Fernando de Antequera, rey de Aragón
La traición de Fernando de Antequera y su hijo Alfonso el Magnánimo
Para desgracia del Papa Luna, a Pisa le sucedió el concilio de Constanza que, en su 37ª sesión (27 de julio de 1417), llegó a condenarle, excomulgarle y deponerle, previo el abandono de su obediencia por parte de la nación hispana, escenificado en el reino de Aragón el día de Epifanía de 1416 con el sermón de San Vicente Ferrer en Perpiñán. Ante esa penosa circunstancia y sin tardanza, tras la muerte del rey Fernando de Antequera, respondió Benedicto XIII con un breve tratado titulado Super horrendo et funesto casu obediencie pape substracte in regno aragonie, es decir: Sobre el horrendo y funesto caso de la sustracción de la obediencia al papa en el Reino de Aragón. En este opúsculo defenderá su legitimidad pontificia, lanzará anatema contra el monarca y a cuantos, secundando los decretos reales, se aparten de su pontificia obediencia. Señalará también Benedicto XIII las perniciosas consecuencias de la sustracción y reclamará al nuevo rey la reintegración de la obediencia que le negó su padre, el desagradecido Fernando de Antequera, al que D. Pedro de Luna hizo rey de Aragón en el Compromiso de Caspe.
Dirigiéndose pues al rey Alfonso el Magnánimo (novo regi incipienti regnare: al nuevo rey que empieza a reinar), el papa Luna recuerda que también están obligados los prelados a considerar el especial vínculo con el que están obligados (atados) a Dios y a la Iglesia universal… y por consiguiente al Romano pontífice, su vicario universal sobre la tierra y cabeza de la misma Iglesia en el lugar de Cristo… Deben también atender cuán obligados están al nuevo Rey que empieza a reinar… Están obligados también a considerar los peligros que puedan derivarse de la susodicha sustracción de la obediencia… tanto para el Rey como para el Reino y sobre todo para los mismos prelados… Y no se maraville el Rey si los prelados insisten ante él sobre esta materia y le requieran conforme a la doctrina del bienaventurado Pablo, no sólo oportunamente, sino también importunamente.
Los peligros o daños al rey que produce la sustracción de obediencia son tres, según Benedicto XIII: primero, el horrendo peligro de perder la propia conciencia; segundo, la infamia de una depravada intención de ambición y avaricia; tercero, el grave detrimento de su propio estado y dignidad real.
Castillo de Peñíscola
Con respecto al primero, es necesario saber que para obtener la salvación (de necesitate salutis) los cristianos deben obedecer al papa en todo lo que no va contra el derecho natural o divino, pues quien no recoge con el papa como con Cristo, desparrama (Mt 12,30). Afirma luego el papa Luna: Quien se declara exento del juicio del Romano Pontífice (el propio rey al negarle la obediencia) se excluye de la unidad de la Iglesia, pues quien no quiere tener como cabeza al papa, tampoco tiene como cabeza a Cristo. Por tanto, todos los cristianos clérigos o laicos, y especialmente los príncipes católicos, están obligados para poder salvarse a obedecer al papa. Pero, ¿se debe también obedecer a un mal papa? Incluso en tal caso -manifiesta Benedicto XIII- si se trata de costumbres o de género de vida, debe ser obedecido. Así pues, es pueril afirmar con los valdenses que, si la vida moral del papa es mala, no debe ser obedecido.
En cambio, el pontífice debe ser privado de su potestad si es declarado hereje, aunque la suprema potestad o jurisdicción no peca, aunque quien la ostente sea un pecador. Es, además, absurdo que, si uno cree que el papa Benedicto es el verdadero, cambie de opinión por la declaración de la congregación de Constanza, convocada y en parte ya celebrada por intrusos y cismáticos denominándola concilio, ya que el papa es superior al concilio y, por tanto, ningún concilio, al recibir precisamente del papa la legitimidad, puede juzgarlo. Cuanto menos la congregación de Constanza, que ha llegado a encarcelar y deponer a quien lo había convocado, Baltasar Coxa (Juan XXIII), y que con la reunión de Pisa han de llamarse, una vez más, conciliábulos, al carecer de autorización papal.
En consecuencia, Benedicto XIII admite solamente las clásicas causas, reconocidas siempre por el Derecho, para poder deponer a un papa: herejía y demencia (demens aut a fide devius: demente o desviado de la fe). Por tanto, manifiesta textualmente: Diciendo que el papa, que es vicario general de Dios en la tierra, sea privado de la suprema potestad por su mala vida o que no haya que obedecerle, es herético porque la potestad o la jurisdicción no peca, por más que sea pecador quien reside en ella… Ha de ser mirada con extrañeza y precavida la opinión en el varón católico que, después de tener y considerar al papa Benedicto como verdadero papa, cree poder declarar que ni fue ni se puede llamar verdadero papa por haber sido reprobado, anulado y condenado por la congregación o, como él (el rey) dice, Concilio de Constanza (uno es papa o no lo es, independientemente de la voluntad de un concilio)… Ningún concilio -afirma el papa Luna- puede juzgar al papa, siendo éste superior al concilio, y siendo que los concilios reciben la potestad de él… Ni el de Pisa ni el de Constanza fueron ni son ni pueden ser un verdadero Concilio General, puesto que sin la autoridad del papa no se puede congregar. Tales concilios se llaman más bien conventículos o conciliábulos… Lo dicen claramente -recuerda el pontífice- Agustín de Anchona y el maestro Álvaro: si alguien induce a cualquiera de la Iglesia desde cualquier potestad, que se aparte de la corrección o de la sujeción a la Iglesia Romana, es cismático obrando así y herético sintiendo de ese modo. La argumentación es contundente, pero los intereses creados por el emperador Segismundo lo fueron más todavía…
En la exposición sobre el segundo peligro, Benedicto XIII avisa al rey Alfonso que, si no retorna a su obediencia, puede ser imputado desde el principio de su reinado de la grave infamia de un deseo depravado de ambición y avaricia para hacerse con los bienes de la Iglesia, incurriendo en el crimen de peculado y de sacrilegio conforme a los cánones y rúbricas que tratan sobre hurtos y violadores de iglesias. Y no cabe la excusa que el rey podría formular diciendo que tales bienes de las iglesias los recibía para utilidad de la misma iglesia con el fin de buscar su unión. En efecto, lo prohibido por el derecho no debe hacerse ni por una causa pía, cuanto menos el citado crimen por un rey, dada la dignidad de su condición, pues solamente el diablo con su astucia -advierte Benedicto XIII- puede sugerir que es necesario hacer lo malo para que venga lo bueno. De su posible engaño por el demonio, debe ser avisado el nuevo rey por los prelados y por cuantos están obligados a informarle en lo que respecta a la salvación de su alma y el honor de su persona.
En consecuencia, manifiesta el papa Luna: Además de esa vergonzosa infamia, el rey incurriría en una pérdida peligrosa y dolorosa de su estatus y dignidad reales, porque a causa de la persecución y la impugnación anteriores incurriría en el delito de parricidio espiritual (crimen parricidii). Un comportamiento semejante -concluye Benedicto XIII- conduciría al rey a un grave detrimento de su estado y dignidad real. Las razones son múltiples, incluso en sentido teológico, hasta el punto de poder ser acusado de ese crimen al matar con su conducta cruel y de persecución a su padre espiritual y de todos los fieles: el papa, lo que comporta graves penas canónicas (in isto delicto perricidii exquisite et gravissime pene inponuntur).
No se trata pues de la cuestión del reconocimiento en lo temporal por parte del Rey de Aragón, sino de la fidelidad que todos los católicos deben tener al romano Pontífice, ya que quien niega obediencia al Papa, la niega también a la Iglesia, incurriendo en sentencias de excomunión. Y no se diga que el papa es sólo obispo de Roma y no de los reinos, pues la respuesta del derecho confirma que el papa es el obispo principal, a quien se someten los demás obispos con sus iglesias a fin de cumplir el mandato del Señor (Jn 10,16): Constituir un solo rebaño y un solo Pastor, no sólo con respecto a la jurisdicción sino también a la administración, por lo que el daño causado a los servidores de la Iglesia es inmenso, abandonando su obediencia.
Reconoce Benedicto XIII al rey de Aragón que los reyes de España en lo temporal no tienen superior, abandonando aquí la doctrina de las dos espadas de Bonifacio VIII: El rey de Aragón no está obligado a la antedicha fidelidad al Papa, porque en las cosas temporales no reconoce a nadie como superior; porque los reyes de España no tienen superior... Sin embargo, el rey de Aragón sí debe fidelidad al pontífice en lo temporal en razón de los feudos de Sicilia, Córcega y Cerdeña en los que se presta homenaje al papa y a sus sucesores, jurando que contra la Iglesia no se formarán pactos, confederación o sociedad con el emperador ni con reyes o príncipes, provincias o ciudades. No obstante, denuncia Benedicto XIII que haciendo confederaciones y facciones con Segismundo y la congregación de Constanza contra el papa y la Iglesia católica, que es la única que sostiene y obedece al verdadero Papa, ahora el rey de Aragón falta a lo jurado en la infeudación de dichos reinos, en la que al papa Benedicto explícitamente el monarca prometió serle fiel y obediente hasta el último día de su vida.
Y con estas y otras razones, apelando a la libertad que respecto al rey adquirirían sus vasallos en los citados reinos, pues ya no le debían obediencia al habérsela sustraído éste al verdadero pontífice, intenta el papa Luna convencer al rey Alfonso para que retorne a su obediencia y no acuda al conciliábulo de Constanza. Sus asamblearias decisiones serán condenadas oficialmente por D. Pedro de Luna el 22 de agosto de 1418 con una bula pontificia, afirmando que su búsqueda de la unión ha sido una falacia (violenta fallacia quam emuli nostri fingunt unitatem Ecclesie: violenta falacia que nuestros competidores fingen que es unidad de la Iglesia). En definitiva, solamente Benedicto XIII es verdadero papa, pues el papa Clemente (VII) y su sucesor fueron elegidos por un verdadero colegio de cardenales y por ellos, en nombre de la Iglesia universal, recibidos y aceptados. Así pues, el Papa Clemente mientras vivió y ahora el Papa Benedicto deben ser obedecidos indudablemente como sucesor de Pedro en cuanto a la necesidad de la salvación. Por lo cual, Benedicto XIII ha de ser considerado el Romano Pontífice sin excepción de la Iglesia universal, de manera que hoy para obtener la salvación es necesario obedecer al papa Benedicto.
Las exhortaciones del papa Luna parecieron caer en el saco roto de la conciencia del rey Alfonso, continuador de la infidelidad de su padre, Fernando de Antequera, a quien Benedicto XIII hiciera rey de Aragón. Inmediatamente, la sustracción de obediencia se materializó en las medidas coactivas que acabaron aislando a D. Pedro de Luna en la soledad de la roca de Peñíscola. Sólo unos pocos escogidos le permanecieron leales entre tanta traición. Aún éstos protestaron ante Alfonso el Magnánimo de que, contra lo que se afirmaba en Constanza, jamás habían hecho sustracción de obediencia al papa Luna. Y es que la desinformación fabricada por el poder político no es patrimonio exclusivo de nuestros días.
Alfonso V de Aragón y I de Nápoles
Un año más tarde, el 1 de abril de 1417, la asamblea de Constanza, procesó a Benedicto XIII en ausencia y, contra los deseos del concilio, la comisión que preparaba la acusación no pudo alegar contra él nada más que su obstinación a no renunciar al papado, anulando todas sus sentencias pontificias excepto las que favorecían a sus propios detractores. Y es que el poder es así de siniestro… Al fin, el 26 de julio le condenaron y despojaron ipso iure (la ley que habían fabricado para esta sola y única ocasión) del Sumo pontificado y le excluyeron de la Iglesia católica como rama seca. La “autoridad” del concilio se había tornado omnímoda.
Por el contrario, el Dr. Alanyà, historiador del cisma en Tortosa, afirmará sin pestañear que “no presentando su defensa personal Benedicto XIII por sí o por procurador, el concilio faltó a toda ética en el proceso contra el papa al no nombrar un defensor de oficio, con lo cual la parte acusada estuvo en total indefensión y la sentencia, que pronto acabó emitiendo el concilio, carecía de todo valor por injusta, parcial, falsa y anticanónica”. Y es que los tribunales eclesiásticos casi siempre han adolecido de una manifiesta falta de imparcialidad. Ahí está el fraudulento juicio a los templarios, el hediondo proceso contra Santa Juana de Arco y, hoy en día, la lastimosa causa contra el ex cardenal Becciú.
Cuando aparecieron en Peñíscola dos benedictinos -cuervos del conciliábulo los llamó Benedicto XIII al verlos-, enviados desde Constanza para inducir al papa Luna a sumisión a la asamblea conciliar patrocinada y dirigida por el emperador Segismundo, constataron por carta lo poco que habían impresionado al pontífice los decretos asamblearios y los monitorios que le habían leído. Era lógico. La postura del papa Luna estaba sólidamente fundamentada en la doctrina católica sobre el papado y en la solidez de sus argumentos canónicos para rechazar la validez de un concilio que pretendía condenarle sin mirarle siquiera a la cara.
La respuesta de Benedicto XIII a la arrogancia de los enviados fue tajante y rotunda: No está en Constanza la verdadera Iglesia. Y, dando un golpe con su diestra en la cátedra papal, añadió: ¡Esta es el Arca de Noé! Y continuó: “Es verdad que he prometido en el cónclave que iría hasta la unión de la Iglesia, incluida mi renuncia, pero no antes de haber agotado todos los otros medios. Es así que yo soy el único juez de estos medios y que están muy lejos de haberse agotado. Luego no estoy obligado a cumplir mi promesa de renuncia. Además, yo envié a Constanza a mis embajadores. En todos los puntos soy invulnerable. Se me llama hereje y cismático. Yo soy el papa. Los herejes y los cismáticos están en Constanza. Sin ellos el cisma habría ya terminado hace un año y medio. Yo no cederé jamás. Podéis decírselo de mi parte”.
Cuando en 1421 la reina María de Castilla, en ausencia de su marido el rey Alfonso, había intensificado el cerco a Peñíscola y manifestaba su voluntad de tomar al asalto el lugar y el castillo, coincidiendo con el aislamiento y estrechez del papa Luna y los cardenales y curiales que le acompañaban, comienzan a datarse sus letras apostólicas In Archa Noe y también In Domo Dei, ubi vera est Ecclesia. Así pues, diría el obispo Climent Sapera antes de pasarse a la obediencia de Martín V: En el Arca de Noé que flota y preserva la humanidad escogida por Dios en medio del diluvio universal; y en la Casa de Dios es donde está la verdadera Iglesia porque en ella está el verdadero vicario de Cristo, sucesor de Pedro – ubi Petrus, ubi Ecclesia-, y porque en ella se preserva, mantiene y enseña la verdadera doctrina católica.
A pesar de la distancia que nos separa de estos hechos, la egregia figura de D. Pedro de Luna se alza todavía enhiesta, desafiando el politiqueo eclesiástico y el inexorable paso del tiempo. En la soledad de la roca de Peñíscola aún parecen resonar los pasos del anciano pontífice, solo y abandonado casi por todos los que de él recibieron tantos beneficios. Y en el romper de las olas en ese rincón de mundo, se escucha todavía el eco de aquellas terribles palabras que dirigió D. Pedro de Luna al rey Fernando, cuando unos enviados le intimaban de nuevo a la abdicación. En Colliure, desde la galera pontificia que le llevaría al definitivo exilio, exclamó: Decidle al rey Fernando… Me, qui te regem feci, mittis in desertum: “Yo te he hecho a ti rey que nada eras y en recompensa me abandonas solo en mi desierto. Tus días están contados, tu vida será corta. Tu raza incestuosa, no reinará hasta la cuarta generación”. Y la profecía del papa Benedicto XIII cabalmente se cumplió.
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
"Benedicto XIII avisa al rey Alfonso que, si no retorna a su obediencia, puede ser imputado desde el principio de su reinado de la grave infamia de un deseo depravado de ambición y avaricia para hacerse con los bienes de la Iglesia, incurriendo en el crimen de peculado y de sacrilegio conforme a los cánones y rúbricas que tratan sobre hurtos y violadores de iglesias. Y no cabe la excusa que el rey podría formular diciendo que tales bienes de las iglesias los recibía para utilidad de la misma iglesia con el fin de buscar su unión. En efecto, lo prohibido por el derecho no debe hacerse ni por una causa pía, cuanto menos el citado crimen por un rey, dada la dignidad de su condición, pues solamente el diablo con su astucia... puede sugerir que es necesario hacer lo malo para que venga lo bueno. De su posible engaño por el demonio, debe ser avisado el nuevo rey por los prelados y por cuantos están obligados a informarle en lo que respecta a la salvación de su alma y el honor de su persona.
ResponderEliminarEn consecuencia... el rey incurriría en una pérdida peligrosa y dolorosa de su estatus y dignidad reales, porque a causa de la persecución y la impugnación anteriores incurriría en el delito de parricidio espiritual (crimen parricidii). Un comportamiento semejante... conduciría al rey a un grave detrimento de su estado y dignidad real. Las razones son múltiples, incluso en sentido teológico, hasta el punto de poder ser acusado de ese crimen al matar con su conducta cruel y de persecución a su padre espiritual y de todos los fieles: el papa, lo que comporta graves penas canónicas."
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Además de ser un Papa duro y correoso, defensor a ultranza de sus derechos y de los derechos pontificios, no hay que negar que era una verdadera eminencia. Se nota que en aquella época, no había ni TV, ni internet, ni radio, ni prensa prostituida, y que la quietud del ambiente era propicio, sólo para quien lo quisiera, para el estudio en profundidad de las cuestiones. Excelente artículo del P. Custodio, imposible ya de pagar...
Mis opiniones:
I.-/ El Papa Luna, sin lugar a dudas, desarmaría al 100% a Bergoglio y al 95% de los actuales cardenales y obispos hijos del Concilio Vaticano II, no por ser del Vaticano II, sino por su parvedad, ignorancia y mediocridad en materia de su propia competencia: biblismo, teología, moral, derecho, liturgia, eclesiología... tal como se ve en la Iglesia Patriótica china, el caminucho sinodabúlico teutón, el no prohibir la comunión al abortista Biden...
II.-/ Gran visión del Papa Luna para definir a Lutero y Enrique VIII, y a todos los traidores obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y príncipes alemanes que se hicieron protestantes y anglicanos:
1. Crimen de peculado y de sacrilegio conforme a los cánones y rúbricas que tratan sobre hurtos y violadores de iglesias católicas.
Los príncipes alemanes robaron el 30% del patrimonio eclesial del Sacro Imperio (se quedaron el 100% para sí mismos), y de otro lado, el mataesposas del rey Enrique VIII se ladroneó el 100% del patrimonio eclesial, el 30% de la riqueza de Inglaterra, mientras ambos, los príncipes alemanes y Enrique VIII, daban el mendrugo de la casa episcopal y un sueldo a los falsos sacerdotes luteranos y anglicanos...
2. Heresiarcas y cismáticos
3. Delito de parricidio espiritual (crimen parricidii) por perseguir al Papa
III.-/ Por eso Bergoglio cometió la perfidia (con gran parte del Colegio cardenalicio y episcopal por pecado de omisión; no se olvide, un jerarca comisor está siempre acompañado de jerarcas omisores) de favorecer la imagen a este farsante Lutero:
ResponderEliminar1. La doble exhibición de la estatua del criminal de lesa humanidad, heresiarca y cismático Lutero:
a) en el Aula Pablo VI el 13 de octubre del 2016, coincidiendo con el 99º aniversario de la última aparición de la Santísima Virgen María en Fátima, día del "milagro del sol". La estatua, según las fotos, estaba envuelto con una bufanda o estola amarilla, el color asociado desde la edad media a los traidores, herejes, prostitutas y apestados, y en el teatro y escenarios, a la mala suerte (y en Cataluña, con el churro o lazo antiespañol, anticatólico y antimonárquico).
b) el 25 de octubre del 2021, en la misma aula, ante una representación de cristianos alemanes participantes de la peregrinación ecuménica "De Lutero al Papa", procedente de Alemania, con el lema "Mejor todos juntos", y en espera de una Iglesia con "voluntad de escuchar", también con motivo del proceso sinodal.
2. Calificar a Lutero como un falso "testigo del Evangelio" por dos veces el mismo Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, tanto en el documento "Del conflicto a la comunión" n. 29 (2017), y en la Semana de oración por la unidad de los cristianos (2017), "Alemania: tierra de la Reforma luterana".
3. Las celebraciones conjuntas de Bergoglio con los luteranos suecos (un tipo de luteranismo raro y especial) por el 500 aniversario de la Reforma, que comenzaron en Lund, Suecia, el 31 de octubre de 2016, flaqueado de falsos presbíteros y obispos luteranos, agradeciendo a Dios por el execrable "don" de la infame Reforma:
"Francisco rezó para que el Espíritu Santo “nos ayude a festejar los dones que han llegado a la Iglesia a través de la Reforma, nos prepare para arrepentirnos de los muros divisorios que nosotros y nuestros antecesores hemos construido y equiparnos para dar testimonio y servir juntos en el mundo... incluso pidió a católicos y luteranos ir más allá de los “errores” del pasado para forjar una mayor unidad, inclusive la participación común en la Eucaristía” (AP News, El papa ora en Suecia en aniversario de Reforma de Lutero)
IV.-/ La doctrina recta y ortodoxa de la Iglesia confirma que los herejes y cismáticos están apartados de la plena comunión con la Santa Madre Iglesia Católica, y han de ser apartados totalmente de ella para no contaminar, confundir y escandalizar al Pueblo de Dios:
1. NO A LA RECEPCIÓN EUCARÍSTICA DE LOS HEREJES. Cuando los herejes reciben la Eucaristía, reciben algo que testimonia en su contra (Sermón 229, n. 2, San Agustín de Hipona)
2. El diálogo con los no católicos debe ser hecho sólo por quien es firme en la fe y con el fin de la conversión de aquellos (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica, II-II, q. 10, a. 9)
3. Dar la bienvenida a quién no se mantiene en la doctrina de Cristo (heresiarcas, cismáticos, apóstatas) es hacerse cómplice de sus malas acciones (2 Jn 9-11)
4. Prohibición de todo trato con los que no profesan la verdadera doctrina: ‘Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis’ (2 Juan 10)” (Pío XI. Encíclica Mortalium animos, n. 9, 6 de enero de 1928)
5. Nos lo advierte el Señor cuando dice: “Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no recoge conmigo desparrama” (Mt 12, 30). Quien rompe la paz y concordia de Cristo, está contra Cristo. Quien recoge en otra parte, fuera de la Iglesia, disipa la Iglesia de Cristo (San Cipriano de Cartago. De la unidad de la Iglesia, II, 6)
6. "Todos los demás son ladrones y bandidos” (Jn 10,1 Jn 8-9). Por eso es necesario evitarlos, y en cambio amar con todo afecto cuanto pertenece a la Iglesia y mantener la Tradición de la verdad (San Ireneo de Lyon (Tratado contra los herejes, L. 3, cap. 4, n. 4,1-4,2)
ResponderEliminar7. El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y a la Iglesia, cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la elocuencia, ni la filosofía; sino que despreciando todas estas cosas y permaneciendo sólidamente firme en la fe (San Vicente de Lerins. Conmonitorio, El verdadero católico y el hereje, n. 20)
8. El grande error de estos tiempos, a saber, el indiferentismo religioso y la igualdad de todos los cultos; conducta muy a propósito para arruinar toda religión, singularmente la católica, a la que, por ser la única verdadera, no sin suma injuria se la iguala con las demás. (León XIII. Encíclica Humanum genus, n. 6, 20 de abril de 1884)
9. Por lo tanto, queridos, de aquellos [herejes de] que estamos hablando huid como de veneno mortal, execradlos, desviaos de ellos y si, advertidos por vosotros, no quisieren corregirse, evitad conversar con ellos porque como está escrito, “la palabra de ellos es como la gangrena, que corroe” (2 Tm 2, 17). (León I Magno. Homilía 96 contra la herejía de Eutiques, 3)
10. Es imposible que el Dios verdadero, que es la Verdad misma, el mejor, el más sabio proveedor y el premiador de los buenos, apruebe todas las sectas que profesan enseñanzas falsas que a menudo son inconsistentes y contradictorias entre sí, y otorgue premios eternos a sus miembros […] porque por la fe divina confesamos un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. (León XII. Encíclica Ubi primum, n. 14, 5 de mayo de 1824)
11. EL HEREJE SÓLO DA MUERTE ESPIRITUAL: hacerse hereje equivale a ser amputado, y el Espíritu no sigue a un miembro amputado. Por tanto, si queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la eternidad. (San Agustín de Hipona. Sermón 267, IV, 4)
12. Jesús no se complace con la oración de los herejes y cismáticos (San Cipriano de Cartago. De la unidad de la Iglesia, XII)
13. Huyamos de un hombre, quienquiera que sea, el cual se hubiere separado de la Iglesia. “Un hombre de este linaje es un perverso, es un pecador, y se condena a sí mismo” (Tt 3, 11)... (San Cipriano de Cartago. De la unidad de la Iglesia, XVII)
14. No se puede tolerar en ningún modo que los eclesiásticos católicos oren guiados por herejes (Denzinger-Hünermann 2887. Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los obispos de Inglaterra, 16 de septiembre de 1864)
15. Porque en muchas cosas [los heresiarcas] estaban conmigo. […] El bautismo lo tuvimos todos: en eso estaban conmigo; el Evangelio lo leíamos unos y otros: estaban conmigo; celebrábamos la fiesta de los mártires: allí estaban conmigo; asistíamos a la solemnidad de la Pascua: estaban juntos conmigo. Pero no totalmente conmigo: en el cisma no están conmigo, en la herejía tampoco. En muchas cosas sí están conmigo, pero sólo en pocas no lo están. Y por estas pocas cosas en que no están conmigo, no les aprovechan las muchas en que sí lo están. (San Agustín de Hipona. Comentario al Salmo 54, n. 19)
V.-/ Bergoglio (y casi todo el Colegio cardenalicio y episcopal por omisión, no se olvide) está apartado de la plena comunión porque aprobó la herética comunión y absolución de los adúlteros impenitentes, en Amoris laetitia n. 305 y notas 336 y 351, junto con el Rescripto ex audientia de 5 de junio del 2017 (AAS 7 octubre 2016, pág. 1071-1076) que lo eleva a inicuo magisterio auténtico. No contestó a las Dubia formuladas del 2016 ni a muchas correcciones fraternas, permitió que la herejía se implementara en las diócesis de Roma, Sicilia, Piamonte, Valle de Aosta, Lisboa, Oporto, Braga, Fátima-Leivia, Malta, Bélgica, Alemania, Buenos Aires. Por último, unió el año 2021 a San José con el Año “Familia Amoris Laetitia”, acabando esta infamia en junio de 2022 en el X Encuentro Mundial de las Familias en Roma con Bergoglio. En la recta doctrina, contra las herejías, hay como mínimo dos principios:
ResponderEliminar1. DECIR SÍ SÍ NO NO, LO DEMÁS ES DEL DEMONIO
De acuerdo con el principio de Jesucristo del Evangelio de San Mateo 5, 37, "decid sí sí no no, y lo demás viene del diablo", la sola inclusión de una herejía en un documento eclesial (como en Amoris laetitia) lo aparta de la plena comunión y es un documento herético, inválido e ilícito, hasta que no se retire la herejía, siendo además de una herejía, también un pecado y delito de escándalo de perdición y confusión para el Pueblo de Dios. No sólo Bergoglio mantiene este grave escándalo que debilita a la Iglesia en su unidad (camino sinodal alemán), sino también coparticipan por omisión los más de 220 cardenales y 5.300 obispos, al omitir su deber de sancionar la verdadera Fé católica.
2. CASTIGO E IRA DIVINA CORRECTIVA INDIVIDUAL Y COLECTIVA AL SACRILEGIO Y PROFANACIÓN EUCARÍSTICAS
Además, el fiel laico o jerarca, por pecado mortal de herejía de acción y omisión libremente consentida (la herejía de la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia), si comulga la Sagrada Eucaristía, entonces actúa la ira divina con estos castigos temporales correctivos (no presupone el infierno, pero sí para quien es contumaz impenitente), imponiendo Dios la debilidad, enfermedad y muerte, todas ellas del modo físico y espiritual, contra la persona o grupos de fieles, pero también del Cuerpo eclesial total de los viadores (camino sinodal alemán), de acuerdo con el principio señalado por la Primera Carta de San Pablo a los Corintios XI, xxvii-xxxii, y que comenta este catecismo de 1898, Explicación del catecismo católico breve y sencilla, del R.P. Ángel María de Arcos, SJ, Méjico:
- El pan no aprovecha a un muerto, ni el Cuerpo de Cristo a quien lo recibe en pecado mortal. ¡Qué desacato presentarse en un convite, quien odia de muerte al amo de la casa! Pues ¿qué agravio tan atroz no hará al Rey del cielo, el que en pecado mortal se pone a la mesa, en que el mismo Señor nos alimenta nada menos que con su propia carne y sangre? El que en gracia de Dios se acerca a comulgar, recibe una prenda de la gloria; mas quien a sabiendas llega en pecado mortal, él mismo, imitando al traidor Judas, se traga su propia condenación, de modo que si a tiempo no hace verdadera penitencia de tan horrendo sacrilegio, va irremisiblemente al infierno. A muchos, dice el Apóstol, castiga el Señor con enfermedades y muerte imprevista por haber comulgado mal. En Judas entró furiosamente Satanás, en cuanto con mala conciencia recibió del divino Maestro el bocado misterioso."
3. Todo se encuentra probado en dos documentos de corrección fraterna frustrados en su finalidad correctiva (que también van dirigidos al Colegio cardenalicio y episcopal, no se olvide):
ResponderEliminara) 94 clérigos y académicos declaran que el Papa es heresiarca por Amoris laetitia:
lifesitenews.com/news/prominent-clergy-scholars-accuse-pope-francis-of-heresy-in-open-letter/
infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1905040154-acusaciones-de-herejia-contra
b) Carta de 45 profesores y sacerdotes sobre la Amoris Laetitia que reprueba 19 proposiciones:
infocatolica.com/?t=noticia&cod=27245
4. El derecho canónico, por otra parte, sanciona lo que dijo el Papa Luna: el Papa hereje (y el Colegio cardenalicio y episcopal omisor) está fuera de la plena comunión con la Iglesia Católica, y esto es porque el mismo Papa (y Colegio cardenalicio y episcopal) se autoenjuicia y autocondena, no es enjuiciado ni condenado por cardenales y obispos, salvando así la prohibición de que el Papa no es juzgado por nadie (canon 1404 CDC) y que nadie está obligado a reconocerse culpable. Eso lo dispone los cánones 750.1 (qué es herejía), 751 (pertinacia y contumacia), 1364 (pena excomunión latae sententiae).
5. En efecto, un Papa (Vicario de Cristo), un cardenal (Príncipe de la Iglesia) y un obispo (sucesor de los Apóstoles), por tener estudios teológicos y jurídicos, por tener un teólogo y canonistas oficiales (el Papa tiene la sección doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe), y porque sabe qué es el mal y el bien, la verdad y la mentira, y conoce las consecuencias sobre su alma y la de los demás, y sabe que el fin supremo de la Iglesia es la salvación de las almas (canon 1752), tiene conocimiento y consentimiento libres y perfectos, pero sin error u ignorancia, por contumacia y pertinacia, conoce la herejía y quiere la herejía, la aprueba en documento jurídico erga omnes, lo publica, le da la efectividad compulsiva (obligado cumplimiento bajo sanción), y no ejecuta (omisión) la sanción debida a los obispos implementadores de la herejía en sus diócesis para perdición de las almas.
6. Tal Papa (y Colegios cardenalicio y episcopal omitentes), como le pasó a Juan XXII (su herejía de que las almas sólo ven a Dios en el Juicio Final), es heresiarca y no está en la plena comunión con la verdadera Fé católica de la Iglesia, por lo que está en sede impedida pontificia por incapacidad espiritual y sanción de herejía del canon 335 CDC, puesto en relación con la Sede impedida episcopal (412-415 CDC), al no estar desarrollado legislativamente dicho canon 335.
7. CASTIGOS DIVINOS. Por culpa, responsabilidad e imputabilidad de Bergoglio y la omisión del Colegio cardenalicio y episcopal, la Iglesia y el mundo cada vez van de mal en peor, pues se corrompe TODA la Iglesia que es intercesora del mundo, por lo que corrompe el intercesor (Iglesia) junto con el intecedido (mundo), como demuestra ya la guerra de Ucrania con amenaza de guerra nuclear por Putin contra Occidente, en el colmo de su locura demoníaca hitleriana de comefuegos y aniquilador global... y eso que ya hemos recibido diversos avisos:
- las Torres Gemelas del 2001, las guerras de Afganistán, Siria y el terrorismo yihadista, la crisis del 2008-2013, la crisis del covid 2020-2022, la crisis militar y nuclear de Ucrania 2022...
¿Cuándo se arrepentirá Bergoglio y el omitente Colegio cardenalicio y episcopal e inclinarán sus orgullosas, soberbias y testarudas cervices, llenas de hybris, ante Dios y la unidad eclesial en la sola verdad y justicia?
¿Cuántos avisos divinos apocalípticos y sinaíticos ha de dar la justa ira de Dios contra este Pueblo y Sacerdocio de dura cabeza y empedrado corazón?
¿Hasta cuando estos Catilinas de Bergoglio y muchos cardenales y obispos seguirán empecinados en la mentira y el mal y no en la verdad y el bien?
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
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Felicidades al comentarista insomne.
EliminarHoy se ha superado con sus encíclicas.
¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?
Cinco tostones indigeribles, cinco. Cada uno tan largo como el artículo que supuestamente comentan. Todo eso es señal cierta de que algo anda averiado en su cabeza.
En fin Padre Custodio,
ResponderEliminar"Tantus labor non sit cassus.
¿Ha quedado descansado después de exponer su tesis? ¿Por ser tan larga, cree que expone la verdad?
ResponderEliminarCualquier "aficionado" a la historia, sabe que lo que se escribe en un momento dterminado, no tiene el mismo sentido pasados unos años.
Lo que sí ha quedado claro es la simpatía que el Papa Francisco le provoca.
Para terminar su escrito, atribuye todos los males presentes (Torres gemelas, Afganistán, Yihaidismo, crisis 2008, covid 2020, Ucrania)son castigos divinos.
Me imagino que confunde Germinas Germinabit con "El Caso" o "El Jueves".
Que el Señor le bendiga y le conserve la vista/la claridad de pensamiento.
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ResponderEliminar- La parroquia del Esperit Sant promueve una red social para pedir la solidaridad ante el derribo a favor de la universidad Blanquerna
Si levantase la cabeza el Papa Luna, aparte de lanzar terribles anatemas, enviaría al infierno a la mayoría de Cardenales, empezando con el sodomita Mc-Carrick y acabando con algún PEGA-CHINAS!
ResponderEliminarEl padre Custodio esta haciendo una gran labor dando a conocer a esta gran figura de la Iglesia, irrepetible en sus luces, muchísimas, mas que sus sombras. Es el único papa que, pese a tenerlo todo para ello, no pecó de Simonía Y hasta sus mismo enemigos proclamaba “ que peca en exceso de virtud”
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