Cuando el pobre cardenal protodiácono, que Dios lo tenga en la Gloria, exhibiendo todo su plumaje multicolor, salió al balcón a proclamar “Habemus Papam”, aquella escena surrealista me estremeció hondamente. Aquello lo viví como un mal presagio, como un pésimo presagio. Y todavía no me he curado de aquella negra impresión, por cierto cada vez más extendida y comentada entre los analistas. Pero cuando me tropiezo estos días con la respuesta del papa Francisco al demoledor informe de Pennsylvania y al no menos demoledor de monseñor Viganó, un sudor frío me llega hasta los tuétanos. El silencio del Papa me desazona profundamente. Porque la enorme importancia de su Carta al Pueblo de Dios no estriba en lo que dice, sino en lo que calla; y en lo que callando, niega. ¿Habemus? ¿Quiénes? Y cuando vuelvo a pasar la película y me fijo en la desconcertante escena, comprendo el sentido premonitorio de la profunda desazón que me causó aquel nefasto anuncio. Era eso, era la triunfal proclamación de que “ellos” tenían Papa: ellos tenían el Papa. El Papa era de ellos, y por eso podían proclamar triunfantes: Habemus Papam.
Al Papa Francisco le conocemos mucho más por lo que no dice, por lo que silencia, que por lo que dice: tan irreflexivamente dice algunas cosas, que luego han de salir a torear el morlaco todos los intérpretes áulicos. Porque si no mediasen complejísimas interpretaciones, podríamos entender cualquier cosa, que redundaría en desdoro de la cátedra de Pedro. Claro que los silencios también son interpretables; pero ahí están, tan evidentes como sus palabras. Y no, nadie sale a interpretar sus estrepitosos silencios. Y éstos también los proclama urbi et orbi; así que a estas alturas de su pontificado, nadie se engaña ya respecto a su posición en los grandes conflictos que tienen convulsionada a la Iglesia. Por ejemplo, ahí están los dubia durmiendo el sueño de los justos. Ni se dignó responder, ni lo hará. Con lo que la Amoris laetitia se ha convertido en clara imagen de la confusión tan propia de este pontificado. Nuevo ejemplo: no hay absolutamente nadie que no haya caído en la cuenta de que en la Carta al Pueblo de Dios, una carta “urgente” en respuesta al informe de la Corte Suprema de Pennsylvania sobre los abusos de pederastia cometidos por el clero católico durante 70 años, en esa Carta el Papa pone el máximo cuidado en no nombrar para nada la condición de homosexuales de la práctica totalidad de los que cometieron esos delitos. Es decir que en esa Carta el Papa pone un cuidado extremo (casi de tácita proclamación dogmática) en no vincular la pederastia con la homosexualidad. Tanto cuidado pone, que ni la nombra.
Hay una diferencia abismal entre el escándalo que se produjo al ser acusado el papa Benedicto XVI de encubrimiento de sacerdotes, obispos y cardenales pederastas, y el escándalo que por el mismo motivo está afectando al papa Francisco. La diferencia está en la procedencia de esas acusaciones. La acusación es la misma, pero no el acusador. Y esto lo cambia todo. Las acusaciones contra el papa anterior procedían de los enemigos de la Iglesia, defensores a ultranza de la homosexualidad y de la ideología de género, contra las que se había posicionado firmemente Benedicto XVI. Posicionamiento que no estaban dispuestos a perdonarle. Las acusaciones procedían pues, como confesaría el mismo papa Francisco, de gente de izquierdas incluso dentro de la Iglesia, es decir homosexuales (esa original identificación entre izquierda y homosexualidad asumida por el Papa Francisco, refleja con nitidez cuál es la verdadera entidad del problema).
Por el contrario, las acusaciones de encubrimiento homosexual y pederasta lanzadas contra el papa Francisco, proceden de la derecha, del sector conservador de la Iglesia. En estas acusaciones se añade la acusación de defender la homosexualidad en general, y también en la Iglesia: defensa por la que este singular pontífice se ha hecho acreedor de distinción y de grandes elogios por parte de los poderosos de este mundo.
Obsérvese que la gran diferencia y la clave del debate está en que la izquierda (la opción de “progreso”) desvincula totalmente la pederastia de la homosexualidad. Para la izquierda, mientras la pederastia es un crimen, la homosexualidad es una virtud, un derecho humano, algo santo, que nada tiene que ver con la pederastia. Por consiguiente la izquierda acusa a la Iglesia de la pederastia que han cometido sus sacerdotes, obispos y cardenales; pero en absoluto de la homosexualidad en que se han engolfado, porque la consideran un derecho humano que nadie está legitimado para cuestionar ni coartar. Ahí está la clave. Esa desvinculación de la homosexualidad respecto a la pederastia, es lo que nos permite entender por qué los medios que se ensañaron con Benedicto XVI con respecto a la pederastia, son sin embargo tan obsequiosos y comprensivos con el papa Francisco, cuando el delito es el mismo, y las circunstancias idénticas.
Sin embargo en las acusaciones que le llueven al papa Francisco, que proceden de la odiosa derecha, de la facción conservadora de la Iglesia, se mezclan la pederastia y la homosexualidad como inseparables, como dos aspectos de un mismo problema. Ésa es la gran diferencia: la condena de la pederastia y la homosexualidad en un solo paquete por parte de la facción conservadora; frente a la condena de la pederastia totalmente desvinculada de la homosexualidad por la facción progresista. Y sí, claro, en la Carta al Pueblo de Dios, el papa Francisco desvincula, mediante su clamoroso silencio, la homosexualidad de la pederastia. Es tan evidente, que hasta suena explícito. Esto es tremendamente progresista, claro.
El problema de fondo, el auténtico problema al que nos enfrentamos, es que tal como en la izquierda no ven vinculación necesaria entre homosexualidad y pederastia, la derecha proclama que son inseparables; y que es la homosexualidad del clero, la principalísima responsable de los crímenes de pederastia de la Iglesia: más del 80%. Y es ahí donde tiene el papa Francisco el hueso más duro de roer. Porque él, como coherente hombre de izquierdas (“yo nunca he sido de derechas”), se niega a condenar inequívocamente la homosexualidad (remite al Catecismo, pero sin explicitar lo que en él se dice: que nunca puedan decir que han salido esas palabras de su boca, puro instinto jesuítico), buscando toda clase de evasiones y subterfugios para mantenerse fiel a su condición de hombre de izquierdas: manteniendo por tanto, como él mismo dice entender, que el progresismo y la homosexualidad son realidades tan inseparables que son una sola; y que por supuesto, nada tiene que ver la homosexualidad con la pederastia, crimen que condena sin matices y sin los subterfugios que emplea para no condenar explícitamente la homosexualidad. Porque hacerlo así, sería tanto como condenar al mismo tiempo, ¡Dios nos libre!, la ideología de izquierdas. Esto se presta muy poco a matizaciones.
Y ahora viene el momento de afinar un poco más en el análisis, que nos lleva a intuir que en conjunto el tremendo bombardeo que sufre el papa Francisco y que puede acabar con él, le viene de la derecha. Por supuesto le viene del bando conservador (los medios “imparciales” dicen que “ultraconservador”) de la Iglesia, el informe del arzobispo Viganó, ex nuncio de Su Santidad en EE.UU. Obviamente este alto cargo de la Iglesia maneja una información muy poco discutible en sus trazos esenciales. Pero también el informe del Tribunal Supremo de Pennsylvania tiene toda la pinta de que no trae su inspiración precisamente de la izquierda política. Pese a quien pese.
La clave del asunto está pues, en que mientras Benedicto XVI condenó sin titubeos la homosexualidad del clero por sí misma y por considerarla además la causa más poderosa de los crímenes de pederastia en la Iglesia, parece evidente de toda evidencia que el papa Francisco se empeña en condenar la pederastia preservando la santidad de la homosexualidad, cuyo discreto (y a veces no tan discreto) defensor se ha empeñado en ser: desde el “quién soy yo”, a la promoción de homosexuales a las más altas dignidades y responsabilidades de la Iglesia y a la piadosísima reflexión de que si te sale un hijo homosexual, has de acogerlo. Pero con el agravante de que a la Iglesia no le sale uno, sino que le salen a miles: y no es propiamente que le salgan, sino que los fabrica nada menos que en los seminarios. Y eso para Benedicto XVI es la clave del problema; no en cambio para el papa Francisco.
Es que estamos siendo víctimas de la identificación progresismo (es decir izquierdas) y homosexualidad. Una identificación que se produce primero en el mundo (en el mundo progresista, ser homosexual es un grado, un timbre de honor por tanto); y puesto que la Iglesia se ha propuesto “progresar”, modernizarse y ponerse al día a la par del mundo, he aquí que de la mano del progresismo (¡cuántos, cuántos, cuantísimos, creen que no se puede ser gente sincera de Iglesia, siendo conservador o de derechas), de la mano del progresismo, digo, le abren camino y hasta le ponen alfombra roja a la homosexualidad: en el mismísimo corazón de la Iglesia.
Es que si un buen cristiano ha de ser de izquierdas, auténtica plaga ideológica (puesto que hay principios de izquierdas frontalmente opuestos a la doctrina católica) no puede oponerse al mayor dogma actual del progresismo (tan sagrado como lo fue en su día el de la lucha de clases) que es la homosexualidad, como puerta de entrada a la ideología de género. Y un clérigo de izquierdas, por imperativo de su izquierdismo o progresismo ha de ser un defensor acérrimo de la homosexualidad no sólo teórica, sino práctica; con lo que la adscripción de un clérigo a la izquierda, le abre de par en par la puerta a la homosexualidad: no sólo a su planteamiento ideológico, sino también a su praxis. Y para que todos los eclesiásticos lleven esa práctica con serenidad de conciencia, he aquí que la Compañía de Jesús ha asumido la tarea de desarrollar una teología ad hoc, en perfecta sintonía con el “Quién soy yo”, y con la aceptación gozosa de todos los hijos homosexuales que le mande Dios a su Iglesia.
En efecto, el gran argumento del papa Francisco cuando a cuenta de la pederastia de la gente de Iglesia, se le pregunta por la homosexualidad en el clero, es que qué haces si te sale un hijo homosexual: ¿echarlo de casa? Pero claro, el caso es que a la Iglesia le han salido muchos miles de hijos homosexuales. Y también padres, claro está, que prefieren que sus hijos sean homosexuales como ellos. Pues sí, ése es el gran argumento del Papa Francisco en defensa de la homosexualidad en la Iglesia. De cara al mundo que desea que la Iglesia se le parezca todo lo posible, es un signo de normalidad que ésta piense y actúe de la manera que preconiza el papa Francisco. Y por supuesto, la Iglesia moderna ha de poner muchísimo cuidado en no incurrir en homofobia. El peor pecado en que puede incurrir hoy la Iglesia: un pecado que la izquierda no le perdonaría nunca. Está claro, ¿no?
Pero cuando llegamos al tremendísimo escándalo de la pederastia, desviación sexual que aún no ha terminado de blanquear el mundo, y se acredita con estadísticas en mano que más del 80% de los crímenes de pederastia son obra de homosexuales, el mundo no está dispuesto a perdonar a la Iglesia, por más que alabe su homosexualismo como una de sus más excelsas virtudes. Es decir que la homosexualidad es una de las virtudes que ha aportado la modernidad a la Iglesia; pero la pederastia que va ligada a ella, no quita ni un ápice de brillo a tan excelsa virtud de la Iglesia. Y claro, si ésta, para serlo de verdad, ha de ser de izquierdas, ha de abrir sus brazos con intensísimo amor maternal a todos los homosexuales que quieran dedicarle su vida. Y además conseguir el milagro de que la pulsión homosexual de los sacerdotes se detenga ante determinadas edades.
Los católicos (contando entre ellos sacerdotes y laicos) que siendo de izquierdas no ven con buenos ojos que la Iglesia se homosexualice, por ser esto incoherente con su fe religiosa, ceden sin embargo a su fe de izquierdistas (por lo visto, prioritaria), se dejan llevar por el absurdo respeto a la moderna teología homosexual (la versión eclesiástica de la mundana ideología de género tan universalmente respetada) y callan. El silencio es estremecedor. Y ahí, en ese clima de silencio, prosperan libremente la homosexualidad del clero y su fruto más corrosivo, la pederastia (tampoco hay para tanto, dicen también en la Iglesia, al final sólo es cuestión de edad. Por eso, el que corrompe seminaristas y para tenerlo más fácil vive en el seminario, sale totalmente indemne de toda acusación, porque al no ser menores los seminaristas, no incurre en delito de pederastia). Y el líder de los que callan prudentemente para no incurrir ante el mundo en delito de homofobia, es el mismo Papa (porque él nunca ha sido de derechas).
Y resulta que los buenos católicos de izquierdas, tan audazmente críticos con los papas anteriores (¡que no eran de izquierdas!), con el actual callan una barbaridad. Sólo levantan la voz cuando se produce una explosión mediática de los crímenes de la Iglesia, que no son ciertamente crímenes solidarios de todo el Pueblo de Dios, sino que han sido cometidos en su absoluta mayor parte por la poderosísima minoría homosexual de la Iglesia; que como tan diáfanamente revela Mons. Viganó, existe como tal y con una fuerza cada vez mayor. Una fuerza que en buena parte le viene de la inclinación del Papa hacia esa poderosa minoría: que por todo lo que se va sabiendo, jugó un papel determinante en su elección. Y como mandan las leyes universales, el elegido se debe a sus electores.
Y puesto que las cosas son como son, nos enfrentamos a otro gran problema, que es la red de complicidades que afiancen el silencio indispensable para sostener una vida tan proclive al delito. Es verdaderamente estremecedor, el papel que juega la “omertá” en ese cenagal: práctica propia de todos los que están envueltos en estas prácticas que, se diga lo que se diga, no son de alcoba, sino de armario, que requieren mayor discreción que las de alcoba. Y si ya la amenaza de revelar los secretos de alcoba constituye un chantaje capaz de mantener en silencio a la mayoría de gente, ¿qué decir de los secretos de armario?
Ésa es la novedad que representan las revelaciones de Mons. Viganó. Y lo más grave de esas revelaciones, es su argumento nuclear, según el cual la homosexualización de la Iglesia es la principalísima causa de la plaga de delitos de pederastia en que ésta se ha instalado en los últimos decenios. Ha ocurrido pues que un alto cargo vaticano ha roto el silencio impuesto por el terror (el castigo por oponerse a la jerarquía es la expulsión del estado clerical: tremendo castigo para el que está ahí por vocación) y se ha atrevido a poner el dedo en la llaga de la homosexualidad (y no explícitamente de la pederastia) como principalísima causa del estrepitoso derrumbe de la Iglesia.
Al final, el auténtico drama es que se ha enfrentado la poderosísima Iglesia homosexual a la tremendamente debilitada y desconcertada Iglesia Universal. Y si la alta jerarquía de la Iglesia persiste en la defensa (hoy tácita: “Quién soy yo”) de la homosexualidad y en la promoción del clero homosexual, el cisma será inevitable. Será ya la única catarsis posible.
Virtelius Temerarius
Un oportunísimo grito, carísimo Virtelius, en la ominosa noche del desastre doctrinal en que se encuentra sumida la Iglesia Católica. Años de un magisterio pontificio indiscutible, por sólido, nos acostumbraron a asociar Pontífice y sana doctrina, luz y orientación. No es la situación actual, por lo que, ante el desastre doctrinal de Francisco, hemos de cribarlo con la cautela el respeto que nos imponía tradicionalmente la sede de Pedro.
ResponderEliminarPero no me cabe ya la menor duda de que el servicio a la verdad pasa, inevitablemente, por desnudar la media verdad, o la mentira más absoluta, que nos viene de santa Marta y se extiende en los voceros de un pensamiento, no ya líquido, sino desastroso a secas.
He pasado unos días muy alejado del ruido patrio. A miles de kilómetros de distancia. Pero he leído con pavor la apología de las nuevas formas de familia de Francisco según Omella. O la inclusión en el Instrumentum laboris del sínodo la apreciación de la agrupación de lesbianas, homosexuales, transexuales, transformistas, etcétera. Andando el tiempo, o ya, líos abiertos (vulgo, tríos), líos con derecho a roce, zoófilos, etcétera. Son nuevas formas de familia.
Y a uno, a la postre, le importa un bledo ese lío armado por eclesiásticos con barragana o con efebos, siempre y cuando no lo propongan como modelo o situación ética. Buscar a Dios lo busca el ladrón, el asesino, el padre maltratador, pero no por ello merece abstracción de juicio. Lo que realmente le importa a uno es el descalabro doctrinal, es decir, no contestar la dubia, porque uno tiene la idea clara de que son demoledoras de la Amoris Laetitia. Lo que realmente le importa a uno es el descalabro de Francisco al aupar el Sínodo a la categoría eclesiológica de Concilio. Y no sólo está en esa senda, sino que lo ha proclamado, con su intención de acogerlo como doctrina oficial de la Iglesia.
No inquieta tanto la culpa o engaño insuperable que pudiera sufrir con las denuncias de Viganò del exponente máximo de la depravación en sus barbas, cuanto la voluntad de cambiar la doctrina. No es anécdota que el Vaticano lo eleve a la categoría de sucesor de Cristo. Nada menos, aunque ante las denuncias recibidas rectificase. Mal asunto cuando se rectifique porque uno le diga que la Trinidad es una relación ad intra. Y Cristo vive para siempre.
Eso es lo tremendo de Francisco: los errores doctrinales. Que reciba a bombo y platillo a tranformistas, con sus respectivos partenaires, sin mayor motivo que darlo a conocer, me parece asunto menor, no obstante su importancia, con respecto a otros asuntos más sustanciales que jamás íbamos a pensar que se diera: la inviolabilidad matrimonial, la justificación y la gracia, la ley natural como criterio de moral, etcétera.
Sr, Valderas,
EliminarA) Que Gérminans, usted y otros expertos afirmen "ad nauseam" (por usar una expresión de su gusto) y con tono doctoral que Francisco se equivoca no convierte su afirmación en automáticamente cierta.
B) Las discusiones teológicas son sin duda las más complejas que existen. Sobre un tema concreto caben diversas interpretaciones. Por ello, la prudencia y el respeto exigen no descalificar a quien opina diferente en el debate teológico, si como es de suponer, está actuando de buena fe.
C) Si es cierto que vd. puede presentarme argumentos para demostrarme los presuntos errores doctrinales del Papa, igualmente cierto es que yo puedo esgrimir argumentos de otros expertos igualmente doctos que demuestran precisamente lo contrario, esto es, que Francisco está aplicando de manera cristalina la doctrina tal como la ha recibido.
D) Puestos a elegir, el sentido común me aconseja dar como buena la opción de Francisco y desechar la de quienes mantienen lo contrario. Eso por dos razones:
- Primero, porque Francisco es el sucesor de Pedro.
- Segundo, porque desgraciadamente saltan a la vista algunos comportamientos poco morales de los que atacan a Francisco. Sin ánimo de extenderme: se ha demostrado que Viganò es un mentiroso manifiesto (me refiero al deplorable ardid de su hermano falsamente enfermo, tiene narices la cosa). En cuanto a Burke, el simple hecho de que fuese a ver, de tapadillo, al papa emérito a ver si le sacaba una desautorización contra Francisco... sobran los comentarios. Por último, el hecho de que expertos como usted, sr. Valderas, recurran sistemáticamente al insulto o a la más grosera descalificación para apuntalar sus argumentos, automáticamente me hace desconfiar. En definitiva, digo, se me hace evidente que quienes desean abatir a Francisco no andan de buena fe. Luego, ¿cómo me voy a fiar de ellos antes que de Francisco?
E) Lo de los dubia me recuerda inevitablemente a las tesis de Lutero colgadas en Wittemberg. Quiero decir, la forma de actuar de Burke et al. es lo más parecido posible al comportamiento de Lutero, el cual, por cierto, también era célebre por su facilidad por el insulto y las palabras soeces para defender sus argumentos.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallerdo. Lo de los tríos ZOOFÍLICOS lo ha bordado
EliminarNo me gusta responder porque el blog no es mío, y bastante hace Germinans con concederme libertad de manifestar mi opinión.
EliminarAbusando, pues, de la amabilidad de Virtelius, paso a responder a los comentarios de A. LLOPIS.
A) la certeza de una afirmación le viene de su conformación con la realidad. La certeza de una afirmación teológica le viene de su conformidad con la revelación. Eso vale lo mismo para Francisco que para el monaguillo.
B) y C) La complejidad de las discusiones teológicas no es mayor que la complejidad de las cuestiones filosóficas o científicas. De hecho suelen ser bastante más sencillas que los debates científicos de cierta altura, que requieren un conocimiento muy hondo de la matemática, hasta el punto de que muchas veces se pierde la referencia de la realidad física dado el aparato matemático necesario para explicarla. Las verdades no se dirimen por la autoridad de nadie, sino por la autoridad de los datos y la conexión de los mismos. Ojalá pudiera leer argumentos fundados que demuestren que determinados postulados y afirmaciones de Francisco son cristalinos y verdaderos.
D) La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. No es de recibo identificar la razón con la persona, salvo que uno abdique de su propio criterio y de los medios que la ciencia y la historia le ponen a su alcance. No es de recibo tampoco afirmar que quienes buscan la verdad ataquen a Francisco. No se ataca a Francisco, al menos en mi caso, por ser Jorge Mario Berdoglio, sino que se cuestiona o denuncia lo que afirma en puntos cruciales de la doctrina cristiana.
E) Evidentemente usted no ha leído los dubia ni ha leído a Lutero. Resulta ofensivo afirmar que Cafarra, un teólogo eximio, recuerda al promotor de la Reforma. Como demuestra no haber leído a Lutero, ni entender su doctrina soteriológica, colocarlo en situal destacado en la sede Pedro. ¿Critico al Papa? No. Me averegüenzo de esa incuria doctrinal en la sede de Pedro.
No olvide las palabras del Señor, si me permite. Yo soy el camino, la verdad y la vida. De hecho, es la Palabra encarnada. El que nos enseña al Padre. El que tiene palabras de vida eterna, que, a la postre, eso es lo único necesario.
Ay Llopis ,que mal encaminado le veo!
EliminarAL SEÑOR LLOPIS
EliminarLos cristianos, en la discusión "teológica" tenemos una enorme ventaja respecto a los científicos: no necesitamos ser sabios. Nos basta saber leer. Si el Evangelio, en palabras del mismo Cristo, declara la indisolubilidad del matrimonio (y además la describe con total precisión) (y por si acaso, ¿se ha fijado usted que es en defensa de la mujer?), ya puede usted hacerme dibujos lógico-sofísticos con la casuística de los divorciados vueltos a casar (acción frontal contra lo que manda Cristo). Y si es el Papa el que dice que el que ha abandonado a su mujer (ni siquiera se molesta en poner la barrera en el caso inverso) y se ha casado con otra, para la Iglesia es exactamente igual que el que se atiene a la indisolubilidad del matrimonio, pues lo siento mucho: yo no renuncio a mi capacidad de leeer. Y como lo que dice el Papa es distinto de lo que leo en el Evangelio, a mí me salen las cuentas que es el Papa el que se equivoca, y no el Evangelio.
Ahora, eso sí, si quiere darle la vuelta a lo que dice el Evangelio, no tiene más que nombrar una comisión de sapientísimos teólogos sagazmente elegidos por el Papa, y saldrá de esa comisión lo que el papa quiera. ¡Viva el Papa!
Se olvida una y otra vez que la homosexualidad la promueve el NOM con sus poderosísimos medios, por varias razones, sí, porque es un pecado, pero básicamente y sobretodo porque contribuye enormemente al descenso de la población mundial. Es la fórmula perfecta para su obsesión enfermiza, disminuir drásticamente la población del mundo, 9 de cada 10. Los t. útiles de la izquierda no se dan cuenta. Sirven a los Soros, Rockefeller, Rotschild, Hillary clinton, Kissinger... El día que lo descubran les coge un ataque. Antes les predicaban la lucha de clases entre obreros y amos, ni se percatan que esto ya ha pasado y que en su lugar la élite mundial les ha metido la lucha del género, o sea, el feminismo. La izquierda sirve a la todopoderosa élite mundial, al capitalismo más salvaje. Por favor, que alguien se lo explique.
ResponderEliminarNo solo reduce a la población, sino que también contribuye a la confusión de la sociedad, y además, a la mejor gobernación y sumisión de la misma, por parte de los grandes poderes establecidos.
EliminarSe crea una confusión individual y social, porque la sociedad se divide en cientos de absurdos géneros sexuales fluidos, que pueden cambiar dada vez que uno quiera, y por consiguiente, genera una fragmentación continua de la sociedad, y lo que es más importante e interesante, la separación de la educación de los padres en relación a los hijos, que queda en manos del Estado central, lo que hace que la sociedad y la persona sean más vulnerables a los grandes poderes, que establecen una anticientífica división social en función de unos inexistentes géneros.
Marco Tosatti, del blog Stilum Curiae, aliado directo de Viganò, dice en todos sus artículos, al final, la siguiente apostilla, dirigiéndose al Papa Francisco, siendo el del día 25 la siguiente:
ResponderEliminarHoy es el día 61º (hoy ya 62º) en el que el pontífice reinante [Francisco I] aún no ha respondido:
--- "¿Cuándo supiste que McCarrick era un hombre perverso, un depredador homosexual en serie?"
--- "Es verdad, o no es verdad, que Msgr. ¿Viganò le advirtió el 23 de junio de 2013?"
Joseph Fessio, sj:
--- "Se un hombre. Levántate y responde [Francisco I]"
.......
Desde que el 19 de septiembre del 2016, cuatro cardenales presentaron a Francisco 5 Dubia sobre la herejía de la comunión y la absolución de los adúlteros del Capítulo VIII de Amoris laetitia (firmada en San José del 2016), dos de ellos han muerto, y no se ha dignado ni a recibirlos ni a responderlos.
Francisco, tú has dejado pasar 767 días, es decir, 2 años, 1 mes y 7 días, sin contestar a las Dubia.
Anda, sé un hombre, levántate, ejerce tu deber petrino y contéstalas.
Basta de silencio. Ésta no es la Iglesia que soñó el corazón de Jesús.
........
El 20 de febrero del 2018, la Conferencia Episcopal de Alemania autorizó la comunión de los protestantes casados con católicos, dentro del documento
"Mit Christus gehen – Der Einheit auf der Spur.
Konfessionsverbindende Ehen und gemeinsame Teilnahme an der Eucharistie"
Ve con Cristo - La unidad como estímulo.
Matrimonios confesionales y participación conjunta en la eucaristía. (Traducción aproximada)
Han pasado 276 días, o sea, 8 meses y 6 días, sin haber prohibido expresamente la intercomunión en algunas diócesis de Alemania.
Venga, sé un hombre, ponte en pie, quita el escándalo y confusión del Pueblo de Dios y prohíbe definitivamente la intercomunión.
.........
Francisco podría hacer el sínodo de los 3+1 silencios: McCarrick, adúlteros, intercomunión y homosexualidad.
EliminarEl 22 de septiembre del 2018, Francisco autorizó la firma del Acuerdo Provisional secreto sobre el Nombramiento de Obispos Chinos.
EliminarEl Papa ha eliminado la excomunión a 8 obispos "patriotas", esclavos al gobierno comunista, ateo y corrupto chino, y ha creado una nueva diócesis en la provincia de Hebei.
El cardenal Zen, no obstante, ante la continua persecución del Gobierno comunista ateo chino, ha pedido a los verdaderos católicos que regresen a las catacumbas, a pesar del acuerdo concertado por Francisco con los ateos comunistas:
Cardenal Zen a los católicos fieles de China: «vuelvan a las catacumbas»
www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=33426
Han pasado 34 días, por tanto, un mes y 4 días, sin haber publicado el Acuerdo Provisional con los comunistas chinos, y sin haberlo anulado inmediatamente.
Nunca jamás ningún acuerdo con comunistas ateos, corruptos, antiderechos humanos, opresores, antidemócratas e imperialistas expansionistas.
Mira, Francisco, sé un hombre, yérguete en alto en tu Cátedra, ejerce de Pontífice de la Iglesia: publica hoy ya el Acuerdo Provisional, y anúlalo ipso facto.
Oiga hay una cosa que se llama ecumenismo...le suena? Significa buscar el lugar común , o sea cierta comunión ...sino le gusta a usted que los protestantes comulgen en iglesias católicas , lo tiene fácil...vayase con Lefevre y punto.
EliminarPues bien, si el cisma es inevitable, adelante con él. Ya están tardando. Tienen las puertas abiertas. Yo me quedo con el sucesor de Pedro.
ResponderEliminar... y yo con el que creó la sucesión de San Pedro: Jesús.
EliminarNo, hombre... ¡el sucesor de Cristo!
EliminarEl Papa, o está en unión con Jesús-Verdad o está fuera de la comunión.
EliminarEs evidente, para mí, que el artículo de hoy y los comentarios, caen en la herejía del NEOPELAGIANISMO.
ResponderEliminarEstos días estoy leyendo un libro casi inencontrable que recomiendo encarecidamente a todos, porque ilumina perfectamente lo que está pasando:
ResponderEliminarLos jesuitas..., de Malachi Martin(Plaza-Janés).También recomiendo porque tiene aspectos proféticos "Un jesuita rebelde", del padre José Ricart Torrens, que es una biografía del padre Piulachs.
Unas opiniones sobre el sínodo de los jóvenes:
ResponderEliminarMons. Grzegorz Ryś, Arzobispo de Łódź, Presidente del Consejo de la Conferencia Episcopal para la Nueva Evangelización (Polonia), contó que, "en este Sínodo mi actitud ha sido sobre todo el de escucha y de esto he aprendido mucho, por ello señalaré tres cosas que he aprendido en este Sínodo [en realidad son cuatro].
- Escucha
- Discernimiento
- Diversidad
- Evangelización
1º.-) ESCUCHA. El primero es el método, el de la escucha - indicó el Arzobispo de Łódź - no sólo la escucha mutua, sino también la escucha interior, escuchar a Dios y descubrir que Él nos habla por medio de nuestros hermanos Obispos.
2º.-) DISCERNIMIENTO. El discernimiento, es el segundo aspecto, y no sólo porque tenemos que hablar sobre qué cosa es el discernimiento, sino sobre todo forjar el discernimiento en el Sínodo, y esto lo aplicaré en mi diócesis.
3º.-) DIVERSIDAD. La diversidad es otro elemento, es el eje de este Sínodo - dijo Mons. Ryś - ya que no hay un sólo modelo de jóvenes, es imposible describir la juventud, son todos muy distintos.
4º.-) EVANGELIZACIÓN. Finalmente, la evangelización es importante, es necesario hacer conocer a Jesús, un Jesús concreto y real y también los valores cristianos como la familia y la fe". (Religión Digital)
Mi opinión:
La Iglesia tiene una respuesta única, universal, absoluta y perenne, los actos morales intrinsece malum per se semper et pro semper.
Sólo hemos de mirar el elemento objetivo y material del acto humano:
--- ¿Se ha divorciado y recasado y tiene relaciones con su nuevo cónyuge?
Si la respuesta es afirmativa, y dado que el adulterio es un intrinsece malum, nos fijamos sólo en los factores objetivos (relaciones sexuales adulterinas), y para nada nos interesan las cuestiones de culpa, responsabilidad e imputabilidad: tanto da si hay atenuantes o eximentes.
Al darse el componente material (relaciones sexuales), entonces automáticamente está excluido de la comunión, de la confesión con absolución y la extremaunción, hasta que desaparezca dicho constituyente objetivo (relaciones sexuales), porque el adulterio es un pecado intrinsece malum per se semper et pro semper.
Mientras tanto, nunca jamás quedan excluidos de Jesús-Misericordia (pero sí de Jesús-Eucaristía y de Jesús-absolución), sobre todo los que tienen atenuantes y eximentes, y pueden pedir el amor y el perdón a Jesús, más la gracia actual que les saque del pecado objetivo, aún careciendo de pecado subjetivo (eximente):
--- Jesús, yo no puedo, Tú sí, sálvame.
Excelente. Es así:
ResponderEliminar"Es que si un buen cristiano ha de ser de izquierdas, auténtica plaga ideológica (puesto que hay principios de izquierdas frontalmente opuestos a la doctrina católica) no puede oponerse al mayor dogma actual del progresismo (tan sagrado como lo fue en su día el de la lucha de clases) que es la homosexualidad, como puerta de entrada a la ideología de género. Y un clérigo de izquierdas, por imperativo de su izquierdismo o progresismo ha de ser un defensor acérrimo de la homosexualidad no sólo teórica, sino práctica; con lo que la adscripción de un clérigo a la izquierda, le abre de par en par la puerta a la homosexualidad: no sólo a su planteamiento ideológico, sino también a su praxis. Y para que todos los eclesiásticos lleven esa práctica con serenidad de conciencia, he aquí que la Compañía de Jesús ha asumido la tarea de desarrollar una teología ad hoc, en perfecta sintonía con el “Quién soy yo”, y con la aceptación gozosa de todos los hijos homosexuales que le mande Dios a su Iglesia."
"De los jesuitas malos, líbranos Señor"
"De los curas progres, líbranos Señor"
"De esta antiiglesia, líbranos Señor"
"De los malos obispos, líbranos Señor"
"Del enemigo violento disfrazado de consagrado que devasta tu viña, líbranos Señor"
Tranquilo, gran adalid de la fe (anónimo de las 9:48) y ferviente partidario de lo políticamente correcto, el cisma vendrá cuando llegue su momento. Y entonces, será el momento de invocar: "Inter oves locum presta, et ab aedis me sequestra, statuens in parte dextra". Y le sigue el "confutatis maledictis, flammis ácribus addictis, voca me cum benedictis". Y mucho me temo que Dios no se regirá por los criterios de oficialidad ni de corrección política.
ResponderEliminarDemoledor. Gracias Virtelius T. Imposible ser más claro para los que miran sin ver.
ResponderEliminarLa iglesia homosexual contra la iglesia universal ¿ pero esto que es ?..supongo que este artículo será algo más serio que el titulo. No lo he leído porque no me apetece en absoluto, pero ya sólo el encabezamiento ya es de pura risa o de pura broma o de puro pecado ( ?).Es que la Condición sexual de cada persona en su intimidad inviolable es una cuestión tan determinante como para pertenecer a la iglesia de Jesús el Cristo...o no pertenecer?...Es que hay una iglesia para PUROS y otra para IMPUROS.Es que todos no son amados igualmente por el Señor.Al menos esto es lo que se dice en los evangelios.Otra cosa distinta es la manera de vivir de estas diferentes personas. Porque pienso que habría que inventar otra iglesia para heterosexuales ladrones, embusteros,timadores...o que predican la caridad y no la ejercen...
ResponderEliminarUn servidor soy un hombre de la calle y todo esto me escandaliza muchísimo.Porque el que esté libre de culpas que tire la primera piedra...Protestantes, católicos, qué si comulgan qué si no comulgan...etc..pero esto que es. Lo más importante no es la caridad,la misericordia, el amor...
Se habla de un tema serio, que es Jesús-Eucaristía
EliminarSeñor anónimo de las 15:21, está claro que a usted le parece perfecta la iglesia homosexual o lo que quiera ser según el número de hijos homosexuales que Dios le quiera enviar. Pero al mismo tiempo supongo que es usted enemigo acérrimo de esa otra lamentable Iglesia que se ha significado últimamente por una intensificación de la pederastia (matemáticamente paralela a la intensificación de la homosexualidad).
EliminarPero resulta que la intimidad homosexual inviolable que usted defiende, carga con el 80% de los delitos de pederastia. Pero no sufra, señor anónimo, que también este 80% es intensamente amado por el Señor. Más intensamente si cabe. De todos modos, confío en que al Señor le preocupe algo el hecho de que la pederastia masculina es una extensión natural de la homosexualidad, del mismo modo que el apetito por mujeres cada vez más jóvenes hasta llegar a la pederastia femenina, es una desviación propia de la heterosexualidad.
¿Y a usted le parece falto de caridad que la Iglesia atienda a este problema? Lo falto de caridad es que por culpa de esa inviolabilidad de la intimidad, la Iglesia se resigne a que el número de crímenes de pederastia le crezca un 80%. Pero eso no es nada, con pedir luego perdón a las víctimas, todo resuelto. ¡Ah, sí!, y concienciar a todo el pueblo de Dios de su responsabilidad colectiva.
No he citado para nada aquí la pederastia, la cual condeno firmemente.Condeno a los pederastas y que quede bien claro.Me he referido a la homosexualidad con la que nacen muchas personas sin ninguna culpa y que son dignas de todo respeto, sean religiosos o no.
EliminarPor supuesto que NO se puede admitir a los religiosos, sacerdotes, que practican abierta y públicamente su homosexualidad y que son motivo de escándalo, por supuesto que no.Pero por favor no mezclen Uds. homosexualidad y pederastia que nada tiene que ver.
Rar que en el post o en algunes de les respostes no senyalin a Puigdemont o el procés de tots els mals.
ResponderEliminarPugdemon, ESE hombre!
EliminarPaciéncia, senyor anònim de les 15:23, que tot arribarà en el seu moment. Tenint en compte que tota aquesta colla són molt bons cristians i grans amics dels bisbes... Una mica de paciència, mon amí.
EliminarMe parece intolerable que se metan con el cardenal que anuncio que el papa era Francisco, por favor que tenia parkinson, un poco de verguenza hombre.
ResponderEliminarAnónimo 9:48, para mí , el sucesor de San Pedro es Su Santidad Benedicto XVI Y .
ResponderEliminarYo lo veo muy claro. La Palabra de Dios condena la homosexualidad , pero también otros pecados como el terrorismo, la avaricia etc . Saben ustedes que el banco Vaticano ha sido el menos transparente y donde mafiosos y terroristas blanquean su dinero a cambio de dar una parte del botin al banco??? Pues si...eso hace tiempo que ocurre con beneplacito de la Iglesia Romana y nadie de esta web lo denuncia como pecado. Hipócritas!!! Fariseos!! Mirad el periodista Eric Fratinni en youtube.
ResponderEliminar¿Por qué habló, y no calló, contra la ordenación sacerdotal de mujeres, pese a ser un tema tan modernista?
ResponderEliminarMujeres (ni feministas, ni diaconisas, ni dirigentas) faltan.
Que obsesion con reducir el cristianismo a cumplir el sexto mandamiento y las continuas apelaciones de Cristo a la pobreza como un simple consejo evangélico no esencial, como si la iglesia tuviera que corregir el mensaje evangelico porque Cristo no supiera lo que es realmente importante y advirtiera continuamente de algo puramente complementario, para la iglesia la prostituta que pasa por delante no irá al cielo porque comete pecado mortal, pero el rico pasará por el ojo de la aguja porque no acumular tiquezas es solo un consejo evangelico intranscendente, ¿cristianismo y catolicismo son la misma religión?
ResponderEliminarme parecen miserables los comentarios vertidos sobre el cardenal Jean-Louis Tauran que padecía Parkinson en el momento del conclave y que murio de dicha enfermedad tan sólo unos meses después. Vais a saco y empezáis a dar pena.
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