El 19 del pasado diciembre el Patronato del Institut Borja de Bioètica -presidido por la hermana Margarita Bofarull, discípula del jesuita abortista Francesc Abel - ha designado a Montserrat Esquerda Aresté, nueva directora general del eugenésico Instituto. El rector de la pesudocatólica Universitat Ramon Llull, Josep M. Garrell Guiu, tal y como prevén los estatutos universitarios, ha procedido a su nombramiento. Paralelamente, el Patronato del Borja también ha nombrado a Helena Roig Carrera nueva directora adjunta de la institución.
A Margarita Bofarull, la cara amable del chiringuito, la conocemos de sobra. Núria Terribas se había significado durante años como el martillo neumático que derruía sistemáticamente la doctrina y la moral católicas desde la bioética institución. Con la meliflua hermanita Bofarull en la decadente Academia Pontificia por la Vida, la Terribas se había convertido en un lastre progre del que había que desembarazarse lo más rápidamente posible. Le dieron el finiquito a primeros de septiembre.
A Margarita Bofarull, la cara amable del chiringuito, la conocemos de sobra. Núria Terribas se había significado durante años como el martillo neumático que derruía sistemáticamente la doctrina y la moral católicas desde la bioética institución. Con la meliflua hermanita Bofarull en la decadente Academia Pontificia por la Vida, la Terribas se había convertido en un lastre progre del que había que desembarazarse lo más rápidamente posible. Le dieron el finiquito a primeros de septiembre.
Y ahora, ¡cómo no!, después de la liposucción… silicona, botox, y ¡nueva nariz!, pistoleras fuera y un rostro rejuvenecido. Como aquel gitano que compró a precio de saldo un mulo viejo y consumido. Después de lavarlo, peinarlo y ponerle herraduras se lo llevó a la feria de ganado para venderlo por mucho más; pero dio la casualidad de que pasó por allí el antiguo dueño, el que había vendido el mulo al gitano. Al contemplar su antigua propiedad exclamó: ¡Quien no te conozca, que te compre!
Montserrat Esquerda Aresté no sólo es médico pediatra, también delegada de Pastoral de la Salud, miembro del Consejo Pastoral Diocesano, del Centro de Orientación Familiar y del Consejo Técnico del Instituto de Ciencias Religiosas, todo ello en el obispado de Lérida. Este incensado currículum no ha sido óbice para que la flamante nueva directora general del Borja se despachase así en una conferencia titulada “Genética humana, clonación, fecundación in vitro, células madre”: la complejidad técnica, la lejanía de la relación del acto con la consecuencia o la ambivalencia entre intencionalidad y efecto hace que nos sea muy difícil juzgar las acciones como buenas o malas. La bioética nace del debate inter y trans disciplinario tratando de establecer criterios en un contexto de incertidumbre.
Es la moral de situación. La bondad o malicia de la acción no viene dada por una ley universal e inmutable, sino que se determina por la situación en la que el individuo se encuentre. Del estado anímico o circunstancial se quiere hacer depender la moralidad de la acción. Las cosas no tendrían entonces un valor objetivo -por lo que son en sí mismas, buenas o malas-, sino que las cosas tienen valor porque han sido elegidas. No hay ley moral ninguna, sino una sucesión de actos o situaciones. Los oráculos relativistas del Instituto Borja olvidaron desde el principio que la primera razón de la moralidad viene dada por la acción misma; que hay acciones intrínsecamente graves e ilícitas, al margen de situaciones límite de cualquier tipo. Aún más, puede haber circunstancias en las que el hombre tenga obligación de sacrificarlo todo, incluso la propia vida, por salvar el alma… si todavía creen en ella, claro.
La nueva directora adjunta, Helena Roig Carrera, no se queda atrás. Licenciada en Medicina, Máster en Bioética por el eugenésico Institut Borja de Bioètica-Universidad Ramón Llull- y miembro de la Comisión de Deontología del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Fervientes apóstoles del derecho al aborto, los sesudos galenos del Colegio se destacaron por poner a parir el proyecto de ley del ex ministro Ruiz Gallardón. Les sacaba de quicio que la malograda reforma no contemplase la malformación del bebé para abortar y que dependiese de una evaluación psiquiátrica. El marco legal para abortar -decían- debe ser poco intervencionista, ponderado y no impositivo. La presencia de la Dra. Roig en la comisión deontológica no parece haber cambiado las amorales categorías éticas en las que se mueve la institución profesional. Tampoco se ha destacado por intentarlo. En caso contrario, lo sabríamos.
Tal vez el adormilado presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Mons. Carrasco de Paula haya recibido una satisfacción cumplida en su afán de lavarle la cara a Margarita Bofarull y a su decrépito Instituto. Roma no deja de estar lejos, a pesar de un internet donde están la vida y milagros de casi todo el mundo, pero que muy pocos en el Vaticano parecen consultar. A la vista está…
Con estos mimbres, el Instituto Borja -oliendo a incienso, eso sí y cada vez más-, tuneada su maltrecha carrocería, podrá seguir contaminando por ese tubo de escape de malolientes emisiones bioéticas, consecuencia de la mala combustión de un motor que sigue siendo el mismo que le colocó el jesuita Francesc Abel, su fundador: una especie de mix de papamóvil y coche fantástico parlante que cambia de vez en cuando de conductor. Margarita Bofarull le ha vendido otro submarino a Mons. Carrasco y él lo ha adquirido sin más.
Sin embargo, por estos lares conocemos el tufo malsano de un Instituto que, si cambiara su torcida doctrina, tendría que cerrar. Y no ha cerrado, sino que sigue subvencionado por el poder, asesorando en cualquier consejo bioético de un hospital que necesite que le digan que, haga lo que haga, todo acaba estando bien. Porque, a fin de cuentas, el acto cada vez está más lejos de la consecuencia y la ambivalencia entre intencionalidad y efecto nos impide juzgar las acciones como buenas o malas. ¡Olé por el Instituto y por sus nuevas directoras!
La finiquitada Nuria Terribas, el oráculo abortista, puede respirar tranquila porque ha visto cumplido un deseo que ha resultado profético: Estoy segura de que el Instituto Borja continuará siendo antorcha de la bioética, respetuosa con la pluralidad moral de nuestra sociedad, pero también con rigor y criterio, exigible de toda institución académica, y desde los valores que inspiraron su creación en el año 1976. Esa pluralidad, la pluralidad moral del jesuita Francesc Abel, de Nuria Terribas y de Margarita Bofarull; una pluralidad moral que ha comprado el Hospital de San Juan de Dios de Esplugues –diócesis de San Feliu-, que los acoge en sus instalaciones. Es la pluralidad que permite a la Orden Hospitalaria vivir tranquila con su meganevera de embriones congelados, sus bebés medicamento –libres de taras hereditarias-, sus abortos por encargo –si estás de pocas semanas ¡o de muchas!-, sus píldoras del día después y sus ligaduras de trompas.
Más de lo mismo. Aunque ahora transformado el Instituto Borja al estilo del Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Ese trastorno disociativo de la identidad que hace que una misma persona o institución tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí, según pontifiquen en la Academia Pontificia, en la Comisión Deontológica, el Comité de Bioética de Cataluña o en la Comisión eugenésica de San Juan de Dios. A esa pluralidad moral están abonadas las señoras Montserrat Esquerda y Helena Roig a pesar de sus aterciopelados currículos de cristianas ejemplares. ¡Quien no los conozca que los compre!
Montserrat Esquerda Aresté no sólo es médico pediatra, también delegada de Pastoral de la Salud, miembro del Consejo Pastoral Diocesano, del Centro de Orientación Familiar y del Consejo Técnico del Instituto de Ciencias Religiosas, todo ello en el obispado de Lérida. Este incensado currículum no ha sido óbice para que la flamante nueva directora general del Borja se despachase así en una conferencia titulada “Genética humana, clonación, fecundación in vitro, células madre”: la complejidad técnica, la lejanía de la relación del acto con la consecuencia o la ambivalencia entre intencionalidad y efecto hace que nos sea muy difícil juzgar las acciones como buenas o malas. La bioética nace del debate inter y trans disciplinario tratando de establecer criterios en un contexto de incertidumbre.
Es la moral de situación. La bondad o malicia de la acción no viene dada por una ley universal e inmutable, sino que se determina por la situación en la que el individuo se encuentre. Del estado anímico o circunstancial se quiere hacer depender la moralidad de la acción. Las cosas no tendrían entonces un valor objetivo -por lo que son en sí mismas, buenas o malas-, sino que las cosas tienen valor porque han sido elegidas. No hay ley moral ninguna, sino una sucesión de actos o situaciones. Los oráculos relativistas del Instituto Borja olvidaron desde el principio que la primera razón de la moralidad viene dada por la acción misma; que hay acciones intrínsecamente graves e ilícitas, al margen de situaciones límite de cualquier tipo. Aún más, puede haber circunstancias en las que el hombre tenga obligación de sacrificarlo todo, incluso la propia vida, por salvar el alma… si todavía creen en ella, claro.
La nueva directora adjunta, Helena Roig Carrera, no se queda atrás. Licenciada en Medicina, Máster en Bioética por el eugenésico Institut Borja de Bioètica-Universidad Ramón Llull- y miembro de la Comisión de Deontología del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Fervientes apóstoles del derecho al aborto, los sesudos galenos del Colegio se destacaron por poner a parir el proyecto de ley del ex ministro Ruiz Gallardón. Les sacaba de quicio que la malograda reforma no contemplase la malformación del bebé para abortar y que dependiese de una evaluación psiquiátrica. El marco legal para abortar -decían- debe ser poco intervencionista, ponderado y no impositivo. La presencia de la Dra. Roig en la comisión deontológica no parece haber cambiado las amorales categorías éticas en las que se mueve la institución profesional. Tampoco se ha destacado por intentarlo. En caso contrario, lo sabríamos.
Tal vez el adormilado presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Mons. Carrasco de Paula haya recibido una satisfacción cumplida en su afán de lavarle la cara a Margarita Bofarull y a su decrépito Instituto. Roma no deja de estar lejos, a pesar de un internet donde están la vida y milagros de casi todo el mundo, pero que muy pocos en el Vaticano parecen consultar. A la vista está…
Con estos mimbres, el Instituto Borja -oliendo a incienso, eso sí y cada vez más-, tuneada su maltrecha carrocería, podrá seguir contaminando por ese tubo de escape de malolientes emisiones bioéticas, consecuencia de la mala combustión de un motor que sigue siendo el mismo que le colocó el jesuita Francesc Abel, su fundador: una especie de mix de papamóvil y coche fantástico parlante que cambia de vez en cuando de conductor. Margarita Bofarull le ha vendido otro submarino a Mons. Carrasco y él lo ha adquirido sin más.
Sin embargo, por estos lares conocemos el tufo malsano de un Instituto que, si cambiara su torcida doctrina, tendría que cerrar. Y no ha cerrado, sino que sigue subvencionado por el poder, asesorando en cualquier consejo bioético de un hospital que necesite que le digan que, haga lo que haga, todo acaba estando bien. Porque, a fin de cuentas, el acto cada vez está más lejos de la consecuencia y la ambivalencia entre intencionalidad y efecto nos impide juzgar las acciones como buenas o malas. ¡Olé por el Instituto y por sus nuevas directoras!
La finiquitada Nuria Terribas, el oráculo abortista, puede respirar tranquila porque ha visto cumplido un deseo que ha resultado profético: Estoy segura de que el Instituto Borja continuará siendo antorcha de la bioética, respetuosa con la pluralidad moral de nuestra sociedad, pero también con rigor y criterio, exigible de toda institución académica, y desde los valores que inspiraron su creación en el año 1976. Esa pluralidad, la pluralidad moral del jesuita Francesc Abel, de Nuria Terribas y de Margarita Bofarull; una pluralidad moral que ha comprado el Hospital de San Juan de Dios de Esplugues –diócesis de San Feliu-, que los acoge en sus instalaciones. Es la pluralidad que permite a la Orden Hospitalaria vivir tranquila con su meganevera de embriones congelados, sus bebés medicamento –libres de taras hereditarias-, sus abortos por encargo –si estás de pocas semanas ¡o de muchas!-, sus píldoras del día después y sus ligaduras de trompas.
Más de lo mismo. Aunque ahora transformado el Instituto Borja al estilo del Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Ese trastorno disociativo de la identidad que hace que una misma persona o institución tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí, según pontifiquen en la Academia Pontificia, en la Comisión Deontológica, el Comité de Bioética de Cataluña o en la Comisión eugenésica de San Juan de Dios. A esa pluralidad moral están abonadas las señoras Montserrat Esquerda y Helena Roig a pesar de sus aterciopelados currículos de cristianas ejemplares. ¡Quien no los conozca que los compre!
Custodio Ballester Bielsa, pbro.
sacerdotesporlavida.es
Mn. Custodio, muchas gracias por su firme decisión en la defensa de la vida. Que Dios le bendiga todo su ministerio.
ResponderEliminarDe entre la múltiples intervenciones de Juan Pablo II, es necesario destacar sus continuas alusiones al tema del aborto en las encíclicas Redemptor hominis (n. 13 y 14), Dives in misericordia (n. 12), Dominum et vivificantem (n. 43), así como la exhortación apostólica Familiaris consortio (n. 26 y 30). En todas ellas se defiende la vida humana desde el primer momento y se alza una voz en contra del aborto. Esta preocupación no está ausente ni siquierea en las encíclicas específicamente “sociales”, como la Sollicitudo rei socialis (n. 25 y 26) o la Centesimus annus (n. 39). Especial dramatismo alcanza el tema en la carta apostólica Mulieris dignitatem (15.8.1988), donde se alude con palabras vibrantes a un problema social y moral, que con frecuencia se trata de silenciar:
“Una mujer es dejada sola con su pecado y es señalada ante la opinión pública, mientras detrás de este pecado ‘suyo’ se oculta un hombre pecador, culpable del ‘pecado de otra persona’, es más, corresponsable del mismo (...) ¡Cuántas veces queda ella abandonada con su maternidad, cuando el hombre, padre del niño, no quiere aceptar su responsabilidad! Y junto a tantas ‘madres solteras’ en nuestra sociedad, es necesario considerar además todas aquellas que muy a menudo, sufriendo presiones, incluídas las del hombre culpable, ‘se libran’ del niño antes de que nazca. ‘Se libran’, pero ¡a qué precio! La opinión pública actual intenta de modos diversos ‘anular’ el mal de este pecado; pero normalmente la conciencia de la mujer no consigue olvidar el haber quitado la vida a su propio hijo, porque ella no logra cancelar su disponibilidad a acoger la vida, inscrita en su ‘ethos’ desde el ‘principio’” (n. 14).
En el Catecismo de la Iglesia Católica (1992). Ahí se afirma que “desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (n. 2270); se recuerda la enseñanza tradicional de la Iglesia, según la cual “el aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemenTe contrario a la ley moral” (n. 2271); se explica la pena canónica (CIC cán 1398) de la excomunión latae sententiae (n. 2273); se afirma la importancia de la defensa de la vida humana inocente como un “elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación” (n. 2273); y se recuerdan los criterios ofrecidos por la Instrucción Donum Vitae sobre el respeto al embrión y las intervenciones en el patrimonio cromosómico y genético (nn. 2274.2275).
En la Carta a las familias , publicada por Juan Pablo II, con motivo del año Internacional de la Familia, se afronta directamente, el escándalo social y político de las legislaciones pro-abortivas, poniéndolas veladamente en comparación con la legislación nacionalsocialista:
“Cómo no recordar a este respecto, las desviaciones que el llamado estado de derecho ha sufrido en numerosos países? Unívoca y categórica es la ley de Dios respecto a la vida humana. Dios manda: No matarás (Ex 20,13). Por tanto, ningún legislador humano puede afirmar: te es lícito matar, tienes derecho a matar, deberías matar. Desgraciadamente, esto ha sucedido en la historia de nuestro siglo, cuando han llegado al poder, de manera incluso democrática, fuerzas políticas que han emanado leyes contrarias al derecho de todo hombre a la vida, en nombre de presuntas como aberrantes razones eugenésicas, étnicas o parecidas.
TESTIMONIO IMPRESIONANTE DE MONTSERRAT BALCELLS CONTRA EL ABORTO.
ResponderEliminar"ME TRAJERON EN UNA BANDEJA UN FETO RECIÉN ASESINADO"
Montserrat era técnico de Rayos en el hospital Sant Pau de Barcelona cuando le trajeron en una bandeja a un feto que acababan de abortar. “La impresión que sentí al ver a ese niñito que acababan de matar no se la deseo a nadie”, declara Montserrat, que todavía se estremece al recordar ese momento.
En este hospital, en el que la Iglesia pertenece al consejo directivo, se llevan practicando abortos desde hace años. Montserrat asegura que denunciar esta situación y defender el derecho a la vida, le ha costado su puesto de trabajo. En 2013 decidieron no renovarle el contrato, a pesar de que sus supervisores se mostraron siempre muy satisfechos con la labor que realizaba.
Denuncia la pasividad de la Iglesia ante la situación que se está produciendo en el Sant Pau. “Cuando yo acudí al Arzobispado para avisarles de que se estaban realizando abortos, el arzobispo no quiso recibirme” relata Montserrat. La derivaron al representante de la Muy Ilustre Administración del Sant Pau, que sí la escuchó, pero le replicó que a él le decían que no se practicaban abortos. Para Montserrat esto no era más que una forma de cerrar los ojos ante la evidencia: “Yo le contesté que eso era muy fácil de creer si es que no querías creerlo, pero que estaba demostrado y yo se lo podía demostrar”.
CONTINUACIÓN DEL TESTIMONIO DE MONTSERRAT...
ResponderEliminarMontserrat entró a trabajar en el Hospital Sant Pau en julio de 2009 como técnico de rayos X, para realizar mamografías en el Servicio de Radiodiagnóstico. Eligió este centro porque “es un hospital de referencia” en el que podría desarrollarse como profesional. Durante varios años trabajó en el hospital sin tener ningún tipo de problema y manteniendo una relación muy buena con sus compañeros, que ya conocían cuáles eran sus creencias.
Pero las cosas empezaron a cambiar cuando sus compañeros empezaron a atacar sistemáticamente a la Iglesia, a la que responsabilizaban de una serie de decisiones polémicas tomadas por el centro. Montserrat salió en defensa de la Iglesia y afirmó que “si de verdad tomara parte en estas decisiones, haría más hincapié en que no se realizaran abortos en este hospital”. Este comentario, al parecer, lo cambió todo.
A los pocos días, su supervisor la llamó a su despacho y, a puerta cerrada, le exigió saber qué diría ella si él le dijese que estaba a favor del aborto. “Fue un comentario fuera de lugar, que no tenía nada que ver con mi trabajo”, opina Montserrat. Pero ahí no terminó todo. A esta actitud desafiante se le unieron comentarios acerca de si Monterrat se consideraba la heroína del Sant Pau, tal y como le preguntó directamente un día su supervisor. “Y no, no me considero una heroína, me considero una persona como Dios manda”, señala la ex trabajadora del Sant Pau.
“Yo manifesté siempre el derecho a la vida, que no es algo extraordinario, es lo normal vivir”, afirma Montserrat. Esa manifestación de sus principios hizo que se resintiera su relación con sus compañeros de trabajo, hasta llegar a una situación de auténtico acoso en la que se sucedían los “comentarios jocosos, burlescos y de todo tipo”. Hasta tal punto llegaron los ataques y el ambiente hostil, que Montserrat se vio obligada a pedir la baja durante un mes en verano
Finalmente, un día su supervisor le mandó llamar para comunicarle que prescindirían de ella definitivamente. Para darle la noticia, eligió comenzar con un “Sé que lo necesitas pero…”. A Montserrat le sorprendió esta decisión, ya que su supervisor le había llegado a prometer un puesto fijo. “Utilizaron la crisis como excusa, pero la realidad es que mi puesto se lo dieron a la novia del ayudante del jefe a la que yo enseñé”, denuncia esta técnico de rayos.
Ahora Montserrat se encuentra en una situación insostenible: sin trabajo y con cuatro hijos a los que mantener. Quiere poder volver a su trabajo en el Sant Pau porque le encanta, y ha escrito una carta difundida por Hazte Oír para recoger firmas para ser restituida en su puesto de trabajo.
El Arzobispado de Barcelona, presente en el Patronato del Hospital Sant Pau, ha expresado en varias ocasiones que si no dejan de practicarse abortos, saldrá del consejo directivo. Para Montserrat, esto sería un error ya que, en su opinión, “tenemos que seguir al pie del cañón, porque lo que tenemos que hacer es salvar todas las vidas posibles”.
"Con la meliflua hermanita Bofarull en la decadente Academia Pontificia por la Vida..."
ResponderEliminarEsta academia fue creada por san Juan Pablo II y puso como primer director al famoso Jérôme Lejeune durante unos breves meses hasta su fallecimiento (febrero - abril 1994).
San Juan Pablo II hizo este favor a Lejeune porque fue un científico perseguido por su posición provida, aún siendo el genetista que ya en 1958, identificó la trisomía del par cromosómico 21 como causa genética del Síndrome de Down, y ser, además, el padre de la genética moderna.
Su fundación ha hecho una excelente e increible promoción en Francia de la cultura de la vida de san Juan Pablo II, y éste es el enlace donde se pueden encontrar unos manuales utilísimos y muy bien hechos sobre aborto, eutanasia, ideología de género y bioética actualizados, cosa que no ha hecho el inútil e ineficaz Instituto Borja de Bioética:
http://www.fondationlejeune.org/blog/tag/Manuel
Puede ser pronto san Jérôme Lejeune, dado que está abierta su causa de beatificación y canonización.
"...el adormilado presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Mons. Carrasco de Paula..."
¡Qué diferencia entre el primer director Jérôme Lejeune y este blandurrio, pastoso, amorfo, mórbido, flácido, evanescente, inexistente último director Mons. Carrasco, qué retroceso de decenios hacia la nada! ¿Cómo se deja tomar el pelo Francisco?
No es la perspicacia una de las virtudes de la Iglesia en Barcelona. En términos futbolísticos, es un auténtico coladero. A la perspicacia que va unida una inteligencia formada. Lo mismo que en el caso del separatismo la ignorancia va entrañablemente unida a la mala fe de prebostes (obispos, abades, religiosos, curas y monjas), también en este aspecto de la ética correspondiente a la vida, la bioética, la ignorancia va del bracete de la mala voluntad.
ResponderEliminarMe explico. Hay comportamientos inmorales que evidencian un desistimiento. Tal el del aborto en todas sus formas denunciado por Mosén Custodio practicado en hospitales de la Iglesia. Esa omisión es mala fe .No puede hablarse de desconocimiento porque median denuncias, manifestaciones, ataques a los defensores de la vida ¿O no es una agresión a la señora Balsells su rescisión de contrato? Mala fe. Mala baba quitar el pan a cuatro hijos con nombres y apellidos.
Complementando esa conducta indigna, del cardenal y del mitrado o mitrados responsables de la postura católica en los hospitales afectados, está la ignorancia de los obispos responsables del Borja. Mala fe e ignorancia. En efecto, si leemos el curriculum vitae del directorio del Borja y acometemos una acción tan obligada como bucear en la bibliografía observaremos que tales sujetos no tienen aval académico demostrado ninguno. Ni han mostrado conocimientos de filosofía moral, ni de cuestiones relativas al inicio de la vida, clonación, donación de embriones, etcétera. Sólo cabe suponerles entonces praxis. es decir, meros técnicos en el sacrificio in vivo. Podría objetarse que han realizado másters en bioética en la Universidad de Barcelona.
Hagamos un breve resumen histórico. La ética, bioética, que se enseña en la Universidad de Barcelona a la que aluden los curricula vitae de las figuras son impartidas por un autoelegido cuerpo docente de reconocida carencia intelectual (una profesora de derecho que vio futuro personal y creó el master). Eran tiempos de esplendor socialista. Los socialistas pusieron al frente de las instituciones entendidas en la materia a Palacios, un médico sectario sin formación filosófica, ni siquiera clínica o básica en ese terreno. No superaba la preparación de Aido, de infausta memoria. En efecto, los socialistas y en toda España y los nacionalistas (ERC, CUP, IC, CUP,) en Cataluña son los que denominan al embrión "amasijo celular", frase acuñada por Lluch cuando introdujo la primera ley del aborto como ministro de Sanidad. Esa es la tesis dominante, más otros dislates de no menor grosor, en los cursos de ética a los que han asistido las que dicen poseer "un máster en bioética".
Si los obispos en Cataluña tuvieran al menos el decoro de buscar gente preparada, que la hay, no estaríamos en esta ciénaga. Nada tiene que ver ese cuadro docente con personas de la talla de Justo Aznar o López Barahona. Porque hay personas coherentes y preparadas.
Aquí, no. Lo mismo en los hospitales que en otros terrenos de la ética. Por ejemplo, la empresarial o la relacionada con la investigación, alimentación, etcétera. Son muchos los que se han adornado con el remoquete de experto en ética. Auténticos impostores. Pero es lo que hay, don Custodio. La ignorancia mezclada con la mala fe, lo mismo en los asuntos relacionados con la vida que en los vinculados con la convivencia o la educación. Son así de garbosos y, a todas luces, carentes de ética.
Josep G. Trenchs 220 de febrero de 2015, 0:42
ResponderEliminarCONTINUACIÓN DEL TESTIMONIO DE MONTSERRAT...
Las vidas las salva Dios no nosotros, somos pobres humildes pecadores todos, unos más, y Dios nos juzgará. Después de leerme toda la historia de Montserrat....y más comentarios déjeme decirle que su problema es algo más profundo, además si está tan afectada y sufrió mobing, y un infierno en el H. abortista de Sant Pau, porque quiere volver, lo digo porque conozco muchos casos de mobing y muy fuertes y nadie quiere volver. Y para terminar, mantiene a sus cuatro hijos mayores de edad y con estudios? su hija vive desde hace un año en pareja fuera de Cataluña, lo digo porque fue amiga de mis hijos y los otros no sé a qué se dedican....
Ricardo B.
Ricardo B:
EliminarEl mal moral que existe en el mundo es consecuencia de nuestro pecado. El aborto es pecado. Mirar para otro lado mientras en tu entorno se cometen estas atrocidades y decir que solo Dios salva las vidas, es una aberración. Un cristiano tiene la obligación de salvar todas las vidas posibles. No somos sujetos pasivos de lo que acontece a nuestro alrededor. Nosotros somos responsables del aborto por acción directa pero también por omisión.
Pepe.
ResponderEliminarMenudos trapos sucios, si Cristo vieniera ahora mismo. No sé hasta que punto nos ayuda a tantos débiles en la fe, temerosos pero débiles, tantas historias negativas, críticas que sobrepasan mi persona. Dedicado a mis hijos, mi mujer, el trabajo, y apunto de jubilarme no me faltan fuerzas para seguir trabajando. Cuatro de mis cinco hijos estuvieron unos cuántos meses sin trabajo, pero les hemos enseñado bien, mis muchachos hasta lavando platos, o de dependientes para ganarse el sustento con carreras, hace falta esforzarnos un poco más y ser más humildes, saber ofrecer al Señor todo, porque realmente es él el que nos trasnforma, y cambia hasta el peor pecador y el cielo se alegra más. Enhorabuena Germinans y a todos los protagonistas de las historias, ya tenéis vuestra recompensa. Apa!
Pues vive en la inopia y esconde la cabeza como el avestruz. La crítica no es para destruir la autoridad, sino para que ésta mejore.
EliminarLa Ramón LLUL,L cuyo JEFE es el CARDENAL ARZOBISPO es la mas anticatolica de las universidades de Barcelona incluso pero que la totalitaria UPF donde los hombre tienen que ir al lavabo en los bares cercanos ya que solo hay vateres para MUJERES o PSEUDO MUJERES en toda la Universidad.
ResponderEliminarLuego que nadie chiste porque los seminarios estén llenos de telarañas y la Iglesias cerradas y vacías. Gracias CARDENAL.
No he terminado de leerme el artículo porque sencillamente me parece demencial. El autor es un irrespetuoso, utiliza un lenguaje ordinario y soez y es en definitiva un perfecto maleducado.
ResponderEliminar