Otra iglesia abierta todo el día (16/01/2023)
Cuando arrancamos la singladura Germinans inicié una campaña en favor de que los templos permaneciesen abiertos todo el día. Una iglesia abierta invita a entrar en ella, llama a rezar y es uno de los faros más potentes de evangelización. El papa Francisco también ha venido insistiendo en ello, alentando que los templos no permanezcan cerrados. Allá por el año 2007, en los albores de esta aventura digital, no eran muchas las iglesias a las que se podía acceder libremente durante todo el día. Cierto es que se celebraban más misas que ahora, pero fuera del horario de celebraciones solían cerrar sus puertas. Incluso en las ubicaciones más céntricas. Ahora hay muchas menos misas, pero la política de templos abiertos ha conseguido abrirse paso. La última que he podido comprobar personalmente es la parroquia de Sant Miquel dels Sants en la calle Escorial, la cual permanece abierta de 8’15 a 21 horas, a excepción del domingo por la tarde.
Sant Miquel dels Sants es un templo interesante, quizás no con las pretensiones que lo anuncian como El Vaticano de Gracia, pero con un interior limpio y luminoso que invita a la oración. Su cercanía a la Clínica del Remei y al sociosanitario Hospital Evangélico animan la concurrencia de enfermos y acompañantes. ¡Cuánto bien hace una capilla o un templo cerca de un hospital! Cuando está abierta, claro está, porque, por ejemplo, la imponente iglesia modernista del Hospital de San Pablo solo abre cuando se celebra misa. Cierto es que en el interior del nuevo hospital existe una capilla, pero no preguntes por ella, porque muchos sanitarios no saben ni dónde se ubica. Una capilla ignota y el gran templo del recinto cerrado casi todo el día.
La apertura de puertas del templo de Sant Miquel dels Sants fue una sabia determinación del actual párroco Mn. Bruno Bérchez; un joven sacerdote, ordenado hace 11 años, que ocupó anteriormente la Delegación de Juventud, la cual dirige ahora su vicario, Mn. Carlos Bosch Falgueras. Mn. Bruno es un cura dinámico, jovial, bien preparado y al que distingue, para mí, una encomiable virtud: es un cura que confiesa y que se confiesa. Ver a un cura confesando suele ser especie en vías de extinción, pero ver a un cura confesándose, en su parroquia y delante de sus feligreses, todavía es más chocante. Sin embargo, templos abiertos y curas confesando dan mayor visibilidad a la Iglesia e invitan a los fieles a orar y hacer penitencia. ¡Y la Adoración Eucarística!, que en Sant Miquel se celebra cada jueves y que es otro de los más potentes focos de la fe en la presencia real del Señor.
Junto con Sant Miquel dels Sants se hallan agrupadas otras dos parroquias: la de San Carlos Borromeo y la de la Salud. La primera, en tiempos de Mn. Esteban Arrese, tenía mucha más actividad que la de Sant Miquel. Esta última fue llevada en los últimos años por hijos del Concilio, como Mn. Manuel Tort, Mn. Joaquim Vives y Mn. Antoni Babra. Fue este último el cual acabó con la actividad de San Carlos, dejándola como un mero apéndice de la parroquia principal. La Salud fue llevada siempre por los franciscanos, hasta que sus huestes no dieron más de sí. Toda la vida fue una parroquia muy progre, la cual, además, quedaba solapada por el cercano Santuario de San José de la Montaña que le absorbía mucha feligresía. Ahora, aunque el equipo parroquial de las tres parroquias (denominadas de forma asaz meliflua como Les Tres de Gràcia) pretenda una acción conjunta, la misma se centra primordialmente en Sant Miquel dels Sants.
Meritoria labor la de Mn. Bruno, que espero no se ofenda porque se hable bien de él desde esta página. Que nadie se sorprenda: ha habido sacerdotes que se han sentido irritados porque se les elogiara en este portal. Así de pusilánimes son algunos de nuestros curas, que prefieren pasar desapercibidos, sin hacer ruido, en su pequeño hábitat parroquial, antes que gozar de una crítica favorable en Germinans, no se vaya a ofender el arzobispo o le tomen por un carca cavernícola. O lo que es peor por un facha españolazo. Así les va y nos va en esta diócesis.
Oriolt
Esto me recuerda a una biografia de un santo que no recuerdo su nombre que decía que para llegar a la santidad solo hacía falta confesión, confesión, confesión y sobre todo confesión. Pues anda que leyendo a San Juan de la Cruz, a Santa Teresa de Avila, al Kempis, al Evangelio, al mismo Jesucristo, a los Hechos, la recomendación repetida de "confesión, confesión, confesión" no se encuentra en ninguna parte, es una evolución de una rama cristiana con un carisma peculiar.
ResponderEliminarGracias por su comentarios, estaría muy interesado en que profundizara en este tema de la confesión, al menos saber cuál es el nombre de esa rama con ese carisma particular para poder investigar sobre ello, muchas gracias. Sus comentarios siempre son de gran interés.
EliminarSr. Garrell, aún no se entera usted, que según el alto mando " Católico", tutti cuanti se salva?
ResponderEliminarEntonces, a quién tenemos que obedecer???