Lapidación
de San Esteban en las pinturas de S. Joan de Boí
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Las Iglesias de Occidente (Galia, Hispania, Africana…) a diferencia de las orientales, no admitieron en el grupo de las fiestas santorales natalicias, la de los Santos Pedro y Pablo, siguiendo el ejemplo de la Iglesia Romana donde, al menos desde el tiempo de Constantino era celebrada el 29 de junio. Incluso el uso romano excluyó del 27 de diciembre la conmemoración de Santiago apóstol, dejando únicamente la de su hermano San Juan, el evangelista. La Iglesia hispánica, a modo de ejemplo, celebra:
26 dic SAN ESTEBAN, diácono y mártir
27 dic Santa Eugenia, virgen y mártir
28 dic SANTIAGO HERMANO DEL SEÑOR, APÓSTOL
29 dic S. JUAN, APÓSTOL Y EVANGELISTA
30 dic SANTIAGO HERMANO DE SAN JUAN, APÓSTOL
31 Sta. Columba, virgen y mártir
1 enero CIRCUNCISION DEL SEÑOR
2 enero Inicio del Año
3 enero SAN JOSÉ
6 enero LA APARICION DEL SEÑOR (MANIFESTATIO)
7 enero Stos. Julián y Basilisa
8 enero LA MATANZA DE LOS NIÑOS
La presencia de la memoria festiva de Santiago, unida a la de San Juan, estaba presente en la liturgia galicana. El uso romano la excluyó, y esta aparece el 25 de julio en las recensiones más tardías del Sacramentario Gregoriano, a finales del siglo VIII, probable fecha del traslado de sus reliquias.
Estas fiestas de los santos no oscurecían la octava de Navidad, esta se mantenía viva en el oficio litúrgico, ya que el 1º y el 2º nocturno eran de la fiesta, pero el 3º nocturno de Nativitate, así como las vísperas.
El culto a San Esteban, que ya existía en Oriente a finales del siglo IV, y quizás en Italia (en Ancona) se difundió rápidamente por toda la Iglesia, acto seguido al encuentro de sus reliquias el 5 de diciembre del año 415 en Cafargamala, cerca de Jerusalén, por obra de un presbítero de nombre Luciano. Por la carta que él mandó en tal ocasión, relevamos que las reliquias del protomártir, descubiertas por él gracias a un sueño, fueron transportadas con gran pompa a Jerusalén y depuestas en la iglesia de Sion y posteriormente en un martyrium, donde cada año se celebraba su festividad. No todas las reliquias se quedaron en Jerusalen. Luciano retuvo una buena parte y las distribuyó. El famoso Paulo Orosio llevó una a Menorca en el 416, la emperatriz Eudosia a Constantinopla en el 431, muchas acabaron en África (Uzalum, Calama, Hipona…) Esa carta había tenido mucha repercusión y el culto a San Esteban tuvo un impulso extraordinario. En Roma en el siglo V existían dos basílicas dedicadas a San Esteban. En el Medioevo, fuera de Roma, la fiesta de San Esteban era considerada propia especialmente de los diáconos, a los cuales correspondía en este día presidir el oficio en el Coro y cantar la Epístola, el Gradual y el Aleluya de la misa vestidos con dalmática.
Relicario de los Inocentes- Milán |
La tumba de los Inocentes en Belén, que recuerda el itinerario de Antonino de Piacenza (siglo VI) no parecer haber sido objeto de culto litúrgico por mucho tiempo. En Occidente esa fiesta aparece por vez primera en el Calendario cartaginés y en el Sacramentario Leoniano. Quizás nació en África y de allí paso a Italia. La estación litúrgica está asignada a la basílica de San Paola Extramuros. El cardenal Schuster, gran liturgista donde los haya, conjetura en su Liber Sacramentorum, que quizás este es el postremo recuerdo de una antiquísima fiesta en honor de los Príncipes de los Apóstoles, Pedro y Pablo, ya atestada en muchos calendarios orientales del siglo IV. Sea como fuese, la antigua litúrgica romana, daba a la fiesta de los Inocentes aquella impronta festiva de júbilo que era propia de todas las fiestas de los mártires. Fue más tarde, quizás por influencias galicanas, que se advierten ciertas notas de luto, el color litúrgico de la Iglesia Romana fue el morado, no rojo, ya que estos niños fueron martirizados en un momento en que no podían alcanzar la visión beatífica. Por la compasión, por así decirlo, hacia las madres llorando de Belén, la Iglesia omitía en la Misa, el Gloria y el Aleluya. Y excepto que cayese en domingo, conmemoración semanal de la resurrección y por tanto de la coronación del triunfo de los Inocentes, ese era día de abstinencia de carne, omitiendo el canto Te Deum en el oficio. Solo en Roma eran llamados Inocentes, en todo lugar únicamente “niños”.
Como San Esteban para los diáconos, los Inocentes se convirtió en la fiesta de los niños y en este día, durante la baja Edad Media, en muchas iglesias los canónigos cedían el puesto a los niños, asumiendo todo el oficio coral, excepto la santa misa, claro está. En algunos lugares, se llegó a crear un “niño obispo” ( episcopellus- bisbetó) que con mitra y báculo se sentaba en la cátedra, impartía la bendición y era recibido en los monasterios por los abades, priores y abadesas con agua bendita. Estos usos, como es lógico, acabaron a menudo en ridículas profanaciones y sangrientas rivalidades, por lo cual, los concilios desde el siglo XIII hasta el XVI se esforzaron en reprenderlas y prohibirlas severamente.
Dom Gregori Maria
Dom Gregori Maria
Gracias Dom Gregori Maria, porque con éste y otros artículos nos introduce en la rica Historia de la Iglesia.
ResponderEliminarNo sé si lo tendrá en mente, pero en este Año de la Fe, le sugerería que nos explicara el Credo, en artículos semanales o como creyera más conveniente.
"No sé si lo tendrá en mente, pero en este Año de la Fe, le sugerería que nos explicara el Credo, en artículos semanales o como creyera más conveniente."
ResponderEliminarPor mi parte, me gustaría que se volviera a repetir la explicación de la misa en todas sus partes.
La explicación de la Misa en todas sus partes está disponible en el menú ANTIGUAS SECCIONES de la columna de la derecha.
EliminarSi quiere el enlace directo
http://www.germinansgerminabit.org/la_misa_romana/la_misa_romana.html