerlo, vientos favorables. Más bien hay un despiste preocupante en santa Marta. Las formas actuales del aborto se envuelven en un celofán de tecnicismos --preembrión, embrión, línea germinal, viables no viables, potenciación, embriones supernumerarios o sobrantes-- que velan la realidad desnuda: la manipulación del no nacido o su sacrificio tout court.
Hoy más que nunca se necesita una Humanae Vitae. Pero no es esa la tendencia que impera en las esferas, repito, del poder eclesial. Pobres niños nonatos que tienen un herodes en su propia casa, en su propio templo.
Curiosamente, en Roma, por la noche, mujeres con sus hijos conseguidos en relaciones adulterinas, iban con esclavos provistos de antorchas para abandonar sus hijos ilegítimos extramuros de Roma (tenían derecho al abandono dentro de un plazo muy breve, me parece que tres días), y, por otro lado, además iban mujeres estériles para recoger el mejor niño recién nacido que aún estaba vivo e íntegro, para así dar a su marido descendencia y evitar así el divorcio por esterilidad, y por tanto, la pérdida de la casa; también el derecho lo protegía, pues los niños era res derelicta, cosa abandonada sin propietario, y el primer ocupante, por posesión material, adquiría la propiedad del objeto sin dueño (es este caso, un niño recién nacido). Todo se aprovechaba: el desecho de unas era adquirido por otras.
EliminarEl ius vendendi y el ius vitae nescique, el derecho del paterfamilias a vender previa exhibición y venta en pública subasta, o a matar al recién nacido si observaba alguna tara, defecto o ilegitimidad, coexistía con los derechos anteriores de las mujeres, derecho al abandono (derelictio) y derecho a la apropiación (occupatio) de cosas derelictas (corpus derelictionis).
Eso se llama igualdad.
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con Vd., sr. Valderas.
ResponderEliminarEs más, existe en las normativas de muchos países una suerte de carta blanca para el diagnóstico preimplantacional y que, en el colmo del cinismo, se supone que es una medida ética. Se trata de analizar los embriones obtenidos por fecundación in vitro, es decir, someterlos a rastreo genético e implantar en el útero materno aquel embrión que haya superado los estándares genéticos, es decir, sin trisomías, ni mutaciones génicas que produzcan alteraciones o enfermedades. El resto de embriones es "rubbish". Aducen, moralistas católicos como los del Borja incluidos, que así se evita el aborto. El Instituto Borja, cuya doctrina publicada es rubbish, basura, palabra que oiremos en la cabina del avión cuando pasa la azafata con la bolsa de recogida de desperdicios, papeles, vasos. Eso es para ellos el feto abortado: rubbish.