Imagen de la Misa de la Virgen de la Merced del pasado año |
Para empezar, en el programa festivo de la Mercè no aparece la misa que se celebrará a las 10,30 de la mañana. Así lo explicó ya la alcaldesa Ada Colau el pasado mes de julio cuando anunció, religiosa en nombre de la “laicidad” de su gobierno, la programación institucional sin la ceremonia religiosa. La alcaldesa no asistirá a la misa y se supone que tampoco su equipo de gobierno. Y la consecuencia inmediata es que el ayuntamiento ya no se encargará del protocolo de la ceremonia y si asiste alguna autoridad será a título personal. Se da por hecho que algunos concejales de la oposición asistirán. Y no está confirmada aún la presencia del presidente de la Generalitat Artur Mas. “Desde 1698 la misa la organizaba el ayuntamiento e invitaba a presidirla al arzobispo de Barcelona”, aseguran desde fuentes diocesanas. Y tras la misa se organizaba la procesión de acción de gracias a la Virgen por haber liberado la ciudad de una plaga.
La procesión se celebró discretamente el pasada sábado con salida desde la basílica de Mercè y llegada a la catedral, donde culminó con una misa presidida por el arzobispo Lluís Martínez Sistach. Esta vez cambió el recorrido y no pasó por delante del ayuntamiento donde era tradicional que saliesen a saludar los concejales.
La misa de este jueves será presidida por el arzobispo Martínez Sistach y los obispos de las diócesis sufragáneas de Terrassa y Sant Feliu de Llobregat porque la Mercè no sólo es patrona de Barcelona sino también del arzobispado. El cardenal se encargará de la homilía, que tratará de un tema tan candente como el de los refugiados y la pobreza, pero se alejará de cualquier connotación política relacionada con esta polémica sobre la fiesta o con las elecciones del próximo domingo. El cardenal presidirá esa misma tarde, a las cinco, una misa en la Sagrada Familia en la que se ordenarán cuatro diáconos y dos sacerdotes.
Imagen del año pasado en que un reducido grupo protestó ante el paso del sérquito de autoridades |
El arzobispado ya lamentó en su día la decisión municipal al considerar que la misa solemne era una tradición de las fiestas y que muchos ciudadanos de Barcelona son católicos y valoran esta celebración. Así mismo recordó que la presencia de la orden religiosa de los Mercedarios en Barcelona se remonta a 1218 y que si su misión era entonces la de rescatar cautivos y después la de atender presos, hoy sigue siendo vigente ante la problemática de los refugiados.
*Escrito publicado por Josep Playá Maset en La Vanguardia el 22 de septiembre de 2015
ORACION
ResponderEliminarVirgen y Señora nuestra de la Merced,
a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo,
nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén
ORACION
María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres.
La Trinidad Santa te envió a Barcelona, mensajera de libertad y misericordia, para, por medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres.
Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz.
Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar.
Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre.
GOIG A LA MARE DE DÉU DE LA MERCÈ
Deis captius Mare ¡ Patrona, puix del
Cel ens heu baixat: Princesa de
Barcelona, protegiu vostra ciutat.
Els reis moros tenen plenes ses
masmorres de captius que el remor de
les cadenes ploren llàgrimes a rius.
Jesucrist no els abandona, puix Nolasc
els ha escoltat:
Veu Nolasc els seus martiris i a la
Verge els oferí, jardinera d’eixos lliris
que trepitja el sarraí.
De les mares la més bona ais bons
presos s’ha afillat:
Entre càntics i harmonia a Nolasc
s’apareix, la nit fosca es torna dia que
de llum tot ho rubleix. Té a un costat
Santa Madrona, Santa Eulàlia a altre
costat:
Descobrint Ella el misteri diu: -Nolasc,
no tinguis por; deis que estan en
captiveri tu en seràs el redemptor.
Jo seré ta companyona, tu seràs el meu
soldat:
Dónan’n compte al rei En Jaume i a
Ramon de Penyafort, i a arrancar filis
ajudau-me d’entre el braços de la
mort. Ves tu a l’África i destrona a qui
el món té esclavitzat:
En aquella hora Maria, bella font de
les Mercès, com deis reis la estrella un
dia, deixa’s veure de tots tres.
Del Cel baixa, com una ona, dolç
perfum de caritat:
Nostra Seu hermosa i bella d’aquesta
Orde és el bressol, l’orient d’aquesta
estrella que els esclaus prendran pel
sol. Per blasó amb sa creu els dona,
l’ample escut del Principat:
Oh captius de Moreria, no ploreu ja
de tristor, que la Verge vos envia
missatgers del seu amor. Donaran
fins sa persona per comprar-vos el
rescat:
Ve Maria a rompre els llaços a
vuitanta mil esclaus; saludeu-la, que
sos braços són cadenes molt suaus.
Ella el món desengrillona de la serp
que el té lligat:
Amb blanc hàbit de puresa van ¡
vénen per la mar els coloms de la
Princesa que té aquí son colomar.
Per tota Àfrica ressona el seu cant de
llibertat:
No té esclaus ja Moreria, Llucifer els té
a milions.
Oh! preneu-los-hi, Maria, tots els
regnes i nacions.
Es l’infern la negra androna de la gran
captivitat:
Barcelona enamorada vos fa trono del
seu cor: puix del Cel li sou baixada,
feu-ne cel de vostre amor. Vostre braç
que esforç els dóna sia sempre al seu
costat:
En certamen de cent pobles sa corona
li da’l món; la pren ella i amb mans
nobles la ha posada en vostre front.
Per sa Reina vos corona la que ho és
del Principat:
Que del Cel baixeu encara vostra
imatge d’or ho diu, que amb els
braços ens empara com una àliga son
niu.
Per sa estrella us mira l’ona, per son
àngel la ciutat:
Lletra de mossèn Jacint Verdaguer
Música del mestre Lluís Millet
Pues a mí me parece bien. Ya vale de tanto fariseismo. Si no están de acuerdo con las creencias católicas, que no vayan. Ünicamente deben pensar, y eso es obligatorio por nuestra historia, que los valores que ellos sustentan, aun sin quererlo, son los valores de la Iglesia católica, afianzados a lo largo de los siglos en Europa y España.
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