Ni tanto ni tan poco: in medio stat virtus |
En nuestras latitudes y en nuestros tres Seminarios en activo (Barcelona-St. Feliu, Interdiocesano y Terrassa) nuestros obispos mantienen un moderantismo de hierro, es decir unos centros de formación presumiblemente moderados entre los odiados extremos del progresismo (estéril de manera ostentosa) y del modelo más tradicional e identitario que el clero nacionalprogresista odia e intenta evitar, tildándolo de reaccionario.
Debido a la amplitud y el carácter específico de la presente crisis de la institución eclesiástica, nadie cuestiona a priori las decisiones en los nombramientos de aquellos que forman los cuadros de formación de nuestros Seminarios. Los obispos gozan pues en sus determinaciones de una adhesión a beneficio de inventario; es decir que todos aceptarán lo bueno que comporten sus decisiones; pero nadie estará dispuesto a asumir la responsabilidad en todo lo negativo que éstas conlleven. Ni ellos mismos.
FORMADORES RECONSTRUCTORES
Todo el mundo reconoce que quienes forman los cuadros de formadores en los Seminarios o son jóvenes o poco experimentados pastoralmente. Y esta impresión reside especialmente en un hecho: el modelo de sacerdote que hoy comúnmente se propone en estos Seminarios es un modelo vintage, es decir una reedición renacida del pasado, pero acrítica: analicemos la cantera vocacional y lo constataremos. Y todo lo acrítico es frágil, especialmente después de una época de convulsión y de destrucción como fueron los 60 y los 70. En una palabra: después de tantas rupturas se ha reconstruido y remendado de urgencia y sin fundamento. Está claro que no es precisamente un acierto reaccionar contra las desastrosas experiencias del pasado inmediato, reeditando el modelo anterior como si de un parche se tratase. Los superiores y rectores actuales no son el resultado de una tradición generacional. Son, lo quieran o no, reconstructores: recomponen una tradición con los medios de que disponen a bordo.
En ciertas canteras vocacionales, la voluntad más o menos explícita de llevar a cabo un modelo restauracionista resulta manifiesta. Pero es un restauracionismo que no ha analizado ni las causas ni las claves internas del progresismo. Desea restaurar el escenario previo haciendo una damnatio memoriae, lo que representa un error. Es necesario ver y conocer sobre qué sustrato eclesial apareció el progresismo porque una cosa va unida a la otra. No se puede hacer abstracción quedándose en la obsesiva voluntad de no hacer lo que hicieron y hacen los progres, lo cual constituye el eje de lo reaccionario Es necesaria una visión lineal de la historia que no quiere decir aceptar lo nuevo como bueno. Se hace urgente pues un análisis profundo, de otro modo volvemos a un pietismo aislado del mundo y no integrado en ningún sistema general, lo que haría que Santo Tomás de Aquino se estirará de los cabellos.
Nada se sostendrá pues con este modelo de sacerdotes sin no son acompañados en los análisis y reflexiones que son necesarios, y sin que caigan en la situación de extrema segmentación de nuestro catolicismo. Y además considerándolo todo globalmente: los movimientos y comunidades más pujantes se organizan en redes. El fenómeno de escoger parroquia en función de la propia sensibilidad es nuevo y se está generalizando.
Hay que reflexionar para los tiempos que vendrán y que serán seguramente decisivos, en vistas a preparar una transición en la Iglesia, entre el presente estado posconciliar y la reorganización de la Iglesia según un modo sustancialmente tradicional; pero que tendrá grandes cosas a ver, en apariencia, con lo que fue en los años sesenta.
Cada cual deberá esforzarse por salir de los horizontes limitados, en el interior de los cuales se lucha por salvar lo presente. La gran mayoría de católicos, sacerdotes y seglares, ha llegado a la etapa de la desilusión, cuando no decepción; aunque públicamente no se atreven a declararlo con franqueza. La situación de nuestras diócesis no satisface a nadie. El molde de sacerdote que surge de los Seminarios, intenta traducir su decepción abordando una visión eclesial e impostando unas prácticas tradicionales (disciplinarias, espirituales…) sobre las novedades conciliares. Hasta ahora no ha habido un auténtico frente común que reúna todas las tendencias críticas de los decepcionados posconciliares y de los inconformistas con la situación actual de la Iglesia. Lo que sí hay que constatar es que entre todos ellos, las fronteras que los separan son cada vez más permeables en un clero que se marchita como cuerpo.
UNIDAD DE ACCIÓN: LITURGIA Y DOCTRINA
Seminario de Terrassa |
Esta unión de “fuerzas vivas” debería ser pensada en vistas a una transición, al menos en el campo de dos sectores fundamentales: la liturgia y la doctrina.
En el terreno de la liturgia la transición es fácilmente imaginable. Son muchísimos los sectores en la Iglesia que, siguiendo la corriente emprendida por Benedicto XVI, abogan por una reforma de la reforma. Su cabeza visible es el cardenal Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Hasta que no lo guillotinen (y no se ve demasiado probable, ya que el Papa Francisco calibra muy bien las consecuencias de una tal acción), él va a hacer todo lo que está en sus manos para llevarla a cabo. Si es así, los sacerdotes tendrán la posibilidad de reintroducir un espíritu tradicional en la liturgia ordinaria (ofertorio sacrificial, celebración “ad orientem”, fusión de las dos apologías eucarísticas y de su importancia-ahora ad libitum-…) Hay que imaginar pasos progresivos. Este proyecto de evolución del Misal de Pablo VI irá ganando terreno.
Card. Sarah, Prefecto de Culto Divino |
Pero si los formadores siguen manteniendo a los seminaristas en la más absoluta ignorancia de este proceso, cuando se lo encuentren de cara mostrarán la misma perplejidad que la mayor parte del clero ahora ha mostrado ante la nueva traducción de la consagración (el “por muchos” reemplazando al “por todos los hombres”). Cara de sorprendidos a paso cambiado. Y los obispos sin explicar el profundo sentido teológico-doctrinal y la importancia de tal cambio, conminando a los curas a hacerlo porque la Iglesia lo quiere y punto. Ni a los niños de primaria se les trata así hoy en día.
La “reforma de la reforma” litúrgica conllevará de manera natural una reforma de la reforma desde el punto de vista doctrinal. Los déficits de la reforma litúrgica son el espejo de los problemas doctrinales en el desenfoque litúrgico.
Karl Rahner |
Si se corrige progresivamente en liturgia la falta de trascendencia, seremos conducidos a superar lo que es igual desde el punto de vista doctrinal. Hay que hacer una revisión de los principios teóricos que desestabilizan el edificio eclesial desde hace 40 años. Seguir alimentando al clero con teólogos como Karl Rahner o con apuestas litúrgicas como Taizè, no es que sea un error y un anacronismo, es lo siguiente: un atentado a la inteligencia en pleno siglo XXI. El fin último de esta transición en el terreno doctrinal es la elaboración de una interpretación auténtica (magisterial) de los puntos en litigio entre el Vaticano II y los textos subsiguientes de los pontificados a partir de Pablo VI. La finalidad es la vuelta a un ejercicio del magisterio stricto sensu, es decir a la expresión de la Iglesia docente en cuanto tal.
Antes de llegar a esta interpretación auténtica, hará falta aclarar todo lo que en la actualidad se encuentra en discusión, empezando por la interpretación de Amoris Laetitia. Más que fomentar una libertad de doctrina, tan corrosiva y disgregadora, hay que construir una igualdad católica: ahora en cierta manera en entredicho o desmoronada. Será la mejor manera de legitimar los principios del Vaticano II si queremos que éste sobreviva. Este proceso en teología se llama verificación, verificación del Concilio
PREPARADOS PARA EL FUTURO CON NUEVOS INSTRUMENTOS
Curso Pastoral (Seminario Interdiocesano) |
Es a partir de todo esto que hay que comenzar una reflexión sobre el futuro del sacerdocio y de la formación sacerdotal. La desertificación sacerdotal crecerá, y el peso ineludible de la realidad nos forzará a imaginar otras fórmulas distintas de la actual cuadrícula parroquial. Asociaciones de sacerdotes, sociedades sacerdotales de vida común sin votos, más capaces para hacerse cargo de los vastos territorios donde los católicos estarán diseminados. Todos los sacerdotes que el staff episcopal ha considerado como parias (el caso será paradigmático en Barcelona, ya que la progresía no tiene recambio) se verán obligados a dispensar una pastoral de inteligente reconstrucción. Y habrá que aceptar su contribución en los órganos de gobierno.
El riesgo es que estos órganos no estén capacitados para hacer frente a la situación con ideas vivas y que, victimas del asimilacionismo ideológico de la izquierda eclesial que sigue ostentando la hegemonía, sean abducidos por ésta y por la dinámica rutinaria del servicio eclesial.
Facultat de Teologia de Catalunya |
No está dicho que la formación de los sacerdotes en casas organizadas como comunidades religiosas cerradas (el esquema tridentino extendido a partir del siglo XVII y que tan excelentes resultados ha conllevado) sea siempre y en todos los casos la mejor para hoy en día. La formación en el seno de la vida eclesial ordinaria -en las casas parroquiales, p. ej.- podría reaparecer junto a la formación en los seminarios clásicos. ¿No es ésta una propuesta sesentayochera como la que defendió la progresía en los 70? Pues casi sí. Pero la progresía olvidó uno de los puntales de esa formación: el espiritual. Hay que saber distinguir entre la formación espiritual y propiamente sacerdotal, del aprendizaje pastoral “sobre el terreno”; y distinguir también estos dos ámbitos, de una formación intelectual en facultades eclesiásticas, sin duda muy diferentes a la “Facultat de Teologia de Catalunya”. Hay que pensar en facultades serias y esencialistas, donde los profesores no vayan a vomitar sus paridas, esas que los hacen singulares y peculiares. Hace falta una formación clara e identitaria.
Las necesidades de la Iglesia exigirán que junto a los Seminarios relativamente florecientes, y más allá de medidas puntuales, se creen lugares de formación diversos y no obligatoriamente idénticos entre sí.
Como pueden ver los lectores críticos con nosotros y Sus Ilustrísimas, los de esta página no somos como el humo de Satanás dentro de la Iglesia: amargados y faltos de esperanza, fuente de murmuración, ocupados sólo en desanimar y profetas de calamidades. Diabólicos en una palabra. Aspiramos a la construcción de la Iglesia como los que más. Opend mind, lecturas y viajar más, que no significa pasearse.
Prudentius de Bárcino
Menuda foto la primera, Prudentius. Su comentario sensato habrá de recibir los comentarios que merece, pero déjeme fijarme en la lección de los seminaristas levantados en armas. Es la estampa viva del cura trabucaire, antes literalmente y ahora en su versión secesionista. En vez de razonamientos disparan esputos y regurgitaciones como cuadrúpedos.
ResponderEliminarEn su información inmediata, la imagen nos retrotrae a un tiempo felizmente superado, cuando se les permitía a los seminaristas no ordenados in sacris participar en guerra. En los anuarios de la defensa de Gerona en la lucha contra el francés, bajo el mando del granadino Alvarez de Castro, los clérigos de los conventos de las murallas de la ciudad peleaban con no menor fiereza que los paisanos. Es la historia real de lo que hoy es, por ejemplo, el rectorado de la Universidad gerundense.
Gracias a Dios esa estampa hoy es impensable. Ya les hubiera gustado a las milicias salidas de Barcelona con Durruti hacia Aragón que asesinaron a cientos de religiosas y frailes, de curas y simples fieles que hubiera sido cierto que desde el campanario el cura hubiera disparado, como malpensó el director de cine Loach en célebre película donde el cura aparecía con lesión en el hombro por rozadura del fusil.
A un Cristo no le sienta bien dos pistolas, ni un mauser, ni un naranjero, ni un cetme de mi mili.
Menos bien le sienta ese fuego incendiario de bazokas que son su comportamiento secesionista.
Que extraño que no apareciera el nacionalismo catalán y secesionista.
EliminarQue tendra que ver la gimnasia con la magnesia.
El mal gusto del agua en las fuentes públicas no es culpa del clero, sinó del cloro.
Ya tardaba mucho en aparecer ek escozor. Con el mantra deturpado de siempre: confundir la gimnasia con la magnesia. Cuánta desnudez. Cuánto lugar común, cuánta consigna ovejumante seguida que lo misma vale para un roto que para un descosido.
EliminarComentaba ayer mi mujer en la mesa un artículo que acababa de leer de un periodista famoso de Barcelona, no apesebrado, sobre el programa de Ciudadanos y ala objeción habitual contra el mismo: qué aportaba más allá de su antinacionalismo. El autor desgranaba con elocuente documentación cómo en ese anti se encerraba todo lo contrario al carácter perverso y mendaz del nacionalismo en todos los frentes. Como todo totalitarismo. empuerca toda la relación humana con su egoísmo cainita, todas las relaciones de clase y todas las manifestaciones de la .libertad.
Desde el punto de vista moral, que es el que a mí me interesa, el nacionalismo está en la raíz de la degradación hasta la desvergüenza de la doctrina de la Iglesia impulsada por ciertos obispos, púlpitos o pizarras académicas, abades y monjas.Desde el Génesis hasta la declaración de la Conferencia Episcopal Italiana la enseñanza era cristalina hasta que estos echaron no cloro sino arsénico en el manantial-
Por ejemplo, al silenciar el mensaje de Cristo para primar un adoctrinamiento ideológico, en lo individual. En lo social, arruina la doctrina moral de los principios básicos del bien común y subsidariedad.
El concepto pujolista --difundido, no lo olvidemos en publicación dependiente del arzobispado de Barcelona-- de los demás (resumidos en los andaluces) como personas sin construir ha calado. Como el antijudaísmo caló en el nazismo y su Vdererbung ario.
No les gusta a los secesionistas que se desenmascares sus raíces montaraces y trabucaires. Saben que es más presentable envolverse en palabrería de identidad, peculiaridad y demás zarandajas, ahora que nadie se cree eso de nos roba.
Hablan de amor cuando se refieren a la pura pornografía.
En el seminario mayor hay un oratorio esplendido pero VACÍO de personas. El Cardenal SARAH, lo dice bien claro en DIOS o NADA, hay que pasar horas cada día en oración frente al SANTÍSIMO, pone como ejemplo a varios Papas que cada día pasan sus horas de oración arrodillados o postrados ante ÉL, es el alimento sacerdotal. Si no les enseñan a orar cada día largo y tendido, fracasaran como sacerdotes.
ResponderEliminarEsta es una de las explicaciones del fracaso sacerdotal:parroquias vacías y sin jóvenes, si además nos inventamos la LITURGIA, sin lavamanos, cambiamos el padrenuestro, la lectura de la palabra usamos a uno que nos cae bien como la Caram, etc.... solo queda decir SATANÁS ESTA TRIUNFANDO
El articulo de doy es una reflexión de temas muy complejo pero de cierta profundidad.
ResponderEliminarHay que leerlo dos veces para asimilarlo.
Por cierto también valdria la pena una reflexión de la poca asistencia de sacerdotes de las tres diócesis ayer en la Catedral.
A modo de epílogo no sé si son humo de satanás pero cabello de ángel tampoco.
ResponderEliminarEs obvio el gran desorden litúrgico existente en Cataluña, cada sacerdote tiene la propia liturgia, y no les digas nada, porque les sienta muy mal, incluso la respuesta puede ser muy agresiva. Así nos encontramos con plegarias eucarísticas "piratas"; en las palabras de la consagración cambiadas, como:"... por todos los hombres y mujeres", o "...por toda la Humanidad", o "...este es el cáliz de la vida", o en la doxología final de la plegaria eucarística invitar a todos los fieles a que acompañen al sacerdote a decir :"Por El, con El...", cuando es el sacerdote a quien le corresponde decirlo, pues es Cristo que reconcilia a los hombres con el Padre; por ello a continuación todos proclamamos el Padrenuestro. Sin embargo, el "Cordero de Dios" lo debemos iniciar los fieles cuando el sacerdote empieza a partir el Pan. En la mayoría de los casos se molestan si un fiel lo inicia. El lavado de manos ya se lo han cargado, ahora intentan cargarse también el "Cordero de Dios". Así como el Credo Niceno, que se recomienda proclamarlo en festividades importantes. Cada vez el desuso de la casulla es más notorio, siguiendo así se quitarán la estola, alguno ya lo hace en verano, pues les da calor. No así, si la estola es de "lagarterana", de esas de muchos coloritos.
ResponderEliminarLo más grave es que no se instruye a los fieles en liturgia; y mucho menos en los pequeños cambios que pueden suceder. Lo más normal es que digan:"Ellos qué saben...".
EMARATA
Muy bien por el sr.VALDERAS Y QUIM MARCOS.
ResponderEliminarAlguien me podría decir de que VA la foto de los CURAS ARMADOS?
ResponderEliminarEs una foto-provocación para motivar la lectura del artículo. Como una especie de cebo intelectual. Como los desnudos de portada del Interviu, deleznable sea la comparaciòn. Seguro que Prudentius no está sugiriendo que los seminaristas se levanten en armas. Quizás que luchen por su ideal sí y que se organicen. Incluso que planten cara. Interpreto y basta.
ResponderEliminarEl problema es de orden intelectual. Ni el pragmatismo ni el sentimentalismo son base suficiente para afrontar los retos que se nos vienen encima. Y lamentablemente parece que estas bases son las que se están adoptando, más en el actual pontificado. Si no se recupera el servicio a la verdad, el desmoronamiento, la confusión y la desorientación no harán sino agravarse.
ResponderEliminarReforma de la Reforma.... Juan Pablo II, Papa, dijo que ya no era tiempo de reformas, sino de Revisión. Revisión de lo que se había hecho mal para corregirlo. Es tiempo de Revisión, no de reforma. ¿Saben quien le asesorá al escribir aquel texto? Un tal Joseph Ratzinger.
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