No ha tenido la parroquia del Roser una historia 
fácil. Y su clero ha sido ciertamente variopinto. Entre sus rectores 
estuvo Don José Antonio de Peray Batlle, en sus años jóvenes; el último 
sacerdote que recuerdo que utilizase teja en Barcelona, hasta su 
repentino fallecimiento en el año 1984. Durante casi cuarenta años 
estuvo el Padre Luis Martínez Elén, uno de los curas que puedo recordar 
que más rato haya pasado en un confesionario. Tuvo también un vicario 
marxista, mosén Joan Ester Febrer, recientemente fallecido con casi 90 
años. Y una historia negra, de la que voy a correr un tupido velo, 
aunque los hechos sucedieron en Polinyà. También contó con un 
enfrentamiento entre dos sectores de la parroquia, allá por principios 
de los 80, que el cardenal Jubany solucionó a su manera, sacrificando al
 rector, mosén Josep Bach Molas, al que mandó de capellán a una 
residencia de ancianos del Maresme. Eso que eran compañeros de 
promoción. Nunca se distinguió Don Narcís por el trato a sus sacerdotes.
 Ni tan siquiera a sus coetáneos. 
      
También han surgido vocaciones del Roser. 
Hijo de esta parroquia es, por ejemplo, mosén Custodio Ballester, hoy 
tan de actualidad. El colaboró mucho con el antiguo párroco Mosén 
Galcerán y sobretodo con el anterior vicario, ya fallecido, el padre 
Lorenzo Manchado. Custodio formó parte del grupo de jóvenes de su 
tiempo. Como los grupos de jóvenes que luego revitalizó mosén Costa y 
encontraron tanto anhelo en el ejemplo de Mosén Jordi Moya.
Oriolt (escrito publicado el 5 de julio de 2011, a los cuatro meses de fallecer Mn. Jordi Moya)
P.S.: En verano de 2013, el Señor Cardenal nombró a Mn. Joan Costa párroco de Nuestra Señora de Belén, siendo substituido por otro sacerdote también vinculado al Opus Dei como es Mn. Angel Eugenio Pérez Sánchez, actual párroco.
