El pasado martes 16 de septiembre fallecía a los 91 años el que fuera abad de Montserrat Sebastià Bardolet, que gobernó el monasterio benedictino entre 1989 y el año 2000, cuando dimitió de su cargo a pesar de que tan solo tenía 66 años y le faltaba casi una década para llegar a los 75 en que en teoría finalizaba su responsabilidad.
El abad fallecido era originario de Torelló y pertenecía a una de aquellas sagas familiares que se fueron adaptando políticamente a los tiempos para mantener siempre una posición privilegiada en la población, fueron carlistas en los años veinte del siglo pasado, de La Lliga en los años treinta y en el PSUC durante la guerra civil. Después de la contienda se afiliaron a la Falange y dominaron el consistorio durante muchos años.
Bardolet era el sucesor natural del abad Cassià Maria Just, ya que era su mano derecha y prior del monasterio, que también renunció antes de finalizar su mandato, demostrándose con las dos dimisiones abaciales que algo no iba bien en Montserrat, y aunque en ambos casos se adujeron motivos personales, era vox populi que el cenobio pasaba por momentos de división y de problemas internos, que diversas fuentes identificaron con la presencia de un lobby rosa muy difícil de controlar, una situación que no se solucionó hasta la llegada del abad Josep Maria Soler, que sí que finalizó su mandato a los 75 años.
Lo de la homosexualidad en el monasterio parece que se llevó por delante a dos abades, pero sus fatales consecuencias le explotaron al abad Soler, cuando empezaron a hacerse públicos los casos de abusos a menores que afectaban a algunos de sus monjes. No se trataba solo de algunos monjes con tendencias homosexuales, sino que algunos de ellos eran pederastas de manual. El mismo monasterio acabó reconociendo, por ejemplo, que el hermano Andreu Soler era un depredador sexual.
Una comisión hecha a la medida por el abad Soler, intentó liberarle de cualquier responsabilidad, aunque los palos cayeron sobre sus antecesores Cassià y Bardolet, con Cassià no había problema porque ya estaba muerto y a Bardolet lo disculparon porque decían que era muy anciano y ya no tenía la memoria en condiciones para recordar aquellos hechos. Estos días que muchos han hablado del abad acabado de fallecer han dejado en evidencia que Bardolet no estaba tan mal como nos dijeron. También se ensañaron con el hermano Andreu, otro que también había fallecido, total que al final ningún monje vivo tenía ninguna culpa de nada.
No era esa la opinión de Miguel Angel Hurtado, el que destapó el caso de los abusos en Montserrat de los que él mismo fue víctima. Él siempre ha intentado implicar al abad Soler por encubrimiento y por intentar tapar la verdad, pagando importantes cantidades para conseguir el silencio de las víctimas con billetes de los grandes para que no quedara rastro de esas "indemnizaciones".
De los cuatro últimos abades, tres de ellos se implicaron en política activa, Escarré y Cassià, en la lucha anti-franquista y Soler hasta las cejas en el Procés. Los dos primeros, mientras el monasterio quemaba por dentro en luchas y problemas internos, los abades estaban a otra cosa que nada tiene que ver con un monasterio. El que menos se implicó en política fue precisamente Bardolet, a pesar de que era conocida su posición nacionalista, que le valió obtener una Creu de Sant Jordi de la Generalitat, por su defensa de la cultura y la identidad catalana.
En cuestiones ideológicas era moderadamente progresista, en el Concilio Provincial Tarraconense, se acuñó la expresión "el calaix de l'abat", (el cajón del abad, refiriéndose a Bardolet) donde supuestamente se guardaban las propuestas que se sabía de antemano que no serían aprobadas en Roma bajo el pontificado de San Juan Pablo II, la esperanza era que algún día saldrían del cajón, pero murió el papa polaco, ha muerto Bardolet, y las propuestas siguen sin salir del cajón, y de aquel Concilio ya prácticamente nadie se acuerda.
Francesco Della Rovere
Que descanse en paz el Bardolet. A bien seguro en la voluminosa biblioteca del cenobio de estos dimoniets separatistas tonsurados no tienen el libro El Diluvio Del Genesis que haría las delicias de los aficionados a libros misteriosos, al estilo de los monjes que salen en la película El Nombre De La Rosa, que se dedicaban a lamer con su lengua las páginas de ciertos libros que debían ser gustosos.
ResponderEliminarDon Silverio, los libros los tienen y bien grandes, pero una cosa es tenerlos y otra cosa es leerlos y entenderlos.
EliminarImaginemos una familia que, generación tras generación, siempre está en el centro del poder en su pueblo. Son como los protagonistas de una serie que nunca se cancela, adaptándose a cualquier época.
ResponderEliminarPrimero son iberos, griegos, fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, Al-Andalus, Casa Condal de Barcelona, cadells o nyerros , la Biga o la Busca, Trastámaras, Austrias, Borbones, Napoleónicos, constitucionalistas de la Pepa, fernandistas, liberales, federalistas, isabelinos, saboyanos, I República, alfonsinos, en los años 20 son carlistas, defendiendo la monarquía tradicional; en los 30, se pasan a La Lliga, un partido catalanista más moderno; durante la Guerra Civil, se alinean con el PSUC, los comunistas de la URSS de Stalin de la época; y tras la guerra, se convierten en falangistas, los favoritos del régimen franquista, para ser al final demócratas de toda la vida.
¿Cómo lo hacen? ¿Qué tienen de especial?
Repaso a los clásicos, me viene una idea. Si pudiéramos sentarnos con Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, dos pensadores brillantes, ellos nos explicarían esta historia como si fuera un guion filosófico, usando ideas como SUSTANCIA y ACCIDENTES, en un mirador, cerca del mar y playa, sobre una suave colina refrescante.
Vamos a desglosar sus conceptos de forma sencilla, como si estuviéramos ya acercándonos en una sobremesa bajo un jardín con un bosquecillo, y luego veremos si esta familia podría redimirse y usar su talento para algo más noble.
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1. Sustancia y Accidentes: La Esencia y el disfraz
Para Aristóteles y Aquino, cada cosa tiene una ESENCIA (o SUSTANCIA) que la hace ser lo que es, y luego están los detalles cambiantes (o ACCIDENTES) que no tocan ese núcleo.
La sustancia es como el corazón de algo, lo que no cambia aunque todo lo demás se transforme.
Los accidentes son como la ropa que usamos: puedo ponerme un traje elegante, una camiseta informal o un uniforme militar, pero sigo siendo yo. Cambio de chaqueta.
En el caso de esta familia:
- La sustancia es la propia familia, su identidad como un clan que siempre busca mantener el poder y el prestigio. Es como si su "alma" fuera esa habilidad para seguir siendo importantes, sin importar quién mande en el pueblo o en el país. Son como un árbol que siempre encuentra la manera de mantenerse en pie, aunque las tormentas vengan y vayan.
- Los accidentes son las banderas políticas que ondean en cada momento: carlismo, La Lliga, PSUC, Falange, CIU, PSC, Junts, PP,CUP, Aliança, VOX... Vaivenes contingentes y circunstanciales, superestructuras que sobrevuelan...
Estos son como disfraces que se ponen para encajar en la época. Cambian de color político como quien cambia de chaqueta según el clima, pero el corazón de la familia (su sustancia) sigue siendo el mismo: conservar el patrimonio, escolti.
Imaginemos a Aristóteles y Aquino en un amable árbol, discutiendo esto:
- Aristóteles: "¡Goita quina família tan llesta! Es como un actor que interpreta muchos papeles. Su esencia, su sustancia, es su instinto para sobrevivir y mandar. Los partidos políticos son como los disfraces que se pone: rojos, azules, tradicionales o modernos, pero el actor sigue siendo el mismo."
- Aquino: "Quin seny tens, amic meu, però em preocupa. Esa sustancia podría ser más noble. Cambiar de bandera para ganar o conservar poder es como usar máscaras para engañar. Dios les dio esa inteligencia para adaptarse, pero deberían usarla para ayudar a los demás, no solo a sí mismos."
2. La adaptabilidad: ¿talento o trampa?
ResponderEliminarEsta familia tiene un talento increíble: saben leer los tiempos, oler el cambio y subirse al carro ganador.
Aristóteles diría que son prácticos, como un capitán que ajusta las velas según el viento.
En su libro sobre cómo vivir moralmente bien (la Ética), diría que esta habilidad podría ser una virtud si se usa para algo bueno, como liderar el pueblo hacia la felicidad compartida. Pero aquí parece que solo buscan su propio beneficio, como un equipo que juega para ganar, pero no para inspirar.
Aquino, que siempre piensa en cómo nuestras acciones nos acercan o alejan de lo bueno (Dios), diría que esta familia debe ajustar el rumbo. Cambiar de bando no es malo en sí mismo, pero hacerlo solo por poder es como usar un superpoder para algo egoísta. Él diría que están atrapados en un pecado de avaricia y egoísmo (un grave error moral), en el caso que usen su talento para mantenerse arriba en lugar de la virtud moral de ayudar a todos.
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3. ¿Y si se redimen? La esperanza de una sustancia noble
Aquí viene lo interesante: tanto Aristóteles como Aquino creen que las personas (y las familias) pueden mejorar.
La sustancia de esta familia, esa habilidad para adaptarse, no es mala en sí misma. Es como tener un coche potente: podemos usarlo para correr carreras ilegales o para llevar a la gente a un lugar mejor. ¿Y si esta familia usara su talento para el bien común?
- Aristóteles diría: "Imagina que esta familia usara su inteligencia para unir al pueblo. Podrían adaptarse a los tiempos no para ganar poder, sino para construir escuelas, ayudar a los pobres o hacer que todos vivan mejor. Eso sería la verdadera felicidad, la eudaimonía, vivir de acuerdo con lo mejor que hay en ellos."
- Aquino añadiría: "¡Exacto! Dios les dio ese don de adaptarse para que lo usen con amor y justicia. Si esta familia se diera cuenta de que el poder verdadero está en servir, su sustancia brillaría como una luz. Podrían pasar de ser oportunistas a ser líderes que guían a su pueblo hacia el bien bajo cualquier circunstancia."
Por ejemplo, después de la Guerra Civil, es compatible unirse a la Falange para controlar el consistorio, pero con la finalidad teleológica superior de usar su influencia para proteger a los vecinos más vulnerables, reconstruir el pueblo o mediar en conflictos. Su sustancia (esa capacidad de adaptación) seguiría intacta, pero los accidentes (sus acciones y alianzas) reflejarían un propósito más grande: el bien común.
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4. Una lección para el hoy de hoy
La historia de esta familia nos hace pensar: ¿qué hacemos con nuestros talentos? Todos tenemos una "sustancia", algo que nos hace únicos, ya sea nuestra inteligencia, creatividad o capacidad de adaptarnos.
Pero lo que importa es cómo lo usamos: ¿nos ponemos disfraces para salir ganando, o usamos nuestra esencia para hacer el mundo un poco mejor?
Esta saga es como un espejo: nos muestra que cambiar para sobrevivir es humano, pero cambiar para servir a los demás es heroico.
Aristóteles y Aquino nos preguntarían desde el Empíreo Eliseo: ¿qué "disfraces" llevamos puestos? ¿Y cómo podemos usar nuestro "corazón" para algo más grande que nosotros mismos?
La idea de la redención encaja perfectamente con la filosofía de ambos pensadores.
Aristóteles cree que todos podemos aprender a ser virtuosos, practicando acciones que nos hagan mejores.
El Aquinate, con su Fé, diría que siempre hay esperanza de cambiar, porque la gracia divina puede transformar incluso a los más egoístas en servidores del bien.
Muchas familias podría ser un caso de estudio: su sustancia es poderosa, pero sus accidentes (sus elecciones políticas) han sido egoístas o altruistas.
La redención estaría en alinear esos accidentes con un propósito más alto: ley natural y divina.
Abad martirizado por los suyos. Siendo prior poca gracia le hacían ciertas cosas del Abad Casià, pero le era leal y sólo expresaba sus reservas en el ámbito de consejo más cercano al abad. Un monje me comentó que a Bardolet le dolía en el alma la posibilidad que lo de las pistolas de los etarras en el cenobio pudiera repetirse. Siempre exquisito en el trato, pues nadie podrá negar que era humilde; esa virtud tan necesaria en el monacato y que tan poco se encuentra en Montserrat. Le traicionaban y le engañaban sin cesar ciertas facciones de monjes que no sabían lo que era la obediencia ni la lealtad, capitaneados por algunos monjes que se creían demasiado intelectuales. Una vez Abad Emérito, el Abad Soler lo jodió tanto como pudo, porque el desprecio es la antítesis del amor fraterno. Tenía talento, pero ante tales hermanos de monasterio le hubiera hecho falta ser más dictador. Demasiado nacionalista y a veces pusilánime. Sus exequias han sido un desierto, signo de la decadencia montserratina. Después de tratar con él, nunca supe si era algo estúpido o demasiado tímido, porque costaba hablar con él, pero si lo lograbas, descubrias un hombre del Renacimiento; sabía de todo. Eclesialmente, nunca comprendió lo que era la Iglesia, más allá de cuatro libros sobre el Vaticano II y miles de lecturas de artículos de revistas teológicas: su visión estaba demasiado marcada por los cuatro muros del monasterio y la senyera nacionalista. Descanse en paz.
ResponderEliminarGracias por su comentario tan sustancioso. La tipologia de estas familias es común en infinidad de ciudades y pueblos. En Francia se da el caso además de los alcaldes que surfean contra viento y marea durante décadas y a veces hereditariamente. El caso de los Alduy en la Cataluña francesa es paradigmático: Paul Alduy, alcalde de Perpinyà (1959-1993), reemplazado por su hijo Jean Paul entre 1993-2009. La mamá Jacqueline Alduy fue alcaldesa dels Banys i Palaldà (1959-2001). Duran más que los obispos.
ResponderEliminarPrácticamente no se sabe nada del lobby rosa de antes, de ahora y de siempre.
ResponderEliminarCuando el abad Soler ocupó el mando centrifugó a determinados monjes con peso específico que pasaron una purga de exilio en casas jesuitas: Evangelista Vilanova en el Casal Borja de Sant Cugat i Hilari Raguer en la Santa Cova de Manresa.
Ahora el mando de la abadía queda en manos de la troika Gasch, Juliol y Fossas. El carrerismo los caracteriza.
Todo esto de substancia/accidentes aplicado a las nissages catalanes pues mire..suena a masonería, Xifré o Arús lo podrían explicar bien. Lo de Montserrat, otro lugar infiltrado e infestado que costará sanear. Por lo demás, DEP el abad Bardolet
ResponderEliminarDe mafias rosa-lavandas ,Libéra nos Domine.
ResponderEliminarPeor aún en el Clero.
UFFFF!!!!
Así le pagaron al Tercio de Requetés y al Glorioso Caudillo la liberación del Monasterio a manos de las hordas Rojas!!!!
ResponderEliminarTraidores de m...a!!!
No se excite hermano! Ya reportaron que la bandera "secuestrada" del Tercio de Montserrat volvía a estar presente en el.inicio de la escalera de ascenso al camarín de la Virgen. Malos monjes los que la quitaron olvidando lo que hicieron aquellos requetés!
EliminarEsta tarde sonarán en Jerusalén 100 trompetas al unísono. Dicen que es un evento único y profético que da comienzo al nuevo año judío. Deseemos pues que en esta Gran Purificación, el lobby lavanda sea cercenado por ser gangrena que se ha extendido hasta sofocar a la Iglesia.
ResponderEliminar15/47, se pueden meter las trompetas por aquel sitio nefando si les gusta.
ResponderEliminarHace 2025 años que vino al mundo EL MESÍAS.
Ellos aún lo están esperando, con sus narices mirando arriba.
INSENSATOS!!!
20:23 No me entienda mal, Jesucristo ya vino y es el Mesias. Lo que le indico es que la Casa de Judá está de máxima expectación.. con los Shofar, la quema de la vaca roja y la construcción del tercer templo. Ya sabemos que su "mesias" es el Anticristo y que lo que han de hacer es convertirse. El Anticristo está profetizado y su espíritu actúa desde hace tiempo en el mundo y, sinó, mire el estado zarrapastroso que que está la Iglesia.
Eliminar20/23..... AMÉN 🙏🙏🙏
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