Tener miedo a escuchar los latidos del corazón del feto puede esconder la actitud de negar la realidad. Porque, escuches o no escuches las pulsaciones, este corazón igualmente palpita. La realidad tiene su presencia, aunque el sujeto no quiera mirarla, escucharla, tocarla, oírla. Esta actitud que da preponderancia al sujeto sin tener en cuenta la realidad conduce, a la corta o a la larga, a un callejón sin salida. Porque no hay nada más terco que la realidad, la cual permanece siempre. Vivimos en una sociedad que con demasiada frecuencia tiene este comportamiento. Por poner algunos ejemplos: se esconde y se disfraza la muerte, la pobreza es arrinconada y descartada, la infelicidad en el corazón de muchos es obviada, el mismo suicidio no se puede aceptar por una cultura que se jacta del bienestar. En pocas palabras, la actitud de negar la realidad podríamos señalarla como la del avestruz, que, porque esconde la cabeza bajo tierra, cree que el peligro ya no existe.
El aborto es un drama para sus actores, empezando por la madre y el niño no nacido, pero también para el entorno familiar y la propia sociedad. Y, en lugar de apoyar a la mujer en gestación, se opta por negar la realidad de la vida en sus entrañas. Defender esta vida humana en el seno de una mujer no es una simple cuestión de los católicos con razones que brotan de su fe —¡aunque también lo es!—, sino un tema de pura razón humana, con todos los soportes de la ciencia y de la misma técnica que nos permite escuchar los latidos de un corazón humano.
No se trata de condenar a nadie, sino de decir sí a la vida humana. Y este sí comporta apoyar a la mujer para que, junto con el padre de la criatura y toda su familia, puedan sacar adelante el embarazo y el crecimiento y educación de la criatura.
Es una tragedia para una sociedad que haya más abortos provocados que nacimientos. La interrupción voluntaria del embarazo nunca puede justificarse como un derecho fundamental personal; en cambio, sí que lo es el derecho a la vida, como nos recuerda la Iglesia en su magisterio.
+ Romà Casanova, obispo de Vic
Es una tragedia para una sociedad que haya más abortos provocados que nacimientos. La interrupción voluntaria del embarazo nunca puede justificarse como un derecho fundamental personal; en cambio, sí que lo es el derecho a la vida, como nos recuerda la Iglesia en su magisterio.
+ Romà Casanova, obispo de Vic
*Escrito publicado en la web del obispado de Vic, como Glosa del domingo 29 de enero de 2023 y traducido al castellano por Germinans Germinabit.
Recuerdo un escrito en el Full de Girona del obispo Pardo que decía referente al Aborto algo así como: "..a algunos los dejan nacer...", como hablando del Aborto sin mencionar la palabra "aborto" para no ofender a nadie. Se está combatiendo a un enemigo con el sistema bonista de no "enfadar" a este Enemigo, es el sistema más extensamente empleado en la Iglesia Católica para hacer apostolado y es un fallo que conviene rectificar. Metidos en la lucha contra El Mal no se puede retroceder haciendo concesiones al enemigo para contentarlo.
ResponderEliminarEsto tiene un nombre: violencia obstétrica.
EliminarSegún el Cigoña, Omella miente, aquí https://infovaticana.com/blogs/cigona/omella-miente/
EliminarLas cartas del Sr. Obispo de Vic están siempre escritas en catalán en el Full Dominical.
EliminarExiste el problema ético de la Reproducción Humana Asistida o Artificial. En España hay más de 600.000 embriones congelados en unidades de Reproducción Asistida. Los partidos PSOE, Podemos, PP, ERC y PNV son considerados guardianes y garantes de la industria de la reproducción humana.
ResponderEliminarLos precios son altos, como se puede ver en esta página:
reproduccionasistida.org/precios-de-tratamientos-de-reproduccion-asistida
También hay que mencionar los altos sueldos de los directivos y ingenieros genéticos: las empresas de Reproducción Asistida son grupos de poder ante los políticos tanto del progresismo como del liberalismo moral, aquí es indiferente la ideología estatista o mercantil.
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La técnica de Fecundación in Vitro permite crear un embrión fuera del útero materno y transferirlo posteriormente. Sin embargo, esto puede aumentar las posibilidades de aborto espontáneo, ya que el útero de la madre no está molecularmente preparado para recibir el embrión.
Además, la Fecundación in Vitro suele implicar la estimulación del ovario de la mujer para que produzca un número mayor de óvulos por ciclo que produciría de forma natural. En este proceso, se trata de fecundar todos los óvulos producidos, generando un número elevado de embriones.
Por ejemplo, si se estimulan 6 óvulos, se pueden generar 4 embriones. De estos 4, 2 son transferidos al útero materno y otros 2 se congelan para guardarlos en una "Guardería de embriones", depósitos sujetos a temperaturas de menos 150 grados Celsius bajo cero, para el caso de que la mujer desee tener más descendencia en el futuro sin tener que estimular el ovario nuevamente. Esta técnica permite utilizar los hijos congelados en fase embrionaria
Debe de quedar claro que todas las empresas de Reproducción Humana del mundo saben que generan una vida humana y un ser humano, el embrión humano, pues si quien lo genera no estuviera convencido de ello, no lo transferiría al útero de la madre.
El reconocimiento de la realidad objetiva es esencial para no faltar a la verdad. En el contexto de la Reproducción Asistida, una clínica no implanta en el útero de la mujer un grupo de células sin identidad humana, sino un embrión humano en estado de pocas células, de mórula temprana. Este embrión es considerado una persona humana, ya que no existe otra forma de pertenecer a la especie humana que pasar por la etapa de cigoto, que es una célula eucariota, luego como mórula temprana y sucesivas.
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Los embriones humanos congelados se encuentran detenidos en un estado de 4 células y cuando se descongelan retoman de forma natural su ciclo biológico artificialmente detenido.
La generación y mantenimiento de estos embriones congelados genera un debate ético debido a que ninguna solución es considerada completamente buena. Obligan a que la ética se mueva en el terreno del mal menor, buscando siempre la opción que cause el menor daño posible, pues tratamos de un embrión congelado que es un acto moral intrinsece malum o ilícito por estas 2 razones:
[a] cómo se han generado
[b] cómo se están manteniendo
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Nuestra legislación sólo permite 4 posibles destinos de los embriones congelados, pero estas opciones no todas son éticamente aceptables:
1ª OPCIÓN. Congelación por tiempo indefinido
2ª OPCIÓN. Donación para un proceso de adopción embrionario o de adopción prenatal
3ª OPCIÓN. Que se tiren a la basura de restos biológicos pasado un tiempo autorizado por los padres
4ª OPCIÓN. Uso para investigación, que también acaba con la vida del ser humano embrionario
- OPCIONES 3ª y 4ª: son violentas porque atentan contra la vida del embrión y por ello son éticamente inaceptables, bien porque se descongelan para acabar con la vida del embrión cuando no se quiere pagar por el nitrógeno líquido que los mantiene congelados, dado que no hay posibilidad alguna de vivir fuera del útero de la madre, o bien se descongelan para investigar y mueren obviamente en el proceso de investigación.
- OPCIONES 1ª y 2ª: son alternativas que buscan la compatibilidad con la vida del embrión humano:
ResponderEliminar1ª OPCIÓN. Congelación de un embrión por tiempo indefinido
Implica aceptar que se está en una situación indefinida para un ser humano. El embrión se mantiene en nitrógeno líquido hasta su muerte natural, pero no se sabe cuándo ocurrirá. La única forma de saber cómo está el embrión es descongelando y transferirlo al útero de la madre, ya que después de 7 días de haber sido generado comienza el proceso de implantación. Descongelar el embrión sin transferirlo al útero es un acto positivo de la muerte del embrión.
El progresismo y el liberalismo moral plantean dejar morir a los embriones congelados, argumentando que su generación y mantenimiento en congelación perpetua son situaciones no dignas para un ser humano.
Ello plantea a su vez dos cuestiones:
1. Primera cuestión moral en torno a la descongelación de un embrión.
Descongelar y dejar morir un embrión es un acto positivo y cierto que causa su muerte, y existe una alternativa ética que es transferirlo al útero de una mujer que desee gestarlo dentro de una ventana temporal de 7 días.
Cuando técnicamente hay una opción real de vida, la ética implica luchar por ella como principio preferente y prevalente, de acuerdo con el artículo 15 de la Constitución Española y otros instrumentos internacionales de protección de los Derechos Humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948, y la ley divina y natural del V Mandamiento: "no matarás".
2. Segunda cuestión moral sobre el aborto ético
El progresismo y liberalismo moral apoya el aborto en caso de una mujer que queda embarazada como resultado de una violación. Se argumenta que el aborto se justifica porque la concepción ocurrió como resultado de un delito contra el consentimiento de la mujer y que no hay nada más vejatorio que la violación de una mujer para generar una vida humana.
En resumen, se puede juzgar el acto inmoral de la violación o la reproducción asistida, pero el embrión humano no es culpable de cómo fue generado. Matar un embrión humano, que es una persona humana, agrega otra ilegalidad e ilicitud moral y ética.
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2ª OPCIÓN. Descongelación del embrión para transferirlo al útero de una mujer que desee gestarlo, y optamos por un proceso de ADOPCIÓN PRENATAL.
Nuevamente se está en el terreno del mal menor, ya que la adopción prenatal no es una alternativa a largo plazo para la congelación indefinida de cientos de miles de embriones, sino una solución temporal para una situación de emergencia con un alto número de vidas con un destino vital incierto. Sin embargo, éticamente se debe detener ya toda la congelación de embriones.
La adopción prenatal es conocida como una "opción de rescate" y la prioridad debería ser rescatar la vida del embrión congelado en lugar del deseo de paternidad o maternidad de la pareja que accede a ella. Por lo tanto, el proceso de adopción prenatal debería regirse por las mismas regulaciones que la "adopción de nacidos". Se debería rescatar primero la vida de los embriones congelados que llevan más tiempo, ya que tienen menos posibilidades de estar vivos, siguiendo una serie de protocolos para la adopción prenatal.
La adopción prenatal se parece a la adopción de un niño nacido, ya que ambos representan vidas humanas que, debido a diversas circunstancias, no son queridas o no pueden ser asumidas por sus progenitores.
Muchos embriones están en un congelador por tiempo incierto (pueden estar miles de años), pero lo más ético es la opción provida, para que puedan ser gestados y lleguen a ser niños que estén en una familia de acogida, opción no ideal pero que resguarda su vida y les da una familia en dignidad. Si un matrimonio puede y está dispuesto a gestar un embrión, esta es la opción ética compatible con la vida y permitirá asegurar un entorno digno para el niño, cuyo interés es supremo y preferente al ser persona humana titular de derechos fundamentales.
Cada vez hay más médicos y enfermeros que no entienden estas cuestiones éticas por falta de conocimiento filosófico y jurídico, y se debe de promover la transmisión de estos conocimientos, tanto desde el Colegio de Médicos como de las Facultades universitarias, así como los centros de estudios católicos (Centre Borja de Bioética) la misma Iglesia a través de sus obispos y las asociaciones de laicos y medios católicos (e-Cristians, Infocatólica, Infovaticana, Religión en libertad, GG...)
ResponderEliminarLos consentimientos informados de las prácticas de Fecundación in Vitro debe de recoger la realidad, cuestión que no siempre es el caso.
La Fecundación in Vitro no es buena para la mujer, se somete a ciclos hormonales para generar más óvulos de los óvulos que puede generar la mujer en los ciclos naturales.
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La Fecundación in Vitro puede tener efectos negativos en la salud tanto de la madre como del hijo:
1. Para la madre:
a. La sobreestimulación hormonal: La mujer se somete a ciclos hormonales para producir más óvulos de los que podría producir en ciclos naturales, lo que puede causar síndrome de sobreestimulación ovárica.
b. Riesgo de tumores ginecológicos: Según la literatura científica, la sobreestimulación hormonal puede aumentar el riesgo de desarrollar tumores ginecológicos hormonodependientes.
2. Para el hijo:
a. Mayor incidencia de tumores pediátricos: Hay más de 200 publicaciones que recogen una mayor incidencia de tumores pediátricos en niños generados por Fecundación in Vitro.
b. Otras patologías: Además de la mayor incidencia de tumores, también se han documentado otros problemas de salud en niños generados por Fecundación in Vitro.
Por lo tanto, es importante que la mujer conozca con detalle los riesgos antes de decidir someterse a la reproducción asistida. La información detallada ayudará a tomar una decisión informada y a considerar todas las posibilidades y consecuencias.
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En conclusión, la Fecundación in Vitro es un proceso de Reproducción Asistida que involucra la manipulación de los óvulos y espermatozoides fuera del cuerpo de la mujer con el objetivo de lograr un embarazo.
Sin embargo, este proceso conlleva el sacrificio de varios embriones para lograr un embarazo exitoso, el precio de su maternidad puede ser la muerte de 4 a 6 hijos, ya que la tasa de eficacia es sólo hasta el 24% según algunas estadísticas más favorables.
Es importante considerar que el hijo es un don y no un derecho, porque el embrión es una persona humana con derechos humanos fundamentales intangibles y universales, y además existen otras formas de maternidad, como la adopción o la acogida permanente, que pueden proporcionar una alternativa para aquellas personas que desean ser padres o madres.
Por lo tanto, es importante que la pareja o la mujer en solitario evalúen cuidadosamente el costo antes de tomar una decisión en este sentido y se informen adecuadamente antes de proceder con la Reproducción Asistida.
Finalmente, la Iglesia Católica debe de mantener incansablemente, bajo la guía de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, los principios innegociables para los católicos en la vida política: la defensa de la vida, la familia y el matrimonio según la ley natural y divina, el derecho fundamental irrenunciable de la educación de los hijos por los padres, y el mantenimiento del bien común (unidad patriótica y nacional de España).
(Parte biológica extraído de una intervención de Mónica López Barahona, Fundación Jérôme Lejeune)
Totalmente de acuerdo con el Señor Silver.
ResponderEliminarCon él mal no se negocia nunca, SE LE COMBATE !!!!
El bisbe Casanova es un dels primers que "sonava" com a posible bisbe de Girona.
ResponderEliminarQuina sort hauríem tingut!
El progresismo es el triunfo de la subjetividad sobre la objetividad. Tiene raíz protestante, pero el desarrollo no para de triunfar en nuestra sociedad. Cambiar el lenguaje es fundamental, para que la realidad se adapte a los deseos de la ideología dominante. Así matar a un bebé en gestación, se convierte en el “derecho a decidir” o “interrupción del embarazo”, cuando todos sabemos, que el bebé no le han dado ningún derecho a decidir, ni a vivir, y con el aborto no se interrumpe nada, sino que se finaliza una vida.
ResponderEliminarNO ver, NO oír, NO hablar, es lo peor que se puede hacer en un tema tan vital como es el ataque al Derecho a la Vida de un ser indefenso e inocente. Son censuradas las fotos de fetos descuartizados, son censurados los latidos del corazón, y es censurado y penado informar a las mujeres que están pensando en abortar, y son calificados de ultras a quienes osen hacer algo a favor de la vida del ser inocente.
El aborto es el mayor genocidio de la historia de la humanidad, se abortan unos 45 millones de seres humanos cada año, es como si tuviéramos una II Guerra Mundial silenciosa cada año. La batalla por el Derecho a la Vida, no puede parar hasta que se acabe este genocidio.
Bienvenida sea la carta del obispo. Pero no tendrían que dejarlo solo. Tendría que ser la Conferencia Episcopal en pleno la que, asesorada debidamente por médicos, biólogos y juristas de prestigio, emitiese una carta contundente contra el afán asesino de la izquierda que ahora domina en el Tribunal Constitucional. El periódico El País, portavoz de esa mentalidad criminal, aducía que Conde Pumpido y otros eximios socialistas del TC eran partidarios de no limitar la decisión de la mujer. Un sofisma burdo, como el de todos los partidarios del asesinato del no nacido. Sofisma porque la propia ley socialista pone coto al tiempo del aborto. Es decir, que la supuesta libertad de la madre para acabar con el feto sí tiene fecha de caducidad. Llevando el pseudoargumento de los partidarios del asesinato hasta su conclusión, la madre podría matar al hijo incluso después de nacido, si esa fuera su libre. De hecho es lo defendido por los partidarios de Singer, de cuyas "razones" se alimenta la mentalidad asesina.
ResponderEliminarHay razones biológicas, médicas, jurídicas y morales para frenar esa deriva del Tribunal Constitucional de Conde Pumpido. Porque no hay sistema jurídico ni moral que pueda justificar la muerte de un ser humano por libre decisión de nadie. Y que se trata de un ser humano único habrían de exponerlo biólogos del desarrollo y médicos. Claro que de la lumbrera que preside la Conferencia Episcopal Española y con los arrestos del Vicepresidente y otros no cabe esperar mucho, salvo que aparten del ministerio al sacerdote ejemplar que se dedicó en cuerpo y alma a la causa del inocente.
Pumpido era el eterno aspirante de ese antro inútil que ahora preside.
ResponderEliminarValderas...ahora irá a por todas.
Para mal,claro.
También monseñor Munilla ha salido a la palestra con ocasión de la expresión blasfema de un parlamentario hace pocos días. Y, de paso, aprovecha para recordar que el hijo concebido está en el seno de la madre pero no es la madre: lo elemental que los abortistas se empeñan en negar cuando dicen que la mujer con su cuerpo debe poder hacer lo que quiere.
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