La mascarilla, símbolo del coronavirus, tiene el poder de dar rienda suelta a los verdaderos instintos del lobo progresista. La frágil protección antivirus actúa como el carnaval de ayer: el momento en que, protegidos por la máscara, una vez al año todo el mundo decía lo que realmente pensaba y actuaba como lo que realmente era.
Bienaventurada la maldita Covid19 si, detrás de la máscara falsa de la tolerancia y la libertad, ha mostrado la verdad desnuda de los progresistas. Indignados porque la humanidad está hecha de madera torcida (Kant), no encuentran nada mejor que prohibir, prohibir y amenazar. Es por nuestro propio bien: incluso si nosotros, obstinados, persistimos en negarlo. En el placer de dominar, que sin duda tiene implicaciones eróticas, como la sabiduría popular sabe, hay dos elementos que la emergencia de salud ha enfatizado: la dominación sobre el otro y la emoción de poder imponer prohibiciones.
¡Qué lejos está la revolución de mayo del 68 de sus hijos y nietos! Entonces se pedía y exigía la imaginación al poder, que hoy es reemplazada por la Ciencia y los nuevos chamanes llamados expertos. La autoridad era odiada al grito de "prohibido prohibir". Medio siglo después, la prohibición se convirtió en un tótem indiscutible. Al igual que las serpientes, cambiaron la piel, pero la mordedura sigue siendo venenosa. Llamémosla dictadura de la salud, obsesión por la seguridad, ansiedad por el control; pero el hecho es que la prohibición en su salsa progresista se ha quitado la máscara. El rey no está desnudo: sólo ha cambiado de escenario.
Hoy prevalece la alegría salvaje y primordial de prohibir, extraña involución de ciudadanos civilizados, avanzados, reflexivos, y pacifistas. Se dice que un régimen libre se distingue de un régimen dictatorial precisamente por las prohibiciones. Una sociedad en la que se permita todo lo que no está expresamente prohibido es libre; no es una sociedad en la que se prohíba nada que no esté expresamente permitido. La prohibición progresista difiere de otras formas de totalitarismo en una especificidad muy singular: su moralismo, invertido, pero siempre gruñón, obtuso, torpe, sombrío. El progresista se asemeja a ciertas viejas tías del pasado, señoras envejecidas y algo amargadas, presentes en casi todas las familias, guardianes no de la moralidad, sino de las formas.
En general, representaban la moral de la historia de la zorra y las uvas de Esopo. Afirmaban despreciar –por lo que trataban de prohibir con el ceño fruncido, las cejas retorcidas y el dedo índice levantado – lo que no habían logrado. Afortunadamente, las interdicciones de las buenas damas se limitaban generalmente a la esfera sexual; pero la sensación de envidia y frustración que propagaban era muy fuerte.
Lo mismo es la actitud psicológica de los progresistas, que en su corazón odian las libertades, las libertades concretas y plurales, y aman su libertad particular que consiste en el odio por todo lo que se levanta y mira hacia arriba, porque revoca en duda sus certezas graníticas de pisapapeles. Nada les da más alegría que prohibir ideas y pensamiento libre. Por supuesto necesitan, para apaciguar su moralismo, una buena causa, una fuerte motivación. El virus proporciona una a prueba de bombas: la obsesión por la seguridad individual producida por el miedo, el terror de la muerte. Los gobiernos parecen querer incluso limitar las cenas y comidas en Navidad estableciendo el número máximo de participantes. Dicen que están preocupados por nosotros, por nuestro bien; pero en realidad detestan a las familias, la cercanía comunitaria, el amor desinteresado, la civilización de la que la Navidad es un símbolo. Quieren separar: generaciones, comunidades, familias, sexos (perdón, géneros), para dominarlos mejor. El término diablo es el que separa, el que desintegra: proviene del verbo griego "diaballo". Es bueno pensar de vez en cuando en lo que realmente dicen las palabras.
Algunos intelectuales están promoviendo que cuando "todo esto haya terminado, se funde una nueva fiesta, la fiesta de la reunión". Aquí está la clave de todo: una "nueva fiesta", dedicada a la "reunión", otra de las palabras multipropuesta que no significan nada y gustan tanto al progresismo. La novedad suplantará a la Navidad, tan anticuada, tan asertiva, pues el que nació se proclamó Redentor e incluso "Camino, Verdad y Vida”
"Permitir", precedido por la negación, es el verbo que debería horrorizar a los de "prohibido prohibir", a los libertarios de toda la vida. Permiten o no permiten, o prohíben, con alegría que ya no ocultan. Llevando la mascarilla, tiraron la máscara. Como siempre, quieren al maestro, al juez, al pedagogo, al policía, al vigilante de Protección Civil, con tal que sean ellos, obviamente, quienes les den las órdenes. Lanzan anatemas al estado ético; pero tan pronto como pueden, lo hacen con un ímpetu sorprendente: sólo invierten la ética y ya está, el juego está hecho.
Parece que vivir, reaccionar ante la dureza de los tiempos, ser libre de actuar, elegir, hacer que las comunidades incluso traten de divertirse y trabajar, comprometerse, es el nuevo pecado mortal. Un pecado inextinguible, que debe ser castigado en un juicio incuestionable del tribunal "moral" de la nueva Moralidad Prohibicionista.
La siniestra prohibición actual parece ser la variante posmoderna de las "morales esclavas" denunciadas por Nietzsche. ¿Por qué sobrevivir? Sólo porque es un instinto primordial, al que el hombre contemporáneo sacrifica todo. El único derecho que tienen los animales en la madriguera es tener miedo. En la cueva, nos condenamos a ver sombras y llamarlas realidad. Estamos tan condicionados, que invocamos la jaula, la ocupamos voluntariamente con la esperanza de que la vacuna llegue, el nuevo Mesías, y nos libere a través del misterioso poder de la Ciencia. La disidencia es una enfermedad. Toda la vida está medicalizada, a merced de hechiceros interesados. La ciencia global sólo puede considerar una patología: el no pensar como se prescribe; de hecho, como parece obvio.
Un autoritarismo de resaca, senil como la sociedad atenuada y aterrorizada. Es como si el poder estuviera tratando de apoderarse a toda costa de la vida desnuda que ha producido, y controlarla con todos los dispositivos: la policía, la medicina y la tecnología. Pero los hombres reducidos a la existencia biológica pura, rodeados de obligaciones y prohibiciones, ya no son humanos; el gobierno de los hombres y el gobierno de las cosas coinciden. La ansiedad por el control, la dimensión puramente técnica de la vida y el poder, revelan una debilidad general, oculta bajo el velo de la moral invertida que prohíbe y al mismo tiempo provee, o cree hacerlo. Prohíbe a los que se sienten débiles, impotentes; y llegan a fundar la obligación del miedo, una terrible reversión de la virtud del valor, que ha permitido al hombre afrontar y superar grandes desafíos.
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Sánchez-Iglesias están vinculados a quien gane en los EEUU, Trump o Biden. El PSOE quiere una República Socialista, donde Sánchez será un Presidente de la República francés, equivalente a un monarca absolutista, con poder militar, internacional y de nombramiento del Presidente del Gobierno y sus ministros, con 8 años de mandato prorrogables otros 8 años más (16 años de Poder Supremo), creando una Constitución Bolivariana Plurinacional y Comunal, concentrando todos los poderes del Estado, de revolución social permanente, y todo para zafarse de todos los juicios del Covid y otras corrupciones muy graves. Miren a Francia, miren a Luis XIV, el Rey Sol...
ResponderEliminarLas utopías del covid que van a darse de bruces este año:
ResponderEliminar1. FRACASO DEL MODELO CHINO: las élites neofinancieras y neotecnológicas se han creído que se podrán controlar TODAS las transacciones económicas y TODAS las interacciones sociales mediante la ideología disruptiva del transhumanismo y la inteligencia artificial y sus algorrinos censores y represores, como es el modelo chino actual, de convivencia Estado dictarorial y economía de mercado... fracasará totalmente la utopía quimérica del mesianismo tecnológico en su idea de erradicar la pobreza y las ineficiencias sociales... todo será chatarra y programas obsoletos e ineficientes, problemáticos en su uso, sus errores, sus desconexiones, sus incompatibilidades, sus desactualizaciones, sus riesgos sanitarios... como se demuestra en la historia de la informática... ojo con los tecnoutópicos...
2. MEDIOS DE TRANSPORTE ANARCOPRIMITIVOS: Bicicletas y transporte público, muy del placer de la Barcelona de Colau, ERC y PSC, empeñados en que el coche vaya a paso de buey y con ello, aumente la contaminación, el tiempo de permanencia del coche en la vía pública, el retraso, el aumento del consumo de combustible, el nivel de ruido... Un modelo ludita, abstencionista tecnológico y antiprogreso industrial, estilo amish y ultraortodoxos fundamentalistas ecologistas. Ojo con los enemigos de la tecnología y la industrialización...
RIESGOS :
a) La bicicleta o patinete eléctricos sólo son para vías muy seguras, conductores jóvenes y distancias pequeñas, además de requerir de vías planas y tiempo estable y amable, sin lluvia, viento, frío, calor...
b) El transporte público puede propagar enfermedades como el covid, gripe, resfriados y todo tipo de enfermedades respiratorias...
c) El coche eléctrico requiere de baterías muy pesadas, con elementos contaminantes, que no se reciclarán, de poca autonomía, y necesitan de mucho tiempo de recarga, sobresaturando la red eléctrica...
d) El coche de alquiler suele ser higiénicamente peligroso y sucio porque hay muchos usuarios con diferentes grados de civismo, además de ser de conducción insegura y arriesgada, porque sus elementos mecánicos son deficientes y desgastados, también porque hay muchos usuarios con diferentes grados de civismo...
...
Mucho ojo con las grandes ideicas patrocinadas por ayuntamientos, autonomías y gobiernos centrales y europeos, sólo sirven a unas élites contadas con los dedos, y las paga el ciudadano por vía triple vía impuestos y a través de la compra: la investigación, la implantación y el fracaso.
Que las élites no les digan: "Ustedes, el Pueblo, son culpables de haber votado que sí a la entrada de las nuevas tecnologías y no haber calculado las consecuencias"... recuerden a los bancos: los beneficios son siempre privados, y las quiebras son siempre sociales, las paga el ciudadano con sus impuestos sobre su trabajo... no sean rematados tontos rematadamente útiles...
Lo siento mosén, pero sus artículos sobre el virus me parecen cada vez más insensatos. Aprecio sus homilías, pero estos escritos del virus no están bien.
ResponderEliminarSu derecho a no protegerse, termina allá donde empieza el derecho de los demás a no ser contagiados por un imprudente.
Cuando sienten la llamada, los sacerdotes, monjas y monjes tienen no solo el derecho sino el deber de escribir sobre aspectos de la vida no únicamente de su labor ministerial o religiosa. La Iglesia puede ofrecer cientos de ejemplos.
EliminarBienvenido pues este artículo y otros de Mn. Francesc que nos refrescan la memoria sobre aspectos vitales para un católico.
Podrían haber hecho coincidir el fin del toque de queda con el principio de la primavera, pero no: otro año que no veremos procesiones de Semana Santa. A nuestros mandamases les va mucho el pan y circo, que a la población no le falte sexo, poder abortar y poder quitarse al abuelo de en medio. La sonrisa está bajo la celada de la mascarilla. Claro que todos nos ponemos mascarilla por precaución. Pero el artículo va más allá del hecho sanitario. Es que las fuerzas gubernamentales de algún modo están yendo a por nuestro amor desinteresado, a cercenar nuestra alegría de hijos de Dios; temen la efusión de gozo compartida más que a un nublao.
Siga, siga escribiendo, mosén, por favor. Bastantes fatuidades oferta a tutiplén la inmundicia de bastantes de los poderosos.
algunos pretenen saber de todo y meten la pata hasta el mismísimo carajo!
EliminarEn el articulo se dice textualmente : "no encuentran nada mejor que prohibir, prohibir y amenazar." Digame señor articulista si en los 10 mandaminetos no se prohibe y prohibe, no matarás, no robarás , etc etc
ResponderEliminarSi en la religión Cristiana se basa tanto en el prohibir, prohibir, ¿qué mal hay en que la sociedad civil occidental versión "cristiana.2" ( punto dos ) se prohiba cuando se busca detener la epidemia?
No estará usted asimilando a Dios, que prohíbe por nuestro bien y en nuestro beneficio con las prohibiciones de los políticos, que prohíben (y roban) por su bien y en su beneficio.
EliminarPor cierto, que el Decálogo de Moisés no tiene nada que ver con los decretos-leyes de Pedro Sánchez-Iván Redondo.
Han aprovechado la pandemia para mentir a dos carrillos, con resultado de muerte, de muchas muertes, de miles de muertes. Permitieron el 8-M pese a todos los avisos en contra. Cada vez se van conociendo más detalles de esa impostura: desde informes de la autoridad sanitaria europea hasta comunicaciones internas del consejo nacional de seguridad. Mintió Illa --cuántas veces miente este señor al que se le ha visto en foto con Omella-- sobre la existencia de medios en España para cualquier eventualidad. Cometieron errores de bulto que propiciaron la confianza de la ciudadanía (Simón: si me hijo me pregunta si puede ir a la manifestación, le diría que hiciera lo que quisiera...), para confinar a la gente días después. Dejaron inermes a las residencias. Difundieron un código de triaje letal para los mayores. Se comportaron como auténtica plaga exterminadora. Pero siguieron mintiendo. Mentía Sanchez, mentía Illa, mentía Montero que, al alimón repetía una burda mentira canalla: se actúa de acuerdo con la ciencia, como no puede ser de otra manera. No había tales expertos, ni se actuaba de acuerdo con la ciencia.
ResponderEliminarLa ciencia es conocimiento objetivo, no está reservado a ningún grupo privilegiado de shamanes. La ciencia es siempre luminosa, no se esconde bajo el celemín, ni es privilegio de un gobierno. Por eso, el respaldo de los obispos a los dictámenes de los políticos no estuvo justificado. De hecho fue un resbalón monumental afirmar aquello que "actuamos de acuerdo con las autoridades que saben lo que hay que hacer". Fue otorgar una autoridad de la que carecen.
Pero la ciencia tiene prestigio. Y apelar a ella da solvencia y respetabilidad. ¿Por qué no buscaron los obispos a expertos auténticos a la hora de tomar medidas restrictivas? No es contradictorio cumplir las normas legales y buscarles explicación y justificación.
El gobierno social comunista ha producido en este tiempo de restricciones leyes absolutamente inmorales, como la de educación, y ahora la de eutanasia. Ha humillado la dignidad de un país al agredir los sentimientos de las víctimas del terrorismo. No lo han hecho solos. Hay muchos sedicentes católicos detrás de las siglas que han aplaudido con sus votos esas medidas. Hablo desde el punto de vista ético.
Al menos los obispos no deberían entrar en ese juego. Deberían ser portavoces de los que sienten sus derechos y sus valores atropellados, que no parece seamos pocos.
Por recoger esa voz, mi profundo agradecimiento mosén.
"Eppur si muove"
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
ResponderEliminarDebemos estar atentos a todos los acontecimientos inauditos que se nos están presentando a nuestros ojos. Estudiosos de la profecía bíblica sitúan el Apocalipsis de san Juan en tiempo cercano, pero no nos confundamos con el Proyecto Blue Beam de la NASA, plan para la dominación del mundo a través de la aceptación de un falso Mesías.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/BjqaMJrfq5U
Hay un propòsito claro de dominación. Segun les convenga las cifras subiran o bajaran. Si les añadimos los protocolos sanitarios inadecuados (todavia hoy al menor sintonia de fiebre hay medicos prescribiendo estúpidamente paracetamol), pues nada, a seguir tragando y hacia el gran reset a roda maquinà...
ResponderEliminarYo más bien creo que la gestión ha sido pésima, pero que se han ensañado adrede. Nos llevan de nuevo a la ruina económica. Hasta la ministra de hacienda se le escapó (o dejó caer), “empieza un nuevo orden”. Cual lacayos, seguían instrucciones.
ResponderEliminarLo que me duele es ver a ese pueblo español vapuleado, que encima sale en su defensa. Un pueblo “soberano”, al que se le miente, una y otra vez, que no distingue el bien del mal porque una parte de ese pueblo ya es relativista y no distingue una mierd* de una castaña. Un gobierno que elimina por ley el español de las escuelas, que premia a los que quieren destruir la nación, que está al servicio de todos los enemigos de España, internos o externos, un gobierno que manipula al poder judicial a su antojo, un gobierno que tiene a los medios de comunicación a sueldo (subvenciones). Un pueblo pastoreado por una Iglesia a veces solícita, mayormente tibia (aborto, eutanasia, ideología género…) y aquí incluyo al laicado y en las regiones antiespañolas, iniciadora y siempre potenciadora de la humillación y la destrucción de España.
En definitiva, un pueblo que acepta cual borrego ser gobernado por chavistas, golpistas, etarras, antiespañoles vascos y catalanes, cuyo único objetivo es humillarlo y destruirlo. Un pueblo que carece de criterio para verlo y aun así le sigue votando, como pueblo va a un camino merecido de autodestrucción.
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
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