Pero junto a ello (marcando tendencia) y hablando del trabajo de las parroquias de periferia y de su labor de integración y despliegue social, hace una solemne “canonización” de aquella Iglesia de izquierdas, germen del nacional-progresismo que ha destruido nuestra diócesis.
Omella no ha vivido ese proceso que tan beatíficamente canoniza, nosotros sí. Lo vivimos y lo sufrimos como jóvenes, contemplando el comienzo del desmoronamiento eclesial más mostruoso de la historia contemporánea. Él lo vivió en paralelo distante en Zaragoza, con algunos planteamientos muy similares, pero sin duda menos profundos y de consecuencias menos sangrantes.
Foto de cabecera de la carta de Omella en la web
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Frente a este clero instalado en sus privilegios, los sacerdotes amigos de Omella eran hombres de humildes familias rurales o hijos de gente de izquierdas tocados por la guerra: otro mundo. Para Omella y sus amigos, ser progres -y sobre todo que no se pudiera decir de ellos que eran de derechas- era ser gente oxigenada y en línea eclesial. Si además Yanes así lo subrayaba, contentos de estar bien orientados.
Pero lo de Barcelona, Sr. Cardenal, aún presentando puntos en común, era diferente. Ciertamente muchos de aquellos curas jóvenes que fueron a la periferia, lo hicieron movidos por un loable celo apostólico. Pero aunque con excepciones, en su gran mayoría eran hijos de la burguesía; hijos de esa gente de orden, catalanistas o no, que se cobijaron bajo el paraguas protector del franquismo cuando lo requirieron sus intereses, marchando muchos de ellos a Burgos y poniendo sus capitales al servicio del Régimen.
Los hijos de estos burgueses tuvieron que convivir en el Seminario con el complejo de tener unos padres que no estaban en el bando acertado. Pero no porque los encargados de la formación, los Operarios Diocesanos de Mn. Sol así los mentalizasen, sino porque les contagió esa visión una buena parte del clero con el que tenian contacto.
De ahí que la clerecía catalana no sólo ha sido paranoide ideológicamente, sino que ha sido también esquizofrénica. O sea bipolar: empujados a luchar contra sí mismos. A todo eso añadir que la formación intelectual en el Seminario era de un escolasticismo ancorado en viejos y rígidos manuales, y además en latín, ayunos de una sana formación en Doctrina Social de la Iglesia. Por lo cual ante los problemas sociales de la compleja sociedad catalana, los jóvenes sacerdotes abrazaron las tesis hegelianas y con ellas en la práctica el marxismo y sus postulados. Burgueses marxistas: ¡Menudo desquiciamiento!
Además, como para la juventud todo lo novedoso a la par que prohibido inspira una gran y enfermiza atracción, los sacerdotes de una generación anterior hacían llegar a los jóvenes estudiantes de filosofía y teología todas las novedades de la progresista teología europea (por ende, francesa, alemana y holandesa). La catástrofe estaba en ciernes. El problema del clero en Cataluña no era el de Aragón: ambos cleros caminaban en paralelo, pero eran diferentes ontológicamente.
¿Qué sucedió en las parroquias periféricas de la urbe creadas por el obispo-albañil Don Gregorio Modrego a partir de la década de los 50 y especialmente los 60? Pues que fueron provistas con todos esos sacerdotes jóvenes infectados de historiografía marxista, que comenzado el Concilio, fueron dinamitando la liturgia, demoliendo la piedad tradicional y ejerciendo un liderazgo esencialmente social que demasiado a menudo se convertía explícitamente en político, que proyectaban sobre la masa de trabajadores que llegaban de todos los puntos de España.
El santo y seña de todo ese clero podría resumirse en “desmitificar” la Iglesia que habían vivido en su juventud, tanto la de ellos como la de los recién llegados en masa a Cataluña. Es decir no sólo el entmythologisieren sino el entmystifizieren. Destruir mitos pero también misticismo. Secularizar era la norma. Y proclamar las bondades de la secularización: no de la sociedad, sino de la Iglesia. De ahí el abandono de todo distintivo sacerdotal no sólo en el vestir, sino también en la vertiente sacra de la liturgia (e iniciaron también la secularización de la moral cristiana). Secularización era sinónimo de mundanización: es decir desacralización y banalización.
La icónica Norma de los años 80 |
A finales de los 70 e iniciado el proceso de normalización lingüística por la Generalitat, los que hoy son sus curas iniciaron una subrepticia y sibilina operación: decidieron eliminar las misas en castellano para convertirlas en bilingües, de manera que poco a poco, como quien no quiere la cosa, el castellano fuese menguando en beneficio del catalán. Ingenioso, ¿eh? Ninguna misa de las detalladas en catalán se convirtió en bilingüe. Y ninguna es ninguna. Esto revela que la voluntad de esos curas no era la mayor participación de todos los feligreses en cualquier horario de misas, sino la catalanización de la feligresía. Un maquiavélico procés de catalanización de “los otros catalanes” de Candel a cargo de la Iglesia. Con un empeño mucho mayor en la lengua que en el Evangelio.
Ciertamente la Iglesia le llevaba una ventaja enorme a la política en el proceso de catalanización de la sociedad. La Generalidad aún tardaría muchos años en imponer el catalán en la escuela, como lo habían impuesto los curas en la Iglesia.
Así fue como los curas se travistieron de “Norma”, el icono de la normalización lingüística (sic). Esa fue la consigna programada y ejecutada de manera estalinista. Ése el Plan de Desarrollo. Además esos mismos curas se emplearon a fondo para implicar a los feligreses en el nuevo evangelio: la aparentemente inocente y cándida campaña bajo el lema “Llibertat, Amnistia i Estatut de Autonomia”. Eran ya los 80. El resto, hasta nuestros días, es por todos bien conocido. Esos fueron los vientos que se sembraron, y éstas las tempestades que recogemos.
Por eso, señor Cardenal, es bueno que sepa que el recurso a la aparentemente bien intencionada invocación al auxiliar Carreras y a Paco Candel como matrices para la tesis de la concordia en la sociedad catalana desde el paradigma eclesial de los 60, adolece de un gravísimo defecto: lleva a sus espaldas una carga de profundidad muy preocupante. Por eso suena a cualquier cosa menos a ingenuo. En el más benigno de los casos suena a profundo complejo de Estocolmo. Suena a que le han sido inyectados ya en vena los dogmas separatistas.
Llegados a este punto, cabe hacernos la pregunta: ¿Quién ha sido el modelador de ese discurso en Omella? ¿La sola lectura, motu proprio, de las malditas Arrels y demás documentos de la Tarraconense? Ni mucho menos, amables lectores: Sin una férrea guía de lectura, esos documentos sólo convencen a los convencidos. La responsable de esa conversión ha sido la labor de zapa ideológica que el cinturón de hierro eclesial heredado del sistachismo ejerce sobre Omella. Y él, superficialote como es y falto de sólida formación intelectual, se deja. ¿Qué otra cosa sabe y puede hacer? ¿Y cuál es el resultado? Amén de la canonización del nacional-progresismo desde sus orígenes históricos, la verdad que nos confirma es la sujeción de Omella a los postulados nacional-progresistas del tan manido cinturón de hierro eclesial que le circunda. Circumdederunt me gémitus mortis…
Es hora de recordar que la única manera de tener futuro es tener memoria (los pueblos que no la tienen, se arriesgan a repetir su más sangrienta historia). Es hora de tener el corazón abrasado de celo apostólico y manos trabajadoras para tejer la historia: para no repetir una historia malhadada. En nuestras manos llevamos un largo camino. Señor Cardenal, el futuro eclesial de Barcelona, por ser usted el Arzobispo, depende de cómo y por quién usted tome partido.
No queremos más cortinas de humo ni atajos. Aquí no venimos a hacer volar banderas políticas. Queremos contar con Vd. y no nos puede fallar. Queremos un día 1 para empezar. Si usted empuja, podemos conseguir lo que juntos nos propongamos. Iremos muy lejos y seremos muchos, laicos y sacerdotes, los que empujaremos el carro junto a Vd. No somos carcas encajonados en el pasado. Queremos hacer nuestros los problemas del mundo y de la Iglesia. No tenemos tampoco soluciones para todo. Pero tenemos valentía y llevamos a las espaldas los sueños del mejor laicado católico de Barcelona, especialmente de sus jóvenes.
No queremos nada para nosotros. Pero es a Vd. a quien corresponde mover el engranaje, es Vd. quien debe decidir. Es la eterna divisa que nos guía. Si le vence el miedo o la incuria, a nuestra Iglesia diocesana no le quedará nada. Dénos motivos para seguir viviendo y luchando con esperanza. Todo lo demás no sólo es caduco, es absurdo. Incluyendo esa basura de Plan Pastoral que le han preparado los jesuitas señoritingos y Taltavull. ¡Ni lo estrene, quémelo! No nos conformamos con migajas, queremos el pan entero.
Prudentius de Bárcino
¡Ay, Prudentius, qué fervorín de buena fe y de buenas intenciones! ¿Pero no ha visto usted aún el talante (el "tarannà") de nuestro Arzobispo-Cardenal o Cardenal-Arzobispo? ¿Aún no se ha dado cuenta de que Omella es muy suyo? ¿Qué más le da Omella que Omeya? Su reino (y más ahora que es príncipe y viste púrpura) es de este mundo. Dominado por la fascinación del poder, su gran aspiración es vender concordia, unidad, respeto y demás lugares comunes. Pero sobre todo, concordia. Su mayor ambición es ser el Cardenal de la Concordia: hacer comulgar a "los otros catalanes", que encima resulta que existen, con las piedras de molino de los catalanes genuinos. Quiere continuar en la Iglesia la labor de Rajoy y de Cospedal. Diálogo, diálogo, diálogo y más diálogo. Y él como componedor de ese maravilloso diálogo. Igual que Rajoy y Cospedal ha de convencer a los otros catalanes de que calladitos están más guapos. Convencerles de que lo mejor es entregarse a los catalanes auténticos y bañarse también ellos de autenticidad. ¡Es tan sencillo!
ResponderEliminar¡Venga, señor Cardenal, que usted puede!
"Vender concordia, unidad, respeto y demás lugares comunes", a quién? A la feligresía? a los laicos? Bien puede comenzar esta tarea a curas, diáconos, religiosos y religiosas, monjes y monjas, que buena falta les hace y después, a quien quiera pero que comience por allí. Entonces, creeré en sus buenos propósitos.
EliminarCita las famosas "Arrels". Últimamente me lo he vuelto a leer. No lo encuentro tan tremendo. ¿Cuáles son los puntos que no les gustan? Agradeceré respuestas de los comentaristas.
ResponderEliminarSeñor anónimo de las 17:40, ¿no se ha dado cuenta de que ese texto debería titularse más bien "Arrels catalanes del cristianisme? Viene a decir ese texto que ser catalán y ser cristiano es lo mismo, y que por consiguiente es muy difícil ser buen cristiano si no se parte de la raíz, es decir de la catalanidad. Yo me escandalicé tremendamente la primera vez que lo leí. He de releérmelo. ¡Pero es que me da ictericia. De todos modos creo que aquí en Gérminans se ha publicado más de un artículo al respecto. Intentaré buscarlos y referenciárselos.
EliminarEs un documento de selección unilateral, extremadamente exquisita, con manos sutiles cardenalicias y episcopales, de aquellos hechos históricos que más simpáticos fueron a Pujol, eliminando, por ejemplo, pequeñas molestias como el carlismo, que aún dura pero a mínimos, y que dura desde hace casi dos siglos. Evidentemente, el carlismo da una pátina de integrismo y absolutismo que, para Pujol, no era para nada conveniente en su falsificada historia de Cataluña que había de ofrecer a sus ilustres invitados, huéspedes internacionales, europeos y españoles.
EliminarLe recuerdo que la selección de eventos históricos para justificar una línea argumental ideológica, es un invento que la puede ver en Hitler, Stalin, pero también con de Gaulle y en la Francia de hoy en día. Si hay acontecimientos que desmienten nuestras fabulaciones, pues peor para los hechos: no existen, y quien diga lo contrario, que le corten la cabeza.
La historia de Cataluña, como usted sabe, o debería de saber, empezó con Pujolofre I, en el siglo VIII en el Empordà Sobirà, fundando la Dinastía Puigdemunt.
Y si no lo sabe, o no le gusta, reviente...
Grandioso comentario,Sr.Anónimo 18/34,por ahí empezó toda la PONZOÑA!!!
EliminarHuy huy huy, creo que después de este articulo "Mn" Moreton empezará en serio el proceso de excomunion para G G y nosotros los probos lectores, jeje, se le han puesto los pelos de punta como un PUNK, seguro!
ResponderEliminarCreo que hay un canon de Derecho Canónico que habla del delito de ruptura de la unidad eclesial... gracioso, tendrán que demostrarlo...
EliminarBuen artículo. ¿Hay rumores sobre los próximos nombramientos?
ResponderEliminarEs una evidencia que han sido los eclesiásticos quienes han creado la discordia en España, creando y fomentando el supremacismo de las oligarquías vasca y catalana, con toda la violencia conocida. Y lo han hecho con apoyo de eclesiásticos de toda España y del Vaticano. ¿Por qué? Sin duda, por esa infiltración en la Iglesia de los oligarcas que denunciaron el cardenal Gomá y el obispo mártir Cruz Laplana. Pero es una infiltración conocida y permitida. Tiene que haber algo más. Parece un pacto, explícito o no, del Vaticano con poderes masónicos franceses, y quizás anglosajones, para que a cambio de no perseguir brutalmente a la Iglesia en Francia, y en toda Europa, -a recordar que la bestia napoleónica tuvo secuestrados durante años a dos Papas- se dedicara a crear la discordia en España y en Hispanoamérica. Quiera Dios que acabe de una vez esta infame actuación de los eclesiásticos del poder contra España y contra la Iglesia en España. Sin Judas no se entiende el Evangelio y no se entiende lo que han hecho eclesiásticos en España y contra España.
ResponderEliminarMisericordia...
EliminarInevitablemente, si queremos evitar la esquizofrenia que denuncia usted, Prudentius, hemos de buscar asociaciones entre lo que leemos y nuestras propias preocupaciones. Si leemos, por ejemplo, que el conocimiento de los principios de operación del córtex cerebral nos descifra los mecanismos de nuestra actuación en cuanto humanos, habrá que comenzar por descifrar cuáles son aquellos. Si seguimos en esa línea, nos percataremos de que el cerebro humano triplica el tamaño de nuestros parientes vivos más estrechos, los grandes simios africanos (chimpancés, babuinos y gorilas). Pero ni el tamaño ni el número de neuronas son suficientes para explicar el comportamiento humano, distinto del simio. El quid está en la microestructura, en la conectividad y en los cambios moleculares.
ResponderEliminar¿Qué tiene que ver ese panorama del cerebro con la situación de la Iglesia en Barcelona que usted tan atinadamente describe? Nunca he entendido muy bien qué sea ser progre, ni qué ser carca. Quizá porque no sea una categoría mensurable. Sí entiendo que en la archidiócesis hay un despiste doctrinal generalizado con poder, una extendida animadversión al otro incompatible con la doctrina evangélica y una voluntad de engaño muy arraigada. Propiedades algunas no exclusivamente humanas.
Cuando los investigadores en etología, pensemos en Frans de Val, se afanan en trazar paralelismos del mundo primate con lo específico humano insisten en la capacidad de mentir, de simular y de egoísmo de los grandes simios. También en su empatía, atención a la progenie y sentido de clan, cierto. Pero esto último no tiene por qué ser positivo siempre.
En la Iglesia pareciera que tal distinción no tendría que existir. Pero se da. Corregida y aumentada. Se respiran odios africanos contra lo otro, disfrazados de amor a las raíces, unas raíces inexistentes, un sentido de clan, de nido, que manifiesta una falta de madurez y de racionalidad. Los que se creen por encima de los demás, ¿qué es el taraná sino la versión doméstica del Volkgeist, la selección de grupo? Sólo un pastor con arrestos e ideas claras podrá devolvernos a la realidad. Mientras tanto habrá que pelarse los codos y aguantar mecha, confiados en la oración y en reconocimiento del Señor al partirnos el pan. (¡Qué acierto lo de señoritingos para esos privilegiados!)
Soberbio Don José Maria, soberbio como siempre.
EliminarTotalmente de acuerdo con el sr. VALDERAS GALLARDO. Soberbio, como siempre!!
Eliminar¿Concordia? ¡Menudo es! Ha perseguido y desterrado a los curas fieles y ha hecho callar por respondones a los que le llevaban la contraria... y ahora quiere "concordia". Quien no te conozca, ¡que te compre!
ResponderEliminarAgradecería opinión del sr. Picazo sobre el articulo de hoy, seguro que le suena algo de algún n JUDAS que le traicionó en el Arzobispado!
ResponderEliminarEsa identidad que nos propone la Jerarquía es supremacista y atea, y nos viene usando cual objetos y no como personas, en la búsqueda de una Itaca terrena que jamás encontrarán.
ResponderEliminarNuestra “identidad” solo nos la puede dar Cristo.
Lo indicó el CVII en “Gaudium et Spes” 22 y “Redemptor Hominis” 10.
¿No leen los documentos conciliares?
¿Por qué hacen suyo ese catalanismo anticristiano que agrede la dignidad de la persona?
Cuesta mucho de entender. Una muy débil identidad católica que pareciera infiltrada por otras obediencias. La infumable carta de los Obispos de la Tarraconense, me la esperaba. Pero la aberrante nota de la CEE, no. La unidad de España que años atrás era un bien moral, dejaba de serlo, tras un lenguaje mentiroso por confuso, que me recordó espantosamente el discurso de los socialistas y los morados sobre la plurinacionalidad de España y la dejación nacional que hace la derecha. Tuve el pálpito de que parecía que la habían consensuado con el gobierno de la nación. La Iglesia parecía que aplaudía indirectamente la división de España en diecisiete trozos.
No sé si el ingenuo y reingenierizado pueblo español será capaz de darse cuenta de tamaña traición. Por lo pronto, la espontaneidad patriótica ha sido reconducida por la masonería y afines.
Cuál es nuestra identidad queda respondida en “Gaudium et Spes” 22 que dice que, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado, Cristo, que manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación.
Es conociendo a Cristo, auto-revelación divina definitiva, como el hombre puede conocerse hasta el fondo a sí mismo. En Cristo resplandece el misterio del hombre, amado por Dios, llamado a la vida plena.
En “Redemptor Hominis” 10, se lee que para entender quién es el hombre hay que acercarse a Cristo, asimilar a Cristo, entrar en comunión con Él. En Cristo descubrimos el evangelio del trabajo, de la familia, del cuerpo humano. Cristo da las respuestas básicas a los porqués del matrimonio, sexualidad etc. Cristo es el mismo quien encarna el sentido del cuerpo, del corazón, de la otra vida etc… todo.
Cristo, el nuevo Adam, es su imagen perfecta. En su rostro, en su humanidad de Verbo encarnado, puede descubrirse la plenitud del Plan de Dios para el ser humano.
Totalmente de acuerdo con el comentario de Dña.Laura S. y el del Sr.Valderas Gallardo,fieles y veraces hasta la médula!!!
EliminarNo entiendo que alguien espere algo positivo de nuestro cardenal-arzobispo, después del desastroso balance pastoral de estos dos años, que se resume en que "No hay Pastor", sino un acomodo a los que mandan, sea en la política o en la Iglesia.
ResponderEliminarSu interés parece estar en Roma, donde acaba de ser agraciado con dos nombramientos. Y es un gran misterio para mí, que se le pueda considera idóneo para formar parte del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, donde en otros momentos eclesiales había miembros de la talla del cardenal Burke. Ser bergogliano tiene su recompensa en Roma, ¿que importa la diócesis y las almas de Barcelona?
El Cardenal Burke al OSTRACISMO y los mediocres AL PODER,así nos VA!!!
EliminarSería una pena e injusto que la jerarquía tratara de silenciar o reprimir las opiniones de los católicos que se atreven a escribir,siempre con educación,sobre lo que observan o viven en la Iglesia. Con esa actitud dictatorial se desacreditan como gobernantes y provocan más incredulidad de la que ya hay desgraciadamente, y lo malo es que el pueblo involucra a Dios también en todo este meollo. Por tanto que miren bien su responsabilidad en los cargos y en como los administran.
ResponderEliminarEl cambio de postura de GG desde la llegada de Mons. Omella me llena de estupor. Yo soy de los que fui a su consagración, entusiasmado por lo bien que esta página hablaba de él. De un tiempo a esta parte, GG le da estopa día sí dia no. Si estaban ustedes mal informados ¿Por qué le hicieron tanta propaganda?
ResponderEliminarSigo mucho menos que antes esta página, e imagino que en los meses pasados habrán entonado el "mea culpa", el "nos equivocamos, lectores. Perdón por nuestro entusiasmo injustificado", o algo así. Pero también pienso que el tono durísimo que emplean siempre al hablar de Omella, por mal que lo esté haciendo, no está justificado.
Sr. de los Ríos, muy buena observación.
EliminarAunque tengo para mí que en realidad, GG alababa a Omella (al principio) no porque estuviesen bien informados (que no lo estaban), sino solamente para "demostrar" lo malo malísimo que era Sistach.
Ahora que de Sistach ya no se acuerdan, alguien tiene que ocupar su puesto de puching ball... y ése es Omella. Si GG no denostase a alguien, no sería GG.
Por mi parte, pensaba que Omella era la renovación y la reforma, pero a los dos años de su mandato, faltando otros dos años más para que sea un "pato cojo" que se le aproxima la fecha en que debe dejar el cargo (tendrá 73 años), y otros dos más para jubilarse (75), nos ha decepcionado: mantiene, incomprensiblemente, al gobierno sistachiano en pleno, con graves deficiencias teológicas y espirituales en algunos miembros. Es Sistach II. De ahí mi decepción.
EliminarOmella ha hecho bueno a Sistach. Al menos, nuestro nsba emérito no hacía comedias "participativas" como la consulta omelliana que no ha servido para nada. Los pocos nombramientos que han hecho han sido extraños, no han hecho sino incrementar el poder de la élite y del lobby, sin contar un par de ellos que incumplen descaradamente el derecho canónico (cánon 517.2).
EliminarPero que esperan de Omella, que se moje, actúe, renueve la Diócesis y la purgue de elementos indeseables que adoran al Dios Nación y denostan todo lo católico. Están confundidos, si los aires de Roma fueran esos lo haría muy lentamente pero en Roma esas cosas poco les interesa y Omella no va a hacer nada porque además sabe que el tiempo es poco y a vivir que son dos días. Está máss cómodo de frasecitas, aplausitos, frases políticamente muy correctas, declaraciones bienintencionadas y a lo suyo.
ResponderEliminarEs cierto lo de las misas anunciadas en castellano, pero que en la práctica eran bilingües: lecturas, homilía y anuncios (sobretodo de colectas) en castellano, el resto en catalán...
ResponderEliminar(Hablo por la parroquia de la localidad natal de Josep Lligadas...)
No pidamos actos heroicos al Cardenal.Omella es un vendedor de humo,palabreria barata y obviedad a raudales.Su principal virtud es saber estar siempre en el sitio preciso.Su trayectoria asi lo acredita tanto en Zaragoza,Logroño como ahora en Barcelona.En los setenta se manifestaba contra el arzobispo Cantero...en los ochenta en su vuelta de misiones ya apuntaba maneras en el bajo aragon.Lo conozco hace treinta años...en politica entra algunos ó muchos para hacer carrera...en la iglesia algunos tambien busca hacer carrera...debe ser la condicion humana que es asi de volatil
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