Los últimos finales de pontificado en Barcelona

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En estos momentos en que el pontificado de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach ha iniciado su etapa de prórroga, se me ha ocurrido recordar como fueron los últimos finales de pontificado de los anteriores arzobispos de la sede barcelonesa, para encontrar puntos de encuentro y desencuentro.

El primero al que quiero hacer referencia es el de mi muy querido y añorado Don Marcelo González Martín, el más triste de todos ya que tuvo que marcharse por piernas y no pudo finalizar su etapa episcopal en Barcelona. Siempre he pensado que nuestra lamentable situación actual es el castigo por aquello, en el pecado está la penitencia, y en el pecado de haber echado a uno de los mejores obispos que ha dado la España católica, está la dura penitencia de una diócesis desolada, con obispos que no han estado a la altura que pide una diócesis como la nuestra.

Después de que el joven Jordi Pujol y sus muchachos montaran el tinglado del Palau de la Música Catalana (1960) y pasaran una temporadita en la cárcel, tuvieron un nuevo reto que aunaba sus aspiraciones políticas y religiosas, la campaña "Volem bisbes catalans" (queremos obispos catalanes) entre 1966 y 1967. La campaña no sólo contó con sus aliados políticos (Josep Benet y compañía), sino con todo un ejercito disciplinado de clérigos que se sumaron a la campaña y que se pusieron bajo las órdenes del "Generalísimo" Pujol, una sumisión que ya nunca se romperá, ni siquiera después de la retirada del propio Pujol de la política activa. 

La gran víctima fue Don Marcelo, que tuvo que salir por la puerta de atrás, suplicándole a S.S. Pablo VI, que le diera otro destino, el de Toledo, donde triunfó espectacularmente, su delito era no hablar en catalán, lo crucificaron por eso. No era de los suyos y se lo cargaron, en una campaña vergonzosa de terribles consecuencias.

Después vino Don Narcís Jubany Arnau, ese si era de los suyos, catalán y catalanista, que aceptó el chantaje de los organizadores del "Volem bisbes catalans" y se sometió a la nacionalista y progresista "Unió Sacerdotal" dándole todos los cargos de gobierno de la diócesis.

Su forma de gobernar se definió con el "laisser faire, laisser passer" (dejar hacer, dejar pasar), consintiendo todo tipo de tropelías doctrinales y litúrgicas. En el final de su pontificado, se acentuó esa forma de gobernar, tanto que su teóricamente fiel servidor el obispo auxiliar Lluís Martínez Sistach, gobernaba la diócesis por su cuenta, sin dar demasiadas explicaciones al cardenal que ya contaba con 75 años y que pensaba más en su jubilación que en otra cosa. Además Don Narcís se había ido alejando progresivamente de los postulados progresistas de la era "montiniana", y había sido seducido por el "ciclón Wojtyla". Con la renuncia presentada y nada que perder ya no se escondía y, y defendía a ultranza al papa polaco, algo que decepcionó al clero nacional-progresista, que odiaba al Beato Pontífice, y que argumentaba diciendo: "Jubany chochea".

Un hecho amargó sus últimos días como arzobispo de Barcelona, en cierta manera un castigo a su forma de gobernar con tanta tolerancia y falta de control de la diócesis. Le estalló el escándalo de abusos sexuales perpretado por la Casa de Santiago, esa "Casa" a la que pertenecen algunos sacerdotes que son ahora de la máxima confianza de nuestro cardenal Sistach, como el Rvdo. Jaume Aymar (actual director de Catalunya Cristiana y Radio Estel), Don Narcís que era un hombre que relativizaba mucho y se inmutaba poco, vivió con gran dolor y sufrimiento aquellos hechos bochornosos.

http://www.germinansgerminabit.org/images/Turull1.jpg Luego nos vino el valenciado Don Ricardo María Carles Gordó, con muy buena voluntad pero con aciertos y errores, no doctrinales, pero si de estrategia y de forma de canalizar la renovación que necesitaba la diócesis.

Su final de pontificado fue terrible, Roma premió sus servicios con una prórroga de dos años (como ayer nos recordaba mi buen amigo Oriolt), pero fue un periodo de terribles sufrimientos. La prórroga cayó como una losa en el clero nacional-progresista, que decidió amargarle aquel tiempo con feroces campañas de acoso y destrucción personal. 

Entre los organizadores de aquellas campañas estaban muchos de los hombres de confianza de nuestro actual arzobispo Sistach, empezando por el actual rector del Seminario, el Rvdo. Josep Maria Turull, que encabezó una manifestación en el Palacio Episcopal, megáfono en mano. Lo que tuvo que pasar Don Ricardo en su prórroga si que fue el "Camino de la amargura" y no el que describe el Rvdo. Jaume Reixach.

Aquellos movimientos revolucionarios contra el pobre Don Ricardo, catapultaron a Don Lluís Martínez Sistach a la sede barcelonesa, ante el miedo que en Roma había por una revuelta si se nombraba a alguien como Don Manuel Ureña o el mismo Don José Ángel Saiz. Nuestro actual arzobispo era consciente de ello y por eso llegó a un acuerdo con los "revoltosos" que es conocido como "la pax sistachiana".

Pero cuando creía que iba a vivir un pontificado de paz y tranquilidad le salieron unos respondones por donde menos se lo esperaba, desde internet y desde sectores de máxima fidelidad al Santo Padre y a la doctrina oficial de la Iglesia. Él ha tenido la posibilidad de vivir una prórroga tranquila (no se sabe de cuánto será). Se lo pusimos en bandeja pero no ha querido. Pues aquí estamos nosotros dispuestos a seguir nuestra misión esperando que Roma nombre al hombre apropiado para podernos retirar definitivamente.

Mientras tanto que nadie se piense que Don Lluís hará como hizo su maestro y mentor Don Narcís Jubany, él continuará hasta el último día controlándolo todo y aprovechado su cargo hasta el final. No va a delegar nada a su auxiliar, el bueno de Don Sebastià Taltavull, o mejor dicho sólo le delegará "los marrones", los problemas a los que él no quiera dar la cara y envíe a su auxiliar para que se la partan.  

Antoninus Pius

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9 comentarios

  1. Los hechos bochornosos de la Casa de Santiago -abusos a menores incluidos- Jubany los tapó de tal manera que permitió que los diáconos responsables fueran ordenados en el extranjero.

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  2. La influencia de la política, de la mala política, en la vida religiosa catalana ha sido nefasta pàra la Iglesia. No era ésta la que exponía su doctrina, sino que amoldaba sus planteamientos a la política. No es raro ver a Pujol junto a Sistach. Pocos recuerdan la xenofobia de Pujol --una cosa es nacionalismo y otra menosprecio del foráneo--, muy pocos sus mentiras diciéndose montiniano y defensor de la vida cuando su partido votaba el aborto libre, con los votos necesarios para que el PSOE sacara adelante la ley. Menos todavía se han percatado de hasta qué punto retuercen el pensamiento de Juan Pablo II condenando ese comp0ortamiento nazi, que él benévolamente llamaba nacionalismo excluyente. Frente a la doctrina de la Iglesia, expresada en las encíclicas de Leon XIII a JPII, documentos conciliares (Constitución Dogmática sobre la Iglesia), desde determinadas sedes episcopales y abaciales se defienden unos textos políticos antiiusnaturalistas. Porque son catalanes. Don Marcelo, el que salvó a Añoveros, lo que no logró ningún nacionalista por mucho Roma que removiera, tenía esa mirada limpia del que sólo busca la gloria de Dios. ¿Han leído cuánto machaqueo de Sistach --la Iglesia se encarna en las condiciones peculiares de un pueblo, por tanto, se deduce, no se encarna en los charnegos--, Vives --el recorte del Estatut ha sido recortar la voluntad de un pueblo-- Soler --la sentencia del TC ha sido un atentado que prosigue contra Cataluña. ¿Y Dios? Ni está ni se le espera. Mejor dicho, como diría san Juan en el Apocalipsis, está a la puerta, pero no se la abren. Res més faltaria!

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  3. No tiene perdón lo de Don Ricardo. Yo iba a su misa de las 19 h los domingos en la catedral. Era un hombre bueno, afable y equilibrado. Su falta de contundencia en el gobierno de la Iglesia fue aprovechada al máximo por los de siempre. Ha habido una generación de obispos -y aquí incluyo al beato Juan Pablo II- que han predicado muy bien, muy recto, que han celebrado los sacramentos "como Dios manda", que seguramente su dirección espiritual y los recesos por ellos dirigidos eran un lujo para el alma, pero a los que les ha faltado firmeza en el aspecto de gobierno de su ministerio, delegaban demasiado, "ojos que no ven, corazón que no siente", apelaban demasiado a la buena voluntad y a la comprensión de sus subordinados en vez de a la autoridad propia...Supongo que fue una generación puente con los obispos de ahora tipo Munilla. Me gustaría que hubiera alguna reparación pública al Cardenal Carles.

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  4. "Jordi Pujol y sus muchachos montaran el tinglado del Palau de la Música Catalana (1960) y pasaran una temporadita en la cárcel, tuvieron un nuevo reto que aunaba sus aspiraciones políticas y religiosas, la campaña "Volem bisbes catalans" (queremos obispos catalanes) entre 1966 y 1967. La campaña no sólo contó con sus aliados políticos (Josep Benet y compañía)sino con todo un ejercito disciplinado de clérigos..."

    Esto que sucedió el 1967 y la oposición a la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI de 1968, marcan la fecha casi exacta del nacimiento del nacional-progresismo eclesial catalán: politización y teología modernista.

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  5. Tendremos que rezar mucho para que venga un buen obispo que empieze bien y que acabe bien su paso por la sede barcelonesa.

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  6. Conocí a Don Marcelo ya que fuí seminarista de Toledo y realmente era un hombre de Dios, impresionaba mucho su oratória y su profundísima espiritualidad, lamentablemente no he vuelo a ver a ningun obispo así.

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  7. Georgina,
    De lo que una se entera, por favor, da bastante asco la Iglesia que se han montado unos cuantos en Barcelona y alrededores. ¡Qué Dios tenga misericordia de ellos! Más el daño causado ya está hecho y como no se detenga no sé lo que será, pero la verdad es que estos son demonios que hay que echar, hay que hacer exorcismos y más.... Que Roma diga algo ya, esto es insostenible.

    Atte.
    Georgina y familia

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  8. El Sr. Cardenal Benjamín de Arriba y Castro, de la primada de Tarragona, també s'hauria quedat sense ni saber a on viure, si no hagués estat pel seu antic secretari, que va haver de parlar amb l'aleshores president de la Diputació de Tarragona i amb una orde de religioses a les que havia fet grans favors, i aquestes van acceptar finalment tenir-ne cura en una residència que tenien a Cardedeu. El president de la Diputació fins i tot va fer obres en aquella residència per millorar-ne les condicions d'accés, etc. La seva obra i la seva memòria ha estat borrada de Tarragona, malgrat la ciutat i el territori li deuen l'arribada de la indústria petrolífera, l'ajut als pagesos de l'avellana i innombrables obres socials, educatives i assistencials que va fer construir per els més pobres, i pels immigrants que anaven arribant sense parar. Se l'ha denigrat per la seva amistat amb la esposa de l'anterior Cap d'Estat i se l'ha reduït a una injusta caricatura d'arquebisbe militar i autoritari. Fins i tot li deuen l'haver tret el cor del mig de la nau central de la catedral, que malgrat l'oposició de la Dirección General de Bellas Artes va aconseguir fer després d'una visita directa a Franco. El que hi ha hagut després: molta política, molt de catalanisme i molt poca obra evangèlica, sobretot en època de Monsenyor Martínez S.

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  9. PUES YO LE TENGO UNA GRAN DEVOCION A D. BENJAMIN DE ARRIBA Y CASTRO .
    M.V . DE REUS .

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