Sube a los altares el párroco de Torre del Greco

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En la jerga del Pueblo de Dios, ser elevado a los altares o subir a ellos significa que un hijo o hija de Dios ha sido canonizado. Es decir, declara que sus virtudes ejemplarmente heroicas le han abierto las puertas del Cielo y reina con Cristo en la gloria del Padre. Las canonizaciones que la Iglesia hace de sus hijos (introducirlos en el canon o lista de los santos) no son dogmáticas ni tampoco dejan de serlo, porque el dogma como tal solo toca a aquellos artículos de la fe que sí importan para la salvación de las almas de manera fundamental. Y que tal o cual hermano esté o no en el cielo, en nada “importa” (en el sentido más genuino del término) para la salvación personal de cada cual. Pero desde los más remotos orígenes de la Iglesia, los cristianos no únicamente han buscado hermanos con vidas ejemplares a los que imitar, sino también seguros intercesores desde el cielo. Es el misterio de la Comunión de los Santos. Y este misterio sí que forma parte de la regla de la Fe.
En este segundo domingo del mes de octubre, el Papa Francisco ha canonizado junto a otros hijos e hijas de Dios (un joven seglar de 19 años, herrero de profesión, un sacerdote diocesano fundador de un instituto de religiosas y dos religiosas también fundadoras de congregaciones) a un Papa (Pablo VI) a un arzobispo (Mons. Oscar A. Romero) y a un párroco. Entre los meses de febrero y mayo tuve la oportunidad de publicar en esta página diversos artículos sobre el Papa Pablo VI, sin duda uno de los personajes cuya trayectoria vital ha dejado una huella más honda en la historia religiosa del siglo XX. Estoy convencido de que no me faltará ocasión para esbozar la figura de Mons. Romero en una perspectiva más completa, superando las manipulaciones a las que está sometida.
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Nuevos santos de octubre
Pero hoy quiero darme el gusto de dedicar una mirada a un párroco, casi contemporáneo al cura de Ars, y de una talla espiritual similar, aunque un completo desconocido entre nosotros. En efecto, en 1843, mientras el abate Vianney ejercía su ministerio en aquel pueblecito perdido de la archidiócesis de Lyon, el Papa Gregorio XVI  incoaba en Roma la causa de beatificación de un cura napolitano fallecido apenas 13 años antes. El proceso canónico hasta su beatificación duró 120 años y será el mismísimo Pablo VI quien la concluirá en 1963 proclamándolo beato. Se trata de don Vincenzo Romano, el santo párroco de Torre del Greco. Un cura especial. Como especial fue (y sigue siendo) su parroquia, en la zona costera del sur de Nápoles.
Quizás el topónimo “Torre del Greco” os haga recordar alguna triste noticia relacionada con la actividad camorrista del clan Falanga, el hegemónico en la población. Aunque sin duda entre las poblaciones meridionales del golfo de Nápoles ésta es una de las menos afectadas. Sus habitantes llamados cariñosamente “corallini” (coraleros) se han dedicado desde tiempo inmemorial a la pesca y a la extracción y tratamiento del coral en sus costas. Pues don Vincenzo nació allí mismo, de una familia muy piadosa, y fue entre sus paisanos que ejerció su ministerio desde su ordenación en 1775, recién cumplidos los 24 años de edad. Veinticuatro años como capellán de conventos y cofradías y treintaidós como párroco de Santa Croce. Y como relató Juan Pablo II en su visita en 1990 a aquella Basílica Parroquial que custodia sus reliquias, recordando sus mismas palabras a los veinte años de su beatificación: “Impresiona el celo de su acción pastoral durante 32 años sin interrupción, no alejándose jamás de su parroquia, constantemente dedicado desde el amanecer a la oración, la celebración de la Santa Misa, las confesiones, las catequesis de adultos y niños, la visita a los enfermos y la conversión de los pecadores”. Lo llamaban “el obrero infatigable”. Hay dos aspectos que me impresionan en el cumplimiento de sus deberes sacerdotales. El primero, su paciente y amorosa dedicacion a la tutoría de los seminaristas, es decir a compartir su experiencia sacerdotal con los aspirantes al sacerdocio que recababan en su parroquia, porque eran naturales “corallini”; o más comúnmente porque allí acudian en busca de salud en medio de las hambrunas y enfermedades que obligaban a clausurar intermitentemente el Seminario Metropolitano.
Pesca “alla sciabica” tradicional
Los seminaristas en vez de ampulosa palabrería encontraban ejemplos vivos de celo y recta formación doctrinal y una vivencia de la Santa Misa, de la oración  y del rezo del Breviario con recogimiento y devoción. Y horas de adoración eucarística y Rosario. Don Vincenzo publicó con gran éxito de acogida un librito llamado popularmente “Misa práctica” es decir, una manera práctica de participar con fruto en la misa, enseñando él mismo las oraciones y devociones para unirse espiritualmente al sacerdote en la celebración. Y fueron muchos otros  los opúsculos escritos y publicados por él. 

Y el segundo es este: entre los lugareños era común agruparse en cuadrillas para pescar a la sciabica (jábega en castellano) un arte de pesca muy común en el mediterraneo. Pues bien, don Vincenzo de buena mañana se formaba una cuadrilla de personas a las que enrrolaba por invitación, llevando como única red y arma su crucifijo, con el que bajaba hasta el puerto para emprender su predicación. Hecha la pesca de hombres subía con ellos hasta la parroquia donde les confesaba y les daba la bendición con el Santísimo.
C:\Users\usuario\Desktop\beato-vincenzo-romano-pescatori.jpgLa Eucaristía era el corazón, el centro y la raíz de su vida sacerdotal. De allí extraía fuerzas para ser un auténtico apóstol de la caridad y pacificador en las cuestiones económicas y sociales. En medio de los desórdenes políticos del momento (Revolución y Restauración) y de las calamidades naturales (erupción del Vesubio) no abandonó jamás a su rebaño. Promovió la reconstrucción de la iglesia parroquial arruinada por la devastadora erupción del 1794 haciéndola resurgir de sus cenizas como el ave fénix. Post fata resurgo. Después de la muerte resurjo. El lema de la ciudad.
El campanario de la ciudad vuelto a levantar en su escudo
En 1825, tras una fea rotura de fémur, empezó el calvario de don Vincenzo. Durante cinco años permanecerá en su lecho de dolor sin poderse levantar de la cama, soportando un largo sufrimiento vivido en la fe más pura, la esperanza más admirable y con un celo y una caridad plena. Ofreciendo sus penas por la salvación de las almas hasta que el  20 de diciembre de 1831, con los dulces nombres de Jesús y María en sus labios, entregó su alma al Señor. Enriquecido por un sinfín de gracias, éxtasis, milagros y dones de profecía, se consumió en el amor de Dios y el celo apostólico, y es modelo para todos los párrocos y sacerdotes de la Iglesia Universal. 

Especialmente en estos tiempos de tempestad tras los innumerables escándalos de tantos sacerdotes y obispos, tras el cuestionamiento y pérdida de la identidad sacerdotal de muchos consagrados, la figura de don Vincenzo se alza resplandeciente y luminosa sobre el horizonte. O sante arciprèvete de Torre O´Grieco.


Mn. Francesc M. Espinar Comas

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15 comentarios

  1. Goyo
    Gracias Mn. Francesc Espinar. Nuestra querida Iglesia católica necesita muchos sacerdotes como Vd. Por suerte para los feligreses, aún hay sacerdotes comprometidos con su misión. Nosotros hemos de saber escoger las parroquias donde nos guían por el camino del Señor, y no participar de las que nos quieren separar con engaños y errores. María Auxiliadora ruega por los sacerdotes y por nosotros hijos tuyos.

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    1. A destacar:

      "...hemos de saber escoger las parroquias donde nos guían por el camino del Señor, y no participar de las que nos quieren separar con engaños y errores."

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  2. De Pablo VI observo desgobierno, y de Romero, una muerte política.

    Lo mejor de Pablo VI es Humanae Vitae, pero pésima toda la reforma liturgica y sacramental.

    Nula su disciplina eclesiástica: el modernismo progresista extendió sus errores por el mundo en moral, fe y culto.

    Mi impresión es que serán dos santos revisables en un futuro, no es lógica su canonización.

    Parece que Francisco, por lo que sea, dese identifica totalmente con estos dos.

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    1. Se hacen una serie de santos que sólo los entiendo desde el punto de vista hispanoamericano y de la Generéishon Sécon Wáttikan Cóunsil. En fin... cositas del cupo...

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    2. No entiendo cómo no le han llamado a declarar a ud. desde los responsables de la Causa. Tal como habla debió conocer muy bien a estos dos Santos.

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    3. 8:10

      Para mí, Francisco se ha autocanonizado a través de la santificación de Pablo VI y Romero.

      Pablo VI tuvo un desastroso gobierno eclesial, responsable ab initio de la eclesiocatástrofe actual, como Francisco.

      Romero se politizó al final de su pontificado, como Francisco pero éste desde el inicio.

      De Romero se puede sacar algo positivo: denunció a la autoridad civil, como depositaria del IV Mandamiento (amar a los padres es también amar a la autoridad) para administrar el bien común.

      Romero sería, por tanto, el santo ejemplar para la defensa de la autoridad legítima prodivina, del bien común y de la vida, y mira por donde, viene que ni pintado para las actuales autoridades democráticas antidivinas: aborto, eutanasia, eugenesia de la reproducción asistida...

      Las autoridades militares contra las que fue Romero, no actuaron como "padres" de la nación (IV Mandamiento), pues fueron contra el bien común, y sobre todo, contra el V Mandamiento, no matarás.

      Pero según el principio de Amoris laetitia, la moral de situación que todo lo justifica, las autoridades militares seguro que tuvieron alguna "atenuante": Guerra Fría, comunismo, terrorismo cubano...

      De Pablo VI se puede ver otro aspecto positivo, la Humanae vitae, que es lo único bueno que se recuerda de él.

      Antes tenía dos cosas buenas más, la Populorum progressio y el Credo del Pueblo de Dios, y una tercera más, los viajes que hacía por el mundo, y otra cuarta, el buenismo-güenismo, pero con los años, todo se borra del recuerdo y lo único que queda es la Humanae vitae, cuestionada hoy mismo por Francisco.

      Fuera de esto y algunas otras cosas, lo cierto es que Pablo VI fue un verdadero desastre litúrgico con su misa moderna y todos los libros sacramentales (bautismo, ordenación), el libro de las oraciones (Libro de las Horas), la falta de disciplina...

      Pablo VI debería ser el pasado caduco de lo que la Iglesia nunca jamás debe de ser (por eso, faltan estudios sobre Pablo VI para entenderlo en sus decisiones).

      Además de la Teología marxista de la liberación, de las herejías y heterodoxias, de la destrucción de la moral, fe y culto, Pablo VI vio esto, seún Mons. José GUERRA CAMPOS:

      1. Una quinta parte del clero abandona su misión.

      2. Los misioneros del clero secular en América bajan un 75 por cien y apenas hay relevo para los religiosos.

      3. Las vocaciones a la vida consagrada caen en picado.

      4. Los seminarios pierden más del 90 por ciento de candidatos al sacerdocio entre 1962 y 1980.

      5. El compromiso político, sobre todo de inspiración marxista, de algunos movimientos apostólicos lleva a la pérdida de fe de sus dirigentes y miembros.

      6. Práctica desaparición de la Acción Católica y sus ramas.


      Que me expliquen cómo se puede ser santo y gobernar tan mal, peor, pésimo a la Iglesia... así, cualquiera puede ser santo...

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    4. Lo bueno de Pablo VI, al margen de su mal gobierno:


      - El Credo del Pueblo de Dios, de 1968, acto dogmático pleno

      - Mysterium fidei, de 1965, sobre el dogma divino

      - Humanae vitae, de 1968, sobre la ley natural

      - Populorum progressio, de 1967, el progreso en la cuestión social, la nueva Rerum Novarum, según Benedicto XVI en Caritas in veritate.


      De Mysterium fidei:

      1. El misterio de fe, es decir, el inefable don de la Eucaristía, que la Iglesia católica ha recibido de Cristo, su Esposo, como prenda de su inmenso amor, lo ha guardado siempre religiosamente como el tesoro más precioso, y el Concilio Ecuménico Vaticano II le ha tributado una nueva y solemnísima profesión de fe y culto...


      Del Credo del Pueblo de Dios:

      Escatología

      27. Confesamos igualmente que el reino de Dios, que ha tenido en la Iglesia de Cristo sus comienzos aquí en la tierra, no es de este mundo (cf. Jn 18,36)...

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  3. "Especialmente en estos tiempos de tempestad tras los innumerables escándalos de tantos sacerdotes y obispos, tras el cuestionamiento y pérdida de la identidad sacerdotal de muchos consagrados, la figura de don Vincenzo se alza resplandeciente y luminosa sobre el horizonte. O sante arciprèvete de Torre O´Grieco."

    El siglo XIX fue espléndido en santos y beatos catalanes para el bien de la Iglesia y España.

    El siglo XX también fue excelente en Santos catalanes, debido a la guerra civil de 1936-39, por la persecución sangrienta del gran dragón rojo, bajo las formas de comunismo, anarquismo, socialismo, separatismo y revolucionarismo republicano.

    Del Concilio Vaticano II hasta hoy, un drama en la falta de vocaciones y de canonizaciones.

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    1. Más bien parece que hoy, con las canonizaciones de Romero y Pablo VI, se autocanonizan algunos en vida a través de ellas, pues de Pablo VI hay aún muchas discusiones de su gobierno, y de Romero hay mucha impregnancia política no aclarada.

      Mejor habría sido haber esperado más tiempo para hacerlos santos, que en este caso de Pablo VI y de Óscar Romero están plenamente justificados: faltan estudios para comprender la personalidad doble de Pablo VI: por ejemplo, aprobó una misa múltiple, en cooperación con el supuestamente masón Bugnini (alma del Consilium, del que Pere Tena fue su discípulo aventajado presidiendo en Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona), inventada de nueva creación, breve y resumida, rompiendo con la Tradición de la Misa Romana Clásica, y luego se quejó de todo el estropicio litúrgico-cultual, un pollo del tamaño de una catedral (delitos y abusos litúrgicos sin fin), pero sin hacer absolutamente nada para remediar, sólo que llorar y llorar, y lamentarse, y no hacer nada, y llorar... Personalidad bifronte... o trifronte... o tetrafronte...

      Me recuerda Pablo VI a la personalidad de Francisco: liante, lioso, liadero, primero la lía bien gorda (Amoris laetitita, comunión y absolución de adúlteros atenuados), y luego critica a los que lo critican con calificativos como "grandes acusadores", "fariseos sentados en la Cátedra de Moisés", "pepinillos con cara avinagrada"... y como Pablo VI, no hace nada (no contesta a los Dubia), y la sigue liando más y más... Francisco, San Lío de Buenos Aires.

      De Óscar Romero, Francisco ha visto su "santificación" por la politización de Romero al final de su vida. De Pablo VI, por su personalidad múltiple, por la misericordia sin justicia, y por los líos engrendrados ex novo ad maiorem gloriam suam et meam.

      Tal para cual, Vidas Paralelas...

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  4. "La Eucaristía era el corazón, el centro y la raíz de su vida sacerdotal. De allí extraía fuerzas para ser un auténtico apóstol de la caridad y pacificador en las cuestiones económicas y sociales. En medio de los desórdenes políticos del momento (Revolución y Restauración) y de las calamidades naturales (erupción del Vesubio) no abandonó jamás a su rebaño. Promovió la reconstrucción de la iglesia parroquial arruinada por la devastadora erupción del 1794..."

    Excelente. Define la base del catolicismo, totalmente diferente de la Iglesia ONG a la que nos quieren dirigir.

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  5. "En 1825, tras una fea rotura de fémur, empezó el calvario de don Vincenzo. Durante cinco años permanecerá en su lecho de dolor sin poderse levantar de la cama, soportando un largo sufrimiento vivido en la fe más pura, la esperanza más admirable y con un celo y una caridad plena. Ofreciendo sus penas por la salvación de las almas hasta que el 20 de diciembre de 1831, con los dulces nombres de Jesús y María en sus labios, entregó su alma al Señor. Enriquecido por un sinfín de gracias, éxtasis, milagros y dones de profecía, se consumió en el amor de Dios y el celo apostólico, y es modelo para todos los párrocos y sacerdotes de la Iglesia Universal."

    Aquí están unidas la Palabra de Dios y la taumaturgia, es decir, ésta es el poder efectivo de Dios bajo la forma de milagros y exorcismos.

    Sobre el dolor de este sacerdote, es bueno repasar la Salvifici doloris sobre el sufrimiento humano, Carta apostólica de Juan Pablo II.

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  6. "Impresiona el celo de su acción pastoral durante 32 años sin interrupción, no alejándose jamás de su parroquia, constantemente dedicado desde el amanecer a la oración, la celebración de la Santa Misa, las confesiones, las catequesis de adultos y niños, la visita a los enfermos y la conversión de los pecadores”. Lo llamaban “el obrero infatigable”. Hay dos aspectos que me impresionan en el cumplimiento de sus deberes sacerdotales.

    - El primero, su paciente y amorosa dedicacion a la tutoría de los seminaristas, es decir a compartir su experiencia sacerdotal con los aspirantes al sacerdocio que recababan en su parroquia...

    - Y el segundo es este: ...don Vincenzo de buena mañana se formaba una cuadrilla de personas a las que enrrolaba por invitación, llevando como única red y arma su crucifijo, con el que bajaba hasta el puerto para emprender su predicación. Hecha la pesca de hombres subía con ellos hasta la parroquia donde les confesaba y les daba la bendición con el Santísimo."

    Se afirma que el consagrado ha de dar el diezmo de todo su tiempo diario a oración y adoración personalisimas, o sea, 2 horas y media diarias. Un arma de protección frente a la carne, el mundo y el demonio.

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    1. Antes caerán dos baturros del burro que algunos recen unos minutos.

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  7. Como usted sabe muy bien, para subir a los altares no hay nada mejor que fundar una congregación religiosa femenina. El mártir, así Oscar Romero, lo tiene ex officio, diríamos. Todos los mártires son santos. El sacerdote fiel y entregado que usted describe ha recibido ante el pueblo la justa recompensa de quien ha librado el buen combate y ha guardado la fe, que exigió san Pablo para inscribir su nombre en el libro de los santos. Una buena miscelánea la de este elenco de canonizados.

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  8. Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.

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