Lo dijimos cuando los nombramientos se hicieron públicos, no es un mal equipo de gobierno para la última etapa de Omella al frente de la archidiócesis de Barcelona, con una sola excepción, la de Mn. Josep Jiménez Montejo, un progresista de los de la antigua escuela que desentona completamente en la foto que encabeza este artículo, vestido con camisa blanca, pantalones crema y zapatos marrones, el resto de los arciprestes visten todos alzacuellos en camisas de diversas tonalidades, pero en definitiva vistiendo como lo que son: sacerdotes. En la anterior fotografía de grupo había tres sacerdotes de paisano: Mn. Enric Termes, Mn. Antoni Casas y el P. Juan José Rodríguez SDB.
Ya hemos empezado un nuevo curso y la maquinaria diocesana tiene que ponerse en marcha, en un año que tiene dos particularidades, se supone que es el último de Omella, que cumplirá 80 años el próximo mes de abril, y es el curso en que se estrenan estos macro-arciprestes que heredan las funciones de los antiguos vicarios episcopales, figura que ha desaparecido del mapa, coincidiendo con la reestructuración territorial, que se ha hecho a última hora y con prisas, para que el cardenal pueda dejar la diócesis habiendo cumplido con algunos de sus máximos objetivos personales, como son una nueva reorganización de los arciprestazgos y el cierre del Seminario barcelonés, integrándolo en el Interdiocesano, aunque él siga diciendo que el Seminario no se ha cerrado, cierto, nuestro seminario es ahora como el de Urgel, Tortosa o Solsona, existir existe, pero sus seminaristas no están en su seminario propio sino en uno ajeno.
Este será un curso de transición porque la nueva estructura territorial no va a empezar a funcionar de un día para otro, incluso algunos antiguos arciprestazgos han indicado que continuarán haciendo reuniones de sus sacerdotes o de algunas de sus actividades pastorales, mientras se espera como van evolucionando los nuevos arciprestazgos, muy grandes y a veces con nula conexión entre algunas de sus parroquias. Pasará, por tanto, algo parecido a aquel año en que coexistía la peseta y el euro, cohabitarán antiguos y nuevos arciprestazgos, aunque los antiguos en teoría estén extinguidos.
De lo que se nos dijo que los nuevos arciprestes se iban a dedicar prácticamente en exclusiva a su nueva misión, es otra trola más que demuestra, como en tantas otras ocasiones, que entre lo que se anuncia y lo que realmente acaba siendo en el pontificado de Omella suele haber grandes diferencias. Los nuevos arciprestes siguen al frente de importantes realidades parroquiales o diocesanas, Mn. Joan Obach, párroco de Sant Vicenç de Sarrià, Mn Josep Maria Turull de la basílica de la Sagrada Familia (templo jubilar), Mn. Andreu Oller de Sant Josep de Badalona, Mn. Bruno Bérchez, párroco de tres iglesias y superdelegado diocesano de anuncio e iniciación cristiana, Mn. Josep Jiménez Montejo de Santa Maria de Cornellà (templo jubilar), Mn. Saturnino Rodríguez, director de la Residencia Sacerdotal de Sant Josep Oriol. Solo Mn. Joan Costa ha dejado su antigua parroquia del Remei para irse a una pequeña parroquia del Maresme, pero sigue siendo superdelegado diocesano de Pastoral Social.
Queda claro, que Omella no es de los que reparte juego, algunos de los sacerdotes en los que tiene confianza acumulan un montón de cargos y responsabilidades, aunque eso no es garantía de nada, porque el turolense como su mentor el Papa Francisco puede pasar de un día para otro a retirar la confianza a uno de sus colaboradores más cercanos. Que se lo digan, por ejemplo, a Mn. Enric Termes, pieza clave del Consejo Episcopal anterior del que era secretario, y responsable de un montón de comisiones de confianza del cardenal, y que ahora prácticamente ha desaparecido de la primera línea diocesana.
Veremos como va este experimento de Omella en su primer año de vida, después quedarán dos años más, antes que finalice el periodo de prueba y se revise como ha ido todo y se planteen posibles cambios o modificaciones del proyecto, para entonces ya no estará el actual arzobispo y el clero y en general toda la diócesis podrá expresarse con mucha más libertad que no ahora, ya que todo el mundo tiene miedo a decir lo que piensa y jugársela a disgustar al cardenal aragonés.
Pietro Romano
Todos trepadores
ResponderEliminarTrepadores ¿cómo la.hiedra? Lo importante es que sean sacerdotes de sana doctrina y no ministros dóciles al mundo-sinodalismo
EliminarQuizas no todos, pero algunos sin duda, incluso hay uno que nunca lleva alzacuellos que para foto y el peloteo se lo puso.
Eliminar¡Qué fuerte lo de un cura poniéndose alzacuellos para ir a palacio!...Seguro que ya se lo.quitó
Eliminar¿Quién es la mujer de la izquierda de la foto?
ResponderEliminarUn análisis psicológico de la foto muestra un fondo central con Omella y sus auxiliares, enmarcados en los dos extremos por una mujer y un sacerdote "seglarizado"...¿Será esta foto una declaración de a dónde debe marchar la implementación de los super-arciprestazgos?
EliminarMarion secretaria general y canciller del Arzobispado de Barcelona, fue la sustituta de Sergi Gordo cuando este fue nombrado obispo. Una imposición de Omella.
EliminarLas tres grandes verdades:
ResponderEliminar"se nos dijo que los nuevos arciprestes se iban a dedicar prácticamente en exclusiva a su nueva misión, es otra trola más”
“algunos de los sacerdotes en los que tiene confianza acumulan un montón de cargos y responsabilidades, aunque eso no es garantía de nada”
“ y el clero y en general toda la diócesis podrá expresarse con mucha más libertad que no ahora, ya que todo el mundo tiene miedo a decir lo que piensa y jugársela a disgustar al cardenal aragonés.”
Y la señora de la foto de arriba izquierda ¿¿quien es????.
ResponderEliminarDebe ser la responsable de la predicación sobre el sentido auténtico de la Biblia y la forma de presentar el Diluvio y Pentápolis.
EliminarEs la cocinera,Don Silverio!!!
EliminarSi no yerro, la Sra. Màrion Roca Sagués, Secretaria General y Canciller de la Curia Diocesana del Arzobispado de Barcelona, cargo que ocupa desde septiembre de 2017, siendo la primera mujer en asumir esta responsabilidad en la historia de la archidiócesis.
EliminarEn esta posición, su labor principal consiste en dar fe y gestionar todos los documentos, trámites y actas de la Curia, asegurando que se custodien adecuadamente en el archivo de la Secretaría General.
Trabaja desde el Palacio Episcopal con un equipo de ocho personas.
El cargo es, en la prosa francisquista, como una "caja de resonancia" del latido de la vida diocesana, con una vocación de servicio interno pero orientada a la salida pastoral, en línea con el Plan Pastoral Diocesano "¡Salgamos!" de Barcelona (¿Quién se acuerda de este plan?).
Anteriormente, formó parte del equipo del anterior Secretario General, el obispo auxiliar Sergi Gordo, con más de 25 años de experiencia en la archidiócesis, donde es reconocida por su conocimiento del clero y los organismos diocesanos.
Este nombramiento por el cardenal Joan Josep Omella reflejó, según la pompa francisquista, un espíritu renovador en sintonía con el papa Francisco, promoviendo la presencia de mujeres en funciones de toma de decisiones en la Iglesia (si está en archivística, no hay toma de decisiones, o bien están limitadas a archivos y procesos burocráticos no esenciales).
Bueno, entonces aclarado lo de Doña Màrion. Una promoción en línea francisquista de,paso a paso, llegar a tener arzobispas. Dicho esto, esta señora tiene una mirada de conocer bien el.paño de la jerarquía diocesana..
EliminarEn Tortosa también tienen una Cancillera - Secretaria General, pero dicen que tiene más formación que muchos sacerdotes, que comulga de rodillas y que viene de los Jesuitas de antes.
EliminarI. Introducción
ResponderEliminarEn mi opinión, la Arquidiócesis de Barcelona, con aproximadamente 200 parroquias y una población de alrededor de 3 millones de habitantes en su territorio, enfrenta desafíos pastorales derivados de la secularización, la urbanización y la disminución de clero disponible, conocidos de hace más de 40 años.
En la situación actual, implementada en julio de 2025, se han establecido 7 arciprestazgos, lo que implica que cada arcipreste coordina un promedio de 28 parroquias, agrupadas en 44 comunidades pastorales.
Esta estructura busca una beatífica eficiencia administrativa, pero lo que va a generar es sobrecarga en los responsables, especialmente considerando sus funciones adicionales en el gobierno diocesano (tienen otros cargos de la Curia, presiden comisiones...).
Este estudio propone una alternativa razonable, basada en mi opinión personal, para distribuir las cargas de manera que se respete la capacidad humana de gestión, utilizando nombres tradicionales como obispo, obispo auxiliar, vicario episcopal, arcipreste y párroco, con el fin de promover una pastoral eficaz y sostenible.
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II. Análisis de la situación actual
A. Estructura jerárquica existente
1. Nivel superior: El arzobispo, asistido por obispos auxiliares, un vicario general y un provicario general, dirige la diócesis y supervisa directamente los arciprestazgos.
2. Nivel intermedio: Siete arciprestes, quienes asumen funciones equivalentes a vicarios episcopales y participan en el consejo de gobierno, coordinando cada uno un promedio de 28 parroquias.
3. Nivel base: Las 200 parroquias se agrupan en 44 comunidades pastorales, con un promedio de 4 a 5 parroquias por comunidad, lideradas por equipos pastorales que incluyen párrocos y laicos.
B. Problemas identificados
1. Sobrecarga en arciprestes: Manejar 28 parroquias excede límites razonables de atención, considerando responsabilidades adicionales en comisiones diocesanas y curia.
2. Centralización: La supervisión directa del arzobispo sobre solo siete arciprestes es eficiente en sí misma considerada (1 obispo sobre 7 arciprestes), pero limita la granularidad en una diócesis urbana diversa: o sea, fallan toda la estructura bárbara de 1 arcipreste llevando 28 parroquias, junto con los cargos diocesanos que además tengan cada uno de ellos. Misión imposible.
3. Adaptación a necesidades: La estructura prioriza la evangelización en bloques demasiado amplios, diluye toda la atención personalizada en contextos locales: demasiadas teclas, y quien mucho abarca, aprieta nada de nada.
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Principios para una distribución razonable
A. Aspecto técnico: El principio del número mágico 7
1. Número mágico 7:
Este concepto proviene de la psicología cognitiva, propuesto por George Miller en 1956, y se conoce como el "número mágico 7 ± 2".
Indica que la capacidad de la memoria de trabajo humana (la parte del cerebro que maneja información temporal) permite procesar simultáneamente entre 5 y 9 elementos (como tareas, personas o unidades pastorales, parroquias...) sin sobrecarga significativa. Más allá de eso, aumenta el riesgo de errores, fatiga y pérdida de eficacia. La situación se agrava porque los arciprestes no sólo llevan parroquias, sino más cargos y oficios.
2. Explicación:
Lo que pasa en Barcelona es como si estamos jugando al dominó, podemos seguirle la pista a unas 5-7 fichas en la mano sin perdernos. Si tenemos muchas más, es fácil que nos hagamos un lío. En la Iglesia, esto significa que nadie debería coordinar más de 7-9 unidades (como parroquias o grupos) para que el trabajo sea de calidad y no se sientan desbordados.
3. Cómo usarlo en la Iglesia:
Los líderes (obispos, arciprestes, párrocos) suelen tener varias tareas (reuniones, formación, visitas), así que es mejor que manejen menos de 7 unidades.
La organización debe ser como una pirámide: cada nivel supervisa un número pequeño del nivel de abajo, para que todo funcione sin caos.
Barcelona cuenta con tantas personas y necesidades distintas, pues Barcelona no deja de ser un agregado de pueblos y lugares: tiene 10 distritos con 73 barrios, unos 4-7 barrios por distrito excepto Nou Barris con 13 barrios.
ResponderEliminarDe hecho, en capital Barcelona, por ejemplo, hay diversas realidades sociales (los barrios varían por solapamientos):
a) Alta renta (5-7 barrios): Pedralbes, Les Tres Torres, Sarrià, Sant Gervasi-Galvany, El Putxet i el Farró (37.800 €, baja inmigración, gentrificación).
b) Céntricos-turísticos (8-10 barrios): El Gòtic, El Raval, El Born, Barceloneta, Sant Antoni, Dreta/Esquerra de l’Eixample, Vila de Gràcia, El Poble-sec (25.000-30.000 €, alta diversidad, overturismo).
c) Renta media (20-25 barrios): Sants, Hostafrancs, La Bordeta, Sagrada Família, La Salut, El Guinardó, Sant Andreu, Les Corts (18.000-22.000 €, clases medias, inmigración moderada).
d) Vulnerables (10-15 barrios): Ciutat Meridiana, El Besòs i el Maresme, Trinitat Vella/Nova, Torre Baró, Vallbona, Les Roquetes, El Carmel (11.000-13.500 €, alta inmigración, pocos servicios).
e) En transición a modernización (15-20 barrios): El Poblenou, Diagonal Mar, Vila Olímpica, Porta, Prosperitat, El Congrés i els Indians, La Marina del Port (diversidad alta, segregación por vivienda, gentrificación).
Necesitamos unidades pequeñas para estar cerca de la gente, pero bien conectadas con los líderes diocesanos.
4. En la pastoral, esto significa que un responsable no debería coordinar más de 7 a 9 unidades (como parroquias o grupos) a la vez, especialmente si tiene otros deberes, para evitar cansancio y mantener una atención de calidad.
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B. Aplicación al contexto eclesial
1. Ajuste por pluriempleo: En la Iglesia, los responsables (como arciprestes) suelen tener cargos adicionales (curia, formación, comisiones), lo que reduce la capacidad efectiva a un promedio de 7 elementos.
2. Jerarquía escalable: La estructura debe ser piramidal, donde cada nivel supervise un número manejable del nivel inferior, asegurando coherencia desde el obispo hasta las parroquias.
3. Consideraciones locales: En Barcelona, factores como la densidad poblacional y la secularización requieren unidades pequeñas para una pastoral cercana, pero integradas en capas superiores para coordinación diocesana.
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IV. Propuesta de estructura jerárquica
El principio del "número mágico" (5-7 elementos por nivel, idealmente 5 considerando pluriempleo de los curas) requiere una pirámide escalable que distribuya las 200 parroquias y las 44 comunidades pastorales de manera sostenible.
La propuesta ajusta la estructura para reducir la sobrecarga, mantener la flexibilidad canónica (Código de Derecho Canónico, cánones 374-380) y adaptarse a la escasez de clero, incorporando laicos. Los cálculos y funciones son salvo error u omisión.
A. Nivel superior: Arzobispo y obispos auxiliares
Propuesta: 1 arzobispo + 2 obispos auxiliares + 1 vicario general (equipo de 4 personas) supervisan 5 vicarios episcopales + tareas de curia (estimado 6-7 elementos totales).
Razón: Supervisar 5 vicarios está dentro del número mágico (5-7), considerando las responsabilidades adicionales de la curia (liturgia, educación, caridad). Los obispos auxiliares y el vicario general distribuyen la carga del arzobispo.
Función: Dirección global, visión misionera, decisiones canónicas.
B. Nivel intermedio superior: Vicarios episcopales
Propuesta: 5 vicarios episcopales, cada uno supervisando 2 arciprestes (10 arciprestes ÷ 5 = 2).
Razón: 2 arciprestes por vicario está en el límite inferior del número mágico, pero es viable porque los vicarios tienen roles estratégicos (enlace con curia, formación, resolución de conflictos). Cinco vicarios permiten una supervisión más granular que los 7 arciprestes actuales directamente bajo el arzobispo, distribuyendo mejor la carga.
Función: Puente entre arciprestes y arzobispo, apoyo en planificación pastoral, resolución de problemas.
C. Nivel intermedio inferior: Arciprestes
ResponderEliminarPropuesta: 10 arciprestes, cada uno supervisa 4-5 comunidades pastorales (44 comunidades ÷ 10 = 4,4; asignar 4 comunidades a 6 arciprestes y 5 comunidades a 4 arciprestes)
Razón: 4-5 comunidades por arcipreste está dentro del número mágico (5-7), reduciendo la carga actual (6 comunidades, 28 parroquias) a 18-22 parroquias por arcipreste (4-5 comunidades x 4-5 parroquias). Esto respeta el pluriempleo (curia, comisiones)
Función: Coordinación pastoral, visitas canónicas, mediación
D. Nivel base: Comunidades pastorales y parroquias
Propuesta: Mantener las 44 comunidades pastorales, cada una con 4-5 parroquias (200 ÷ 44 = 4,55; simplicidad, 24 comunidades con 4 parroquias y 20 comunidades con 5 parroquias, total 96 + 100 = 196 parroquias, ajustando las 4 restantes a comunidades específicas)
Razón: 4-5 parroquias por comunidad está dentro del número mágico, permiten que los equipos pastorales (párroco coordinador + laicos) manejen tareas diarias (catequesis, evangelización) sin sobrecarga
Función: Atención diaria, evangelización local, gestión parroquial.
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Mi opinión personal
1. Como dice el artículo, mal vamos cuando los párrocos agendan para la estructura nueva y la vieja: eso multiplica y complejiza más una situación difícil.
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2. Cuando se empiezan a hacer "agrupaciones y comunidades", es sinónimo de decadencia hacia la extinción más o menos lejana, dado que ya empieza a faltar vocaciones y ordenaciones que reemplacen a los curas jubilados, y es un Cuerpo Místico debilitado por la herejía y el enfriamiento de la Fé católica. Esto indica una espiritualidad católica decadente y en derrumbe, tal como es Barcelona, desgraciada hacia el abismo por el nacional-progresismo, destructor desde hace más de 50 años.
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2. La presencia de arciprestes y cargos nacional-progresistas: a ver si nos entendemos, después de que el nacional-progresismo ha matado a Barcelona durante casi 50 años, lo ha llevado hacia este desastre total de falta de curas y pésima gestión en todo, lo que motiva esta solución-lodazal "de pobres y moribundos" (las agrupaciones y comunidades), paso previo a la decadencia y extinción, entonces ningún, repito, ningún cura o laico o religioso o teólogo o cualquier otro bípedo implume nacional-progresista, nunca jamás debe de tener ningún cargo y oficio eclesiástico. Hay que cortar por lo sano ya, no sé a qué se espera, no sé por qué se ponen si lo destruyen todo, parece un gobierno diocesano de incompetentes.
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3. No se ha realizado con sinodalidad: en efecto, no ha habido un Sínodo Diocesano de la Archidiócesis de Barcelona para la Reordenación Territorial y la creación de Comunidades Pastorales.
No ha habido un Sínodo que se haya convocado, indicando sus competencias, organización, funciones y temario, ni transparencia informativa a todo el pueblo de Dios, debates, discusiones, deliberaciones y decisiones.
Todo se ha decidido en clericalismo, sin aplicar los principios sinodales clásicos:
1. Episcopus et collegarum ac plebis testimonio et iudicio comprobato alium constitui nullo modo posse
El obispo, junto con sus colegas obispos, y con el testimonio y reconocimiento del pueblo, no pueden elegir a otro obispo de ninguna otra manera más
2. Consultis omnibus episcopis, presbyteris, diaconibus, confessoribus et ipsis stantibus laicis
3. Clerus populusque ecclesiae
El clero y el pueblo de la Iglesia
4. Sensus et consensus populi Dei
Sentido común, buen juicio y consenso del Pueblo de Dios
5. Quod omnes tangit ab omnibus tractari et approbari debet
Lo que a todos afecta por todos debe de ser tratado y aprobado
6. Quando a primordio episcopatus mei statuerim, nihil sine CONSILIO VESTRO, et sine CONSENSU PLEBIS, mea privatim, sententia gerere (San Cipriano)
En los casos importantes, el obispo consulta a la asamblea de diáconos y presbíteros como sus consejeros (consilio), y lo que decida el obispo él o con su asamblea, entonces el pueblo laico lo ratifica o lo anula e invalida (consensu)
No hay que olvidar que todo eso son jerarquías, que carecen de ningún contacto con el pueblo de Dios.
EliminarEn realidad toda esta reorganización implica un hecho nefasto: perdemos a los curas que son los que tienen el contacto directo con los cientos o miles de almas que conforman su rebaño.
Todas estas reformas que hace el arzobispado de Barcelona responden a este hecho: se desploma el número de curas, cada vez más menos curas atienden a más fieles.
Es decir, no hay vocaciones ni hay ordenaciones suficientes.
4. Seguimiento del Gobierno Diocesano por el Sínodo del Pueblo de Dios
ResponderEliminarFunciones de seguimiento sinodal:
1. Arciprestes (nivel operativo, 4-5 comunidades, ~18-22 parroquias):
Visitas canónicas: Inspecciones periódicas (cada 1-2 años) a comunidades y parroquias para evaluar liturgia, catequesis, registros y finanzas.
Supervisión pastoral: Acompañamiento de equipos pastorales para alinear actividades con la misión diocesana (ej. retiros conjuntos).
Rendición de cuentas: Revisión de informes anuales/semestrales de párrocos sobre actividades y finanzas.
Mediación: Resolución de conflictos entre parroquias o dentro de comunidades (ej. horarios de misas).
Fiscalización: Verificación del cumplimiento de directrices diocesanas y gestión de recursos.
...
2. Vicarios episcopales (nivel estratégico, 2 arciprestes):
Visitas canónicas delegadas: Evaluaciones menos frecuentes pero más amplias a arciprestazgos, enfocadas en prioridades diocesanas.
Supervisión estratégica: Revisión de informes de arciprestes para detectar necesidades o irregularidades.
Rendición de cuentas: Consolidación de datos pastorales y económicos para la curia.
Mediación: Resolución de conflictos escalados desde arciprestes.
Fiscalización: Coordinación de auditorías económicas y pastorales en arciprestazgos.
...
3. Sínodo del Pueblo de Dios como organismo de seguimiento
Inspirado en el Sínodo sobre la Sinodalidad (2021-2024), el Sínodo del Pueblo de Dios en la Arquidiócesis de Barcelona actuaría como un organismo permanente, consultivo y participativo, complementando las funciones de arciprestes y vicarios.
Sus funciones de seguimiento incluirían:
1. Participación universal de los fieles sobre la acción del obispo, su Gobierno Diocesano y los párrocos:
Involucrar a laicos, párrocos y comunidades en la evaluación de la reorganización territorial (44 comunidades, 10 arciprestazgos) mediante asambleas o consultas periódicas. Del obispo hasta los párrocos deben de responder de su eficacia ante el Sínodo del Pueblo de Dios, sin excepciones y sobre todos los temas.
2. Evaluación pastoral: Recopilar retroalimentación sobre la eficacia de las comunidades pastorales (ej. si las 4-5 parroquias por comunidad fomentan evangelización cercana).
3. Rendición de cuentas comunitaria: Crear canales para que los fieles informen sobre necesidades o problemas (ej. falta de catequistas, recursos económicos insuficientes, eficacia y efectividad, rendimiento, dedicación, resultados).
4. Propuestas de mejora: Sugerir ajustes a la estructura jerárquica o programas pastorales basados en las dinámicas de los "vecinos" (cambios sociales, secularización).
5. Sostenibilidad económica: Revisar la gestión de recursos diocesanos, promoviendo transparencia y colaboración con la curia (ej. propuestas para optimizar donaciones).
6. Frecuencia: Podría reunirse anualmente, con comités permanentes para seguimiento continuo mensual.
7. Ejemplo: El Sínodo del Pueblo de Dios organiza asambleas en las 44 comunidades para evaluar si los equipos pastorales (párrocos + laicos) logran atender las necesidades locales, proponiendo formación adicional para laicos o reasignación de recursos a comunidades con menos medios.
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8. Responsabilidad universal de todos los eclesiásticos: Se exigen responsabilidades sinodales a obispos, diáconos, párrocos y Gobierno Diocesano en cuestiones de responsabilidad:
in eligendo
in vigilando
in operando (gestión)
in custodiendo (almas, bienes y dinero)
in docendo (enseñanza, si son herejes o no)
in regendo (gobierno)
in reddendo rationem (dación de cuentas de toda acción)
in corrigendo (disciplinar, sancionar)
Hay que eliminar la sensación de falta de responsabilidad del arzobispo y de su Gobierno.
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Sr. Profesor, ¿se le han acabado los argumentos? ¿quiere que le ayude proporcionándole del V al X? ¿Qué ha aportado su escrito? ¿Sabe si hay muchos que lo lean?
EliminarEs fundamental dejar a los nuevos arciprestes trabajar con libertad y apoyarles para consolidar el trabajo en cada una de sus demarcaciones parroquiales. Conozco personalmente a algunos de ellos y son doctrinalmente sólidos y buenos gestores de sus parroquias. Expresemos nuestra confianza en que el Espíritu Santo les guiará e inspirará en esta misión de servicio y oremos para que sus tareas den los frutos necesarios para el bien de la diócesis.
ResponderEliminarNo está dicho que Omella no esté para dentro de dos años. Mientras la salud le acompañe el Papa puede mantenerlo en el puesto si le parece oportuno
ResponderEliminarHe observado a Omella en las últimas apariciones públicas y por lo que dice y hace ya se le empiezan a notar los años.
EliminarQue el papa Leon XIV le dé su merecida jubilación como es norma de la Santa Sede a los 80 años a los cardenales.
Estará hasta los 90 , lo manco.
EliminarOmella no querrá perderse el año 2026, Año Gaudí.No es lo mismo vivirlo como protagonista y dar bendiciones que desde la Residencia junto el emérito Sistach
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