FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN; Y DENTRO, TAMPOCO

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He ahí la paradoja en que nos encontramos hoy. Si TODAS las religiones llevan a Dios (¿a Dios Padre? ¿a Dios Hijo? ¿a Dios Espíritu Santo?), si todas las religiones gozan de igual capacidad redentora (¿o es igual la religión convencida de que el hombre cayó y se perdió en algún momento, que la religión convencida de que el hombre es tan perfecto que no necesita redención?); si todas las religiones le aportan lo mismo al hombre, ¿qué sentido tiene profesar una religión u otra? Y si todas las religiones valen lo mismo, pues lo mismísimo vale la religión que niega todas las religiones: y que no deja de ser otra religión: porque, al fin y al cabo, da respuesta a la inquietud religiosa del ser humano.
Es evidente que desde el momento en muchos en la Iglesia predican desde sus más altas cátedras la igualdad de todas las religiones; o dicho de otro modo, relativiza a la Iglesia, relativiza a Dios y relativiza la salvación; es evidente desde ese momento, que tampoco dentro de la Iglesia hay salvación. Más que nada porque nos encontramos ya ante una Iglesia que se ha dejado convencer de que el hombre ya no necesita salvación. Y que Jesucristo fue un gran profeta o algo así, como afirman musulmanes y judíos. Con lo cual jugamos a la opción de abandonar al hombre a su suerte, es decir a su mala suerte. Aparte de que con esa visión emborronamos totalmente la idea católica de Dios y dejamos de insistir en la visión del Dios-Hombre y de su acción redentora. En una palabra, le metemos a nuestra religión un vaciado al que ni siquiera los arrianos se atrevieron. 
Y evidentemente queda vaciada de sentido la feliz sentencia de san Cipriano de Cartago, tan temprano como en el siglo III, según la cual Extra Ecclesiam, nulla salus: fuera de la Iglesia, ninguna salvación. Cosa absolutamente coherente por otra parte, porque si Cristo es nuestro Salvador, quien se acoge a la Iglesia de Cristo es quien se acoge a su salvación. Los que ignoran a Cristo, ignoran la Salvación; y quienes niegan a Cristo, es la salvación lo que niegan. Coherencia total: quien acepta a Cristo Salvador, acepta la Salvación que Cristo le ofrece.
Y dentro de esa misma lógica y esta rigurosa coherencia, es decir, dentro de la Iglesia católica, no tiene ningún sentido empeñarse en que al ser todas las religiones iguales, cada uno se salva desde su religión, cualquiera que ésta sea. Además de que esa feliz expresión de san Cipriano está avalada por el Evangelio: qui crediderit et baptizatus fuerit, salvus erit¸qui autem non credíderit, condemnábitur: el que creyere y fuere bautizado, se salvará; pero el que no creyere, se condenará. Y no, no tienen nada de discriminatorio ni despectivo estas palabras hacia las demás religiones. Porque la fe en Jesucristo y el bautismo van condicionados a que la Iglesia cumpla con su misión de predicar, de difundir el Evangelio a todo el mundo. Con lo que la responsabilidad de la fe en Jesucristo no carga sobre los hombros de los que no creen y no se bautizan, sino sobre los de la Iglesia que no les ha transmitido la fe. 
Pero el problema al que nos enfrentamos hoy, es al de la transmisión de la fe. La gran misión de la Iglesia, su máxima razón de ser. Es evidente que una Iglesia que ha perdido la fe en sí misma y en su misión, no está en condiciones de transmitir esa fe. Muchísimo menos cuando se afirma que la Iglesia se ha de abstener de hacer proselitismo, es decir que no ha de predicar su fe. ¿A qué va, pues, a las misiones?  
Una curiosidad: el famoso pez (IXZYS), el acrónimo griego que significa Jesús-Cristo-de-Dios-Hijo-Salvador, el único atributo operativo que nombra, es el de la Salvación: Jesús el Salvador. Fuera de Él no hay Salvación. Ése fue el sentir de los primeros cristianos que eligieron este acrónimo y su respectivo símbolo, el pez. Por eso no tuvo nada de extraño que la Iglesia aceptara desde tan temprano la sentencia lapidaria de san Cipriano: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”. Porque además era evidente que la Iglesia estaba volcada en la salvación de toda la humanidad.
En efecto, desde el afán en la salvación del pueblo judío en que estaba centrado san Pedro, el primer papa, hasta la salvación de los gentiles, “todas las gentes”, a la que le empujó san Pablo, la Redención se extiende a toda la humanidad. Justamente por eso, porque no quedan discriminados los no judíos en un primer momento y los no cristianos a partir de ahí y hasta el momento presente, justamente por eso se instituye la acción misionera de la Iglesia: “Id por todo el mundo y predicad del Evangelio a toda criatura”. Es decir que en la medida en que la Iglesia cumpla el mandato misionero de Cristo, será en todo caso la misma Iglesia la que extienda la Salvación de Cristo a todas las gentes. Y será la misma Iglesia la responsable de que no les alcance a todos la Salvación, por haberles negado a unos o a otros la predicación del Evangelio. Es que ésa es la nueva moda, totalmente antievangélica: cuando un católico se cruza con alguien que “ya tiene su fe”, se recomienda que no se le predique a Jesucristo, dando por supuesto que no necesita su Salvación: puesto que de eso ya se cuidan los dioses a los que adore cada uno.
Lo que le corresponde a la Iglesia es predicar el Evangelio de Salvación y Redención de Jesucristo a piñón fijo, a tiempo y a destiempo, que dirá san Pablo. De ahí que venga a ser un grave desenfoque de la misión de la Iglesia eso de “respetar” las creencias y las religiones del mundo. Lo suyo auténtico es predicar el Evangelio, aunque sea escándalo para los judíos y necedad para los gentiles.
Pero claro, si en la Iglesia se elude la obligación de predicar la Salvación, si se zafa de esa obligación sagrada de transmitir su fe en Jesucristo y en su mensaje de Salvación, es porque nosotros mismos hemos perdido la fe y renunciado a la misión de transmitirla: porque hemos puesto el foco de nuestros afanes en el cultivo de las miserias humanas. Así está claro que ni fuera de la Iglesia, ni tampoco dentro, encontraremos la salvación. Más aún, están siendo cada vez más los que encuentran la perdición dentro de la Iglesia. Empezando por el gran número de eclesiásticos que se han entregado en alma y cuerpo (sí, también en cuerpo) a justificar y promocionar conductas contrarias a la eterna ley de Dios. Pues no, en esa Iglesia entonces ya no hay salvación, sino perdición,  pues no predica contra las aberraciones del mundo, por no faltarle al respeto y por no ofenderle.
Es como la paz construida sobre la dominación y la opresión. ¿Es deseable esa paz? Sí que es paz, claro que sí; pero que sólo es posible mediante la opresión. ¿Se ajusta a la verdad llamar paz a eso? Claro que habrá paz en Gaza. Claro que habrá paz en el lujosísimo resort de Gaza. ¿Pero hemos de pedir a Dios esa paz, justo esa paz? Pues eso: ni esa paz, ni esta salvación fuera de Cristo. 
Otra cosa es pensar  que solo los católicos nos salvaremos. Conocer la religión  verdadera no es privilegio, sino una responsabilidad de la que daremos estrecha cuenta. Se salva en Cristo el que obra el bien y evita el mal. El que no hace a otro lo que no quiere para sí mismo. El que actúa con la sensatez y el criterio  de la ley natural. Pero el que se salva, sea quien sea, se salva por Cristo. Por nadie más.
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
www.sacerdotesporlavida.info

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15 comentarios

  1. La paradoja del relativismo religioso: como dice el P. Custodio, si todas las religiones son igualmente válidas para alcanzar la salvación, entonces ninguna tiene sentido específico, incluida la católica, lo cual es lógico. Esta postura vacía de contenido la misión evangelizadora de la Iglesia... yo lo pongo el duda, en realidad la convierte en nada: ¡flop!.

    Defensa de "Extra Ecclesiam, nulla salus": está muy bien el recuperar la sentencia de San Cipriano (siglo III) afirmando que la salvación viene únicamente a través de Cristo y su Iglesia. Cita el Evangelio: "el que creyere y fuere bautizado, se salvará; pero el que no creyere, se condenará." Es así.

    Responsabilidad misionera: la Iglesia tiene el deber de predicar el Evangelio a todas las personas. Si alguien no conoce a Cristo, la responsabilidad recae en la Iglesia por no haber cumplido su misión evangelizadora, no en quien no cree. Bueno, esto es cierto.

    Crisis actual: denuncia que la Iglesia ha perdido la fe en sí misma al rechazar el proselitismo y relativizar su mensaje. Esto la convierte en fuente de perdición más que de salvación. Bueno, aquí tenemos Amoris-Fiducia, Abu Dabi, la Pachamama, Lutero testigo del Evangelio...

    Valoración: el P. Custodio aclara que no solo los católicos se salvan, pero quien se salve, sea quien sea, lo hace por Cristo, no por otros medios.

    Ecumanía "Todos se salvan, el infierno está vacío": sin duda, la Iglesia sigue una teología protestante radical, al menos la actual cúpula o como mínimo la procedente del francisquismo:

    "Omnes homines filii Dei sunt, ergo salvi sunt"
    (Todos los hombres son hijos de Dios, por tanto están salvados)

    "Omnes filii Dei, ideo iam salvi"
    (Todos hijos de Dios, por eso ya salvados)

    "Cum omnes filii Dei simus, iam salvati sumus"
    (Siendo todos hijos de Dios, ya estamos salvados)

    "Omnis homo filius Dei, ergo salvus"
    (Todo hombre es hijo de Dios, por tanto salvado)

    "Paternitas divina universalis salutem confert"
    (La paternidad divina universal confiere la salvación)


    Esta idea de salvación universal automática por filiación divina es precisamente lo que el P. Custodio critica como relativismo. La doctrina católica tradicional distingue entre:

    1. Filiación natural (como creaturas de Dios): todos los seres humanos

    2. Filiación adoptiva (por gracia): mediante el bautismo y la fe en Cristo y la acción de la Iglesia Católica

    La postura criticada, la salvación universal, eliminaría esta distinción, haciendo la redención de Cristo innecesaria, o bien haciendo inútil la misma existencia de la Iglesia Católica.

    En efecto, un anglicano que acepta el obispado y sacerdocio femenino y el relativismo moral anglicano en la vida, la familia y los hijos, por la sola fe se salva, por mucho que peque: es decir, luteranismo.

    Todo tipo de religión, creencia o no creencia... todos se salvan no por la fe en Jesús, sino por la acción universal de la redención: quieran o no, se salvan, pequen mucho, pequen poco, al cielo todos que falta gente...

    Son los cristianos anónimos de Rahner, que propuso que personas de otras religiones o sin religión explícita podrían ser "cristianos anónimos" si:

    1. Viven según su conciencia
    2. Buscan sinceramente la verdad
    3. Practican el amor al prójimo
    4. Están abiertos a la gracia divina (aunque no la reconozcan explícitamente, incluso si la rechazan, así de generoso es el amor de Dios)

    Según esta teoría, estas personas estarían orientadas implícitamente hacia Cristo, incluso sin conocerlo o profesarlo conscientemente. Es lo que critica totalmente, a mi entender, el P. Custodio.

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  2. En mi opinión, según mi parecer, salvo error, desde un punto de vista teológico, se puede analizar la crítica implícita del texto, estructurado según un orden lógico teológico, priorizando el rango jerárquico de afectación de verdades de fe y doctrina en la tradición católica.

    Este orden parte de las verdades más centrales y dogmáticas (inmutables e infalibles, como las reveladas en la Escritura y definidas por el Magisterio), descendiendo hacia doctrinas conciliares autoritativas (de alto rango pero no siempre dogmáticas en todos sus aspectos), teorías teológicas (opiniones autorizadas pero no infalibles) y, finalmente, interpretaciones populares o sentimentales (de menor rango doctrinal, a menudo derivadas de lecturas laxas, muy comunes entre el clericato nacional-progresista catalán).

    Esta jerarquía refleja cómo el artículo percibe un real, objetivo, operativo, masivo y creciente en extensión e intensaidad, "vaciamiento progresivo total" del catolicismo, ya observable con Francisco, que afecta desde el núcleo de la fe hasta sus aplicaciones prácticas, defendiendo una visión estricta de extra Ecclesiam nulla salus (dogmatizada en concilios como Florencia y Trento) y el mandato misionero (Mt 28,19; Mc 16,15-16).

    .....

    1. Afectación a verdades dogmáticas centrales

    Estas son las verdades de fe esenciales, reveladas por Dios y definidas infaliblemente por la Iglesia (Credo Niceno-Constantinopolitano, Concilio de Trento). El artículo las defiende como absolutas y ve en las críticas un "relativismo" que las socava directamente.

    ...

    a) Salvación Única y Exclusiva en Cristo (Cristocentrismo Dogmático):

    Basado en Hechos 4,12 ("No hay salvación en ningún otro") y Juan 14,6 ("Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"), el autor insiste en que "fuera de Él no hay Salvación" y que Jesucristo es "el único Salvador", simbolizado en el acrónimo IXΘΥΣ (Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador).

    Critica implícitamente cualquier dilución que reduzca a Cristo a "un gran profeta o algo así" (como en judaísmo o islam), lo que equivale a "emborronar la idea católica de Dios" y negar su "acción redentora" como Dios-Hombre.

    Esto afecta el dogma de la Encarnación y Redención (Efesio, Calcedonia), presentando una "fe vaciada" peor que el arrianismo (que negaba la divinidad plena de Cristo).

    Ve aquí un riesgo de universalismo que ignora la necesidad de redención por el pecado original (dogma de Trento), afirmando que el hombre "cayó y se perdió" y no es "tan perfecto que no necesita redención".

    ...

    b) Extra Ecclesiam Nulla Salus (Dogma eclesiológico):

    Citando a San Cipriano (s. III) y avalado por concilios infalibles (Lateranense IV, Florencia), defiende que "fuera de la Iglesia, ninguna salvación", porque la Iglesia es el Cuerpo de Cristo (Ef 5,23) y mediadora única de la gracia salvífica.

    Critica que, al relativizar las religiones, "ni dentro ni fuera de la Iglesia hay salvación", ya que una Iglesia que no predica la fe explícita pierde su esencia.

    Esto ataca directamente el dogma de la necesidad de la fe y el bautismo para la salvación (Mc 16,16: "el que creyere y fuere bautizado, se salvará; pero el que no creyere, se condenará"), colocando la responsabilidad en la Iglesia misionera, no en una gracia "anónima" o automática.

    .....

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  3. 2. Afectación a doctrinas conciliares autoritativas como enseñanzas del Magisterio Ordinario y Universal

    Aquí entran documentos como los del Vaticano II, que son autoritativos pero no dogmáticos en todos sus puntos (pastorales en gran medida).

    Los ve con certeza como el "origen" de un relativismo que contradice dogmas superiores (la hermenéutica de la ruptura de Benedicto XVI).

    ...

    a) Nostra Aetate (Declaración sobre religiones no cristianas):

    Se observa la imperfección del numeral 2, que reconoce "destellos de verdad" y "respeto sincero" en otras religiones (semina Verbi, cf. Justino Mártir), como una afirmación de "igualdad salvífica" donde "todas las religiones llevan a Dios" y "valen lo mismo", tal como redactó el documento de Abu Dabi de Francisco y el Gran Imán el-Tayeb: la pluralidad y la diversidad de las religiones (así como el color, el sexo, la raza y la lengua) "son una sabia voluntad divina", a través de la cual Dios permite que existan y sean un acto de Su sabiduría.

    Esto relativiza la Iglesia y la salvación, vaciando el sentido de profesar el catolicismo y equiparando religiones que niegan la caída del hombre con el cristianismo.

    Extiende la crítica a la idea de que "cada uno se salva desde su religión", lo que ignora la necesidad de conversión y predicación, llevando a una Iglesia que "ha perdido la fe en sí misma".

    ...

    b) Dignitatis Humanae (Declaración sobre libertad religiosa):

    Critica acertadamente el énfasis en el diálogo, el respeto a la conciencia y la libertad religiosa como una "prohibición implícita del proselitismo".

    Lo interpreta como una "nueva moda antievangélica" de "respetar" creencias ajenas sin predicar, preguntando: "¿A qué va, pues, a las misiones?".

    Esto sustituye el mandato dogmático de "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc 16,15) por un "desenfoque" que elude la obligación de anunciar a Cristo "a tiempo y a destiempo" (2 Tim 4,2), aunque sea "escándalo para los judíos y necedad para los gentiles" (1 Cor 1,23).

    .....


    3. Afectación a teorías teológicas y opiniones de teólogos autorizados, no infalibles)

    Estas son interpretaciones especulativas, como las de Rahner, que intentan armonizar dogmas con realidades modernas, pero el texto las rechaza por diluir la necesidad de fe explícita.

    ...

    a) Teoría de los "Cristianos Anónimos" (Karl Rahner):

    Rahner propone que personas de otras religiones o ateas pueden ser "cristianos anónimos" si viven según la conciencia, buscan la verdad, aman al prójimo y están abiertas a la gracia (orientación implícita a Cristo, cf. Lumen Gentium 16).

    El artículo lo contradice: "Los que ignoran a Cristo, ignoran la Salvación", y "quienes niegan a Cristo, es la salvación lo que niegan". No hay salvación "anónima" suficiente; la gracia requiere anuncio explícito, y la responsabilidad es de la Iglesia por no predicar.

    La matización final ("el que se salva, sea quien sea, se salva por Cristo") es solo por "ignorancia invencible" debida al fallo misionero, no por una orientación implícita en la ley natural o conciencia sola, lo que reduce la misión a opcional.

    .....

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  4. 4. Afectación a interpretaciones populares o sentimentales, derivadas laxas, sin rango doctrinal formal

    Estas son ideas difundidas en contextos pastorales o culturales, a menudo malentendidas del Concilio, que el texto ve como el "fruto" final del relativismo.

    "Todos Somos Hijos de Dios y Estamos Salvados" (Universalismo Sentimental):

    Rechaza esta noción popular (derivada de lecturas laxas de Francisco, como en encíclicas sobre fraternidad), que implica una salvación automática por ser "hijos de Dios" en sentido genérico (cf. Jn 1,12, pero condicionado a la fe).

    Afirma con toda razón que esto ignora la necesidad de redención, abandonando al hombre "a su mala suerte" y permitiendo que la Iglesia justifique "conductas contrarias a la eterna ley de Dios".

    Critica que lleve a no predicar contra "aberraciones del mundo" por "no ofenderle", comparándolo con una "paz construida sobre opresión" (e.g., en Gaza). En última instancia, esto vacía la Iglesia de su rol salvífico, promoviendo "perdición" en lugar de salvación.

    Aquí entramos de lleno en las censuras teológicas de las verdades seguras:

    a) Error temerario: Una proposición que se emite sin la debida justificación o sin el respeto debido a la autoridad del Magisterio o a la práctica común de la Iglesia. Es una imprudencia intelectual.

    b) Malo para oídos Píos: Una proposición ofensiva para los oídos piadosos, es moral y no dogmática. La doctrina en sí puede no ser formalmente errónea, pero la manera en que se expresa es irrespetuosa, choca contra el sentido de la fe (sensus fidei) de los fieles o contra la piedad y la devoción tradicional.

    c) Proposición Imperfecta / Incompleta: Una proposición que no está completamente desarrollada o es ambigua. No es necesariamente un error, sino una formulación carente de precisión teológica o que necesita matices para evitar malentendidos.

    ...

    Nacional-progresismo

    Mucha enseñanza (homilías, conferencias, charlas, escritos), sino toda, de los curas nacional-progresistas catalanes, navega con suma tranquilidad y habilidad, como campeones, entre la herejía más sana y correcta contra el dogma, el atentado contra la verdad de doctrina católica definitiva, y la vulneración de las verdades seguras (proposición imperfecta, incompleta, error, temeridad, ofensiva para los oídos piadosos), del estilo "tal fallecido está en el cielo" (¿y si no?), todos somos hijos de Dios (¿por naturaleza o por adopción?), Dios nos ama (¿y no ama la justicia y la verdad?), tóo er mundo é güeno (¿no hay malos?) y sobre todo, lo más temible, las omisiones y silencios de las verdades, lo que diríamos la herejía negativa, lo que debiéndose decir, no se dice, como en derecho sería olvidarse de la vida, integridad física, salud...

    .....


    5. Conclusión

    El artículo construye una cadena lógica de afectación jerárquica: desde dogmas centrales (salvación exclusiva en Cristo y su Iglesia) hasta interpretaciones periféricas, viendo en todo ello un "relativismo" que culmina en "dentro y en cualquier "fuera" de la Iglesia hay salvación".

    Defiende una coherencia patrística-bíblica (Cipriano, Pablo, símbolo del pez) frente a desarrollos posconciliares, insistiendo en la misión como extensión universal de la Redención (de judíos a gentiles, como dice Hechos).

    Esta crítica, pastoral y retórica, alerta contra un "vaciamiento" que prioriza "miserias humanas" sobre la transmisión de la fe, restaurando la urgencia evangélica.

    Hay una enfermedad muy grave ya en la diócesis de Barcelona, como dijo el Cardenal Carles (es una diócesis enferma), ya en estado de agonía y moribunda a nivel de espíritu. Como las 7 iglesias del Apocalipsis, ha perdido la fé que tenía desde sus inicios.

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  5. 6. Nostra aetate

    Una crítica que se puede hacer a este documento ya antiguo, es que es incompleto e imperfecto, y por tanto, contiene desarrollos lógicos que son erróneos, temerarios y que además pueden ser heréticos y atentatorios graves contra la verdad definitiva. Vamos a explicarlo.

    Nostra aetate: incompleta, imperfecta e insuficiente

    Curiosamente, y es un hecho antropológico y sociológico muy misterioso, que cuando se hacía el Concilio Vaticano II durante 1962 a 1965, en paralelo se desarrollaba en Occidente la Nueva Era (Jesús, Portador del Agua de la Vida, 2003: incompatible catolicismo y Nueva Era).

    Eso se puede ver en la película de "La semilla del diablo" de Roman Polanski, estrenada en 1968 (de la tríada satánica El Exorcista y La Profecía), procedente del libro de Ira Levin de 1967 (creado entre 1965-1966) como consecuencia de las lecturas de satanismo y ocultismo que ya estaban popularizándose en los EEUU de los 1960. En 1966 LaVey crea la Iglesia de Satán por la influencia del satanista eduardiano de la Belle Époque Aleister Crowley.

    Después de esta introducción, se observa que Nostra Aetate queda anticuada y obsoleta ya desde su publicación, al empezar a nacer "nuevas religiones" o "nuevas creencias" o "nuevas espiritualidades" (satanismo, brujería, Nueva Era): es insostenible que en el satanismo, brujería, hechicería, santería, Nueva Era hayan "destellos de verdad".


    PROTESTANTES

    Pero es que con el paso del tiempo, hasta las mismas comunidades cristianas empezaron a alejarse de las enseñanzas de Cristo: se puede decir que los protestantes de 1960 estaban más cerca de la Iglesia que los protestantes del 2025.

    La aceptación de pastores abiertamente homosexuales y la bendición y celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo comenzaron a ser aceptadas en las denominaciones más liberales (principalmente en Estados Unidos y Europa) a finales de la década de 1990 y principios de los 2000.

    En la Comunión Anglicana (Episcopal), la Iglesia Episcopal de Estados Unidos fue la primera provincia anglicana en ordenar mujeres como sacerdotes en 1976. La Iglesia de Inglaterra (la iglesia madre) aprobó la ordenación de mujeres al sacerdocio en 1992, con las primeras ordenaciones en 1994.

    El paso a la ordenación de mujeres como Obispas fue el más reciente: la Iglesia Episcopal de EE. UU. ordenó a su primera obispa en 1989. La Iglesia de Inglaterra (la iglesia madre) aprobó el nombramiento de obispas en 2014, con la primera consagración en 2015, y en 2025, la obispa de Canterbury (que ocasionó un cisma).

    Eso se ve influenciado en la Iglesia Católica: Amoris laetitia, fiducia supplicans, diaconado femenino, sínodo de la sinodalidad...


    SECTAS E ISLAMISMO RADICAL

    Otro factor de obsolescencia de Nostra aetate es la aparición de sectas de todo tipo en los EEUU. También se desarrollan las escuelas radicales islamistas, que preconizan un romántico retorno a los primeros gozosos orígenes de violencia del islam y su expansión.


    BUDISMO

    Otra hecho de envejecimiento desactualizado de Nostra aetate es la errónea calificación del budismo como religión: en efecto, preconiza la ilusión (la realidad es engañosa) y el vacío (no hay existencia inherente o propia), por lo que el concepto de Dios, alma, cielo son conceptos ilusorios y vacíos. El adepto busca el nirvana o liberación de todo tipo de apego, hasta de la religión, para cesar el interminable ciclo de reencarnaciones.

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  6. RELIGION COMPARADA

    El Fin de la "Gran Narrativa": hasta mediados del siglo XX, las religiones a menudo se estudiaban como "esencias" fijas con dogmas claros. El fenómeno posmoderno ha introducido la siguiente ruptura epistemológica:

    ...

    a) De la Sustancia a la práctica: El enfoque ha pasado de estudiar qué cree una religión (sus dogmas) a estudiar cómo se vive esa religión (sus rituales, políticas, economía y cultura popular). Por ejemplo, el estudio del Budismo en 1960 se centraba en sus textos canónicos; hoy se centra en cómo se desarrolla el Budismo con el capitalismo o las redes sociales.

    ...

    b) Reconocimiento de la diversidad interna: En 1960, se hablaba de "El Islam" o "El Hinduismo". Hoy se reconoce que cada religión tiene múltiples escuelas, sectas y sincretismos, y que la experiencia religiosa varía dramáticamente según la geografía, la clase social y el género.

    ...

    c) El Impacto de la Secularización y la Globalización: el aumento del conocimiento no es solo un fenómeno académico, sino sociológico

    d) Globalización y Migración: El movimiento de poblaciones ha traído comunidades religiosas previamente distantes (Sijismo, Jainismo, Santería) a las principales ciudades occidentales. El conocimiento de estas religiones ha pasado de ser conocimiento de libros a conocimiento experiencial y visible.

    e) La Pluralidad como norma: En 1960, la mayoría de los occidentales vivía en sociedades donde la religión dominante era hegemónica. Hoy, la pluralidad religiosa es una realidad cotidiana. Este contacto directo obliga a un mayor y más matizado conocimiento de "el otro" religioso.


    NUEVA ERA Y NUEVAS RELIGIONES

    Finalmente, como corolario, Nostra aetate no tuvo en cuenta la multitud de religiones, convicciones, creencias y espiritualidades surgidas durante los 1960 y 1970, como consecuencia de la globalización (Occidente conoció a las religiones orientales), más el auge de la droga, las sectas, la anticoncepción, el aborto, el divorcio y las ideas progresistas y liberales, que generaron a este crisol infinito de la Nueva Era.


    INCONGRUENCIAS DE NOSTRA AETATE

    Ciertamente, cómo hay semillas de verdad cuando una comunidad protestante permite la cultura de la muerte y la ideología de género y el relativismo moral en vida, familia y matrimonio, educación de los hijos y bien común.

    Y cómo pueden haber destellos de verdad en creencias como la masonería, satanismo, luciferismo, wicca, brujería, hechicería, tarot, cartas, energías, astrología, etc.

    Todo ello ha puesto en crisis de decadencia, insuficiencia, incompletitud, anticuado y pasado de moda tanto a Nostra Aetate como Dignitatis Humanae:

    - en según qué creencias no hay ningún destello de verdad, y
    - es necesario poner límites debidos

    .....


    Conclusión

    De 1965 a 2025 han pasado tantas cosas, el tiempo parece más bien un tren bala, todo ha sido removido hasta su esencia, hasta la misma Iglesia Católica durante el nefasto Francisco (Amoris laetitia, fiducia supplicans, Traditionis custodes, Abu Dabi, Fratelli tutti, Laudato si...) que puede decirse que 1960 nada ya tiene que ver con 2025 y menos aún cuando estalle la era de la IA generativa.

    Con León XIV podemos decir que la fe católica ha llegado a su máximo de crisis, generada próximamente por Francisco (2013-2025) y originada por la hermenéutica de la ruptura del Concilio Vaticano II (1965), y no parece que la cabeza eclesial, León XIV, tenga la capacidad intelectual y espiritual para revertir esta gravísima crisis que desembocará pronto en un gran rompimiento, una gran crisis, si no se pone cura. Y de momento no sabemos qué está haciendo León XIV, porque la situación actual, de mantenerse, va directo a la eclesiocatástrofe.

    .....

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  7. El Cigoña nos hace reir de vez en cuando, en este enlace critica a un tal cardenal Mierdich y dice que éste hace honor a su nombre. https://infovaticana.com/blogs/cigona/mientras-que-el-cardenal-mierdich-sigue-haciendo-honor-a-su-nombre/

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    Respuestas
    1. Oiga Sr Silveri..que ese cardenal Mierdich es Cupich, el de Chicago, amigo de abortistas y Colorines varios. León XIV se lo ha llevado de consejero aulico a Roma, como Francisco se llevó a Omella. Apañado estamos con estos consejeros, veletas girando según el siglo

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  8. No se salva quien está bautizado, asiste a misa y va a procesiones. Se salva quien cree y no duda de la existencia de Dios y además cumple con los mandamientos.

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  9. El nacional-progresismo un azote consubstancial. El nacional-franquismo un bien saludable. Vaya, vaya.

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  10. Ya lo dijo Nuestro Señor a los Fariseos y maestros de la ley.

    Ni entráis vosotros y por vuestra culpa no entrarán vuestros seguidores.

    Raza de víboras!

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  11. por estos artículos y por la parresía del padre Custodio, por esas mismas razones, no pasará el hombre de cura raso.

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  12. Si la Iglesia no hace su función para la que fue creada, para que existe?. Me hace pensar, ….leer los acontecimientos de los tiempos. Rezar

    Salut

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  13. Excelente artículo. Sólo una puntualización sobre la frase “Y que Jesucristo fue un gran profeta o algo así, como afirman musulmanes y judíos”. ¿De dónde saca el padre Ballester eso de que los judíos consideran a Jesucristo como gran profeta? Los musulmanes veneran a Jesús y a la Virgen María, no como los cristianos, pues no lo son, pero los tienen por dignos de gran honra. Los judíos, en cambio, consideran a Jesús un farsante y un falso profeta y a su Madre una mujer adúltera, como afirma el Talmud, donde Jesucristo es presentado como hijo de un gladiador llamado Pantera, con el que María habría cometido adulterio. Si hay una religión que niega acérrimamente a Cristo, es el judaísmo, y ya desde los principios del cristianismo. No olvidemos que los primeros mártires lo fueron a manos de los judíos, no del estado romano, eso vino más tarde y en gran medida a causa del azuzamiento de los judíos contra los cristianos. Teniendo, al menos en teoría, al Antiguo Testamento como libro sagrado, el negarse simultáneamente a reconocer en Jesús al Mesías es la mayor negación del cristianismo que puede hacerse. Las demás religiones, por no tener esa base veterotestamentaria, son menos “culpables” de no acpetar a Cristo. Pero teniéndola, negarlo es la mayor hostilidad posible.

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  14. Habrá que distinguir entre judíos del Pentateuco y los del Talmud. Jesús se enfrentó duramente al fariseismo. El sionismo lleva operando desde hace muchos siglos, la masonería es su instrumento.

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