El pasado sábado falleció el obispo emérito de Gerona, Mons. Carles Soler Perdigó, el cual había desempeñado, con anterioridad, toda su vida ministerial en el obispado de Barcelona. Ordenado sacerdote de esta diócesis en 1960, se licenció en Teología por la gregoriana en 1961, siendo designado después rector del Seminario Menor entre 1967 y 1970. Sin haber cumplido los 40 años, ya prosperaba en el organigrama diocesano. Sin embargo, don Marcelo, en aquella época su arzobispo, lo mandó nuevamente a estudiar a Roma. Esta vez derecho canónico, obteniendo la licenciatura en 1972. La estirpe de los canonistas era muy preciada en el arzobispado barcelonés, no en vano, si nos referimos a la primera mitad del siglo XX, fueron doctores en derecho canónico los obispos Reig, Guillamet y Miralles. No fue obispo el Dr. Manuel Bonet Muixí, hijo de esta diócesis, pero sí vice-decano de La Rota y luego tuvimos a dos cardenales con doctorado en leyes canónicas: el Dr. Jubany y Lluis Martínez Sistach. Junto a ellos, don Jaume Traserra, secretario-canciller de Jubany, después su vicario general, auxiliar de Carles y obispo de Solsona. En la sede de San Paciano el pedigrí canonista siempre cotizó al alza.
Soler Perdigó siempre fue un poco menospreciado por sus compañeros en el derecho, dado que no había alcanzado el doctorado de los Jubany, Sistach y Traserra. Sin embargo, el cardenal Carles le privilegió como primer auxiliar en 1991 junto a Mons. Joan Carrera. Traserra todavía tendría que esperar dos años más para su ordenación episcopal. Pero ese menor rango académico no le impidió a Soler ser secretario general del Tribunal Eclesiástico (1973-1974), Juez Diocesano (1974-1990) y Vicario Judicial Adjunto (1979-1990), donde precisamente sustituyó a Sistach cuando pasó a Vicario General del arzobispado. Casi 20 años en la justicia eclesiástica que compatibilizó con la responsabilidad de la parroquia de San Pio X (1985-1991) y el cargo de Vicario Episcopal (1987-1991).
Como vicario episcopal le fue conferida la zona del Vallés, la que luego conservó como propia de obispo auxiliar. Cabe decir que esa zona se corresponde con la actual diócesis de Terrassa y que Soler Perdigó puso los cimientos del buen clero que luego disfrutaron (y mejoraron) Saiz Meneses y Salvador Cristau. Las diferencias entre Terrassa y Sant Feliu de Llobregat se remontan a que la primera era territorio Perdigó y la segunda territorio Vives. Cada uno había colocado un clero joven a su medida en aquellas demarcaciones, de las que eran obispos auxiliares de zona, con las que luego se hallarían sus primeros obispos al erigirse como diócesis nuevas.
Pero ese aceptable obispo auxiliar de la zona del Vallés fue un pésimo colaborador de su auxiliado, cardenal Carles. Soler junto a Traserra y Vives dieron el golpe palaciego que enfrentó a la mitad de la diócesis con el purpurado valenciano, el cual solo conservó el apoyo del obispo Carrera, que quedó como Moderador de la Curia. Carles se tuvo que sacar de encima a los tres obispos desleales y enviarlos a Gerona, Solsona y Urgel, con notable desagrado de estos, que se veían con chance para sucederle en la sede de la capital catalana. Luego a Soler y Traserra se les pasó el arroz y solo quedó Vives con posibilidades de suceder a Sistach; posibilidades que luego se revelaron vanas. Como obispo de Gerona, durante 7 años, no modificó el rumbo declinante de la diócesis, igual que tampoco lo consiguió su sucesor Pardo. En estos momentos cuenta dicho obispado con 123 sacerdotes, 13 mayores de 90 años; 31 de ochenta; 34 de setenta; 18 con seis décadas; 12 con medio siglo; 9 con cuarenta y solo tres con menos de treinta años. Después de 20 meses sigue siendo la única diócesis vacante en España y ahora ni tan siquiera cuenta con obispo emérito.
Un obispo canonista, un obispo dinamizador de su zona episcopal, un obispo desleal como auxiliar y un obispo inane como residencial. Pero sobre todo un obispo de una época pretérita. Sí, de una época que felizmente no volverá. De aquella época en que los canonistas cubrían los puestos de la diócesis y su actividad judicial alcanzaba los más altos grados de corporativismo. Carles Soler Perdigó era el párroco de San Pio X donde estalló el escándalo de la Casa de Santiago. Carles Soler Perdigó fue quien trató de ocultar los casos de abusos ante los padres de las víctimas. Él junto a Sistach y Traserra eran los preciados canonistas a los que, junto al otro gran jurista Jubany, les explotó en sus manos uno de los casos más escabrosos y lacerantes de la pederastia clerical. Hoy en día, Carles Soler Perdigó no habría pasado el tamiz de una mera consulta del Nuncio para formar parte de una terna. Hoy en día, no habría podido ser ni tan siquiera candidato a obispo.
Para ser obispo no se precisa ser un atleta intelectual, lo importante es ser un candidato obediente a la jerarquia superior para que el Jefe Máximo pueda manejar a su antojo al candidato, esto de la "humildad" evangelica es muy importante aquí, y todo marcha entre ruedas. Se trata de ser oveja no una cabra rebelde. Por cierto que de cabras rebeldes episcopales hoy en Alemania existe un rebaño numeroso. Descanse en paz querido obispo Carles Soler Perdigó, ahora ya no puede lanzar sus "perdigonadas" de las que le preciaban sus sacerdotes bajo su báculo, amen.
ResponderEliminarHace muy pocos años, todos los presbíteros gerundenses vivos, estuvieran en activo o jubilados del todo, daba como promedio que habían nacido en 1940, o sea que superaban los ochenta años de promedio.
ResponderEliminarUna época muy encantadora, aquella del pasado, cuando los obispos se elegían con absoluta opacidad altoclericalista.
ResponderEliminarPero hoy en día, en tiempos de la sinodalidad bergogliana, un pontificado-primavera del diálogo misericordioso y anticlerical, donde se está recuperando aquel primitivo sinodalismo bajo romano y alto medieval, donde se convocaban sínodos para elegir al obispo, y que estaban integrados por la totalidad del pueblo de Dios, es decir, obispos circundantes, el colegio presbiterial y diaconal y los laicos, sí, hoy en día, y gracias al Concilio Vaticano II, los obispos se eligen, ahora sí, con absoluta opacidad altoclericalista... También se destituyen como el caso de Strickland sin tener en cuenta el procedimiento legal, ni consultar sinodalmente al pueblo de Dios ni al propio obispo interesado... Y es que los tiempos avanzan que es una barbaridad...
Sr. Oriol, no ha trobat cap qualitat en el bisbe Carles Soler? Només diu el que tothom sap. L'havia tractat mai? Vostè es dona per satisfet, empodegant qui sigui.
EliminarEm deia la meva mare: "Si no pots parlar bé de ningú, millor que callis". Llegint l´escrit del Sr. Oriolt ho he recordat. Seguramente ell no va tenir la gran sort de tenir una gran mare com jo la vaig tenir!
EliminarSu legado es francamente mísero. Gerona es una diócesis para cerrar fusionandola con las otras de La Seo y Solsona las juntas si dan para un obispo dos de ellas mejor no.
ResponderEliminarEn un obispado hay muchos mandos y si no hay fíeles y sacerdotes mejor enviarlos con la cubana con su lazi amarillo a Wsterloo
Gerona ya no es la única sede vacante en España: Se le han añadido Huesca y Jaca al ser trasladado don Julián Ruiz Martorell a Sigüenza-Guadalajara.
ResponderEliminarUn hombre con escasos valores morales y que se comportó siempre como un déspota con sus subordinados.
ResponderEliminarPues a todos estos canonistas involucrados en el affaire de la Casa de Santiago, se les puede aplicar el dicho catalán: "Advocats i procuradors, a l'infern de dos en dos..."
ResponderEliminarAlgunos, Sr. Trillas, son de la "estirpe" de los mal educados. Es ser muy mal educado y de muy mal gusto criticar a los difuntos.
ResponderEliminarMi madre solía decir que si no se puede hablar bien de los demás mejor callar. Veo que usted no ha tenido la suerte de tener una madre que le educara correctamente y en estos valores. ¡Qué pena! Lo siento por ella y por usted! Yo estoy contentísimo con la educación que mi madre me dio!
Falta tanta educación en este bklo....
'Hoy en día, Carles Soler Perdigó no habría pasado el tamiz de una mera consulta del Nuncio para formar parte de una terna. Hoy en día, no habría podido ser ni tan siquiera candidato a obispo. '
ResponderEliminarSegur, senyor Trilla?
Absolutament segur?
No ho veig així a "l'església de Francisco."
Res.
Res ni una mica.
Retòric barat i buit a part, les postures reals del nostre Papa mostren que començant amb el mossèn Grassi a l'Argentina i acabant (fins ara i fins que sabem, vull dir) amb el mossèn Rupnik [si], la postura d'un mossèn d'abusar sexualment és vist més com un mèrit que un defecte.
A Strickland lo han echado por ser fiel al mandato de Nuestro Señor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para él y los que somos como él!!!
Cada cual es de tres maneras: Como se ve a sí mismo, como le ven los demás y como es en realidad, es decir, como lo ve Dios. Decía el Cura de Ars que "si nos conociéramos como Dios nos conoce, moriríamos de espanto". ¿Cómo es Strickland? ¿Cómo son los que son "como él"? Sólo Dios conoce la rectitud de los corazones.
ResponderEliminarEl Sr. Trillas desconoce seguramente los problemas de la Curia de la diócesis de Barcelona en tiempo de Mons. Carles. En aquella época tuve mucho contacto con todos los que la formaban y seguramente la decisión más positiva hubiese sido la remoción de Mons. Carles, de quien partían los problemas.
ResponderEliminarNo diga usted sandeces, hombre!!!
ResponderEliminarMns. Carles fue un Mártir en vida en la diócesis de Barna.
Le tocó lidiar con una manada de machos cabríos con una cornamenta de espanto!
Si a un pedazo de arzobispo como Don Marcelo le hicieron la vida imposible esos progres espantadores de fieles y vaciadores de seminarios, no es de extrañar que los de esa cuerda consideren "problemático" al buenazo de Don Ricardo María.
EliminarMons. Carles un màrtir? Me da risa. Los que le soportaban sí fueron mártires. No quiera confundir lo que debería habwer sido con lo que realmente fue.
ResponderEliminar