SOBRE LA CREDIBILIDAD DE LOS SEMINARISTAS DE BARCELONA

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Siguen los ecos de la visita del seminario de Barcelona al papa Francisco que los recibió en audiencia. Quizás, quizás, quizás una astuta maniobra de Omella para facilitarle al papa la primera visita canónica a los seminarios de España. Quizás, quizás, quizás, chi lo sa, quiso adelantarse Omella… y salió lo que salió. ¿A quién le salió el tiro por la culata?

Siempre que se han tenido que confrontar las palabras reales del papa Francisco con las que dice haberle escuchado su interlocutor, éste ha entrado en conflicto con los órganos de propaganda del Vaticano. Nunca se ha producido el conflicto entre el interlocutor y el papa, puesto que éste nunca ha participado en el debate: nunca se ha desdicho, ni se ha reafirmado, ni se ha explicado respecto a lo que dijo. De eso se ha ocupado la curia papal. Empezando por las declaraciones a Eugenio Scalfari, director de la Reppublica, que acudió a Santa Marta a entrevistar al papa a instancias de éste. Fue el papa el que le llamó por teléfono para concertar la entrevista… y soltar lo que soltó.




Y claro, como las palabras del papa no fueron entregadas escritas, eran testificadas por el periodista y siempre cabía poner en tela de juicio su capacidad de comprensión o su capacidad auditiva; e incluso su buena intención. Y en esos términos se abría el debate público ante afirmaciones tan chocantes como «el proselitismo es una solemne tontería» (como respuesta a la posible intención del papa de convertirle; sí, propagar la fe, una solemne tontería); o como: «cada uno tiene su idea del bien y del mal, y tiene que escoger seguir el bien y combatir el mal como él los concibe. Bastaría con esto para mejorar el mundo». Todo el que ha estudiado algo de historia sabe que en la mayoría de las guerras, ambos contendientes buscan el bien. Cada uno según su criterio y su conciencia. Más aún, las guerras más cruentas son justo las de religión y las ideológicas, donde se enfrentan concepciones del bien y del mal diametralmente opuestas. Y eso no arregla el mundo, sino que lo incendia. Ni lo arregla el bien que reivindica Irene Montero para los niños, defendiendo su derecho a consentir relaciones sexuales con quien sea. Sí, un derecho, recalca la Montero. Es su concepto de bien que se ha empeñado en imponernos a los demás. Y sobre todo, a los niños, las niñas y les niñes.

Pues bien, como esas afirmaciones del papa la única cualidad de la que carecen es la de ser indiscutibles, una vez publicadas, el debate no ha girado en torno a su contenido (que en lo último que piensa la curia vaticana es en discutir las palabras del papa) sino en torno a la fiabilidad de quien las ha transmitido. En el caso de Scalfari (y luego se repitieron más y más casos), los servicios vaticanos optaron por no dar credibilidad al interlocutor del papa, negando de ese modo la probidad de sus afirmaciones (de lo que decía que dijo el papa) y poniendo en cuestión la fiabilidad del interlocutor-transmisor. Lo más probable es que Scalfari grabara toda la entrevista (¡es su oficio y sabe cómo son esas cosas!), pero por decoro profesional se abstuvo de recurrir a este argumento.

Hoy nos encontramos ante el mismo dilema, pero habiendo cambiado bastante el punto de partida. En primer lugar, la versión de los seminaristas y formadores del seminario de Barcelona no consta en un documento escrito cuya fidelidad a las palabras del papa pueda discutirse y debatirse, como fue el caso de Scalfari y de tantas otras entrevistas. Lo que hay es un relato oral que se ha recogido por escrito en numerosos testimonios. Justo el día siguiente de la audiencia, me leía un amigo en su móvil, el relato enviado por un formador. Un relato bastante extenso en el que se recogían con total crudeza las palabras pronunciadas por el papa. Es el caso que, habiendo circulado bastantes más relatos escritos por otros tantos informantes, la coincidencia respecto a las palabras más chocantes pronunciadas por el papa, es casi milimétrica. Sospecho incluso (aún no he tenido oportunidad de constatarlo) que debe andar circulando el documento en que consten las palabras pronunciadas por el papa en su integridad y en su literalidad. Quizás incluso procedentes de la respectiva grabación. Aún no he llegado a tanto.

Pero teniendo esa audiencia el carácter casual o pretendido de ser el pistoletazo de salida de la «visita canónica» de todos los seminarios de España ordenada por el papa (ésa es la madre del cordero), es obvio que el contenido íntegro de la audiencia papal a los seminaristas de Barcelona está (modo indicativo, no subjuntivo) circulando en estos momentos por todos los seminarios de España y está siendo examinada minuciosamente para ir haciéndose a la idea de por dónde irá esa auditoría externa que les hace la Santa Sede a los seminarios de España.
Y claro, lo mismo que en el caso Scalfari y en todos los que le han seguido, es obligado preguntarse por la fiabilidad auditiva y comprensiva de los auditados en la audiencia papal. Éstos, en primer lugar, cuentan con la ventaja de haber sido multitud: en torno a una treintena, sin que se haya producido hasta el momento ninguna contradicción entre los testimonios de los distintos testigos. Ni siquiera discrepancias menores. Lo que nos lleva a concluir que los seminaristas de Barcelona son totalmente creíbles. Quizá sea su pluralidad lo que afianza su credibilidad por encima de la de Scalfari y compañía.

Asentado esto, sin que haya la menor posibilidad de poner en duda las palabras que nos dicen los seminaristas de Barcelona que pronunció el papa en esa crucial audiencia, sólo nos queda atender a las palabras del papa (llamémoslas «supuestas» para poner la carga de la duda sobre los seminaristas, a pesar de todo) para entender por dónde quiere llevar la reforma de los seminarios españoles y supuestamente los de todo el mundo (¿o quizá se conformará con los de España?)


Por lo que nos han transmitido, se notaba que hablaba a corazón abierto, sin atender a la corrección que corresponde a su dignidad, sin disfrazar para nada el mensaje. Como si hablase fuera de micrófono, que dicen los comunicadores. Y sin la quizás ya incómoda presencia de Omella, que no parece dispuesto a comprometerse más de lo que ya lo ha hecho, en la siniestra operación de la sinodalidad.

Porque la síntesis de lo que dicen que dijo el papa en formas tan desenfadadas, es que se han de formar los sacerdotes totalmente fuera del «rollo» que le habían preparado y que desechó para no aburrirles; fuera de sacrificios, oraciones, rosarios y cosas así que iban en ese papel desechado: explícita y despectivamente desechado. Lo que dicen que dijo el papa es que los sacerdotes que necesita la Iglesia son los que demanda la sinodalidad impulsada desde Alemania y secundada en gran parte desde la Santa Sede con la ayuda del gran número de Omellas con que cuenta la Iglesia. Sólo nos queda esperar al texto íntegro de la audiencia real: con las palabras reales del papa. En tiempos de Cristo no había grabadoras. Pero hoy puede haberlas habido.



La exégesis más generalizada sobre las palabras del papa a los seminaristas gira en torno a la Reforma de la Iglesia que ya anunció a Scalfaro, siendo las líneas maestras de esa reforma, demasiado parecidas a la que llevó a cabo Lutero; y siendo los obstáculos a superar para llevar a cabo esa reforma, en buena parte lo que edificó la Contrarreforma, entre todo ello, el singular concepto tridentino de la formación del clero, es decir los seminarios. El papa dio a entender con bastante claridad en su audiencia, que había que acabar con todo eso. Y la sospecha creciente es que la visita canónica a los seminarios de España impuesta desde el Vaticano, va exactamente por ese camino, que pareció bastante perfilado en la audiencia al seminario de Barcelona, en forma de inauguración de esas visitas canónicas. Andaremos y veremos.

Virtelius Temerarius

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22 comentarios

  1. Sus fuentes no són fiables en absoluto. Solo diré que la reunión fue afable, cariñosa, educada y en alta estima a los seminaristas. Palabras al corazón no discursos llenos de palabras como en su escrito. Eso si el Papa hablo al corazón y testimonio que tienen que dar los seminaristas de amor al pueblo de Dios y no sembrar odio y falsedades.

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    1. Muchos seminaristas lo atestiguan, que he hablado con ellos.

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    2. Ja,ja,ja. Ya salio el pelotero. Muchacho, llegaras lejos en la iglesia de Francisco. !!!

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    3. Sr. David, he de entender que su afirmación "no sembrar odio y falsedades" es una indirecta referida a GG?

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    4. Si es David el formador sepa una cosa: estaís DESCONECTADOS de la realidad. Los jóvenes quieren fidelidad, ejemplo y tradición, no patéticos espectáculos ochenteros auspiciados por lo más hipócrita y paleto de nuestra curia ¿Será casualidad que los obispos progres tiendan a coincidir con los encubridores de abusos sexuales?

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  2. Este señor ha sido elegido a la cátedra de San Pedro para cumplir un plan.

    Lo está cumpliendo punto por punto

    ¿de qué extrañarse?.

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    1. Bueno, yo me extraño de que Benedicto XVI falleciera a satisfacción de un probo funcionario prusiano: "su exitus tuvo lugar el último día del año civil, 31 de diciembre, el último día de la semana, domingo, y a la hora de pasado el desayuno, a las 9:34"...

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    2. Sr. José Alonso, le felicito por su decidida posición defendiendo la actuación del Papa Francisco-

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    3. Veni Creator Spiritus...

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    4. Al apreciado Anónimo del 2 de enero de 2023 a la 1:53: Benedicto XVI era bávaro.

      Se puede zaherir de pocas formas más graves a un bávaro que llamarlo prusiano.

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  3. Dejando en evidencia a un formador. Seguramente será Mn. Pere Montagut. Mejor, las cartas sobre la mesa cuanto antes mejor.

    Malos tiempos se vienen. Los seminaristas estaban bastante escandalizados, lo sé de muy buena tinta..

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  4. "Empezando por las declaraciones a Eugenio Scalfari, director de la Reppublica, que acudió a Santa Marta a entrevistar al papa a instancias de éste. Fue el papa el que le llamó por teléfono para concertar la entrevista… y soltar lo que soltó... En el caso de Scalfari (y luego se repitieron más y más casos), los servicios vaticanos optaron por no dar credibilidad al interlocutor del papa, negando de ese modo la probidad de sus afirmaciones (de lo que decía que dijo el papa) y poniendo en cuestión la fiabilidad del interlocutor-transmisor.

    En el caso de Scalfari (y luego se repitieron más y más casos), los servicios vaticanos optaron por no dar credibilidad al interlocutor del papa, negando de ese modo la probidad de sus afirmaciones (de lo que decía que dijo el papa) y poniendo en cuestión la fiabilidad del interlocutor-transmisor."

    Lo de Scalfari fue decirnos tontos a todos. La primera entrevista puedes creer que los dos ancianos chocheaban, uno decía A y el otro entendía B, como en el TBO y el abuelo Cebolleta, un abuelo sin dientes hablando ininteligiblemente, y el otro oyendo con la trompetilla... Pero la segunda y sucesivas entrevistas, ya no, es que se quería difundir lo que se quería decir...

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  5. "se han de formar los sacerdotes totalmente fuera del «rollo»... fuera... sacrificios, oraciones, rosarios y cosas así que iban en ese papel desechado: explícita y despectivamente desechado. Lo que dicen que dijo el papa es que los sacerdotes que necesita la Iglesia son los que demanda la sinodalidad impulsada desde Alemania y secundada en gran parte desde la Santa Sede con la ayuda del gran número de Omellas con que cuenta la Iglesia."

    Es absolutamente congruente con la misión encomendada a Bergoglio.

    A partir de aquí, cuento una historia que es plausible. La dimisión de Benedicto XVI, el 11 de febrero del 2013, fue consecuencia de la Operación Primavera Católica (parecido a la Primavera Árabe 2010-12), allá por el 2005, activada cuando la elección de Benedicto XVI, por parte, de un lado, la izquierda de los EEUU, el Partido Demócrata de Hillary Clinton y John Podesta [1], y de otro lado, los obispos y cardenales izquierdistas europeos de la Mafia de San Galo creada en 1996 (Martini, Dannels, Achille Silvestrini, cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehman, británico Basil Hume (+1999), obispo holandés Adriaan Van Luyn y el inglés Cormac Murphy O´Connor), con el fin de destruir por completo la doctrina fideística y moral de la Iglesia, luteranizarla y esclavizarla a los poderes políticos estatales y sus leyes, todo según el nuevo orden mundial y el gran reinicio o reajuste (de la democracia y los derechos humanos).

    Como consecuencia de ello, vino la exaltación de Lutero como testigo del evangelio y su entronización en el Vaticano, la aprobación de la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia y el establecimiento como magisterio auténtico en el rescripo de 5 de junio del 2017 (AAS 5 octubre 2016, pág. 1071-76), la adoración de la Pachamama y el chamanismo indigenista en Querida Amazonía, el pacto secreto con el comunismo chino, la no excomunión del abortista Biden, la intervención de muchos institutos conservadores, la promoción del homosexualista P. James Martin SJ, los casos Pavone y Rupnik, el círculo homosexual de McCarrick, Traditionis custodes y Desiderio desideravi, la acusación de rígidos a los tradicionalistas, lo que ha dicho a los seminaristas de Barcelona...

    El problema de Bergoglio es que pretendía imponer el cambio de "religión" con Amoris laetitia en el 2017, a los 5 años de pontificado, pero no lo consiguió en absoluto, hubo la resistencia de miles de obispos y las Dubia de 4 cardenales. Han pasado 11 años, y la enfermedad y la vejez empiezan a hacer mella en él, sin tener los planes completados sino con plena resistencia y oposición (Müller en Europa, Borglio en EEUU, África). Además, estaba el problema de que estaba Benedicto XVI como emérito, y no podía dimitir porque habrían dos eméritos, uno plenamente prestigiado, Ratzinger, y el otro desacreditado, Bergoglio.

    Finalmente, el Camino Sinodal de Alemania plantea para este marzo del 2023 la aprobación de todos sus objetivos apostáticos, lo que motivó el retraso del fin del Sínodo de la sinodalidad para octubre del 2024.

    Parece que hay una opción de una Operación Primavera Católica II, que consiste en que, una vez fallecido el papa emérito, él cesaría, sería papa emérito, y el cónclave elegiría a un papa controlable desde la sombra, para la continuidad del plan de la primavera católica y para abortar toda investigación sobre las irregularidades de su pontificado (Becciu). ¿Será verdad?


    [1] infovaticana.com/2016/10/13/entorno-clinton-planeo-provocar-una-revolucion-los-obispos-eeuu/

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    1. Si no se gira de cozes el Cardenal Leo Burke, estamos perdidos!!!!

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  6. En lugar de tanta glosa y circunloquio conjetural, se agradecería que nos diesen el texto que dicen corre por internet.

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    1. Sería de interés que pusieras un o unos enlaces para leerlos...

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  7. Menos Akelarres modernistas y MÁS Doctrina Católica !!

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  8. Sr. Daviz, usted no es Católico, ni siquiera llega a P-3 en catecismo.

    Hagaselo mirar.

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  9. Se agradecería opinión de l Sr. Valderas sobre el tema en cuestión.

    Muchas gracias.

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  10. En alguna ocasión he comentado, sin cinismo, que los disparates doctrinales de Francisco constituyen una bendición para la Iglesia porque ayudan a acotar el alcance del dogma de la infalibilidad. La locuacidad porteña de Bergoglio es una característica que nada tiene que ver con la función sino con el talante de la persona. Cierto es que sorprende su verborrea que causa tanta sorpresa entre los fieles por los disparates que a veces se le escapan, sean sobre las madres de familia numerosa, de devotos de ciertas prácticas o de algo más delicado como poner en cuestión que los cardenales de los dubbia hayan leído el texto que ponen en solfa.
    Pero está bien que se sepa. Gracias Virtellius por la aportación que tanto ayuda a purificar nuestra fe,

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  11. Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.

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  12. pobres seminaristas... como si los supervivientes que quedan no hubieran sufrido lo suficiente bajo el reinado de terror de felip juli.

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