Me ha llamado la atención el titular, que yo también he aprovechado, de la entrevista que el diario comarcal Regio7 ha realizado al periodista Salvador Alsius, muy popular en Cataluña, por su etapa en la que presentaba el informativo de la televisión catalana de una forma peculiar y desenfadada en aquella ya lejana primera etapa de TV3. Eran otros tiempos y muchos castellanoparlantes, emigrantes e hijos de emigrantes se interesaron por aquella televisión, como una forma de integrarse en la tierra de acogida y de familiarizarse con la lengua propia.
Pero todo aquello se desmoronó, como tantas otras cosas, cuando vinieron los anhelos independentistas, y TV3 se convirtió en un medio de propaganda al servicio de los intereses políticos del secesionismo, la televisión pública catalana, pagada por todos, solo estaba al servicio de unos, despreciando a más de la mitad de catalanes que no estaban en esa línea.
Alsius es un buen recuerdo de aquella primera etapa integradora, a pesar de que el personaje tiene muchas sombras, pero también tiene cosas buenas, una de ellas fue introducir en el Telenoticias una sección dedicada al santoral, algo que encantó a los católicos y pareció simpático a los no católicos. No fue ese el único servicio del periodista a la difusión de conocimientos de la fe cristiana, ya que después de su época televisiva publicó el libro "Hem perdut l'Oremus", una interesante recopilación de términos, palabras y expresiones del vocabulario cristiano que corrían el peligro de que las nuevas generaciones, no tuvieran ni idea de lo que querían decir o que no se imaginaban su origen religioso.
Y es que Salvador Alsius recibió una buena formación cristiana en un colegio de los jesuitas, cuando la Compañía de Jesús nada tenía que ver con la de ahora, de hecho una de las cosas que recuerda de aquellos años es el maltrato físico y psicológico que recibió en aquella escuela, con tortazos incluidos, que él define con otra palabra más blasfema. A pesar de ello, según explica en la entrevista, la influencia de un "sacerdote progre" hizo que se planteara seriamente la vocación religiosa y que estuviera dos años en un noviciado. Es en ese tiempo en el que dice que Dios le hablaba sin recordar en que idioma lo hacía. Finalmente, vio que ese no era su camino, que el celibato no era para él y que prefería servir otros ideales. Fue también en el tiempo de noviciado, cuando nació su vocación periodística, un jesuita que había estado en Bolivia y que había creado una cadena televisiva allí, le convenció de la importancia de los medios de comunicación en la vida pastoral de la Iglesia.
El que tuvo retuvo, y de ese tiempo viene el interés de Alsius por los temas religiosos, a pesar de que la vida del periodista no era demasiado cristiana, de hecho siempre se ha manifestado como políticamente izquierdista y de no haber votado nunca a Pujol, a pesar de sus orígenes burgueses, tanto que se considera como una de las pocas personas que ha aguantado 50 años en una comuna. Y es que en 1975, tiempos influenciados por el mayo de 1968, empezó a vivir en una misma vivienda con otras personas, incluyendo los momentos que estaba con su mujer e hijos, compartiendo vida comunitaria e incluso ingresos económicos.
En estos últimos tiempos, Alsius ha sido muy decepcionante en cuanto a su posición sobre el Procés, reflejando el paso que han hecho muchos catalanes, de pasar del Dios de Jesucristo al "Dios-nació", así lo expresó él mismo: "Me he hecho independentista, mi nueva fe, no ya la religiosa". Lástima, un tipo simpático aunque original, que ha hecho cosas buenas para la formación cristiana de muchos catalanes, pero que abrazó el independentismo, que suele ser bastante excluyente, también en materia religiosa. Aunque estas declaraciones fueron en 2021 y quizá en estos últimos años se ha decepcionado del independentismo y de sus mesías, como tantos otros catalanes.
Francisco Fabra


Ser independista no es pecado. Alsius es un caballero y un periodista ejemplar.
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