Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa
Rodrigo Caro
Es el lamento que me surge al comparar la
prodigiosa vitalidad de las parroquias en mi niñez y juventud, con el declive
probablemente irreversible en que hoy se encuentran. No se me han borrado de la
memoria las imágenes de la Misión de 1951 (creo) que viví en Barcelona y en
varios pueblos cercanos. La movilización de fieles fue impresionante. Aquello
era una especie de gran festival religioso. Un festival que tendría su apogeo
en el Congreso Eucarístico. Era un enorme esfuerzo de recristianización de una
sociedad cada vez más secularizada e imbuida de las ideas del liberalismo que
trajo la Ilustración.Y no, las misiones parroquiales (la Santa
Misión) no fueron un fenómeno achacable sin más al nacionalcatolicismo, puesto
que algo parecido estaba sucediendo en Francia, en Italia, en Bélgica. Era una
respuesta bien organizada de la Iglesia a la secularización (veníamos de una
sociedad teocrática en muchos aspectos). Las nuevas ideologías iban
frontalmente contra el teocentrismo que había impregnado nuestra cultura a lo
largo de casi dos milenios. Se estaba abandonando la práctica religiosa, y
sobre todo se estaba apartando a Dios de nuestra vida, siendo muchos los
movimientos ideológicos que lo apartaban hasta de la existencia.
Creo que fue un obispo de París el que entendió que estaban muy bien las Misiones en lo que se dio en llamar tierras de Misiones: pero que eso carecía totalmente de sentido si los países misioneros no empezaban las Misiones en casa. Y así fue como se iniciaron las misiones parroquiales. Tan profundamente asumidas, que se consideró oportuno destinar un tercio de la recaudación del Domund para financiar esas misiones.
Que hoy nadie piensa en santas misiones ni en nada que se les parezca, es evidente. La distancia entre la Iglesia que promovió este sistema de evangelización y la actual, es muy llamativa; sobre todo teniendo en cuenta que los obispos (en excesiva proporción) sueñan con otra evangelización, con una especie de evangelio multicolor. Sorprendente cuando desde la más alta cátedra se nos aconseja que nos despojemos de toda tentación de proselitismo, mientras son ingentes los esfuerzos por hacer prosélitos para este otro evangelio.
Leo en ReL un artículo que da cuenta del que llaman Sínodo Continental (¿será por nombres?): un documento de 50 páginas (dicen sus autores que inspiradas por el Espíritu Santo) en que se recogen las conclusiones sinodales de las diócesis de Europa. En la lista de los términos más usados, están con 177, Sínodo, Sinodal y Sinodalidad (es lo que llaman auto-referencialidad, ¿no?); y en segundo término, con 63 apariciones, están los términos Misión y Misionero. Misioneros del nuevo evangelio de colorines y de los más vulnerables, entre ellos las minorías étnicas y de género. Pinta que igual que en la escuela (algo inaudito e inaudible hace tan sólo 20 años), se predicarán en la iglesia todos esos derechos (y el deber del resto para con ellos); porque preciso es entender que si se trata de derechos de unos pocos (y deberes del resto), es obligatorio proclamarlos y fomentarlos.
No quiero ni pensarlo, pero el primer paso ya está dado: y con una firmeza que pone los pelos como escarpias. En la Iglesia, de hecho, está prohibido predicar la doctrina propia de la Iglesia en las cuestiones en que el mundo, la Agenda y el poder civil (con las leyes jugando a su favor, claro está) tienen establecida su propia doctrina, anticristiana a tope. Ahí tenemos en efecto, que cuando muy excepcionalmente un obispo o un sacerdote se atreven a predicar sobre esos temas lo que viene predicando la Iglesia desde hace 2.000 años, los promotores de la nueva ideología y de los nuevos derechos ponen el grito en el cielo, arman escándalo y acuden a la justicia reivindicando los derechos de sus minorías (a eso, en derecho se le llamó siempre privilegio). Y cuando tal sucede, en el bando de los buenos reina un apacible silencio, roto de vez en cuando por algún espontáneo al que le encanta chutar contra su propia portería. Y si se trata de jubilar a esos imprudentes busca-líos, la jubilación no se hace esperar.
Dios nos coja confesados cuando lleguen esas misiones y esos misioneros, quién sabe si enviados por el cielo para juntar y arrastrar hacia fuera tanta inmundicia y tanta basura. El espectáculo comparativo es que los obispos disidentes (que no son la mayoría, ni mucho menos) están desplegando hoy tanto celo y tanto activismo en organizar estas nuevas misiones de la Iglesia, cuanto pusieron los obispos de los tiempos gloriosos de las santas misiones en llevarlas a cabo. Y eso ocurre ante el silencio y la pasividad de la inmensa mayoría de los restantes obispos. Nos sumus témpora, que decía san Agustín. Nosotros somos los tiempos. Como somos nosotros, así son los tiempos.
Acabo de leer, para documentarme, un estudio sobre las Misiones Parroquiales en la archidiócesis de Sevilla entre1848 y 1952: es un ejemplo de lo que en ese mismo tiempo ocurría en toda España y en buena parte de Europa. Ahí se ve claramente la enorme vitalidad que tenían las diócesis y el papel decisivo de los obispos. Se dedicaban a cristianizar a sus fieles en un momento en que arreciaba la descristianización. No era ni mucho menos una situación fácil. Ahí tenemos la violenta revolución comunista que se desencadenó en España: una revolución profundamente antirreligiosa que dio lugar a muchos miles de mártires, entre los que se contaron también unos cuantos obispos y que desembocó en la guerra civil.
La clave de las misiones eran los misioneros, que vinieron a ser de dos clases: los que se lanzaron a competir con las misiones protestantes en países de misión, predominando en ellas las acciones de asistencia y dejando en segundo plano el proselitismo doctrinal que diría el papa; y los que se quedaron en el país a predicar las misiones parroquiales, con enorme preponderancia de la doctrina y de la moral y escasa presencia de lo social. El caso es que mientras era muy fácil reclutar misioneros para los países de misiones, fue realmente muy difícil reclutar predicadores para las misiones parroquiales, siendo las órdenes religiosas las principales proveedoras de estos misioneros. Uno de ellos, obispo en su momento y eximio predicador, decía: Misión no es otra cosa que una embajada que os dirige Dios, por medio de sus ministros, que somos nosotros, aunque indignos. ¿Y por qué nos dirige esta embajada, esta misión? ¿Qué objeto tiene? ¿Qué fin se propone? ¡Ay, carísimos!, no es otro que el tratar con vosotros del más grande, del más importante, mejor diré, del único necesario negocio que tenéis o podáis tener en este mundo; esto es, vuestra eterna felicidad. Sí, ese era san Antonio María Claret, que se entregó con pasión a predicar estas Misiones Parroquiales.
Y no es extraño que la parte más difícil de las misiones parroquiales fuera disponer de misioneros, es decir de predicadores. Los altibajos de esas misiones tuvieron todo que ver con la capacidad de predicar de la Iglesia en su conjunto. De manera que a la hora de diagnosticar la actual crisis de la Iglesia, no nos queda más remedio que fijarnos en la salud de la predicación.
¿Y qué tenemos? Pues que, como es demasiado conflictivo predicar doctrina, es decir predicar con contenido doctrinal, resulta que lo más normal es rehuir los temas en que es atacada la doctrina cristiana en la teoría y en la práctica, optando por una predicación puramente formal que rehúya todo compromiso. Porque otra cosa, genera problemas.
Conformémonos pues, de momento, con que no
se cargue la predicación con las nuevas doctrinas sinodales que nos está
imponiendo el mundo. Conformémonos por ahora con que la Nueva Iglesia del Nuevo
Orden Mundial no organice misiones de este otro género. Conformémonos con eso y
consideremos que la visión desolada de la Itálica famosa no es aún lo peor que
nos puede pasar.
Virtelius Temerarius
Estoy de acuerdo y suscribo la totalidad del mensaje. Que Dios Padre tenga piedad de nosotros y el Espíritu del Señor sople con mayor fuerza. Estamos necesitados de una reconversión. ¿Dónde conseguirla?.
ResponderEliminarAunque sin nombrarlo, solo con la publicación de su fotografía, me dá en la nariz que apunta a Mn. Custodio como referencia del texto de su artículo o como faro que indica hacia donde ha de ir el sendero.
ResponderEliminarEs una pena la abundante ceguera y sumisión a la frivolidad social, al politiqueo y a lo intrascendente.
Llegará el día en que se habrá de empezar desde cero. Se habrá de empezar por enseñar el olvidado y elemental catecismo.
Es el logro de quienes puedan considerarse Pastor, con la omisión del "Buen". Y las ovejas, entretanto, descarriadas.TEROL.
1. SIGLO XIX, CATALUÑA TIERRA DE SANTOS: LA CATALUÑA SANTA
ResponderEliminarSin duda alguna, el siglo XIX fue la época de mayor florecimiento religioso de Cataluña:
- San Antoni Maria Claret
- Jaime Balmes (filósofo lúcido y racional)
- Beata Madre Rafols (asistió enfermos y pobres)
- Santa Joaquina de Vedruna (viuda, religiosa, educación de jóvenes sin recursos y atención de enfermos desvalidos)
- Raimundo Strauch y Vidal (Obispo de Vich asesinado por masones liberales de Vallirana en 1823)
- Santa Teresa Jornet e Ibars (ancianos desamparados)
- Beato Francisco Palau y Quer (gran exorcista)
- Beato Manuel Domingo y Sol (congregación de los Operarios Diocesanos)
- Sant Enrique de Ossó y Cervelló (enseñanza)
- Santa María Rosa Molas y Vallvé (enseñanza)
- Beata María Ana Mogas Fontcuberta (cuidado de enfermos y educación de niñas pobres)
- Beato francisco Coll Guitart (enseñanza)
- San José Mañanet Vives (Gaudí y la Sagrada Familia)
religionenlibertad.com/opinion/59577/cataluna-tierra-santos.html
2. LA INMERSIÓN MARTIRIAL DEL CLERO DE 1931-1936.
Recuerdo que los testigos de la época me dijeron que el ambiente general de los laicos y consagrados era de espera en el martirio: sabían que la II República acabaría mal, tal como pasó históricamente (golpe de Estado y alzamiento militar de Companys y la República Revolucionaria de Asturias en Octubre de 1934, sublevaciones anarquistas...)
El número de víctimas martirizadas en la Guerra Civil, según el estudio de investigación histórica de Antonio Montero, publicado en 1960, ascendía a 6.832, de los cuales 4.184 pertenecen al clero secular, 12 son obispos, 1 administrador apostólico y varios seminaristas; 2.365 son religiosos y 238 son religiosas
En el año 2000, subió el número de mártires de la Guerra Civil: según la preparación del catálogo de los mártires cristianos del siglo xx, pedida por el Papa Juan Pablo II, en el marco del Gran Jubileo del Año 2000, el historiador Vicente Cárcel Ortí, habla de 10.000 mártires españoles asesinados en el citado período.
Los datos se desglosan así: 12 obispos, 1 administrador apostólico, 7.000 sacerdotes, religiosos y religiosas, 3.000 seglares, la mayoría de la Acción Católica.
La Guerra Civil española 1936-1939 lleva hasta ahora unos 2.096 beatos y 11 santos martirizados por los políticos con jurisdicción territorial en la II República de ERC, PSOE-UGT, CNT-FAI y PCE-PSUC y otros republicanos.
Recordar que tienen también la condición de víctima, por el principio de igualdad y dignidad, todos los españoles y catalanes católicos, derechistas, empresarios, profesionales y ciudadanos inocentes acusados políticamente de alzados, robados, detenidos, lesionados, torturados, muertos, desaparecidos y enterrados en fosas anónimas, incluso izquierdistas asesinados por agentes rusos y republicanos (Andreu Nin, José Robles Pazos, cientos de anarquistas durante el barcelonés Mayo de 1937 o de marxistas en el golpe de Casado de Marzo del 1939), dentro de la jurisdicción territorial de la II República de Azaña/Giral/Largo/Negrín y la Generalidad de Cataluña de Companys durante el período de la Guerra Civil (1936-39), según dispone la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, en el art. 3. ap. 1º, letras a, b, c, d, e, l y m:
- fallecidos; desaparecidos; privaciones de libertad o detenciones arbitrarias, torturas o malos tratos; deportación, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración, colonias penitenciarias militarizadas y padecieron torturas, malos tratos o incluso fallecieron; las personas que sufrieron persecución o violencia por razón de conciencia o creencias religiosas; exiliados; padecieron la represión económica con incautaciones y pérdida total o parcial de bienes, multas, inhabilitación y extrañamiento; depuradas o represaliadas profesionalmente por ejercer cargos y empleos o trabajos públicos; las personas que hayan sufrido daños o represalias al intervenir para prestar asistencia a víctimas en peligro o para impedir la victimización
La II República durante la Guerra Civil de 1936-1939 violó sistemáticamente todos los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución de la II República de 1931 de 9 de diciembre de 1931, y pueden ser acusados los gobiernos de Madrid y Barcelona como genocidas culturales y biológicos en relación a los derechos fundamentales reconocidos en el Título III (Derechos y deberes de los ciudadanos), Capítulo Primero (Garantías individuales y políticas), artículos 24 a 42, en especial el derecho fundamental a la libertad de religión del art. 27, derechos penales y procesales (art. 28-29), libre circulación, residencia y domicilio inviolable (art. 31), libertad de ideas y opinión (art. 34), admisión a cargos y empleos públicos (art. 40).
ResponderEliminarTanto Companys como Azaña, Negrín y Largo Caballero, en su condición de presidentes de la Generalidad, de la República o del Consejo de Ministros, sabían que Lemkin envió un informe leído en la Conferencia de Unificación del Derecho Penal, celebrada en Madrid en 1933, sobre el concepto de genocidio en su vertiente de “barbarie” y de “vandalismo”. El primero (barbarie) remite a “acciones exterminadoras” por motivos “políticos y religiosos” de variada índole: masacres, pogromos, “acciones emprendidas para arruinar la existencia económica de los miembros de una colectividad” (genocidio de Stalin contra Ucrania en 1932-33: las brutales requisas de grano provocan millones de muerte por hambre), y de paso, según el patrón leninista de 1921, se eliminaron a los intelectuales en un designio de aniquilamiento (genocidio). De forma complementaria, el “vandalismo” anticipa la noción de genocidio cultural.
es.wikipedia.org/wiki/Anexo:M%C3%A1rtires_del_siglo_XX_en_Espa%C3%B1a
3. EL RELAJAMIENTO DEL PUEBLO DE DIOS EN LA POSGUERRA (DÉCADA 1940)
Sor Lucía de Fátima escribe al Arzobispo de Valladolid -Mons. Antonio García- confidente de Lucía siendo obispo de Tuy, la siguiente revelación divina:
- Desde el 12 junio de 1941, Nuestro Señor insiste conmigo en que manifieste a V.E. Rvdma. su gran deseo de que los Excmos. y Rvdmos. Señores Obispos de España se reúnan en retiro, y de común acuerdo determinen entre sí los medios a emplear para remediar el relajamiento del pueblo cristiano, la tibieza y frialdad del clero y de gran parte de religiosos y religiosas… y así recibirían del Divino Espíritu luces y gracias especiales.
4. EL FERVOR MISIONAL DE 1951-1952 HASTA 1965
Transcribo la parte del artículo que es totalmente cierta por lo que me dijeron diversos testigos:
"No se me han borrado de la memoria las imágenes de la Misión de 1951 (creo) que viví en Barcelona y en varios pueblos cercanos. La movilización de fieles fue impresionante. Aquello era una especie de gran festival religioso. Un festival que tendría su apogeo en el Congreso Eucarístico. Era un enorme esfuerzo de recristianización de una sociedad cada vez más secularizada e imbuida de las ideas del liberalismo que trajo la Ilustración.Y no, las misiones parroquiales (la Santa Misión) no fueron un fenómeno achacable sin más al nacionalcatolicismo, puesto que algo parecido estaba sucediendo en Francia, en Italia, en Bélgica. Era una respuesta bien organizada de la Iglesia a la secularización (veníamos de una sociedad teocrática en muchos aspectos). Las nuevas ideologías iban frontalmente contra el teocentrismo que había impregnado nuestra cultura a lo largo de casi dos milenios. Se estaba abandonando la práctica religiosa, y sobre todo se estaba apartando a Dios de nuestra vida, siendo muchos los movimientos ideológicos que lo apartaban hasta de la existencia."
Este fervor, al menos, duró hasta 1965 (con el repunte con Juan Pablo II), con la famosa foto del Padre Patrick Peyton ante cientos de miles de barceloneses oyendo sus prédicas:
religionenlibertad.com/personajes/61325/como-lograba-padre-peyton-reunir-esas-multitudes-alli-por-donde.html
5. LA CRISIS POSCONCILIAR DEL 1968-2022
ResponderEliminarAfirma Jordi Vila-Abadal Vilaplana que junto con Ramon Moragas, según dice en su libro "El meu Montserrat interior. De l'espiritualitat religiosa a l'espiritualitat laica", que decidieron secularizarse en 1968 del estado religioso al laical, efectuando así un acto inédito en la Iglesia catalana de la época, que realmente impresionó a muchos consagrados, debido al ambiente de crisis de fe y de contestación política e infiltración marxista y nacionalista (PSUC y Pujol), lo que sentaron un precedente y antecedente del posterior proceso de secularización masivo de clérigos y religiosos, tanto en Montserrat como entre el resto de religiosos y sacerdotes catalanes
Vila-Abadal asegura que el grupo de religiosos desplazados al Monasterio de Cuixà (página 51), efectuaron la quema iconoclasta de todo el mobiliario y de todas las obras de arte "carcas y trentinas" que existían en los almacenes de dicho monasterio, e incluso en sus estancias de uso al público
Desde esta fecha, se produjo en toda la Iglesia una ola de secularizaciones sacerdotales y religiosas, con tal grado de gravedad, que aniquiló a los seminarios menores y vació a los seminarios mayores, dejando hasta el día de hoy, diócesis totalmente devastadas por la apostasía de casi todo el Pueblo de Dios, como Gerona, que se quedará casi sin sacerdotes
Hoy, con Bergoglio y sus acciones y omisiones reprochables, han conducido a la Iglesia en la crisis sin precedente histórico alguno, al querer exportar inicuamente el Camino Sinodal alemán al Sínodo de la Sinodalidad y luego a la Iglesia Universal
Esta crisis es mayor que la crisis de persecución imperial romana, la crisis de la herejía arriana que niega la Stma. Trinidad, el siglo de hierro del papado del 904-964, el cisma de Occidente de 1378-1417, Lutero (1517), Enrique VIII (1534), la Kulturkamp (1871-1887): la crisis del Concilio Vaticano II, que se resuelve hoy 2022 con Bergoglio, es la mayor y más importante de la Iglesia, porque es una crisis total de los dogmas de Fé y moral, tal como se ve en el Camino Sinodal alemán, la bendición de gays en la Iglesia de Flandes, y en el Sínodo de la Sinodalidad, con el apostático cardenal Mario Grech al aprobar el documento continental, el Cardenal Hollerich y Religión Digital, espacio donde más se ha negado las verdades de Fé y más entrevistas y subvenciones de obispos tontitos han hecho
6. EL RENACIMIENTO CON SAN JUAN PABLO II
El 31 de octubre de 1982, hubo la visita de 10 días en los que el Papa san Juan Pablo II visitó 16 ciudades, ofició muchas misas y reunió a centenares de miles de fieles que salieron a las calles para celebrar el primer viaje de un pontífice a España con el lema de "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo" y "Totus tuus"
Con Bergoglio, casi un 70% de los españoles se dice "católico", aunque sólo el 12% acude presencialmente a oficios religiosos todos los domingos o festivos (serán muchas más, pues las redes sociales reflejan que muchos fieles, cientos de miles, ven la misa, tanto la nueva como la tridentina, sea Española o Americana)
7. VOLUNTAD DE DIOS
No hay duda que vista la situación religiosa de Cataluña, desde la gran crisis napoleónica y masónica liberal hasta el catastrófico pontificado de Bergoglio y del fracaso definitivo del nacional-progresismo catalán, todo ello da lugar a un panorama muy interesante históricamente. Dios ya lo sabía todo desde el inicio del mundo, y le gusta de las crisis porque con ellas se estimula la reforma de la Iglesia, dado que así nos hacemos muchas preguntas necesarias:
- ¿Por qué el nacional-progresismo tuvo tanto poder para destruir?
- ¿Se ha de obedecer a un Papa y un obispo que da mandatos inicuos o heréticos que afectan a materia grave y causa perjuicio grave a la Fé y moral?
- ¿Qué dogmas de Fé viola el Camino Sinodal de Alemania?
Hay que recordar que todos los obispos españoles son apostáticos, al aprobar el documento apostático presinodal del 11 de junio del 2022... que no eludan sus responsabilidades
Entiendo que las "misiones parroquiales" eran más bien una novedad para romper la rutina de las parroquias compuestas por fieles iletrados en ciencias religiosas, y las misiones les decían algo que en las homilías de sus párrocos faltaba como tema espectacular. Eran predicaciones de misioneros andantes con fama de grandes oradores y teatrales gestos y esto atraía a las gentes de las parroquias de antaño. Hoy día ya con las casas llenas de libros, con las biblias en los estantes, con Tele e Internet, los parroquianos ya no viven únicamente las predicas aburridas de su sacerdote de turno, ya pueden expandir su espíritu intelectual a los horizontes del mundo mundial cristiano. Yo me pregunto sobre este dibujo ilustrativo aparecido en internet http://silverigar.blogspot.com/2010/11/pasion-de-cristo-lleno-iglesia-vacia.html ¿Acaso a los teatros de la Pasión les falta 'pietismo' y a las iglesias les falta 'teatro'?.
ResponderEliminarDe alguna manera, Virtellius, todos los que tenemos cierta edad somos criaturas de aquellas misiones populares o parroquiales. Es curioso el recuerdo que de las mismas guarda Silveri Garrell, las que yo viví de niño. En la diócesis de Gerona había una casa dedicada a la formación de misioneros, la "Casa Missiò" de Bañolas. La integraban sacerdotes jóvenes, con facilidad de palabra y ardor apostólico, siendo el más conocido por aquellos pueblos un joven con fama de santo, Mosén Jordi. Carrera. De hecho está en marcha su proceso de beatificación.No habíaabía en él teatraidad alguna, aunque su recogimiento ante el sagrario recordaba las "estampas" de los santos de aquella época. La misión empezaba con el rosario de la aurora por las calles del pueblo. Tras las tareas en el campo o en la fábrica, en el anochecer se reunía la gente adulta en el templo para prédicas que volvieran a encender la fe en una zona sumamente descristianizada por la obra tóxica de Maciá, Companys y ERC, sobre todo. Con el martirio de sacerdotes, religiosos y seminaristas, amén de muchos laicos por aquellas cunetas, paredes de cementerios o barrancos. Los párrocos que habían sobrevivido merced a su fuga (instalados en otras partes de España. como en Badajoz o en Córdoba,, donde recaló el tío de Puigdemont huyendo del separatismo y el asesinato) llamaban a un cura joven de la Casa Misión quien solía centrarse en los Novísimos y en los sacramentos. Hubo muchísimas conversiones.
ResponderEliminarNo era la primera vez que Cataluña se levantaba de una etapa de descristianización. En el siglo XIX los religiosos expulsados de sus conventos por Mendizábal fundaron congregaciones y se dedicaron a la enseñanza y a la predicación popular.
Parece obvio que Cataluña necesita con urgencia despertarse de ese letargo en que está sumida. Deberá contarse con los proscritos de la Iglesia, como son los cristianos procedentes de otras regiones de España o sus hijos, que han abandonado la práctica por un cerrilismo cretino que jibariza el mensaje evangélico. ¿Dónde vamos con exposiciones del siguiente tenor: "La germana mort anava fent forat ...la darrera ruta amb... temprança...?"
¿Dónde vamos?
Aquellos misioneros populares del siglo XIX, que se dirigían a los fieles iletrados en catalán porque era la lengua que hablaban sabían que había que ayudarles a elevar el nivel de formación y de ahí la creación de institutos religiosos para educación de la niñas. Ejemplar era la carta de San Francisco Coll Guitart a la reina Isabel II solicitando que pudieran dar clases en sus colegios mujeres sin título e maestra por el "bien de España". Cuando otro compañeo suyo de hábito, el padre Planas, fundó la Casa de Bañolas, pensaba sólo en recristianizar una sociedad descreída. Lo mismo que los curas de la Garrotxa que yo conocí y promovieron las misiones populares en sus parroquias. En algunos pueblos del Ampurdán hay recuerdos de aquellas campañas evangelizadoras, como en la plaza mayor de Gualta.En los pueblos de la frontera, con enclaves militares, los oficiales y suboficiales fueron elementos coadyuvantes en la transformación de la tropa acuartelada, que acudían a los sermones y llenaban los confesionarios.
Buena tarea le espera al obispo de Gerona. Empezando por sacar a la Iglesia de la corrosión política de muchos de sus miembros ungidos.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarAyyy los novísimos...
En Roma se han olvidado de ellos!!!
Está muy bien, también decir que en las parroquias de antes de las misiones parroquiales, el párroco o rector, cuando lo veía conveniente, y de tanto en tanto, una o tres veces al año, por Semana Santa y Navidad, invitaba a algún consagrado con fama de piedad y espiritualidad, sabiduría y unción, bien para predicar, exhortar, aconsejar, meditar, rezar y para confesar. Se hacía de una manera natural y orgánica. El propio rector ya veía la necesidad espiritual para él y sus fieles.
ResponderEliminarJa llevamos 10 años que un libro, Tornar a creure en dos dies, denunciaba la deriva de la Catequesi por no querer enseñar el Catecismo. Entre otras cosa, proponía:
ResponderEliminar"Davant el fracàs evident de la catequètica actual que, com una plaga, s’ha abatut sobre tot Europa buidant les esglésies o que, almenys, no ha sabut reeixir a evitar-ho, a pesar de tants esforços econòmics i intel·lectuals esmerçats, fóra legítim assajar plantejaments alternatius totalment oposats, com seria el crear Acadèmies de religió a les grans ciutats, obertes a tothom i a càrrec de la iniciativa privada, o bé, incloent aquesta especialitat a les acadèmies ja existents, amb professors creients i limitant-se a ensenyar tots els punts del Catecisme tradicional de la Doctrina Cristiana sense obviar-ne cap i sense tenir por de cobrar matrícules ni de fer exàmens per a estendre al final un certificat de Doctrina Cristiana i poder fer la primera comunió, per exemple. Segurament no els mancarien alumnes de totes les edats, farien un gran bé a l’Església i a la societat en general i, a més, s’hi guanyarien la vida, ja que com diu sant Pau “no es pot posar morrió al bou que trilla” (1Cor 9,9). Al capdavall, això no seria res més que adequar-se als temps que vivim. Hem d’aprendre del món. Avui es tendeix a delegar la catequesi als pares; doncs, bé, aquests la deleguen a uns centres adequats, si la parròquia no vol, no pot o no ho sap fer".
Un comentarista sostiene reiteradamente "el fracaso definitivo del nacional-progresismo catalán". Lo que lleva a preguntar si existe "el éxito definitivo del nacional-integrismo español". Gracias.
ResponderEliminarMuy bueno.!
EliminarAnónimo de las 16:33: no sé si será nacional-integrismo o simplemente vivir según la sana doctrina, pero los números de la iglesia de Santa María de Caná en Pozuelo de Alarcón, tan cara a Fernández de la Cigoña, son bastante buenos.
EliminarOtro ejemplo histórico es el del seminario de Toledo, muy impulsado por Don Marcelo González Martín, obispo que fue expulsado de la diócesis barcelonesa a instancias de su nacional progresismo catalán y donde se han formado no pocos sacerdotes barceloneses, especialmente de las últimas promociones.
19:11 y así nos va...
EliminarTendría yo unos 6 años cuando llegaron a mi barrio, en una zona pobre de una gran ciudad cercana a Barcelona, un grupito de misioneros. Sólo recuerdo tres cosas de aquel evento, pero muy nítidamente.
ResponderEliminarPor un lado, las calles se empapelaron con unas hojas color sepia que decían,," Dios y tú/Misión general".
También me despertaba cada mañana el rosario de la aurora que pasaba bajo mi ventana, con sus cantos y los asistentes con farolillos encendidos.
Finalmente, también guardo memoria de la Misa de campaña que dió por finalizada la misión .
Aprovecho la oportunidad para rendir homenaje a aquellos misioneros de finales de los años 50, principio de los 60, que se dignaron que evangelizar en su propia tierra.