Campaña navideña de los Jóvenes de San José

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Una vez más, los Jóvenes de San José son noticia en la diócesis de Barcelona. El pasado domingo tuve la refrescante sorpresa de escuchar al párroco hablando de los Jóvenes de San José. No fue en el sermón, sino al final de la misa, antes de informar de los horarios de misas de la Navidad. Me impresionó no sólo lo que dijo, sino también el cómo. Con calor humano y con admiración. 

Nos habló de los que viven en la calle porque ya no tienen casa y no quieren aceptar la ayuda institucional. Estas personas andan escasas de recursos de higiene; pero eso no las hace menos dignas y necesitadas del amor y de la caridad de los buenos cristianos. Nosotros no somos capaces de acercarnos a esas personas y de ofrecerles además de uno o más euros, nuestra simpatía, nuestra fraternidad, nuestra ayuda personal. Ni menos de ofrecerles consuelo espiritual.

Los Jóvenes de San José sí que son capaces. Y los sábados por la noche, en vez de ir de bares o de discotecas, prefieren recorrer la ciudad en busca de estos menesterosos para ofrecerles comida caliente, ropa y cercanía humana. Hacerles compañía, escucharles y hablarles. Sí, hablarles también de Dios, hablarles de la Navidad, de los apuros que pasaron María y José, otros sin techo, pero en una situación mucho más apurada: María a punto de dar a luz. Y efectivamente al final tuvieron que cobijarse en una cuadra, ocupada ya por una mula y un buey y probablemente por alguna que otra gallina. Unos sin techo en los rigores climáticos del inicio del invierno. Realmente apurados. Saber y recordar esto también les ayuda a los sin techo. No son los únicos. Ni les resta dignidad la situación en que se encuentran.

Nos instó el párroco a que fuéramos generosos, puesto que no siendo capaces nosotros de ofrecer a los más necesitados algo más (en realidad, mucho más) que comida, ropa y dinero, estos jóvenes sí que lo son, puesto que llevan años entrenándose, y puesto que cuentan con la potente ayuda de la oración. Convierten la caridad (que no es lo mismo que la solidaridad) para con los más necesitados, en una forma de evangelización muy potente, en un apostolado eficacísimo. Gran milagro de regeneración de la Iglesia en un momento en que las obras de caridad de la Iglesia se revisten de laicidad y se proclaman obras de solidaridad, dejando a Dios totalmente de lado.

Les llevan la buena noticia (que eso es el Evangelio) a los más pobres. Y lo hermoso es que ellos se la aceptan con gusto. Porque se la ofrecen desde la igualdad y desde la amistad. Gente cuya situación no es como para escuchar sermones, escuchan a gusto el mensaje de salvación de los Jóvenes de San José, porque los reconocen como amigos y como tales les tratan. He ahí un estilo de caridad realmente cristiano: humano a fuer de cristiano. Ellos esperan el día y el momento de la buena noticia y la agradecen de corazón. Tanto como la ayuda material. Porque si están en la calle, no es tanto porque les falten recursos materiales, que también; sino sobre todo porque les falta el calor humano. Y estos jóvenes católicos son unos verdaderos genios devolviéndoles a estos hombres y mujeres de la calle, parte del capital que perdieron: el respeto y la amistad de los suyos. Se prestan a ser su nueva familia y miran de acercarlos a la familia que los rechazó o que ellos rechazaron.

Sed generosos, nos insistió el párroco con afecto. La Navidad es tiempo propicio para el amor y para la caridad de los cristianos. Que gracias a vuestra generosidad y a la acción de los Jóvenes de San José, sean estos sin techo el Niño Dios al que acogéis en vuestros corazones. Ellos son el verdadero rostro de Jesús entre nosotros. No pasemos de largo, no lo dejemos abandonado, no metamos en su cuna témpanos de corazones helados.

Gérminans felicita a los Jóvenes de San José por su gran labor caritativa y apostólica y les desea una feliz Navidad llena de luz y de gozo: para ellos y para los que se acogen a su amistosa caridad. Y también, cómo no, para las almas generosas que les ayudan a llevar a cabo tan evangélica labor. Y anima a quienes aún no lo han hecho, a hacer llegar a los más necesitados, por mano de estos jóvenes, ni que sean las migajas de su mesa de Navidad. La necesidad es mucha, y la crisis aprieta donde más duele.

¡Feliz Navidad a todos!  

Cesáreo Marítimo

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3 comentarios

  1. Sr. Cesáreo Marítimo, gracias por ese Artículo.

    JÓVENES DE SAN JOSÉ, se lo merecen y mucho más de lo que a nosotros nos parece.

    Hace un tiempo leía que Cataluña era lider en solidaridad. Puede que sí, que es cierto, pero no es lider en caridad.

    La diferencia entre el valor de la solidaridad y la virtud de la caridad, no existe, si solo ves la cosas puramente humanas, pero si trasciendes a lo sobrenatural, o sea hacer las mismas obras por Dios y para Dios, se transforman.

    Una cosa es darle unos euros, ropa, medicinas, ... a un necesitado o sin techo y otra de muy distinto efecto para quien lo hace y afecto, para quien lo recibe es ofrecerle lo mismo, pero con una compañía personal, palabras de consuelo, y sobre todo que tengan presente, que aun en esas circunstancias dolorosas es en que se encuentran, saber encontrar un momento para decirles QUE DIOS TE AMA.

    JÓVENES DE SAN JOSÉ. Vosotros tenéis la formación y el coraje, junto con la GRACIA DE DIOS. Gracias. Rezaré por vosotros y Dios os bendiga en ese Ano Nuevo que empezamos.

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  2. Podríais indicar su cuenta corriente?

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