Al final todo se sabe y a día de hoy se puede confirmar que es cierto que al cardenal Cañizares le propuso el papa Francisco suceder a Martínez Sistach como arzobispo de Barcelona. Pero la historia es más larga. Al contrario de lo que nos han ido contando, no se paró la designación en la residencia de Santa Marta, sino que fue el propio Cañizares el que se negó a ir a Barcelona.
Las fuentes que me lo han contado merecen toda mi credibilidad. Nos hallamos en la segunda quincena del mes de abril pasado. El cardenal Cañizares había insistido una y otra vez en su deseo de abandonar Roma y volver a España, sin que el Santo Padre le hiciese el menor caso. Se había sucedido la visita ad limina de los obispos españoles y el Papa ni tan siquiera les había realizado la menor insinuación con respecto a la sucesión del cardenal Rouco como obispo matritense. El único comentario que deslizó fue un enigmático “que se diviertan”, en relación a la plenaria de la Conferencia Episcopal que se desarrollaría a mediados de marzo, con la elección del arzobispo Blázquez. Se aproximaba la fecha de la canonización de Juan XIII y Juan Pablo II y un gran número de prelados españoles iban a concentrarse en Roma. Cañizares volvía sufrir los picos de tensión arterial, que tanto preocupan a sus médicos, hasta el extremo de haberle recomendado no viajar tanto.
Ante esta situación, se decidió a hablar directamente con el Papa y recordarle que ya no aguantaba más en Roma. A Francisco le sentó fatal la insistencia del purpurado valenciano. Pero éste le reiteraba que se trataba de un asunto que afectaba a su salud y que su servicio a la Iglesia sería mucho más de utilidad en España que en la Ciudad Eterna. El Papa se seguía negando, pues no entraba en sus planes substituir al prefecto de la Congregación para el Culto Divino, hasta que se decidiese la reforma de la Curia y, posiblemente, pasase dicha congregación a la de Doctrina de la Fe. El tira y afloja, dentro de la sinuosa cordialidad y respeto entre Papa y cardenal, llegó a tal extremo que a Cañizares empezaron a saltársele las lágrimas. Las fuentes que me lo han contado merecen toda mi credibilidad. Nos hallamos en la segunda quincena del mes de abril pasado. El cardenal Cañizares había insistido una y otra vez en su deseo de abandonar Roma y volver a España, sin que el Santo Padre le hiciese el menor caso. Se había sucedido la visita ad limina de los obispos españoles y el Papa ni tan siquiera les había realizado la menor insinuación con respecto a la sucesión del cardenal Rouco como obispo matritense. El único comentario que deslizó fue un enigmático “que se diviertan”, en relación a la plenaria de la Conferencia Episcopal que se desarrollaría a mediados de marzo, con la elección del arzobispo Blázquez. Se aproximaba la fecha de la canonización de Juan XIII y Juan Pablo II y un gran número de prelados españoles iban a concentrarse en Roma. Cañizares volvía sufrir los picos de tensión arterial, que tanto preocupan a sus médicos, hasta el extremo de haberle recomendado no viajar tanto.
En aquel momento, el papa Francisco decidió cortar por lo sano y le dijo a Cañizares: ¡Pues si quieres ir a España, a Barcelona!
Al cardenal le dio un vuelco el corazón. Eso no entraba en sus planes. Estaba convencido – y así lo había pedido- que iría a Madrid o a Toledo, pero el Papa no lo quería ni para la capital de España ni como Primado. Había quedado suficientemente claro.
Y Cañizares dijo no. Se negó en redondo a ir a Barcelona. Y, ni corto ni perezoso, se lo soltó de tal guisa al Papa. La carambola de Osoro todavía no estaba prevista y no se desencadenaría hasta avanzado el verano.
A Sistach, que no se le escapa nada, le llegó la noticia y aunque sabía de la negativa del valenciano, decidió tirar de Juliana y filtrar la noticia a La Vanguardia. Desconfiaba de Cañizares, por si reconsideraba su postura y amenazaba la prolongación de su mandato. Hecho que, como bien saben, le preocupa sobremanera.
Hasta aquí el relato de lo sucedido. Ahora se imponen cuatro conclusiones:
- La poca importancia que tiene la diócesis de Barcelona para el papa Francisco comparada con Madrid o incluso Toledo.
- Si al Papa se le ocurrió designar a Cañizares, puede designar a cualquier obispo no catalán para Barcelona.
- Ni Sistach ni Juliana pararon ningún nombramiento. El único que lo paró fue el propio Cañizares.
- En Roma todavía deben reírse del manifiesto de Esglèsia Plural (con sus firmas falsas) que pedía que no se nombrase al cardenal valenciano.
Gracias por proporcionar la información sobre esta importante noticia, que abre el inquietante interrogante de si otros prelados de gran valía se negarán a venir a nuestra diócesis, por temor a la situación política pero sobre todo por una situación de la Iglesia que parece casi irremediable.
ResponderEliminarTengo la tentación, pero no lo hare por guardar los secretos y más si tienen caracter pontificio.
ResponderEliminarEn este articulo hay muchas cosas que no son ciertas.
Primero el Papa no actua nunca ni en público, ni en privado, con ese estilo que enumeran aquí. Esto lo saben todas las personas que trebajan en la Curia Vaticana, y las personas sacerdotes y laicos que han colaborado con él en el gobierno de los Jesuitas, como Obispo Auxiliar, y después de Arzobispo-Cardenal de Buenos Aires.
Segundo fue el Papa Francisco que no confirmo al Cardenal Cañizares al frente del dicasterio, y no al reves. Sus razones tendra.
Tercero este verano el Cardenal Cañizares estaba trasladando cosas y enseres personales de Roma a casa de unos familiares en Madrid, porqué él creia que iria a Madrid.
Es más cuando Mons. Osoro le llamo al móvil al Cardenal Cañizares para comunicarle su nombramiento a Madrid y que él iria a Valencia, tuvo que dejarle un mensaje, porqué Cañizares esta con paquetes y cajas en la mano, y no pudo ni coger el móvil para responder.
Rouco Varela habia unos días antes llamado a la Nunciatura para conocer el nombre de su futuro sustituto en Madrid, está no le dijo nada de nada por orden directa de la Santa Sede.
El escritor Arturo San Agustín cuando le pregunto al Cardenal Cañizares en la Plaza San Pedro si venia a Barcelona, este se puso rojo como un tomate, y se escubullo sin responder, ni despedirse de él.
El Papa Francisco tiene más informes sobre la Archidiócesis de Barcelona a parte de los que le dan sus responsables.
Y no cuento más.
Al guardián de los secretos pontificios:
EliminarFue Hieronymus Tragus un botánico célebre perteneciente al grupo de los padres fundadores de la disciplina en Alemania. De ese grupo reducido, dos habían apostatado del catolicismo desde el claustro y se habían unido a la Reforma. Con un odio africano contra su antigua religión, por decirlo en palabras de entonces. En el prólogo de su obra magna, Bock (Tragus) no desperdicia la ocasión y arremete contra los curas católicos que rezan ostensiblemente. Eso parece ser que ocurre a los vaticanistas secesionistas de acá.
No soy vaticanólogo, ni barcenólogo. Ni siquiera franciscólogo. Desgraciadamente los usos de Jorge Bergoglio antes de ser elegido pontífice son objeto de controversia pública (publicada) y carecen de interés, en cuanto criticables puedan ser, una vez elegido Pontífice. Por tanto, a mi ignorancia se une la falta de apetencia de dimes y diretes.
Pero tampoco entiendo la animosidad contra Cañizares del guardador de los secretos pontificios. Oriolt, que sabe defenderse solito, ha escrito una página benemérita en defensa de una persona vilmente atacada por los secesionistas seudocristianos por razones tan cretinas como que no es catalán o defiende la doctrina moral social cristiana. A esa caterva proterva se suma, entiendo yo, el experto en secretos vaticanos, en llamadas no respondidas o en las impresiones de un periodista al que, por razones estrictamente profesionales durante su estancia en EL Periodico de Cataluña, a mí no me merece ningún respeto en lo concerniente a objetividad informativa.
Por muy experto en secretos vaticanos o muy contacto directo que tenga con Sistacnh, lo segundo apesta a distancia, sus palabras no valen más que las de Oriolt. De hecho, cualquier estadístico diría que son menos probables y más sesgadas.
El escritor Arturo San Agustín, según califica usted, con más realce ahora al tener más espacio en el diario LV, tiene la credibilidad del citado medio LV, NINGUNA.
EliminarPara anómimo que sabe, el menda lerenda:
ResponderEliminar1- Cañizares ya pidió a Benedicto XVI volver a España.
2- Lo del estilo de Francisco, pregunten a los fieles de la archidiócesis de Buenos Aires.
3- Efectivamente, Cañizares quería ir a Madrid. Pero que el Papa le quiso mandar a Barcelona es cierto. Como la aceptación de la renuncia de Sistach tardaría unos meses más, así ganaba tiempo para nombrarle un sustituto al frente de Culto Divino, si es que mantiene el dicasterio, que no está claro.
4- El Santo Padre tiene un enfado con Cañizares monumental. Ver a un cardenal llorando mientras implora regresar a España no debe ser agradable. Que no aceptara Barcelona es comprensible. Sabe bien lo que le ocurrió al cardenal Marcelo, a quien no llega ni a la suela de los zapatos, y que sería recibido con cuchillos en los dientes, pistola en mano y guerra de guerrillas.
5- La necesidad de hacerle hueco al cardenal valenciano ha impedido que Fidel Herráez sea el nuevo arzobispo de Madrid, como deseaba el cardenal Rouco y el propio Francisco. El Papa se negó en redondo a que Cañizares le "impusiera" no solo su regreso sino su destino. Ni Madrid ni de nuevo como primado de España.
6- Todo esto demuestra que la llegada de Osoro a Madrid es por circunstancias ajenas a su persona, aunque el Papa también le aprecia.
7- El Nuncio ha tratado muy cochinamente al cardenal Rouco. Tuvo el valor de decirle que no le podía comunicar telefónicamente el nombre de su sucesor y que se lo tenía que decir en persona. Al final, el cardenal Rouco fue casi el último en enterarse. Lo sabía antes el ministro de Interior, el secretario de la CEE y casi, casi, las señoras de la limpieza de la catedral de la Almudena. Una de las cosas que va a hacer el cardenal Rouco en el mes que se va a pasar en Roma cuando tome posesión Osoro, es dar información de primera mano sobre como se ha llevado este asunto desde nunciatura. Lo mismo algún secretario que se cree muy listo y al que le sobra prepotencia, se queda más años de lo que pensaba sin ser nuncio.
Cañizares ha hecho muy bien de no ir a Barcelona, y lo de Marcelo puede repetirse.
EliminarFrancamente, la discusión del día (Papa, Rouco, Cañizares, Sistach, peridistas, etc.) no son otra cosa que comentarios de porteras, con perdón. ¿Quién estuvo allí? ¿Quién lo escuchó? ¿Quién puede poner la mano en el fuego? No me creo ni tanto así; lo siento pero creo que son puras especulaciones sin criterio y con mala intención y muchos intereses no confesados.
ResponderEliminarTe sorprenderías de la locuacidad de algunos de los protagonistas de este culebrón.
EliminarLa gente no habla ni escribe a humo de pajas.
Muchas especulaciones sueltan algunos tras la información que firma Oriolt, a éste sí le doy crédito, porque lo tiene acreditado y no creo yo que firme un artículo de tal importancia a humo de pajas.
ResponderEliminarEn fin, permítaseme hacer un ejercicio de 'ciencia ficción'; lo digo porque yo no tengo información y me limito a ser un observador de la realidad cotidiana barcelonesa.
Y observo en general un clero bastante contaminado de nacionalismo, sobre todo en las comarcas del interior, teniendo su más hiriente expresión en el tema de la inmersió llingüistica, que discrimina de manera inmisericorde a una importante masa de población. El bilingüismo brilla por su ausencia y muchos fieles sienten verdadero hastío de esa ridícula parafernalia nacionalista.
El Vaticano tiene una completa información sobre todos los temas que aquejan a Cataluña, y obrará en consecuencia, de una forma justa y coherente; no nos engañemos.
Pensemos en la cantidad de inmigrantes hispoanoamericanos que hay en Cataluña. Son hermanos nuestros en fe y en cultura. Es sabido que, con pretextos lingüísticos, a Jordi Pujol le gustaba más acarrear a Cataluña magrebíes para que aprendiesen la llengua catalana. Y a tal efecto nombró a don Angel Colom i Colom delegado en Marruecos para tal fin.
Bien. El papa Francisco llegó al Papado desde el fin del mundo, en frase muy conocida, desde Hispanoamérica, desde el Polo Sur, como quien dice.
Bien. El Papa Francisco es un Pastor providencial.
Y la diócesis de Barcelona necesita un Pastor providencial, en esta coyuntura.
¿Y si nombrase para Barcelona un arzobispo "católico", en el sentido griego de la palabra?. La Iglesia es Católica y sus pastores son universales. ¿O es que las diócesis de misiones exigen obispos de su tribu?. No, tampoco las diócesis del resto de España exigen obispos autóctonos.
Esa dolencia es exclusivamente catalana y empezó en la diòcesis de Barcelona en 1966, en una campaña contra Don Marcelo González Martín, promovida por el nacionalismo. Como no se atajó la enfermedad, sino que se le dio carta de naturaleza en sucesivos pontificados, cediendo a sus exigencias..., ahora nos encontramos en esta lamentable situación actual.
Vuelvo al hilo de mi ficción. ¿Y si Francisco nombrara como obispo de Barcelona a un hispoamericano?. Me imagino el clamor nacionalista, como aquellos que bramaban contra el cardenal Carles, confesando que ellos no eran católicos.
Pero me imagino también la inmensa acción de gracias de tantos hispanoamericanos en Cataluña y el resurgir espiritual de Barcelona que ello produciría.
Amén de la era de paz que sobrevendría sobre todos los fieles que se sintiesen liberados de la onerosa inmersió llingüistica.
Los sectarios de la seva quizás se removerían molestos. Pero ya tienen el folletón 'El Pregó' y algunos otros medios informativos para desahogarse.
Paz y Bien.
José de La Roda
El Papa Pblo VI se mostró tristemente sorprendido cuando en Barcelona el arzobispo Marcelo no era aceptado.
EliminarSantidad le dijo el Abad Brassó, que pasaría si pusiera a un napolitano arzobispo de Milán? Impensable, contestó el Papa...
No tendría que venir necesariamente del exterior. Podría ser un sacerdote incardinado en la diócesis de Barcelona de origen hispanoamericano. Hay varios en Barcelona, y alguno de color, que llevan muy bien sus parroquias sin ofrendar incienso en el ara nazionalista de la església nacional catalana. Y que llenan sus eucaristías de muchos fieles hispanoamericanos ahitos de inmersion lingüística.
EliminarCatolicidad=Universalidad en las diócesis de Cataluña.
José de La Roda