Ocho menos cuarto de la tarde del sábado 12 de abril, vigilia de Ramos. Plaza de la Catedral de Barcelona, la cobla la Principal del Llobregat como tantos otros días está concluyendo la última sardana de la tradicional ballada de ese sábado. Como desde hace ya un par de años, las senyeres con la estelada lo invaden todo. También hay una encima de los bolsos y chaquetas de una muy concreta sardana: la de la colla de Mn. Josep María Turrull. Hay que saber que los catalanes, cuando bailamos sardanas, ponemos las prendas en el centro del círculo para que ningún desaprensivo nos robe. Esta vez un avispado lector de Germinans roba una fotografía y graba un video. Más tarde nos envía el material: el rector del Seminario e ilustre canónigo Turull bailando el final de la tirada de pasos largos. Aire i amunt! Y un muy escueto comentario en el correo que nos envía. Es un laico celoso, con alma de apóstol:
"Luego se inquietan porque el seminario de Barcelona no tiene “nuevas vocaciones". Por lo menos, podían disimular un poco y no ser tan descarados con los fieles católicos residentes en Cataluña que se ven marginados. Evidentemente, no es que no haya nuevas vocaciones sino que salen huyendo de Barcelona hacia otros seminarios. Teniendo en cuenta en qué fechas estamos, ¿no tiene el rector otras cosas más importantes que hacer? ¡Es indignante!”
¿Para qué glosar más? ¿Para qué deshacernos en más concreciones? No son las esteladas en sí mismas las que nos molestan en este caso. Y resulta más que evidente que no es la sardana: “la dansa més bella de totes les danses que es fan i es desfan” Ni siquiera que un sacerdote baile sardanas: hay poblaciones en las que tradicionalmente y en fechas muy señaladas, la sardana no comenzaba hasta que el párroco no se decidía a dar los primeros pasos. Son las fechas, es el personaje, es el lugar, es el entorno, es el aliño, es el olor…
Esto acabará y acabará muy mal. Pero la sardana no la hemos enrevesado nosotros. Era “revessa” de origen. Las tiradas las contaron mal, él y Sistach. Que den por hecho que no habrá un “Visca!” final…
Esto acabará y acabará muy mal. Pero la sardana no la hemos enrevesado nosotros. Era “revessa” de origen. Las tiradas las contaron mal, él y Sistach. Que den por hecho que no habrá un “Visca!” final…
Bona Pasqua i millor mona!
Prudentius de Bárcino
Don Prudentius, usted nos dice: "Evidentemente, no es que no haya nuevas vocaciones sino que salen huyendo de Barcelona hacia otros seminarios."
ResponderEliminarDesde luego, el problema no es que un sacerdote baile sardanas, al contrario, si sabe, veo bien que también enseñe a bailarlas, porque son preciosas.
La cuestión está en que siendo, este sacerdote rector del Seminario, lo tendria que tenerlo lleno de seminaristas y no sería tan difícil, aún en esos tiempos, si las enseñanzas fueran más ortodoxas, en una palabra, de acuerdo con el Magisterio de la Iglesía.
Alguién me podrá decir, y con razón, que hay algunos buenos profesores, sí ciertamente, pero al menos hay uno, para el cual el INFIERNO no existe y así lo enseña, con todas las consecuencias que de ello se derivan.
Aún en esas condicones, pueden salir buenos sacerdotes, porque una cosa es lo que les enseñan y otra es que como generalmente Dios, escribe recto en renglones torcidos, una cosa es lo que han estudiado y otra es la práctica ministerial. Pero la mayoria si pueden van a donde se estudia más a gusto.
Resultado de todo ello el escaso número de ordenaciones que hay en Barcelona, comparando la importancia de la Archidiócesis.
Si fuéramos buscando los seminaristas catalanes que hay en el resto de los Seminarios españoles seguro que nos quedaríamos asombrados de lo que nos dejamos perder.