Con gran satisfacción he podido comprobar que tenemos otra parroquia germinante. Y, como suele pasar, no precisamente en el centro de Barcelona, sino en la periferia, a la que tanto recurre el papa Francisco. Se trata de la parroquia de Mare de Déu de Fàtima enclavada en el humilde barrio del Turó de la Peira. Tuve el gozo de asistir a su misa dominical de las 12 de la mañana. ¡Qué celebración más concurrida! Unos 200 feligreses, de todas las edades, con una más que abundante representación de la cantera latinoamericana. Muchos jóvenes y matrimonios con niños, esos que tanto se echan a faltar en nuestras comunidades más preciadas.
Como siempre hay un artífice: en Fátima lo es su párroco, Mn. Alfredo Valladares Retamero. Un cura relativamente joven, ordenado en el año 1993, el cual ya realizó una fructífera labor en la parroquia de San Sebastián de la banlieu badalonense de Pomar, donde estuvo destinado desde el año 1996 hasta 2010. Se le nota que es un sacerdote enamorado de su profesión, que conoce a sus fieles, a los que saluda uno a uno al acabar el culto. O que incluso se permite coger en brazos a una niña recién nacida, con quince días de vida y presentarla a la comunidad. Y que al final de la misa reza siempre a la Vírgen con una Salve u otro canto mariano.
Cierto es que la parroquia de Fátima no ha nacido con Mn. Valladares. Anteriormente tuvo como párroco al toledano Mn. Manuel Torrijos Duro y como vicario a Mn. Felipe Simón Muñoz, el cual procedía de la parroquia de Santa Inés, donde coincidió con Mn. José María Llorca Albero. Curiosamente tanto Simón como Llorca recalaron en la periferia de Nou Barris. El primero como vicario de Fátima y el segundo como párroco de San Francisco Javier, en el barrio de Can Peguera (antes llamado las casas baratas de Ramón Albó), donde el templo se corresponde con la antigua capilla de la masia. Las dos parroquias a ambos lados de la colina del Turó de la Peira. Ahora recogen sus frutos, aunque hay que decir que la incansable labor de Valladares ha engrandecido, aún más si cabe, la vitalidad de la parroquia de Fátima. Curiosamente se ha establecido un fenómeno de retroalimentación, dado que el ex-vicario Felipe Simón le sucedió como párroco de Pomar.
Mn. Alfredo Valladares Retamero |
Oriolt (Escrito publicado el 12 de agosto e 2013)
Compruebo extrañado que nadie se ha hecho eco de lo ocurrido en la puerta de la Parroquia de la Virgen de Montserrat de Barcelona...
ResponderEliminar¿Que ha ocurrido?
ResponderEliminarQue les arrimaron un contenedor encendido a la puerta. Nada grave, afortunadamente. La fachada un poco chamuscada y la puerta que habra que repintarla.
EliminarHoy que nuestro amigo Oriolt nos relata la fructífera vida eclesial de la Parroquia de la Virgen de Fátima, me parece justo hacer mención de dos párrocos, Mn. Joan y después Mn. Manuel Torrijos, este último, tuvo que dejar la Parroquia por una grave enfermedad, pero ambos, contribuyeron a que la misma tuviera una actividad realmemte apostólica y perseverante.
ResponderEliminarPara los que no lo sepan indicar que tanto Mn. Alfredo Valladares, como Mn. Felipe Simón, son sacerdotes de vocación nacida en las comunidades neocatecumenales de Cataluña (para que luego digan que de los 'kikos' no salen vocaciones diocesanas). Concretamente Mn. Valladares de la parroquia Stas. Juliana y Semproniana y Mn. Simón de la parroquia Sagrat Cor de Sabadell. Me alegro que sean pastores 'germinantes' y que estén haciendo un buen trabajo donde están establecidos.
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