A estas alturas, amigo Juanjo, ni se engaña ya nadie, ni es fácil engañar a nadie respecto a su posición con la Agenda 2030 (No tendrás nada y serás feliz). Y estando tan decantado y hasta entusiasmado el Papa con ella, tanto que ha procurado hacer converger en ella la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, no dejas la menor duda respecto a tu posicionamiento: al lado de tu gran amigo y valedor, claro está. Es que no puede ser de otro modo.
Por eso me irritan tanto las críticas que lanzan contra ti deslenguados y envidiosos ante tus discursos conciliadores, pactistas, de brazos abiertos a todos los movimientos con los que se prepara el advenimiento del Nuevo Orden Mundial. Aparte de que no eres tú el que decide estas estrategias, sino que lo hace el más alto magisterio de la Iglesia; ése es el mundo en que nos va a tocar vivir: y nuestros líderes estáis preparando a los fieles para ese feliz tránsito. Realismo puro y duro. ¿Por qué se piensan, si no, esos cenutrios, que la Iglesia ha alcanzado los dos milenios de vida?
Ahora, a cuenta de tu discurso en la plenaria de la Conferencia Episcopal que presides, un brillante y oportuno discurso, no se les ocurre otra cosa que acusarte de haberte convertido en el manso del rebaño. Lo dicen por tu tono aterciopelado y conciliador, con referencias continuas a los pactos y a los consensos, frente a la crispación que provocan aquellos recalcitrantes (¡mal rayo les parta!) que quieren laminar el tejido social. Como si la apuesta oficial de la Iglesia por la Agenda 2030 fuese tuya, te han convertido en un profético referente, en un paradigma de lo que esa Agenda exige de la Iglesia.
Pero no sufras, amigo Juanjo, que desde este pueblico perdido, tus paisanos te admiramos y nos regocijamos por haber contribuido, al menos un poco, en convertirte en un verdadero “animal político”, como dicen los castizos.
Y ya ves con qué vienen éstos ahora, con que nadie te ha votado (bueno, no te han votado los fieles, pero sí los obispos); y a pesar de eso, te arrogas la representación de los católicos de España con decoro y gallardía, eso sí. Aún más, añadimos nosotros, eres la única escollera que puede romper las embravecidas olas del mundo que ambicionan llevarse por delante el magnífico edificio de sueldos, subvenciones y auxilios que todavía fluyen hacia las arcas episcopales (centros de administración económica; que sin economía, la Iglesia no funciona) y son el digno sustento de tantísimos seglares curiales, de miles de profesores de religión y protegidos de toda guisa, y de las obras sociales de la Iglesia, cada vez más subvencionada, es cierto. Y todo esto, Juanjo, gracias a ti, que eso no lo dicen. Tú te cuidas de mantener fluidas las relaciones con el poder civil para que no falte mantenimiento a ese gran ejército que trabaja en la Iglesia; y les has asegurado un largo futuro y hasta un razonable crecimiento mediante el ingente patrimonio inmobiliario que afianzaste con las inmatriculaciones. Gracias a ti la Iglesia en España podrá padecer de muchas carencias; pero no padecerá por falta de recursos. Y claro, a costa de esto vienen los bellacos, a los que acaba de agregarse Marhuenda, el director de La razón, diciendo que lo único que les interesa a los obispos es el dinero. ¡Qué sabrá él!
Medio discurso dedicaste, Juan José, a describir el “estado de la nación” ante tus episcopales colegas: la inflación, el sufrimiento de los pobres, el invierno demográfico, los ancianos solos y las respuestas políticas se atascan y no fluyen para encontrar soluciones a los graves problemas sociales. No hay una voluntad de trabajo en común, a pesar de la insistencia en que el primer paso es la cooperación. ¡Olé!, Juanjo. Nadie como tú conoce los pasos que hay que dar para encontrar solución a tan arduos problemas. Por eso seguiste escarbando en ese filón con tu aguda inteligencia: el problema de la vivienda -decías- y la ineficacia en la promoción activa de la conciliación laboral dificulta la atención y la educación de los hijos y la ilusión de hacer crecer la familia. Con fina agudeza también señalaste que la falta de una política activa de vivienda y la precariedad laboral ralentiza que los jóvenes pueden formar una familia, lo que está provocando “el invierno demográfico en España”. Por ello, has propuesto “políticas de acogida ordenada de inmigrantes” para que puedan integrarse dignamente en nuestra sociedad”. ¡Genial! Sí, Juan José, genial.
¿Y qué dicen a esto tus detractores? Pues que te has alquilado - ¡venderte nunca! - al lobby globalista. Eso de que la solución al invierno demográfico provocado -según los chismosos- no por la falta de acceso a la vivienda ni por la precariedad laboral, como tú dices, sino por la política activa del gobierno para que los jóvenes practiquen el sexo sin responsabilidad ni compromiso alguno, sea la acogida ordenada de los inmigrantes les parece una majadería. Sin embargo, en Calanda sabemos que tu lógica es portentosa, Juanjo, y los adictos a la Agenda 2030, al Nuevo Orden Mundial, a la New Age, y a todas las novedades doctrinales y morales que forman su cortejo, te lo agradecen. Open Arms, el chiringuito del globalista George Soros, te hará socio de honor algún día, añaden los muy sinvergüenzas.
Tus referencias a la belleza de la familia con hijos que da sentido a la vida de los esposos (¿hombre y mujer? –preguntan los muy ruines, pues tú no lo dices), la soledad de los ancianos y, sobre todo, esa cooperación de la Iglesia que se ofrece al poder político para superar sin duplicidades la complicada situación actual, te sitúan –aquí sueltan todo su sarcasmo- al nivel no del hombre de Iglesia, sino del hombre de Estado que entrenado, desde su más tierna infancia en Cretas, a avizorar el horizonte desde las rocas de Benet, comprende, prevé y actúa sobre los acontecimientos al objeto de armonizarlos con los programas gubernamentales, sean los que sean; pues en el fondo -muy en el fondo- tanto la Iglesia como el poder político buscan -dices- el “bien común”. Otra cosa, claro está, es que pueda armonizarse la doctrina moral de la Iglesia con los planes de Irene Montero. Pero hasta esto conseguirás –dicen los muy ladinos-. Por eso te ha puesto Francisco al frente de la Iglesia en España.
Sin embargo, como bien dices, amigo Juan José, la crisis reclama acuerdos efectivos de los grandes partidos y de los agentes sociales para combatir la pobreza, para preservar y generar nuevos empleos y para garantizar la viabilidad de nuestro sistema de bienestar. Nunca es tarde para tejer de nuevo los mimbres de lo que el papa Francisco ha denominado “amistad social”. ¿Y lo de la economía con alma? Fetén, Juanjo. Y es que eres más bueno que el pan. Pero ¡cuánto te hacen sufrir esos recalcitrantes que ponen todo su empeño en no entenderte! Ven servilismo cuando tú ofreces cooperación, traición cuando hablas de pacto, rendición cuando sólo quieres tender puentes, chaqueteo cuando invitas a la “amistad social”. ¡Desagradecidos y obtusos! ¡Eso es lo que son! No pierdas tiempo con ellos. Tú a lo tuyo, Juan José. Que hay que mirar por el futuro de la Iglesia y pactar con el gobierno constituido, que para eso estás: para salvar la economía de la Iglesia que, si falla ésta, se desmonta el chiringuito.
Sí que has dejado constancia de tu “preocupación” por el nuevo Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Muy bueno que te preocupes, sí, pero que acabes expresando tu deseo, Juanjo, de que “para garantizar la libre decisión de la mujer (ya de lleno en el nuevo lenguaje y la nueva moral) es imprescindible una previsión presupuestaria de rentas mensuales para las mujeres con un embarazo no deseado con el fin de poder llevar a cabo la crianza de sus hijos, es un patinazo en toda regla. Si la Iglesia se ha mudado ya a esa moral y a ese lenguaje, ¡qué le vamos a hacer! En tu descargo diré que el discurso seguramente te lo ha escrito uno de esos funcionarios de la Conferencia Episcopal, totalmente alineado en la nueva ola.
Sí, amigo Juanjo, tu alocución ha dado carnaza a tus implacables enemigos. Te acusan de que tu crítica más acerva ante el adoctrinamiento gay y la ley trans sea preguntarte retóricamente: ¿Por qué tantas prisas? De todos modos, es un buen recurso dialéctico: no te enfrentas al poder y, sin embargo, la pregunta parece un sincero lamento… aunque no va a ningún sitio, ¡claro! Sobre todo, porque hace años que el Estado instruye a los menores de la escuela pública y de toda la concertada que se deja, en la plurisexualidad rampante. Y dicen con razón que la eutanasia, que se aplica con generosidad y a destajo, ni siquiera la nombras. Tan solo esos cuidados paliativos que se han convertido en el ansiado narcótico de la conciencia moral… para el que todavía la tenga.
Ay, Juanjo, si la aportación de la Iglesia (¡de la Conferencia Episcopal en pleno!) a una España arrasada por la perversión moral y la corrupción de las costumbres inducida por el Estado, es afirmar que vivir con esperanza es caminar hacia la felicidad plena que no tenemos aquí, pero que tendremos allí, en el cielo, así, sin más, casi está bien para los fieles; pero a los infieles les suena a cuento chino. A tus paisanos nos enseñaron en el catecismo que la felicidad eterna se alcanza cumpliendo los mandamientos y haciendo las obras de misericordia corporales y espirituales, porque Dios, juez justo, premia a los buenos y castiga a los malos.
La muerte, el sufrimiento, la fractura humana y social – dices- no tienen la última palabra porque el Amor y la Vida triunfarán…
También así, sin más, sin entrar por la senda estrecha que lleva a la vida, sin la cruz, hecha inútil porque el pecado no existe ya porque, al final, lo único que incomoda al hombre es la muerte, el sufrimiento y la fractura humana y social (¿será eso el pecado?) Es el nuevo discurso, el nuevo lenguaje, la nueva moral. A la iglesia a la que no le duele emprender nuevos caminos, le suena todo esto a música celestial.
Con todo, no permitas, Juanjo, que las expresiones de fanatismo jansenista marquen tu dietario. A pesar de la insoportable levedad de tu ser, los calandinos te admiramos y comprendemos ahora mejor que nunca lo que escribió un día Milan Kundera, tal vez profetizando sobre ti, querido amigo: Allí donde habla el corazón, es de mala educación que la razón – y mucho menos la doctrina católica- lo contradiga. Y tú, querido paisano, lo tienes muy grande, mal que les pese a algunos.
El Cojo de Calanda
En Twitter de Francisco, del 11 de diciembre, dice esta enseñanza totalmente temeraria y errónea:
ResponderEliminar"En el #EvangelioDeHoy, Juan el Bautista ya NO puede reconocer en Jesús al MESÍAS esperado y envía a los discípulos a VERIFICARLO. Incluso el mayor creyente atraviesa el túnel de la DUDA. Y esto no es malo; al contrario, a veces es esencial para el crecimiento espiritual.
Esto es falso. Aquí Bergoglio quizás está hablando del corazón de Bergoglio, porque la letra y el espíritu de la Escritura, más la Tradición y los grandes teólogos y santos, dan la verdadera interpretación del texto: Juan sabía que Jesús era el Mesías y envía a sus discípulos envidiosos y dubitantes para que creyeran.
Lectura del Evangelio de San Mateo, Cap. 11, vv. 2-11, misa del sábado, comentado por Bergoglio:
En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí".
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él".
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1. San Juan Crisóstomo
a) Juan no envió a sus discípulos porque dudase, ni porque se hubiera vuelto tímido
...no envió a sus discípulos porque dudase ni mandó preguntar porque ignorara. Ni se puede decir que sí lo conocía claramente, pero que la cárcel lo había vuelto tímido (Homilía XXXVI sobre el Evangelio de San Mateo, n. 1)
b) Los discípulos de San Juan Bautista tenían envidia de Jesús
[…] los discípulos de Juan sentían siempre envidia de Jesús y hablaban contra Él y no se hicieron más humildes hasta que el Bautista fue encarcelado. Entonces fueron a comunicárselo a Cristo; aunque más tarde reincidieron en sus antiguas envidias (Homilía XXX, íd., n. 3)
c) El hecho de haber enviado sus discípulos a Jesús deja todavía más evidente como ellos ardían de envidia de Jesús
Dice Lucas que sus discípulos comunicaron a Juan los milagros y que entonces Juan los envió en embajada. Esto no presenta ni la más pequeña dificultad; y solamente pone a nuestra consideración que ellos ardían de envidia contra Jesús (Homilía XXXVI, íd., n. 1)
d) Juan envío sus discípulos para que Jesús les curara de su enfermedad de alma: la envidia
Sabía cierto que sus discípulos andaban envidiosos de Cristo; y que buscaban ocasiones para difamarlo... Los discípulos de Juan no veían con buenos ojos a Cristo, y es cosa para todos clara que continuamente estuvieron movidos de envidia. Y se comprueba por lo que dijeron a su Maestro: Aquel que estaba al otro lado del Jordán contigo, de quien tú diste testimonio, está ahora bautizando y todos se van con él... no sabían aún quién era el Cristo; sino que por sospechar que Jesús era sólo hombre –pero Juan más que hombre– les molestaba la celebridad de Jesús y que Juan fuera decayendo, como él mismo lo había predicho... Cristo, comprendiendo el pensamiento de Juan, no les dijo: Yo soy; pues aunque bien lo podía decir, pero quizá hubiera escandalizado un poco a los oyentes. Deja pues que por los sucesos mismos lo conozcan (Homilía XXXVI, íd., n. 1-2)
e) Jesús obró muchos milagros delante de los discípulos de Juan para confirmarlos, pues dudaban
ResponderEliminar...el testimonio por las obras es mucho más creíble, así lo juzgaba El, y mucho menos expuesto a sospechas que el de solas palabras (Homilía XXXVI, íd., n. 1-2)
f) El mismo Jesús, después de enviar los discípulos de vuelta a Juan, cura en la multitud las dudas que tenía
...la turba, por las preguntas de los discípulos de Juan, sospechó muchas cosas absurdas, porque ignoraba la mente del que los había enviado. Es verosímil que en su interior las turbas discurrieran así: Aquel que tantos y tan grandes testimonios dio de Cristo, ¿ahora duda y ha cambiado de parecer sobre si éste es o es otro el que ha de venir? ¿Es que al hablar así quiere introducir división con los seguidores de Jesús? ¿O se ha acobardado por el encarcelamiento? ¿O dijo sin fundamento lo que antes afirmaba? Como era verosímil que las turbas sospecharan estas y otras cosas parecidas, observa en qué forma corrige las debilidades del pueblo y suprime semejantes sospechas.[…] No les habla con dureza, sino que solamente corrige sus pensamientos y defiende a Juan y demuestra que éste no había abandonado su primer modo de pensar ni lo había cambiado. Como si dijera: No es él un hombre voluble, sino firme y constante (Homilía XXXVII, íd.)
2. San Ambrosio de Milán
Envió sus discípulos a Jesús para que fuesen instruidos por Él
San Juan envió sus discípulos al Señor para que concluyesen de instruirse, porque Jesucristo es la plenitud de la ley. Y puede decirse que estos dos discípulos son los dos pueblos, de los que uno es el judío que creyó, y otro el de los gentiles, que también creyó pero fue porque oyó (San Ambrosio de Milán citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea in Lc 7,18-23)
3. San Jerónimo de Estridón
Los discípulos de Juan se caracterizaban por la envidia y los celos hacia el Señor
Que, en efecto, los discípulos de Juan se comportaron con soberbia hacia el Señor y que había en ellos algo de mordacidad debida a los celos y la envidia, lo ha mostrado también la pregunta precedente, según el relato del evangelista (Comentario a Mateo, Libro II [11, 1-2])
4. San Agustín de Hipona
Juan envía a sus discípulos para que viendo los milagros creyeran en Él
ellos [discípulos de Juan] comentaban entre sí: «éste (Juan) dice de él esas cosas realmente extraordinarias, pero él (Cristo) no las dice de sí mismo». Id y decidle, no porque yo dude, sino para instrucción vuestra.... Y pensando en ellos dijo Cristo: Los ciegos ven, los sordos oyen, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan, a los pobres se les anuncia la buena noticia... Veis los hechos, reconoced a su autor (Sermón 66)
5. San Hilario de Poitiers
a) Juan envió a sus discípulos para que comprobasen con sus propios ojos que Jesús era Cristo
Miró, pues, en esto Juan, no a su propia ignorancia, sino a la de sus discípulos y los envía a ver sus obras y sus milagros, a fin de que comprendan que no era distinto de Aquel a quien él les había predicado y para que la autoridad de sus palabras fuese revelada con las obras de Cristo y para que no esperasen otro Cristo distinto de Aquel de quien dan testimonio sus propias obras (Homilía in Matthaeum, citada por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea in Mt 11, 2-6)
b) No se puede creer que Juan dudó, pues no se mezcla el error con la abundancia de su luz
Es indudable que él, como precursor, anunció que debía venir; que, como Profeta, le conoció como viviente; que, como confesor, le honró en su venida y es cierto que no se mezcla el error en él con la abundancia de su luz. Y ciertamente no se puede creer que le faltó a él en la cárcel la gracia del Espíritu Santo, puesto que el mismo Apóstol pudo dar para los que le acompañaban en la prisión, la luz de la virtud del Espíritu (Ídem)
De las páginas con bisturí del Cojo esta es antológica. Bien construida a partir del discurso mencionado y fragmentariamente citado, señala por ejemplo cómo adoptar el lenguaje de la "modernidad" no conduce a nada bueno ni para la jerarquía eclesial ni para el conjunto de los fieles ni para nadie.
ResponderEliminarPor cierto, eso que ya se ha instalado en la inmensa mayoría de las mentes de que, aunque un embarazo sea resultado del concurso de hombre y mujer, la decisión de dejar que nazca el hijo sea solo de la mujer, es una aberración. Legal, pero aberración. ¿Es que no hay varones que deseando ser padres han visto cómo su mujer o novia embarazada se ha deshecho de la criatura sin contar con el padre? ¿No es esto un robo como un océano? ¿Esta porquería inmunda es igualdad ante la ley?
A otro perro con ese hueso.
Cita: "es imprescindible una previsión presupuestaria de rentas mensuales para las mujeres con un embarazo no deseado con el fin de poder llevar a cabo la crianza de sus hijos, (es un patinazo en toda regla)".--------Respuesta: Yo no encuentro patinazo alguno en hablar de ayudar económicamente a mujeres con embarazos no deseados, me parece que ha "patinado" el Cojo De Calanda en su larguísimo artículo.
ResponderEliminarQuizás lo que señala el Cojo como un patinazo son las palabras en negrita previas a "es imprescindible una previsión presupuestaria..." Y aunque no fuera este el punto del patinazo, yo también tengo serías dudas de que un dinero asignado a mujeres embarazadas contra su deseo resultara ser solución infalible para que ellas tomen la decisión con libertad. Visto así, las personas que podrían o deberían hablar con la embarazada (padres, amigos fiables, sacerdotes, psicólogos cristianos...) ya parecería que sobran... Tanto discernimiento, que se supone es diálogo constructivo, para el tema de los divorciados y para estas mujeres, ¿dónde está el discernimiento? ¿Es que los sacerdotes, monjas, diáconos, amigos de verdad, familiares con buen sentido, o incluso compañeros de trabajo, no son avisados nunca de aquellos fieles que de encuentran en tesituras arduas para ofrecer su compañía y su palabra? Entonces, pues, ya me dirán en qué consiste el cristianismo: ¿En desentenderse del sufrimiento del prójimo (el próximo) y creer que el ero de asignación pública es lo decisivo y lo que cuenta para que la mujer decida tener el niño? ¿Es que no hay nadie que pueda dirigirse al padre de la criatura porque se sobrentiende que los embarazadores son todos iguales de egoístas y sin escrúpulos? ¿Se puede saber por qué se renuncia a veces a trabajar hasta el desfallecimiento por salvar una vida?
EliminarAgradeecería comentario de Germinans o alguien informado, de qué ocurre en María Reina. Por lo que me han explicado, Omella quiere echar al rector, el Rvdo. Salvador Biarnés, el cual creo que es de recta doctrina si no me equivoco. Gracias.
ResponderEliminarSerá de recta doctrina , pero muy mal talante también tiene, el es un simple laico que se cree que es el Vicario de la Parroquia lo máximo y no deja de ser un Sacristán con dedicación completa.Es un poco pirómano también porqué se dedico a quemar más de 10000 mascarillas que eran de la Orden de Malta y ahora está en juicio con ellos .... Eso es un serial , si alguien trasforma esa historia en un guión de cine , éxito asegurado, porque se mezcla todo...y cuando digo todo es todo.
EliminarEl rector no és. Un gran ayudante religioso si
ResponderEliminarDe allí, de momento no se mueve nadie.
ResponderEliminarPor cierto, Biarnes es consagrado o no?
Omella tiene encima el aliento de estos periodistas prostituidos al poder de El País, que sólo se preocupan del 0,2% de casos de pederastia con supuesto agresor clerical, olvidándose del 99,8% de casos que involucran a familias e instituciones públicas y privadas:
ResponderEliminarUn tercer informe de pederastia en el clero con 50 nuevos casos eleva a 500 los clérigos acusados en un solo año
El nuevo dosier de EL PAÍS, entregado a la Conferencia Episcopal y al Defensor, recopila 79 testimonios. Muchos lo contaron en su día pero la Iglesia no hizo nada
A eso respondió E-Cristians:
La asociación católica conservadora E-Cristians ve discriminatorio hacia el catolicismo que al gobierno y la fiscalía "sólo les interese" investigar el 0,2 % de los casos de pederastia en España presuntamente atribuibles a sacerdotes y religiosos y cree que quieren que la Iglesia sea el "chivo expiatorio" del problema de la pederastia.
En un comunicado, E-Cristians asegura que los casos de pederastia confirmados y presuntos perpetrados entre 2009 y 2019, los que tienen efectos penales porque no han prescrito, "solo incriminan a sacerdotes y religiosos en un 0,2 %", basándose en datos de la fundación ANAR, que desde 1970 se dedica a la atención de niños y adolescentes en riesgo.
Según E-Cristians, "casi la totalidad las víctimas de presuntos abusos han tenido otros responsables", y concreta que el 39,2 % de los casos son cometidos por los familiares más cercanos (padres, abuelos, hermanos y hermanas, padrastros, madrastras y hermanastros).
En El País está la tercera relación de supuestas agresiones y abusos a menores por parte de personal de la Iglesia. Si no estoy equivocado, todo está prescrito penalmente, y curiosamente, a El País se les ha olvidado los casos de sus amigos progresistas, la Casita de Santiago y Montserrat, s.e.u.o.:
ResponderEliminar1. Barcelona Parroquia de Sant Martí de Provençals: año 1975-1980. Acusado E. M. L.- (prescrito)
2. Barcelona Escuela parroquial de Caldas d'Estrac (Caldetas): año 1970-1975. Acusado J. V. C.- (prescrito)
3. Colegio Jesús, María y José de la Congregación de los Hijos de la Sagrada Familia (o Padre Manyanet o Sant Andreu), Barcelona: año 1962. Acusado C.- (prescrito)
4. Jesuitas Parroquia de San Félix, barrio de El Pinar, Rubí: año 1976-1977. Acusado R. P. M.- (prescrito)
5. Salesianos Colegio Salesianos de Horta, Barcelona, año 1971-1972. Acusado J. A. P. - (prescrito)
6. Salesianos Salesianos de Rocafort de Barcelona, año 1964-1966. Acusado B.- (prescrito)
7. No relacionado por El País: Casa de Santiago, Barcelona
8. No relacionado por El País: Monasterio de Montserrat
elpais.com/sociedad/2022-12-16/esta-es-la-lista-de-los-nuevos-acusados-de-abusos-en-la-iglesia-en-el-tercer-informe-de-el-pais.html
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La primera relación, también de casos todos ellos prescritos, está aquí, y no están los casos de la Casa de Santiago y Montserrat, o al menos, no se observan:
elpais.com/sociedad/2021-12-19/la-lista-de-251-denuncias-de-abusos-que-el-pais-ha-entregado-al-vaticano-y-la-iglesia-espanola.html?event_log=oklogin
La segunda relación está aquí, e igualmente son casos prescritos y no relacionan los casos de la Casa de Santiago y Montserrat, o al menos, no se observan:
https://elpais.com/sociedad/2022-06-18/esta-es-la-lista-de-los-244-acusados-de-abusos-en-la-iglesia-en-el-segundo-informe-de-el-pais.html#?rel=mas